La carta al Negus, Rey de Abisinia, fue llevada por ‘Amr bin Umaya Damri(ra). Decía:
“En el nombre de Al’lah, el Clemente, el Misericordioso. Muhammad(sa), el Mensajero de Dios, se dirige al Negus, Rey de Abisinia. La paz sea contigo, Oh Rey. Alabo, ante ti, al Único Dios. No hay otro digno de adoración. Es el Rey de los Reyes, la Fuente de todas las virtudes, Exento de todo defecto. Concede la paz a todos Sus siervos y protege a Sus criaturas. Atestiguo que Jesús, hijo de María, fue Mensajero de Dios, que vino para cumplir las promesas que Dios había hecho a María. María había consagrado su vida a Dios. Te invito a unirte conmigo, para seguir y obedecer al Único Dios. Te invito a seguirme, y a creer en el Dios que me ha enviado. Yo soy Su Mensajero. Te invito a ti y a tus ejércitos a uniros a la fe de Dios Todopoderoso. Cumplo así con mi deber. Te he traído el Mensaje de Dios y te he explicado su significado con toda veracidad; confío en que respetes la sinceridad que ha dado lugar a este Mensaje. Quien obedece la guía de Dios recibe en herencia las bendiciones de Dios” (Zurqani).
Cuando esta carta le llegó al Negus, la trató con gran respeto. La miró de cerca, descendió del trono y mandó traer una caja de marfil para conservarla. Puso la carta en la caja diciendo: “Mientras esta carta esté segura, mi reino estará seguro.” Sus palabras resultaron ser ciertas. Durante los mil años de conquista musulmana, los ejércitos musulmanes se extendieron en todas las direcciones y pasaron cerca de todas las fronteras de Abisinia, pero no entraron en este pequeño reino del Negus. Ello se debía a dos actos memorables del Negus: la protección que brindó a los primeros refugiados musulmanes por una parte, y la reverencia que mostró hacia la carta del Profeta(sa) por otra. Se desmanteló el Imperio romano. El Cosroes perdió sus dominios. Desaparecieron los reinos de la China y la India, pero este pequeño reino del Negus permaneció inviolado, porque su rey había recibido y protegido a los primeros refugiados musulmanes y había mostrado debido respeto y reverencia a la carta del Profeta(sa).
De esta forma, los musulmanes devolvieron la magnanimidad del Negus. Comparemos con esto el tratamiento recibido por este reino cristiano del Negus a manos de un pueblo cristiano, y en esta época civilizada. Han bombardeado las ciudades indefensas de Abisinia, y las han destruido. La familia real se vio obligada a refugiarse y a permanecer varios años en el exilio. El mismo pueblo ha sido tratado de dos formas distintas por dos pueblos distintos. Los musulmanes consideraron Abisinia como sagrada e inviolable, debido a la magnanimidad de uno de sus reyes. Una nación cristiana la atacó y la saqueó en nombre de la civilización. De esto se desprende que los efectos de las enseñanzas del Profeta(sa) y de su ejemplo, sean positivos y duraderos. El agradecimiento musulmán a un reino cristiano hizo que lo consideraran sagrado. La codicia cristiana atacó el mismo reino, a pesar de ser también cristiano.