42. Carta al jefe del estado Egipcio
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Capítulos
  1. 0. Prefacio
  2. 1. Arabia en la época del nacimiento del Profeta
  3. 2. El matrimonio del Santo Profeta con Jadiyya
  4. 3. El Profeta recibe su primera revelación
  5. 4. Los primeros conversos
  6. 5. La persecución de los fieles
  7. 6. El mensaje del Islam
  8. 7. La emigración a Abisinia
  9. 8. ‘Umar acepta el Islam
  10. 9. La persecución se intensifica
  11. 10. El viaje del profeta a Ta’if
  12. 11. El Islam se extiende a Medina
  13. 12. El primer juramento de ‘Aqaba
  14. 13. La Hégira
  15. 14. Suraqa persigue al Profeta
  16. 15. El Profeta llega a Medina
  17. 16. Abu Ayyub Ansari anfitrión del Profeta
  18. 17. La vida en Medina se vuelve insegura
  19. 18. El pacto entre diversas tribus de Medina
  20. 19. Los Mequíes se preparan para atacar Medina
  21. 20. La batalla de Badr
  22. 21. Se cumple una gran profecía
  23. 22. La batalla de Uhud
  24. 23. La victoria se convierte en derrota
  25. 24. Los rumores de la muerte del Profeta llegan a Medina
  26. 25. El enfrentamiento con los Banu Mustaliq
  27. 26. La batalla de la fosa
  28. 27. Una lucha muy desigual
  29. 28. La traición de los Banu Quraiza
  30. 29. Los confederados se dispersan
  31. 30. El castigo de los Banu Quraiza
  32. 31. El juicio de Sa’d inspirado en la Biblia
  33. 32. ¿Deseaba el Profeta continuar la guerra?
  34. 33. Enseñanzas del Judaísmo y Cristianismo sobre la guerra
  35. 34. La enseñanza del Corán respecto a la guerra y la paz
  36. 35. Los preceptos del Profeta respecto a la guerra
  37. 36. Ataques esporádicos de los incrédulos
  38. 37. El Profeta parte a la Meca con mil quinientos compañeros
  39. 38. El tratado de Hudaibiya
  40. 39. Las cartas del Profeta a varios reyes
  41. 40. Carta al rey de Persia
  42. 41. La carta al Negus
  43. 42. Carta al jefe del estado Egipcio
  44. 43. Carta al jefe del Bahrein
  45. 44. La caída de Jaibar
  46. 45. Se cumple la visión del Profeta
  47. 46. La batalla de Mauta
  48. 47. el profeta parte hacia la meca con diez mil fieles
  49. 48. La derrota de la Meca
  50. 49. El Profeta entra en la Meca
  51. 50. La Ka’ba, libre de ídolos
  52. 51. El Profeta perdona a sus enemigos
  53. 52. ‘Ikrima se hace musulmán
  54. 53. La batalla de Hunain
  55. 54. “el profeta de dios os llama”
  56. 55. Un enemigo jurado se convierte en seguidor devoto
  57. 56. El Profeta distribuye el botín
  58. 57. Las maquinaciones de Abu ‘Amir
  59. 58. La expedición de Tabuk
  60. 59. El último peregrinaje
  61. 60. El Profeta hace alusión a su fallecimiento
  62. 61. Los últimos días del Profeta
  63. 62. El Profeta fallece
  64. 63. La personalidad y el carácter del Profeta
  65. 64. La pureza del alma y la limpieza del Profeta
  66. 65. La vida sencilla del Santo Profeta
  67. 66. Su relación con Dios
  68. 67. Su desaprobación de la penitencia
  69. 68. Su actitud hacia sus esposas
  70. 69. Elevadas cualidades morales
  71. 70. Su templanza
  72. 71. Justicia y equidad
  73. 72. Su consideración por los pobres
  74. 73. La protección de los intereses de los pobres
  75. 74. El trato a los esclavos
  76. 75. El trato a las mujeres
  77. 76. Su actitud hacia los difuntos
  78. 77. El trato a los vecinos
  79. 78. El trato a los parientes
  80. 79. La buena compañía
  81. 80. La protección de la fe
  82. 81. El perdón de las faltas ajenas
  83. 82. Paciencia ante la adversidad
  84. 83. La cooperación mutua
  85. 84. La sinceridad
  86. 85. La curiosidad inapropiada
  87. 86. La integridad y la honradez en las transacciones
  88. 87. El pesimismo
  89. 88. La crueldad con los animales
  90. 89. Tolerancia en cuestiones de religión
  91. 90. Valentía
  92. 91. Consideración con los incultos
  93. 92. El cumplimiento de los pactos
  94. 93. El respeto a los servidores de la humanidad
  95. 94. La vida del Profeta es un libro abierto
  96. 95. Notas
  97. 96. Sobre el autor
  98. 97. Índice de Temas
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La carta al Muqauqis fue llevada por Hatib ibn Abi Balta’a(ra). El texto de esta carta era el mismo que el de la carta al Emperador romano. Decía que el pecado del rechazo por parte de los súbditos romanos recaería sobre la cabeza del Emperador. En la carta dirigida al Muqauquis, el pecado del rechazo por parte de los coptos recaería sobre la cabeza de su jefe. La carta decía lo siguiente:

“En el nombre de Al’lah, el Clemente, el Misericordioso. Esta carta es de Muhammad(sa), el Mensajero de Al’lah, al Muqauquis, Jefe de los coptos. La paz sea con quien sigue el camino de la justicia. Te invito a aceptar el Mensaje del Islam. Si crees, te salvarás y tu recompensa será doble. Si te niegas a creer, el pecado del rechazo por parte de los coptos también recaerá sobre tu cabeza. Di: “¡Pueblo del Libro! Venid a una palabra igual entre nosotros y vosotros, que no adoremos más que a Al’lah, no asociemos partícipes a Él ni tomemos a otros como señores, salvo a Al’lah”. Pero, si se alejan di: “Atestiguad que nos hemos sometido a Dios.”. (Halbiyya, Vol. 3, pág. 275).

Cuando Hatibra llegó a Egipto, no encontró a Muqauquis en la capital. Hatibra le siguió a Alejandría donde, a la orilla del mar, se había reunido la Corte. Hatibra viajó en barco, y percatándose de que la corte estaba bien guardada, mostró la carta desde cierta distancia y empezó a hablar en voz alta. El Muqauquis mandó traer al enviado del Profeta(sa). Leyó la carta y dijo: “Si este hombre es un verdadero Profeta(sa), ¿Por qué no reza por la destrucción de sus enemigos?” Hatibra respondió: “Tú crees en Jesucristo. Fue maltratado por su pueblo y aun así, no pidió su destrucción.” El rey alabó a Hatibra, diciendo que era el enviado sabio de un hombre sabio. Había contestado bien a las preguntas que se le habían hecho. Hatibra habló otra vez: “Antes que tú, hubo un rey orgulloso, arrogante y cruel. Fue el Faraón que persiguió a Moisés. Al final le alcanzó el castigo divino. No muestres, pues, orgullo y cree en este Profeta(sa) de Dios. Por Dios, ¿Moisés no anunció el advenimiento de Jesús con la misma claridad que Jesús anunció a Muhammad(sa)? Te invitamos a Muhammad(sa) el Profeta(sa), al igual que los cristianos invitáis a los judíos a aceptar a Jesús. Cada Profeta(sa)tiene sus seguidores, que han de obedecerlo. Ahora que ha aparecido un Profeta(sa) en tu época, te incumbe creer en él y seguirle. Ten presente que nuestra religión no exige que niegues a Jesús, ni que le desobedezcas. Nuestra religión requiere que todos crean en Jesús”.

Tras escuchar estas palabras, Muqauquis reveló que ya había oído hablar de las enseñanzas de este Profeta(sa) y que consideraba que no enseñaba nada malo, ni prohibía nada bueno. También había indagado y sabía que el Profeta(sa) no era ni mago ni adivino. Había oído hablar del cumplimiento de algunas de sus profecías. Después mandó traer un arca de marfil, introdujo en ella la carta, la selló y la entregó a una criada, para que la pusiera en un lugar seguro. Escribió también una respuesta al Profeta(sa), cuyo texto se conserva en los anales:

En el nombre de Al’lah, el Clemente, el Misericordioso. De Muqauquis, Rey de los coptos, a Muhammad(sa) hijo de Abdul’lah. La paz sea contigo. Después de esto, te digo que he leído tu carta y he reflexionado acerca de su contenido y de las creencias que me invitas a aceptar. Reconozco que los Profetas hebreos han predicho el advenimiento de un Profeta(sa) en nuestra era. Pero creía que iba a aparecer en Siria. He recibido a tu enviado, y le he regalado mil dinars y cinco Knilats. Además, te envío dos muchachas egipcias como regalo. Mi pueblo, los coptos, estiman mucho a estas muchachas. Una se llama María y la otra Sirin. Igualmente te envío veinte prendas hechas de lino egipcio de la mejor calidad, y una mula para viajar. Finalmente, rezo de nuevo para que Dios te conceda la paz (Zurqani y Tabari).

De esta carta se desprende que aunque el Muqauquis trató la carta con gran respeto, no aceptó el Islam.

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