40. Carta al rey de Persia
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Capítulos
  1. 0. Prefacio
  2. 1. Arabia en la época del nacimiento del Profeta
  3. 2. El matrimonio del Santo Profeta con Jadiyya
  4. 3. El Profeta recibe su primera revelación
  5. 4. Los primeros conversos
  6. 5. La persecución de los fieles
  7. 6. El mensaje del Islam
  8. 7. La emigración a Abisinia
  9. 8. ‘Umar acepta el Islam
  10. 9. La persecución se intensifica
  11. 10. El viaje del profeta a Ta’if
  12. 11. El Islam se extiende a Medina
  13. 12. El primer juramento de ‘Aqaba
  14. 13. La Hégira
  15. 14. Suraqa persigue al Profeta
  16. 15. El Profeta llega a Medina
  17. 16. Abu Ayyub Ansari anfitrión del Profeta
  18. 17. La vida en Medina se vuelve insegura
  19. 18. El pacto entre diversas tribus de Medina
  20. 19. Los Mequíes se preparan para atacar Medina
  21. 20. La batalla de Badr
  22. 21. Se cumple una gran profecía
  23. 22. La batalla de Uhud
  24. 23. La victoria se convierte en derrota
  25. 24. Los rumores de la muerte del Profeta llegan a Medina
  26. 25. El enfrentamiento con los Banu Mustaliq
  27. 26. La batalla de la fosa
  28. 27. Una lucha muy desigual
  29. 28. La traición de los Banu Quraiza
  30. 29. Los confederados se dispersan
  31. 30. El castigo de los Banu Quraiza
  32. 31. El juicio de Sa’d inspirado en la Biblia
  33. 32. ¿Deseaba el Profeta continuar la guerra?
  34. 33. Enseñanzas del Judaísmo y Cristianismo sobre la guerra
  35. 34. La enseñanza del Corán respecto a la guerra y la paz
  36. 35. Los preceptos del Profeta respecto a la guerra
  37. 36. Ataques esporádicos de los incrédulos
  38. 37. El Profeta parte a la Meca con mil quinientos compañeros
  39. 38. El tratado de Hudaibiya
  40. 39. Las cartas del Profeta a varios reyes
  41. 40. Carta al rey de Persia
  42. 41. La carta al Negus
  43. 42. Carta al jefe del estado Egipcio
  44. 43. Carta al jefe del Bahrein
  45. 44. La caída de Jaibar
  46. 45. Se cumple la visión del Profeta
  47. 46. La batalla de Mauta
  48. 47. el profeta parte hacia la meca con diez mil fieles
  49. 48. La derrota de la Meca
  50. 49. El Profeta entra en la Meca
  51. 50. La Ka’ba, libre de ídolos
  52. 51. El Profeta perdona a sus enemigos
  53. 52. ‘Ikrima se hace musulmán
  54. 53. La batalla de Hunain
  55. 54. “el profeta de dios os llama”
  56. 55. Un enemigo jurado se convierte en seguidor devoto
  57. 56. El Profeta distribuye el botín
  58. 57. Las maquinaciones de Abu ‘Amir
  59. 58. La expedición de Tabuk
  60. 59. El último peregrinaje
  61. 60. El Profeta hace alusión a su fallecimiento
  62. 61. Los últimos días del Profeta
  63. 62. El Profeta fallece
  64. 63. La personalidad y el carácter del Profeta
  65. 64. La pureza del alma y la limpieza del Profeta
  66. 65. La vida sencilla del Santo Profeta
  67. 66. Su relación con Dios
  68. 67. Su desaprobación de la penitencia
  69. 68. Su actitud hacia sus esposas
  70. 69. Elevadas cualidades morales
  71. 70. Su templanza
  72. 71. Justicia y equidad
  73. 72. Su consideración por los pobres
  74. 73. La protección de los intereses de los pobres
  75. 74. El trato a los esclavos
  76. 75. El trato a las mujeres
  77. 76. Su actitud hacia los difuntos
  78. 77. El trato a los vecinos
  79. 78. El trato a los parientes
  80. 79. La buena compañía
  81. 80. La protección de la fe
  82. 81. El perdón de las faltas ajenas
  83. 82. Paciencia ante la adversidad
  84. 83. La cooperación mutua
  85. 84. La sinceridad
  86. 85. La curiosidad inapropiada
  87. 86. La integridad y la honradez en las transacciones
  88. 87. El pesimismo
  89. 88. La crueldad con los animales
  90. 89. Tolerancia en cuestiones de religión
  91. 90. Valentía
  92. 91. Consideración con los incultos
  93. 92. El cumplimiento de los pactos
  94. 93. El respeto a los servidores de la humanidad
  95. 94. La vida del Profeta es un libro abierto
  96. 95. Notas
  97. 96. Sobre el autor
  98. 97. Índice de Temas
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La carta al Rey de Persia fue enviada a través de ‘Abdul’lah bin Hudhfa(ra). He aquí el texto de la carta:

“En el nombre de Al’lah, el Clemente, el Misericordioso. Esta carta es de Muhammad(sa), el Mensajero de Dios, a Cosroes, Jefe de Persia. La paz sea con todo hombre que se somete a la guía perfecta, que cree en Al’lah, atestigua la Unicidad de Dios, no le atribuye partícipes ni iguales, y reconoce a Muhammad(sa) como Su Siervo y Su Mensajero. ¡Oh, Rey! Dios me ha ordenado invitarte al Islam. Porque Él me ha mandado como Su Mensajero para toda la humanidad, para amonestar a todos los hombres, y completar mi Mensaje para todos los incrédulos. Acepta el Islam y protégete contra todos los males. Si rechazas esta invitación, sobre tu cabeza recaerá el pecado del rechazo por parte de tus súbditos.” (Zurqani y Jamis)

‘Abdul’lah bin Hudhfa(ra) relata que, al llegar a la corte de Cosroes, solicitó audiencia con el Rey, y le entregó la carta; un intérprete la leyó y explicó su contenido. Al oír el mensaje de la carta, Cosroes se enfureció y la rompió en pedazos. ‘Abdul’lah bin Hudhfa(ra) presentó su informe al Profeta(sa) que, tras oír lo sucedido, dijo: “Dios dará al Imperio de Cosroes el mismo trato que ha dado él a nuestra carta”, (es decir, romperlo en pedazos).

El arrebato de ira mostrado en esta ocasión por Cosroes era el resultado de una campaña perversa de propaganda dirigida contra el Islam por los judíos que habían emigrado desde territorios romanos a Persia. Estos refugiados judíos desempeñaron un papel importante en las intrigas contra los romanos que se generaban en Persia, y por lo tanto, se habían convertido en favoritos de la corte persa. Cosroes se sintió lleno de ira contra el Profeta(sa). Le pareció que los informes judíos sobre el Profeta(sa) traídos a Persia se veían confirmados con esta carta. Consideró al Profeta(sa) como un aventurero agresivo, con ambiciones respecto a Persia. Poco tiempo después, Cosroes escribió al Gobernador del Yemen, diciendo que uno de los quraishíes de Arabia se había anunciado como Profeta(sa). Sus afirmaciones se estaban volviendo excesivas. Pidió al Gobernador que enviara a dos hombres y les encargara detener a este quraishí, y traerle a la corte persa. Badham, Gobernador de Yemen bajo Cosroes, envió a un jefe militar y un acompañante montado a caballo a buscar al Profeta(sa), junto con una carta, en la que se explicaba que tras recibir la carta, el Profeta(sa) debía acompañar inmediatamente a los dos mensajeros a la corte persa. Los mensajeros tenían la intención de ir primero a La Meca. Al llegar cerca de Ta’if, les dijeron que el Profeta(sa) vivía en Medina. Se dirigieron, pues, a Medina, y una vez llegados allí, este jefe militar dijo al Profeta(sa) que Badham, Gobernador del Yemen, había recibido órdenes de Cosroes de detenerle y llevarle a Persia. Si el Profeta(sa) se negaba a obedecer, le destruiría a él y a su pueblo, y demolería su tierra. Por compasión hacia el Profeta(sa), este delegado del Yemen recomendó al Profeta(sa) que obedeciera, y consintiera ir a Persia. Después de escuchar sus palabras, el Profeta(sa) propuso que los delegados volvieran a reunirse con él al día siguiente. Durante la noche, el Profeta(sa) rezó a Dios, que le informó que la insolencia de Cosroes le había costado la vida. “Hemos puesto a su propio hijo en contra suya y este hijo matará a su padre el día 10 de Yumad al-‘Ula de este año.” Según algunas versiones, la revelación decía: “El hijo ha matado al padre esta misma noche.” Es posible que aquella misma noche fuera la del 10 de Yumad al-‘Ula. Por la mañana, el Profeta(sa) llamó a los delegados de Yemen y les dijo lo que le había sido revelado aquella noche. Entonces preparó una carta dirigida a Badham, en la que escribió que Cosroes sería asesinado el día concreto del mes determinado. Cuando el Gobernador del Yemen recibió la carta, dijo: “Si este hombre es Profeta(sa), será justo como él dice. Si no, que Dios le ayude a él y a su país.” Poco tiempo después, un barco procedente de Persia amarró en el puerto del Yemen. Traía una carta del Emperador de Persia, dirigida al Gobernador del Yemen. La carta llevaba un nuevo sello, de lo que el Gobernador dedujo que la profecía del Profeta(sa) árabe se había cumplido. Un nuevo sello significaba un nuevo rey. Abrió la carta y leyó:

De Cosroes Siroes a Badham, Gobernador del Yemen. He matado a mi padre, porque se había vuelto corrupto e injusto como Emperador. Mató a los nobles y maltrató a sus súbditos. En cuanto recibas esta carta, reúne a todos los oficiales y pide que me juren su lealtad. En cuanto a las órdenes de mi padre respecto a la detención de un Profeta(sa) árabe, puedes considerarlas anuladas (Tabari, Vol. 3, págs. 1572-1574, e Hisham pág. 46).

Badham quedó tan impresionado por estos acontecimientos que él, junto con muchos amigos, declaró inmediatamente su fe en el Islam, e informaron al Profeta(sa) de su decisión.

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