- وَ اِذۡ اَخَذَ رَبُّکَ مِنۡۢ بَنِیۡۤ اٰدَمَ مِنۡ ظُہُوۡرِہِمۡ ذُرِّیَّتَہُمۡ وَ اَشۡہَدَہُمۡ عَلٰۤی اَنۡفُسِہِمۡ ۚ اَلَسۡتُ بِرَبِّکُمۡ ؕ قَالُوۡا بَلٰی ۚۛ شَہِدۡنَا ۚۛ اَنۡ تَقُوۡلُوۡا یَوۡمَ الۡقِیٰمَۃِ اِنَّا کُنَّا عَنۡ ہٰذَا غٰفِلِیۡنَ ﴿۱۷۳﴾ۙ7 : 173 Y cuando tu Señor crea de los hijos de Adán –de su misma carne-, su descendencia y los convierte en testigos contra ellos mismos diciendo: “¿Acaso no soy vuestro Señor?”. Ellos responden: “Sí, somos testigos de ello”. Esto lo hace Él no sea que digáis en el Día de la Resurrección: “En verdad lo desconocíamos”.