- فَجَآءَتۡہُ اِحۡدٰٮہُمَا تَمۡشِیۡ عَلَی اسۡتِحۡیَآءٍ ۫ قَالَتۡ اِنَّ اَبِیۡ یَدۡعُوۡکَ لِیَجۡزِیَکَ اَجۡرَ مَا سَقَیۡتَ لَنَا ؕ فَلَمَّا جَآءَہٗ وَ قَصَّ عَلَیۡہِ الۡقَصَصَ ۙ قَالَ لَا تَخَفۡ ٝ۟ نَجَوۡتَ مِنَ الۡقَوۡمِ الظّٰلِمِیۡنَ ﴿۲۶﴾28 : 26 Una de dos mujeres se acercó a él, andando recatadamente. Dijo: “Mi padre te llama para recompensarte por habernos abrevado nuestro ganado”. Así, cuando llegó a él y le contó la historia, dijo: “No temas; te has librado de un pueblo injusto”.