- وَ اِذۡ تَقُوۡلُ لِلَّذِیۡۤ اَنۡعَمَ اللّٰہُ عَلَیۡہِ وَ اَنۡعَمۡتَ عَلَیۡہِ اَمۡسِکۡ عَلَیۡکَ زَوۡجَکَ وَ اتَّقِ اللّٰہَ وَ تُخۡفِیۡ فِیۡ نَفۡسِکَ مَا اللّٰہُ مُبۡدِیۡہِ وَ تَخۡشَی النَّاسَ ۚ وَ اللّٰہُ اَحَقُّ اَنۡ تَخۡشٰہُ ؕ فَلَمَّا قَضٰی زَیۡدٌ مِّنۡہَا وَطَرًا زَوَّجۡنٰکَہَا لِکَیۡ لَا یَکُوۡنَ عَلَی الۡمُؤۡمِنِیۡنَ حَرَجٌ فِیۡۤ اَزۡوَاجِ اَدۡعِیَآئِہِمۡ اِذَا قَضَوۡا مِنۡہُنَّ وَطَرًا ؕ وَ کَانَ اَمۡرُ اللّٰہِ مَفۡعُوۡلًا ﴿۳۸﴾33 : 38 Y acuérdate de cuando dijiste a quien Al‑lah había concedido Sus favores y a quien tú también concediste tus favores: “Conserva tu esposa para ti y teme a Al‑lah”. Mas escondiste en tu corazón lo que A1‑lah iba a sacar a la luz, y tuviste miedo de los hombres, mientras que Al‑lah tenía mejor derecho a que Lo temieras. Después, cuando Zaid hubo cumplido lo que quería de ella, hasta el punto de no necesitarla más, la unimos en matrimonio contigo, para que no hubiese impedimento para los creyentes en cuanto a las esposas de sus hijos adoptados, una vez cumplido su deseo. Y el decreto de Al‑lah debe cumplirse.