96. El Vigilante (Al-Raqīb)

مَا قُلۡتُ لَهُمۡ إِلَّا مَآ أَمَرۡتَنِي بِهِۦٓ أَنِ ٱعۡبُدُواْ ٱللَّهَ رَبِّي وَرَبَّكُمۡ وَكُنتُ عَلَيۡهِمۡ شَهِيدًا مَّا دُمۡتُ فِيهِمۡۖ فَلَمَّا تَوَفَّيۡتَنِي كُنتَ أَنتَ ٱلرَّقِيبَ عَلَيۡهِمۡۚ وَأَنتَ عَلَىٰ كُلِّ شَيۡءٍ شَهِيدٌ
“No les he dicho sino lo que Tú me ordenaste: “adorad a Al’lah, mi Señor y vuestro Señor”. Y fui testigo ante ellos mientras permanecí entre ellos, pero desde que me hiciste morir, Tú has sido su Vigilante; y Tú eres Testigo ante todas las cosas.” [1]
La atribución رَقِيْبُ (Al-Raqīb) proviene de la raíz رَقَبَ (ra-qa-ba), que puede significar vigilar, proteger, esperar, cuidar o estar atento a algo o alguien. De manera similar, en el léxico árabe Aqrab al-Mawārid, se denomina رَقِيْبُ الْجَيْشِ (raqīb al-jaish) al explorador que avanza delante del ejército para informarle sobre la situación y posibles peligros.
En el versículo del Sagrado Corán mencionado anteriormente, este atributo aparece en una conversación entre Jesús (as) y Dios Altísimo. Cuando se le pregunta si instruyó a sus seguidores para que le adoraran a él y a su madre, Jesús (as) responde afirmando que, después de su fallecimiento, él no tuvo conocimiento de cómo actuarían sus seguidores y que solo Dios Altísimo fue Quien los observó y cuidó.
De hecho, el Santo Profeta (sa) mismo ha afirmado que dará la misma respuesta ante Dios en el Día del Juicio, cuando algunos de sus seguidores se desvíen del camino correcto. En una narración se menciona:
“El Día del Juicio, algunos de los míos serán llevados hacia el fuego del infierno. Entonces yo diré: ‘¡Oh mi Señor! Estos son mis Compañeros.’ Pero se me dirá: ‘Tú no sabes lo que innovaron después de ti.’ Entonces yo diré lo mismo que dijo el siervo justo [Jesús (as)]: ‘Y fui testigo de ellos mientras permanecí entre ellos; pero cuando me hiciste morir, fuiste Tú el que los vigilaba.’” [2]
Beneficio de la creencia en Dios como vigilante de la humanidad
El Prometido Mesías (as) ha afirmado que la creencia en un Dios que vigila a la humanidad permite a las personas avanzar tanto moral como espiritualmente. Escribe:
“…para reformar nuestra moral, es necesario creer en un Ser que vigila al hombre en todo estado y en todo momento, y que conoce todas sus obras, acciones y los secretos de su corazón. Pues, en realidad, solo aquel cuya apariencia y esencia sean una, y cuyo corazón esté en armonía con su imagen, es verdaderamente justo.” [3]
Notas
[1] Sagrado Corán, 5:118.
[2] Ṣaḥīḥ al-Bujārī, Kitāb al-Tafsīr, hadiz núm. 4625.
[3] Ḥazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), Malfuzat, vol. II (Farnham, Surrey: Islam International Publications Ltd., 2019), 33.