82. El Justo (Al-Adl)

إِنَّ ٱللَّهَ يَأۡمُرُ بِٱلۡعَدۡلِ وَٱلۡإِحۡسَٰنِ وَإِيتَآيِٕ ذِي ٱلۡقُرۡبَىٰ وَيَنۡهَىٰ عَنِ ٱلۡفَحۡشَآءِ وَٱلۡمُنكَرِ وَٱلۡبَغۡيِۚ يَعِظُكُمۡ لَعَلَّكُمۡ تَذَكَّرُونَ
En verdad, A’-lah os ordena permanecer en la justicia y dispensar un trato amable, y dar como se da a los parientes; y prohíbe la obscenidad, la maldad manifiesta y la transgresión. Él os exhorta para que caigáis en la cuenta.” [1]
El atributo الْعَدْلُ (Al-Adl) proviene de la raíz árabe عَدَلَ (a-da-la). Según el léxico árabe ‘Aqrab al-Mawārid’, الْعَدْلُ (Al-Adl) significa justicia y es el antónimo de الْجَوْرُ (al-Ŷaur), que significa injusticia. La expresión عَدَلَ فُلانًا بِفُلانٍ (adala fulānan bi fulān) indica que alguien actuó con justicia entre dos personas.
Al-Adl también conlleva otros significados, como recompensa o compensación. Uno de sus sentidos es sacrificar algo a cambio de otra cosa. Además, puede referirse a un regalo o a una acción complementaria que no es obligatoria ni forzada.
Se relata que Hazrat Abdullah (ra) dijo:
“El día de Hunain, el Mensajero (sa) de Al’lah distribuyó el botín de guerra y otorgó más a algunos que a otros. Le dio a Iqra bin Habis cien camellos, y otorgó la misma cantidad a Uyainah. También dio parte a los jefes de Arabia y, ese día, repartió el botín de manera que algunos recibieron más que otros. Ante esto, una persona dijo: ‘¡Por Al’lah! Esta distribución no es justa ni está de acuerdo con la voluntad de Al-lah.’”
El narrador (es decir, Hazrat Abdullah (ra)) continúa diciendo:
“‘¡Por Al’lah! Informaré de esto al Mensajero (sa) de Al’lah. Fui al Santo Profeta (sa) y le transmití lo que se había dicho. Su rostro cambió de color y se tornó rojo. Entonces dijo: ‘Si Al’lah y Su Mensajero (sa) no hacen justicia, ¿quién más la hará?’ Luego añadió: ‘Que Al’lah tenga misericordia de Moisés (as); fue atormentado más que esto, pero mostró paciencia.’” [2]
Al’lah Impartirá Justicia
Al explicar la perfección de Al’lah como el Más Justo, el Mesías Prometido (as) afirma:
“En resumen, los malos pensamientos destruyen al ser humano. Tanto es así que cuando los condenados al infierno sean arrojados en él, Dios Altísimo dirá que su pecado fue pensar mal de Al’lah. Hay personas que creen que Dios Altísimo perdonará a los malhechores pero castigará a los justos. Esto también es pensar mal de Dios porque contradice Su atributo de justicia e implica que la virtud y sus consecuencias —establecidas por Dios en el Sagrado Corán— han sido desperdiciadas, como si fueran en vano.
Por lo tanto, tened presente que el destino final de los malos pensamientos es el infierno. No consideréis esto como un defecto menor, porque los malos pensamientos conducen a la desesperación, la desesperación lleva a la transgresión y la transgresión lleva al infierno. Es algo que corta de raíz la verdad y la sinceridad (ṣidq). Por ello, absteneos de este vicio y elevad vuestras oraciones para alcanzar las virtudes de quien es Veraz (ṣiddīq).” [3]
Notas:
[1] El Sagrado Corán, 16:91.
[2] Ṣaḥīḥ Muslim, Kitāb al-Zakāt, Hadiz Nº 2444.
[3] Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), Malfuzat – Vol. 2 (Farnham, UK: Islam International Publications Ltd., 2019), pp. 86-87.