37. El que responde las oraciones (Al-Muyíb)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Capítulos
  1. 1. El Clemente (Ar-Rahman)
  2. 2. El Misericordioso (Ar-Rahim)
  3. 3. El Dueño (Al-Malik)
  4. 4. El Santo (Al-Quddus)
  5. 5. La Fuente de Paz (As-Salām)
  6. 6. El Otorgador de Seguridad (Al-Mu’min)
  7. 7. El Protector (Al-Muhaymin)
  8. 8. El Poderoso (Al-Aziz)
  9. 9. El Subyugador (Al-Jabbār)
  10. 10. El Exaltado (Al-Mutakabbir)
  11. 11. El Creador (Al-Khaliq)
  12. 12. El Hacedor (Al-Bāri’)
  13. 13. El Formador (Al-Muṣawwir)
  14. 14. El Supremo (Al-Qahhār)
  15. 15. El Donador (Al-Wahhāb)
  16. 16. El Omnioyente (As-Sami’)
  17. 17. El Bondadoso (Al-Latif)
  18. 18. El Conocedor de Todo (Al-Khabir)
  19. 19. El Indulgente (Al-Halim)
  20. 20. El Perdonador (Al-Ghafūr)
  21. 21. El Omnisciente (Al-‘Alīm)
  22. 22. El que extiende (Al-Bāsiṭ)
  23. 23. El que da humildad (Al-Khāfiḍ)
  24. 24. El que concede el honor (Al-Mu’izz)
  25. 25. El Juez Sabio (Al-Hakam)
  26. 26. El Altísimo (Al-Aliyy)
  27. 27. El Justiciero (Al-Hasib)
  28. 28. El Controlador (Al-Qabid)
  29. 29. El humillador (Al-Mudhill)
  30. 30. El Omnividente (Al-Baṣīr)
  31. 31. El Guardián (Al-Ḥafīẓ)
  32. 32. El Poderoso (Al-Muqīt)
  33. 33. El Grande (Al-Aẓīm)
  34. 34. El Sumo Apreciador (Ash-Shakūr)
  35. 35. El Honrable (Al-Karim)
  36. 36. El Grande (Al-Kabir)
  37. 37. El que responde las oraciones (Al-Muyíb)
  38. 38. El Abundante (Al-Wāsi’)
  39. 39. El Señor de Honor (Al-Majīd)
  40. 40. El lleno de amor (Al-Wadud)
  41. 41. El Resucitador de Muertos (Al-Bais)
  42. 42. La Fuente de Verdad (Al-Haqq)
  43. 43. El Sabio (Al-Hakim)
  44. 44. El Guardián (Al-Wakil)
  45. 45. El Poderoso (Al-Qawiyy)
  46. 46. El Testigo (Ash-Shahīd)
  47. 47. El Fuerte (Al-Matīn)
  48. 48. El Digno de Alabanza (Al-Ḥamīd)
  49. 49. El Protector (Al-Waliyy)
  50. 50. El Calculador (Al-Muḥṣī)
  51. 51. El Originador (Al-Mubdi’)
  52. 53. El que da Vida (Al-Muhyi)
  53. 52. El Restaurador (de la vida) (Al-Mu‘īd)
  54. 54. El Tomador de Vida (Al-Mumīt)
  55. 55. El Viviente (Al-Hayy)
  56. 56. El que se basta por Sí Mismo (Al-Qayyūm)
  57. 57. El Fundador Sin Necesidades (Al-Wājid)
  58. 58. El Glorificado (Al-Mājid)
  59. 59. El Uno (Al-Wāḥid)
  60. 60. El Poseedor de Poder y Autoridad (Al-Qādir)
  61. 61. El Omnipotente (Al-Muqtadir)
  62. 62. El Benevolente (Al-Barr)
  63. 63. El Señor de la Unidad (Al-Aḥad)
  64. 64. El Independiente y el Solicitado por Todos (Aṣ-Ṣamad)
  65. 65. El Proveedor [de Medios para el Progreso y Avance] (Al-Muqaddim)
  66. 66. El Posponedor (Al-Mu´ajir)
  67. 67. El Gran Sostenedor (Ar-Razzaq)
  68. 68. El Primero (Al-Awwal)
  69. 69. El Último (Al-Ājir)
  70. 85. El que prohíbe; El que retiene (Al-Māni)
  71. 86. La luz (Al-Nur)
  72. 87. El Guía (Al-Hadi)
  73. 88. El que inflige el castigo (Al-Darr)
  74. 89. El Benefactor (Al-Nafi)
  75. 99. El Señor (Al-Rabb)
  76. 98. El Dueño de la Gloria y el Honor (Dhū al-Jalāl wa al-Ikrām)
  77. 97. El Señor de la Majestad (Al-Jalīl)
  78. 96. El Vigilante (Al-Raqīb)
  79. 95. El Exaltador (Al-Rāfi‘)
  80. 100. El Sanador (Al-Shāfī)
  81. 101. El Señor del Trono (Dhū al-‘Arsh)
  82. 102. El Señor de la Majestad (Dhū al-Waqār)
  83. 103. El Suficiente (Al-Kāfī)
  84. 104. El Otorgador de Favores (Al-Mun‘im)
  85. 105. El Otorgador de Favores (Al-Mun‘im)
  86. 106. El Hacedor u Originador (Al-Fāṭir)
  87. 107. El que Manifiesta (Al-Mubīn)
  88. 108. El Cercano (Al-Qarīb)
  89. 109. El Poseedor de la generosidad (Dhū al-Taul)
  90. 110. El Hermoso (Al-Jamīl)
  91. 111. El Severo (Al-Shadīd)
  92. 112. El Eterno (Al-Abad)
  93. 113. El Completo y Perfecto (Al-Tāmm)
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37. El que responde las oraciones (Al-Muyíb)

وَإِذَا سَأَلَكَ عِبَادِي عَنِّي فَإِنِّي قَرِيبٌ أُجِيبُ دَعْوَةَ الدَّاعِ إِذَا دَعَانِ فَلْيَسْتَجِيبُوا لِي وَلْيُؤْمِنُوا بِي لَعَلَّهُمْ يَرْشُدُونَ

“Cuando mis siervos te pregunten por Mí, diles: “Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca. Por tanto, debéis escucharme y creer en Mí, para que podáis seguir el camino recto.”

El atributo المُجِيْبُ – Al-Muyíb – deriva de la raíz árabe de la palabra جَابَ – yaba. Según el lexicón árabe, las palabras derivadas de esta raíz pueden tener varios significativos. Por ejemplo, جَابَ الثَّوبَ significa alguien cortó la tela. De la misma forma, أَجَابَ عَنْ سَؤالِهِ significaría que contestó la pregunta.

Cuando se usa como un atributo de Dios, المُجِيْبُ Al-Muyíb significa Él que acepta las oraciones.

Este atributo ha sido explicado más en detalle por el Santo Profeta (sa) en la siguiente narración.

عَنْ أَبِيْ مُوسٰى ؛ أَنَّهُمْ كَانُوْا مَعَ رَسُوْلِ اللهِ صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَ سَلَّمَ فِيْ سَفَرٍ، فَرَفَعُوْا أَصْوَاتَهُمْ بِالدُّعَاءِ، فَقَالَ رَسُوْلُ اللهِ صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَ سَلَّمَ: اَنَّكُمْ لَا تَدْعُوْنَ أَصَمَّ وَلَاغَائِبًا، اِنَّكُمْ تَدْعُوْنَ قَرِيْبًا مُّجِيْبًا يَسْمَعُ دُعَاءَكُمْ وَيَسْتَجِيْبُ ، ثُمَّ قَالَ: يَا عَبْدَ اللهِ بْن قَيْس  أَوْ يَا أَبَا مُوْسٰى، أَلَا أَدُلُّكَ عَلٰى كَنْزٍ مِّنْ كُنُوْزِ الْجَنَّةِ، لَا حَوْلَ وَلَا قُوَّةَ اِلَّا بِاللّه

Hadrat Abu Musa Ash’ari (ra) relata que una vez estaban viajando en la compañía del Santo Profeta (sa) cuando la gente empezaba a suplicar en voz alta. Entonces, el Santo Profeta (sa) dijo, ‘¡O gente! No estáis pidiendo a Alguien que está sordo y ausente. De hecho, estáis pidiendo a Alguien que es Qaríb (cercano) y Muyíb y escucha a vuestras súplicas y os concede su aceptación.’ El Santo Profeta (sa) luego afirmó a Abdul’lah bin Qais (ra) o bien a Abu Musa (ra), ‘¿Te informo sobre uno de los tesoros del paraíso? Es (la siguiente oración) – No hay poder ni fuerza excepto con Al’lah -.’

Principios de Aceptación de las Oraciones

El Mesías Prometido (as) escribe, ‘mi Maestro Compasivo, Dios el Exaltado, me ha prometido claramente: اُجِيْبُ كُلَّ دُعَائِكَ – “Aceptaré cada una de tus oraciones”. Sin embargo, soy muy consciente de que la palabra ‘cada’ (kul’la) se refiere a aquellas oraciones que, si las acepta, no causan ningún daño. Al contrario, donde Al’lah el Exaltado desea mejora y reformación, rechazar una plegaria también es una forma de aceptarla. A veces, una persona no tiene éxito en lograr el resultado de su oración. Asume que Dios el Exaltado ha rechazado su oración, aunque realmente ha aceptado su solicitud y la aceptación se manifiesta en la forma de desaprobación. En este caso específico, detrás del aparente velo, la verdad es que la ventaja y el beneficio real reside en el rechazo de la oración del suplicante. Debido a que el hombre es corto de miras, le falta previsión acerca del futuro, y da importancia a lo aparente, es aconsejable que cuando rece a Al’lah el Exaltado y no reciba un resultado que parece aparentemente beneficioso según su noción preconcebida, no piense mal de Dios y concluya que su plegaria ha sido rechazada. Dios el Exaltado escucha a las plegarias de cada suplicante.

اُدْعُوْنِي اَسْتَجِبْ لَكُمْ

“Suplícame a Mí, Yo te responderé”

El misterio y secreto es que lo mejor y lo más beneficioso para el suplicante reside en el rechazo de su súplica.

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