¿Tenemos lo que no merecemos?
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

En pocas palabras, sí, si creemos en Dios.  Pero si no hay Dios, entonces la cuestión de lo que merecemos o no merecemos no tiene sentido. Richard Dawkins dijo una vez que efectivamente somos robots pesados o máquinas orgánicas. Si somos el producto casual de procesos accidentales ocurridos en esta tierra accidental, y nosotros somos el resultado,  moriremos algún día y eso será todo. Si no hay un Poder Consciente que sea Gracioso y Misericordioso, entonces nadie merece nada ya que todo es por casualidad. Nada significa nada.

Sin embargo, según el islam, hay un Dios Viviente que “… tiene cuatro atributos principales, y  que se consideran las madres de todos los atributos”. Cada uno de ellos implica una exigencia a la humanidad. Son los siguientes:  Rububiyyat, Rahmaniyyat, Rahimiyyat y Malikiyyat del Día del Juicio. (1)

Cuando estudiamos la Ley Divina de la naturaleza, diferenciamos  claramente que todo lo que Dios ha provisto para Sus siervos se puede dividir en dos tipos:  Rahmaniyyat y Rahimiyyat. Rahmaniyyat – en el lenguaje del Sagrado Corán –  es Su Gracia, nacida mucho antes de la existencia del hombre, y no tiene nada que ver con ningún  esfuerzo o acción de su parte, como el sol, la luna, las estrellas, la tierra, el agua o el aire y se lleva a cabo por el bienestar y la comodidad del hombre. Esta generosidad no se otorga a cambio de las acciones virtuosas del hombre, sino por pura Gracia. Rahimiyyat, por otro lado, es un  tipo de misericordia en el lenguaje del Sagrado Corán y que conlleva recompensas otorgadas al hombre a cambio de sus supuestas acciones virtuosas. (2)

La distinción entre Rahmaniyyat y Rahimiyyat está en que el primero no está relacionado con la acción y el esfuerzo, mientras que el segundo depende de ellos; pero existe la posibilidad del fracaso humano. La compasión divina busca darle cobijo. (3)

El fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía explica las muchas recompensas otorgadas al hombre sin ningún esfuerzo por parte de este. En otras palabras, recompensas otorgadas al hombre que en realidad  no  merecía:

“Dios creó el universo. Hizo el sol. Hizo la luna e hizo las estrellas. Hizo el aire, el agua y los granos para dar alimento. Creó hierbas y medicamentos para curar nuestras diversas dolencias. En resumen, otorgó, a través de Su pura gracia, miles y miles de dones y recompensas sin referencia alguna a servicio o trabajo por  nuestra parte. Si el hombre lanzara una mirada perspicaz a su alrededor, se daría cuenta de  cientos de miles de esas recompensas. No tendría ningún motivo para negarlo, sino que, por el contrario,  tendría que afirmar que todos estos dones y provisiones para su  comodidad, y que existen mucho antes de nuestro nacimiento, no son la consecuencia de ninguna actividad de nuestra parte. Por tanto, hay que tomar en consideración que  la tierra, el cielo,  todo lo que hay en ellos, nuestra propia constitución y condición en el vientre de nuestras madres y nuestras facultades actuales  no son el fruto de nuestro trabajos … Él hizo la luna, el sol, la tierra y proveyó todos nuestros requisitos antes de nuestro nacimiento. ¿Alguien puede sugerir con cuál  de nuestras obras deberíamos equilibrar estos dones? ”

Agrega también:

‘Uno debe, por lo tanto, reconocer que Dios es Rahman (Misericordioso) y que cientos de miles de Sus recompensas  que disfrutamos  se deben a Su Rahmaniyyat, pero no son consecuencia de ninguna de nuestras acciones … Nadie puede afirmar que son la recompensa de sus obras. Él es Rahim: la recompensa del trabajo honesto y la diligencia del hombre. Un hombre se esfuerza honestamente. El camino de Dios no permite que el trabajo honesto y el trabajo duro se desperdicien. En cambio, lo invierte con buenos resultados “. (4)

Dios ha revelado un capítulo completo del Sagrado Corán, llamado Al-Rahman, el Dios Misericordioso. Habiendo creado el universo, Dios creó al hombre como resultado de Su Beneficencia. Los dones de Dios no terminaron con la creación del hombre, sino que  hizo que todo el universo estuviera subordinado a él. En este capítulo, se hace una pregunta muy profunda: “¿Entonces, cuál  de los favores de vuestro Señor, vosotros, hombres y genios, negaréis?” (55:14)

Esta pregunta se refiere tanto a los creyentes como a los incrédulos, ya que ambos han recibido bondades de Dios. (5)

Aquel cuya alma esté libre de todo rastro de arrogancia y egoísmo y sea plenamente consciente de su propia debilidad e ineficacia, debería ser consciente de que tiene innumerables recompensas que no merece. ¿Quién recuerda pedirle a Dios por la vida, por nacer en este mundo? Te dio la vida sin que tú hayas hecho nada para merecerla. Un hombre  puede apreciar todo lo que tiene cuando se da cuenta de que él mismo es incapaz de lograr nada y no ve fuerza en su propia persona; entonces  su débil espíritu se empeña en buscar ayuda celestial, su mirada descansa todo el tiempo en el Todopoderoso. Uno se da cuenta entonces que hay muchas cosas que se le han concedido y que no merecía. De hecho, son Su Rahmaniyyat y Rahimiyyat los que le parecen los resortes principales para el logro efectivo de su propósito. (6) En respuesta, un creyente, por lo tanto, solo podría responder diciendo, como se afirma que el Santo Profeta del Islam (sa) dijo con respecto al Capítulo del Sagrado Corán, Al-Rahman: ‘Ninguno de tus favores, Señor nuestro, lo negamos y para ti es toda alabanza. (Kathir)

Como dice el Jefe de la Comunidad Musulmana Ahmadía:  “Adopte la humildad …” En su propia estimación, considérese insignificante e inferior a todo lo demás. Quizás puedas entrar en la Morada de la Unión de esta manera”. De hecho, darse cuenta de los favores de Dios hace a uno humilde. “Dios ama tus caminos humildes” [revelación del Mesías Prometido (as)]

Cuando uno se da cuenta de que se le han otorgado innumerables recompensas que no  merece, aprecia su existencia y su vida, y se da cuenta de que la vida vale la pena vivirla. Si no fuera así, ¿por qué el Ser Supremo otorga entonces tantas recompensas si la existencia del hombre no vale nada? Él nunca imaginaría  no querer vivir porque se da  cuenta del peso de las bondades de Dios sobre él, las que Dios le ha dado simplemente por Su pura Gracia. Entonces, cuando uno comienza a apreciarlas, las puertas de más recompensas se abren para él …

“si sois agra­decidos, en verdad os concederé más favores.” (Sagrado Corán capítulo 14, versículo 8).

Sea agradecido y aprecie lo que tiene. El Santo Profeta del Islam (sa) comenzó el día pronunciando las palabras “Toda alabanza pertenece a Allah” para expresar su gratitud hacia Dios, reconociendo el regalo que es estar vivo un día más y recordándose a sí mismo su propósito, alimentántdose él con el impulso y el propósito de ser la mejor versión de sí mismo ese día. El Profeta (sa) afirmó: “Quien entre vosotros se despierte físicamente sano, sintiéndose seguro y protegido consigo mismo con la comida del día, es como si hubiera adquirido el mundo entero”. Él también dijo: “Mira a los que están debajo de ti y no mires a los que están arriba, porque es la mejor manera de no menospreciar los favores de Dios”.

El Profeta Muhammad (sa) también fue un hombre tranquilo. Se narra que si había comida en la mesa, comía, si no, ayunaba. En estos días, a menudo escuchamos que expresar gratitud y satisfacción es un medio excelente para mantener una actitud positiva y lidiar con los problemas de salud mental.

En conclusión, vale la pena vivir la vida. Dios te dio vida por Su pura gracia. Nada de lo que Dios crea carece de propósito o es inútil. Esto es porque la creación del hombre tiene un valor, un propósito y una meta última. La Gracia de Dios lo comprende todo, se te concede sin ningún esfuerzo de tu parte y muestra Su Misericordia repetidamente a quienes cumplen Sus derechos y los derechos de Su creación. Uno nunca podría contar las bendiciones de Dios y eso es suficiente para que uno siga viviendo.  Qué  bendecido y afortunado es en verdad el  hombre.

El estado actual del mundo moderno -los desastres naturales, las catástrofes, la  pandemia, las guerras –  que ocurre  según el Decreto de Dios –  son una grave advertencia a la humanidad para que se reforme y renuncie a toda forma de injusticia y crueldad. De hecho, están dirigiendo al hombre a volverse hacia Dios Todopoderoso y cumplir Sus derechos y los de sus semejantes. (7)  Todo  es un recordatorio para que el hombre nunca olvide su propósito, su valor, y  lo que hace que la vida valga la pena.

En lo que respecta a las esperanzas y los sueños, se hacen realidad cuando uno ora, se esfuerza y ​​pone su confianza en Dios. De hecho, nunca destruye a los que confían en Él:

“¡Oh siervos míos! No perdáis la esperanza en Mí porque soy Misericordioso, Misericordioso.  Para quien enmienda sus faltas, nadie puede mostrar más Misericordia que Yo. Amadme aún más que a vuestros propios padres porque Yo soy aún más amoroso que ellos. Si venis hacia Mí os perdonaré todos vuestros pecados y si os arrepentís aceptaré vuestro arrepentimiento. Incluso si camináis lentamente hacia Mí, vendré corriendo. El que me busque, me encontrará. Quien se vuelva hacia Mí, encontrará que Mis puertas están abiertas. Yo perdono los pecados del que se arrepiente, aunque sean tan altos como las montañas. Mi Misericordia para vosotros es mayor que Mi Ira porque sois Mi creación, Yo os he creado y Mi Misericordia abarca a todos y cada uno de vosotros.” (8)

La vida no es nuestra. Fue creada por un Ser Supremo y Consciente. Si lo honramos, evitaremos actos que, en última instancia, pueden conducir a sentimientos de depresión o desconexión. Escucha tu propia conciencia. De hecho, existe ese algo que necesitamos. Imagina a un niño separado de su madre. ¿Se podría decir verdaderamente que está completo? El hecho de que tengamos estos sentimientos de desconexión es una prueba de que hemos abandonado algo. Buscamos llenar ese vacío con cualquier cosa. Pero, ¿funciona? No, de hecho, el vacío se ha vuelto más grande y cada vez más personas se deprimen. La respuesta está dentro de nosotros, solo que la hemos olvidado. Busca a Dios, busca la respuesta y seguramente la recibirás. Comprueba cómo ese vacío se llena de comodidad y paz. “Cuando un niño hambriento llora por su leche, esta se genera en los pechos de la madre. El niño no sabe qué es la oración, pero su llanto hace que la leche se genere … Entonces, ¿nuestro llanto ante Dios Altísimo no puede extraer nada? Sin duda lo atrae todo”. (9)

Bibliografía

  1. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, 2007. Essence of Islam Vol. 1, page 66 to 67. [online] Alislam.org. Available at: <https://www.alislam.org/books/Essence-1.pdf>
  2. (Chashma Maarifat, pp. 19-20)
  3.  (Al-Hakam, Aug. 31. 1901)
  4. (Al-Hakam, July 14, 1908)
  5. Hazrat Mirza Tahir Ahmad, The Holy Quran, English commentary, Chapter Al-Rahman
  6. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, Translated by: Sir Muhammad Zafrulla Khan, 2004. Commentary on the Holy Quran Vol. 1 Surah Fatiha pages 46-51. [online] Alislam.org. Available at: <https://www.alislam.org/quran/Commentary-on-Surah-Fatiha.pdf>
  7. Hazrat Mirza Masroor Ahmad, Letters Sent to World Leaders by Head of Ahmadiyya Muslim Community During Covid-19 Pandemic (2020), [online] Review of Religions. Available at: <https://www.reviewofreligions.org/26918/letters-sent-to-world-leaders-by-head-of-ahmadiyya-muslim-community-during-covid-19-pandemic/>
  8. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, Chashma-e-Ma‘rifat, Ruhani Khazain, Vol. 23, p. 56
  9. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, Essence of Islam, Vol. 2, pages 198-199
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