Atributos de Allah: El que da humildad (Al-Khāfiḍ)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Atributos de Allah: El que da humildad (Al-Khāfiḍ)

اِذَا وَقَعَتِ الْوَاقِعَۃُ۔ لَیْسَ لِوَقْعَتِھَا کَاذِبَۃٌ۔ خَافِضَۃٌ رَّافِعَۃٌ

“Cuando suceda el Acontecimiento; no hay quien niegue su acaecimiento; Rebajando a unos y exaltando a otros.”[1]

El atributo الْخَافِضُ – Al-Khāfiḍ – deriva de la raíz árabe خَفَضَ (kha-fa-da) y significa rebajar o reducir. Es el antónimo de رَفْعٌ (rafa) que significa exaltar. خَفَضَ (khafasa) también tiene connotaciones de suavidad y tranquilidad y se ha utilizado en este contexto en el siguiente versículo del Sagrado Corán:

وَاخْفِضْ لَھُمَا جَنَاحَ الذُّلِّ مِنَ الرَّحۡمَۃِ

“Y haz descender sobre ellos el ala de la humildad y de la ternura. Di: “Señor mío, ten misericordia de ellos al igual que ellos me criaron en mi niñez”.”[2].

Según el léxico árabe Lisan Al-‘Arab, cuando esta raíz se utiliza para el atributo Al-Khāfiḍ, significa que Dios Todopoderoso abaja y humilla a los opresores y tiranos. Este atributo se encuentra en la siguiente oración de los Santos Profeta (Paz y Bendiciones sean con él):

اللّهُمَّ لَكَ الْحَمْدُ لَا هَادِيَ لِمَنْ أَضْلَلْتَ، وَلَا مُضِلَّ لِمَنْ هَدَيْتَ، وَلَا مُهِينَ لِمَنْ أَكْرَمْتَ، وَلَا مُكْرِمَ لِمَنْ أَهَنْتَ، وَلَا نَاصِرَ لِمَنْ خَذَلْتَ، وَلَا خَاذِلَ لِمَنْ نَصَرْتَ، وَلَا مُعِزَّ لِمَنْ أَذْلَلْتَ، وَلَا مُذِلَّ لِمَنْ أَعْزَزْتَ، وَلَا رَازِقَ لِمَنْ حَرَمْتَ، وَلَا حَارِمَ لِمَنْ رَزَقْتَ، وَلَا مَانِعَ لِمَنْ أَعْطَيْتَ، وَلَا مُعْطِيَ لِمَنْ مَنَعْتَ، وَلَا رَافِعَ لِمَنْ خَفَضْتَ، وَلَا خَافِضَ لِمَنْ رَفَعْتَ، وَلَا سَاتِرَ لِمَنْ خَرَقْتَ، وَلَا خَارِقَ لِمَنْ سَتَرْتَ، وَلَا مُقَرِّبَ لِمَنْ بَاعَدْتَ، وَلَا مُبَاعِدَ لِمَنْ قَرَّبْتَ

“¡Oh Al’lah! Toda alabanza Te pertenece. Nadie puede guiar a quien Tú consideras extraviado y nadie tiene el poder de extraviar a quien Tú guías. Nadie puede humillar a quien Tú concedes honor ni nadie puede conceder honor a quien Tú humillas; y a quien Tú abandonas, nadie puede acudir en su ayuda, y nadie puede rechazar a quien Tú concedes socorro; no hay nadie que pueda deshonrar a quien Tú concedes reverencia y no hay nadie que pueda elevar a quien Tú abates; no hay nadie que pueda conceder sustento a quien Tú privas, ni nadie puede retener ninguna de las provisiones que Tú concedes; nadie puede restringir lo que Tú concedes ni nadie puede conceder lo que Tú prohíbes; nadie puede elevar a quien Tú rebajas, ni nadie puede deshonrar a quien Tú concedes un estatus elevado; nadie puede ocultar las faltas que Tú revelas, ni nadie puede exponer lo que Tú ocultas; nadie puede conceder cercanía a quien Tú distancias, ni nadie puede distanciar a quien Tú concedes tu cercanía.”[3]

Humillaré a quien pretenda humillarte”

El Mesías Prometido (Paz sea con él) dijo: “Esta es la práctica de Dios Todopoderoso en relación conmigo, que eventualmente se apodera de aquel que persigue con exceso de celo su intención de humillarme o, manifiesta un signo para mí de alguna otra manera en oposición a él. Él invariablemente hace al menos una de estas dos cosas, o manifiesta Su Señal de autoridad en ambos aspectos. Por lo tanto, desde que Abdur-Rahman Muhyuddin emitió una circular pública para deshonrarme ante todos los musulmanes del Punjab y afirmó que yo era un impostor, un mentiroso, un infiel, un no creyente, un faraón; y no sólo esto, también adjuntó la revelación de que Dios me arruinaría y me mataría, y mis hijos también morirían, y ninguno de ellos sobreviviría. A causa de su transgresión, se hizo merecedor de sufrir la desgracia de acuerdo con la revelación divina”:

اِنِّیْ مُھِيْنٌ مَّنْ اَرَادَ اھَاَنتَك

[‘Humillaré a quien se proponga humillarte’].

Así pues, ¿qué podría ser una desgracia mayor que su muerte en mi propia vida?

Si, de acuerdo con su revelación, yo era el “Faraón”, sería de esperar que muriera en vida de él, no de otro modo. Además, su revelación estipulaba que yo permanecería sin descendencia. Dios se complació en concederme tres hijos más después de su muerte. Esto, también, presagió su humillación porque resultó contrario a su revelación”[4].

[1] El Sagrado Corán, 56:2-4.

[2] El Sagrado Corán, 17:25.

[3] Ibn Abi Shaibah, Kitab ad Dua’, Vol. 8, pág. 751, Hadiz No. 30510.

  • Hazrat Mirza Ghulam Ahmadas, The Philosophy of Divine Revelation, (Tilford, Surrey: Islam International Publication Ltd., 2018), 453-454.
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