97. El Señor de la Majestad (Al-Jalīl)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Capítulos
  1. 64. El Independiente y el Solicitado por Todos (Aṣ-Ṣamad)
  2. 63. El Señor de la Unidad (Al-Aḥad)
  3. 62. El Benevolente (Al-Barr)
  4. 61. El Omnipotente (Al-Muqtadir)
  5. 60. El Poseedor de Poder y Autoridad (Al-Qādir)
  6. 59. El Uno (Al-Wāḥid)
  7. 58. El Glorificado (Al-Mājid)
  8. 57. El Fundador Sin Necesidades (Al-Wājid)
  9. 56. El que se basta por Sí Mismo (Al-Qayyūm)
  10. 55. El Viviente (Al-Hayy)
  11. 54. El Tomador de Vida (Al-Mumīt)
  12. 53. El que da Vida (Al-Muhyi)
  13. 52. El Restaurador (de la vida) (Al-Mu‘īd)
  14. 51. El Originador (Al-Mubdi’)
  15. 50. El Calculador (Al-Muḥṣī)
  16. 49. El Protector (Al-Waliyy)
  17. 48. El Digno de Alabanza (Al-Ḥamīd)
  18. 47. El Fuerte (Al-Matīn)
  19. 46. El Testigo (Ash-Shahīd)
  20. 45. El Poderoso (Al-Qawiyy)
  21. 1. El Clemente (Ar-Rahman)
  22. 2. El Misericordioso (Ar-Rahim)
  23. 3. El Dueño (Al-Malik)
  24. 4. El Santo (Al-Quddus)
  25. 5. La Fuente de Paz (As-Salām)
  26. 6. El Otorgador de Seguridad (Al-Mu’min)
  27. 7. El Protector (Al-Muhaymin)
  28. 8. El Poderoso (Al-Aziz)
  29. 9. El Subyugador (Al-Jabbār)
  30. 10. El Exaltado (Al-Mutakabbir)
  31. 11. El Creador (Al-Khaliq)
  32. 12. El Hacedor (Al-Bāri’)
  33. 13. El Formador (Al-Muṣawwir)
  34. 14. El Supremo (Al-Qahhār)
  35. 15. El Donador (Al-Wahhāb)
  36. 16. El Omnioyente (As-Sami’)
  37. 17. El Bondadoso (Al-Latif)
  38. 18. El Conocedor de Todo (Al-Khabir)
  39. 19. El Indulgente (Al-Halim)
  40. 20. El Perdonador (Al-Ghafūr)
  41. 21. El Omnisciente (Al-‘Alīm)
  42. 22. El que extiende (Al-Bāsiṭ)
  43. 23. El que da humildad (Al-Khāfiḍ)
  44. 24. El que concede el honor (Al-Mu’izz)
  45. 25. El Juez Sabio (Al-Hakam)
  46. 26. El Altísimo (Al-Aliyy)
  47. 27. El Justiciero (Al-Hasib)
  48. 28. El Controlador (Al-Qabid)
  49. 29. El humillador (Al-Mudhill)
  50. 30. El Omnividente (Al-Baṣīr)
  51. 31. El Guardián (Al-Ḥafīẓ)
  52. 32. El Poderoso (Al-Muqīt)
  53. 33. El Grande (Al-Aẓīm)
  54. 34. El Sumo Apreciador (Ash-Shakūr)
  55. 35. El Honrable (Al-Karim)
  56. 36. El Grande (Al-Kabir)
  57. 37. El que responde las oraciones (Al-Muyíb)
  58. 38. El Abundante (Al-Wāsi’)
  59. 39. El Señor de Honor (Al-Majīd)
  60. 40. El lleno de amor (Al-Wadud)
  61. 41. El Resucitador de Muertos (Al-Bais)
  62. 42. La Fuente de Verdad (Al-Haqq)
  63. 43. El Sabio (Al-Hakim)
  64. 44. El Guardián (Al-Wakil)
  65. 85. El que prohíbe; El que retiene (Al-Māni)
  66. 86. La luz (Al-Nur)
  67. 87. El Guía (Al-Hadi)
  68. 88. El que inflige el castigo (Al-Darr)
  69. 89. El Benefactor (Al-Nafi)
  70. 99. El Señor (Al-Rabb)
  71. 98. El Dueño de la Gloria y el Honor (Dhū al-Jalāl wa al-Ikrām)
  72. 97. El Señor de la Majestad (Al-Jalīl)
  73. 96. El Vigilante (Al-Raqīb)
  74. 95. El Exaltador (Al-Rāfi‘)
  75. 100. El Sanador (Al-Shāfī)
  76. 101. El Señor del Trono (Dhū al-‘Arsh)
  77. 102. El Señor de la Majestad (Dhū al-Waqār)
  78. 103. El Suficiente (Al-Kāfī)
  79. 104. El Otorgador de Favores (Al-Mun‘im)
  80. 105. El Otorgador de Favores (Al-Mun‘im)
  81. 106. El Hacedor u Originador (Al-Fāṭir)
  82. 107. El que Manifiesta (Al-Mubīn)
  83. 108. El Cercano (Al-Qarīb)
  84. 109. El Poseedor de la generosidad (Dhū al-Taul)
  85. 110. El Hermoso (Al-Jamīl)
  86. 111. El Severo (Al-Shadīd)
  87. 112. El Eterno (Al-Abad)
  88. 113. El Completo y Perfecto (Al-Tāmm)
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97. El Señor de la Majestad (Al-Jalīl)

تَبَٰرَكَ ٱسۡمُ رَبِّكَ ذِي ٱلۡجَلَٰلِ وَٱلۡإِكۡرَامِ

“Bendito sea el nombre de tu Señor, Dueño de la Gloria y el Honor.” [1]

El atributo الْجَلِیْلُ (Al-Jalīl) no se menciona en el Sagrado Corán y, dado que proviene de la misma raíz que ذُو الْجَلَالِ وَالْإِكْرَامِ (Dhū al-Jalāl wa al-Ikrām), ambos atributos se presentan aquí juntos.

Según el léxico árabe Aqrab al-Mawārid, el verbo جَلَّ (jala) significa que el rango y el honor de alguien son elevados. أَجَلَّهُ (a-jala-hu) significa que alguien enseñó a otra persona. El término الْجَلِیْلُ (Al-Jalīl) hace referencia a quien ocupa una posición excelsa.

Ḥaḍrat Anas bin Mālik (ra) narra:

“Estaba sentado con el Mensajero (sa) de Al’lah mientras un hombre realizaba su oración. El hombre hizo la siguiente súplica: ‘¡Oh Al’lah! Te pido en virtud del hecho de que a Ti te pertenece toda alabanza; no hay dios sino Tú, Quien otorga favor y beneficencia, el Originador de los cielos y la tierra, ¡oh Dueño de la Gloria y el Honor, oh Viviente, oh Autosubsistente y Sostenedor de todo!’ Al oír esto, el Santo Profeta (sa) dijo: ‘Ha suplicado a Al‑lah con Su Nombre Supremo; cuando se Le invoca con este Nombre, Dios Altísimo responde a la súplica, y cuando se Le pide algo con este Nombre, Él lo concede.’” [2]

Dios – El Glorioso

Al mencionar el rasgo distintivo de los profetas de Dios en relación con su extrema humildad ante el Dios Glorioso, el Prometido Mesías (as) afirma:

“…la verdadera percepción espiritual del ser humano consiste en que, ante su Dios Glorioso, se considere a sí mismo culpable en todo momento. Esta es la práctica de los profetas. Solo Satanás evita mostrar humildad ante Dios Altísimo. La angustia y la aflicción, el llanto y el lamento de los profetas, se debían precisamente a que sentían que habían cometido un pecado, al no haber cumplido con la confianza de transmitir el mensaje divino como se debía. Para ellos, todo el honor residía en reconocer esta insuficiencia ante su Señor y Dueño. Todas las súplicas de istighfār [búsqueda del perdón] que ofreció nuestro Profeta, que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él, se basaban únicamente en su temor extremo de no haber cumplido con la tarea asignada: la tarea de la propagación y del esfuerzo incansable en el camino de Dios, tal como merecía ser realizada. Esto, a pesar de que nadie llevó a cabo esta misión tan perfectamente como el Santo Profeta (sa). Pero su corazón estaba lleno de un temor inmenso ante la gloria y la majestuosidad de Dios Todopoderoso. Por esta razón, se dedicaba constantemente al istighfār.” [3]

NOTAS

[1] Sagrado Corán, 55:79.

[2] Sunan Abī Dāwūd, Kitāb al-Witr, Bāb al-Duʿāʾ, hadiz núm. 1495.

[3] Ḥaḍrat Mirza Ghulām Ahmad (as), Barāhīn-e-Aḥmadiyya – Parte V, apéndice (Farnham, Surrey: Islam International Publications Ltd., 2018), 359.

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