¿Cómo vivir una vida que no se quiere vivir?
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

¿Cómo vivir una vida que no se quiere vivir?

En primer lugar, es necesario comprender el significado de la vida. Si no hay un propósito para nuestra creación, tampoco hay vida después de la muerte. Entonces, ¿es relevante si uno vive o muere? Tus acciones no tendrán sentido si no hay Dios y si no hay vida después de la muerte. Este es el verdadero hambre que corroe, el malestar que va desgastando la raíz de la vida de las personas y que lleva a plantear la cuestión de por qué seguir viviendo. El Fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía  explica bellamente la cuestión del  malestar y el propósito de la vida, afirmando  que es como si ‘buscaras  algo que  echas de menos, cuyo nombre has olvidado, pero que  encuentras  y  que tomas  de vez en cuando’. (1)  Se percibe entonces el reflejo  y la belleza y beneficencia de Dios en tu carrera profesional, en tus seres queridos o en cualquier otro aspecto de tu vida. Buscas alguna forma de perfección y comunión con ella,  reconoces la esencia de la perfección que realmente  da satisfacción,  aunque nada te da plenitud.

Todo pasa, nada permanece para siempre y,  por tanto, la búsqueda de la perfección  continúa. Lo tengo todo, pero no tengo nada.

Este sentimiento de desconexión, de vacío y de no querer vivir, se ha atribuido a toda una miríada de cosas, pero el motivo causal de nuestro sentimiento de desconexión es que hemos abandonado la parte clave que nos hace humanos, es decir, nuestra espiritualidad y nuestras prácticas de oración y contemplación. Hay una realidad que no es accesible a nuestros sentidos materiales cotidianos  y a la que solo se puede acceder a través de prácticas espirituales. Después de todo, el hilo común que une la inmersión en la naturaleza o la conexión con otras personas es un intento de sentirse íntimamente conectado con algo más grande, trascendente, inmutable, hermoso, nutritivo. Casi todas las culturas humanas de la antigüedad parecen entender esto de una forma u otra.

Los profetas enseñaron que la verdadera felicidad radica únicamente en el recuerdo de Dios; que incluso si una situación es difícil o estresante, Él tiene el poder de borrar todos los problemas. Los Profetas alentaron a sus seguidores a orar a Dios, lograr la certeza de Su existencia y desarrollar una relación bidireccional con Él. A través de esas prácticas podrían finalmente hacer frente a cualquier dificultad   con facilidad y esperanza. (4) El Fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía afirma con respecto a las oraciones del Santo Profeta del islam (sa): “… ¿Sabes cuál fue el maravilloso evento que ocurrió en los desiertos de Arabia, cuando cientos de miles de  muertos cobraron vida en unos pocos días, y aquellos que habían sido corrompidos a través de generaciones tomaron el color Divino,  los ciegos comenzaron a ver, las lenguas de los mudos comenzaron a fluir con visiones divinas, y tuvo lugar en el mundo una revolución tal que ningún ojo había visto ni  oído había escuchado antes? Fueron las oraciones  de alguien que se había perdido por completo en Dios durante las noches oscuras las que crearon un alboroto en el mundo, y manifestaron, a través de ese ser indefenso e inculto, maravillas que parecían imposibles ”. (Esencia del Islam, vol. 2, página 194)

El problema hoy es la ideología materialista dominante de nuestro tiempo, es decir,  creer que somos el producto fortuito de procesos accidentales en la tierra,  y un día moriremos y eso será todo. ¿Hay algo  más deprimente que  pensar que eres solo un cuerpo o una máquina orgánica?

La causa fundamental de todo esto es la eliminación de la espiritualidad y las prácticas espirituales, especialmente la oración regular, en nuestras vidas. El hecho de que los seres humanos sientan un malestar constante y variado cuando abandonan esta práctica es prueba más que  suficiente de que es algo que muchos necesitan. La oración es variada y, en última instancia, personal, pero se ha observado que toda oración eficaz a lo largo de la historia de la humanidad tiene algunos rasgos comunes:   está dirigida directamente a Dios y no a través de ningún intermediario, es tan sincera como posible y se hace de forma regular.

El fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía escribe:

“El que suplica con la sinceridad de su alma nunca se siente verdaderamente frustrado. Esa prosperidad que no se puede lograr mediante las riquezas, la autoridad y la salud, pero que depende de Dios y  otorga en la forma que Él quiere, se consigue mediante la oración perfecta. Si Dios Todopoderoso así lo quiere, una persona sincera y justa en medio de su angustia logra tal deleite después de la súplica que ni siquiera un emperador podría disfrutar en su trono imperial. Este es el verdadero éxito que al final se concede a los que rezan ». (2)

Cualquiera, sin importar su pasado, que se dedique a esta práctica de manera persistente a diario, incluso durante unos minutos, con el corazón y la mente abiertos, encontrará que su estado interno y su experiencia de vida cambian dramáticamente para mejor. Los sentimientos de desconexión y aislamiento interno que puede haber sentido anteriormente se transforman en sentimientos de paz, armonía y conexión.

Por esta razón  el islam afirma que el propósito de uno es el conocimiento, el amor y la adoración de un Ser Viviente Supremo,  y sin eso, la vida simplemente no valdrá la pena.

“Quienes creen y cuyos cora­zones hallan sosiego en el recuerdo de Al’lah. ¡Ay! En el recuerdo de Al’lah es en lo que los corazones pueden hallar sosiego.” (Sagrado Corán,  13:29)

El propósito de todo lo creado  en última instancia y que tiene sensibilidad es conocer realmente a su Creador. Cuando reflexionas sobre esto en profundidad, concluyes que no puede haber otro propósito que ese porque  es lo único que tiene valor intrínseco, lo único que dura, lo único que te mantiene vivo.

“Si realmente llegas a ser de Dios, con toda seguridad Dios es tuyo. Mientras duermes, Él velará por ti; mientras bajas la guardia contra el enemigo, Él lo vigilará y cambiará sus planes. Incluso ahora no eres consciente  de los maravillosos poderes que tiene tu Dios. Si lo supieras, no echarías de menos la falta de cosas de este mundo. Un hombre que tiene un tesoro en su poder, ¿llora y llora por la pérdida de un centavo, como si estuviera a punto de morir? Si sabes el tesoro que es Dios para cubrir suficientemente todas sus necesidades, ¿qué razones tienes para estar tan absorto en las cosas de este mundo? Dios es el tesoro más precioso y hay que conocer su verdadero valor. Sin Él no eres nada; ni tú ni tus medios y  planes materiales”. (3)

Cuando alcanzas la verdad, alcanzas la paz. Sólo a través de Él, puede el hombre encontrar la razón para seguir viviendo.

Bibliografía

  1. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, 1979. The Philosophy Of The Teachings Of Islam. [online] Alislam.org.Availableat:<https://www.alislam.org/library/books/Philosophy-of-Teachings-of-Islam.pdf>
  2. Ayyam-us-Sulh, Ruhani Khaza’in, vol. 14, p. 237 – Essence of Islam Vol. II pp. 207 – 208
  3. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, 2016. Our Teaching. [online] Alislam.org. Available at: <https://www.alislam.org/library/books/OurTeaching.pdf>
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