46. El Testigo (Ash-Shahīd)
ہُوَ الَّذِیۡۤ اَرۡسَلَ رَسُوۡلَہٗ بِالۡہُدٰی وَ دِیۡنِ الۡحَقِّ لِیُظۡہِرَہٗ عَلَی الدِّیۡنِ کُلِّہٖ ؕ وَ کَفٰی بِاللّٰہِ شَہِیۡدًا
“Él es Quien ha enviado a Su Mensajero, con la guía y la Religión de la verdad, para hacerla prevalecer sobre cada una de las demás religiones. Pues Al’lah basta como Testigo.” [i]
Según el léxico árabe Aqrab al-Mawarid, el significado de la palabra شَھِیدٌ (Shahid) es “testigo” y “digno de confianza”. Además, significa “Aquel cuyo conocimiento abarca todo y nada está oculto para Él”. También puede referirse a “aquel que ha sido martirizado en el camino de Al’lah”. Según Lisān al-Arab, الشَّھِیْدُ (Ash-Shahīd) es un atributo de Dios Altísimo, indicando que Él es el más veraz como testigo.
Una Tradición del Santo Profeta (sa)
El Santo Profeta (sa) relató una historia que ilustra este atributo:
“Un hombre de los Bani Israel pidió a su compañero un préstamo de mil dinares. El prestamista le pidió que trajera un testigo, a lo cual el hombre respondió: ‘Al’lah es suficiente como testigo.’ Luego, le pidió una garantía, a lo que él respondió: ‘Al’lah es suficiente como garantía.’ El prestamista aceptó y le otorgó el dinero por un período determinado.
Después de recibir el préstamo, el hombre partió en un viaje por mar. Cuando llegó el momento de devolver el dinero, no pudo regresar porque no había barcos disponibles. Recordando que había puesto a Al’lah como testigo y garante, colocó los mil dinares en una caja de madera junto con una carta y la lanzó al mar.
El prestamista solía ir al puerto en busca de barcos, esperando recibir el reembolso. Encontró una caja de madera que llevó a casa para usarla como leña. Al cortarla, descubrió el dinero y la carta. Tiempo después, el prestatario regresó y ofreció devolver el préstamo. Sin embargo, el prestamista le dijo que Al’lah ya había asegurado los medios para que el dinero llegara a él, y que podía quedarse con el dinero que trajo consigo.” [ii]
La Importancia de la Creencia en Al’lah
El Mesías Prometido (as) señala:
“El único testigo verdadero es Al’lah. Para encarnar la verdadera virtud, es necesario creer en la existencia de Dios, porque las autoridades humanas no tienen conocimiento de lo que una persona hace en su hogar o en secreto. Si una persona afirma ser justa, pero alberga creencias contrarias en su corazón, nadie puede juzgarle por ello. No hay gobierno en la tierra cuyo temor inspire al ser humano constantemente, tanto de noche como de día, en la oscuridad y en la luz, en la intimidad y en público, en casa y en el mercado.
Por lo tanto, para reformar nuestra moral, es necesario creer en un Ser que observa al ser humano en todos los estados y momentos, y que conoce todas las acciones y secretos del corazón. En realidad, solo es verdaderamente justo aquel cuyo estado exterior e interior son uno, y cuyo corazón concuerda con su apariencia. Tal persona camina sobre la tierra como un ángel.” [iii]
Notas:
[i] El Sagrado Corán, 48:29.
[ii] Sahih Bukhari, Kitab al-Kifalah, Hadith No.2291
[iii] Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, Malfuzat – Volume 2 (Tilford, Surrey: Islam International Publications Ltd., 2019), p. 33.
