Makruhat (actos indesealbles) durante la oración
Son actos indeseables que atentan contra la dignidad de la oración. La oración debe ofrecerse siempre con la certeza de hallarse en la presencia de Dios. Los Makruhat son los siguientes:
- Distraerse con la propia ropa.
- Mirar a ambos lados o hacia arriba.
- Mantener los ojos cerrados.
- Ofrecer la oración sin cubrirse la cabeza.
- Colocar el pie sin que los dedos apunten hacia la Qibla durante la postración o levantar el pie de la superficie en esta posición.
- Comenzar la oración teniendo hambre mientras la comida está servida en la mesa.
- Continuar la oración a pesar de la necesidad de acudir al servicio.
- Rezar en un cementerio frente a una tumba.
- Efectuar la oración con vestiduras muy ceñidas que resulten incómodas.
- Rezar en un entorno inadecuado, por ejemplo, un establo, redil o un mercado público bullicioso.
- Apoyar el peso del cuerpo en una sola pierna o realizar actos que atenten a la dignidad de la oración.
- Rezar en un lugar público sin utilizar un Sutra. Sutra es un objeto colocado delante del orante para delimitar el lugar de la oración.
- Saludar con un ademán de la cabeza para responder al saludo de Assalamo aleikum durante la oración.
- Rezar sin enjuagarse la boca después de comer.
- Cambiar el orden de los Suras en la oración, es decir, recitar en el primer Rakat los Suras que aparecen después en el Santo Corán y, en el siguiente Rakat, los Suras que aparecen antes.
- Colocar las manos debajo de la frente durante la postración.
- Apoyar el vientre sobre algún objeto durante la postración.
- Extender los antebrazos en el suelo durante el Salldah.
- Recitar versículos coránicos durante el Raku o Salldah.
- Anticiparse al Imam, es decir cambiar de postura antes que él.
Nota 1: Se permite al orante ahuyentar o matar cualquier insecto nocivo que se encuentre cerca del lugar de la oración.
Nota 2: El lugar de adoración debe estar limpio y aseado y el entorno, libre de olores desagradables en lo posible. Todos los musulmanes tienen la obligación de respetar la dignidad de la oración aunque no la observen. No está permitido perturbar ni distraer a los orantes, verbal o físicamente. Por esta razón no se permite pasar por delante del orante hasta que no haya terminado la oración.