Capítulo V
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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En resumen, hay tres movimientos rivales que tienen como objetivo el alivio de la miseria, y la erradicación de la pobreza y la privación.

El primero de ellos es el socialismo, que está ganando terreno en los países más poderosos y avanzados, y cuyo objetivo es permitir a los sectores más pobres una participación cada vez mayor en el poder, e imponer un control cada vez mayor del Estado sobre los medios de producción. También pretende elevar el nivel de vida y eliminar la escasez mediante un aumento de la riqueza nacional. Este movimiento ha estado funcionando desde hace algún tiempo en Inglaterra, Francia y Estados Unidos, y no cabe duda de que ha conseguido una cierta mejora y alivio de la condición de los pobres en esos países. Allí, un trabajador se compara favorablemente con funcionarios de sus gobiernos que se supone que tienen una vida relativamente cómoda. En nuestro país un comisionado auxiliar o un subjuez es considerado un funcionario respetable y adinerado. El sueldo inicial de un funcionario es de Rs. 250 al mes, que es el equivalente a la media de los salarios de un trabajador en Inglaterra. En Estados Unidos el estándar es aún más alto. En ese país, un obrero ordinario gana el equivalente de entre Rs. 500 y Rs. 700 al mes. Pero sólo tiene el rango de obrero. En resumen, esos países no sólo se han esforzado por elevar su nivel de vida, sino también por fomentar las fuentes de la riqueza nacional a fin de garantizar una mejora general de las condiciones económicas. Estos beneficios han sido garantizados a través de la implantación del socialismo, tal y como se practica en esos países, aunque se limitan principalmente a las personas de dichas naciones. No hay duda de que la gente parece deseosa de extender estos beneficios a otros países, pero, al mismo tiempo, no están dispuestos a contemplar ninguna disminución en su poder, ni en la influencia que ejercen sobre estos otros países. Tomemos el caso de la India. Se profesa, y tal vez se siente una gran simpatía por ella, pero todos los esfuerzos para mejorar las condiciones de la India están limitados por la consideración de que no deben comprometerse los intereses europeos en ese país. Su actitud hacia la India es como la de un patrón bondadoso hacia los animales domésticos. Se complace en alimentar bien a su ganado, pero tiene mucho cuidado de no permitir que esto afecte adversamente a su propio nivel de vida. De manera similar, cuando se proponen hacer concesiones a la India, se vela por que éstas no afecten perjudicialmente a los intereses imperiales. Los británicos están naturalmente interesados en que el nivel de vida de sus propios trabajadores no decaiga. Porque en ese caso, ellos mismos caerían al nivel de países como India o Afganistán.

Este movimiento sufre de dos defectos graves. En primer lugar, sus simpatías se limitan a las personas de los respectivos países que lo han adoptado. No son universales. En otras palabras, se trata de un aliado secreto del imperialismo, cuya simpatía con el internacionalismo tiene como única finalidad que otras naciones no dejen atrás a las que han confiado en el movimiento.

El segundo defecto que sufre es que el movimiento es puramente secular y no tiene ningún rasgo religioso, de modo que, incluso si el primer defecto desapareciera, y el movimiento se hiciera verdaderamente internacional, el lado religioso queda completamente descuidado. Este movimiento ignora el hecho de que las necesidades espirituales necesitan ser atendidas con más urgencia que las necesidades puramente físicas. Los interesados en el movimiento no se oponen a la religión, pero tampoco tienen ningún interés particular en ella.

Siendo así, no se puede esperar que hagan sacrificios por su causa.

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