La 50ª mezquita Ahmadiyya inaugurada en Waldshut-Tiengen, Alemania por el lider de la Comunidad Musulmana Ahmadía
Después de recitar Tashhahud, Taawwuz y Bismillah, Hazrat Jalifatul Masih V dijo:
“A todos los invitados distinguidos, Assalamo Alaikum Wa Rahmatullahe Wa Barakatohu (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con todos vosotros). Había preparado algunas notas para mi discurso basados en la porción recién recitada del Sagrado Corán y en algunos de los comentarios de nuestros invitados. Sin embargo, estoy agradecido al sacerdote, el Sr. Stockbursa, que ha hecho mi tarea mucho más simple. Ha argumentado en mi nombre muchos aspectos de la religión y de la paz que yo iba a mencionar, y por ello le doy las gracias. Es muy positivo que existan diferentes religiones, si viven mutuamente en paz. Es por esto que el Sagrado Corán da un mensaje a través del Santo Profeta (sa) a la gente del libro, a los judíos y a los cristianos, para que se unan y cooperen mutuamente basándose en un credo que es común e igual para todos nosotros. Ese credo común es la existencia de Dios el Todopoderoso. Aquí voy a diferir con respecto a un punto que hizo cuando dijo que los hindúes no creen en un solo Dios. De hecho, los hindúes en última instancia imploran a un Dios, a pesar de tener sus otras deidades. Creemos que todas las religiones fueron hechas por Dios el Todopoderoso y que aparecieron en diferentes naciones y en varias épocas. Si todos han sido creados por el mismo Dios, que creó este mundo y que creó al hombre como la mejor creación, entonces ciertamente el mensaje de todas estas religiones debe ser uno y el mismo. De hecho, todos ellos trajeron un mensaje común. Ese mensaje era que debemos adorar al Dios único, no debemos considerar a nadie como su coparticipe o semejante y que la humanidad debe vivir junta con amor y fraternidad. Es por eso que los musulmanes, los verdaderos musulmanes, creen en todos los profetas. Creemos que los profetas aparecieron en todas las naciones y religiones. Fueron enviados como elegidos y personas justas que establecieron la religión. Al-lah el Todopoderoso dice que como todos los Profetas vinieron de Dios, el hombre por lo tanto no tiene el derecho de luchar y enfrentare entre sí. De hecho, si uno reflexiona sobre el Sagrado Corán, descubrirá que el permiso para combatir se otorgó al Santo Profeta (sa) después de un período muy largo de persecución en contra de los musulmanes y contra él personalmente. Se concedió el permiso para combatir debido a esto después de que él migrara a Madinah. El versículo del Sagrado Corán que concede este permiso menciona muy claramente que si no detienen las acciones de los opresores en este punto, los opresores intensificarán sus crueldades e injusticias.
Por ello era necesario detenerlos porque si no se hubiese controlado a los opresores – según indica el Sagrado Corán – habrían destruido iglesias, sinagogas, templos y mezquitas, donde se recuerda el nombre de Dios y donde la gente se reúne para la adoración. Por lo tanto, es necesario para un verdadero musulmán que, al igual que entra en una mezquita para la adoración y siempre desea que se mantenga protegida, también es su deber proteger las iglesias y salvaguardar las sinagogas de los judíos, y mostrar amor y afecto hacia ellos. Si actuamos en base a estas enseñanzas, seremos capaces de promover amor, compasión y amistad. Anteriormente se ha recitado una parte del Sagrado Corán. El esbozo de este versículo en pocas palabras es que debemos cumplir con los derechos de otras personas; Los derechos de los pobres, los derechos de los huérfanos y los derechos de los que viajan y debemos ayudar en la tarea de servir a la humanidad. El versículo también menciona que debemos orar y dar Zakat (una forma de servir a la humanidad). El significado de ‘Zakat’ es purificar la propia riqueza. ¿Cómo se purifica la riqueza? Se purifica cuando se gasta en el camino de la creación de Dios y para servir a la humanidad. Los verdaderos musulmanes creen en esto y nosotros los áhmadis podemos afirmar que, con la gracia de Dios, actuamos sobre esto. Es por esta razón que donde quiera que se establece la Comunidad Musulmana Ahmadía en el mundo, a la vez que difundimos el mensaje del islam, también emprendemos el trabajo de servir a la humanidad.
Es por eso establecemos escuelas, colegios y hospitales en varias partes del mundo y en algunos de los países más pobres de África y Asia- para que podamos servir a la humanidad. Además, este servicio se presta sin hacer distinciones. El noventa por ciento de los pacientes en nuestros hospitales son cristianos, y similarmente el noventa por ciento de los estudiantes que estudian en nuestras escuelas son o bien cristianos, gente que no pertenece a ninguna fe o gente que pertenece a otras religiones. También otorgamos becas a aquellos estudiantes de entre ellos que tienen más talento y, de nuevo, esto se hace sin hacer ninguna distinción (basada en su religión). Todo esto se hace porque consideramos que son derechos humanos básicos y, si debido a ciertas circunstancias uno se ha visto privado de ciertas necesidades, entonces debemos proveerles y aliviar su estado de privación en la mayor medida posible, y en esto consiste, de hecho, servir a la humanidad.
Estamos tratando el tema de las mezquitas – las mezquitas se construyen para adorar a Al-lah el Todopoderoso. Sin embargo, el Sagrado Corán también afirma que las oraciones de uno pueden convertirse en un medio para su ruina, pero ¿por qué? ¿Cómo es posible que, por un lado, Al-lah el Todopoderoso instruye al hombre que le adore y por otro lado Él declare que estas oraciones serán rechazadas? Esto sucede con aquellas personas que no cuidaron a los pobres ni a los huérfanos y crearon el desorden en la tierra y, por ello, sus oraciones no serán aceptadas. Por lo tanto, un verdadero musulmán no puede ni siquiera concebir que se le atribuya ningún tipo de malestar y desorden ni tampoco puede ni siquiera imaginarse cometer tales fechorías. Justo ahora, cuando inauguré la mezquita, uno de los periodistas de un canal de televisión nacional preguntó por qué queríamos construir una mezquita en una ciudad tan pequeña. Mi respuesta al periodista fue que hay áhmadis que viven aquí, así como cristianos, judíos y personas de otras religiones. Se dice que hay un total de 120 personas de diferentes naciones que viven aquí. Cada uno ha construido sus respectivos lugares de culto para que oren de acuerdo a sus respectivas tradiciones religiosas. Por lo tanto, los áhmadis también necesitaba construir su lugar de culto, para que pudieran adorar a Al-lah el Todopoderoso, y ser capaces de organizar mejor su trabajo para servir a la humanidad de una mejor manera. Este es nuestro objetivo (al construir mezquitas) y por eso buscamos construir mezquitas en todo el mundo, además de propagar el verdadero mensaje del islam.
En el pasado, esta área era un mercado, y hoy se ha convertido en una mezquita. En otra parte, en una ciudad de Alemania, cuyo nombre no recuerdo en este momento, había también un mercado que se había convertido en una mezquita, y allí también les dije que se trataba de un mercado en el que la gente venía para comprar objetos mundanos. Sin embargo, ahora se ha convertido en una mezquita, para que los que vengan compren espiritualidad en su lugar. Aquellos que vengan aquí serán los que adoren a Al-lah el Todopoderoso, escuchen su mensaje y diseñen planes y proyectos para servir a la creación de Dios el Todopoderoso.
Puede que la gente tenga ahora miedo de que, una vez construida la mezquita, quizá los musulmanes se congreguen para urdir Dios sabe qué tipo de planes encaminados a causar daño a la gente de esta ciudad. Esta visión es completamente incorrecta. De hecho, dondequiera que la Comunidad Ahmadía construya sus mezquitas, alza el eslogan de “amor para todos odio para nadie” más alto que nunca. Informamos al mundo y a nuestros vecinos que este es el verdadero propósito de la adoración. Las religiones no fueron creadas para crear desorden y peleas. Como he mencionado anteriormente, cada profeta y los fundadores de todas las religiones vinieron para difundir amor y afecto. Todos proceden de aquel Dios que ama su creación. Por lo tanto, este es el mensaje de la Comunidad Musulmana Ahmadía y este es el mensaje que les entrego hoy.
Nuestros vecinos comprobarán que ahora que este mercado se ha convertido en una mezquita, sus fieles no sólo obtendrán beneficios espirituales para sí mismos, sino que también extenderán el amor y el afecto a su entorno. Anteriormente, comprabais artículos aquí con dinero, pero ahora seréis capaces de encontrar ejemplos y regalos perfectos de amor y de afecto sin tener que gastar dinero. Hubo un tiempo en que comprabais artículos mundanos gastando de vuestros bolsillos, pero ahora serán los que vienen a adorar en esta mezquita que se gastarán de sus propios bolsillos y difundirán el amor y el afecto entre sus vecinos. De hecho, este es el verdadero ejemplo de las enseñanzas del islam y este es el modelo que los áhmadis deben mostrar aquí. Además, si no lo hacen, entonces no son dignos de ser llamados musulmanes áhmadis.
Ahora, con la construcción de esta mezquita, las responsabilidades de los áhmadis locales ha aumentado más que antes. Deben cuidar a sus vecinos y ayudarlos en sus momentos de dificultad. Además, no debe causarles ningún tipo de inconveniente, ya sea algo físico o emocional. Solo cuando se cree un ambiente así, seremos capaces de mantener la santidad del nombre de esta mezquita y convertirnos en los que la implementan, y ese nombre es “Aafiyat” (el que concede protección).
Aafiyat es también uno de los atributos de Dios el Todopoderoso, y cuando el hombre busca refugio bajo este atributo, está protegido de todos los actos de maldad. Por lo tanto, Al-lah el Todopoderoso afirma en el Sagrado Corán que debemos acogernos a Sus atributos de acuerdo a la capacidad de cada uno. Este atributo de Dios el Todopoderoso garantiza que los áhmadis que viven en esta área deben otorgar protección y consuelo a todos los que residen en esta ciudad, especialmente a sus vecinos. Ellos nunca deben sufrir ninguna injusticia por nuestra parte. Si nos esforzamos por hacer esto, entonces, si Dios quiere, aquellos residentes que alberguen cualquier tipo de quejas (quedaran apaciguados) – aunque he sido informado de que los residentes locales y especialmente los vecinos cooperaron completamente con nosotros-, sin embargo muchos residentes de esta ciudad no conocen a la Comunidad Ahmadía o, según me han informado, están menos familiarizados con la Comunidad Ahmadía en comparación con otras ciudades. La creación de esta mezquita proporcionará más oportunidades para conocernos mejor.
Creo que fue el respetable teniente alcalde quien expresó su punto de vista diciendo que el ejemplo de una mezquita es como el de un diamante. Sin embargo, solo si los áhmadis musulmanes son exitosos en retratar la identidad de esta mezquita entonces la gente será capaz de ver este diamante. Si fallamos en nuestras responsabilidades hacia nuestros vecinos y creamos desorden en esta área, la gente dirá que aquello que dijimos que era un diamante es en realidad una falsificación.
Por lo tanto, nuestras responsabilidades han aumentado después de la construcción de esta mezquita. Me gustaría pedir a los invitados que no alberguen ningún tipo de preocupación o miedo, ya que nunca recibirán tal tratamiento de ningún musulmán áhmadi. Al contrario, la mezquita será un símbolo de paz, armonía, amor y afecto. Al mismo tiempo, insto a los áhmadis a que sigan las enseñanzas del Corán y que siempre cumplan los derechos de sus vecinos. Los derechos que se deben a un prójimo son tan extensos que el Fundador del islam, el Santo Profeta (sa) declaró:
“Dios Todopoderoso dio tanta importancia a los derechos de los vecinos que pensé que también recibirían una parte de la herencia”.
Esta es la importancia que el islam otorga a los vecinos. Cuando se otorga tal importancia a los vecinos, ¿Cómo puede ser posible que seamos capaces de hacer daño a alguno de ellos? Dios mediante, siempre trataremos de aliviar los problemas y preocupaciones de nuestros vecinos. Trabajaremos juntos con personas de otras religiones. Los residentes no deben preocuparse ni esperar que se produzcan disturbios o fechorías por nuestra parte y pensar que también somos como los demás musulmanes, ya que en la actualidad los musulmanes son a menudo estigmatizados. Un orador dio el ejemplo de la atrocidad cometida en Bélgica, el asesinato en Estocolmo y el ataque en Londres. Algunos musulmanes están llevando a cabo estos ataques incluso en sus propios países. Los musulmanes están matando a otros musulmanes. Así que la cuestión no es que los musulmanes deseen matar a los no musulmanes, sino que estas personas están usando el nombre del islam para perseguir sus intereses personales y, como resultado, matan a cualquiera que se oponga a ellos. En consecuencia, hay cientos de musulmanes que también son asesinados por otros musulmanes. Por lo tanto, si el mundo necesita algo actualmente, es amor, afecto y fraternidad. Necesita más que nunca nuestro lema: ‘Amor por todos, odio por nadie’. Si la gente entiende este lema, entonces los musulmanes comenzarán a cumplir los derechos de otros musulmanes, así como de otras religiones. Este es el propósito fundamental del advenimiento del fundador de la Comunidad [Musulmana Ahmadía] cuando dijo:
“Hay dos razones por las que he establecido esta comunidad. En primer lugar, es hacer que la humanidad se dé cuenta de que hay un solo creador, y al aceptar a Dios el Todopoderoso, debe cumplir sus obligaciones adorándole, sea como sea. En segundo lugar, es para que la humanidad pueda reconocer los derechos de los demás, independientemente de que la otra persona sea judía, cristiana o hindú, o seguidor de cualquier otra fe. Cada individuo tiene derechos, e independientemente de su orientación religiosa, deben respetarse sus derechos. Cada vez que están en cualquier tipo de necesidad, se les deben ayudar.
Que Al-lah nos permita a los áhmadis seguir todo esto en esta área y que podamos serviros de la mejor manera. A aquellos que tangan incluso las más mínimas objeciones, que Al-lah elimine esas dudas y temores y que les permita comprender que los áhmadis son, de hecho, símbolos de amor, armonía y hermandad.
Gracias