Hazrat Mirza Tahir Ahmad •
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Hazrat Mirza Tahir Ahmad

Cuarto Califa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Hazrat Mirza Tahir Ahmad, padre y marido devoto, homeópata, erudito, Jalifatul Mashih IV, nació el 18 de diciembre de 1928 en Qadian (India). Nacido de la familia bendita del Mesías Prometido, desde una edad temprana mostró las cualidades inherentes a un hombre de Dios.

Su padre, Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmood Ahmad (Jalifatul Masih II y Musleh Mauod), hijo bendito del Mesías Prometido y fundador de la Jamaat Ahmadiyya, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani, se casó con Hazrat Maryam Begum Syeda el 7 de febrero de 1924. Ella era hija de Hazrat Dr. Abdul Sattar Shah, descendiente de una eminente familia Syed.

En su sermón de nupcial, Syed Sarwar Shah Sahib, un venerable compañero del Mesías Prometido dijo:

“Ahora tengo una edad avanzada y pronto falleceré; pero los que vivan serán testigos de cómo surgirán siervos de la fe nacidos de esta unión con una Syeda, como ya aconteció anteriormente. Esta es mi firme convicción.”

Y así, este siervo de la fe creció justo y virtuoso bajo la dirección de su ilustre padre y devota madre acompañado de las bendiciones divinas. En una ocasión, durante su infancia, un conocido erudito áhmadi, Maulana Abdul Rahim Nayyer, le preguntó “¿Qué recompensa valorarías más por hacer un buen trabajo?” “Sólo el agrado de Dios”, fue la respuesta espontánea de un niño de10 años.

Su sabiduría abarcó una amplia gama de conocimientos espirituales y materiales. Después de su graduación, obtuvo el grado de “Shahid” de Jamia Ahmadiyya (Academia Teológica) de Rabwah. Luego estudió en Europa durante dos años y medio.

Después de completar sus estudios superiores, dedicó su vida al servicio de la fe. En octubre de 1958, desempeñó el cargo de director de Waqf-e-Jadid, el departamento encargado de la propagación de la virtud y el fomento del bienestar de los áhmadis. De 1960 a 1969 fue vicepresidente y luego presidente del Majlis Khuddam-ul-Ahmadiyya en cuyo desempeño demostró notables cualidades de liderazgo. De 1979 a 1982, fue elegido presidente del Majlis Ansarullah. También desempeñó el cargo de Director de la Fundación Fazl-e-Omar en la vida de Hazrat Jalifatul Masih III.

Fue patrocinador de la Asociación Internacional Ahmadía de Arquitectos e Ingenieros (IAAAE). Al-lah le confirió un extraordinario talento como orador y escritor. Los libros escritos por él han enriquecido enormemente el repositorio de la literatura Ahmadiyya. Algunos de los títulos más conocidos son: La biografía de Hazrat Fazl-e-Omar; Asesinato en el nombre de Al-lah; el Imam Maududi; ¿Qué aportó el Ahmadíat al mundo?; la excelencia moral del Santo Profeta en las batallas; la respuesta del islam a los temas actuales y un estudio básico del islam.

Hazrat Mirza Hafiz Nasir Masih Jalifatul III falleció el 09 de junio 1982 y al día siguiente, Hazrat Mirza Tahir Ahmad Sahib fue elegido como Jalifatul Masih IV. Bajo su hábil dirección y con la ayuda divina, el Jamaat dio grandes pasos. El progreso y el avance fueron evidentes en todos los sentidos desde el punto de vista geográfico, histórico, moral y espiritual.

Al-lah dice en el Sagrado Corán: “Ciertamente prospera quien la purifica” 91:10. En consecuencia, la purificación del alma se considera el principio rector más importante para los seguidores de los profetas de Dios. Hazrat Jalifatul Masih IV exhortó a la Comunidad a lograr ese objetivo de diferentes maneras algunas de las cuales se mencionan aquí.

Hazur hizo hincapié en la importancia de la observación del Servicio de Oración en congregación. Trató este tema en tres fases: en el Sermón del Viernes de 1 de abril de 1983 y en varios sermones a partir del 8 de noviembre de 1985. El 17 de junio de 1988, otra vez más, hizo hincapié en la necesidad de establecer y fortalecer la comunión con Dios a través de las oraciones. Con la gracia de Dios, estas exhortaciones produjeron excelentes resultados, mejorando la conducta moral y espiritual de la Jamaat.

La llamada sociedad moderna ha hecho añicos la dignidad de la mujer con la ilusión de la igualdad. La forma mediante la cual el Islam ha salvaguardado el honor y la estima de la mujer se menosprecia y se somete a crítica fuera de lugar. En sus sermones, conferencias, sesiones de preguntas y respuestas, y ruedas de prensa, Hazur no sólo rechazó esta crítica, que también enunció la verdadera situación de la mujer en el Islam. Exhortó a las mujeres áhmadis a observar el “pardah” estrictamente y en defensa de los valores islámicos. En su sermón de la conferencia anual Ahmadiyya de 1982, advirtió a las mujeres áhmadis contra los peligros de la cultura occidental, y les transmitió el significado y la importancia del Pardah Islámico. Como consecuencia de esta orientación, la mayoría de las damas Áhmadis en los países occidentales comenzaron a observar meticulosamente el Pardah.

El Islam ha propuesto enseñanzas muy nobles en lo que respecta a la vida familiar, y el Profeta Santo fue un modelo de excelencia moral a este respecto. Algunas personas no siguen este buen ejemplo y transgreden las enseñanzas del Corán. En su Sermón del Viernes de 14 de febrero de 1986, Hazur exhortó a los áhmadis a erradicar por completo este comportamiento de su vida cotidiana, y a auspiciar el afecto entre parientes y familiares políticos.

Los áhmadis como grupo destacan de los demás por haberse liberado de los grilletes de las costumbres no islámicas y las supersticiones. Ocasionalmente se presentan deficiencias, y Hazur insistió en la importancia de su erradicación. En sus sermones de 08 de marzo 1985 y 10 de mayo de 1985, Hazur instó a los áhmadis a evitar dar una dote de boda más allá de las posibilidades económicas, del intercambio de regalos en el Día de Año Nuevo u otras costumbres similares.

Los musulmanes celebran la festividad del Eid dos veces al año. Los ricos en general, se mueven dentro de los estrechos confines de su propio círculo. En su sermón de Eid de 1983, Hazur pidió a los áhmadis ricos que fueran a las casas de sus hermanos pobres para desearles un feliz Eid y ofrecerles regalos. En cumplimiento de la dicha exhortación, la celebración del Eid en la sociedad áhmadi, ha aumentado significativamente, y esta es la verdadera esencia y la filosofía de la fiesta islámica de Eid.

Para obtener un beneficio real de las enseñanzas del Corán, hay que ser justos. Al-lah dice: “Es una guía para los justos.” 2:3. En una reunión, el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) señaló con el dedo hacia su pecho y dijo: “La justicia debe estar aquí”. Al elucidar este hadiz, el Mesías Prometido dijo: “La justicia es una virtud que debe tener sus raíces en el corazón.” Hazrat Jalifatul Masih IV abordó minuciosamente este tema en varios sermones indicando que la justicia que se alimenta del temor y del amor de Dios es suprema y perpetua.

La predicación del Islam es obligatoria para todo musulmán. En la época actual sólo el Movimiento Ahmadía participa activamente en este gran esfuerzo, y este hecho es también reconocido por nuestros antagonistas. Hazrat Jalifatul Masih IV tuvo el mérito de haber expandido enormemente este programa de predicación y propagación. Los áhmadis son conscientes de sus exhortaciones, y, además de un grupo regular de predicadores, la aplicación de los programas que puso en marcha continúa implementándose por los miembros de la comunidad en 198 países del mundo.

En la era del 4 º Jalifa, la Jamaat llegó a ejercer una influencia considerable, sumando cada vez más nuevos adeptos, entre ellos personalidades eminentes y reyes tribales. En 1987, dos reyes de Nigeria juraron el pacto de alianza y se unieron a la Jamaat. Así, la revelación del Mesías Prometido de que “los reyes vendrán a buscar bendiciones en tu ropa” encontró su cumplimiento una vez más. Hazur otorgó reliquias sagradas del Mesías Prometido a estos dos reyes cuando se presentaron en la conferencia anual Ahmadiyya de Londres en 1987.

El Mesías Prometido fue encargado por Dios para rejuvenecer el Islam y la difusión del Sagrado Corán. Durante el tiempo del 2º y 3º Jalifas, la traducción del Sagrado Corán se llevó a cabo a diferentes idiomas. Este trabajo se aceleró considerablemente en el Jalifato de Hazrat Jalifatul Masih IV. Se completaron y publicaron traducciones a cincuenta y uno de los idiomas del mundo. Se ha preparó la traducción de 300 versículos del Corán en 118 idiomas. Este logro monumental no tiene paralelo en los últimos 1400 años.

Para alcanzar los grados más altos de excelencia y la purificación, se considera una virtud de gran mérito la caridad en la causa de Dios, que sólo se halla subordinada al cumplimiento de la oración. Se trata de una medida de la gran revolución espiritual producida por el Mesías Prometido el hecho de que los áhmadis siempre están preparados y deseosos de gastar su dinero en la causa de Al-lah. Su celo por tales sacrificios voluntarios ha sido cada vez mayor, habiéndose acelerado tal sacrificio en la era de Hazrat Jalifatul Masih IV.

El presupuesto anual de Jamaat alcanzó durante su Jalifato la cifra de mil millones. Esta cifra representaba solamente las donaciones obligatorias. Hay otras categorías de donativos como Tehrik-e-Jadid, Waqf-e-Jadid, el Fondo Syedna Bilal y el Fondo para la propagación del Corán.

Hazrat Jalifatul Masih IV viajó a muchos países a lo largo de cada año. El objeto de dichos viajes era supervisar, optimizar, ampliar y acelerar las múltiples actividades de Jamaat. Los países agraciados con su visita fueron África Oriental, el Lejano Oriente, Europa, América y Canadá.

Sólo un mes y medio después de convertirse en Jalifa, Hazur viajó a Noruega, Suecia, Dinamarca, Suiza, Holanda, Reino Unido y Australia. Inauguró la “Mezquita Basharat” la primera que se construyó en España tras 750 años. Dirigió multitud de conferencias y ruedas de prensa en donde se encargó de explicar e interpretar con erudición las enseñanzas islámicas.

Durante siete semanas en 1983 (22/08 hasta 14/10) visitó Singapur, Fiji, Australia y Sri Lanka. Colocó la primera piedra de la mezquita “Bait-ul-Huda” y la Misión de Sydney. También se dirigió a una concurrida conferencia en la Universidad de Canberra, donde expuso la belleza de los valores islámicos. En diciembre de 1984, emprendió una gira por Holanda, Alemania y Francia, en la que propuso los planes para el establecimiento de grandes centros.

En septiembre de 1985, Hazur volvió a visitar los países de Europa y abrió nuevas misiones en Holanda, Bélgica y República Federal de Alemania. Fue inaugurado un centro de grandes dimensiones denominado “Jardines de Nasir”. Hazur viajó a siete países europeos, abrió cinco nuevas misiones y examinó las perspectivas de establecer otros cuatro.

Desde mediados de agosto al 7 de octubre de 1986, Hazur visitó Canadá, Holanda, Alemania Occidental, Suiza, Italia y España, donde estableció contacto con personalidades eminentes. Durante la gira, fue colocada la primera piedra de la primera Mezquita Ahmadiyya en Canadá.

El mismo año presidió la reunión anual Jhuddam-ul-Ahmadiyya en Frankfurt y también visitó Bélgica y Holanda. En 1987, viajó dos veces a los países europeos, EE.UU. y Canadá, donde fueron inauguradas muchas nuevas misiones. Se reunió con varios grupos de personas eminentes a las que transmitió las enseñanzas islámicas de la manera más persuasiva. Fue aclamado en muchas ciudades de América, donde el día fue declarado “Día de Mirza Tahir Ahmad”.

En enero de 1988, puso su pie por primera vez en el África occidental. Este tour de seis países que abarcó más de cinco semanas tuvo un gran éxito. Una tumultuosa bienvenida le recibió en todas partes, en Gambia, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria. Varios presidentes, ministros, parlamentarios, y jefes supremos se reunieron con él. El Presidente de Sierra Leona permaneció con él durante largo tiempo. Le ofreció el uso de su helicóptero personal, y le asignó su propio personal de seguridad, Se reunió con el Presidente y el Vicepresidente de Ghana. En casi todos estos países, la radio y la televisión ofrecieron una amplia cobertura y agradecieron las actividades de Hazur, elogiando los servicios médicos gratuitos e instituciones de educación proporcionados por el Movimiento para el beneficio de la gente desfavorecida.

Al regresar de su gira, Hazur proclamó:

“Percibo la luz y no veo oscuridad en este continente. Muchos extranjeros vinieron aquí a explotar al pueblo. La riqueza de África se utilizó en otros lugares. Al-lah me ha inspirado un plan para que el Movimiento Ahmadía obtenga fondos en otras partes del mundo, pero sean utilizados aquí en África”.

Hazur creó un departamento exclusivo para la promoción del renacimiento de los pueblos africanos. Instó a médicos, maestros y especialistas en otros campos áhmadis a consagrarse para el servicio de África.

El mismo año en marzo / abril, Hazur visitó Frankfurt y Glasgow. En agosto y septiembre, viajó a África Oriental y Mauricio. Esta fue la primera vez que un Jalifa áhmadi viajaba a esta parte del mundo. Visitó a Kenia, Uganda y Tanzania, además de Mauricio. Esta fue, de nuevo una visita muy exitosa. Se inauguraron algunas mezquitas. Varios áhmadis tuvieron la oportunidad de reunirse con esta persona tan enaltecida, y beneficiarse de sus sublimes discursos.

Todos estos viajes fortalecieron y elevaron la espiritualidad de las masas áhmadis. Jugaron un papel fundamental para disipar las ideas equivocadas sobre el Islam de una parte de las clases educadas. En ocasiones, los críticos se sintieron confundidos cuando Hazur expuso la correcta interpretación de las enseñanzas islámicas y se sintieron impulsados a abrazar el Islam en el acto. En el curso de su gira por África, cientos de personas se unieron a la Comunidad Ahmadía.

Siempre que viene un profeta de Dios, él y sus seguidores sufren la oposición y la burla. Ha ocurrido lo mismo con los seguidores de la Yamaat Ahmadiyya y del Mesías Prometido desde su creación. En 1974 el gobierno de Pakistán emprendió la persecución de la Comunidad Ahmadía, que alcanzó una de sus dimensiones más crueles con la promulgación de la Ordenanza XX del tirano Zia-ul-Haq en 1984. Los áhmadis fueron y siguen siendo atormentados y perseguidos de forma continua, y la vida se hace insoportable para ellos. Pero muestran una firmeza y espíritu de sacrificio increíbles. Frente a la terrible opresión se mantienen firmes como una roca. Su determinación se debe a su fe inquebrantable de que se aferran a la cuerda de Al-lah a través del Jalifato. Bajo la dirección del Jalifato, las maquinaciones, intrigas y campañas de difamación se enfrentan con la fortaleza, el más alto grado de las virtudes, y la benevolencia, reminiscencia de los primeros musulmanes.

Las torturas perpetradas contra los áhmadis amantes de la paz han venido siendo cada vez más duras. Decenas de áhmadis han sido asesinados. El Santo Fundador del Movimiento Ahmadía es sometido a alegaciones calumniosas y blasfemas. Se utiliza un lenguaje sucio y profano para otras personas venerables de la Yamaat, y se intenta extender por todo el mundo esta indecente propaganda. Hazrat Jalifatul Masih IV recopiló un catálogo de refutaciones convincentes contra el “Libro Blanco” publicado por el gobierno de Pakistán. Esta refutación comprende un total de 18 libritos escritos en Londres, y más tarde publicados en un único volumen.

Tras fracasar los intentos de reforma, encontrando oídos sordos a todos los preceptos y admoniciones de castigo divino, y tras haber agotado todas las vías, Hazrat Jalifatul Masih IV, el 10 de junio de 1988, desafió a todos sus dirigentes a un “Mubahala”: ¡Dejad que el asunto sea juzgado por Dios, el Mejor de los jueces!.

Un mes después del reto del Mubahala, Mr. Maulavi Aslam Qureshi, que había pasado a la clandestinidad por voluntad propia, volvió a aparecer. Se había afirmado que había sido secuestrado y luego asesinado; y el nombre del Jefe de la Comunidad Ahmadía fue implicado maliciosamente. La reaparición de Aslam Qureshi constituyó una vergüenza ignominiosa para los adversarios.

La destrucción admonitoria del dictador pakistaní general Zia-ul-Haq, el 17 de agosto de 1988 (sólo nueve semanas después del desafío de Mubahala) fue la manifestación de otro signo de la Gran Verdad del Ahmadiat.

Bienaventurados son los que prestan atención a las señales divinas, reconocen al Reformador de la época y se unen bajo el estandarte del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él); y también aquellos que son firmes en su lealtad a la institución del Jalifato. Que Al-lah derrame sus bendiciones sobre ellos. Amén.

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