La propagación de las doctrinas bolcheviques en el continente europeo fue observada por Italia y Alemania con gran aprensión. Estaban esperando triunfar en el dominio político y económico del mundo aprovechando la decadencia de las entonces potencias dominantes: Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Imaginando que estas antiguas potencias estaban entrando en estado de decadencia, estas nuevas potencias comenzaban a soñar con dominar al mundo. Alemania, Italia y España estaban en la vanguardia de aquellos que ambicionaban este papel. Para ellos, la difusión de las doctrinas bolcheviques suponía nada menos que la muerte de sus esperanzas y ambiciones. Estaban al acecho, como buitres alrededor de un becerro moribundo. Alemania e Italia esperaban el colapso de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, con la esperanza de sucederles como naciones dominantes, y así poder explotar al mundo durante mucho tiempo. Para estas nuevas potencias era muy peligroso que este movimiento buscara desarticular los Estados tal y como estaban concebidos y organizados, y suscitó una fuerte reacción en estos países. En Italia, esta reacción se manifestó en el fascismo bajo la dirección de Mussolini; En Alemania, Hitler sentó las bases del nazismo; Y en España, Franco se convirtió en el líder de los falangistas.
Todos estos movimientos suponían un desafío para el bolchevismo, que naturalmente hizo un llamamiento repetido a las clases más pobres de todos los países. Estas pensaban que bajo el sistema bolchevique todos serían abastecidos en abundancia de todo lo necesario para la vida: comida, ropa, medicinas; y que todas sus necesidades se verían rápidamente satisfechas. La distancia añade encanto al espectador. Así, en este mismo país, hay personas que prefieren el sistema bolchevique, y creen que bajo ese sistema los agentes del Estado irán de casa en casa y entregarán a sus moradores comida, ropa y otros artículos que puedan necesitar. No se dan cuenta de que, si este movimiento se extendiera, el sistema económico actual desaparecería; y bajo el nuevo sistema todo el mundo tendría comida y ropa, pero al mismo tiempo el superávit sería expropiado por el Estado para ser utilizado de la manera que le placiera.
La gente del continente europeo empezó a verse influenciada por la propaganda bolchevique, y a prestar su apoyo a un sistema que prometía asegurar una vida cómoda a todos y acabar con el dolor y la privación.
Como he dicho, Hitler y Mussolini crearon el nazismo y el fascismo como armas para luchar contra el bolchevismo. Explicaron que bajo sus sistemas el Estado también asumiría el control sobre la industria y el comercio, y también sobre la riqueza de la nación, y lograría una distribución más equitativa que diera alivio a los sectores más pobres de la población. Bajo estos sistemas, el Estado se convirtió en un intermediario entre los capitalistas y los trabajadores para asegurar un mejor retorno, y mejores condiciones para el trabajador. Por otra parte, también se destacaba que era necesario impulsar los recursos y la riqueza de la nación mediante un mayor comercio y una mayor industrialización, de modo que se dispusiera de más riqueza para ser distribuida entre los pobres. Se señaló que, para la promoción de la prosperidad nacional y la elevación del nivel de vida de los pobres, era necesario fomentar el comercio internacional, de manera que pudieran explotar a otros países, y utilizar su riqueza para aliviar la pobreza y el sufrimiento en su propio país. Para ello era necesario desarrollar el transporte nacional, la industria nacional y el comercio nacional e internacional. Se afirmaba que los grandes comerciantes y las grandes industrias ayudaban a aumentarlariquezanacionaly, comolagallinaqueponehuevosde oro, debían ser alimentados en lugar dejarles de morir de hambre. Cuanto mayor fuese la cantidad de riqueza que produjeran, mayor cantidad estaría disponible para su distribución entre los pobres. Lo más beneficioso para los trabajadores y los pobres sería que, en lugar de confiscar de golpe su riqueza, las clases industriales y comerciales siguieran ganando y acumulando riqueza, la cual se utilizaría en beneficio de los pobres continuadamente.
A continuación se señaló que el bolchevismo se oponía al imperialismo, y no favorecía la dominación de un pueblo por otro. Por otra parte, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos de América había explotado durante mucho tiempo a otras naciones y países a través de la dominación política o económica y, por lo tanto, ahora era su turno para enriquecerse por medios similares. Era inútil predicarles que tal política podía ser criticada por distintos motivos. Ellos sentían que tenían derecho a hacer lo mismo que las otras grandes potencias habían estado haciendo hasta ahora. Puesto que afirmaban que esta política aliviaría a los sectores más pobres de su población, encontró, naturalmente, aceptación en estos grupos.
Se alegó, además, que Inglaterra, Francia y los Estados Unidos estaban fomentando secretamente la propagación del bolchevismo para que Alemania e Italia no pudieran reclamar su legítima participación en la riqueza del mundo. Esta acusación también ayudó a mantener al pueblo de Alemania e Italia contrarios al bolchevismo.
Otro aspecto al que se hizo referencia fue que Alemania e Italia eran países económicamente pobres en comparación con Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Aunque la totalidad de su riqueza nacional se distribuyera de inmediato y equitativamente entre sus pueblos, no habría prosperidad general, por lo que la aplicación de los principios bolcheviques no aliviaría significativamente a los sectores más pobres, ni los haría tan prósperos como había llegado a ser la población de Inglaterra, Francia y Estados Unidos sin el bolchevismo. La introducción del bolchevismo resultaría fatal para estos países. Por otro lado, la política agresiva del fascismo y el nazismo produciría el colapso de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, y permitiría a Alemania e Italia apropiarse de la mayor parte de la riqueza del mundo, cuya distribución por el Estado nacionalsocialista establecería un nivel general de prosperidad mucho más alto del que podría lograrse bajo el sistema bolchevique.
Estas teorías, bien o mal fundadas, comenzaron a conseguir apoyo en Alemania, Italia y España, a pesar de que la propaganda bolchevique ya había llegado a estos países. La gente de estas naciones comenzó a mantener la esperanza de conseguir más prosperidad bajo el sistema nacionalsocialista que bajo el sistema bolchevique. Porlotanto, estospaíses, adoptaronprogresivamente el programa nacionalsocialista bajo diferentes nombres con el objeto de derribar a Inglaterra, Francia y los Estados Unidos, y de apropiarse de la riqueza de estos países, así como de la del resto del mundo en su propio provecho.
Otra doctrina propagada por los nacionalsocialistas era que para fortalecer su sistema nacional, debían combatir no sólo al bolchevismo, sino también a los sistemas religiosos que recibían su dirección e inspiración del exterior. Estos sistemas se consideraban fuentes de conflictos y debilitamiento. Aplicando esta teoría, Hitler comenzóaperseguiralasreligionesjudíaycatólicaromana. Temiendo que los judíos, que ocupaban posiciones de predominio en Rusia, trabajasen por la propagación del bolchevismo en Alemania, Hitler adoptó la política de exterminio de esta raza en Alemania, incluso la de aquellos sectores de la misma que habían adoptado la religión cristiana. Como el pueblo alemán no católico no le debía lealtad espiritual a ninguna autoridad externa a Alemania, no existía el temor que en algún momento buscaran guía u orientación fuera de Alemania. Él consideraba que los alemanes debían tener una fe distintiva propia, por muy bárbaras que fuesen sus doctrinas. Esta teoría ha dado lugar a movimientos religiosos en Alemania que buscan llevar al pueblo alemán a las creencias paganas pre-cristianas. Uno de estos movimientos, por ejemplo, que contó con el apoyo del general Ludendorf y su esposa, intentó restaurar el antiguo culto al perro en Alemania. Todo esto como resultado de las ideas de Hitler de que no debía alentarse en Alemania ninguna religión que tuviera su sede fuera del país. Italia no ha adoptado esta doctrina en la misma medida que Alemania. Una razón de esto es que Roma misma es el centro de la fe católica romana. El partido fascista, por lo tanto, no inició ninguna oposición directa contra el catolicismo romano, aunque sí trató de controlar su influencia, en alguna medida, para que la iglesia no interfiera indebidamente en las actividades políticas del partido. Más tarde, bajo la influencia de Hitler, los fascistas también comenzaron a adoptar una política anti semítica, pues se señalaba que los judíos no sólo apoyaban a los bolcheviques, sino que también intentaban fortalecer a las tres potencias capitalistas.
España se opuso al bolchevismo y a las potencias capitalistas, pero no adoptó medidas antisemitas.
Hitler inventó otra doctrina para consolidar su apoyo. Dijo que la teoría de la evolución establecía que únicamente progresaba el más capacitado, y que el progreso del mundo dependía de que los más capacitados ocuparan una posición de predominio. De acuerdo con esta teoría sostenía que, como la raza aria había demostrado ser la mejor, debía ocupar la posición de mayor preeminencia, y que esto era particularmente cierto para los arios nórdicos, es decir, para los alemanes. No puedo dejar de observar a este respecto, que Hitler es seguidor de Pandit Dayananda, porque fue Pandit Dayananda el primero que defendió la teoría de la superioridad de la raza aria. Sea como fuere, Hitler declaró que los alemanes tenían derecho a gobernar a los demás, puesto que ellos constituían la mejor parte de la gran raza aria. Señaló que incluso respecto a los animales, la gente optaba por favorecer la mejor raza, pero que, sin embargo, en lo que se refería a la organización del Estado, este principio se ignoraba. Afirmó que, como los alemanes eran la raza superior en ese momento, tenían derecho a gobernar sobre las demás razas. Explicó que esto no implicaba una injusticia o perjuicio en los derechos, ya que se admite universalmente que el hombre debe gobernar a las bestias, y no las bestias al hombre. Por lo tanto, una raza superior debe gobernar y explotar a las razas inferiores en lugar de estar subordinada a ellas. Los alemanes aceptaron esta teoría con entusiasmo.