CAPÍTULO 10 REDENCIÓN O EXPIACIÓN
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Es evidente por lo dicho en el último capítulo que los paganos creían en los sufrimientos sacramentales, en la muerte y resurrección de sus dioses Adonis, Attis, Osiris, Mitra, etc. que habían muerto “por los pecados de la humanidad”. Los idólatras primitivos y semi-civilizados de diversos países, especialmente los de África Occidental, practicaban muchas formas de sacrificio. En las “costumbres” anuales de Dahomey, abolidas en la actualidad, se sacrificaba a centenares de víctimas. En esta región existían tres formas principales de sacrificio humano: (1) El chivo expiatorio;

(2) el mensajero, y (3) la expiación, pero no eran raras las combinaciones de las mismas. Se dejaba a la víctima a menudo en cautividad y bien alimentada; y para transferirle sus pecados, las gentes ponían sobre ella sus manos, y se le llevaba en procesión, con la cabeza cubierta de ceniza. En el camino hacia el lugar del sacrificio había tres recintos, el segundo abierto únicamente a los jefes y sacerdotes, y el tercero al oficiante y a su ayudante exclusivamente. La sangre de la víctima era ofrecida a los dioses151. La idea del sacrificio propiciatorio de animales se encontraba ya en el judaísmo (probablemente tomada de los paganos de Babilonia), pero nunca creyeron en el sacrificio humano, ni en que el Mesías sería sacrificado en la Cruz como rescate por los pecados del mundo.

El mismo Jesús nunca dijo nada que pudiera interpretarse con certeza en el sentido de que la consecuencia de su muerte sería el perdón del pecado original o real, y una gran reconciliación entre Dios y el hombre; nunca dijo que su muerte debía ser considerada como una expiación sacrificial. Las palabras “El Hijo del Hombre ha venido… para dar su vida como rescate por muchos”152 son evidentemente un comentario del autor del Evangelio, no las palabras de Jesús, y aunque las dijera Jesús, solo podían significar que al igual que había vivido para llevar la felicidad a otros, también estaba dispuesto a morir por esta causa sin implicar a sus seguidores.

Se suele suponer que las palabras usadas por él en la Última Cena indican la naturaleza sacrificial y redentora de su muerte, pero esto no es mas que una falsa interpretación. En el Evangelio de San Marcos, Jesús dice: “Esta es mi sangre de la Nueva Alianza que es derramada por muchos”, y en San Lucas dice: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros” y solo en el Evangelio de San Mateo, muy posterior, se añaden las palabras “para el perdón de los pecados”. “Los críticos más conservadores”, escribió Hasting Rashdall, Decano de Carlisle, “no dudarán en tratar esta adición como una glosa explicativa del autor del Evangelio153, y el significado de las otras palabras podría haber sido simplemente que estaba a punto de entregar su vida por sus amigos y a morir por la causa”154. San Pablo y sus colaboradores, aceptando la afirmación de los judíos de que Jesús murió en la Cruz, presentaron a los gentiles al Jesús crucificado como expiación y rescate por los pecados del mundo, una creencia similar a la que ya habían mantenido en relación con sus propios dioses.

San Pablo dice: “En [ Jesús] tenemos la redención a través de su sangre, incluso el perdón de los pecados”155. Llamó también a su sangre: “La sangre de su Cruz”156, y en la Epístola a los Hebreos, “la aspersión purificadora de la sangre”157. Juan dice: “Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero”158. Comentando esto, diversos autores afirman: “Dios estaba encolerizado en lo más profundo por el pecado; pero, a través del sacrificio de Cristo por el pecado ofrecido de una vez por todas ha “retirado su cólera” y puede ser justo”.

La creencia común entre los cristianos es que Adán pecó comiendo de la fruta prohibida y en su caída, toda la humanidad, sus descendientes, cayeron y heredaron el pecado de él. No había otra forma de rescate del pecado salvo que Dios, por su misericordia, enviara a su único hijo muy amado, sin tacha, sin culpa e inocente, “verdadero Dios y verdadero hombre” el cual sufrió realmente, murió y fue enterrado para reconciliar a su Padre con nosotros, y constituirse en un sacrificio, no solo por el pecado original sino también por todos los pecados reales de los hombres”159.

Antes de hacer cualquier comentario sobre esta doctrina, quisiera dejar claro a los lectores cristianos que no tengo ni la intención ni el deseo de injuriar los sentimientos de mis hermanos. El único objetivo por el que me he tomado la molestia de recopilar este folleto es el de presentarles, para su consideración, el punto de vista islámico en cuanto a la crucifixión, resurrección y redención, de manera que pueda cubrirse el mar de diferencias en nuestras creencias, y seamos uno espiritualmente como lo somos físicamente. Presento a continuación mis observaciones, que muestran la dificultad de comprender la doctrina de la Redención.

  • La teoría de la Redención se basa en el supuesto de que todos los habitantes del globo son descendientes de Adán y Eva, quienes vivieron hace seis mil o más años. La ciencia moderna ha demostrado que la humanidad es mucho más antigua que los bíblicos Adán y Eva160. Los versículos 14- 17 del cuarto capítulo del Génesis indican también que había hombres viviendo en regiones de la tierra distintas de las de Adán y Eva, porque Caín dijo: “Seré un fugitivo y vagabundo en la tierra y todo el mundo que me encuentre me matará”. Y el Señor puso una marca en Caín, no fuera que cualquiera que lo encontrara lo matara. Abandonó después el lugar en el que vivían sus padres y “habitó en la región de Nod, al Este de Conoció a su esposa, y ella concibió y parió a Enoch, ¡y construyó una ciudad con el nombre de su hijo Enoch!”.

Ahora bien, si no había ningún otro ser vivo aparte de los hijos de Adán y Eva, ¿por qué puso el Señor una marca en Caín para que no lo matara nadie, y de dónde consiguió a su esposa? ¿Y cómo construyó esta ciudad si no había ningún otro ciudadano aparte de él viviendo en ese lugar de la tierra?

El quinto capítulo del Génesis indica igualmente que, en el momento de la creación del hombre, el Señor los creó hombre y mujer y los bendijo, dándoles de nombre Adán en el día en que fueron creados161. Esto demuestra que había otros hombres que se llamaban también Adán. Era unnombre común dado a todos los hombres creados. Cuando queda claro que no todos los hombres son descendientes de Adán, el cual se supone que pecó, cae por tierra la doctrina de la Redención, basada en que Adán cayó en el pecado.

  • De hecho, ninguna persona puede ser considerada pecadora y merecedora de castigo mientras no incumpla intencionada y conscientemente, y no por ignorancia, un mandamiento de En vista de esta definición de pecado, Adán no era en absoluto pecador. Es evidente por Génesis 2:18 que Dios le informó que le iba a crear una compañera que lo ayudaría. Cuando le preguntó la razón de haber comido del árbol prohibido, contestó justamente: “La mujer que me diste, ella me dio del árbol y yo comí”. Y cuando Dios pregunta a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”, ella respondió: “La serpiente me engañó y comí”. Solo confesó que fue engañada, lo que muestra que no le dijo a Adán que lo que le había dado era del árbol prohibido. Adán, por tanto, no cometió un verdadero pecado. San Pablo expresa una opinión similar cuando dice: “Y el engañado no fue Adán, sino la mujer que, seducida, incurrió en la transgresión”162. La razón de la expulsión del Jardín del Edén, que se da en el Génesis, es ridícula. Dice así: “Y dijo Yahveh Dios: “¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre”. Y lo echó Yahveh, Dios del Jardín del Edén”163. ¿Puede alguien creer que Dios creara al hombre para mantenerlo en la ignorancia del bien y el mal? ¿Acaso no lo creó a Su imagen y semejanza?164

Este pasaje muestra claramente que la expulsión de Adán del Paraíso se debió al temor de Dios de que pudiera comer del árbol de la vida, y no por el hecho de haber pecado. Es, pues, evidente que la doctrina de la Redención, basada en el pecado de Adán es igualmente falsa. En el Santo Corán, Dios dice:

“Dimos antes un mandamiento a Adán, pero él lo olvidó; y no encontramos en él disposición alguna a desobedecer”165.

  • La afirmación de que todos los hombres pecan, y de que nadie puede ser justificado por la ley, a la vista de Dios, sin creer en el rescate pagado por Jesús por su pecado original, es absolutamente falsa. En el Evangelio de San Lucas, capítulo 1, versículo 6, leemos que tanto Zacarías como su esposa “eran justos ante Dios y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor”. María, la madre de Jesús, según la creencia de los católicos romanos, carecía de
  • El pecado original no es más que una invención de los cristianos paganos, y no se menciona en lugar alguno del Antiguo Testamento. La opinión de los estudiosos cristianos se halla dividida en esta cuestión.

“En el siglo V, Pelagio declaró la capacidad de cada hombre para alcanzar la virtud por sus propios esfuerzos, y advirtió a los miembros de la Iglesia de Roma que entraran en el camino de la perfección de la vida monástica. Su amigo, Celestio, fue acusado y excomulgado por herejía en el 412, porque consideraba a Adán así como a todos sus descendientes naturalmente mortales, negando las consecuencias raciales de la caída de Adán, afirmando la inocencia completa del recién nacido, reconociendo que los hombres no tenían

  • El Sagrado Corán, 20:116

pecado antes de la venida de Cristo… Pelagio insistió en que el pecado era un acto, no un estado, un abuso de la libertad de la voluntad, y que cada hombre era responsable y podía ser castigado únicamente por sus propios actos”166.

Y nuestra religión, el islam, la religión de la razón y la sabiduría, no reconoce el pecado original. Un niño nace con una naturaleza pura, y no como dice San Pablo: “Estábamos destinados por naturaleza, como los demás, a la cólera” (Efesios 2-3).

  • La secuencia natural de comer o tocar del árbol prohibido era la muerte: “no sea que muráis”167. Si fuera cierto que Jesús, por su crucifixión, pagó el rescate por el pecado original, nadie habría muerto después de él. Pero comprobamos que la sentencia de muerte sigue presente; todos los hombres mueren, y las naciones cristianas, especialmente, han inventado las formas más crueles y rápidas de
  • La creencia de que matando a su Hijo inocente, Dios reconcilió Su justicia y Su misericordia es ciertamente “La justicia moral no puede tomar al inocente como culpable, aunque el mismo inocente se ofrezca. Suponer que la justicia hace esto es destruir los principios de su existencia, que es la misma cosa. Entonces no existe ya la justicia. Es una venganza indiscriminada”168. Cuando Judá pidió a José que lo retuviera a él en lugar de a su hermano pequeño, José le contestó: “Dios prohíbe que yo haga eso; pero el hombre en el que se encuentre la copa, él será mi criado; y en cuanto a vosotros, id en paz con vuestro padre”169.

Una prueba positiva de que la doctrina de la expiación es falsa y contraria a la Justicia divina es que, cuando los israelitas se fabricaron un becerro de oro para adorarlo, Moisés les dijo:

“Habéis cometido un grave pecado. Yo voy a subir ahora donde Yahveh; acaso pueda obtener la expiación de vuestro pecado”.

Entonces Moisés hizo dos propuestas a Dios: “Con todo, si te dignas perdonar su pecado…, y si no, bórrame del libro que has escrito”.

Aquí Moisés se ofreció como expiación por los pecados de su pueblo, lo que Jesús nunca hizo, pero la respuesta de Dios a su oferta fue que iba contra Su justicia tomar al inocente por culpable, diciendo: “Al que peque contra Mí, le borraré Yo de Mi libro” (Éxodo, 32, 30-33). La muerte de una persona inocente por una culpable es, por tanto, directamente contraria a la justicia, así como a la misericordia. De esta forma, Dios, en lugar de reconciliar Sus atributos de Misericordia y Justicia, los destruiría.

  • La afirmación de que Jesús, el justo, fue hecho víctima propiciatoria por los pecados de todo el mundo170, no solo es incomprensible, sino contraria también al dicho del Antiguo Testamento: “El malvado será el rescate del justo y el transgresor del recto”171.
  • La creencia de que Jesús, después de su muerte en la Cruz, estuvo en el infierno durante tres días, durante los cuales sufrió el castigo por los pecados del mundo, es claramente contraria a lo que el mismo Jesús dijo a uno de los dos ladrones que fueron crucificados con él: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”172 .
  • Parece absurdo creer que Satanás, del cual se dice que hubo engañado a Eva en forma de serpiente, obligara finalmente al Todopoderoso a mostrarse a Sí mismo en la Cruz en forma de su hijo Jesús, en lugar de que Dios Omnipotente le exhibiera en forma de serpiente en la Cruz. Por tanto, los cristianos hacen que caiga el Todopoderoso y triunfe Satanás el Engañador”.
  • La idea de que creyendo en la sangre de Jesús un hombre se salva y queda rescatado del castigo del pecado, se opone directamente a las afirmaciones siguientes de Jesús:
  1. “Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el Día del Juicio, porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado”.173
  2. En Mateo 12:32, dice: “Al que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro”.
  3. “Si tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego ”174
  4. “Así será al fin del mundo: Saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.175
  5. Jesús dijo: “Porque si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. (Mateo 6:14, 15)
  6. Si se lee el capítulo 25 de Mateo, versículos 31 a 46, se sabrá que el justo irá a la vida eterna por sus buenas obras realizadas en este mundo, y los que estén a la izquierda “irán al castigo eterno” por no realizar buenas obras. Todas esas personas de la derecha y la izquierda serán cristianos que han creído en Estas frases de Jesús no coinciden con la doctrina de la Redención.
  7. Thomas Paine escribe:

“Recuerdo muy bien cuando tenía siete u ocho años de edad, y escuchaba un sermón leído por un familiar mío, que era un gran devoto de la Iglesia, sobre el tema de lo que se denomina “Redención por la muerte del Hijo de Dios”. Después de terminado el sermón, me dirigí al jardín y, cuando empezaba a bajar los escalones que a él llevaban, me rebelé al recordar lo que había oído, y me dije a mí mismo que de ese modo se hacía que Dios Todopoderoso actuara como un hombre apasionado, que mató a su hijo cuando no pudo vengarse de otro modo; y al igual que estaba seguro de que se colgaría a un hombre que hiciera tal cosa, no podía entender para qué predicaban esos sermones. Este no fue uno de esos pensamientos coloreados de frivolidad y ligereza infantil; para mí era una reflexión seria que surgió de la idea que tenía de que Dios era demasiado bueno para hacer tales cosas, y también demasiado Omnipotente para tener necesidad alguna de hacerlas. En este momento creo lo mismo; y creo además que cualquier sistema religioso que tenga en él algo que cause impacto en la mente de un niño no puede ser verdadero”.176

Un cristiano podría decir aquí, como suele hacer la mayoría de los cristianos: “Si debo dinero a una persona, y no puedo pagarle, y me amenaza con llevarle a la cárcel, otra persona puede hacerse cargo de la deuda y pagarla por mí. Así Jesús, el Hijo de Dios, ha pagado el rescate por nuestros pecados al haber estado en el infierno tres días y tres noches”. Esto podría estar justificado si

  • Thomas The Age of Reason, p. 41.

el pecado se tomara como una deuda, y el acreedor, al contrario que Dios, fuese tan impotente y pobre, o tan bajo y vengativo que al conocer la imposibilidad de pagar no perdonara la deuda o le concediera un plazo al deudor hasta que pudiera pagarla. Pero si el pecado se toma como un crimen, es decir, la violación consciente de los mandamientos de Dios, ninguna ley castigaría a otro excepto al culpable; o, si se define como una enfermedad espiritual, esta no puede curarse si el remedio se aplica a otro que no sea el pecador. Además, Jesús no se ofreció a sí mismo, sino que suplicó y oró a Dios con lágrimas para que lo salvara de la muerte. Y fueron palabras realmente conmovedoras las que dijo entonces: “¡Padre! Si no puedes apartar de mí este cáliz, sin que lo beba, hágase Tu voluntad”177. A continuación, lanzó un grito desgarrador mientras estaba en la Cruz: “¡Dios mío, Dios mío!

¿Por qué me has abandonado?”178. En cuanto a Judas, que reveló a los judíos el lugar en el que se ocultaba, dijo: “¡Ay de él! Más le valdría no haber nacido”179.

¿Puede alguien decir honradamente que se ofreció voluntariamente por los pecadores?

La consecuencia de esta doctrina fabricada es que la Europa cristiana se está convirtiendo en una fuente de ateísmo, hasta el punto de que ha desaparecido de ella el sentido del pecado.

El Rev. H. R. Gough escribe:

“Un número elevado de nuestro pueblo carece totalmente del sentido del pecado; tal vez no sean realmente inmorales, pero no tienen moral. La conciencia ha quedado tan embotada por la desobediencia continua a sus mandamientos, que no existe ya el sentido de lo recto o lo erróneo. Parece como si nuestros pecados ya no nos avergonzaran. Cuando un pueblo llega a ese punto, el desastre está cerca”.180

¿Por qué deberían avergonzarse de sus pecados? ¿Acaso Dios, por Su misericordia, no hubo derramado la sangre de Su Hijo inocente (incluso la de Él mismo) para su redención? Esta doctrina, empero, da licencia libre para cometer pecados, y ha hecho que los cristianos de Europa y América cometan delitos de indecencia más visibles que en cualquier lugar del mundo; y no solo los cristianos ordinarios, sino también los predicadores y sacerdotes. Ver: The Crimes of Preachers, publicado en Nueva York; The Crimes of Christianity, de J.M. Wheeler (Londres, 1887); Life, por la Monja de Kenmere; Inside the Church of Rome, Life inside the Church of England y Why is Christianity a Failure? de un hombre de la Iglesia, publicados por Ideal Publishing, Ltd., Londres.

En cualquier caso, el pecado sigue existiendo, especialmente en el mundo cristiano; y no creo que el cristianismo paulino pueda ofrecer a los cristianos remedio alguno para el perdón de sus pecados. San Pablo dice: “Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, no quedan ya más sacrificios por los pecados”181. El mundo cristiano pecador que comete pecados después de creer en Cristo crucificado morirá en pecado y, según lo anteriormente dicho, nunca conseguirá la salvación.

La verdadera expiación

 En 1943, la secretaria de la Sociedad de Amigos de los Musulmanes de China, en una carta dirigida a mí, explicaba su fe con estas palabras:

  • The Watchman, March 1941, 93 (Londres).
  • Hebreos 10:26

“Dios vino en la persona de Cristo y tomó sobre él el pecado (no solo el castigo, sino el mismo pecado)”. “Sin la muerte de Jesús, el pecado no puede perdonarse justamente y hacerse uno virtuoso”.

Mi respuesta a ella fue que esta creencia equivale a creer que Dios se suicidó en la Cruz, y bajó al infierno durante tres días, y que no tiene derecho a perdonar los pecados a Su creación sin castigarla; y que no es compasivo ni misericordioso, sino que es como un juez que está obligado a castigar al culpable de acuerdo con la ley que le ofrecen las autoridades superiores. ¿Es misericordia matar a una persona inocente a causa de otros? Pregunte a cualquier padre afectuoso que solo tenga un hijo: ¿qué tipo de misericordia y justicia sería esa? Pensar que los pecados pueden lavarse con la sangre de Jesús no solo es irracional, sino también contradice todas las nociones de misericordia y justicia.

La concepción de Dios que ha presentado el islam al mundo es que es misericordioso, compasivo y perdona a Sus siervos. Dios dice en el Santo Corán:

“Oh, Profeta, di: ´Oh, siervos míos que habéis actuado de forma extravagante contra vuestra propia alma, no desesperéis de la misericordia de Al-lah; en verdad Él es el Sumo Perdonador, Compasivo´”.182

Él es el Maestro y Creador de todos los hombres. Él puede perdonar a quienquiera, y castigar cuando el castigo beneficia al culpable. (Léase la parábola del señor que contrató a unos hombres y que, al final, dijo: (Mateo 20:15) “¿Acaso no me es lícito hacer lo que quiera con lo mío?”. El dueño tiene pues el derecho a perdonar también a sus siervos).

Cuando el pecador cae postrado y pone su frente en el umbral de Dios, el Sumo Compasivo, y se arrepiente y ora con el corazón roto y con lágrimas en los ojos, con la determinación de no pecar

  • El Sagrado Corán 39:54

nunca más, entonces, Dios, que es más compasivo que cualquier padre o madre, movido por la indulgencia, acude a su rescate y le perdona los pecados. Este es el modo en que el pecado puede ser justamente perdonado. ¿No habéis leído la parábola de cierto rey que pidió cuentas a su sirviente que le debía diez mil talentos? El sirviente se postró ante él y le imploró diciendo: “señor, ten paciencia conmigo y te pagaré todo. Entonces el señor de aquel siervo tuvo compasión, lo soltó y le perdonó la deuda”183.

Cuando Pedro el Apóstol preguntó a Jesús: “¿Cuántas veces ha de pecar mi hermano en contra mía teniendo que perdonarlo?

¿Hasta siete veces?” ¿Acaso no contestó: “Hasta setenta veces siete”?184. Si los hombres, por compasión y misericordia pueden perdonar a quienes pecan contra ellos sin castigarles

¿por qué no sería justo que Dios, el Dios misericordioso, por Su misericordia y gracia, perdone a los que pecan contra Él, sin castigarles? El verdadero camino para el perdón de los pecados es el arrepentimiento, como se menciona en el Santo Corán, y como fue enseñado por todos los profetas divinos. Dios dice en el Santo Corán, en relación con los pecadores:

“Serán salvados del castigo quienes se arrepientan y crean y realicen buenas obras; son aquellos a quienes Al-lah cambia sus obras malas por buenas, y Al-lah es Clemente y Misericordioso”.185

Ezequiel, el Profeta, escribe que el Señor le dijo:

  • Ella respondió que lo había leído, “pero debió haberle costado mucho ¡Tan enorme cantidad de capital!”. Yo le contesté: “Piense que si un hombre puede perdonar una deuda a pesar del enorme coste que supone ¿acaso no es mucho más posible que Dios Omnipotente, que lo posee todo, perdone cuando no Le cuesta nada? La parábola demuestra que el arrepentimiento y la súplica es el verdadero camino para obtener el perdón. Pero Vd. piensa que Dios, sin derramar la sangre de un inocente o, dicho de otro modo, cometiendo un suicidio, no puede justificarse a la hora de perdonar los pecados?”.

184 Mateo 18:21-22

  • El Sagrado Corán 25:70-71

“El que peque morirá. El hijo no cargará con la iniquidad de su padre, ni el padre con la iniquidad de su hijo; al justo se le imputará su justicia, y al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda, y no morirá”186.

Léase también 2 Crónicas, capítulo 7, versículos 12-14; e Isaías, capítulo 55, versículo 7, donde la humildad, la oración, la búsqueda de la faz de Dios y el abandono del camino de la maldad y de la injusticia son los medios por los que los pecados pueden perdonarse.

Por lo tanto, la muerte de Jesús en la Cruz, según creen los cristianos, no es el medio por el que pueden perdonarse los pecados. Es, en sí mismo, un gran pecado creer que Dios misericordioso derramó la sangre de un inocente por los pecados de otros y lo maldijo. Os digo con toda sinceridad que si Jesús fuese crucificado, no una, sino mil veces, no podría con su muerte redimir a la gente de sus pecados. Qué fácil sería para nosotros escapar al castigo de nuestros pecados acusando a Jesús, el profeta amado de Dios, de ser un maldito por su muerte en la Cruz, lo cual significa, en realidad, que su corazón abandonó a Dios y lo desobedeció. Uno de los fines por los que Dios ha enviado al Mesías Prometidoas en nuestra época, es el de eximir a Jesús de la muerte en la Cruz. Esta es la voluntad de Dios y se hará Su voluntad. Se acerca el momento en que todos los cristianos dotados de razón y sabiduría abandonarán todos los dogmas irracionales tomados del paganismo. Jesús no fue más que un profeta de Dios al que Dios salvó de una muerte maldita en la Cruz, y a quien hizo morir de muerte natural, como a otros grandes profetas divinos.

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