El término “jalifa” deriva de la palabra árabe “jalafa” y literalmente significa “el que viene después, sucesor, vicario, sustituto o representante”. Su plural es “julafa”.
En este sentido, el famoso Imam Ibni Kazir escribió:
“Jalifa es la persona que desempeña los deberes de otra persona que le precedió y actúa como su sucesor”.
(“Al-Niyyat”, vol. 1, p 315).
El Santo Corán ha mencionado los siguientes dos tipos de Julafa:
- Jalifatul-lah.
Representantes de Dios, Profetas como Hazrat Adánas y Hazrat Davidas, por ejemplo.
Sobre Adánas, Al’lah dice:
wa iz qāla rab-buka lilmalā’ikati in-nī yā ‘ilun fil ardi jalifa
“Y cuando tu Señor dijo a los ángeles:
‘Estoy a punto de designar un vicario en la tierra‘”, (2:31).
Y sobre Davidas Dios Altísimo dice:
yā dā’ūdu in-nā ya‘alnāka jalīfatan fil ard
“¡Oh David, Te hemos hecho un vicario en la tierra!”, (38:27).
- Jalifatun-Nabi.
Los Julafa (Jalifas), que son sucesores de los Profetas, siguen sus pasos y lideran la comunidad según la Sharia de sus respectivos Maestros y Profetas. Tales “Julafa” llegan a ser Profetas o Julafa y también pueden ser contemporáneos de sus Maestros y Profetas, o sucederlos tras su muerte; como ocurrió con los profetas israelitas, que fueron todos Julafa de Moisésas.
Muhammadsa comentó sobre el Jilafat o Jalifato:
mā kānat nubuw-watun qat-tu il-lā tabi‘at-hā jilāfatun
“No ha habido ningún Profeta que no haya sido seguido por un Jilafat (Jalifato)”.
(“Khasa isulkubra”, parte II, p. 115).
Tras la triste muerte del Santo Profetasa, el segundo tipo mencionado de Jilafat fue establecido por Al’lah y se conoce normalmente como el “Jilafat-e-Rashida” (el Jalifato Rectamente Guiado). Hazrat Abu Bakarra, el Compañero más cercano de Muhammadsa, fue elegido como su primer Sucesor y después de él fueron elegidos Jalifas otros tres Compañeros muy cercanos al Profetasa y de alta dignidad: Hazrat Umarra, Hazrat Uzmanra y Hazrat Alira. Pero una vez falleció este último, surgieron muchas facciones entre los musulmanes y la palabra “jalifa” se aplicó erróneamente a la sucesión dinástica de las familias gobernantes.
El sistema del Jilafat (Jalifato), de una u otra forma, duró unos 626 años tras el triste fallecimiento del Santo Profetasa. Durante este periodo, cinco jalifatos distintivos existieron entre los musulmanes, todos pertenecientes a la Casa de los Quarish:
- El Jalifato Rectamente Guiado, 632 – 661 DC.
- El Jalifato Omeya de Damasco, 661 – 750 DC.
- El Jalifato Abásida de Bagdad, 750 – 1258 DC.
- El Jalifato Omeya de España, 929 – 1031 DC.
- El Jalifato Fatimid de Egipto, 909 – 1171 DC.
El décimocuarto y último de los jalifas Fatimid fue destronado en 1171 dC. por el Gran Saladino, el famoso guerrero de las cruzadas; y con la caída de Al-Azid finalizó la dinastía Fatimid, la cual había sido fundada por Al-Mahdi 262 años atrás.
Hazrat Abu Bakar Siddiqra.
Periodo de Jalifato: 632 – 634 dC.
El nombre personal de Hazrat Abu Bakarra era Abdul’lah, pero basado en el nombre de su hijo Bakar, fue nombrado Abu Bakar. Su padre era conocido como Abu Qahafa y su madre como Ummul Jair Salma. Nació en el 572 dC. en La Meca. Era amigo íntimo de Muhammadsa y fue el primero entre los hombres en confirmar la verdad de la proclama del Profetasa, y así se ganó el título de “siddiq”. Por otra parte, él es quien se mantuvo en compañía del Santo Profetasa durante su viaje migratorio (Hégira) desde La Meca hasta Medina. Fue el único compañero de Muhmamadsa en la cueva de Zaur, donde ambos se refugiaron durante ese viaje.
Después del Hallatul Wida (la última peregrinación), cuando el Santo Profetasa cayó gravemente enfermo, instruyó a Hazrat Abu Bakarra para que dirigiera las cinco oraciones diarias. Tras el triste fallecimiento del Profetasa, Hazrat Abu Bakarra fue elegido como el primer Jalifa y tuvo que lidiar con una situación extremadamente difícil que se desarrolló debido a la repentina desaparición del Mensajero de Al’lahsa.
El primer problema al que se enfrentó es que algunas de las tribus renunciaron al Islam, simplemente porque sus jefes tribales no creían necesario permanecer fieles a los Sucesores del Santo Profetasa. No solo eso, sino que comenzaron a prepararse para atacar Medina y poner fin a la recién establecida institución del Jalifato. Hazrat Abu Bakarra, tras conocer sus intenciones, envió tropas y logró con éxito suprimir la rebelión.
El segundo gran problema al que se enfrentó Hazrat Abu Bakarra fue que muchas personas se negaron a pagar el Zakat, que era esencial para satisfacer las necesidades del Estado islámico y para cuidar a los pobres. Hazrat Abu Bakarra se propuso recolectar el Zakat de todos los musulmanes y tomó las medidas necesarias para lograr este objetivo.
Sin embargo, el más peligroso de todos los problemas fue que un número de personas ambiciosas, que fingían ser profetas, iniciaron una rebelión contra el Estado. En este sentido, Musailma Kazzab y Aswad Ansi levantaron grandes ejércitos y capturaron algunos de los territorios musulmanes. Hazrat Abu Bakarra se apresuró para luchar contra estos rebeldes y falsos profetas, y a pesar de los escasos recursos, Dios le concedió la victoria contra los malvados.
Uno de los grandes logros de su Jalifato fue la recopilación del Sagrado Corán en un solo tomo. Aunque la escritura y arreglos del Corán fueron hechos bajo la supervisión del propio Santo Profetasa, estaba escrito en varios pedazos de piel, hojas y pizarras. Hazrat Abu Bakarra reunió todos estos escritos en un solo tomo y reorganizó el sistema de Hufaz, o aquellos que lo memorizaron por completo de forma sistemática, para la preservación del Libro Sagrado.
Durante los últimos días de su vida, el Profetasa había levantado un ejército para ser enviado contra los romanos, que habían hecho algunas incursiones en las fronteras del norte. Este ejército todavía estaba en Medina cuando Muhammadsa falleció. Hazrat Abu Bakarra fue elegido Jalifa y la situación de la ley y el orden dentro y fuera de Medina se volvió muy delicada. En vista de este grave peligro, muchos Compañeros del Profetasa le aconsejaron que no enviara el ejército contra los romanos, pero Hazrat Abu Bakarra respondió enfáticamente: “¿Qué autoridad tiene el hijo de Abu Qahafa, para detener lo que fue iniciado por el Santo Profetasa?”. Al mismo tiempo, el ejército musulmán, bajo el mando de Hazrat Jalid bin Walidra, aplastó una rebelión en Bahrein. Entonces los persas, que habían apoyado a los rebeldes de Bahrein, también fueron derrotados. Además, el ejército musulmán derrotó a las fuerzas romanas en las batallas de Ajnadan y Yarmuk, y así toda Siria pasó a ser controlada por el Estado islámico.
Hazrat Abu Bakarra murió el 23 de agosto del 634 dC., tras permanecer enfermo quince días. Fue uno de los “Diez Benditos Compañeros” a quienes el Mensajero de Diossa dio la buena nueva de que habían sido recompensados con el Paraíso. Así pues, solo fue Jalifa por poco más de dos años.
(“Ahmadiyya Gazette”, Majeed A. Mian, Abril/Mayo 2000, USA, pp. 28-29).
Hazrat Umar Faruqra.
Periodo de Jalifato: 634 – 644 dC.
Su nombre personal era Umar, Faruq su nombre añadido, e Ibn Al-Jattab su nombre familiar. Nació en 581 dC. en La Meca y pertenecía a una noble familia de los quaresh. Fue un reconocido hombre de negocios y solía liderar delegaciones de comercio hacia Siria e Irak.
Cuando Muhammadsa anunció su proclama de profetazgo, Hazrat Umar Ibn Al-Jattabra se convirtió en un feroz opositor del Islam. Tanto es así, que un día tomó su espada y salió de su casa con la intención de matar al Santo Profetasa. En su camino, alguien le preguntó por sus intenciones y le dijo que primero fuera a la casa de su propia hermana y cuñado, porque ya habían aceptado el Islam. Se dirigió directamente a ellos, llamó a su puerta y pudo oír que el Sagrado Corán estaba siendo recitado dentro del hogar. Esto lo enfureció y una vez entró, comenzó a golpear a su cuñado, e hirió a su hermana cuando esta trató de proteger a su marido. Ante esto, su hermana empezó a sangrar y dijo con voz firme: “¡Umar! Puedes golpearnos tanto como quieras, pero no vamos a renunciar a nuestra fe”. Tras ello se calmó y pidió ver las hojas del Libro Sagrado, pero le dijeron que primero tomara un baño. Una vez lo tomó, empezó a leer una parte del Sura Ta-ha y se emocionó tanto con los versículos coránicos, que sus ojos se llenaron de lágrimas. Entonces, se dirigió directamente al Profetasa y aceptó el Islam. Como era un hombre fuerte, valiente e influyente de La Meca, demostró ser una fuente de fortaleza para los musulmanes. En realidad, este milagroso cambio en Hazrat Umarra se dio gracias a las oraciones del Mensajero de Diossa.
Hazrat Umar Ibn Al-Jattabra fue el segundo Sucesor del Profetasa. Durante su Jalifato, el Islam se expandió y progresó extensivamente, y la paz y la prosperidad prevalecieron en tierras musulmanas. Durante el período de su Jalifato, los musulmanes tuvieron que luchar una serie de batallas contra Irán, Irak, Siria y Egipto. Como resultado de esto, vastas áreas de estos países quedaron bajo su dominio. Y cuando la ciudad de Jerusalén, en Palestina, fue conquistada por los musulmanes en el 17 Hillri, Hazrat Umarra visitó en persona la ciudad a petición de los romanos y firmó un tratado entre los musulmanes y el pueblo de Jerusalén.
Hazrat Umarra estableció un sistema espléndido de administración para el Estado y algunos de sus mayores logros en este campo fueron los siguientes:
- Establecimiento del Majlis Shura, un cuerpo consultivo de asesores del Jalifa.
- División de todo el Estado en provincias para facilitar la administración.
- Establecimiento de un departamento de finanzas y construcción de escuelas y mezquitas en diferentes partes del Estado.
- Introducción del calendario islámico después de la Hégira.
Hazrat Umarra estaba tan ansioso por el bienestar de su gente, que en la ciudad de Medina solía salir de incógnito por la noche para ver por sí mismo si alguien necesitaba ayuda. Una vez, durante su patrullaje nocturno, observó a una mujer cocinando algo en una olla mientras sus hijos lloraban a su alrededor. Se enteró que los niños llevaban dos días sin comer y que la olla estaba vacía y solamente la había puesto en el fuego para consolarlos. Inmediatamente se dirigió a la tesorería y él mismo trajo todos los alimentos necesarios para la mujer. En su camino, uno de sus sirvientes se ofreció a llevar la carga, pero él lo detuvo diciendo: “En el Día del Juicio no llevarás mi carga”. La mujer, que nunca había visto antes a Hazrat Umarra, estaba tan complacida que oró por él diciendo: “Que Al’lah te convierta en Jalifa en lugar de Umar”. Al escuchar esto, Hazrat Umarra empezó a llorar y sin decir una palabra abandonó el lugar.
Tristemente, en el año 644 dC., Hazrat Umarra fue apuñalado por un esclavo persa que tenía algún agravio injusto contra él, mientras estaba ofreciendo sus oraciones en la Mezquita. Esta herida resultó fatal. Murió a los sesenta y tres años, el día 26 de Zul Hiya, 23 dH. Fue un Jalifa realmente grandioso, cuyo periodo de Jalifato fue indudablemente una época de oro en la historia del Islam. También se encontraba entre los “Diez Benditos Compañeros” a quienes el Santo Profetasa dio la buena nueva de que habían sido recompensados con el Paraíso.
(“The concise encyclopedia of Islam”, Cyril Glasse, Stacey International London, 1989, p. 408; y revista “Ahmadiyya Gazette”, Abril/Mayo 2000, USA, pp. 28-29).
Hazrat Uzman Ghanira.
Periodo de Jalifato: 644 – 656 dC.
Hazrat Uzman Ghanira fue elegido como el tercer Jalifa por el consejo designado por Hazrat Umarra poco antes de su fallecimiento. Es decir, cuando Hazrat Umarra estaba en su lecho de muerte, designó un consejo para elegir a su sucesor y este estaba formado por: Hazrat Abdur Rahman bin Aufra, Hazrat Talhara, Hazrat Alira, Hazrat Uzman Ghanira, Hazrat Sadra y Hazrat Zubairra.
Hazrat Abdur Rahman bin Aufra no estaba dispuesto a asumir esa gran responsabilidad y optó por votar en favor de alguno de los otros cinco. Ante esto, fue designado para buscar un consenso común para el siguiente Jalifa. Por eso, Hazrat Abdur Rahman bin Aufra recopiló los votos de los miembros del consejo y de otros musulmanes prominentes, y la mayoría estaban a favor de Hazrat Uzman Ghanira. Por lo tanto, fue elegido y declarado como el tercer Jalifa, y todos hicieron el juramento de lealtad en sus manos.
Hazrat Uzman Ghanira provenía de la reconocida familia de Banu Omeya, perteneciente a los quaresh. Su linaje se remonta a Muhammadsa en la quinta generación antes que él. Su generosidad por los pobres era tan conocida que se ganó el título de “Ghani”, que significa “rico y auto-suficiente”.
Hazrat Uzman Ghanira abrazó el Islam a través de la predicación de su íntimo amigo Hazrat Abu Bakarra. Fue la cuarta persona en aceptar el Islam y se enfrentó a muchas dificultades cuando su tío empezó a perseguirlo. Emigró dos veces: primero a Abisinia y luego a Medina.
El Profetasa sentía un gran aprecio por Hazrat Uzmanra y casó a su hija Ruqeyara con él. Después de que ella muriera, el Santo Profetasa lo casó con su segunda hija, Ummi Kulzumra. Así, Hazrat Uzmanra fue llamado “zun-nurain”, que significa “el que tiene dos luces”.
Durante el Jalifato de Hazrat Uzmanra, el imperio islámico se expandió aún más, aunque una rebelión en Irán tuvo que ser aplastada. En el norte, los romanos fueron derrotados una vez más por las fuerzas musulmanas, dirigidas por Hazrat Amir Muawiara. Entonces los romanos intentaron invadir Egipto por el mar, pero una vez más fueron repelidos por las fuerzas musulmanas. Como resultado de estas batallas, todo Irán, Asia Menor y Egipto quedaron bajo el control musulmán. Fue además durante su Jalifato que se establecieron una armada y una flota islámicas.
En el transcurso de su Jalifato se prepararon copias estándar del Sagrado Corán a partir de las compiladas por Hazrat Abu Bakarra y se enviaron a todas las provincias del Estado, lo cual fue su hazaña más importante. Así pues, el Libro Sagrado, tal como lo conocemos hoy, fue compilado durante su Jalifato y bajo su supervisión directa. No obstante, los últimos seis años de su Jalifato transcurrieron en caos y conflictos debido a las conspiraciones de ciertos grupos, incluyendo el de Abdul’lah bin Sabah, un judío que se había convertido en musulmán con la intención de debilitar a los musulmanes.
Hacia el final de su Jalifato, varios grupos que querían derrocar a Hazrat Uzmanra entraron en Medina. Él se negó a luchar contra ellos, ya que no quería derramar la sangre de sus hermanos musulmanes. Finalmente, su casa fue rodeada por los rebeldes y le exigieron que renunciara a su cargo, pero Hazrat Uzmanra se negó a abandonar el Jalifato que le había sido otorgado por Dios, debido a su creencia justa y firme de que un Jalifa era en realidad elegido por Al’lah y no por las personas.
Finalmente, Hazrat Uzmanra fue martirizado el 17 de junio de 656 dC., a la edad de ochenta y dos años, mientras estaba recitando el Sagrado Corán. Ciertamente sacrificó su vida por la integridad del Jalifato en el nombre del Islam. Fue además uno de los “Diez Benditos Compañeros” a quienes el Santo Profetasa dio la buena nueva de que habían sido recompensados con el Paraíso.
(“The concise encyclopedia of Islam”, Cyril Glasse, Stacey International, London, 1989, p. 412; “A book of religious knowledge”, Waheed Ahmad, p. 150).
Hazrat Ali Bin Abi Talibra.
Periodo de Jalifato: 656 – 661 dC.
Con la muerte de Hazrat Uzmanra, un estado de completo desorden y anarquía empezó a reinar en la ciudad de Medina. Tras cinco días de disputas políticas, Ibn Sabah, líder del grupo rebelde egipcio, apoyó la causa de Hazrat Alira con el argumento de que él era el Jalifa legítimo en cuyo favor Muhammadsa había hecho un “testamento”. El 23 de julio del 656 dC., seis días después de la muerte de Hazrat Uzmanra, Hazrat Alira fue elegido como el cuarto Sucesor del Profetasa y el público juró lealtad en su mano, uno por uno.
Hazrat Alira era el hijo del tío del Santo Profetasa, Abu Talib y nació en La Meca aproximadamente veinte años después del nacimiento de Muhammadsa. Cuando Hazrat Alira nació, el mismo Profetasa se convirtió en su guardián, ya que la situación financiera de su padre era muy delicada.
Precismante fue Hazrat Alira quien se quedó en la cama del Santo Profetasa la noche en que el Mensajero de Al’lahsa abandonó La Meca para dirigirse a Medina, pues los líderes mequíes habían planeado detener y matar a Muhammadsa. A la mañana siguiente, se enfurecieron muchísimo cuando encontraron a Hazrat Alira en la cama, en lugar del Santo Profetasa.
Hazrat Alira fue también un fuerte y experto guerrero, que participó en casi todas las batallas al lado del Mensajero de Diossa y se casó con Hazrat Fátimara, hija del Profetasa.
Al poco tiempo de su elección, Hazrat Alira trasladó la capital del Estado musulmán de Medina a Kufa, en Irak, que era un lugar más central. Tras su elección, se enfrentó a la demanda popular de los musulmanes, incluidos algunos Compañerosra influyentes del Santo Profetasa como Hazrat Talhara y Hazrat Zubairra, para castigar de inmediato a los asesinos de Hazrat Uzmanra.
Hazrat Alira anunció que su máxima prioridad era restaurar la ley y el orden en el Estado, y solo así él podría entregar a los asesinos de Hazrat Uzmanra a la justicia. Pero Hazrat Talhara y Hazrat Zubairra no estuvieron de acuerdo con Hazrat Alira y empezaron a crear un ejército para poder capturarlos. Hazrat Aishara, que no era consciente de la situación real y se unió a Hazrat Talhara y a Hazrat Zubairra, en un esfuerzo por castigar a los asesinos. Los tres lideraron un pequeño ejército hacia Basora.
Hazrat Alira hizo lo que pudo para evitar la pelea y el derramamiento de sangre, pero sus esfuerzos fueron en vano. Desafortunadamente, tuvo lugar una batalla entre su ejército y las fuerzas de Hazrat Aishara. Sin embargo, Hazrat Talhara y Hazrat Zubairra abandonaron su ejército incluso antes de la misma, y fueron asesinados por los oponentes. Por su parte, las fuerzas de Hazrat Aishara fueron derrotadas, aunque Hazrat Alira le mostró el debido respeto y se encargó de su seguridad, y la envió de regreso a Medina con la escolta de su hermano, Muhammad bin Abu Bakarra. Esta batalla fue llamada la Batalla de Yamal (el camello) porque Hazrat Aishara montaba un camello durante la misma. Más tarde, Hazrat Aishara se lamentó a lo largo de su vida por haber luchado contra Hazrat Alira.
Después de la Batalla de Yamal, Hazrat Alira instó a Amir Muawiara, que aún no había hecho el Baiat a manos de Hazrat Alira, para que se sometiera a él por el interés del Islam. Pero Amir Muawiara se negó a someterse bajo el pretexto de que la sangre de Hazrat Uzmanra, que también pertenecía a la familia de los Omeyas, debía ser vengada primero.
A continuación, Amir Muawiara, con la ayuda de Amar bin Asra, comenzó a crear un ejército. Hazrat Alira no tenía otra alternativa que avanzar hacia Siria para luchar contra Amir Muawiara. En julio del año 567 dC., los dos ejércitos se encontraron en la Batalla de Safain. Hubo fuertes bajas en ambos bandos, pero el altercado terminó en un acuerdo: que el asunto fuera decidido por un comité de arbitraje, que consistía en Abu Musa Al-Asharira, como representante de Hazrat Alira, y Amar ibn Al-Asra por parte de Amir Muawiara. Desafortunadamente, este arbitraje fracasó porque Amar bin Asra no respetó la decisión acordada con Abu Musa Al-Asharira.
Al mismo tiempo, un numeroso grupo de personas, que estaban básicamente en contra de la propuesta de arbitraje, se separaron de Hazrat Alira y eligieron a un amir independiente para ellos. Este grupo era llamado “al-jawariyi”, que significa “los forasteros”. Al principio, Hazrat Alira trató de persuadirlos para que se sometieran a él, pero dicho intento fracasó. Esto condujo a una batalla feroz en la cual la mayoría de los jawariyi fueron aniquilados.
Tras esta aplastante derrota, los jawariyi planearon asesinar a Hazrat Alira, a Hazrat Amir Muawiara y a Amar bin Asra. Los dos últimos escaparon de los intentos de asesinato, pero Hazrat Alira fue herido de muerte por su agresor, mientras iba a la Mezquita para realizar la oración de fayar. A los dos días, este valiente y piadoso Jalifa falleció, coincidiendo con el 20 del Ramadán, año 40 dH. Sin lugar a dudas, Hazrat Alira sacrificó su vida por la integridad del Jalifato y además fue uno de los “Diez Benditos Compañeros” a quienes el Santo Profetasa dio la buena nueva de que habían sido recompensados con el Paraíso.
La Elección De Hazrat Hasanra.
Tras la muerte de Hazrat Alira, su hijo mayor Hasanra, fue elegido como Jalifa. Al enterarse Muawiara del asunto, invadió Irak y se produjo una batalla entre los ejércitos de Muawiara y Hasanra, quien se dio cuenta de la seriedad de la situación y para evitar mayores problemas envió una carta de sumisión a Muawiara. Hasanra estuvo de acuerdo en abdicar su derecho como Jalifa a favor de Muawiara, con la condición de que tras la muerte de Muawiara, el hermano menor de Hasanra, llamado Husainra, fuese nombrado Jalifa. Una vez hecho este acuerdo, Hasanra se retiró con su familia a Medina, donde fue envenenado por Yazid, el hijo de Muawiara.
(“The concise encyclopedia of Islam”, Cyril Glasse, Stacey International, London, 1989, pp. 33-34; “A book of religious knowledge”, Waheed Ahmad, p. 152).