19. Algunas Costumbres y Modales en el Islam  
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Leyes islámicas sobre la dieta.

Al igual que para cualquier aspecto de la vida de un musulmán, el Islam proporciona también una guía para llevar una vida pura y saludable.

El Sagrado Corán dice:

in-namā harrama ‘alaikumul maitata wad-dama wa lahmal jinzīri wa mā ‘uhilla bihī li ghairil-lāh famanidturra ghaira bāghinw-wa lā ‘ādin falā izma ‘alaih inal-lāha ghafūrur-rahīm

“Él os ha prohibido únicamente lo que muere por sí mismo,

la sangre y la carne de cerdo,

y aquello sobre lo que haya sido invocado un nombre distinto del de Al’lah.

Pero el que se vea obligado por la necesidad sin ser desobediente ni transgresor,

ese estará libre de pecado.

En verdad, Al’lah es el Sumo Indulgente, el Misericordiosísimo”, (2-174).

Las primeras tres cosas que se mencionan en este versículo, aunque son potencialmente comestibles, están prohibidas al ser perjudiciales para el cuerpo, pues lo que daña al cuerpo perjudica a la vez al espíritu. La última prohibición se refiere a algo que es directamente dañino moral y espiritualmente, o sea asociar copartícipes con Al’lah. Pero al mismo tiempo y en casos extremos, Dios ha permitido que un creyente tome esos alimentos prohibidos, si fuese absolutamente necesario para su supervivencia en el caso de que sea una cuestión de vida o muerte.

El Santo Corán afirma también:

wa kulū mim-mā razaqakumul-lāhu halalan tay-yiban

“Y comed de lo que Al’lah os ha proporcionado, de lo lícito y bueno”, (5:89).

El término “halal”  significa literalmente “lo que es legal para vosotros”; por lo tanto, la “carne halal” es la que se obtiene del sacrificio de un animal permitido por la Sharia y hecho en el nombre de Al’lah, y del cual se ha drenado por completo su sangre. Por el contrario, el término “haram” representa “los alimentos prohibidos” que son la sangre, la carne de cerdo (incluidas todas sus especies domésticas y salvajes) y los intoxicantes como el alcohol y cualquier otra droga en general. Además, Dios ha ordenado que se consuma solamente lo que sea “tayib”, es decir, únicamente “comida buena y saludable”. En este sentido, un alimento puede ser “halal” pero a la vez no ser “tayib” y entonces debe ser evitado. Por ejemplo, un trozo de carne puede ser “halal” pero estar en malas condiciones, por lo que en ese caso no debemos consumirlo al no ser “tayib”.

Hay cuatro categorías de cosas que en principio son comestibles y que se deben tener en cuenta a la hora de comer. En otras palabras, lo que  potencialmente se puede comer se divide en: halal, tayib, haram y makruh (cosas desagradables).

(“Tafisir-e-Saghir”, Surah Al-Baqara, Hazrat Jalifatul Masih II, p. 337).

Así pues, debemos comer carne de animales halal que hayan sido sacrificados de forma correcta de acuerdo a la ley islámica, a menos que nos encontremos en un lugar donde dichos animales no se han sacrificado de acuerdo a dicha ley, puesto que ya no serían halal. No obstante, si no se puede evitar, entonces es permisible comer carne de animales que están permitidos y que sea comprada en mercados normales, aunque debemos invocar el nombre de Al’lah sobre ella antes de cocinarla y comerla.

(“Pathways to Paradise”, publicado por Lallna Imail-lah de Estados Unidos, pp. 56-57).

El Islam prohíbe consumir la carne de los siguientes animales:

  1. Los animales y pájaros muertos de forma natural.
  2. Los sacrificados sin invocar el nombre de Dios.
  3. Los muertos por estrangulamiento.
  4. El cerdo, en sus distintas variedades salvajes y domésticas.
  5. Los animales carnívoros.
  6. Los devorados parcilamente por bestias salvajes.
  7. Los animales matados a golpes.

Las oraciones para antes y después de comer.

El Santo Profetasa  afirmó:

Cuando os dispongáis a comer, pronunciad el nombre de Dios, el Exaltado:

 bismil-lāhi wa ‘alā barakatil-lāh

“¡Comienzo en el nombre de Al’lah y con las bendiciones de Al’lah!”.

(Jami Tirmidhi, “Kitabud dawat”, bab ma yaqulu idha faragha minat-tuam).

Cuando terminéis de comer, recitad la oración:

alhamdu lil-lāhil-lazī at’amanā wa saqānā wa ya’alanā muslimīn

¡Toda alabanza pertenece a Al’lah,

Quien nos ha dado de comer y de beber,

y nos ha hecho musulmanes!

(Jami Tirmidhi, “Kitabud dawat”, bab ma yaqulu idha farigha minal at-tuam).

De acuerdo con una tradición del Profetasa, si alguien olvida decir “Bismil-la hir-rahma nir-rahim” al empezar a comer, cuando lo recuerde debe pronunciar lo siguiente:

bismil-lāhi fi aw-walihi wa ājirihi

¡En el nombre de Al’lah, el Primero y el Último!

(Jami Tirmidhi, “Kitabud Atamah”, bab ma ja fis-samita alat-tuam).

Oraciones para algunas otras ocasiones.

Plegarias a la  hora de emprender una actividad y cuando se reciben regalos.

Siempre se aconseja que cuando los musulmanes emprendan cualquier actividad la inicien con el nombre de Dios diciendo:

bismil-lā hir-rahmā nir-rahīm

¡En nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo!

(Al-Jamial Saghir Lilsayuuti Haraf Kaf).

Y al finalizar una actividad han de proclamar:

alhamdulil-lāh       ¡Alabado sea Al’lah!

(Sahih Muslim, “Kitabududh-dhikr”).

Esta frase se pronuncia para expresar nuestra gratitud hacia Dios.

Por otra parte, si un musulmán habla acerca de llevar a cabo alguna cosa en el futuro siempre añade la frase:

inshā Al’lāh       ¡Si Dios quiere!

Luego, si un musulmán recibe un favor o un regalo se lo agradece a la persona diciendo:

yazākal-lāhu ahsanal yazā’

¡Que Al’lah te recompense de la mejor forma!

(Jami Tirmidhi, “Kitabul bir”).

Oraciones en el momento de estornudar. 

Cuando una persona estornuda dice:

alhamdulil-lāh       ¡Alabado sea Al’lah!

Y si hay alguien que lo escucha estornudar responde:

yar hamu kal-lāh       ¡Que Dios tenga misericordia de ti! 

Luego, la persona que ha estornudado y escucha a alguien decir:

yar hamu kal-lāh

Responde:

yahdī kumul-lāhu wa yuslihu bālakum

¡Que Al’lah te guíe y mejore tu condición!

(Sunan Abu Daud, “Kitabul adab”).

La oración antes de dejar el hogar.

bismil-lāhi tawak-kaltu ‘alal-lāhi, lā haula walā quw-wata il-lā

bil-lāhi – al-lāhum-ma in-nī a’ūzubika an adil-la au udalla au azilla

au uzalla au azlima au uzlama au ajhala au yujhala ‘alayya

“En el nombre de Dios, he puesto mi confianza en Al’lah,

no hay fuerza ni ​​poder excepto a través de Dios.

¡Oh Al’lah! Busco refugio en Ti, para no desviar del camino a otros

y no ser desviado del camino por otros;

para que no haga que otros cometan errores o que me hagan errar;

para no abusar de otros o ser abusado por otros;

y para no comportarme neciamente o que otros se comporten neciamente conmigo”.

(Sunan Abu Daud, “Kitabul adab”; y Sunan Ibn-e-Majah, “Kitabud-dua”).

La oración para cuando uno entra en el hogar.

al-lāhum-ma in-nī as’aluka jairal maulayi wa jairal majrayi

bismil-lāhi wa lajnā wa bismil-lāhi jarajnā wa ‘alal-lāhi

rab-banā tawak-kalnā

¡Oh Al’lah!

Ruego que me otorgues Tu bondad en el momento de entrar en la casa

y también Tu bondad en el momento de salir de ella.

Entramos en la casa en el nombre de Al’lah

y salimos de ella en nombre de Al’lah,

y ponemos nuestra confianza en nuestro Señor.

(Sunan Abu Daud, “Kitabul adab”).

El uso de la mano derecha.

El Santo Profetasa siempre usaba su mano derecha para comer, beber y vestirse; y la izquierda para los demás usos aparte de esos.

‘an ‘ā’ishara qālat kāna rasūlul-lāhisa yuhib-butta yam-muna mastatā‘a fī sha’nihī kul-lihī fī tuhūrih wa taray-yulihī wa na‘lihī

“Hazrat Aishara narra que el Santo Profetasa (en la medidad de lo posible) le gustaba hacerlo todo con su mano derecha, incluso tareas comunes como hacer el wudu, bañarse, peinar su cabello y ponerse sus zapatos”.

(Sunan Abu Daud, “Kitabul libas”, bab fil antaal).

Saludarse unos a otros.

Cuando te encuentres con alguien se dice lo siguiente:

as-salāmu ‘aleikum

¡Que la paz sea contigo!

En este caso, la otra persona responde:

wa ‘aleikum salām

¡Que la paz también sea contigo!

O se puede optar por una versión más bendita aún:

as-salāmu ‘aleikum wa rahmātul-lāhi wa barakātuhū

¡Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Dios sean contigo!

En cuyo caso la otra persona responde:

wa ‘aleikum salām wa rahmātul-lāhi wa barakātuhū

¡Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Dios también sean contigo!

(Jami Tirmidhi, “Abwabul istidhan fi fadlul Islam”).

El Santo Profetasa afirmó una vez sobre este tema:

izā laqiya ahadukum ajāhu fal yusal-lim ‘alaihi, fa in hālat baina humā shayaratun au yidārun au hayarun zum-ma laqiyahū fal yusal-lim ‘alaihi

“Cuando uno de vosotros se encuentre con un hermano

debe ofrecerle ‘salam’ (el saludo de la paz);

y si se encuentran separados por un árbol, una pared o una roca,

debe ofrecerle ‘salam’ nuevamente cuando se encuentren”.

(Sunan Abu Daud, “Kitabul adab”). 

Prohibiciones islámicas. 

La prohibición de comer carne de cerdo.

Comer carne de cerdo, tanto en su versión doméstica como salvaje, está prohibido tanto en el Judaísmo como el Islam, y por ejemplo Jesúsas nunca lo comió, pues es un hecho comprobado, entre otras cosas, que su carne produce triquinosis e induce a la falta de vergüenza, aparte de tener muchos otros efectos negativos para la salud. Finalmente, cabe destacar que el cerdo estaba ya prohibido en la época de Moisésas y se menciona en el Antiguo Testamento que no se debía comer su carne.

El Mesías Prometido y Mahdias escribió acerca de la prohibición de comer carne de cerdo:

“Algo que se debe tener en cuenta en este contexto es que en el mismo nombre de este animal Dios ha indicado la razón de la prohibición de su carne. La palabra árabe para el cerdo es ‘jinzir’, que está compuesta de ‘janz’ y ‘ara’, lo que significa ‘se ve muy sucio’. El mismo nombre que Al’lah le dio a este animal apunta inicialmente a su impureza. Por cierto, es una curiosa coincidencia que en hindú este animal se llame ‘suar’, palabra compuesta de ‘su’ y ‘ara’, y que también quiere decir ‘se ve muy sucio’.

 Todo el mundo sabe que el cerdo tiende a comer suciedad y es bastante desvergonzado. Por tanto, la razón de la prohibición de su carne es obvia, ya que por las leyes de la naturaleza su carne tendrá un mal efecto sobre el cuerpo y el alma de quien lo consume. Esto ocurre porque los alimentos consumidos afectan al alma de una persona y no cabe duda de que la carne de un animal tan sucio también será impura. Incluso en tiempos preislámicos, los médicos griegos llegaron a la conclusión de que la carne de este animal daña particularmente la facultad de la modestia y fomenta la falta de vergüenza”.

(“La filosofía de las enseñanzas del Islam”, pp. 129-130, publicado en 1996).

El alcohol y cualquier sustancia intoxicante.

En el Sagrado Corán Dios prohíbe cualquier sustancia que sea intoxicante y el alcohol es una de ellas, ya que es tal adicción que las sociedades del mundo han caído presas del mismo. En consecuencia, a los musulmanes se les prohíbe consumir alcohol, drogas y otras sustancias embriagantes e intoxicantes, ya que son la clave de todos los vicios.

Dios Altísimo dice en el Santo Corán:

yā ay-yuhal-lazīna āmanū in-namal jamru wal maisiru wal ansābu wal azlāmu rijsum-min ‘amalish-shaitāni fajtanibūhu la ‘al-lakum tuflihūn in-namā yurīdush-shaitānu any-yūqi‘a bainakumul ‘adāwata wal baghdā’a fil jamri wal maisiriwa yasud-dakum ‘an zikril-lāhi wa ‘anis-salāti fahal antum muntahūn

“¡Oh vosotros los que creéis!

Los intoxicantes, los juegos de azar, los ídolos y las flechas de la suerte

no son más que una abominación de las obras de satanás.

Absteneos, pues, de cada una de ellas para que prosperéis”, (5:91).

 “Satanás solo busca crear enemistad y odio entre vosotros

mediante los intoxicantes y los juegos de azar,

y apartaros del recuerdo de Al’lah y de la oración.

¿No os vais, pues, a abstener?”, (5:91-92).

El Mensajero de Diossa afirmó lo siguiente sobre el alcohol:

um-mul jabā’ith       “Es la madre de todos los males”.

El alcohol en particular, aunque es una droga legal en el mundo  actual, tiene serias y negativas consecuencias económicas y sociales, porque aparte de incitar a la violencia doméstica, a los accidentes de tráfico, al abuso infantil, al incesto y la violación, etc., debido a la eliminación de toda inhibición bajo su influencia, también conlleva al síndrome alcohólico fetal. Además, aparte de acarrear todos esos peligros físicos, el alcohol conduce a la pérdida de la fe religiosa.

Los juegos de azar.

Los juegos de azar están institucionalizados en casi todos los países avanzados del mundo e incluso en algunos del tercer mundo, donde no lo están a una escala tan grande, el juego se encuentra casi en todos los niveles de la sociedad como una ocupación individual a pequeña escala. Ahora bien, uno de los problemas es que en el juego el dinero cambia de manos sin participar en el proceso de desarrollo económico y producción de riqueza. Aparte, en los sectores pobres de la sociedad muchas veces ocurre que las necesidades diarias básicas de los miembros de la familia tienen que ser sacrificadas a causa del juego. Finalmente, aunque el Corán prohíbe consumir sustancias intoxicantes y jugar a los juegos de azar al mismo tiempo reconoce que existe algún beneficio parcial que se puede obtener de ello, pero que ciertamente su daño y perjuicio siempre supera sus ventajas:

yas’alūnaka ‘anil jamri wal maisir qul fī himā izmun kabīrunw-wa manāfi‘u lin-nāsi wa izmu humā akbaru min-naf’ihima

“Si te preguntan sobre el vino y los juegos de azar di:

‘En ambas cosas hay un gran pecado

y también algunas ventajas para los hombres;

pero su mal es mayor que sus ventajas’”, (2:220).

(“Islam’s response to contemporary issues”, Hazrat Mirza Tahir Ahmad, pp. 130-132).

La usura o riba.

Dios Altísimo menciona en el Libro Sagrado:

wa a-hal-lal-lā hulbai’a wa har-ramar-ribā

“…Cuando Al’lah ha hecho lícito el comerio e ilícito el interés”, (2:276).

La palabra utilizada en el Santo Corán es “riba”, cuya connotación no es idéntica a la de la palabra “interés”, sino que se traduciría mejor como “usura”, algo que conlleva obtener ganancias a través de métodos injustos y explotadores. Por consiguiente, el Islam condena la usura y la institución del interés en todas sus formas, e insta firmemente a su total eliminación; aunque si alguien tiene dinero en el banco y obtiene intereses sobre tales depósitos, entonces los ingresos de dicho interés deben ser utilizados para la propagación del Islam. Es más, no se debe usar ningún ingreso debido al interés para uno mismo o para nuestra familia, pues está prohibido en el Islam; o sea, es haram o algo ilegal.

El “riba” es ilícito porque tiende a concentrar la riqueza en manos de un pequeño círculo de individuos y a restringir el ejercicio de la beneficencia hacia nuestros semejantes. En efecto, en el caso de los préstamos que implican el pago de intereses, el prestamista se aprovecha de la necesidad o la angustia de otra persona. Por su parte, el Islam insta a hacer préstamos, pero dice que deben estar basados en la beneficencia y no conllevar ningún tipo de interés. Además, nos aconseja que si el deudor se encuentra en circunstancias difíciles cuando llega el momento de la devolución del préstamo, se le debe conceder un respiro hasta que se encuentre en mejores circunstancias.

El Santo Corán afirma:

wa an tasad-daqū jirul-lakum in kuntum ta‘lamūn

“Y si se lo perdonáis como limosna será mejor para vosotros, ¡si lo supierais!”, (2:281).

En resumen, el Islam ha prohibido la usura y el interés, y la razón principal es que da paso a la perversión, que gradualmente elimina el sentido de bondad y fraternidad en el ser humano. Ciertamente, hacer préstamos con intereses resulta en la acumulación de riqueza en unas pocas manos y el resto de la sociedad depende totalmente de la gracia de dichas personas en cuestiones de economía; ya que aunque unos pocos amasan grandes fortunas debido a este sistema, por otro lado millones permanecen sin dinero e indigentes.

El punto de vista islámico es que la riqueza no debe acumularse entre un grupo reducido de personas, sino que debe circular entre tanta gente como sea posible. Aquellos que tienen la capacidad y la abilidad de aumentar su riqueza pueden hacerlo y la misma se puede dividir una y otra vez. El Corán predice que el interés y la usura pueden conducir a guerras; es más, una revisión histórica demuestra que sin la usura ciertas guerras no se habrían prolongado como lo hicieron; incluso en muchos periodos de la historia, la usura ha estado totalmente prohibida en países cristianos. En la era actual, se están haciendo arreglos interminables para una guerra feroz y sus causas residen principalmente en el interés y en la usura. Si esta costumbre no prevaleciera, varias naciones solo podrían prepararse para la guerra a muy pequeña escala, lo cual no les generaría tanta carga financiera y no habría tal peligro de destrucción.

Por tanto, el Islam considera aceptable el uso y la concesión de préstamos sin intereses, y ordena hacer todos estos trámites por escrito, independientemente de la cantidad en consideración. Dicho documento debe ser firmado por testigos y debe fijarse el periodo y las condiciones de la devolución. La persona que toma el préstamo debe preparar este documento y si es menor de edad, etc., alguien debe actuar en su nombre. También existen instrucciones similares sobre todos los pactos y contratos. Así pues, la directriz principal es que no se aplique interés alguno en cualquier pacto o negocio, entendiendo por “interés” que una de las partes establezca una cláusula en la que, a cambio usar dicho dinero o bienes, no solo les serán devueltos en su totalidad, sino que aparte recibirá una cantidad fija de dinero o bienes además del dinero o bienes prestados según una tasa fija o variable. Por el contrario, una asociación basada en los principios de negocio, en virtud de la cual ambas partes o todas son igualmente responsables y tienen los mismos derechos a la hora de recibir ganancias y pérdidas según una tasa fija, es admisible y no es censurable.

(“Letter to a dear one”, Muhammad Zafrulla Khanra, pp. 99-100).

Poner flores en las tumbas.

Poner flores en las tumbas de familiares fallecidos es considerado una expresión de amor hacia ellos, pero esto no concuerda con las enseñanzas del Islam, puesto que conlleva un gasto poco justificable y del cual el difunto, que ya no está en este mundo, no puede realmente beneficiarse. Esta imitación de una práctica no-musulmana es una innovación indeseable (bidat) en la religión y va contra del espíritu del Islam. En realidad, el amor hacia los familiares o amigos fallecidos puede ser expresado mucho mejor en forma de oraciones pidiéndole a Dios el perdón del alma del difunto y la elevación de su rango espiritual.

Los cumpleaños.

Los musulmanes, aunque especialmente los áhmadis, no celebran los cumpleaños de la misma manera que lo hacen en la sociedad occidental y la razón es muy simple: el Santo Profeta Muhammadsa nunca celebró su cumpleaños y tampoco lo hicieron sus Cuatro Jalifas Rectamente Guiados, ni sus Compañerosra o esposas. Un cumpleaños es solo ver nuestra edad avanzar un año más y se considera como la disminución de la vida en un año, por lo que debería ser un motivo de oración en lugar de una celebración. En esta misma línea, los musulmanes participan en las fiestas nacionales como el Día de la Independencia y el Día de Acción de Gracias, etc., pero no celebran la Navidad, la Semana Santa o Pascua, el Halloween o el día de San Valentín.

Ceremonias de boda.

Una boda es una experiencia muy personal, alegre, emocionante y memorable para la familia y los amigos. Consiste principalmente en una celebración familiar, pero en algunos casos es una celebración pública. De todas formas, una boda típica musulmana áhmadi debe ser un reflejo de la sincera adhesión de la Comunidad Musulmana Ahmadía a los verdaderos principios islámicos y las prácticas de modestia, moderación, sencillez y pardah o velo.

Las siguientes pautas ayudarán en la planificación y configuración apropiadas de las ceremonias de boda musulmanas:

  1. Debe haber una separación visible entre hombres y mujeres.
  1. Si las familias de invitados no-áhmadis prefieren permanecer juntas durante estas ceremonias, mejor que lo hagan en el lado de los hombres. 
  1. No debe haber videos o fotografías en el lado de las mujeres a menos que los invitados que no sean familiares se hayan ido.
  1. El novio y sus familiares no deben ir al lado de las mujeres hasta que las invitadas no-familiares se hayan ido.
  1. Durante varias ceremonias de boda como el mehndi, los hombres no deben ir a donde las mujeres están reunidas. En este caso, a las mismas se les permite entretenerse mediante actividades dignas, limpias y saludables como cantar canciones de boda, recitar poemas, etc. El baile en particular debe evitarse y todas estas funciones deben realizarse con una mínima formalidad.
  1. Los regalos en las bodas son voluntarios y opcionales, y la práctica de las “listas de boda” debe evitarse para no crear ningún sentido de obligación hacia las mismas.

(Revista “The Ahmadiyya Gazette”, Estados Unidos, enero/febrero de 2003, p. 34).

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