Sobre el Autor
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Hazrat Mirza Tahir Ahmad (1928-2003), que Dios le tenga en Su Infinita Misericordia fue un hombre de Dios, la Voz articulada de la época, gran orador, un erudito de profunda sabiduría e inteligencia, escritor prolífico y versátil, estudioso de las religiones comparadas, amado y seguido con devoción por decenas de millones de musulmanes áhmadis en todo el mundo como su Imam, su dirigente espiritual, Cuarto Sucesor de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (el Mesías Prometido y Mehdias) a cuyo augusto cargo fue elegido en 1982 como Jalifatul Masih.

Después de la promulgación por parte del General Zia ul Haq del Decreto anti-Ahmadía del 26 de abril de 1984, tuvo que abandonar su país, Pakistán, y emigrar al Reino Unido, desde donde creó la cadena Muslim Televisión Ahmadiyya International (MTA) que emite sus programas 24 horas al día a todos los rincones del mundo.

Además de líder espiritual, fue un médico homeópata de fama mundial, un poeta de renombre y un gran deportista. Inició sus estudios en Qadián, India, y se graduó con distinción en la facultad de Estudios Árabes de la Universidad de Lahore y en el Yamia Ahmadiyya de Rabwah, Pakistán. De 1955 a 1957 estudió en el School of Oriental and African Studies de Londres.

Poseía un profundo conocimiento del Sagrado Corán, inspirado por Dios, que tradujo a la lengua urdu. También revisó parcialmente y añadió notas aclaratorias a la traducción inglesa del Sagrado Corán de Hazrat Maulawi Sher Alira. Su obra magna fue sin duda el libro “Revelación, Racionalidad, Conocimiento y Verdad”. Aunque carecía de una educación formal en psicología o en ciencias, poseía una mente filosófica que le permitió abordar las cuestiones teológicas y filosóficas mas abstrusas con enorme facilidad y perspicacia; y su aproximación intelectual fue siempre racional y científica. Poseía, además, un profundo conocimiento de la psicología humana. Su mente analítica y su preclara inteligencia llena de brillantez, capaz de solucionar con facilidad las cuestiones más espinosas, dejaba fascinados a sus lectores y oyentes.

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