La Mentira y la Verdad
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Se apartará de la falsedad, fornicación, adulterio, de las miradas licenciosas; de la inmoralidad y el libertinaje; la crueldad; la deshonestidad; la rebelión; y de toda clase de mal. No se dejará arrastrar por sus pasiones, por fuertes que sean.

 

En esta condición se mencionan nueve tipos de pecados, y el iniciado, sea quien fuere el que reivindique pertenecer a la Comunidad del Mesías Prometidoas, deberá evitar tales pecados.

La mentira: el mayor de los males

No cabe duda de que la falsedad es el más grande de todos los males. En una ocasión, cierta persona pidió consejo al Santo Profetasa pues padecía de muchas debilidades y no creía que pudiera renunciar a todas a la vez. El Santo Profetasa le dijo: “Haz la promesa de que siempre dirás la verdad y nunca proferirás ninguna mentira”. Por el mero hecho de adoptar la senda de la veracidad, consiguió liberarse de todos y cada uno de sus pecados. Siempre que le asaltaba la idea de cometer un pecado, pensaba que, de ser descubierto, tendría que presentarse ante el Santo Profetasa. Había prometido no decir mentiras y en el caso de tener que confesar la verdad [sobre su acción] podría ser humillado o castigado. Gradualmente, se vio libre de todos sus pecados. Ciertamente, la falsedad es la raíz de todos los males.

Voy a exponer esto con más detalle. Dios Todopoderoso dice en el Santo Corán:[1]

“Tal es el mandamiento de Dios. Y quien honre las cosas sagradas de Al-lah, bueno será para él ante su Señor. El ganado es lícito para vosotros, aunque no aquel que ya se os ha anunciado. Absteneos, pues, de la abominación de los ídolos y absteneos de toda charla falsa”

En este contexto, la falsedad se menciona conjuntamente con el shirk. Al-lah dice también:[2]

“Escuchad: sólo a Al‑lah se le debe sincera obediencia. Y quienes toman por protectores a otros distintos de Él, dicen: “Los servimos única­mente para que nos lleven a un nivel próximo a Al‑lah”. En verdad, Al‑lah juzgará entre ellos en cuanto a lo que disputan. Ciertamente Al­-lah no guía al mentiroso desagra­decido”.

En Salih Muslim se encuentra otro hadiz que dice:

Hazrat Abdul-lah Bin Amr Bin al-As relata que el Santo Profetasa dijo: “Quienquiera que posea las siguientes características es un auténtico hipócrita, y quienquiera que posea una sola de estas características tendrá en él un elemento de hipocresía, mientras no abandone dicho hábito:

  1. Cuando habla, miente. [En sus palabras hay mezcla de falsedad y profiere palabras falsas]
  2. Cuando establece un pacto, lo rompe.
  3. Cuando hace una promesa, la quebranta. [Esto es también un tipo de mentira]
  4. Cuando discute, utiliza un lenguaje ofensivo.”

Todas estas características están relacionadas con la mentira. También hay otro hadiz al respecto:

Hazrat Imam Malik relata: “Oí decir que Hazrat Abdul-lah Bin Masud afirmaba: “Adoptad la veracidad, pues la veracidad conduce a la virtud, y la virtud lleva al Paraíso. Evitad la falsedad, pues la falsedad conduce a la desobediencia, y la desobediencia arrastra a la persona al Infierno. ¿No sabéis que se comenta que tales y tales personas dijeron la verdad y obedecieron, o que fulano mintió y sucumbió al pecado? (Al Muátta Lil Imam Malik, Kitabul Jami, Babu ma jaafissidiqi walkazib)

También está el hadiz de Musnadu Ahmad bin Hanbalra:

Hazrat Abu Hurairahra relata que el Santo Profetasa dijo: “Quien llama a un niño para darle algo, y no lo hace, será tildado de mentiroso”. (Musnadu Ahmad abni Hanbal, vol. 2, p. 452, publicado en Beirut).

Este punto es muy importante para la formación moral. Tened presente que para la educación moral de los niños no debéis decir tales cosas ni de broma. De lo contrario, los niños adoptarán la costumbre de decir mentiras en su conversación diaria, y esto se convertirá en un firme hábito en su vida futura, y gradualmente perderán la sensibilidad e inhibición a la hora de mentir.

Hazrat Ibne Masud relató que el Santo Profetasa dijo: “La verdad conduce a la virtud, y la virtud conduce al Paraíso. La persona continúa diciendo la verdad hasta que adquiere el nombre de veraz a la vista de Al-lah. La mentira conduce al vicio, y el vicio conduce al Fuego; y la persona continúa profiriendo mentiras hasta que, a la vista de Dios, es considerado mentiroso” (Sahih Al-Bujari, Kitabul Adabi, Babu Qaulillahe Ittaqullaha wa kunu maas Sadiqin)

Hazrat Abdullah Bin Amar Bin Alasra narra: “Un hombre se presentó ante el Santo Profetasa y dijo: “Profeta de Al-lah, ¿Cuáles son las acciones que conducen al Paraíso? El Santo Profetasa contestó: “Decid la verdad. Cuando el siervo de Dios dice la verdad, se convierte en un siervo obediente, y al convertirse en un siervo obediente, se transforma en un verdadero creyente, y un verdadero creyente entra finalmente en el Paraíso”. El hombre preguntó de nuevo. “Profeta de Al-lah, ¿cuál es la acción que lleva al Infierno? El Santo Profetasa contestó: “La falsedad. Cuando alguien miente, se torna desobediente, y la desobediencia es equivalente al kufr (la incredulidad) y el incrédulo empedernido entra finalmente en el Infierno”. (Musnadu Ahmadabni Hanbal, Vol. 2, P. 176, publicado en Beirut)

El Mesías Prometidoas dijo:

El Santo Corán considera una abominación el empleo de la falsedad, como dice Al-lah: [3]

En este contexto, las palabras falsedad e idolatría se han utilizado conjuntamente. La falsedad es sin duda un ídolo, pues de lo contrario nadie renunciaría a la verdad. Así como los ídolos no poseen nada más que un lustre artificial, del mismo modo, detrás de la falsedad no se oculta ninguna realidad. Aquellos que mienten, pierden su credibilidad hasta tal punto, que incluso cuando dicen la verdad se piensa que posiblemente exista en la misma un elemento de falsedad. No les resultará fácil abandonar sus hábitos a aquellos que tienen propensión a decir mentiras, pues tendrán que hacer un gran esfuerzo durante largo tiempo antes de acostumbrarse a decir la verdad. (Malfudat, Vol. 3, P. 350)

El Mesías Prometidoas también dice:

De entre todas las condiciones naturales del hombre, una que forma parte esencial de su naturaleza es la veracidad. Generalmente, la persona no desea proferir mentiras, a menos que se vea impulsado por alguna razón egoísta. Siente una aversión natural hacia la falsedad y siente reticencia a la hora de recurrir a ella. Por esta razón siente antipatía y desprecio hacia a la persona que, en su opinión, miente. Sin embargo, esta condición natural no puede considerarse moral de por sí, pues incluso los niños y los dementes pueden exhibir esta cualidad. El hecho es que la persona no puede ser considerada veraz hasta que no renuncie a los motivos egoístas que le impiden decir la verdad. ¿Cómo puede considerarse mejor que los niños o los dementes aquella persona que solamente se atiene a la verdad cuando no corre el riesgo de perder nada, pero miente cuando se amenaza su honor, propiedad o vida? ¿Acaso los niños o los dementes no dicen este tipo de verdad? Apenas existe nadie en el mundo que mienta sin motivo. Por lo tanto, la verdad que se abandona en momentos de posibles pérdidas nunca puede formar parte de una verdadera moral. La auténtica ocasión de decir la verdad es cuando la persona presiente la pérdida de vida, propiedad u honor. En este contexto, esta es la divina enseñanza:

  • Absteneros de rendir culto a los ídolos y de mentir, porque la falsedad también es un ídolo; el que confía en ella deja de confiar en Dios. Así pues, al mentir, uno pierde a Dios.
  • Cuando se os convoque a dar testimonio de la verdad, no os neguéis a hacerlo.
  • No ocultéis el verdadero testimonio; pues quién lo oculte sepa que su corazón es ciertamente pecador.
  • Y cuando habléis, decid lo que es completamente cierto y justo, incluso si testificáis contra un pariente próximo.
  • Aferraos fuertemente a la verdad y la justicia, y atestiguad sólo por causa de Al-lah; nunca mintáis aunque sepáis que diciendo la verdad podéis poner en peligro vuestras vidas, o las vidas de vuestros padres, u otros seres amados, como vuestros hijos.
  • No permitáis que la hostilidad hacia un grupo de gente os impida dar el verdadero testimonio.
  • Los hombres veraces y las mujeres veraces ganarán una gran recompensa.
  • Están acostumbrados a aconsejar la verdad…
  • No están en compañía de los mentirosos.

Islami Usul ki Filosofi (La filosofía de las Enseñanzas del Islam), Ruhani Khazain, vol. 10, p. 360-361.

Alejaos del adulterio

La segunda condición del bai’at también incluye el compromiso de evitar el adulterio. A este respecto, Dios Todopoderoso dice en el Santo Corán:[13]

No os acerquéis al adulterio; en verdad, es una obscenidad y un mal camino.

En un hadiz, Mohammad Bin Sirin relata que el Santo Profetasa exhortó realizar una determinada cosa. A continuación, narró un extenso hadiz en el que expuso que la castidad y la veracidad son cualidades excelentes y sempiternas, en contraposición al adulterio y la falsedad. (Sunanud’ Darimiyyi, Kitabul Wasaya, Babu ma yustahabbu bil’wasiyyati minat’tashahhudi wal kalam)

En este contexto, el adulterio y la falsedad se han mencionado a la vez. Esto también ilustra la magnitud del pecado de la mentira.

El Mesías Prometidoas dice.

No os acerquéis al adulterio, es decir, evitad cualquier ocasión que pueda originar tal pensamiento en vuestra mente. Evitad todos los medios que impliquen el riesgo de caer en este pecado. Quien comete adulterio sobrepasa los límites del mal. El adulterio es un camino pernicioso. Os impide alcanzar vuestro verdadero objetivo y acarrea graves riesgos. Quien no consiga contraer matrimonio deberá intentar mantener su castidad de otro modo; por ejemplo, ayunando o reduciendo el consumo de alimentos, o ejecutando trabajos físicos arduos. (Islami Usul ki Filosophy, Ruhani Khazain Vol. 10, P. 342)

El Mesías Prometidoas nos ha exhortado a mantenernos alejados de las cosas que conducen al adulterio. En ocasiones la juventud ignora este asunto. Adoptan el hábito de contemplar películas no recomendables, de bajo nivel moral. Es preciso evitarlas, pues también constituyen una forma de adulterio.

Absteneos de las miradas licenciosas

La segunda condición también se refiere a un tercer tipo de mal, que consiste en las miradas licenciosas. Evitar esto se conoce como ghadde basar.

Hazrat Abu Raihanahra relata que se hallaba en compañía del Santo Profetasa en una expedición, y una noche oyó decir al Santo Profetasa: “Se ha prohibido al Fuego que alcance al ojo de quien permanece despierto por la causa de Dios, y se ha prohibido al Fuego para el ojo que derrama lágrimas por temor a Al-lah.”

Hazrat Abu Shuraibra relata que oyó a un narrador afirmar que el Santo Profetasa dijo: “Está prohibido el Fuego para el ojo que, en lugar de mirar, baja los ojos ante algo que Dios ha prohibido mirar, y se ha prohibido que el fuego alcance al ojo que ha sido extraído en el camino de Dios el Glorioso”. (Sunanud-Darimiyi, Kitabul Yihadi, Babu filladhi yas-haru fi sabilillahi Harisan)

También existe otro hadiz que habla de este tema:

Ubadah Bin As-Samitra narra que el Santo Profeta Mohammadsaw dijo: “Confírmame cinco cosas respecto a tu persona y te aseguraré la entrada al Paraíso”:

  • Cuando hablas, dices la verdad.
  • Cuando realizas una promesa, la cumples,
  • Cuando se te confía un depósito lo entregas cuando se te requiere. [no se permiten excusas]
  • Proteges tus partes privadas.
  • Bajas la mirada.
  • Mantienes tus manos alejadas de la crueldad.

(Musnadu Ahmadabni Hanbal, Vol. 5, P. 323, publicado en Beirut)

Hazrat Abu Said Khudrira relata que el Santo Profetasa ordenó: “Absteneos de sentaros en las calles” Se le dijo: “Mensajero de Al-lah, no podemos evitar sentarnos en las calles”. Dijo: “En tal caso, cumplid las obligaciones con relación a la calle”. Se le preguntó: “¿Qué obligaciones tenemos hacia la calle? Contestó: “Corresponder a los saludos, bajar las miradas, guiar a quienes piden instrucciones, predicar el bien y prohibir el mal.” (Musnadu Ahmadabni Hanbal, Vol. 3, P. 61, publicado en Beirut).

El Mesías Prometidoas escribe:

El Santo Corán, que establece normas apropiadas respecto a los deseos naturales y las debilidades del hombre, ha adoptado un método excelente en este sentido:[14]

“Di a los hombres creyentes que recaten su mirada y guarden sus partes privadas. Esto es más puro para ellos. En verdad, Al‑lah sabe perfectamente lo que hacéis”.

Furuj no se refiere solamente a las partes privadas. Se refiere a todas las entradas del cuerpo, incluyendo los oídos. Se prohíbe escuchar los cantos de mujeres con las que no se tiene parentesco. Recordad, que ha quedado demostrado a través de cientos de experiencias que el hombre tiene que abandonar tarde o temprano lo que Dios ha prohibido. (Malfudat, Vol. 7, P. 135).

El Mesías Prometidoas también dice:

El Islam ha prescrito a los hombres y mujeres por igual la observancia de estas condiciones. Así como se prescribe a las mujeres cubrirse con el velo, del mismo modo se ordena a los hombres bajar la mirada. El Salat [la oración obligatoria], el ayuno, el Zakat [la limosna obligatoria], el Hayy [Peregrinación a la Casa de Dios en la Meca], la distinción entre lo halal [lícito] y lo haram [ilícito], el abstenerse de costumbres no islámicas para cumplir los mandamientos divinos, son en su conjunto ordenanzas que hacen que la puerta del Islam sea muy estrecha y por ello no todo el mundo puede entrar por esta puerta. (Malfudat, nueva edición, Vol. 5, P. 614).

De esto se deduce claramente que el hombre deberá bajar la mirada. La modestia no es solamente para la mujer sino también para el hombre. Después, el Mesías Prometidoas declara:

Dios Todopoderoso no solamente ha establecido enseñanzas excelentes para lograr la cualidad de la castidad, sino que ha provisto al hombre de cinco remedios para evitar una conducta inmoral. Estos son: 1) Restringir la mirada a la hora de contemplar a mujeres fuera de los límites permitidos, 2) evitar que los oídos oigan sus voces, 3) evitar escuchar relatos de ellas, 4) evitar ocasiones que puedan inducir a este vicio y 5) controlarse durante el periodo de celibato a través del ayuno, dieta, etc.…

Podemos asegurar con plena confianza que estas excelentes enseñanzas y los medios para obedecerlas, contenidos en el Santo Corán, son privativos del Islam. Ha de tenerse en cuenta que puesto que la condición natural del hombre, fuente de sus pasiones, es tal que no puede dominarla sin una transformación total, es natural que se exciten sus pasiones peligrosamente cuando se ofrezca la ocasión para cometer este vicio. Por lo tanto, Dios Exaltado no nos autoriza a mirar libremente a las mujeres, ni a contemplar su belleza, ni observar sus movimientos al bailar, etc., aunque lo hagamos con mira­das puras. Tampoco nos enseña a escuchar sus cantos, ni relatos de su belleza, con tal de hacerlo con oídos puros. Nos enseña a abstenernos de mirar, por puras que sean nuestras intenciones, y nos prohíbe escuchar sus voces dulces y los relatos de su hermosura, aunque sea con corazón puro. Nos enseña a despreciar estas cosas igual que despreciamos la carroña, para que no tropecemos. Porque es cierto que tarde o temprano la mirada libre provocará nuestra caída. Como Dios Exaltado desea que nuestros ojos, nuestros corazones y todo nuestro cuerpo se mantengan siempre puros, nos ha dado esta excelente enseñanza. No hay duda de que las miradas libres nos llevan al peligro. Si ofrecemos pan tierno a un perro hambriento, sería un vano deseo esperar que el perro no le hiciera caso. Dios Exaltado, pues, deseaba que no se presentara ninguna ocasión para el ejercicio secreto de las facultades humanas, y que el hombre nunca se viera enfrentado a nada que pudiera excitar en él tendencias peligrosas. (La filosofía de las enseñanzas del Islam, Vol. 10, P. 343-344)

Apartaos de la maldad y la inmoralidad

La segunda condición también prescribe la abstención del mal y de la inmoralidad. Dios Todopoderoso dice en el Santo Corán:[15]

“Sabed que entre vosotros está el Mensajero de Al-lah; si tuviera que cumplir vuestros deseos en la mayoría de los asuntos, ciertamente os veríais en problemas; mas Al-lah os ha hecho atractiva la fe y ha hecho que aparezca bella para vuestros corazones, haciendo que la incredulidad, la maldad y la desobediencia os sean odiosas. Ésos son, en verdad, quienes siguen el camino recto”.

En un hadiz al respecto, Hazrat Aswad dijo que Hazrat Abu Hurairahra relató:

Cuando alguien está observando el ayuno no deberá dedicarse a charlas vanas ni proferir palabras de maldad o ignorancia. Si alguien se dirige a él de modo ignorante, deberá responder simplemente: “Estoy ayunando”. (Musnadu Ahmadabni Hanbal, vol. 2, p. 356, impreso in Beirut)

El Santo Profetasa también dijo: “El reproche a un creyente es un acto de maldad y luchar contra él es un acto de incredulidad” (Musnadu Ahmadabni Hanbal, vol. 1, p. 439, impreso in Beirut)

Abdur Rahman Bin Shibl dijo: “El Santo Profetasa declaró: “Los comerciantes son malvados”. Se le preguntó: “¿Acaso Dios no permite el comercio?” El Santo Profetasa contestó: “Por supuesto. Sin embargo, cuando hacen un trato, mienten y suben el precio a través de juramentos”.

El narrador continúa diciendo:

“El Santo Profetasa dijo: “Los malvados irán al infierno”. Se le preguntó: ¿Quiénes son los malvados? Contestó: “Algunas mujeres son malvadas.” Un hombre le preguntó: “Profeta de Al-lah, ¿acaso no son nuestras madres, hermanas y esposas? Contestó: “¿Por qué no? Cuando se les ofrece algo, no son agradecidas, y cuando se enfrentan a dificultades no muestran paciencia.” (Musnadu Ahmadabni Hanbal, vol. 3, p. 428, impreso in Beirut)

Lo hombres de negocio deberían reflexionar sobre ello, pues los negocios limpios forman parte de las condiciones del bai’at.

El Mesías Prometidoas dice:

Según el hadiz, el malvado será castigado antes que el incrédulo… Este es el método de Al-lah. Cuando una nación sucumbe a la maldad e inmoralidad, se le somete al gobierno de otra nación. (Malfuzat, nueva ed., vol. 2, p. 653)

También dice:

Cuando la maldad e inmoralidad excedieron los límites y la gente comenzó a contemplar con desdén los mandamientos y señales de Dios, y sucumbieron ante los asuntos mundanales y sus ornamentos, Dios causó su destrucción en manos de Halaku y Gengis Jan. Está escrito que en aquellos momentos se escuchó un lamento desde el cielo:

¡Incrédulos! ¡Matad a los trasgresores!

Es decir, que la condición de los malvados e inmorales es inferior y más despreciable que la de los no creyentes ante los ojos de Dios. (Malfuzat, nueva ed., vol. 3, p. 108)

Más adelante dice:

La oración del tirano malvado no se acepta porque ignora a Dios y, por lo tanto, le resulta indiferente a Dios. Si un hijo muestra indiferencia hacia las obligaciones con su padre, recibirá un trato indiferente por parte de su padre a causa de su desobediencia. ¿Por qué pues habría de preocuparse Dios por tal gente? (Al-Badr, vol. 2, February 13, 1903, p. 28, col. 2)

Apartaos de la crueldad

La segunda condición también prescribe evitar la crueldad.

El Santo Corán dice[16]:

Mas los grupos discutieron entre sí. ¡Ay de los inicuos por el castigo del día doloroso!

Hazrat Jabirra relata: “El Santo Profetasa dijo: “Precaveos de la crueldad, pues la crueldad aparecerá en forma de tinieblas en el Día del Juicio. Precaveos de la avaricia, la mezquindad y la envidia, pues la avaricia, la mezquindad y la envidia causaron la destrucción de las naciones anteriores. Les incitó al derramamiento de sangre y a deshonrar lo que era sagrado.” (Musnadu Ahmadabni Hanbal, vol. 3, p. 323, impreso en Beirut)

Usurpar las pertenencias legítimas ajenas también es un acto de crueldad.

Hazrat Abdul-lah Bin Masud relata: “Inquirí al Santo Profetasa: “¿Cuál es la mayor crueldad?” Dijo: “La mayor crueldad consiste en que el hermano ocupe ilícitamente una parte del terreno de su hermano. En el Día del Juicio se colocará alrededor de su cuello incluso el guijarro de la tierra que haya usurpado; y nadie conoce la profundidad de la tierra excepto Al-lah, que la ha creado.” (Musnadu Ahmadabni Hanbal, vol. 1, p. 396, impreso in Beirut)

Algunas personas no cumplen las obligaciones hacia sus hermanas, hermanos y vecinos, u ocupan ilegalmente sus propiedades y terrenos. Debéis reflexionar sobre ello. En calidad de áhmadis, las condiciones que hemos acatado nos exigen no usurpar jamás los derechos de nadie ni mostrar crueldad alguna. Debemos sentir un gran temor a Dios al respecto.

Según un hadiz, Hazrat Abu Hurairahra relató que el Santo Profetasa dijo: “¿Sabéis lo que es un mendigo?” Contestaron: “Entre nosotros, un mendigo es quien no posee dinero o propiedades.” Dijo: “Un mendigo entre mi gente sería aquel que se presenta en el Día del Juicio con un buen historial de salat, ayuno y zakat pero ha insultado a alguien, calumniado falsamente a otro, consumido la riqueza de una tercera persona, y maltratado a un cuarto. Entonces se asignará a cada uno de ellos una parte de las buenas obras de dicha persona. Si esto no les resultara suficiente, sus pecados y faltas serán transferidos hacia tal persona, que será arrojada al infierno.” (Sahih Muslim, Kitab-ul-Birri was-Silah, Babu Tahrimiz-Zulmi)

Debéis reflexionar sobre este tema. Quienes cometen tales malas acciones deberían sentir temor. Que Dios nos libre a cada uno de nosotros de comparecer ante Su presencia en la condición de tal mendigo.

El Mesías Prometidoas dijo:

Los miembros de mi Comunidad, dondequiera que se encuentren, deberán escuchar con atención. El propósito de unirse a este Movimiento, y establecer una relación mutua de maestro espiritual y discípulo conmigo, consiste en que alcancen un alto nivel de buena conducta, buen comportamiento y rectitud. No deberán acercarse a ningún tipo de mal, fechoría o mala conducta. Deberán observar las cinco oraciones diarias regularmente, no deberán proferir falsedades ni perjudicar a nadie con sus lenguas. No deberán incurrir en ningún vicio ni permitir que les asalte ningún pensamiento negativo de maldad, desorden o conflicto. Deberán evitar todo tipo de pecado, ofensa, acciones indeseables, pasiones y comportamiento inadecuado. Deberán convertirse en siervos puros y sumisos de Dios Todopoderoso y no deberá brotar en sus personas ningún germen venenoso… Su principio será la simpatía hacia la humanidad y deberán temer a Dios Todopoderoso. Deberán proteger sus lenguas, manos y pensamientos contra todo tipo de impureza, desorden y deshonestidad. Deberán observar estrictamente las cinco oraciones diarias. Deberán apartarse de la iniquidad, trasgresión, deshonestidad, soborno, abuso y arbitrariedad. Se apartarán de las malas compañías. Si queda claro que una de tales compañías no obedece los mandamientos divinos, o hace caso omiso de los derechos del prójimo, o es cruel o pérfido, o descortés, o pretende engañar a los siervos de Dios Todopoderoso hablando mal de ellos o insultándolos, o muestra una actitud improcedente hacia las personas que han aceptado el bai’at, su obligación será rechazarla y mantenerse alejados de tal individuo peligroso. No pensarán perjudicar en modo alguno a los seguidores de ninguna religión o a los miembros de un grupo o tribu alguna.

Desead lo mejor para todos y tened cuidado de que ninguna persona pérfida o de conducta improcedente o inapropiada forme jamás parte de vuestra compañía, o conviva con vosotros, pues en cualquier momento tal persona puede ser la causa de vuestro tropiezo.

Se trata de temas y condiciones que he reiterado desde un principio y que cada miembro de mi Comunidad debe cumplir. No debéis dedicaros a actos impuros, a la mofa o el escarnio. Caminad por la tierra con el corazón, el temperamento y el pensamiento puro. No merece la pena combatir cada mal, por lo que debéis cultivar el hábito del perdón, y pasar por alto los defectos, y actuar con perseverancia y modestia. No ataquéis al prójimo injustamente y controlad vuestras pasiones. Si intervenís en una discusión o en un intercambio de opiniones sobre temas religiosos, expresad vuestro punto de vista con amabilidad y cortesía. Si alguien se comporta incorrectamente con vosotros, apartaos de tal compañía con un saludo de paz. Si sufrís persecución o vilipendio, tened presente que no debéis responder a la estupidez con estupidez, pues de lo contrario estaréis incluidos en la misma categoría que vuestros adversarios.

Dios Todopoderoso desea que establezcáis una Comunidad que sirva de ejemplo de bondad y veracidad al mundo entero. Apresuraos a excluir de vuestra compañía a todo el que muestre maldad, iniquidad, rebelión y mala conducta. Apartad a aquel que no sea capaz de convivir con nosotros con modestia, bondad y piedad, empleando palabras amables, y adoptando una buena conducta. Deberá apartarse de nosotros lo antes posible, pues Dios no desea que semejante persona viva con nosotros. Tendrá una muerte miserable por no adoptar la piedad. Por lo tanto, estad alerta, y adoptad la bondad, la amabilidad y la piedad. Seréis reconocidos por vuestra participación regular en las oraciones y vuestras altas cualidades morales. Aquel que tenga incrustada en su interior la semilla del mal no seguirá esta amonestación. (Tablighe-Risalat, vol. 7, p. 42–44. Ishtihar.)(The Announcement), Mayo 29, 1898, p. 2)

Apartaos de la deshonestidad

Dios Todopoderoso dice en el Santo Corán sobre la deshonestidad[17].

No abogues por quienes son deshonestos con ellos mismos. En verdad, Al-lah no ama a quien es pérfido y un gran pecador

Según un hadiz, Hazrat Abu Hurairahra relata: “El Santo Profetasa dijo: “Si alguien os confía algo para su custodia, restituidlo. No seáis deshonestos con nadie, aunque éste se hubiera mostrado deshonesto hacia vosotros.” (Sunano Abi Dawud, Kitab-ul-Buyu‘, Babu fir-Rajuli ya’khudhu Haqqahu…)

El Mesías Prometidoas dice:

Para combatir el mal, el segundo entre varios métodos, es la virtud conocida como honestidad e integridad, que es la indisposición a perjudicar a nadie apoderándose injusta y deshonestamente de su propiedad. Deberá quedar claro que la honestidad e integridad constituyen una condición natural humana. Por esta razón el niño -que es sencillo e ingenuo por naturaleza, y debido a su corta edad no ha adquirido aún ningún mal hábito- siente aversión hacia algo que pertenece a otros hasta tal punto que consiente con gran dificultad que una mujer extraña le dé el pecho. )Islami Usul ki Philosophy, Ruhani Khaza’in, vol. 10, p. 344)

Alejaos del mal

En el Santo Corán, Dios dice sobre la maldad[18]:

Y busca, en lo que Al‑lah te ha dado, la morada del Más Allá; no olvides tu parte en este mundo; y haz el bien a los demás como Al‑lah lo ha hecho contigo; no pretendas hacer el mal en la tierra pues en verdad Al­-lah no ama a quienes hacen el mal.

Hazrat Muadh Bin Jabalra relata que el Santo Profetasa dijo: “Existen dos tipos de combates: Uno el que se emprende buscando el agrado de Al-lah bajo el liderazgo de un Imam (líder divinamente guiado). La persona involucrada en tal combate emplea lo mejor de su propiedad en el camino de Al-lah, consuela a sus compañeros y evita el mal. Para tal persona, todo (su sueño y su despertar) es digno de mérito a los ojos de Dios. Y el otro es quien lucha por orgullo, ostentación y para jactarse de su valor. Desobedece al Imam y crea disensión en la tierra. Tal persona nunca podrá equipararse a la primera en rango.”) Sunano Abi Dawud, Kitab-ul-Jihad, Babu fiman yaghzu wa yaltamis-ud-Dunya)

Hazrat Asma Bint Yazidra narró: “El Santo Profetasa dijo: “¿Queréis que os hable sobre los mejores de entre la gente? Los compañeros dijeron: “Desde luego, Profeta de Al-lah.” Dijo: “Cuando presencian algo agradable, empiezan a recordar a Al-lah.” Después dijo: “¿Queréis que os hable sobre los peores entre la gente? La peor gente son quienes se dedican a murmuraciones y a crear la discordia entre los demás. Su deseo es que los siervos obedientes de Al-lah incurran en el pecado.”) Musnadu Ahmadabni Hanbal, vol. 6, p. 459, impreso en Beirut)

El Mesías Prometidoas dijo:

No contendáis ni discrepéis con quienes os abandonan por haberos afiliado a un Movimiento establecido por Dios Todopoderoso; más bien debéis rogar por ellos en secreto para que Dios Todopoderoso les conceda la percepción y conocimiento que os ha otorgado a vosotros. A través de vuestro ejemplo piadoso y buena conducta, demostrad que habéis adoptado el camino recto. Escuchad: He sido asignado para advertiros repetidas veces que evitéis cualquier situación conflictiva o discordante. Mostrad paciencia aunque tengáis que escuchar insultos. Responded al mal con bondad. Si encontráis discrepancia, soslayad la situación o responded con palabras amables. No me agrada saber que determinada persona ha reñido a otra a pesar de pertenecer a mi Comunidad. A Dios Todopoderoso no le complace que la Comunidad que está destinada a convertirse en modelo para humanidad adopte tal camino, que no es el camino de los piadosos. Os digo en verdad que Dios Todopoderoso ha hecho tanto hincapié en esta cuestión que si alguno de vosotros, tras haber declarado pertenecer a la Comunidad, no muestra paciencia ni perseverancia, no formará parte de esta Comunidad. Es posible que lo que lo más indignante para vosotros sea escuchar insultos a mi persona. Dejad este asunto en manos de Dios. Vosotros no podéis tomar decisiones. Dejad mis asuntos en manos de Dios; a vosotros sólo os corresponde mostrar paciencia incluso ante ofensas semejantes. (Malfuzat, new ed., vol. 4, p. 157)

Manteneos alejados de los caminos de la rebelión

La segunda condición del Bai’at también requiere que el iniciado se salvaguarde de los caminos de la rebelión. Exponiendo dos versículos del Surah Al Baqarah, el Mesías Prometidoas dice[19]:

Y luchad contra ellos hasta que cese la persecución, y se profese libremente la religión de Al-lah.

[20]

Es decir, que el combate (en la ciudad sagrada de la Meca) es un acto detestable. Sin embargo, interponer dificultades a los hombres en el camino de Al-lah, mostrándole ingratitud, y expulsar a los hombres piadosos de la Mezquita Sagrada es aún más odioso a los ojos de Al-lah. Y la rebelión, es decir, la interferencia en una vida pacífica, es peor que matar…) Jang-e-Muqaddas, Ruhani Khaza’in, vol. 6, p. 255)

El Mesías Prometidoas también dijo:

Puedo observar que mucha gente ignorante y malvada de entre los hindúes y los musulmanes, se dedican a actividades antigubernamentales que tienen trazas de rebelión. Tengo la impresión de que llegará un momento en que esta actitud rebelde se implantará en sus corazones. Por lo tanto, advierto a los miembros de mi Comunidad que se encuentran en el Punjab y en la India quienes, por la Gracia de Dios, se cuentan por centenas de millares, que recuerden esta enseñanza mía que les he inculcado tanto a través de mis discursos como de mis escritos durante los últimos veinticinco años: deben ser auténticamente leales al gobierno que nos ha favorecido… Recordad bien que la persona que abriga pensamientos de rebelión contra el gobierno no puede continuar perteneciendo a mi Comunidad. Considero una gran impertinencia que seamos desagradecidos a un gobierno que nos ha librado de las garras de los tiranos y bajo el cual estamos progresando. Dios Todopoderoso dice en el Santo Corán:

Es decir, que la recompensa por un bien no es otra que el bien.

En un hadiz, el Santo Profetasa dice: “Quien muestra ingratitud hacia la gente no puede mostrar gratitud a Al-lah”. ¿Dónde encontraréis cobijo si os alejáis de la sombra protectora de este gobierno? Nombrad un solo gobierno que os brinde protección. Cada gobierno islámico rechina sus dientes para mataros, pues, en su opinión, sois incrédulos y apostatas. Mostrad, pues, agradecimiento por este favor divino. La propación de la doctrina de que aparecerá un Mahdi sangriento que apresará a todos los cristianos, es una idea inventada que ha endurecido y mancillado los corazones de nuestros oponentes musulmanes. Tales doctrinas pueden, y sin duda podrán incitar a los ignorantes a la rebelión en un determinado momento. Por lo tanto, estamos haciendo lo posible para que los musulmanes se liberen de tales doctrinas. Recordad que la fe que carece de simpatía humana no procede de Dios. Dios nos ha enseñado: “Mostrad piedad en la tierra para que los Cielos os muestren misericordia.”) Majmu‘ah Ishtiharat, vol. 3, p. 582585)

No os dejéis arrastrar por la pasión

La segunda condición también exhorta al iniciado a no dejarse llevar por la pasión. El Mesías Prometidoas dice:

Dios menciona la cuarta etapa del progreso espiritual en el noble versículo del Santo Corán:

Y que preservan su castidad (23:6)

Es decir, que aquellos que controlan sus pasiones carnales y deseos ilícitos ostentan un rango superior a los creyentes de la tercera categoría. Esta categoría es superior a la tercera porque en la tercera categoría se sacrifica solamente la riqueza que se estima. Mas el creyente de la cuarta categoría sacrifica algo que prefiere a la riqueza: las pasiones carnales. El hombre siente tal fascinación por sus pasiones carnales que gasta ingentes sumas de dinero para satisfacer su deseo. No le da importancia a su riqueza a la hora de satisfacer tales deseos. Cabe observar que existen muchas personas mezquinas que no entregan un duro a los necesitados pero destruyen sus hogares despilfarrando enormes sumas de dinero en mujeres de mala reputación. Está demostrado que las pasiones carnales constituyen una implacable avalancha que conlleva el detestable hábito de la mezquindad.

Es, pues, evidente que, en comparación con la fuerza de la fe que pone remedio a la mezquindad, y que prepara a la persona para desprenderse de su preciada propiedad por la causa de Dios, se precisa una fe mucho más firme y duradera para combatir a Satanás a la hora de preservarse del diluvio de las pasiones carnales, pues semejante fe tropieza bajo el pie de la vieja serpiente llamada Nafse ammarah (el ego que incita al mal). En lo que a la mezquindad se refiere, puede desaparecer momentáneamente a la hora de satisfacer las pasiones carnales, o por ostentación o presunción, pero esta avalancha que surge con el aumento de las pasiones carnales es una avalancha muy intensa y duradera, y no puede evitarse salvo con la merced de Dios. Así como los huesos forman la parte más dura y duradera de los componentes del cuerpo, similar fortaleza es precisa en la fe para permanecer a salvo de esta avalancha y poder resistir a este enemigo durante largo tiempo. Y esto también se consigue con la gracia de Al-lah, pues la avalancha de las pasiones carnales es tan devastadora que nadie puede mantenerse a salvo de ellas si no se cuenta con la gracia divina. Por ello, José tuvo que decir:

“Y no me absuelvo de debilidad; pues el alma está ciertamente inclinada a instigar al mal, salvo aquello sobre lo que mi Señor tiene misericordia.” (Yusuf, 12:54)

La frase mencionada en este versículo es:

“Salvo aquello sobre lo que mi Señor tiene misericordia.”

Y se utilizaron palabras similares durante el diluvio de Noéas:

“No hay protección para nadie en este día contra el decreto de Al-lah, excepto aquellos a quienes Él muestre misericordia” (Hud, 11:44)

Esto indica que el diluvio de las pasiones carnales se asemeja al diluvio de Noéas en su gravedad y peligro.) Barahin-e-Ahmadiyyah, vol. 5, Ruhani Khaza’in, vol. 21, p. 205206)

En resumen, las pasiones carnales intentarán derrotaros. Evitadlas, implorando siempre la merced de Al-lah. En el presente existen muchos otros caminos abiertos. Por lo tanto, debemos rogar e inclinarnos a Al-lah implorando Su merced con mayor intensidad que nunca.

Escuchad: sólo a Al‑lah se le debe sincera obediencia. Y quienes toman por protectores a otros distintos de Él, dicen: “Los servimos única­mente para que nos lleven a un nivel próximo a Al‑lah”. En verdad, Al‑lah juzgará entre ellos en cuanto a lo que disputan. Ciertamente Al­-lah no guía al mentiroso desagra­decido. (Al Zumar, 39:4)

El Mesías Prometidoas dice:

Creed en el Dios cuya existencia ha sido corroborada unánimemente por la Tora, los Evangelios y el Sagrado Corán. No modeléis un dios cuya existencia no ha sido demostrada por el testimonio conjunto de estos tres libros. Aceptad lo que el intelecto y conciencia humana han atestiguado y atestiguan los libros de Dios. No creáis en Dios de una manera que origine discordancia ente los libros divinos. No cometáis adulterio. No digáis mentiras. Evitad mirar con maldad. Preservaos de la infamia, inmoralidad, crueldad, deshonestidad y los caminos de la rebelión. No os dejéis dominar por los deseos carnales. Observad las cinco oraciones diarias pues la naturaleza humana sufre cinco tipos de pruebas. Mostrad gratitud a vuestro noble Mensajero e invocad bendiciones sobre él, pues es él quien os ha mostrado el medio de reconocer a Dios en tiempos de oscuridad. Estos son los principios que constituyen los rasgos distintivos de mi Comunidad. El modo en que esta Comunidad establece la simpatía humana, evitando perjudicar a los seres humanos y evitando la oposición a la autoridad responsable, no se encuentra en los demás musulmanes. A causa de sus propios errores, sus principios son de otra índole, que no necesitan explicación en este momento.) Damimah Tiryaq-ul-Qulub, Ruhani Khaza’in, vol. 15, p. 524526)

[1] (al-Hall, 22:31)

[2] (al-Zumar, 39:4)

[3] Absteneos, pues, de la abominación de los ídolos y absteneos de toda charla falsa. (al-Hall, 22:31)

[4] (al-Hall, 22:31)

[5] (al-Baqarah, 2:283)

[6] (al-Baqarah, 2:284)

[7] (al-An’am, 6:153)

[8] (al-Nisa’, 4:136)

[9] (al-Ma’idah 5:9)

[10] (al-Azhab, 33:36)

[11] (al-Asr, 103:4)

[12] (al-Furqan, 25:73)

[13] (Bani Israil, 17:33)

[14] (al-Nur, 24:31)

[15] (al-Hujurat, 49:8)

[16] (al-Zukhruf, 43:66)

[17] (Al Nisa, 4:108)

[18] (Al Qasas, 28:78)

[19] (al-Baqarah, 2:194)

[20] (al-Baqarah, 2:218)

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