CONDICIÓN V - Ser Fiel a Dios.
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Que él/ella será fiel a Dios en todas las circunstancias de la vida, en el dolor y en la alegría, en la adversidad y en la prosperidad, en la felicidad y en el sufrimiento; y que él/ella se mantendrá en todas las condiciones resignado/a ante el decreto de Dios y estará preparado/a para afrontar todo tipo de humillaciones y sufrimientos en Su camino y nunca Le rechazará ante la ocurrencia de cualquier desgracia; por el contrario, él/ella deberá seguir avanzando.

Al-lah el Todopoderoso dice en el Sagrado Corán: [1]

Y entre los hombres hay quien se vendería a sí mismo para intentar agradar a Al-lah; y Al-lah es Compasivo con Sus siervos.

Como explicación de este versículo del Sagrado Corán el Mesías Prometidoas dice:

La gente con el rango más elevado de todos, es decir, las personas que están completamente perdidas en la búsqueda del agrado de Al-lah, y que se venden a sí mismas para ganar la complacencia de Al-lah, es la gente sobre la cual desciende la Misericordia de Al-lah… En este versículo Al-lah el Todopoderoso dice, “Sólo se libra de todas las tribulaciones aquel que se vende a sí mismo en Mi camino buscando Mi agrado. Muestra con el mayor esfuerzo posible que pertenece a Al-lah, y considera a la totalidad de su ser como algo que ha sido formado para obedecer al Creador y servir a Su creación…” (Informe del Jalsah A’zam Madhahib, p. 131-132)

A continuación dice:

Quien es amado por Dios se vende a sí mismo en Su camino. A cambio, obtiene el placer de Dios. Así son aquellos sobre los cuales ha descendido la gracia especial de Dios. (Informe del Jalsah A’zam Madhahib, p. 188)

Luego dice:

Hay personas que venden su propio ser con la esperanza de agradarLe… (Paighami Sulh, Ruhani Khaza’in, vol. 23, p. 473)

Para esta gente, Al-lah el Todopoderoso ha revelado la siguiente buena nueva[2]:

Y tú, ¡Oh alma en paz! Vuelve a tu Señor satisfecha con Él y Él satisfecho contigo. Entra, pues, entre Mis siervos elegidos, y entra en Mi Jardín.

A las personas que se concilian con la voluntad de Al-lah, y sufren todo tipo de dificultades y tribulaciones por Su causa, Al-lah el Todopoderoso no les deja nunca sin recompensa. Hay muchos de entre nosotros que son la encarnación de deficiencias y defectos. Cometemos muchos errores y pecados. Pero si nos acostumbramos a congraciarnos con la voluntad de Al-lah, y estamos cada vez más dispuestos a ello; y sufrimos todas las humillaciones por Él; y si no somos como la mujer plañidera que arma un gran alboroto por un pequeño sufrimiento; sabed que para quien así actúe existe una buena nueva del Santo Profetasa.

Los sufrimientos de un musulmán son una expiación para sus pecados

Hazrat Abu Hurairahra cuenta que el Santo Profetasa dijo, “Ningún musulmán sufre ninguna calamidad, sufrimiento, dolor, incomodidad o ansiedad, ni siquiera algo tan pequeño como el pinchazo de una espina, sin que Al-lah elimine alguno de sus defectos y pecados.”) Sahih Muslim, Kitab-ul-Birri was-Silah, Babu Thawabil-Mo’mini fi ma yusibuhu min Maradin au Huznin)

El Santo Profetasa dijo: “Maravillosa es la situación de un creyente; todo le beneficia, y ocurre así sólo para él. Si experimenta algo agradable, se siente agradecido con Dios y eso es bueno para él; y si sufre adversidades, se mantiene firme lo cual es también bueno para él por el mérito que recibe debido a su firmeza.” (Sahih Muslim, Kitab-uz-Zuhdi, Babel Mo’mini Amruh kuyuhu Khair)

En ocasiones Al-lah hace que Sus siervos padezcan sufrimientos en relación con sus hijos. La muerte de los hijos origina grandes clamores y lamentos, especialmente entre las mujeres. Gracias a Al-lah, Él ha concedido a la Comunidad musulmana Ahmadía madres muy pacientes que se han resignado a Su voluntad. Sin embargo, a veces, tienen lugar muestras de quejas, sobre todo, entre los analfabetos o aquellos que carecen de educación. En otras ocasiones, también he observado algunos casos entre gente de buena educación, en que se expresan palabras de ingratitud.

Hay un hadiz que narra que el que el Santo Profetasa solía aceptar en este contexto el juramento de alianza de las mujeres-Compañerasra. El hadiz dice:

Hazrat Usaidra relata que oyó de una mujer compañerara que había dado su palabra al Santo Profetasa, y cuya promesa refería lo siguiente: “No desobedeceremos al Santo Profetasa, no rasgaremos nuestros rostros en los lamentos, no plañiremos ni gritaremos durante el luto, ni desgarraremos nuestras prendas o alborotaremos nuestro pelo.”) Sunano Abi Dawud, Kitab-ul-Jana’iz, Babun fin-Nauh)

El verdadero momento para mostrar paciencia es cuando sucede una tragedia

Hazrat Anasra relata que el Santo Profetasa pasó junto a una mujer que lloraba junto a una lápida. Le dijo, “Acuérdate de tu compromiso hacia Al-lah y sé paciente.” Ella replicó, “Déjame sola; tú no has sido afligido como yo lo he sido.” La mujer no sabía quién era él en aquel momento. Alguien le dijo, “Era el Santo Profetasa.” Y ella fue entonces hacia la vivienda del Santo Profetasa. Al no encontrar ningún portero, entró y le dijo, “No te reconocí.” Y él le dijo, “La paciencia implica resignarse desde el primer instante en que te conmociona la pena.” (Sahih Al-Bukhari, Kitab-ul-Jana’is, Babu Ziyaratil-Qubur)

Otro tema importante que ha sido enfatizado en la quinta condición es [permanecer firmes] a pesar de la dureza de las circunstancias, del tiempo que perdure la dificultad, de las evidentes atracciones mundanales, de los probables beneficios de las diversas actividades materiales, y de lo atractivo que sean las seducciones ofrecidas por dichos poderes mundanos que te piden que te despreocupes porque “como áhmadi, al mismo tiempo que mantienes tus lazos con la Comunidad, puedes dirigir tus asuntos profesionales, servir a la Comunidad y sacrificarte económicamente.” El Dayyal [Anticristo] es quien sugiere esto para separarte de Al-lah y de la Comunidad. Así pues, el Mesías Prometidoas dice que si habéis aceptado el compromiso, es preciso que os alejéis de tales engaños. No os desviéis por estas seducciones. Permaneced fieles a Al-lah. Si volvéis hacia Él, perteneceréis al Mesías Prometidoas y recibiréis todo. Lo que sigue es una preciosa amonestación del Santo Profetasa con respecto a lo anterior.

Hazrat Ibn-e-Abbasra ha narrado lo siguiente: Una vez me hallaba cabalgando junto al Santo Profetasa y me dijo, “Mi querido niño, voy a enseñarte algunas cosas: Acuérdate de Al-lah, Él te protegerá; acuérdate de Al-lah, pues Le encontrarás cerca. Cuando te veas necesitado, pídele sólo a Al-lah; y si necesitas ayuda, recurre sólo a Él. Recuerda, si todo el mundo se uniera para beneficiarte, no podría conseguirlo, a menos que Al-lah lo así desease, y lo decretara para ti. Y si se unen para hacerte daño, no podrán hacer nada para conseguirlo, salvo que Al-lah haya decretado el daño para ti. Las plumas han sido guardadas y la tinta se ha secado.”) Sunan-ut-Tirmadhi, Abwabu Sifatil Qiyamah)

Otra versión dice:

Piensa en Al-lah, Le encontrarás delante de ti. Acuérdate de Al-lah en tiempos de tranquilidad, Él se acordará de ti en tiempos de privaciones. Recuerda que aquello que no conseguiste, no estaba decretado para ti; y lo que sí está decretado para ti, sin duda que te llegará. Recuerda que la ayuda de Al-lah llega como resultado de la paciencia, y que los períodos de tranquilidad y de privación se fusionan, y cada momento de dureza es seguido de periodos de tranquilidad. (Riad-us-Shalihin Lil Imam An-Nawawi, Bab-ul-Muraqabah, Hadiz nº. 62)

El Santo Profetasa nunca hizo nada en contra del agrado de Al-lah; y aun así, oraba fervorosamente, oraba por conseguir la complacencia de Al-lah.

Hazrat Mohammad Bin Ibrahimra relata un hadiz de Hazrat Aishahra: “En una ocasión estaba durmiendo junto al Santo Profetasa. En un momento de la noche no le encontré allí. Mientras le buscaba, mi manto tocó sus pies mientras él estaba postrado. Estaba rezando: “Oh Al-lah, busco la protección de Tu agrado contra Tu enfado, y busco la protección de Tu perdón contra Tu castigo. No puedo enumerar las formas de alabarte. Eres tan Santo como Te has descrito a Ti mismo.”) Sunan-ut-Tirmadhi, Kitab-ud-Da’wat, Babu Ma Ja’a fi ‘Aqdit-Tasibhi Bil-yad)

Otra tradición dice:

Alguien de Medina oyó de Hazrat Abdul Wahhab Bin al-Wardra que Hazrat Mu’awiyahra escribió a Hazrat Aishahra en busca de consejo. Ella le contestó: “Assalamo Alaikum. He oído al Santo Profetasa decir que “Aquel que busca el agrado de Al-lah, aun a costa de disgustar a otras personas, para él Al-lah es Suficiente contra ellas. Pero aquel que desagrada a Al-lah para satisfacer a la gente, Al-lah le entrega a dicha gente.” (Sunan-ut-Tirmadhi, Kitab-uz-Zuhd, Babu Ma Ja’a fi Hifzil-Lisan, Hadiz no. 2414)

Sois la última Comunidad establecida por Al-lah

El Mesías Prometidoas escribe:

Es inevitable que seáis puestos a prueba de distintas formas mediante el dolor y las desgracias, de igual manera que los creyentes anteriores a vosotros también fueron puestos a prueba. Sed conscientes de ello, no sea que deis un traspié. Mientras tengáis una relación firme con los cielos, la tierra no puede perjudicaros. Cuando el daño os alcance, será a través de vosotros mismos y no a través de vuestros enemigos. Incluso si perdéis todo el honor en la tierra, Al-lah os concederá el honor eterno en el cielo. Así pues, aferraros a Él. Es inevitable que seáis perseguidos y que sufráis muchas decepciones, pero no perdáis la esperanza, pues es Al-lah Quien os pone a prueba para ver si sois firmes en Su causa o no. Si deseáis que los ángeles os alaben en el paraíso, entonces soportad las palizas y permaneced alegres; oíd los insultos y estad agradecidos; experimentad el fracaso y no cortéis vuestra relación con Al-lah. Sois la última Comunidad de Al-lah, así que practicad las virtudes a su nivel más alto. Cualquiera de entre vosotros que se convierta en un indolente será expulsado de la Comunidad como algo detestable, y perecerá en la tristeza y no perjudicará a Al-lah en lo más mínimo. Os doy la buena noticia de que vuestro Dios verdaderamente existe. Él acude a aquellos que se dirigen hacia Él, y concede el honor a aquel que Le honra. (Kashti-e-Nuh, Ruhani Khaza’in, vol.19, p.15)

El Mesías Prometidoas luego dice:

Lo que debemos hacer es agradar a Al-lah. Ello requiere sinceridad, veracidad, y fidelidad; y que los esfuerzos de la Comunidad no se vean reducidos a meras palabras. Cuando Al-lah está contento con nosotros, bendice nuestros asuntos y abre las puertas de Su gracia y bendiciones… Esta estrecha puerta -la puerta de la verdad y de la fidelidad- no es fácil de atravesar. Nunca debemos presumir de recibir sueños o revelaciones, para a continuación, quedarnos sin hacer nada, eludiendo realizar el máximo esfuerzo. A Al-lah el Todopoderoso no le agrada eso… (Al-Badr, vol., 3, No. 18-19, Mayo 8-16, 1904, p. 10)

Luego dice:

Cada verdadero creyente atraviesa por estas circunstancias. Si se hace Suyo con sinceridad y fidelidad, Al-lah se convierte en su amigo. Pero si la base de su fe es débil, existirá el peligro. No tenemos conocimiento de los secretos del corazón de nadie… pero quienquiera que pertenezca completamente a Al-lah recibirá Su protección. A pesar de que Él es el Dios de todos, se manifiesta especialmente a aquellos que se entregan a sí mismos a Él. Entregarse a sí mismo a Dios significa auto-demoler el ego propio, de forma que no quede nada de él. Es por ello que les digo a mi Comunidad, una y otra vez, que no deben sentir ningún orgullo al aceptar este compromiso de alianza. Si el corazón no está purificado, no hay mérito alguno en que pongáis vuestras manos sobre mi mano… pero todo aquel que realiza dicho compromiso con sinceridad obtiene incluso el perdón de los mayores pecados y recibe una nueva vida. (Malfuzat, nueva ed., vol. 3, p. 65)

Aquellos que pertenecen al Mesías Prometidoas no pueden ser separados de él

El Mesías Prometidoas dice:

Aquel que no desee seguirme, puede alejarse de mí. Desconozco que bosques terribles y espinosos tendré que atravesar. ¿Por qué se colocan en dificultades acompañándome los que tienen los pies sensibles? Los que son verdaderamente míos no se separarán de mí a causa de alguna desgracia, ni como consecuencia de la difamación de la gente, ni tampoco a causa de las pruebas divinas o de las tribulaciones. Aquellos que no son míos, cuyas afirmaciones y amistad es vana, se separarán pronto de mí, y su siguiente etapa será peor que la anterior. ¿Debemos temer los terremotos? ¿Debemos asustarnos de las pruebas que surjan en el camino de Al-lah? ¿Nos separaríamos por alguna dificultad que proviniera de nuestro Querido Al-lah? Ciertamente que no, salvo a través de Su gracia y misericordia. Los que deseen separarse pueden hacerlo; les ofrecemos nuestra despedida; aunque deben recordar que si después de haber tenido malos pensamientos, decidieran de nuevo volver a mí, tal disposición no recibirá el honor que Dios concede a los fieles, pues la mancha de quien piensa mal y traiciona, es una gran mancha. (Anwar-ul-Islam, Ruhani Khaza’in, vol. 9, p. 23-24)

La Firmeza

Hace cien años, dos ancianos de la Comunidad fueron un ejemplo perfecto de fidelidad y firmeza. Fueron fieles, muy fieles, a su alianza. Fueron seducidos de diversas maneras para que rompieran su compromiso, pero estos príncipes de la firmeza hicieron caso omiso, y permanecieron fieles a su juramento. El Mesías Prometidoas les ha rendido un excelente homenaje. Ellos son Sahibzadah Sayyed ‘Abdul Latif Shahidra y ‘Abdur-Rahman Khanra. Voy a presentarles un extracto de las palabras del Mesías Prometidoas:

Reflexionad con fe y justicia: Si la Comunidad estuviera basada completamente en el engaño, la falsedad y las artimañas, ¿podrían sus miembros mostrar tal firmeza y valor, no abandonando su camino, a pesar de ser lapidados y enterrados bajo las piedras y –sin preocuparse por sus mujeres e hijos- ofrecer sus vidas, a pesar de las reiteradas propuestas de liberación con la simple condición de renunciar al Bai’at? Sheikh ‘Abdur-Rahmanra fue asesinado en Kabul de esta manera. No protestó ni suplicó por su liberación renunciando al Bai’at.

Por sí sola, esta es una señal de verdadera fe y de un verdadero Imam. Cuando alguien alcanza un verdadero conocimiento y su corazón se impregna de la dulzura espiritual, dicha persona no teme morir en el camino. Por supuesto que aquellos cuya fe es superficial, y no ha impregnado sus miembros y sus venas, pueden volverse apóstatas como Judas Iscariote. Hay ejemplos de tales desertores en la vida de cada Profeta. Gracias a Al-lah, un grupo grande de fieles está conmigo; cada uno de ellos constituye para mí una señal. Ésta es la Gracia de mi Señor.

“O mi Señor, Tu eres mi Paraíso, y Tu Misericordia es mi protección, y Tus signos son mi alimento y Tu Gracia es mi manto.”

(Haqiqat-ul-Wahi, Ruhani Khaza’in, vol. 22, p. 360-361)

La historia de la Comunidad musulmana Ahmadía a lo largo de los últimos cien años ha sido testigo de numerosas demostraciones y ejemplos de fidelidad y lealtad. Ha habido pérdidas humanas y materiales. Ha habido martirios. Han matado a niños en presencia de sus padres, y padres en presencia de sus hijos. Entonces, ¿ha permitido Al-lah –que es el más Grande en recompensar la fidelidad- que esta sangre se haya derramado en vano? No. Él ha derramado Su Misericordia sobre sus descendientes de una manera sin precedentes. Muchos de vosotros que estáis aquí presentes, o que estáis esparcidos en muchos países, sois testigos personales de ello. De hecho, muchos de vosotros sois los que habéis recibido estas bendiciones. Esto es consecuencia de la fidelidad que habéis mostrado a Al-lah, y de la manera en la que habéis permanecido veraces al compromiso de lealtad. Cuando lleguen épocas de facilidad, no os olvidéis de este compromiso de Bai’at, ni dejéis que vuestras generaciones futuras lo olviden. Permaneced siempre fieles al querido Al-lah, para que Sus bendiciones puedan continuar vertiéndose sobre vuestras futuras generaciones; trasladad esta relación de fidelidad a las generaciones venideras.

[1] (al-Baqarah, 2:208)

[2] (Al Fallr, 89: 28-31)

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