Evidencias del Santo Corán y de auténticos Hadices que demuestran la supervivencia de Jesús
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los argumentos que voy a presentar ahora podrían parecer inútiles a todos los efectos a los cristianos, pues no están obligados a lo que el Santo Corán o el Hadiz afirman sobre el tema. Sin embargo, me dispongo a mencionarlos porque quiero informar a los cristianos de un milagro del Santo Corán y del Santo Profetasa y porque quiero que conozcan que las verdades que se han descubierto después de centenares de años ya habían sido desveladas por nuestro Profetasa y el Santo Corán. Presento a continuación algunas de ellas. Dios dice en el Santo Corán:

[1]

Significa que los judíos no asesinaron a Jesús ni lo mataron en la cruz; solamente sospecharon que Jesús había muerto en la cruz; y no tenían pruebas suficientes que los convencieran y persuadieran de que Jesús hubiese muerto realmente en la cruz.

En estos versículos, el Dios Todopoderoso afirma que, si bien es cierto que Jesús fue puesto aparentemente sobre la cruz, y que su intención era matarlo, es sin embargo erróneo que los judíos y cristianos supongan que murió realmente en la cruz. Lo que ocurrió es que Dios creó circunstancias que salvaron a Jesús de la muerte en la cruz. Si nos atenemos a la justicia debemos decir que lo que el Santo Corán ha dicho en contra de las creencias judías y cristianas ha resultado ser cierto. Investigaciones de muy alto nivel han demostrado que Jesús se libró realmente de la muerte en la cruz. Un estudio de los hechos demuestra que los judíos nunca han sido capaces de responder a la pregunta: ¿cómo es posible que Jesús muriera en un plazo de dos o tres horas si no se le rompieron los huesos?

Esto ha llevado a los judíos a presentar otra alegación: que mataron a Jesús por la espada, cuando en la historia antigua de los judíos no existe ninguna mención de que Jesús fuese matado por la espada. Para que Jesús pudiera salvarse, intervino la majestad y el poder de Dios, haciendo que la tierra se oscureciese, y que seguidamente sucediera un terremoto. La mujer de Pilatos vio el sueño. La noche del Sabbat, en la no se permitía que ningún cuerpo crucificado permaneciera en la cruz, estaba a punto de llegar, y el magistrado, a causa del terrible sueño, se mostró dispuesto a la liberación de Jesús. Todo esto fue preparado simultáneamente por Dios para salvar a Jesús. Él hizo que el mismo Jesús se desvaneciera para que fuera dado por muerto. A través de signos terribles como el terremoto, etc., se produjo el pánico en los judíos y el miedo al castigo divino. Existía igualmente el temor a que los cadáveres pudieran permanecer en la cruz durante la noche del Sabbat. Además, al ver los judíos a Jesús en estado de desvanecimiento, pensaron que había muerto. En medio de la oscuridad, del terremoto y tanta agitación, los judíos estaban preocupados por sus propios hogares, pensando cómo estarían sus hijos en estas condiciones. Se sentirían igualmente atemorizados pensando que si este hombre era realmente falso y apóstata, como pensaban que era ¿por qué se manifestaban signos tan poderosos en el momento de su sufrimiento, signos que no se habían manifestado antes? Estaban tan alterados que ya no estaban en condiciones de comprobar si Jesús había muerto realmente, o cuál era exactamente su condición. Lo que ocurrió, sin embargo, fue el designio divino de salvar a Jesús, tal como se apunta en el versículo: Es decir, “los judíos no mataron a Jesús, sino que Dios les hizo creer que lo habían matado”. Son estas circunstancias las que alientan a los justos a confiar plenamente en Dios, y a creer que Dios puede salvar a sus siervos si Le place.

El Santo Corán también dice sobre el Mesías, hijo de María:

[2]

Su nombre será el Mesías, Jesús, hijo de María, honrado en este mundo y en el futuro, y por todos aquellos que reciban la cercanía a Dios.

Esto significa que Jesús tendría honor y eminencia y disfrutaría de grandeza a la vista de la gente no solo en este mundo, sino también en el Mas Allá. Es evidente que Jesús no fue honrado en la tierra de Herodes y Pilatos, sino que, por el contrario, sufrió una gran desgracia. La idea de que sería honrado durante su segunda venida a la tierra no tiene fundamento, y se opone a las Escrituras y a la eterna ley divina de la naturaleza. Lo cierto es que Jesús, después de librarse de aquel pueblo maldito, honró la tierra del Punjab con su presencia, donde encontró a las diez tribus perdidas de Israel, y donde Dios le bendijo con un gran honor y eminencia. Parece que la mayoría de aquellos israelitas habían adoptado el budismo y otros habían terminado siendo idólatras de la más baja condición. Pero con la venida de Jesús, la mayoría de ellos retornaron al camino recto y, dado que las enseñanzas de Jesús contenían la exhortación para que creyeran en la venida de otro profeta, las diez tribus que llegaron a ser conocidas en esta tierra como afganos y cachemires finalmente se convirtieron al Islam. Jesús fue acogido con gran honor en esta tierra. Recientemente se ha descubierto una moneda en el Punjab que lleva el nombre de Jesús en caracteres pali. Esta moneda pertenece a la época de Jesús y demuestra claramente que Jesús vino a esta tierra y recibió honores reales. La moneda debió haber sido acuñada por un rey convertido en seguidor suyo. Otra moneda muestra la figura de un hombre israelita. Parece que también se trata de la figura de Jesús. El Santo Corán contiene igualmente un versículo que afirma que Jesús fue bendecido por Dios dondequiera que fue[3]. Y estas monedas muestran que recibió un gran honor de Dios y que no murió sin que recibiera honores reales.

En otro lugar, el Santo Corán dice:

[4]

Es decir, “¡Oh Jesús! Te libraré de estas acusaciones; demostraré tu inocencia, y retiraré las acusaciones dirigidas contra ti por judíos y cristianos”. Esta es sin duda una gran profecía. Los judíos alegaron que Jesús, por haber sido crucificado, se convirtió (que Dios nos perdone) en maldito, y perdió así el amor de Dios; que el corazón de Jesús, como implica la palabra “maldito”, se apartó y distanció de Dios; que su corazón quedó cubierto por un espeso velo de tinieblas; que comenzó a amar el mal y a odiar el bien; que rompió sus vínculos con Dios para someterse al poder de Satanás, y que se creó enemistad entre él y Dios.

Esta misma acusación, la de ser maldito, también fue presentada por los cristianos, que además han intentado combinar torpemente dos puntos de vista contradictorios. Por una parte, afirman que Jesús era el Hijo de Dios y, por la otra, le llaman maldito; y, lo que es más, admiten que alguien que es maldito es Hijo de la Oscuridad y del Diablo, o el mismo Diablo. Estas fueron las sucias acusaciones dirigidas contra Jesús. Sin embargo, la profecía del Corán señala que llegaría una época en la que Dios libraría a Jesús de estos cargos. Esta es ciertamente tal época.

La inocencia de Jesús ha sido sin duda establecida ante los ojos de las personas sensatas por la evidencia del Santo Profetasa pues él mismo y el Santo Corán han atestiguado que las acusaciones dirigidas contra Jesús son todas infundadas. Pero esta prueba era demasiado sutil y difícil de entender para las personas ordinarias. La justicia divina exigía, pues, que al igual que la crucifixión de Jesús fue un acontecimiento perfectamente conocido y visible, del mismo modo su pureza e inocencia quedara demostrada de manera visible. Y esto es lo que ha ocurrido realmente. La inocencia de Jesús no solo ha sido demostrada a priori sino también a posteriori. Y es que centenares de miles de personas han visto, con sus ojos físicos, que la tumba de Jesús existe en Sirinagar[5], Cachemira. Al igual que Jesús fue crucificado en el Gólgota, es decir, en el lugar de la calavera, del mismo modo se ha encontrado su tumba en el lugar de la calavera, es decir, en Srinagar. Es una extraña coincidencia que la palabra sri (calavera) exista en los nombres de ambos lugares. El lugar en el que fue crucificado Jesús se llamaba Gilgit (Gólgota) o siri (calavera), y el lugar en el que se ha descubierto su tumba a finales del siglo diecinueve se llama también Gilgit o sri. Parece que el lugar llamado Gilgit, Cachemira, también sugiere la palabra sri. Esta ciudad fue probablemente fundada en la época de Jesús, y como recordatorio local de la crucifixión, fue llamada Gilgit o sri; igualmente, Lhasa, que significa “ciudad de alguien que merece culto” es de origen hebreo y Lhasa también fue fundada en la época de Jesús.

Datos fidedignos del Hadiz muestran que el Santo Profetasa dijo que Jesús vivió hasta los 125 años de edad. Además, todas las sectas del Islam creen que Jesús tuvo dos características excepcionales que no se encontrarían en ningún otro profeta:

  1. Vivió hasta la avanzada edad de 125 años.
  2. Viajó a muchas partes del mundo, por lo que fue llamado el “profeta viajero”.

Es evidente que, de haber sido elevado a los cielos a los 33 años de edad, el dato de que vivió 125 años no podría ser cierto, ni hubiera podido viajar tan extensamente a los 33 años de edad. Estos datos no sólo se encuentran en los fiables Libros del Hadiz, sino que es difícil encontrar algo que sea tan ampliamente conocido y aceptado con tanta consistencia entre todas las sectas del Islam.

Kanz-ul-Ummal (Volumen 2), que es un Libro del Hadiz completo, contiene en el volumen 2, página 34, este Hadiz de Abu Huraira:

[6]

Dios reveló a Jesús: “¡Oh Jesús! Muévete de un lugar a otro”, ve de un país a otro para que no seas reconocido y perseguido.

Además, en el mismo Libro hay un Hadiz[7] que relata Jabir:

[8]

Jesús solía viajar continuamente de un país a otro y en cualquier lugar en que se encontrara, a la caída de la noche, solía comer la vegetación de la jungla y beber agua pura.

En ese mismo libro Abdul-lah bin Umar[9] relata:

[10]

El Profetasa declaró: “Los más favorecidos a la vista de Dios son los pobres. Al preguntársele qué había que entender por el término “pobres”, contestó. “Son las personas que, como Jesús, el Mesías, huyeron de su país para salvar su fe”.

[1] 4:158 (Editores)

[2] 3:46

[3] 19:32

[4] 3:56

[5] La palabra “Sirinagar” está compuesta de dos palabras hindúes, “siri” (calavera) y “nagar” (lugar), que significa “Lugar de la Calavera”. El lugar donde se colocó a Jesús en la cruz también se llamaba “Lugar de la Calavera”-. Véase Mateo 27:33, Marcos 15:22, Lucas 23:33 y Juan 19:17. (Editores)

[6] Ver

[Editores]

[7] Volumen 2, página 71

[8] La palabra es un error de imprenta. Debe escribirse Ver

(Editores)

[9] Volumen 6, página 51.

[10] Ver

Impreso en Daira-tul-Maarif An-Nizamia Press, Hyderabad, India, 1313 Hijra.(Editores)

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