Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) - Hazrat Zubair bin Awwam (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Zubair bin Awwam (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifat-ul-Masih V (aba) dijo:

De entre los relatos de las vidas de los Compañeros Badri, hoy hablaré sobre Hazrat Zubair bin al-Awam. El nombre del padre de Hazrat Zubair bin al-Awam era Awam bin Juwailid y el nombre de su madre era Safiyyah bint Abdil Muttalib, quien era la tía paterna del Santo Profeta (sa). El linaje de Hazrat Zubair guarda relación con el Santo Profeta (sa) a través de Qusai Bin Kilaab. Hazrat Zubair era el sobrino de Hazrat Jadiyah, la mujer del Santo Profeta (sa). Hazrat Zubair se casó con Hazrat Asmaa, la hija de Hazrat Abu Bakr y el Santo Profeta (sa) se casó con Hazrat Aisha, la otra hija de Hazrat Abu Bakr. De esta manera, Hazrat Zubair era el marido de la cuñada del Santo Profeta (sa) [es decir, estaba casado con la hermana de su mujer]. Estas son todas las relaciones familiares que tenía Hazrat Zubair con el Santo Profeta (sa).

Su título era Abdul’lah. Su madre Hazrat Safiya le dio el título de Abu Tahir en honor a su hermano Zubair bin Abdul Muttalib. Sin embargo, Hazrat Zubair (ra) bin al-Awam se dio a sí mismo el título Abdul’lah, en honor a su hijo, por el que fue más conocido.

Hazrat Zubair (ra) aceptó el islam después de Hazrat Abu Bakr (ra). Fue la cuarta o la quinta persona en aceptar el Islam. Hazrat Zubair (ra) aceptó el Islam a la edad de doce años. Según algunas narraciones, aceptó el Islam cuando tenía ocho o incluso dieciséis años.

Hazrat Zubair (ra) fue uno de los diez Compañeros afortunados a quienes el Santo Profeta (sa) dio la buena nueva del paraíso en su propia vida. También fue uno de los As-Hab ash-Shura, los seis hombres que formaron el órgano consultivo y a quienes Hazrat Umar (ra) nominó para ser elegidos como el siguiente Jalifa antes de su fallecimiento.

Cuando el padre de Hazrat Zubair, Awam, falleció, Naufal bin Juwailid solía cuidar de su sobrino (de Hazrat Zubair). Hazrat Safiya, la madre de Hazrat Zubair (ra) le castigaba o regañaba. Hazrat Zubair (ra) era jóven en aquella época. Naufal, es decir, su tio, le decía a Hazrat Safiya: ¿por qué castigas y regañas a tu hijo como si estuvieras enfadada con él?” Al oir esto, Hazrat Safiya recitó los siguientes versos:

[ÁRABE]

مَنْ قَالَ إِنِّي أُبْغضه فقد كـذب

وَإِنَّمَا أَضْرِبُهُ لِكَـي يَلَبْوَيَهْزِمَ الجَيْشَ وَيَأْتِـي بَالسَّلَبْ

وَلا يَكُن لِمَالِهِ خَبْأٌ مُخَبْيَأْكُلُ فِي البَيْتِ مِنْ تَمْرِ وَحَبْ

Es decir: “quienquiera que diga que estoy enfadada con él, miente. Le castigo para que se vuelva valiente, para que derrote a los ejércitos, y regrese con el botín de los vencedores; lo hago para que no se lleve su riqueza y se retire en aislamiento, y para que se alimente de dátiles y pan.”

En cualquier caso, este era su objetivo y crió a su hijo acorde a esto, para que fuera valiente.  No es necesario para nosotros condonar esto y decir que es un buen método. Actualmente, podemos ver que, en general, esto disminuye la confianza de los niños. Sin embargo, Dios Altísimo le protegió de cualquier efecto negativo de los castigos y la rigurosidad. El afecto maternal de una madre es una verdad establecida, sin duda le quería también y no solo le castigaba. Además, los eventos que sucedieron posteriormente demuestran que ciertamente la valentía y el coraje fueron características de Hazrat Zubair (ra). Dios sabe mejor la razón de ello. En cualquier caso, el trato que recibió de pequeño no tuvo un impacto negativo sobre él. Si alguien trata así a sus hijos hoy en día, los servicios sociales se presentarán inmediatamente y se llevarán a los niños.  Por lo tanto, las madres no deben emular esta práctica.

Cuando Hazrat Zubair (ra) aceptó el Islam, su tío paterno le envolvía en una estera y la llenaba de humo para que renunciara al Islam y volviera a la incredulidad. Sin embargo, él decía que jamás retornaría a la incredulidad.

Hazrat Musleh Maud (ra) ha narrado este relato en relación a Hazrat Zubair (ra) de la siguiente manera:

“Zubair bin al-Awam (ra) era un jóven muy valiente que demostró ser un gran general musulmán durante las conquistas islámicas. Su tio paterno también le torturó mucho. Le envolvía en una estera y la llenaba de humo por debajo para asfixiarle.  Entonces le preguntaba: ¿abandonarás ahora el Islam o no? Sin embargo, él fue capaz de soportar esta tortura y responder: ‘no puedo rechazar la verdad después de haberla encontrado.'”

Hisham bin Urwah relata por parte de su padre que cuando Hazrat Zubair (ra) era un niño, un individuo de La Meca comenzó un altercado con él que acabó en una pelea; quizá este individuo le trató con crueldad. Hazrat Zubair (ra) era jóven, mientras que el otro individuo era un hombre adulto. Sin embargo, Hazrat Zubair (ra) le rompió la mano durante la pelea y le hirió gravemente. Consecuentemente, montaron a este individuo sobre un caballo y  le llevaron hasta Hazrat Safiya para enseñarle lo que había hecho su hijo. Hazrat Safiya preguntó que había ocurrido. La gente le informó que Hazrat Zubair (ra) se había peleado con él, pero no mencionaron de quién era la culpa. El caso es que había tenido lugar una pelea. Al escuchar esto, Hazrat Safiya recitó algunos versos en relación con la valentía de su hijo y dijo:

[árabe]

كَيْفَ رأَيتَ زَبْرًا

أَأَقِطاً حَسِبْتَهُ أمْ تَمْرًا

أَوْ مُشْمَعِلاًّ صَقْراً

Es decir: “¿Qué pensábais de Zubair? ¿Acaso pensábais que era tan blando como el queso o el dátil y que podríais devorarle fácilmente y hacer con él lo que os plazca? ¡No! Os habréis dado cuenta de que es como un águila feroz.”

Hazrat Zubair (ra) fue parte de las dos migraciones a Abisinia. Cuando Hazrat Zubair emigró a Medina, se quedó con Hazrat Munzir bin Muhammad. Hazrat Asmaa (ra), la mujer de Hazrat Zubair bin al-Awam, relata: “Cuando partimos y emigramos de La Meca, estaba embarazada.” Además, dice: “Me quedé en Qaba, donde Abdul’lah bin Zubair nació. Le llevé al Santo Profeta (sa). Le puso en su regazo y pidió que le trajeran un dátil que masticó. El Santo Profeta (sa) primero puso su saliva en la boca del niño (lo primero que entró en el estómago del niño fue la bendita saliva del Santo Profeta (sa)). Luego masticó el dátil y lo puso en su boca y rezó para que Dios le bendijera. Este fue el primer niño que nació como musulmán.

Aprendemos de la narración de Sahih Muslim que el Santo Profeta (sa) le dio el nombre de Adbul’lah al hijo de Hazrat Asmaa (ra). Cuando tenía siete u ocho años se presentó para realizar el juramento de lealtad de las manos del Santo Profeta (sa), siguiendo las instrucciones de su padre, Hazrat Zubair (ra). El Santo Profeta (sa) sonrió al verle acercarse y aceptó su Baiat (Juramento de iniciación).

Cuando el Santo Profeta (sa) estableció los lazos de hermandad en La Meca entre los Muhayirin, estableció un lazo entre Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud (ra). Tras la migración a Medina, se estableció un lazo de hermandad con los Ansar entre Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Salma bin Salaamah (ra).

Hazrat Zubair (ra) nombró a sus hijos en honor a los mártires, quizás para que Dios Altísimo también les concediera el martirio; Abdul’lah fue nombrado en honor de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra); Mundhir tras Hazrat Mundhir bin Amr (ra); Urwah tras Hazrat Urwah bin Mas’ud (ra); Hamzah tras Hazrat Hamzah (ra) bin Abdil Muttalib; Ya’far tras Hazrat Ya’far bin Abi Talib (ra); Mus’ab tras Hazrat Mus’ab bin Umair (ra); Ubaidah tras Hazrat Ubaidah bin Hariz (ra); Jalid tras Hazrat Jalid bin Sa’id (ra); Amr tras Hazrat Amr bin Sa’id (ra). Hazrat Amr bin Sa’id (ra) fue martirizado en la batalla de Yarmuk. No sabemos cuán exacta es esta narración, porque si Hazrat Abdul’lah fue el primer niño nacido en el Islam, Al’lah sabe mejor su año de nacimiento, pero hay una duda sobre si el martirio [de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh] había tenido lugar para entonces o no. En cualquier caso, los niños fueron nombrados en honor a estos estimados Compañeros.

Urwah bin Zubair (ra) narra que Hazrat Zubair (ra) era tan alto que cada vez que montaba [a caballo], sus pies tocaban el suelo. Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) relata, “Le pregunté a mi padre (Hazrat Zubair (ra)), “¿Por qué no le escucho a usted relatar lo que ha oído del Santo Profeta (sa) como Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud (ra) y otros Compañeros que relatan muchos Hadices?” A esto respondió: “Desde que acepté el Islam, no me he mantenido alejado de la compañía del Santo Profeta (sa), pero le he oído decir que quien me atribuye a sabiendas la falsedad, prepara por consiguiente una morada para sí mismo en el infierno”. No insinuaba que los demás atribuyeran mentiras al Santo Profeta (sa), sino sólo que consideraba mejor para sí mismo permanecer cauteloso, para no pronunciar algo incorrecto, aunque se afirmara sobre los que pronuncian falsedades a sabiendas. Sin embargo, tuvo mucho cuidado en evitar incluso decir algo accidentalmente y, por consiguiente, convertirse en uno de los que incurren en el castigo. Así de cauteloso era en este asunto.

Hazrat Sa’id bin Musayyib (ra) relata que Hazrat Zubair bin Awam (ra) fue el primero en desenvainar su espada en la causa de Dios. Una vez, Hazrat Zubair (ra) estaba descansando en el valle de Matabij (el nombre de un lugar) cuando de repente, escuchó que Muhammad [sa] había sido asesinado. Salió de su casa inmediatamente mientras blandía su espada. El Santo Profeta (sa) pasó por el lugar donde Hazrat Zubair estaba descansando y cuando vio a Hazrat Zubair (ra), le dijo: ‘Zubair, ¡detente! ¿Cuál es el problema?

Dijo que escuchó a alguien decir que el Santo Profeta (sa) había sido martirizado. El Santo Profeta (sa) preguntó, “¿qué podrías haber hecho si yo hubiera sido martirizado? Hazrat Zubair (ra) respondió: “Juro por Dios que tenía la intención de matar a todos los residentes de La Meca”. En ese momento, el Santo Profeta (sa) rezó especialmente por él. Se dice en una narración que el Santo Profeta (sa) rezó por la espada de Hazrat Zubair (ra) también. Hazrat Sa`id bin Musayyib dice: “Estoy seguro de que Dios Altísimo no dejará que esta oración del Santo Profeta sea en vano”.

Hazrat Zubair (ra) acompañó al Santo Profeta (sa) en las batallas de Badr, Uhud y todas las batallas posteriores. Durante la batalla de Uhud, se mantuvo firme al lado del Santo Profeta (sa) y le prometió lealtad aunque significara la muerte. Con motivo de la conquista de La Meca, una de las tres banderas que representaban a los Muhayirin fue llevada por Hazrat Zubair (ra). El día de [la batalla de] Badr, el Santo Profeta (sa) sólo tenía dos caballos con él, uno de los cuales Hazrat Zubair (ra) montaba. Se narra por Hazrat Urwah (ra) que Hazrat Zubair (ra) tenía tres heridas de espada muy profundas en su cuerpo, por las que él [Hazrat Urwah] podía introducir sus dedos. Dos de estas profundas heridas fueron recibidas durante la Batalla de Badr y una durante la Batalla de Yarmuk.

Musa bin Muhammad narra de su padre que Hazrat Zubair bin Awam (ra) podía ser reconocido por su turbante amarillo; llevaba su turbante amarillo durante la Batalla de Badr. Al verlo, el Santo Profeta (sa) dijo que los ángeles habían descendido en semejanza de Hazrat Zubair (ra) – lo que significa que los ángeles que Dios Altísimo había enviado para su ayuda también estaban luchando con turbantes similares.

Hisham bin Urwah narra de su padre que Hazrat Zubair (ra) decía que el día de la Batalla de Badr, se encontró con Ubaida bin Sa`id en el campo de batalla. Vestía una armadura completa y sólo sus ojos eran visibles. Se le conocía por el título de Abu Zaat al-Qarish; comenzó a declarar “Soy Abu Zaat al-Qarish”. Al oír esto, Hazrat Zubair (ra) le atacó con una lanza y le hirió el ojo, lo que le causó la muerte. Hisham cuenta que le dijeron que Hazrat Zubair (ra) decía que tuvo que poner su pie sobre él y sacar la lanza con gran dificultad, y cuando lo hizo, se encontró con que ambos bordes se habían torcido – esta fue la fuerza con la que lo golpeó. Urwah dijo que el Santo Profeta (sa) le pidió a Hazrat Zubair (ra) la lanza que luego le presentó. Cuando el Santo Profeta (sa) falleció, volvió a estar en posesión de Hazrat Zubair (ra). Entonces Hazrat Abu Bakr (ra) pidió la lanza que luego le dio. Después de que Hazrat Abu Bakr (ra) falleció, Hazrat Umar (ra) pidió la lanza, y Hazrat Zubair (ra) se la dio. Cuando Hazrat Umar (ra) falleció, volvió a la posesión de Hazrat Zubair (ra), después de lo cual Hazrat Usman (ra) pidió la lanza y Hazrat Zubair (ra) se la dio. Cuando Hazrat Usman (ra) fue martirizado, la lanza fue entregada a la familia de Hazrat Ali (ra). Finalmente, llegó a manos de Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) y permaneció con él hasta que fue martirizado.

Hazrat Zubair bin Awam (ra) relata que el día de la batalla de Uhud, el Santo Profeta (sa) hizo referencia a sus dos padres por él; lo que significa que dijo “que mi madre y mi padre sean sacrificados por ti”.

Hazrat Zubair (ra) narra que el día de la Batalla de Uhud, una mujer pasó cerca de él rápidamente. Estaba a punto de ver los cuerpos de los mártires, y al Santo Profeta (sa) no le gustaba que esta mujer viera los cuerpos ya que habían sido severamente mutilados. Así, ordenó que se la detuviera. Hazrat Zubair (ra) relata que sospechaba que era su madre, Hazrat Safiyyah (ra) y por eso fue corriendo hacia ella y se encontró con ella antes de que llegara a los cuerpos de los mártires. Al verle, puso sus manos sobre su pecho y lo empujó hacia atrás -era una mujer muy fuerte-. Ella dijo: “Apártate, no te hablaré”, lo que significa que no quería hablar con él ni iba a escuchar nada de lo que él dijera. Hazrat Zubair (ra) le informó que el Santo Profeta (sa) había instruido firmemente que no debía ver los cuerpos de los mártires. Al oír esto y saber que era una orden del Santo Profeta (sa), se detuvo inmediatamente. Sacó dos trozos de tela que había traído consigo y dijo: “Estas son dos sábanas que he traído para mi hermano Hamza, ya que he recibido la noticia de su martirio”. Entiérralo en estas sábanas”.

En una narración, se relata que Hazrat Safiyyah (ra) dijo, “Soy consciente de que el cuerpo de mi hermano ha sido mutilado, y esto se ha hecho luchando en el camino de Dios”. ¿Por qué deberíamos estar descontentos con lo que Hazrat Hamza ha soportado en el camino de Dios? Dios mediante, permaneceré paciente y buscaré su recompensa por parte de Dios”. Al escuchar esta respuesta de su madre, Hazrat Zubair (ra) fue al Santo Profeta (sa) y le contó todo el incidente. El Santo Profeta (sa) instruyó que a Hazrat Safiyyah se le permitiera ir a ver el cuerpo de su hermano. Hazrat Safiyyah (ra) se dirigió al cuerpo de su hermano, y al verlo, rezó: “Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él retornaremos” y también rezó por su perdón. Luego el Santo Profeta (sa) ordenó que fuera enterrado.

El narrador afirma además que cuando Hazrat Hamza (ra) estaba a punto de ser envuelto en dos sábanas, vieron a un Compañero Ansari a su lado que también había sido martirizado. Su cuerpo también había sido mutilado como se había hecho con Hazrat Hamza (ra). Sentíamos vergüenza pensando que Hazrat Hamza fuera enterrado con dos sábanas mientras que no había ni una sola para el Compañero Ansari. Así que decidimos enterrar a Hazrat Hamza en una de las sábanas y enterrar al Compañero Ansari en la otra. Encontramos que uno de ellos era más alto que el otro, por lo que echamos a suertes y la sábana que se extrajo para ellos, en ella fueron enterrados.  Aunque no era suficiente, el resto del cuerpo tuvo que ser cubierto con hierba.

Hazrat Yabir bin Abdul’lah (ra) narra que durante la Batalla de la Zanja, el Santo Profeta (sa) preguntó si había alguien que le trajera noticias de los Banu Quraizah. Hazrat Zubair (ra) presentó sus servicios para la tarea. El Santo Profeta (sa) preguntó de nuevo si había alguien que pudiera traerle información sobre los Banu Quraizah. Una vez más, Hazrat Zubair (ra) se presentó. El Santo Profeta (sa) preguntó por tercera vez, si había alguien que pudiera traerle información sobre los Banu Quraizah. Hazrat Zubair (ra) dijo que estaba listo para la tarea. El Santo Profeta (sa) dijo, “cada profeta tiene un discípulo, y Zubair es mi discípulo”. Hazrat Abdul’lah bin Umar (ra) una vez escuchó a alguien decir que era el hijo de un discípulo del Santo Profeta (sa). Hazrat Abdul’lah bin Umar (ra) dijo que esto sólo sería cierto si era de la progenie de Hazrat Zubair (ra). Cuando se le preguntó si había alguien más que Hazrat Zubair a quien se le dio el título de discípulo del Santo Profeta (sa), Hazrat Ibn Umar (ra) dijo que hasta donde él sabía no había nadie más.

Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) narra que el día de la Batalla de la Zanja, él y Umar bin Abi Salma fueron designados para vigilar a las mujeres. Cuando levantó la vista, vio a Hazrat Zubair (ra) montando a caballo; lo vio yendo hacia los Banu Quraizah dos o tres veces. Cuando Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) regresó, dijo: “Oh, padre mío, te vi yendo de aquí para allá”. Él respondió: “hijo, ¿me has visto realmente? Cuando dijo que sí, Hazrat Zubair (ra) dijo, “El Santo Profeta (sa) preguntó quién iría a los Banu Quraizah y le traería información sobre ellos, y al oír esto, fui. Cuando volví con el informe, el Santo Profeta invocó a su madre y a su padre por mí, lo que significa que dijo “que mi madre y mi padre sean sacrificados por ti”.

Durante la batalla de Jaibar, cuando el conocido líder judío Marhab fue asesinado por Hazrat Muhammad bin Maslamah (ra), su hermano Yasir vino al campo de batalla y declaró [en árabe] que significa “¿quién me desafiará?” Hazrat Zubair (ra) se adelantó para desafiarlo. Hazrat Safiyyah (ra) le dijo al Santo Profeta (sa), ‘Oh Mensajero (sa) de Al’lah, parece que mi hijo será martirizado hoy’. El Santo Profeta (sa) dijo: “No, más bien tu hijo lo matará”. Hazrat Zubair (ra) se adelantó para desafiar a Yasir, y lo mató.

Hazrat Zubair (ra) también estaba entre las tres personas que el Santo Profeta (sa) envió para preguntar sobre la mujer que fue a entregar una carta de Hazrat Hatib bin Abi Balta a los incrédulos. Aunque este incidente ya se ha mencionado antes, también lo mencionaré brevemente en este contexto.

Hazrat Ali (ra) narra: Cuando me enviaron a mí, a Hazrat Zubair (ra) y a Hazrat Miqdad (ra) a un lugar determinado, el Santo Profeta (sa) dijo: “Cuando lleguéis a Roza Jaaj encontraréis a una mujer que tiene una carta.  Coged la carta y regresar”.

Hazrat Ali (ra) continúa: “Así partimos para Roza Jaaj (una zona situada entre La Meca y Medina). Al llegar, encontramos a una mujer . Le ordenamos que nos entregara la carta, pero ella dijo que no tenía ninguna carta.  Cuando le advertimos que, o bien nos daba la carta o nos sentiríamos obligados a usar la fuerza y quitarle la ropa [para buscarla]

Es decir que haríamos todo lo posible para conseguirla.

“Sin más opción, sacó la carta que tenía escondida en el moño de su cabello y nos la entregó. Cogimos la carta y regresamos junto al Santo Profeta (sa) Al abrir la carta, supimos que la carta fue escrita por Hazrat Hatib (ra) bin Abi Balt’a. En ella se dirigía a algunos idólatras de La Meca y revelaba información sobre cierta directiva emitida por el Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) le pidió explicaciones y Hazrat Hatib (ra) dijo: “¡Oh mensajero de Al´lah! (sa) Por favor, no tome una decisión precipitada respecto a mí [la razón por la que he hecho esto es] porque no soy de los Quraish, pero de hecho vine y me uní a ellos y deseaba hacerles un favor. No cometí este acto por incredulidad o apostasía, o por dar preferencia a la incredulidad por haber aceptado el Islam. Lo hice simplemente para hacerles un favor”. Al escuchar esto, el Santo Profeta (sa) dijo que Hazrat Balt´a (ra) había dicho la verdad. En ese momento, Hazrat Umar (ra) no pudo controlar su ira extrema y dijo al Santo Profeta (sa), ‘”Dame permiso para que cortar la cabeza de este hipócrita’. El Santo Profeta (sa) declaró: ‘Él ha participado en la Batalla de Badr.  No sabéis que, al observar a la gente de Badr desde los cielos,  Dios Altísimo ha declarado que independientemente de lo que hagan, Él ya les ha concedido Su perdón.”

Cuando el Santo Profeta (sa) obtuvo la victoria sobre La Meca, Hazrat Zubair (ra) bin Awam se colocó en el flanco derecho del ejército, mientras que Hazrat Miqdad (ra) bin Aswad lo hizo en su flanco izquierdo.  Cuando el Santo Profeta (sa) entró en la ciudad de La Meca y la gente se sintió segura [contra cualquier represalia contra ellos], Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Miqdad (ra) llegaron montados en sus caballos. El Santo Profeta (sa) se puso de pie y comenzó a limpiar el polvo de sus rostros con su propio manto y luego declaró: “He asignado dos porciones [del botín] para los de caballería y una para los de infantería.  Quien dé una parte menor que lo que he dicho, que Dios le conceda menos también “.

Narrando un incidente de la vida de Hazrat Zubair (ra), Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirma:

“Cuando el Santo Profeta (sa) golpeó al ídolo, Hubal con su bastón, y este cayó en pedazos, Hazrat Zubair (ra) miró a Abu Sufyan con una sonrisa y le recordó Uhud, diciendo: “¿Recuerdas el día en el que los musulmanes heridos y exhaustos se quedaron parados y tú gritaste arrogantemente: “¡Gloria a Hubal, gloria a Hubal!” y que fue Hubal quien te dio la victoria sobre los musulmanes en el día de Uhud!. Pero hoy puedes ver a Hubal hecho añicos ante ti”. Ante esto, Abu Sufyan dijo: “Zubair (ra), deja esos asuntos ahora porque si hubiera habido otro dios aparte del Dios de Muhammad (sa), no habría sido posible presenciar las escenas que estamos viendo hoy. En verdad, solo hay un Dios, que es el Dios de Muhammad (sa) “.

En la Batalla de Hunain, debido al inesperado ataque de flechas de los Banu Hawazin y dado que 2.000 musulmanes formaban parte del ejército musulmán, que recientemente habían aceptado el Islam, hubo un momento en la en la batalla cuando el El Santo Profeta (sa) se quedó solo en el campo de batalla. Hazrat Abbas (ra) sostenía las riendas de la mula en la que estaba montado el Santo Profeta (sa). Malik bin Auf, el comandante de los incrédulos estaba parado en un paso estrecho junto con algunos de sus hombres que iban montados a caballo.  Se podía ver una caballería en la distancia y Malik bin Auf preguntó a sus hombres qué podían ver. Respondieron que había unos hombres que estaban descansando sus lanzas entre las orejas de sus caballos. Ante esto, Malik bin Auf declaró que eran los Banu Sulaim y que no representaban ninguna amenaza para ellos. Y así, esta caballería se dirigió hacia el valle.  Luego vieron otra caballería y, nuevamente Malik preguntó qué veían y ellos respondieron que había algunos hombres que sostenían sus lanzas en sus manos. Ante esto, Malik declaró que pertenecían a los Aus y Jazrall y que tampoco representaban ninguna amenaza para ellos. El mismo modo, al igual que los Banu Sulaim, también pasaron cerca del estrecho pasaje y luego se dirigieron hacia los asentamientos. Después vieron a un individuo cabalgando y, de nuevo, Malik preguntó a sus hombres qué podían ver y ellos informaron que había una persona en una montura, que era alto y llevaba su lanza en su hombro y llevaba un turbante rojo. Ante esto, Malik respondió: “Este es Zubair bin Awam, lo juro por Laat [el nombre de un ídolo], os enfrentaréis a él en la batalla, así que preparaos”.  Tan pronto como Hazrat Zubair (ra) se aproximó al pasaje estrecho, los hombres montados en los caballos pudieron verlo, Hazrat Zubair (ra) se paró resueltamente como una roca contra ellos.  Luego lanzó una serie de ataques contra ellos con su lanza para que no quedara ni un solo jefe tribal entre los incrédulos en el estrecho paso.

Urwah relata de su padre que, durante la Batalla de Yarmuk, los Compañeros del Santo Profeta (sa) le dijeron a Hazrat Zubair (sa): “No atacarás al enemigo para que nosotros también podamos hacerlo junto a ti”. Hazrat Zubaiir (ra) respondió: “Si lanzo un ataque contra ellos, os quedaréis atrás”. Los Compañeros respondieron que este no sería el caso, por lo que Hazrat Zubair (ra) atacó al enemigo con tal fuerza que penetró directamente a través de las líneas enemigas. Cuando se volvió y miró, vio que no había nadie más con él. Cuando intentó regresar, el enemigo agarró las riendas de su caballo y le infligió dos heridas en el hombro en las que ya había la marca de una gran herida que había sufrido durante la Batalla de Badr.

Urwah cuenta que cuando era niño colocaba los dedos en la herida y jugaba con ella. Afirma además que durante la Batalla de Yarmuk, Abdul’lah bin Zubair (ra) estaba con Hazrat Zubair (ra) y tenía solo 10 años en ese momento. Hazrat Zubair (ra) lo sentó en su caballo, lo llevó consigo y nombró a alguien para que lo cuidara.

Después de la conquista de Siria, Hazrat Amr (ra) bin Aas dirigió la conquista de Egipto. Cuando Hazrat Amr (ra) bin Aas, el conquistador de Egipto, decidió atacar Alejandría, instaló un campamento al sur de Alejandría a lo largo de la orilla del río Nilo. Por esta razón esa zona se conoce como Fustat. Más tarde se convirtió en una ciudad y la parte más recientemente desarrollada de esa ciudad se conoce hoy como El Cairo. Cuando sitiaron la zona, Hazrat Amr (ra) bin Aas, al observar la fuerte fortificación de la fortaleza y la falta de soldados en su ejército, envió una solicitud a Hazrat Umar (ra) para que enviara refuerzos.  Posteriormente, Hazrat Umar (ra) envió un ejército de 10.000 soldados y cuatro generales. Hazrat Umar (ra) declaró que cada general era equivalente a 1.000 soldados y Hazrat Zubair (ra) era uno de estos cuatro generales. Cuando Hazrat Zubair (ra) llegó, Hazrat Amr (ra) bin Aas lo nombró para supervisar los preparativos del asedio. Hazrat Zubair (ra) montó a caballo y realizó una inspección de la fortaleza y luego organizó los ejércitos. Asignó a la caballería y a la infantería sus respectivas posiciones y luego ordenó a las catapultas que arrojaran piedras a la fortaleza. El asedio duró siete meses, pero sin obtener ninguna victoria ni derrota decisiva. Un día, Hazrat Zubair (ra) declaró que se sacrificaría por los musulmanes y sacó su espada y subió la escalera y se paró en la parte superior del muro exterior de la fortaleza. Algunos otros Compañeros subieron con él y todos gritaron el eslogán de Takbir  [Dios es el más grande], el resto del ejército también gritó el eslogan con una voz tan contundente que el suelo de la fortaleza comenzó a retumbar. Los cristianos pensaron que los musulmanes habían entrado en la fortaleza y, por lo tanto, huyeron en un estado de absoluta perplejidad. Hazrat Zubair (ra) después descendió del muro exterior y abrió la puerta de la fortaleza y todo el ejército musulmán entró.

Existe una narración de Bujari relacionada con el fallecimiento de Hazrat Umar y el nombramiento de Hazrat Zubair como parte del comité electoral y la posterior elección del Jalifa que dice:

Cuando el fallecimiento de Hazrat Umar (ra) estaba cerca, la gente dijo: “¡Oh, líder de la fe!” “Nombra a un sucesor después de ti como parte de tu testamento”. Hazrat Umar (ra) dijo:” No encuentro a nadie más adecuado para el puesto de Jalifa que las siguientes personas con las que el Santo Profeta (sa) estaba complacido con ellos antes de su fallecimiento “. Después Hazrat Umar (ra) mencionó los nombres de Hazrat Ali (ra), Hazrat Uzman (ra), Hazrat Zubair (ra), Hazrat Talha (ra), Hazrat Saad (ra) y Hazrat Abdur Rahman (ra) bin Auf y dijo ‘Abdullah bin Umar (ra) sería un testigo para vosotros, pero no tendrá derecho al puesto de Jalifa. Hazrat Umar dijo después: ‘Si se le otorga Jalifato a Sad (ra), entonces él será Jalifa; de lo contrario, quien se convierta en el Jalifa debería continuar buscando ayuda de Sad (ra) ya que no lo he destituido debido a ninguna incompetencia o deshonestidad de su parte ‘.

Hazrat Umar (ra) agregó: “Hago el testamento que mi sucesor se encargue de los primeros Muhayirin (los musulmanes que emigraron a Medina), para cumplir con sus derechos y proteger su honor. También insto a mostrar bondad a los Ansar, porque permitieron que la fe entrara en sus hogares en Medina incluso antes de la llegada de los emigrantes. Le recomiendo que acepte las buenas obras de entre ellos y quien tenga la falta de entre ellos, debe ser perdonado. Recomiendo que haga el bien a toda la gente de los pueblos, ya que son los protectores del Islam y la fuente de riqueza y un medio para frustrar al enemigo. También que no se les quite nada excepto su excedente, con su consentimiento.

Aparte recomiendo que se haga el bien a los beduinos árabes, ya que son los nativos de Arabia y constituyen la materia prima del Islam. Debería tomarse ese excedente de entre las posesiones que no necesiten, para distribuirlo entre sus necesitados. Pongo bajo responsabilidad de Al’lah y de Su Mensajero a aquellas personas que han establecido un pacto, que cumplan con lo acordado, para defenderlos y no sobrecargarlos con lo que está más allá de su capacidad.

Cuando Hazrat Umar (ra) falleció y completaron los procedimientos de entierro, las seis personas nombradas por Hazrat Umar (ra) se reunieron.  Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) continúa:

“Seleccionad tres candidatos de entre vosotros para el Jalifato.” Hazrat Zubair (ra) dijo: “Doy mi voto a Hazrat Ali (ra)”. Hazrat Talha (ra) dijo: “Doy mi voto a Hazrat Uzman (ra)”. Hazrat Sa’d (ra) dijo: “Doy mi voto a Hazrat Abdur Rahman (ra) bin Auf.

Hazrat Abdur Rahman (ra) dijo entonces a Hazrat Ali (ra) y a Hazrat Uzman (ra): ‘A cualquiera de vosotros que retire su nombre, le confiaremos la responsabilidad [en cuanto a quién se le concederá el liderazgo], Dios y el Islam serán su guardián y Dios Altísimo elegirá al que considere más digno. Al oír esto, los dos nobles hombres se callaron. Hazrat Abdur Rahman (ra) dijo: “Si esta responsabilidad recae sobre mí, Dios será testigo de que elegiré al mejor de vosotros”. Entonces Hazrat Abdur Rahman (ra) tomó la mano de uno de ellos y dijo: “Eres persona cercana al Mensajero (sa) de Dios y tienes un estatus elevado dentro del Islam, algo de lo que eres consciente. Le pido por Dios que prometas que,  si te selecciono como nuestro líder, serás justo. Y si elijo a Uzman (ra) como nuestro líder, ¿le escucharás y le obedecerás?’. Entonces Hazrat Abdur Rahman (ra) llevó  al otro aparte y le dijo lo mismo. Cuando Hazrat Abdur Rahman (ra) consiguió de ambos el pacto, dijo: ‘¡Oh Uzman! Extiende su mano’. Él (es decir, Hazrat Abdur Rahman (ra)) tomó entonces el Juramento de iniciación, seguido de Hazrat Ali (ra),  y los miembros de la casa también vinieron y juraron su lealtad a Hazrat Uzman (ra)”.

Ya he relatado en otra ocasión los detalles de este evento  pero hoy he narrado la parte relevante . Hay más relatos de Hazrat Zubair (ra) y que serán narrados en el futuro, si Dios quiere.

Ahora daré algunos datos sobre las oraciones fúnebres que dirigiré. El primer funeral es el del respetado Mairall Ahmad Sahib Shahid, hijo de Mahmud Ahmad Sahib, del Jardín Dabgri, Peshawar. Los oponentes al Ahmadíat lo martirizaron al ser tiroteado fuera de su farmacia el 12 de agosto a las 21 horas.

“En verdad a Al’lah  pertenecemos  y hacia Él regresaremos”.

Los detalles del incidente son los siguientes:

El fallecido salía su farmacia  para volver a casa a las 9 de la noche, después de terminar su trabajo diario, cuando unos desconocidos le dispararon, huyendo luego del lugar. El fallecido fue alcanzado por cuatro balas, muriendo en el acto. En el momento de su muerte tenía aproximadamente 61 años de edad. Unos minutos antes del incidente, el hijo del fallecido, Yasir Ahmad, acababa de salir de la farmacia en dirección a su  casa. Su hijo fue informado del incidente a través del teléfono móvil de su padre. Cuando llegó a la farmacia, su padre ya había fallecido.

El Ahmadíat entró en la familia del martir a través de su abuelo, el respetado Ahmad Gul Sahib, y su hermano Gul Sahib en 1912. Fue también un poeta muy famoso en lengua pastún. Como la familia tenía asociaciones con Sheij Muhammadi Peshawar, la familia se unió a los Ghair Mubain, también conocidos como los Lahori Yama’at o los Paighamis; ellos no hicieron el Baiat del Jalifato. Sin embargo, el respetado Mairall Sahib, junto con sus tres hermanos, hizo el Baiat en 1990-91 y entró en el redil del Ahmadíat;  desde ese momento y hasta su martirio se enfrentó a la persecución. Ni siquiera sus empleados estaban dispuestos a trabajar con él debido a su animosidad religiosa. Desde hace algún tiempo, se está llevando a cabo una oposición extremadamente intensa en los medios de comunicación, y especialmente después del asesinato de Tahir Nasim, esta se ha incrementado todavía más. Con este telón de fondo, se han hecho planes para iniciar una campaña contra los Qadianis (ahmadíes) después del Eid (ul-Adha) con el objetivo de erradicar definitivamente a los áhmadis de la zona. La siguiente zona a atacar era  la zona donde residía el mártir.

El mártir poseía muchas cualidades sobresalientes. Regularmente ofrecía oraciones en congregación en su casa. Tenía un vínculo de amor  inmenso  por el Jalifato y siempre hacía un esfuerzo especial para escuchar los sermones de la MTA. Además de su asistencia a los programas de la Comunidad y  su hospitalidad con los invitados, su compasión y  ayuda a los pobres eran algunas de sus cualidades especiales. Daba medicamentos a los pobres de forma gratuita y trataba a cada miembro de su familia con gran amabilidad. También mostró un gran amor por las familias de sus hermanos y su amor por ellos aumentó aún más al aceptar a Ahmadíat. Invitaba con gran pasión el mensaje del Islam. Cada vez que llegaban los funcionarios de la Comunidad para hacer su promesa de Tehrik-e-Yadid en el año nuevo, inmediatamente metía las manos en los bolsillos y con con el dinero que tuviese  pagaba su Chanda, como hizo también este año.

Su hijo Yasir emigró a Australia en 2012,  y el mártir también se había trasladado a Australia en 2013 para estar con su hijo. Sin embargo, en 2014  regresó a Pakistán con su hijo y declaró que era su deseo servir a la gente pobre de su zona y su país,  y que era el amor a su país lo que le había obligado a vivir de nuevo en Pakistán.

Cuando visité Australia, me saludó allí. Durante mucho tiempo fue Secretario Ziafat (Hospitalidad) de la Comunidad de Peshawar.   Por amor a su país, los áhmadis están dispuestos a ofrecer cualquier sacrificio necesario, pero quienes se hacen llamar custodios del país, no hacen más que levantar acusaciones y causar daño a los áhmadis. No obstante, los áhmadis continuaremos realizando actos de acuerdo con nuestro carácter. Durante mucho tiempo fue Secretario Ziafat de la Comunidad de Peshawar,  y  hasta su fallecimiento tuvo el honor de ocupar este cargo. En el último Ramadán, también asistió a I’tekaf (pasar los últimos diez días del Ramadán en la mezquita).  Uno de sus hermanos, Faruq Ahmad Sahib, falleció en un accidente de tráfico. Otro hermano suyo tiene una tienda cerca. También recibe amenazas y vive en constante peligro. Al mártir fallecido le sobreviven su esposa, la respetada Rashida Mirall Sahiba,  tres hijos – Yasir, de 27 años,  Musawer Ahmad, de 25 años y Yazib, de 14 años –  y una hija, Aisha, que estudia medicina. Yazib también sufre mucha oposición en el colegio. Que Dios Altísimo proteja a estos jóvenes del daño de los malvados. En la actualidad, la oposición en  Pakistán ha vuelto a aumentar considerablemente. De hecho, los miembros del Parlamento levantan falsas acusaciones contra nosotros y despiertan los sentimientos de la gente. Los actos ilícitos de algunos individuos se presentan de manera engañosa, afirmando a través de falsa propaganda   que son áhmadis;  sin embargo, los autores de estos actos no tienen nada que ver con la Comunidad.

Del mismo modo y por mera publicidad barata, hoy en día cualquier persona ignorante puede hacer un vídeo en YouTube contra la Comunidad Ahmadía pensando que esta acción les reportará beneficio. Sin embargo, sus motivos no son bien intencionados y de hecho, sólo buscan publicidad barata. Que Dios Altísimo revierta el mal de los malvados en ellos mismos. En estos días, los áhmadis de todo el mundo, y en particular los que viven en Pakistán, deben ofrecer más súplicas. Y recitar profusamente lo siguiente:

[Árabe – Mi Señor, todo cuánto existe está a Tu servicio. Por lo tanto, mi Señor, dame protección y ayuda y ten piedad de mí].

”¡Oh Al’lah!  Te hacemos nuestro escudo contra ellos [es decir, los enemigos] y nos refugiamos en Ti de sus males.]

También hay que recitar el Darud Sharif [invocando bendiciones al Santo Profeta (sa)] en abundancia. Que Dios Altísimo mantenga a todos los áhmadis a salvo del daño de los malvados. Cuanto más aumenta su enemistad hacia nosotros, más debemos inclinarnos hacia Dios Altísimo.

Yasir Sahib, el hijo del mártir, escribe: “Por la gracia de Dios, mi padre fue un Musi [parte de la institución de Al-Wasiyyat] y siempre ofrecía su Chanda con total sinceridad. Aparte de esto, siempre se preocupaba por los demás y les ayudaba económicamente. Mi padre fue una persona con coraje y muy valiente. A pesar de la oposición no tenía miedo y siempre confió en Dios Altísimo. Siempre decía que no temía ninguna oposición ya que Dios Altísimo estaba con él.” Dice además: “Era una persona muy sencilla, humilde y generosa que ayudaba a los demás de corazón. Tenía una disposición justa y permanecía ocupado en el recuerdo de Dios. Poseía un fuerte vínculo con Dios Altísimo y tenía plena confianza en Él. Ofrecía las oraciones habituales y las oraciones Tahayud con regularidad. Siempre estaba ocupado con la recitación del Sagrado Corán y aconsejaba a sus hijos que hicieran lo mismo. Este año realizó el I’tekaf en Ramadán. Relataba que, en un sueño, vio como la gente inmoral y los hipócritas sufrían un final terrible y afirmaba públicamente que Al-lah el Altísimo había guardado para él muchas cosas en abundancia [en el más allá].

Aunque permaneció poco tiempo en Australia. Amir Sahib [el Presidente Nacional] de Australia, así como los miembros de la Yama’at de Australia han escrito diciendo que era un miembro muy devoto y un trabajador activo. Era muy sociable, cariñoso, hospitalario y humilde. Era un áhmadi valiente y con coraje. Hablaba  poco y con voz suave. Cuando decidió regresar a Pakistán, sus amigos y también sus hijos trataron de retenerlo debido a la peligrosa situación del Pakistán, pero les dijo que si le quitaban la vida por la causa de la Yama’at, no habría un mayor honor para él. En consecuencia, regresó [a Pakistán]. El Zaim Ansarul’lah de Melbourne escribe: “Dos días antes de su martirio, recibí una llamada telefónica suya en la que me decía que la oposición había aumentado significativamente; sin embargo, no tenía miedo de nada”.

El segundo funeral es el de Adib Ahmad Nasir, misionero,  hijo de Muhammad Nasir Doggar Sahib de Ehdhipur, Narowal [Pakistán]. Falleció el 9 de agosto a la edad de 27 años tras una breve enfermedad.

¡Ciertamente a  Al’lah pertenecemos y hacia Él volveremos!

Estudió en Yamia Ahmadía y se graduó en 2017. Después de graduarse, trabajó en “Islah o Irshad Muqami”. Estaba comprometido para casarse pronto. El 9 de agosto tuvo complicaciones con la fiebre tifoidea, que se agravaron con fiebre alta y delirio. Durante este tiempo, no descansó y continuó trabajando, y también viajando. Sin embargo, después de dos o tres días de esta corta enfermedad falleció a consecuencia de la fiebre.

Su padre Nasir Doggar Sahib dice: “Es un orgullo para nosotros ser padres de un hijo que había consagrado su vida. Era un hijo muy piadoso y sincero; era puntual en sus oraciones y en la observancia de los ayunos; era una persona muy sencilla y de voz calmada; Siempre tenía una sonrisa en su rostro. (Esta cualidad suya fue también mencionada por sus amigos misioneros o por aquellos que lo conocían que decían que siempre tenía una sonrisa en su rostro). Sentía amor y pasión por servir a la Yama’at y era muy popular. Antes de ser asignado a servir en la Yamaat de Cheneh , trabajó con mucha pasión y dedicación en la construcción de Bai’atul Zikr y en  la residencia de los misioneros. Ahorró de su asignación mensual, (a pesar de tratarse de una pequeña asignación), y dio 30.000 rupias para la construcción de la mezquita, pidiendo que comenzaran las obras cuanto antes. Siempre le oíamos decir: ‘Comenzad el trabajo pues Al-lah el Altísimo concederá Sus bendiciones’ “.

Su madre, Nasira Sahiba dice: “El día que nació Adib Ahmad fue un día de felicidad para nosotros porque lo habíamos ofrecido en el camino de Dios Altísimo. Después de cuatro hijas, se nos concedió un hijo y nos alegró mucho porque crecería para convertirse en misionero. La segunda ocasión en que nos alegramos mucho fue cuando nos llamaron de Yamia y le entregaron su certificado de Shahid [graduación]. Era un hijo muy piadoso y obediente. Cuando estaba trabajando lejos, llamaba todos los días para preguntar sobre la salud de su madre. Preguntaba sobre su medicación y le aconsejaba que cuidara su salud Era una persona muy piadosa. Cuando llegaba el momento de la cosecha de trigo, ya que eran propietarios de tierras de cultivo, le decía a su madre que guardara una cantidad suficiente de trigo en casa, ya que acudían a menudo pobres y necesitados y de esta manera podrían ayudarlos.

En la Yama’at de Cheneh , que se encuentra en Ehdhipur, se alojaba en una habitación que carecía de cosas necesarias, pero a pesar de ello continuó cumpliendo con su deber con gran paciencia. Yaved Langa Sahib, que es el misionero regional de Faisalabad, escribe: “El difunto entendió cual es el verdadero espíritu del waqf [consagrado] y vivió su vida de conformidad con él. Trabajó con gran diligencia y se esforzó duramente para asegurar la formación moral de la Yama’at. Cooperaba plenamente con las autoridades de la Yama’at especialmente en relación con los esfuerzos de Tarbiyat; mostraba videoclips de los Jalifas para que los miembros de la Yama’at los escucharan. Si veía una deficiencia en alguien, lo aconsejaba en privado, para preservar su auto-respeto. Ayudaba a todos, amaba al Jilafat y era obediente con la organización de la Yama’at. Entre sus cualidades más notables destacan que era muy sociable, educado, tenía una disposición sencilla y era humilde. Se mostraba muy educado, y siempre se contentaba con la Voluntad de Dios. Que Dios Altísimo conceda paciencia y consuelo a sus padres, y también les permita, al igual que a sus hermanas, sobrellevar esta pérdida. Que Al-lah conceda Su misericordia y Su perdón al difunto y eleve su estatus.

El funeral siguiente es el del  respetado Hamid Ahmad Sheij Sahib, que era hijo de Sheij Muhammad Hussain Sahib. Falleció a causa de un infarto el 12 de agosto a la edad de 85 años.

¡Ciertamente a  Al’lah pertenecemos y hacia Él volveremos!

Hamid Sahib era el nieto paterno de Sheij Nur Ahmad Sahib, que fue Compañero del Mesías Prometido (as). El padre de Hamid Sahib, Sheij Muhammad Hussain Sahib, tuvo la oportunidad de servir como Amir de la  Yama’at de Chiniot. Después de jurar el Bai’at, el Mesías Prometido (as) aconsejó a Hazrat Sheij Nur Ahmad Sahib (ra) que enviara a sus dos hijos a Qadian para su educación. En consecuencia, el respetado padre de Hamid Ahmad Sheij Sahib, Sheij Muhammad Hussain Sahib completó sus exámenes de bachillerato en Qadian y tuvo el honor de estar en la misma clase que Hazrat Musleh Maud (ra). El abuelo materno de Hamid Ahmad Sheij Sahib era Hazrat Maulvi Abdul Qadir Sahib Ludhianvi (ra), quien se contaba entre los 313 Compañeros del Mesías Prometido (as). Hamid Sheij Sahib se casó con la nieta paterna de Hazrat Munshi Zafar Ahmad Sahib de Kapurthala.

El respetado Hamid Sheij Sahib era arquitecto colegiado y completó sus estudios en Londres en 1973. Su hermano era Rashid Ahmad Sahib de Wimbledon, que solía estar a cargo de la planta de Roti (tortas de pan) Al fallecido le sobreviven dos hijos y una hija. Un hijo del fallecido Abdur Razzaq Sheij Sahib es el vicepresidente de nuestra asociación IAAAE.

Abdur Razzaq Sheij Sahib escribe: “Mi padre era muy cariñoso y un devoto hijo, esposo, padre y abuelo. Todos los miembros de la familia lo amaban mucho. Era un miembro piadoso y sincero de la Yama’at Ahmadía . Nunca dejaba escapar la oportunidad de servir a la Yama’at de cualquier manera. Escribía cartas a Hazrat Jalifatul Masih y aconsejaba a sus hijos que hicieran lo mismo. Instaba a sus hijos a permanecer siempre en contacto con la Yama’at local y se lo recordaba constantemente. Ofrecía las oraciones en congregación y lo mismo aconsejaba a sus hijos. Participaba activamente en todas las iniciativas financieras de la Yama’at. Dos semanas antes de su fallecimiento, se aseguró de que se hubieran pagado todos sus atrasos.

También vivió en Nigeria. Durante su estancia allí les asesoró en la remodelación de las mezquitas y también respecto a un terreno para la misión, en consonancia con su profesión. Cuando regresó de Nigeria, dio su coche de regalo a la Yama’at. Cuando estuvo en Islamabad, Pakistán, desempeñó el servicio de presidente de la IAAAE. Aun así, tuvo la oportunidad de servir en diversas funciones. Que Dios Altísimo permita a sus hijos continuar con sus virtudes; conceda Su misericordia y perdón al difunto y eleve su estatus. Después de las oraciones del viernes, Dios mediante, dirigiré las oraciones fúnebres de los tres miembros.

RESUMEN

Después de recitar Tashajud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad (aba) continuó el relato  de los Compañeros Badri del Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) dijo: hoy hablaré del compañero Hazrat Zubair bin Awwam (ra). El nombre de su padre era Awwam bin Khuwaylid y el de su madre era Safiyya bint Abdul Muttalib, que era la tía paterna del Santo Profeta (sa). Hazrat Zubair (ra) era también sobrino de Hazrat Khadijah (ra), amada esposa del Santo Profeta (sa). Estaba casado con Hazrat Asma (ra), hija de Hazrat Abu Bakr (ra). También tenía relación con el Santo Profeta (sa) en tanto que él (sa) estaba casado con otra hija de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat A`isha (ra).

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Zubair (ra) fue la cuarta o quinta persona que aceptó el Islam cuando era muy joven. Hazrat Zubair (ra) estaba entre los diez compañeros a los que el Santo Profeta (sa) dio la buena nueva del paraíso, y también estaba entre los seis compañeros que Hazrat Umar (ra) seleccionó antes de su fallecimiento como parte de un cuerpo consultivo para elegir al próximo Jalifa.

La crianza de Hazrat Zubair (ra)

Su Santidad (aba) relató un incidente de la infancia de Hazrat Zubair (ra), y el hecho de que su madre era muy estricta con él y le pegaba a veces. Cuando un miembro de la familia expresó su preocupación al respecto, la madre de Hazrat Zubair (ra) dijo que sólo deseaba que se volviera valiente, y lo trató así para que pudiera derrotar a grandes ejércitos en el futuro. Su Santidad (aba) comentó que sin duda, como los sucesos de su vida lo demostraron, esto resultó exitoso. Su Santidad (aba) también dijo que se habla mucho del amor de una madre, por lo que la madre de Hazrat Zubair (ra) indudablemente también le mostró mucho amor y afecto.

La persecución de su familia

Su Santidad (aba) citó al Segundo Jalifa (ra) en relación con un incidente de los primeros días de la vida de Hazrat Zubair (ra) después de haber aceptado el Islam. Su tío le envolvía en un paño y le envolvía en humo, instándole a dejar la religión del Islam que acababa de aceptar. Sin embargo, incluso a esa temprana edad, Hazrat Zubair (ra) mostró una gran firmeza y preguntó cómo podía dejar el Islam después de haber reconocido la verdad.

Primer hijo de los Mujajirin después de la migración

Su Santidad (aba) relató un incidente narrado por Hazrat Asma (ra), esposa de Hazrat Zubair (ra), que estaba embarazada mientras viajaba de La Meca a Madina durante la migración. Una vez que dio a luz, llevó a su hijo recién nacido (ra) herido al Santo Profeta (sa) quien lo tomó con amor en su regazo. El Santo Profeta (sa) le llamó Abdul’lah, y mientras tenía al recién nacido en su regazo, masticó un dátil, y luego lo puso en la boca del recién nacido Abdul’lah mientras rezaba por su próspero futuro. De esta forma, Abdul’lah bin Zubair (ra) fue el primer niño nacido en el Islam. Abdul’lah bin Zubair (ra) continuaría jurando lealtad al Santo Profeta (sa) a la edad de ocho años.

El primer musulmán en desenvainar su espada

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Zubair (ra) fue el primero en el Islam en desenvainar su espada.  Se relata que en una ocasión, estando aún en La Meca, Hazrat Zubair (ra) descansaba cuando escuchó una voz que decía que el Santo Profeta (sa) había sido martirizado. Inmediatamente se levantó, desenvainó su espada y se puso en marcha. Mientras caminaba, el Santo Profeta le vio y le dijo que se detuviera y le preguntó qué había pasado. Hazrat Zubair (ra) le dijo lo que había oído y su consiguiente preocupación. El Santo Profeta (sa) rezó por él en este sentido.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Zubair (ra) estaba al lado del Santo Profeta (sa) en todas las batallas. El día de Badr, el Santo Profeta (sa) sólo tenía dos caballos, y Hazrat Zubair (ra) montaba uno de ellos. Llevaba un turbante amarillo el día de Badr; al verlo, el Santo Profeta (sa) dijo que los ángeles que habían descendido para ayudar a los musulmanes también llevaban turbantes similares. Permaneció firme y no se apartó del lado del Santo Profeta (sa) durante la batalla de Uhud. Durante la conquista de La Meca, Hazrat Zubair (ra) llevaba una de las tres banderas de los mujajireen [migrantes].

Participación en el órgano electoral de Jilafat

Su Santidad (aba) también mencionó narraciones que relatan los incidentes de la elección de Jilafat tras  fallecimiento de Hazrat Umar (ra). Hazrat Umar (ra) había nombrado a seis compañeros como el cuerpo electoral para este propósito, entre los que se incluía a Hazrat Zubair (ra). Después de la muerte de Hazrat Umar (ra), Hazrat Uthman (ra) fue elegido para ser el Jalifa.

Su Santidad (aba) dijo que continuaría hablando de Hazrat Zubair (ra) en otros sermones.

Oraciones fúnebres

Al final, Su Santidad (aba) dirigió las siguientes oraciones fúnebres en ausencia:

Miraaj Ahmad Shaheed Sahib

Miraaj Ahmad Sahib Shaheed. El 12 de agosto, los oponentes de Ahmadíat le dispararon frente a su tienda. Le alcanzaron cuatro balas que fueron la causa de su muerte inmediata. Su hijo acababa de salir de la tienda un poco antes que su padre y, al enterarse del incidente, cuando regresó, su padre ya había muerto. Miraj Ahmad sahib aceptó el Ahmadíat en 1990, después de lo cual se le hizo enfrentar grandes pruebas y persecuciones. Encontraba dificultades para contratar gente, ya que nadie quería trabajar con él por ser un ahmadí. Era regular en ofrecer sus oraciones diarias, regular en recitar el Sagrado Corán y regularmente escuchaba el Sermón del Viernes. Era muy hospitalario, de buen corazón y ayudaba a los pobres. Daba a los pobres medicinas gratis de su tienda. Aunque se había ido a vivir con su hijo a Australia, finalmente regresó después de un par de años, diciendo que el amor por su país y su sentido del deber de servir a su gente no le permitía vivir en ningún otro lugar. Su Santidad (aba) comentó que ese era su celo y pasión por servir a su país, pero los clérigos de este país no parecen tener otro propósito que el de atormentar a los ahmadíes y cometer tales atrocidades. Dejó atrás a su esposa, tres hijos y una hija. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah mantenga a sus hijos a salvo. Su Santidad (aba) dijo que la oposición contra la Comunidad está alcanzando nuevas alturas. Incluso la Asamblea Nacional forja mentiras contra la Comunidad para incitar a las masas. Esas personas que ni siquiera son ahmadíes y son declaradas culpables de crímenes y se hacen pasar por ahmadíes. Su Santidad (aba) dijo que a la luz de tales cosas, la Comunidad debe aumentar en la oración; a medida que la oposición aumenta, la Comunidad debe aumentar en la oración.

Adeeb Ahmad Nasir Sahib

Adeeb Ahmad Nasir Sahib, que falleció el 9 de agosto tras una corta enfermedad. Era un Misionero de la Comunidad. Tenía 27 años de edad, estaba comprometido para casarse. Sin embargo, fue afectado por la fiebre tifoidea, y después de una corta enfermedad, falleció. Su Santidad (aba) dijo que todos los que han escrito sobre él mencionaron que siempre sonreía. Tenía una gran pasión por servir a la Comunidad. Tomaba dinero de su escasa asignación y lo ahorraba para construir un centro de oración. A menudo escuchaba varios clips del Julafa para ayudar a enseñar a los miembros de la Comunidad. Era muy respetuoso, obediente y humilde. Su Santidad rezó para que Al’lah Todopoderoso concediera paciencia y tolerancia a sus padres y hermanas para soportar esta pérdida. Que Al’lah se apiade del alma del difunto.

Hameed Ahmad Sheikh Sahib

Hameed Ahmad Sheikh Sahib, que falleció el 12 de agosto tras sufrir un ataque al corazón. Era el nieto del Hazrat Sheikh Noor Ahmad Sahib (ra), un compañero del Mesías Prometido (as). Su abuelo materno Hazrat Maulvi Abdul Qadir Ludhianvi (ra) fue también un compañero y uno de los 313 compañeros del Mesías Prometido (as). Dejó dos hijos y una hija. Abdur Razzaq Sheikh sahib, su hijo, es el vicepresidente de la IAAAE en el Reino Unido. Hameed Sahib siempre animó a sus hijos a escribir cartas al Jalifa. Era regular en sus oraciones y era regular en ofrecer sacrificios financieros. También vivió en Nigeria y desempeñó un papel en la construcción de mezquitas allí. Su Santidad (aba) rezaba para que Al’lah permitiera a sus hijos continuar con sus virtudes y para que Al’lah tuviera misericordia del alma del difunto.

Resumen preparado por The Review of Religions

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