Desde tiempos inmemoriales encontramos algo en común en la vida de todos los profetas: la persecución y la oposición violenta contra ellos y contra sus seguidores. Por otro lado, es también un punto en común entre todos los profetas su victoria final contra sus oponentes. Incluso, la prevalencia y el cumplimiento de su misión es la característica elemental para distinguir entre una comunidad verdadera y una comunidad falsa, tal como lo aclara Dios en el Corán:
“Al-lah ha decretado: “En verdad Yo prevaleceré, Yo y Mis Mensajeros”. Ciertamente, Al-lah es Poderoso, Potente.” (58:22)
Conforme tal criterio mencionado en el Corán, desde su fundación en el año 1889 la Comunidad Musulmana Ahmadía fue el blanco de la discriminación y la oposición violenta por parte de otros musulmanes. En el año 1934, la oposición llegó a un clímax y el movimiento “Ihrar” lanzó una campaña en todo el subcontinente indio dirigida a fomentar el odio contra los áhmadis y a eliminar por completo la existencia de la Comunidad Musulmana Ahmadía.
En este contexto, el segundo Jalifa de la Comunidad Ahmadía, Su Santidad Mirza Bashir-ud-din Mahmud (ra), lanzó en noviembre del año 1934 un esquema cuyo objetivo no era solo luchar contra la propaganda de “Ihrar”, sino preparar el triunfo del islam para el futuro. Fue un esquema, llamado “Tehrik-e-Yadid”, que significa nuevo movimiento, y que Dios mismo inspiró en su corazón, tal como lo explicó el segundo Jalifa (ra) en las siguientes palabras:
“No piensen nunca que Tehrik-e-Yadid viene de mí. No, puedo probar todas y cada una de las palabras del Sagrado Corán y mostrar cada orden proveniente de los dichos del Santo Profeta Muhammad (sa). Pero para ello se necesita una mente reflexiva y un corazón creyente. Así que no piensen que lo que he dicho viene de mí, sino que procede de Él (Dios) en cuyas manos está vuestra vida”. (Sermón del viernes, 13 de diciembre de 1935, Jutbat-e-Mahmud, Vol. 16, p. 818-819)
A corto plazo, para el enfrentamiento contra la propaganda de “Ihrar”, Su Santidad desarrolló un esquema muy detallado y profundo destinado al período de los tres años siguientes. Primero, Su Santidad alentó a sus seguidores a fortalecer la hermandad entre ellos y a erradicar los conflictos internos en virtud de preservar el bienestar de la colectividad. Además, pidió a su comunidad recaudar en esos tres años 27.500 rupias para la difusión del islam. Los miembros fieles cumplieron en el primer año el deseo de su Jalifa (ra) y recaudaron 100.000 rupias, casi cuatro veces más que la suma original.
Sin embargo, el pilar de este nuevo esquema fue la propia reformación y los sacrificios permanentes para la victoria del islam en el mundo. En el marco de este nuevo proyecto, Su Santidad anunció 19 puntos, cuyo resumen fue: vivir una vida simple y evitar gastos innecesarios en relación con los alimentos, la vestimenta o la diversión. Se hizo hincapié en reunir dinero para publicar literatura en respuesta a la falsa propaganda contra la Comunidad. La migración y la instalación de los miembros en lugares afuera de Qadian (en tal momento la sede de la Comunidad) para propagar el islam entre personas ajenas también fue una parte esencial de tal esquema. Por tal razón, Su Santidad anunció que diferentes miembros y profesionales dedicarían su vida por un tiempo a servir como misioneros del islam.
Ya antes de la terminación del período inicial, Su Santidad declaró que Tehrik-e-Yadid sería desde ese momento en adelante un esquema duradero y permanente para la difusión del islam. El resultado de tal esquema fue que la Comunidad no solo superó la oposición de “Ihrar”, sino que se asentó rápidamente en diferentes partes del mundo. A pesar de los obstáculos y la carencia de recursos, la Comunidad creció de una manera milagrosa bajo la guía del Segundo Jalifa (ra).
Tras 87 años del lanzamiento de este esquema Divino, la Comunidad ya se ha establecido en más de 200 países. Los logros de la Comunidad Musulmana Ahmadía están directamente vinculados con Tehrik-e-Yadid porque todas las actividades y las misiones fuera del subcontinente (Pakistán y la India) son financiados por este esquema. Solo durante el transcurso del último año, que empieza siempre el 1 de noviembre y termina el 31 de octubre, la Comunidad recaudó 14,5 millones de libras. Entre otras obras, con este dinero se financió la construcción de más de 200 mezquitas y centros islámicos en el mundo, la publicación de más de 3,6 millones de libros en 39 idiomas diferentes, la construcción de más de 30 hospitales y la construcción de casi 600 escuelas.
En resumen, el propósito de Tehrik-e-Yadid es cultivar en los miembros el sacrificio y el amor por el servicio al islam, tal como dijo el Segundo Jalifa (ra):
“[…] Necesitamos hombres. Necesitamos dinero. Necesitamos determinación y perseverancia y necesitamos oraciones que hagan temblar el trono de Dios Todopoderoso; la combinación de todas estas cosas se llama Tehrik-e-Yadid. Tehrik-e-Yadid ha sido iniciado para que podamos acumular tal dinero y para que, a través de él, el nombre de Dios Todopoderoso pueda ser fácil y convenientemente transmitido a los rincones del mundo.” (El sermón de viernes, 27 de noviembre 1942)
Explicando la importancia de participar en el esquema de Tehrik-e-Yadid, dijo el quinto jalifa, Su Santidad Mirza Masrur Ahmad (aba), en una ocasión:
“Como he dicho antes, a estos nuevos áhmadis hay que decirles que es esencial hacer sacrificios financieros, y también que, incluso el mensaje de Ahmadía que les llegó, en realidad, fue el resultado de los sacrificios que otros hicieron por Tehrik-e-Yadid. Por lo tanto, deben unirse a este movimiento, no sólo para mejorar su propia persona, sino también para unirse a las filas de aquellos que desempeñan un papel en la transmisión de este mensaje.” (El sermón del viernes, 5 de noviembre 2004)
