Compañeros de Badr: Hazrat Abu Duyana (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Compañeros de Badr: Hazrat Abu Duyana (ra)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) –Hazrat ‘Abdul’lah bin ‘Amr (ra) & Hazrat Abu Dujanah (ra)

Contexto

Hazrat Simak bin Jarasha (ra). Hazrat Abu Duyanah (ra) pertenecía a la rama Banu Saidah de la tribu Jazrall de los Ansar. El padre de Hazrat Abu Duyanah (ra) se llamaba Jarasha, aunque también se ha registrado que el nombre de su padre era Aus y su abuelo era Jarasha. El nombre de la madre de Hazrat Abu Duyanah (ra) era Hazmah bint Harmalah. Hazrat Abu Duyanah (ra) era más conocido por su título de Abu Duyanah que por su nombre real. Hazrat Abu Duyanah (ra) tenía un hijo que se llamaba Jalid y el nombre de su madre era Aminah bint Amr. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 2, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003], 317) (Ibn Saad, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Abu Dujanah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1990], 419)

Pacto de hermandad

Cuando Hazrat Utbah bin Ghazwan (ra) emigró de La Meca a Medina, el Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre él y Hazrat Abu Duyanah (ra). (Ibn Saad, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Abu Dujanah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1990], 420)

Participación en Batallas

Hazrat Abu Duyanah (ra) participó en todas las batallas al lado del Santo Profeta (sa), incluidas las batallas de Badr y Uhud. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 2, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003], 317)

Así pues, Hazrat Abu Duyanah (ra) fue uno de los Compañeros prominentes de los Ansar y era conocido por su participación en las batallas junto con el Santo Profeta (sa). (Ibn Abd al-Barr, Al-Isti‘ab fi Ma‘rifat al-Ashab, Vol. 2, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Jil, 2010], 212)

Siempre que había una batalla, Hazrat Abu Duyanah (ra) mostraba gran coraje y valentía, y era un jinete extremadamente hábil. Hazrat Abu Duyanah (ra) tenía un pañuelo de color rojo que se ataba alrededor de la cabeza solo cuando estaba en el campo de batalla. Cuando se ataba el pañuelo rojo alrededor de la cabeza, la gente sabía que Hazrat Abu Duyanah (ra) ahora estaba listo para la batalla. Sobre todo, Hazrat Abu Duyanah (ra) era conocido como una persona valiente. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 5, Abu Dujanah Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003], 96)

Muhammad bin Ibrahim relata de su padre que Hazrat Abu Duyanah (ra) podía reconocerse fácilmente en las batallas por su turbante rojo, que también lo usó en el día de la batalla de Badr. Muhammad bin ‘Umar relata que Hazrat Abu Duyanah (ra) participó en la batalla de Uhud y siempre se mantuvo firme al lado del Santo Profeta (sa), y juró que estaba dispuesto a sacrificar su vida. (Ibn Saad, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Abu Dujana [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1990], 420)

El día de la batalla de Uhud, Hazrat Abu Duyanah (ra) y Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) defendieron valientemente al Santo Profeta (sa). Hazrat Abu Duyanah (ra) fue gravemente herido ese día, mientras Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) fue martirizado. (Ibn Abd al-Barr, Al-Isti‘ab fi Ma‘rifat al-Ashab, Vol. 4, Abu Dujanah Ansari [Beirut, Lebanon: Dar al-Jil, 2010], 209)

Hazrat Anas (ra) relata que el día de la batalla de Uhud, el Santo Profeta (sa) tomó una espada y declaró:

¿Quién tomará esta espada de mí? Todos levantaron sus manos y cada uno de ellos pidió recibirla. El Santo Profeta (sa) declaró entonces: ¿quién la tomará y le hará justicia?

Hazrat Anas (ra) narra que tras esto algunas personas se abstuvieron de pedirlo, aunque Hazrat Simak bin Jarasha Abu Duyanah (ra) dijo: “la tomaré y de hecho le haré justicia”. Hazrat Anas (ra) relata que Hazrat Abu Duyanah (ra) tomó la espada y partió las cabezas de los idólatras, (esta es una tradición de Muslim). (Sahih Muslim, Kitab Fada‘il al-Sahabah, Bab min Fada‘il Abi Dujanah Simak bin Kharashah, Hadith 6353)

En otra tradición se dice que Hazrat Abu Duyanah (ra) preguntó cómo debía hacer justicia con ella. Sobre esto, el Santo Profeta (sa) declaró: “no mates a ningún musulmán con ella y nunca huyas de los incrédulos en la batalla, mientras la tengas en tu poder”. En otras palabras, que luchara contra ellos con valentía. Hazrat Abu Duyanah (ra) entonces dijo: “tomaré esta espada y ciertamente le haré justicia”. Cuando el Santo Profeta (sa) le entregó la espada, partió las cabezas de los idólatras y después de esto recitó los siguientes pareados:

“Soy aquel cuyo amigo me había hecho un juramento mientras estábamos cerca de las palmeras datileras de Safā. Me comprometí a no estar en las filas de la retaguardia del ejército y lucharé contra el enemigo con la espada de Al’lah y Su Mensajero”.

Hazrat Abu Duyanah (ra) comenzó a caminar orgullosamente entre las filas del ejército y observando esto el Santo Profeta (sa) declaró: “la manera en que camina es algo que disgusta a Al’lah excepto en ocasiones como ésta”, es decir, durante la batalla. (Ibn Hajar al-Asqalani, Al-Isabah fi Tamyiz al-Sahabah, Vol. 7, Abu Dujanah al-Ansari [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2005], 100) (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 2, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2003], 317)

Hazrat Zubair bin al-Awam (ra) relata que el día de la batalla de Uhud, el Santo Profeta (sa) presentó una espada y dijo: ¿quién tomará esta espada y le hará justicia?

Hazrat Zubair (ra) narra: me levanté y dije, ¡oh Mensajero (sa) de Al’lah! Yo la aceptaré. El Santo Profeta se dio la vuelta y volvió a decir: “¿quién tomará esta espada y le hará justicia? Nuevamente dije: ¡oh Mensajero de Al’lah! Yo la tomaré. Y de nuevo el Santo Profeta le dio la espalda y una vez más declaró: ¿quién tomará esta espada y le hará justicia? Después de eso, Hazrat Abu Duyanah, Simak bin Jarasha (ra), se levantó y dijo: ¡oh Mensajero de Al’lah! Tomaré esta espada y le haré justicia, pero ¿cómo le debería hacer justicia exactamente? El Santo Profeta (sa) declaró: no mates a ningún musulmán con ella y nunca huyas de los incrédulos en la batalla; y mientras la tengas en tu poder, lucha valientemente contra ellos.

Hazrat Zubair (ra) narra además: “después de esto, el Santo Profeta (sa) le dio la espada a Abu Duyanah. Por su parte, era costumbre de Abu Duyanah que siempre que salía a una batalla, se ataba un trozo de tela roja alrededor de la cabeza. En ese momento, me dije a mí mismo: vamos a ver cómo Abu Duyanah hace justicia a la espada”.

Hazrat Zubair (ra) narra que “quienquiera que se enfrentaba a Abu Duyanah era asesinado por él y atravesando las filas enemigas se adelantó hasta el punto de atravesar las mismas, incluso llegó al punto donde estaban las mujeres, que tocaban los tambores cerca de la ladera de la montaña”. En ese momento una de las mujeres estaba recitando el siguiente pareado, cuya traducción es:

“Somos las hijas del lucero de la mañana llamado Tariq, que se eleva por encima de las nubes; si avanzáis con valentía, os abrazaremos y pondremos cojines para vuestra comodidad, pero si mostráis cobardía y os retiráis, os abandonaremos, de manera que no quedará ni un grano de amor entre nosotros”.

Hazrat Zubair (ra) dice: “Vi a Abu Duyanah levantar la espada contra una mujer y luego bajarla. Cuando la batalla terminó le dije: te observé durante toda la batalla, levantaste tu espada a una mujer y luego la bajaste. ¿Cuál fue la razón de esto? Él respondió: ¡por Dios! Fue por el honor de la espada del Santo Profeta, para que no se usara para matar a una mujer. No me fue posible matar a una mujer usando la espada del Santo Profeta (sa) y por esta razón me detuve”.

En otra narración se dice que esta mujer era Hind, la esposa de Abu Sufián (ra), que cantaba junto con las otras mujeres. Cuando Hazrat Abu Duyanah (ra) levantó su espada hacia Hind, ella pidió ayuda a gritos, pero nadie acudió en su ayuda. Entonces, Hazrat Abu Duyanah (ra) bajó su espada y luego regresó. Cuando Hazrat Zubair (ra) le preguntó acerca de ello, dijo: “No quise matar a una mujer que no tenía ayuda de nadie con la espada del Santo Profeta (sa)”. (Al-Mustadrak ala al-Sahihain, Vol. 3, p. 440, 441, Kitab Marifat al-Sahabah, Dhikr Manaqib Abi Dujanah, Riwayah No. 5088, Dar al-Kutub al-Fikr, Beirut, 2002) (Sharh Allamah Zurqani ala al-Mawahib al-Laduniyyah, Vol. 2, p. 406, 407, Kirab al-Maghazi, Bab Ghazwat Uhud, Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, 1996)

Mencionando este incidente de Hazrat Abu Duyanah (ra), Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe en Sirat Jataman Nabiyyin:

Los incrédulos de los quraish sufrieron una aplastante derrota en los duelos. Al presenciar este espectáculo, los incrédulos se enfurecieron y se lanzaron a por todas. Por su parte, gritando consignas de la grandeza de Dios, los musulmanes también marcharon hacia adelante y ambos ejércitos chocaron ferozmente entre sí. Fue quizás en esta ocasión que el Santo Profeta (sa) tomó su espada en la mano y dijo: ¿quién tomará esta espada y le hará justicia? Muchos Compañeros (ra) extendieron sus manos deseando este honor, entre los que se encontraban Hazrat ‘Umar (ra) y Zubair (ra); y a la luz de varias narraciones, incluso Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat ‘Ali (ra). No obstante, el Santo Profeta (sa) detuvo su mano y continuó diciendo: ¿hay alguien que haga justicia a esta espada? Finalmente, Abu Duyanah Anṣari (ra) extendió su mano y dijo: ¡oh Mensajero de Al’lah! Concédame ese honor. El Santo Profeta (sa) le dio la espada y, con esta espada en mano, Abu Duyanah (ra) se lanzó hacia adelante, marchando orgullosamente hacia los incrédulos. El Santo Profeta (sa) se dirigió a los Compañeros (ra) y dijo: Al’lah aborrece enormemente este modo de andar, pero no en una ocasión como ésta”.

Zubair (ra), que estaba muy deseoso de recibir la espada del Santo Profeta (sa) y que se sentía más merecedor de la misma, por ser un pariente cercano del Santo Profeta (sa), comenzó a dar vueltas ansiosamente. Pensó para sí mismo por qué no le había confiado el Santo Profeta (sa) dicha espada y en cambio se la había dado a Abu Duyanah (ra). Entonces, para aliviar su propia angustia, en su corazón juró permanecer cerca de Abu Duyanah (ra) en el campo de batalla, para poder ser testigo del uso de la espada. Sobre esto relata:

“Abu Duyanah (ra) se ató un paño rojo en la cabeza y, tomando esa espada en la mano, mientras tarareaba suavemente canciones de alabanza a Dios, penetró en las filas idólatras; y vi que a dondequiera que se dirigiera, era como si esparciera la muerte y no vi a un solo hombre que se presentara ante él y que se salvara. Hasta tal punto que, abriéndose camino a través del ejército de los quraish, salió por el lado opuesto del mismo, donde estaban las mujeres de los quraish. Hind, la esposa de Abu Sufián, que alentaba a sus hombres con gran celo y conmoción quedó ante él. Abu Duyanah (ra) levantó su espada sobre ella y Hind gritó en voz alta pidiendo ayuda a sus hombres, pero nadie acudió en su ayuda”. Hazrat Zubair (ra) afirma: sin embargo, entonces vi que Abu Duyanah (ra) bajó su espada por su propia voluntad y se alejó de ese lugar”.

Zubair (ra) sigue relatando que “en esta ocasión, le pregunté a Abu Duyanah qué había pasado. Primero levantaste tu espada, pero luego la bajaste. Respondió: Mi corazón no podía aceptar el hecho de que usara la espada del Santo Profeta (sa) contra una mujer; y además, contra una mujer que en ese momento no tenía ningún varón protector. Zubair (ra) sigue diciendo: “fue entonces cuando comprendí cómo Abu Duyanah (ra) hizo justicia a la espada del Santo Profeta (sa) y que tal vez yo no podría haber hecho lo mismo, y así el recelo de mi corazón se disipó”. (Sirat Khatamun-Nabiyyin, Hazrat Mirza Bashir Ahmad(ra), p. 489-490)

Hazrat Jalifatul Masih II (ra) ha narrado este incidente de la siguiente manera:

“Durante la batalla de Uhud, el Santo Profeta (sa) levantó una espada y dijo: daré esta espada al que prometa hacerle justicia. Mucha gente se levantó para tomar esta espada, pero el Santo Profeta (sa) finalmente se la otorgó a Hazrat Abu Duyanah Ansari (ra). En el curso de la batalla, unos combatientes de La Meca lanzaron un ataque contra Hazrat Abu Duyanah (ra). Durante la escaramuza, notó que uno de los combatientes luchaba contra él con particular agresión y celo. Hazrat Abu Duyanah (ra) levantó su espada y fue a atacarlo, pero de repente se detuvo y luego regresó, (lo que significa que Hazrat Abu Duyanah tomó su espada y fue a atacarlo, pero luego lo dejó y regresó). Uno de sus amigos le preguntó por qué lo dejó, a lo que él respondió: cuando fui a atacarle, dijo algo que hizo que me diera cuenta de que era una mujer y no un hombre. Su amigo le preguntó: de todas formas, ella estaba luchando como parte del ejército, así que ¿por qué la perdonaste? Abu Duyanah respondió: mi corazón no me permitió usar la espada que me dio el Santo Profeta contra una débil mujer.

Hazrat Musleh Maud (ra) continua diciendo: “En resumen, el Santo Profeta (sa) siempre exhortaba a honrar y respetar a las mujeres. Fue debido a esto que las mujeres de los incrédulos se volvieron aún más atrevidas en sus estratagemas para atacar a los musulmanes. No obstante, los musulmanes continuaron soportando pacientemente todo esto”. (Tafsir-e-Kabir, Vol. 2, p. 421, 422)

Con respecto a Abu Duyanah (ra), el famoso orientalista, Sir William Muir escribe: “Al comienzo de la acción, Muhammad levantó su espada y dijo: ¿quién tomará esta espada y será merecedor de ella? ‘Umar, Zubair, etc., uno tras otro, se presentaron y fueron rechazados; al final se ofreció Abu Duyanah y Muhammad se la dio; y con ella partió las cabezas de los incrédulos”. (Life of Mahomet, Sir William Muir, Vol. 3, p. 169 [footnote], Smith Elder & Co, Waterloo, 1861)

Sir William Muir escribe además: “Presionado por el feroz ardor de los musulmanes, los mequíes comenzaron a tambalearse. Sus caballos trataban continuamente de penetrar en el flanco izquierdo de Muhammad, pero cada vez eran repelidos por las molestas flechas de los cincuenta arqueros que Muhammad (sa) había colocado en una colina cercana. Por parte de los musulmanes se mostró, de la misma forma en el campo de batalla de Uhud, la bravura y la hombría, y el osado desdén por el peligro que desplegaron en la batalla de Badr.  Parecía que las filas de La Meca se rompían cuando Abu Duyanah, célebre por el pañuelo rojo enrollado alrededor de su casco, avanzaba y, con una espada que le había dado Muhammad, infligía estragos por todas partes. Hamzah, que destacaba con su imponente pluma de avestruz, ‘Ali con su largo penacho blanco y Zubair, conocido por su turbante amarillo brillante – como héroes en las batallas de la Ilíada, creaban confusión dondequiera que aparecían.  Así eran las escenas en las que se formaron los grandes líderes de las conquistas musulmanas”. (Original quote – Life of Mahomet, Sir William Muir, Vol. 3, p. 169, Smith Elder & Co, Waterloo, 1861) (Sirat Khatamun-Nabiyyin, Hazrat Mirza Bashir Ahmad(ra), p. 490)

Hazrat Ibn Abbas (ra) narra… (lo que leí antes fue extraído de Sirat Jataman Nabiyyin). Pues bien, Hazrat Ibn Abbas relata: “Cuando el Santo Profeta (sa) regresó de la batalla de Uhud, le dio su espada a su hija Fátima y le pidió que lavara la sangre de la misma. Hazrat ‘Ali (ra) también le entregó su espada y le dijo: ¡por Dios; lava la sangre de esta espada. Me ayudó mucho hoy! Al escuchar esto, el Santo Profeta (sa) dijo: sí, has hecho justicia en la batalla de hoy y, ciertamente, Sahl bin Hunaif y Abu Duyanah también han hecho justicia. En una narración en lugar de Sahl bin Hunaif, se menciona el nombre de Hariz bin Sama’. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 3, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003], 317) (Ibn Saad, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Abu Dujanah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1990], 420)

Zaid bin Aslam narra que la gente fue a ver a Hazrat Abu Duyanah (ra) cuando estaba enfermo, pero su rostro estaba radiante. Alguien le preguntó por qué le brillaba la cara. Hazrat Abu Duyanah (ra) respondió: “de entre mis acciones hay dos cosas que cumplo escrupulosamente y que son importantes: en primer lugar, nunca me involucro en asuntos que no me conciernen; y en segundo lugar, en mi corazón, no siento nada más que bondad hacia mis Compañeros musulmanes”. (Ibn Saad, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Abu Dujanah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1990], 420)

Batalla final y martirio

Hazrat Abu Duyanah (ra) fue martirizado en el año 12 antes de la Hégira, en la batalla de Yamamah. Después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), Musailamah Kazzab [el mentiroso], afirmó falsamente ser un profeta y planeó atacar a Medina. Para combatirlos, Hazrat Abu Bakr (ra) envió un ejército en el año 12 después de la Hégira. Hazrat Abu Duyanah (ra) formó también parte de ese batallón. Hazrat Abu Duyanah (ra) luchó ferozmente durante batalla de Yamamah y alcanzó el martirio. Una gran parte del ejército de Musailamah Kazzab, que se había rebelado contra Medina, era de los Banu Hunaifah. Se trataba de una antigua tribu árabe y tenían un huerto en Yamamah, donde habían establecido su campamento y luchaban desde allí. Los musulmanes no podían entrar en el huerto. Hazrat Abu Duyanah (ra) dijo que lo arrojaran dentro del huerto y los musulmanes lo hicieron, pero su caída le provocó la rotura de la pierna. A pesar de ello, luchó contra los idólatras en la puerta del huerto y, empujándolos hacia un lado, los musulmanes fueron capaces de entrar.

Hazrat Abu Duyanah (ra) estaba con Abdul’lah bin Zaid y Wahshi bin Harb cuando se dio muerte a Musailamah Kazzab. Hazrat Abu Duyanah (ra) alcanzó el martirio el día de Yamamah. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 3, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003], 318) (Ibn Abd al-Barr, Al-Isti‘ab fi Ma‘rifat al-Ashab, Vol. 4, Abu Dujanah al-Ansari [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2010], 209) (Ibn Saad, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Abu Dujanah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 1990], 420) (Urdu Da‘irah Ma‘arif Islamiyyah, Vol. 8, p. 695, Shu‘bah Urdu Da‘irah Ma‘arif, Lahore)

Una narración afirma que Hazrat Abu Duyanah (ra) falleció en la batalla de Siffin, luchando junto a Hazrat ‘Ali (ra), aunque este relato parece poco fiable, ya que  la narración anterior es más auténtica y es ampliamente citada. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 3, Simak bin Kharashah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003], 318)

Resumen de Biografía

Ya he narrado esto con anterioridad, pero mencionaré aquí la parte relacionada con Hazrat Abu Duyanah (ra). Abu Duyanah (ra) era un Ansar, residente de Medina. Aceptó el Islam antes de la migración a Medina y tuvo el honor de participar en la batalla de Badr junto al Santo Profeta (sa) y mostró una inmensa valentía. También participó en la batalla de Uhud. Respecto a esta, cuando la dinámica de la batalla cambió, es decir, inicialmente los musulmanes tenían el control e iban ganando, pero por dejar una zona expuesta, los incrédulos atacaron de nuevo y el curso de la batalla se volvió contra los musulmanes. En ese momento, Hazrat Abu Duyanah (ra) se encontraba entre el grupo de Compañeros (ra) que estaban cerca del Santo Profeta (sa). Mientras defendía al Santo Profeta (sa), resultó gravemente herido, aunque a pesar de esas heridas, nunca se movió de su lugar. Una vez, durante su enfermedad, le dijo a su amigo: “quizás Dios Altísimo acepte dos de mis acciones. En primer lugar, nunca me involucro en actividades vanas, ni murmuro ni hablo de la gente a sus espaldas; en segundo lugar, nunca guardo ninguna maldad o rencor en mi corazón contra ninguno de mis Compañeros musulmanes”. (Friday Sermon, 16 March 2018, Al Fazl International, 6-12 April 2018, Vol. 25, Issue 14, p. 5)

(Friday Sermon – March 16, 2018 )

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Contexto

Abu Dujana Ansari era un Compañero. Él aceptó el islam antes de la migración del Santo Profeta (sa) a Medina. Él era un residente de Medina. También tuvo el honor de participar en la Batalla de Badr junto con el Santo Profeta (sa) y exhibió la virtud de la valentía más excelente. Del mismo modo, también tuvo la oportunidad de participar en la Batalla de Uhud. Después del punto de inflexión durante la batalla, es decir, cuando los musulmanes ganaban por primera vez y luego la batalla dio un giro cuando los incrédulos atacaron nuevamente debido a que el lugar designado fue abandonado y la batalla se volvió contra los musulmanes, uno de los Compañeros que permanecieron más cerca del Santo Profeta (sa) en ese momento también fue Hazrat Abu Dujana (ra). Sufrió muchas heridas mientras defendía al Santo Profeta (sa), y sin embargo, no se retiró a pesar de esas heridas. (Siyar Al-Sahaba, Vol. 3, p. 207, Hazrat Abu Dujana Ansari(ra), Darul-Isha‘at Karachi 2004) (Al-Isti‘ab, Vol. 4, p. 1644, Abu Dujana(ra), Darul Jil, Beirut 1992)

La espada del Profeta (sa)

Otro incidente, que se encuentra entre las narraciones sobre él, es que cuando el Santo Profeta (sa), en una ocasión, levantó su espada y preguntó:

“¿Quién va a dar hoy a esta espada un uso legítimo?”

Fue Hazrat Abu Dujana Ansari quien se adelantó al escuchar esto. Dijo:

“Prometo cumplir con el derecho de esta espada.”

El Santo Profeta (sa), viendo su pasión, le entregó su espada. Luego, reunió el coraje una vez más y preguntó:

“¡Oh Mensajero de Al-lah (sa)! ¿Cómo se cumplirá con el derecho de esta espada?”

El Santo Profeta (sa) respondió que esta espada no causará el derramamiento de sangre de ningún musulmán, en segundo lugar, el enemigo de entre los incrédulos no escapará de ella (Sahih Muslim, kitab fazail al-sahaba, bab min fadhl abu dujana(ra), hadith 6353) (kanzul ‘ummal, vol. 4, p. 339, hadith 10792, moaissisatur-risalah, beirut 1985) y solo será utilizada contra esos enemigos de entre los incrédulos que buscan hacer la guerra contra los musulmanes.

Luego tomó esta espada y marchó al campo de batalla con gran orgullo y honor. Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo que, por lo general, a Al-lah el Altísimo le desagrada esa expresión de arrogancia. Sin embargo, hoy, Al-lah el Altísimo disfrutó mucho de la manera en que Abu Dujana se desenvolvió en el campo de batalla. (Usdul Ghabah, vol. 6, p. 93, abu dujana, darul kutub al-‘ilmiyah, beirut 1996)

Martirio

Fue martirizado mientras luchaba contra Musayilimah Kazzab durante la batalla de Yamama. Con gran coraje hizo un plan para abrir la puerta del fuerte, que estaba cerrada desde adentro. Les dijo a sus compañeros que lo arrojaran al otro lado de la pared. Era una pared muy alta. Cuando fue arrojado de esta manera, su pierna se rompió. Sin embargo, a pesar de esto, luchó con gran valentía y abrió la puerta del fuerte y los musulmanes entraron [en el fuerte]. Él demostró un valor y una valentía asombrosa. Sin embargo, fue martirizado mientras luchaba en esta condición. (Usdul Ghabah, Vol. 2, p. 551, Samak bin Khursha(ra), Darul Kutub Al-‘Ilmiyah, Beirut 1996)

Dos actos benditos

Una vez, cuando estaba enfermo, le dijo a su compañero que tal vez Al-lah el Exaltado aceptaría dos obras mías. En primer lugar, que no participo en ningún discurso vano, ni hablo a espaldas de nadie. En segundo lugar, no tengo ningún rencor o malicia en mi corazón contra ningún otro musulmán. (al-tabqat al-kubra li-ibni sa‘d, vol. 3, p. 420, bab abu dujana(ra), darul kutub al-‘ilmiyah, beirut 1990)

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