Otros acontecimientos que ocurrieron después de la ‘Batalla de Badr’: la historia de Hazrat Abul Al-Aas (ra) y Hazrat Zeinab (ra), la ‘Batalla de Sawiq’, el primer ‘Eid ul Adha’, el ‘nikah’ de Hazrat Fátima (ra) y Hazrat Ali (ra) y otra petición de oraciones por el conflicto israelo-palestino
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Otros acontecimientos que ocurrieron después de la ‘Batalla de Badr’: la historia de Hazrat Abul Al-Aas (ra) y Hazrat Zeinab (ra), la ‘Batalla de Sawiq’, el primer ‘Eid ul Adha’, el ‘nikah’ de Hazrat Fátima (ra) y Hazrat Ali (ra) y otra petición de oraciones por el conflicto israelo-palestino

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 20 de OCTUBRE de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), se dirigió a la audiencia diciendo:

Hoy continuaré narrando los relatos de la vida del Santo Profeta Muhammad (sa) que tuvieron lugar poco después de la “Batalla de Badr”.

En la historia, el relato de la aceptación del Islam por parte del yerno del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Al-Aas (ra), se ha registrado de la siguiente manera:

En “Yumadi-ul-Ula” [el quinto mes del calendario islámico], en el sexto año tras la Hégira, el Profeta (sa) envió una expedición hacia Is bajo el mando de Zaid bin Hariza (ra). Is se encuentra a una distancia de un viaje de cuatro días desde Medina. (Cuando esta se menciona en forma de días, los historiadores dicen que el viaje de un día consta de 12 millas -19 km-). Así pues, ese lugar estaba ubicado a unas 48 millas -77 km- [de Medina].

Algunos [otros] detalles de esta expedición son los siguientes:

En “Yumadi-ul-Ula”, en el sexto año después de la Hégira, el Mensajero de Dios (sa) envió una expedición de 70 Compañeros (ra) bajo el mando de Hazrat Zaid bin Hariza (ra) desde Medina. La razón dada para esta expedición es que el Santo Profeta Muhammad (sa) fue informado de que una caravana de qureish de La Meca se acercaba desde Siria. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) envió esa unidad, ya que el objetivo de la caravana comercial era lanzar un ataque contra los musulmanes e iniciar una guerra a su llegada. Sin embargo, esta expedición de los Compañeros (ra) los detuvo y se apoderaron de sus pertenencias, e incluso tomaron algunos prisioneros; y entre ellos estaba Abu Al-Aas [que por entonces no era musulmán].

En “Sirat Jatam-un-Nabiyin” [‘La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)’], Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) relata esto de la siguiente manera:

“Abu Al-Aas bin Ar-Rabi también estaba entre los prisioneros capturados en la expedición a Is. Era yerno del Profeta (sa) y pariente cercano de la ya fallecida Hazrat Jadiya (ra). Antes de esto, fue asimismo capturado en la ‘Batalla de Badr’, pero el Mensajero de Al’lah (sa) lo liberó con la condición de que cuando llegara a La Meca enviaría a su hija, Hazrat Zeinab (ra), a Medina. Abu Al-Aas cumplió su promesa, aunque personalmente seguía siendo un politeísta. [De todas formas], cuando Hazrat Zaid bin Hariza (ra) lo capturó y lo llevó a Medina era de noche, [aunque] de alguna manera logró enviar un mensaje a Hazrat Zeinab (ra) que decía: ‘He sido capturado y traído aquí. Si es posible, mira si puedes hacer algo para mi liberación’. Entonces, justo cuando el Santo Profeta Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra) estaban haciendo su oración de la mañana, Hazrat Zeinab (ra) anunció en voz alta desde su casa: ‘¡Oh vosotros, musulmanes! Le he concedido protección a Abu Al-Aas’. [Pues bien], cuando el Santo Profeta (sa) completó su oración, se volvió hacia sus Compañeros (ra) y dijo: ‘Lo que sea que haya dicho Zeinab lo habéis oído. Por Dios que no tenía conocimiento previo de esto, pero la comunidad de los creyentes es como una sola alma y si uno de ellos otorga protección a un infiel, nos corresponde honrarla’. Luego el Profeta (sa) se dirigió hacia Zeinab (ra) y le confirmó: ‘Hemos otorgado protección a quien tú le das protección y la riqueza que fue adquirida de Abu Al-Aas durante esta expedición le ha sido devuelta’. Más tarde, el Mensajero de Al’lah (sa) entró en la casa de Hazrat Zeinab (ra) y le pidió a su hija: ‘Sé muy hospitalaria con Abu Al-Aas, aunque no te reúnas con él de forma privada. En las circunstancias actuales, no es lícito que te reúnas con él’. [Al final], tras una estancia de unos días, Abu Al-Aas fue a La Meca, pero esta vez su regreso a La Meca no fue para residir permanentemente [allí], ya que rápidamente resolvió todos sus asuntos y partió [de vuelta] hacia Medina recitando el ‘Kalima Shahadah’ [el credo islámico]; y al llegar al Santo Profeta Muhammad (sa) se hizo musulmán y el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Zeinab (ra) hacia él sin un nuevo ‘nikah’ [ceremonia religiosa que sanciona un matrimonio]”.

En ciertas narraciones se menciona además que el “nikah” de Hazrat Zeinab (ra) y Hazrat Abu Al-Aas (ra) se realizó de nuevo, aunque la primera narración es más fiable y auténtica. [Por eso], de esto recibimos el edicto de que si una mujer busca la separación debido a la incredulidad de su marido, no hay necesidad de otro “nikah” una vez que él se convierta en creyente. [En todo caso], Hazrat Zeinab (ra) no vivió mucho después de que su esposo aceptara el Islam y falleció en el octavo año tras la Hégira. [En esa ocasión], Hazrat Umm-e-Ayman (ra), Hazrat Saudah (ra), Hazrat Umm-e-Salama (ra) y Hazrat Umm-e-Atiyya (ra) lavaron su cuerpo de acuerdo con la guía del Profeta (sa). [Es más], Hazrat Umm-e-Atiyya (ra) relata que cuando el Mensajero de Dios (sa) les ordenó lavar el cuerpo de su hija, les pidió que: “Empezad [a lavarla] por el lado derecho de su cuerpo y por aquellas partes que se lavan en el momento de la ablución”.

En otra narración, los detalles de esto se encuentran de la siguiente manera, [en la que] Hazrat Umm-e-Atiyya (ra) narra que:

“Cuando la hija del Santo Profeta Muhammad (sa), Hazrat Zeinab (ra), murió, el Santo Profeta (sa) nos instruyó: ‘Lavadle el cuerpo un número impar de veces, es decir tres o cinco veces, y aplicad un poco de alcanfor tras el quinto lavado; e informarme una vez que hayáis terminado de lavar su cuerpo’.”

Y sigue diciendo:

“Informamos al Profeta (sa) y él nos dio su ‘izar’ y nos dijo que lo usáramos como ‘shiar’.” [En otras palabras], les dio la tela para envolver la parte de la espalda [‘izar’] y ‘shiar’ es la tela que se coloca alrededor del cuerpo. “Tras esto, el Santo Profeta Muhammad (sa) dirigió la oración fúnebre, luego se acercó a la tumba y enterró a su hija. Hazrat Zeinab (ra) dejó dos hijos tras de sí: Ali y Umamah; y según un relato, Ali falleció en su infancia; mientras que según otro, alcanzó la edad de madurez. [Por su parte], Ibn Asakir ha escrito que [Ali] fue martirizado durante la ‘Batalla de Yarmuk’. [Aparte, se dice que] en la ‘Conquista de La Meca’ él iba detrás del Santo Profeta (sa)”.

En relación con Hazrat Umm-e-Umamah (ra), se afirma que tras el fallecimiento de Hazrat Fátima (ra), Hazrat Ali (ra) hizo su “nikah” con ella.

[Por otro lado], todos los negocios comerciales de Hazrat Abu Al-Aas (ra) estaban en La Meca, por lo que no podía quedarse en Medina; y por eso, tras aceptar el Islam, obtuvo permiso del Profeta (sa) y regresó a La Meca. [Entonces], debido a que residía en La Meca, no tuvo la oportunidad de participar en ninguna expedición militar, excepto en una que fue enviada en el año 10 d.H. bajo la dirección de Hazrat Ali (ra); y al regresar de Yemen, Hazrat Ali (ra) lo nombró gobernador de allí. [Al final], tras la muerte de Hazrat Zeinab (ra), Hazrat Abu Al-Aas (ra) no vivió mucho y murió en el año 12 d.H.

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) ha escrito con referencia a Hazrat Abu Al-Aas (ra) y el hecho de que el Mensajero (sa) estaba complacido con él de esta forma:

“El yerno del Santo Profeta Muhammad (sa), Hazrat Abu Al-Aas bin Rabi (ra), era un pariente cercano de Hazrat Jadiya (ra), es decir, su sobrino. A pesar de ser politeísta, su trato hacia su esposa fue muy amable y, tras convertirse en musulmán, la relación entre marido y mujer siguió siendo agradable. Por  tanto, el Santo Profeta (sa) a menudo elogiaba a Hazrat Abu Al-Aas (ra) en este sentido, manifestando que había tratado bien a su hija. [Finalmente], Hazrat Abu Al-Aas (ra) falleció en la época del Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra), en el año 12 d.H.; y su honorable esposa, no obstante, falleció estando en vida el  Profeta (sa)”.

La narración anterior sobre que Hazrat Ali (ra) lo nombró como gobernador parece un poco dudosa. Su hija Umamah, que era muy querida por el Mensajero de Al’lah (sa), estuvo casada con Hazrat Ali (ra) tras el fallecimiento de Hazrat Fátima (ra) pero no tuvo hijos.

[Luego está] la “Batalla de Sawiq”, que tuvo lugar en [el mes de] “Zu Al-Hiyyah” del segundo año después de la Hégira. La razón de la “Batalla de Sawiq” es que cuando los idólatras regresaron a La Meca derrotados y afligidos [tras la derrota en la “Batalla de Badr”], Abu Sufian renunció a untarse aceite sobre sí mismo y juró que no se bañaría hasta vengarse contra el Santo Profeta Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra) por lo sucedido en Badr;  y según un relato, Abu Sufian partió con 200 jinetes, mientras que según otra narración lo hizo con 40, a fin de cumplir su promesa; y no tomó el camino que normalmente se tomaba para ir a Medina, sino que en su lugar marchó por la ruta hacia Nayd. Cuando llegó a la cima del Valle de Qinad, instaló un campamento cerca de la montaña Yatib, situada aproximadamente a 12 millas [19 km] de Medina. Qinad se encuentra entre los tres valles más conocidos de Medina situados entre Medina y Uhud.

[Pues bien], partió ya anochecido y llegó a la tribu Banu Nadir en la oscuridad de la noche, y al llegar a Huyayy bin Ajtab, llamó a su puerta, aunque este se negó a abrirla. Abu Sufian luego fue a Sal’lam bin Mashkam, quien en ese momento era el jefe y tesorero de la tribu Banu Nadir. Abu Sufian pidió su permiso para entrar y se lo concedió. Lo recibió y le proporcionó comida y bebida, discutió todos los asuntos confidenciales de la gente y del Santo Profeta (sa); y [por su parte] él le informó sobre su rutina diaria, qué hace y dónde se encuentra en cada momento. [Tras ello], Abu Sufian se marchó de allí a última hora de la noche y regresó con sus camaradas. Más tarde envió a algunos qureish a un lugar llamado Arid, en las afueras de Medina, que era un huerto de palmeras datileras situado a tres millas de Medina. [Una vez allí],  quemaron varios campos de dátiles y mataron a un hombre de entre los “Ansari” (residente musulmán de Medina mayor de 40 años) y a su ayudante. Según una narración, este “Ansari” era Hazrat Mabad bin Amr (ra). [Entretanto], cuando Abu Sufian se dio cuenta de que su voto se había cumplido por el daño causado, al haberse vengado [de ese modo], y su fuego de venganza se había calmado un poco, partió con su ejército de vuelta a La Meca. También se afirma que Abu Sufian hizo esto la misma noche de su regreso, tras encontrarse con Sal’lam bin Mishkam.

En cualquier caso, cuando la gente se enteró, el Profeta (sa) nombró a Hazrat Abu Lubabah Bashir bin Abd Al-Munzir (ra) como su ayudante y partió en su persecución el 5 de “Zu al-Hiyyah”, un domingo del 22 mes después de la Hégira, junto con 200 Compañeros (ra) de entre los “Muhayirin” y “Ansar”, hasta llegar a Qarqarat Al-Kudr, que es un lugar cerca de Al-Haziah, en las afueras de Kudr Madan y que está a 96 millas [154 km] de Medina. Además se menciona que este era el aguadero de Banu Sulaim. De todas maneras, Abu Sufian y su ejército seguían avanzando rápidamente y constantemente arrojaban sacos de cebada, que era su principal provisión para el viaje. [Por su parte], los musulmanes empezaron a recogerlos y por eso se llama “Ghazwah Sawiq”, ya que fue la “Ghazwah de la cebada”, (cebada en árabe es “sawiq”).

[A pesar de todo], Abu Sufian y su ejército huyeron, y los musulmanes fueron incapaces de atraparlos, por lo que el Mensajero de Dios (sa) regresó a Medina; y cuando los Compañeros (ra) volvieron junto al Santo Profeta Muhammad (sa), le preguntaron: “¡Oh Mensajero (sa), ¿sientes que esto ha sido una batalla para nosotros?”; a lo que él respondió: “Sí, esto ha sido una batalla, con lucha o sin ella”.

Los detalles de esto se mencionan en “La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)”, como sigue:

“Tras Badr, Abu Sufian había jurado que, hasta que no hubiera vengado a los que habían caído en Badr, se abstendría de tener relaciones con su esposa y de aplicarse aceite en el pelo. Así, unos meses después de Badr, en el mes de ‘Zul-Hiyyah’, Abu Sufian partió de La Meca con un ejército de doscientos hombres armados de los qureish y llegó a un lugar cercano a Medina a través de la ruta de Nayd. Al llegar allí, dejó su ejército a cierta distancia de Medina, y en el velo de la oscuridad de la noche fue a buscar ayuda a la morada de Huyayy bin Ajtab, que era el jefe de la tribu judía de los Banu Nadir. Sin embargo, como Huyayy aún recordaba de alguna forma algo de su tratado y acuerdo, se negó. (Como había llegado a un acuerdo, no le ayudó ni le dio ninguna protección).

Entonces, Abu Sufian marchó en secreto a la casa de otro jefe de los Banu Nadir llamado Sal’lam bin Mashkam y buscó su apoyo contra los musulmanes. [Por el contrario], este desdichado ignoró audazmente todos sus tratados y acuerdos y acogió calurosamente a Abu Sufian como invitado para pasar la noche, y le transmitió información secreta relativa a los musulmanes. Antes del amanecer, Abu Sufian se despidió y cuando llegó al ejército, despachó un contingente de los qureish para asaltar un valle llamado Arid, que se encontraba cerca de Medina. Se trataba de un valle donde pastaban los animales de los musulmanes y situado a solo tres millas [5 km] de Medina. Es probable que Abu Sufian lo supiera a través de Sal-lam bin Mashkam. Afortunadamente, cuando este contingente de qureish llegó al valle de Arid, los animales pertenecientes a los musulmanes no estaban presentes, aunque un musulmán de entre los ‘Ansar’ (residente de Medina) y un compañero suyo sí estaban allí en ese momento. Los qureish apresaron a ambos y los asesinaron sin piedad. A continuación, incendiaron las palmeras datileras de la zona, las casas y las pequeñas chozas que allí se encontraban antes de regresar al campamento de Abu Sufian. [Presto], considerando este éxito como suficiente cumplimiento de su voto, Abu Sufian ordenó al ejército que regresara.

Por otra parte, cuando el Santo Profeta (sa) fue informado del ataque realizado por Abu Sufian, partió con un grupo de Compañeros (ra) en su persecución. No obstante, como a Abu Sufian no le habría gustado poner en riesgo el cumplimiento de su voto, huyó tan frenéticamente que el ejército musulmán fue incapaz de apresarlo. Finalmente, tras una ausencia de unos días, el Profeta (sa) regresó a Medina; y esta ‘Ghazwah’ es conocida como la ‘Ghazwah de Sawiq’, porque cuando Abu Sufian se apresuró hacia La Meca, huyó dejando atrás [parte de] su comida, que consistía principalmente en ‘sawiq’ o sacos de cebada, en cierto modo debido a la ansiedad y además para aligerar su carga”.

Con respecto a la “Batalla de Sawiq”, se afirma también que tuvo lugar otra batalla con ese [mismo] nombre tras la “Batalla de Uhud”, en el cuarto año después de la Hégira. En este sentido, Tabari ha mencionado dos batallas con el nombre de “Sawiq”: una anterior a la “Batalla de Uhud”, y cuyos detalles se acaban de mencionar; y una segunda batalla, tras la “Batalla de Uhud”. Sin embargo, otros libros de historia como “Sirat Ibn Hisham”, “Subul Al-Huda”, etc., han llamado a esta batalla con el nombre de “La Batalla de Badr Al-Mauid”.

[Ahora] daré algunos datos sobre este enfrentamiento:

En resumen, cuando en el día de Uhud Abu Sufian tuvo la intención de regresar, gritó y dirigiéndose al Mensajero de Al’lah (sa), declaró: “A todos vosotros os hago la promesa de que dentro de un año lucharemos en Badr Al-Sufra”. Este era un lugar donde los árabes solían reunirse y montar mercados. Entretanto, el Santo Profeta Muhammad (sa) ordenó a Hazrat Umar (ra) que les dijera: “¡Aceptamos! ¡Si Dios quiere!”; y tras este acuerdo la gente se dispersó. Así, por respecto a este pacto entre Abu Sufian y el Santo Profeta (sa) en Uhud, el Mensajero (sa) partió al año siguiente hacia Badr; y al llegar allí, el Profeta (sa) acampó durante ocho noches a la espera de Abu Sufian. [Por su parte], Abu Sufian se dirigió a las afueras de Mar Al-Zahran con la gente de La Meca y se quedó en Mayannah, que es una ciudad a pocos kilómetros de La Meca, en Mar Al-Zahran, cerca de Yabal Al-Asfar. Más tarde puso la excusa de la sequía y regresó [a La Meca] con su gente. No tuvo el valor de avanzar y el pueblo de La Meca empezó a llamar a este ejército “el ejército de sawiq” porque bebían “sawiq” [una bebida de cebada] durante el camino.

[Cambiando de tema], está escrito sobre el primer “Eid ul-Adha” que, al regresar de la “Batalla de Sawiq” en el segundo año Hillri, el Santo Profeta (sa) celebró el “Eid ul-Adha”, que fue el primer “Eid ul-Adha” de los musulmanes. El 10 día de “Zul Hiyyah”, el Santo Profeta (sa) salió de Medina con sus Compañeros (ra), dirigió la oración de la congregación y sacrificó allí al animal con sus benditas propias manos.

[Asimismo] se menciona en una narración que cuando el Santo Profeta Muhammad (sa) regresó a Medina de la expedición a los Banu Qainuqa, era “Eid ul Adha”; y el Mensajero de Dios (sa) y cualquiera de sus Compañeros (ra) que tuviera animales para el sacrificio, los sacrificaban el 10 de “Zul-Hiyyah”. [En este contexto], el Santo Profeta (sa) fue con sus Compañeros (ra) al “Eid Gah” [lugar de reunión para celebrar el ‘Eid’], donde dirigió la primera oración del “Eid ul-Adha” y [sin duda] esta fue la primera oración de “Eid ul-Adha” que el Profeta (sa) hizo dirigiendo a sus Compañeros (ra) dentro de Medina, y allí también sacrificó una o dos cabras con sus propias manos.

[Respecto a este incidente], Hazrat Yabir bin Abdul’lah (ra) relata:

“Al regreso de la ‘Expedición de Qainuqa’, ofrecimos el sacrificio el décimo día de ‘Zul-Hiyyah’. Este fue el primer sacrificio realizado ante los musulmanes e hicimos el nuestro en la [zona] de Banu Salama; y conté el número [total] de sacrificios y fueron 17 los que contabilicé allí ese día”.

Esta es una referencia de “Tarij At-Tabari”.

 

[Por su parte], Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe lo siguiente sobre este evento en “La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)”:

“En ese mismo año, durante el mes de ‘Zul-Hiyyah’, se ordenó la segunda fiesta islámica, o sea, el ‘Eid ul Adha’, que se celebra el 10 de ‘Zul-Hiyyah’ en todo el mundo islámico. En este ‘Eid’, además de la oración, que es el verdadero ‘Eid’ de todo verdadero creyente, es obligatorio para todo musulmán, que posea los medios, sacrificar un animal de cuatro patas y distribuir su carne entre sus parientes, amigos, vecinos, etc., y participar de ella también él mismo “.

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) entra en detalles para que la gente pueda aprender sobre las enseñanzas fundamentales; [y dice]:

“…Por consiguiente, esta es la forma en que se distribuye la carne del sacrificio, [pues] en este sentido, el día de ‘Eid ul Adha’ y también durante los dos días posteriores, cientos de miles, o incluso millones de animales son sacrificados por la causa de Dios en todo el mundo islámico. De este modo, de forma práctica, se mantiene vivo el recuerdo del magnífico sacrificio realizado por Hazrat Abraham (as), Hazrat Ismael (as) y Hazrat Agar (as) -cuyo mayor ejemplo fue la vida del Santo Profeta Muhammad (sa)-; y se exhorta a todos y cada uno de los musulmanes a que además ellos estén dispuestos a sacrificar su vida, su riqueza y todas sus posesiones en el camino de su Maestro y Señor. Al igual que en el caso del ‘Eid ul Fitr’, este ‘Eid’ se celebra al término de un gran [acto de] adoración islámica, y dicho acto de adoración en el Islam es el ‘Hall’, [la Peregrinación]”.

 

[Por otro lado], el “nikah” de Hazrat Fátima (ra) también tuvo lugar en el año 2 d.H.:

Hazrat Ali (ra) solicitó al Santo Profeta (sa) la mano de Hazrat Fátima (ra) en matrimonio y el Mensajero (sa) aceptó felizmente y [sobre esto], Hazrat Anas (ra) narra que tanto Hazrat Abu Bakr (ra) como Hazrat Umar (ra) pidieron al Profeta (sa) la mano de Hazrat Fátima (ra), pero él permaneció en silencio y no respondió. [No obstante], una mirada profunda a las narraciones revela que fueron Hazrat Umar (ra) y Hazrat Abu Bakr (ra) quienes hicieron esta solicitud primero, seguidos por Hazrat Ali (ra).

En este sentido, Hazrat Ali (ra) menciona:

“Fui al Mensajero de Al’lah (sa) y le pregunté si casaría a Hazrat Fátima (ra) conmigo; y él respondió: ‘¿Tienes algo para la dote?’; y le dije que tenía mi caballo y mi armadura. El Santo Profeta Muhammad (sa) replicó entonces: ‘Necesitarás el caballo, aunque puedes vender la armadura’; así que vendí mi armadura por 480 dirhams y [con ello] dispuse de la dote”.

Otro relato afirma que Hazrat Ali (ra) vendió su armadura a Hazrat Uzman (ra) y este no solo pagó por ella, sino que luego se la devolvió.

[A continuación], Hazrat Ali (ra) explica:

“Traje la cantidad y la coloqué en el regazo del Santo Profeta (sa), quien le dio un puñado de la misma a Hazrat Bilal (ra) y le pidió que comprara un poco de perfume y se lo trajera. Además, ordenó a otros que prepararan la dote de Hazrat Fátima (ra) y crearon para ella una cama y una almohada de cuero rellena de cortezas de palmera datilera”.

La dote también puede utilizarse de esta manera. [Por otra parte], algunas personas dicen que una vez celebrado el matrimonio no se tiene que dar la dote, aunque este ejemplo muestra que los gastos se cubrieron con la propia dote.

Según otra narración, mientras daba la mano de su hija en matrimonio a Hazrat Ali (ra), el Profeta (sa) dijo:

“Mi Señor me ha ordenado que lleve a cabo esto”.

[Hazrat Ali (ra) prosigue]:

“Después de despedir a su hija, el Mensajero de Dios (sa) me pidió: ‘Cuando Fátima venga a ti, no le digas nada hasta que yo me acerque a ti’. [Entretanto], Hazrat Fátima (ra) llegó acompañada por Hazrat Umm Aymen (ra) y tomó asiento en una parte de la casa y yo me senté en otro lado”, narra Hazrat Ali (ra).

Más tarde, el Santo Profeta Muhammad (sa) llegó y preguntó: “¿Está mi hermano aquí?”; y Hazrat Umm Aymen (ra) respondió: “¿Tu ‘hermano’, y aun así has casado a tu hija con él?”. El Santo Profeta (sa) replicó: “Sí, porque pueden realizarse matrimonios entre parientes (es decir, primos). De todas formas, él no es mi hermano biológico”. [A continuación], el Profeta (sa) entró y le pidió a Hazrat Fátima (ra) que le trajera agua. Ella se levantó y le acercó un cuenco de agua que estaba guardado en la casa. Tomó el agua, la mantuvo en la boca durante un rato y luego volvió a ponerla en el recipiente. [Presto], el Mensajero (sa) le dijo a Hazrat Fátima (ra) que se acercara y ella se adelantó, y roció un poco de agua sobre ella y su cabeza, y mientras ofrecía oraciones por ella declaró:

“¡Oh Al’lah, pongo a ella y a sus hijos en tu refugio contra satanás, el condenado¡”.

Entonces, el Santo Profeta Muhammad (sa) le pidió: “Mira para el otro lado”; y cuando se dio la vuelta, el Santo Profeta (sa) roció agua entre sus hombros y luego hizo lo mismo con Hazrat Ali (ra); y dirigiéndose a Hazrat Ali (ra), el Profeta (sa) dijo: “Ve con tu familia, con el nombre y las bendiciones de Dios”.

De manera similar, en otra narración, Hazrat Ali (ra) relata que el Mensajero de Al’lah (sa) realizó la ablución en un cuenco y roció esa agua sobre él y Hazrat Fátima (ra) diciendo:

“¡Oh Dios, bendice a ambos y bendice su unión”.

[Asimismo], Hazrat Aisha (ra) y Hazrat Umm Salma (ra) cuentan que:

“El Santo Profeta Muhammad (sa) nos ordenó preparar a Fátima (ra) y llevarla ante Hazrat Ali (ra). Así, regresamos a casa y esparcimos un poco de arena suave extraída de los alrededores de Baza (o sea, primero prepararon la casa), luego llenamos dos almohadas con cortezas de palmeras datileras y las cosimos con nuestras propias manos; pusimos dátiles, pasas y agua dulce para comer y beber, y además colocamos un [soporte] de madera a un lado de la habitación para colgar la ropa, y así poder colocar también un odre de agua. No habíamos visto una boda mejor que la de Hazrat Fátima (ra). La cena del ‘walima’ [ceremonia para celebrar la consumación de la unión] estuvo compuesta por dátiles, cebada, queso de cabra y heis”, [el ‘heis’ es un plato que combina dátiles, mantequilla clarificada y queso de cabra].

[En este caso], Hazrat Asma bint Umais (ra) explica que:

“En esa época, este fue el mejor ‘walima’ que se había realizado”.

Esta boda de matrimonio y la cena del “walima” son un gran ejemplo de sencillez.

El matrimonio de Hazrat Fátima (ra) y Hazrat Ali (ra) también se menciona en detalle en “La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)”, [en el que] hay algunos datos adicionales respecto a esto que son importantes, por lo que los mencionaré, [ya que] se dice:

“Hazrat Fátima (ra) era la hija más joven del Santo Profeta (sa), de entre los hijos que fue bendecido con Hazrat Jadiya (ra). El Profeta (sa) sentía dentro de sí un gran cariño hacia Hazrat Fátima (ra) y, debido a su mérito personal, ella era sin duda la más digna de este amor distintivo. [Pues bien], ahora había alcanzado la edad de 15 años y comenzado a recibir propuestas de matrimonio; y fue Hazrat Abu Bakr (ra) quien primero presentó una solicitud por Hazrat Fátima (ra), aunque el Mensajero de Dios (sa) se disculpó. Entonces, Hazrat Umar (ra) hizo su propuesta, pero su solicitud tampoco fue aceptada. Después de esto, al juzgar que la intención del Santo Profeta Muhammad (sa) parecía ser con respecto a Hazrat Ali (ra), estos dos honorables hombres se acercaron a Hazrat Ali (ra) y lo alentaron a hacer su propuesta con respecto a Hazrat Fátima (ra). [Por ello], Hazrat Ali (ra), quien tal vez ya estaba deseoso, aunque habría guardado silencio por modestia, inmediatamente fue él mismo ante el Santo Profeta (sa) y presentó la propuesta.

El Profeta (sa) ya había recibido una indicación a través de una revelación Divina de que el matrimonio de Hazrat Fátima (ra) debería realizarse con Hazrat Ali (ra). Por lo tanto, cuando Hazrat Ali (ra) presentó su petición, el Mensajero (sa) proclamó: ‘Ya he recibido una indicación Divina a este respecto’. Luego, el Santo Profeta (sa) buscó el consentimiento de Hazrat Fátima (ra), quien guardó silencio por pudor; [aunque] en cierto modo, esto también fue una expresión de aceptación. En consecuencia, el Profeta (sa) reunió un grupo de ‘Muhayirin’ y ‘Ansar’, y anunció formalmente el matrimonio de Hazrat Ali (ra) y Hazrat Fátima (ra); y dicho evento tuvo lugar a principios o mediados del segundo año tras la Hégira.

Posteriormente, cuando tuvo lugar la ‘Batalla de Badr’, se propuso que el ‘Rujsatanah’ [la boda] se celebrara en el mes de ‘Zul-Hiyyah’ de ese mismo año. [Entonces], el Santo Profeta Muhammad (sa) llamó a Hazrat Ali (ra) y le preguntó si tenía algo con lo que pagar la dote, y Hazrat Ali (ra) respondió: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah (sa)! No tengo nada’. El Santo Profeta (sa) replicó: ‘¿Y la cota de malla que te di ese día (es decir, del botín de Badr)?’. Hazrat Ali (ra) contestó: ‘[Sí], la tengo’. [A continuación], el Profeta (sa) dijo: ‘Eso será suficiente, tráela’. Por lo tanto, esta cota de malla se vendió por 480 dirhams y el Mensajero (sa) arregló los gastos de la boda con esa misma cantidad.

[Por otro lado], la dote que el Santo Profeta Muhammad (sa) le dio a Hazrat Fátima (ra) consistía en un pañuelo bordado, un cojín hecho de cuero relleno con hojas secas de palmera datilera y un odre de agua; y se relata también en una narración que el Santo Profeta (sa) le dio además a Hazrat Fátima (ra) un molino de mano como parte de su dote. [Entretanto], una vez que se apañaron estos artículos, surgió la necesidad de obtener una casa, [pues] hasta ahora Hazrat Ali (ra) quizá vivía con el Profeta (sa) en un aposento construido al lado de la mezquita. Sin embargo, ahora se necesitaba una morada separada donde marido y mujer pudieran residir después del matrimonio. Por tanto, el Mensajero de Dios (sa) ordenó a Hazrat Ali (ra) que encontrara un lugar donde ambos pudieran residir. Hazrat Ali (ra) organizó temporalmente un hogar y se llevó a cabo el ‘rujsatanah’ [la boda] de Hazrat Fátima (ra); y el mismo día, tras el ‘rujsatanah’ (cuando la mujer deja la casa de los padres para irse a la del marido), el Santo Profeta Muhammad (sa) visitó su nuevo hogar y pidió que le trajeran un poco de agua, rezó sobre ella y a continuación la roció sobre Hazrat Fátima (ra) y Hazrat Ali (ra) mientras repetía las siguientes palabras (que ya he mencionado antes):

‘¡Oh Dios, bendice a ambos y bendice su unión’.”

Esta es una oración que también deben recitar los padres de los recién casados, [ya que] hoy en día, surgen ciertos problemas entre el marido y la mujer tras el matrimonio, y esto es algo que va en aumento -y se debe simplemente a que están cada vez más influenciados por las atracciones materiales y mundanas, y prestan menos atención a su fe y a los mandamientos de Al’lah. [Ahora bien], si dan prioridad a su fe y rezan de esta manera, y los padres cumplen con sus responsabilidades de esta forma, entonces los matrimonios permanecerán intactos. En cualquier caso, el significado de esta oración es:

“¡Oh Dios mío! Bendice las relaciones mutuas de ambos,

bendice las relaciones de ambos que se construyen con otros y bendice a su progenie”.

 

[Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) añade]:

“Después de esto, el Santo Profeta (sa) dejó sola a la pareja de recién casados y regresó. Luego, un día, cuando el Santo Profeta (sa) vino a visitar a Hazrat Fátima (ra), ella le comunicó que Hariza bin Numan Ansari (ra) estaba en posesión de unas cuantas casas, y le preguntó si el Mensajero de Dios (sa) le pediría que desalojara una de ellas (para que pudieran mudarse más cerca de él). El Profeta (sa) respondió: ‘Él ya ha desocupado muchas casas por nuestro causa. Ahora me siento incómodo si le pido aún más’; [aunque], de un modo u otro, cuando Hariza (ra) se enteró de esto, vino corriendo hacia el Santo Profeta Muhammad (sa) y le dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah (sa)! Todo lo que poseo te pertenece, mi Amo. Por Dios, todo lo que aceptes de mí me causa mayor alegría que lo que se queda conmigo’. Así que este fiel Compañero (ra) insistió, vació una de sus casas y se la ofreció al Santo Profeta (sa). Tras esto, Hazrat Ali (ra) y Hazrat Fátima (ra) se mudaron a esa casa”.

A pesar de las difíciles circunstancias y de la pobreza, Hazrat Ali (ra) y Hazrat Fátima (ra) mostraron piedad y satisfacción. Se recoge en los “Ahadices” que Hazrat Ali (ra) afirma que Hazrat Fátima (ra) se quejaba de molestias en las manos por utilizar el molino de mano. [Por entonces], algunos prisioneros habían sido llevados al Profeta (sa) y por eso ella fue a ver al Mensajero (sa) aunque él no estaba allí. [No obstante],  se encontró con Hazrat Aisha (ra) y le informó del motivo por el que había venido y cuando el Santo Profeta Muhammad (sa) regresó, Hazrat Aisha (ra) le puso al tanto de la visita de Hazrat Fátima (ra).

[La propia] Hazrat Aisha (ra) relata:

“El Santo Profeta (sa) vino a visitarnos cuando ya nos habíamos acostado en la cama. [En ese momento],  estábamos a punto de levantarnos cuando el Profeta (sa) nos ordenó que permaneciéramos como estábamos. Luego se sentó entre nosotros y pude sentir el frescor de sus pies sobre mi vientre; y el Mensajero de Al’lah (sa) declaró: ‘¿Acaso no debería informaros de algo aún mejor que lo que has pedido? Y es que cuando ambos os acostéis en vuestras camas, recitad ‘Al’lahu Akbar’ [Dios es el Más Grande] 34 veces, ‘SubhanAl’lah’ [Santo es Al’lah] 33 veces y ‘Alhamdulil’lah’ [Toda alabanza pertenece a Dios] 33 veces. Esto es mejor para vosotros dos que un sirviente’.”

[En este contexto], Hazrat Abu Hureira (ra) cuenta que Hazrat Fátima (ra) fue a ver al Santo Profeta Muhammad (sa) para pedirle una sirvienta pues se quejó de la incomodidad de su trabajo. [Entonces], el Santo Profeta (sa) manifestó: “No encontrarás una sirvienta de aquí”; y el Profeta (sa) añadió: “¿No debería decirte algo que será mejor para ti que una sirvienta? Cuando te retires a dormir, recita ‘SubhanAl’lah’ 33 veces, ‘Alhamdulil’lah’ 33 veces y ‘Al’lahu Akbar’ 34 veces”.

Esta es una narración [recogida] en Sahih Muslim.

 

Al mencionar la vida del Mensajero (sa), Hazrat Musleh Maud (ra), Jalifatul Masih II (ra), habla de este incidente con referencia a “Sahih Al-Bujari” y afirma:

“Hazrat Fátima (ra) se quejaba de que experimentaba molestias a causa de moler con el molino de mano y [esto] ocurrió mientras algunos prisioneros eran llevados ante el Santo Profeta Muhammad (sa). [Por eso], fue a visitar al Santo Profeta (sa), pero no estaba en casa, así que informó a Hazrat Aisha (ra) del motivo de su visita y regresó a su hogar. Cuando el Profeta (sa) volvió a casa, Hazrat Aisha (ra) le informó sobre la visita de Hazrat Fátima (ra), tras lo cual el Mensajero de Al’lah (sa) visitó su hogar cuando ya se habían acostado en sus camas”.

Y continúa:

“A su llegada, quise ponerme de pie, pero el Santo Profeta (sa) exclamó: ‘Quédate tumbada donde estás’. Luego, se sentó entre los dos y pude sentir el frescor de sus pies sobre mi vientre; y cuando estuvo sentado, dijo: ‘¿Acaso no debería decirte algo que es mejor que lo que has pedido?; y es que cuando os acostéis en vuestras camas, glorifiquéis a Dios Altísimo [diciendo ‘Al’lahu Akbar’] 34 veces, digáis ‘SubhanAl’lah’ 33 veces y ‘Alhamdulil’lah’ 33 veces. Esto será mejor para vosotros que una sirvienta’.”

Hazrat Musleh Maud (ra) ha declarado [tambien al respecto]:

“Este incidente demuestra que el Profeta (sa) era tan cuidadoso en la distribución de la riqueza que, a pesar de que Hazrat Fátima (ra) necesitaba una ayudante y del hecho que experimentaba molestias en las manos por moler con el molino [de mano], a pesar de ello, el Mensajero (sa) no les dio una sirvienta. En cambio, les ordenó que rezaran y dirigió su atención hacia Dios. [En todo caso], si el Santo Profeta Muhammad (sa) hubiera querido, podría haber concedido una sirvienta a Hazrat Fátima (ra), porque siempre que la riqueza llegaba al Profeta (sa) para ser distribuida, se repartía entre los Compañeros (ra); y sobre ella Hazrat Ali (ra) también tenía derecho, al igual que Hazrat Fátima (ra). Sin embargo, el Santo Profeta (sa) fue precavido y no quiso dar a sus allegados ni a sus parientes una parte de esa riqueza, pues era posible que en el futuro algunos sacaran conclusiones erróneas y los reyes consideraran apropiado quedarse con la riqueza del pueblo para sí mismos (desgraciadamente, los gobernantes musulmanes de hoy en día lo consideran apropiado). En consecuencia, por precaución, el Profeta (sa) no dio a Hazrat Fátima (ra) ninguno de los prisioneros o prisioneras que habían venido a él para ser distribuidos. En este punto, debe recordarse asimismo que de esta riqueza, Al’lah había asignado una porción para el Mensajero (sa) y sus parientes, de la cual el Santo Profeta Muhammad (sa) gastaba y además daba a sus parientes; y a menos que algo fuera de su propia porción, nunca lo gastaba ni se lo daba a nadie cercano a él o a sus parientes. [Por ello], ¿puede el mundo presentar el ejemplo de un rey que proteja la tesorería de tal manera? Si hay un ejemplo, entonces es solo de entre los siervos de ese Ser Puro [el Santo Profeta (sa)]; de lo contrario, tales ejemplos no se pueden encontrar en ninguna otra religión”.

El resto se mencionará en el futuro, si Dios quiere.

[Petición de oraciones por la situación actual]:

En este momento, me gustaría hacer una vez más un llamamiento a la oración teniendo en cuenta las condiciones actuales del mundo. Ahora, el mundo occidental, incluso columnistas de Estados Unidos, han empezado a escribir en los periódicos que debería haber un límite a las represalias y que Occidente y Estados Unidos deberían desempeñar su papel en el actual conflicto entre Israel y Hamás para intentar crear la paz y establecer un alto el fuego. Incluso escriben que parece que, en lugar de poner fin a la guerra, están empeñados en avivar las llamas de la misma.

Hace poco se supo que un destacado funcionario estadounidense del Ministerio de Asuntos Exteriores dimitió, porque [según él] la situación había llegado a un extremo y se estaba perpetrando demasiada crueldad contra muchos palestinos inocentes, y que las grandes potencias tenían que actuar. Por lo tanto, esto demuestra que hay gente de buen carácter entre ellos. A veces se ve en los medios de comunicación que incluso rabinos judíos hablan en su favor y se manifiestan contra la injusticia. Es más, el ministro de asuntos exteriores ruso ha declarado que si la situación continúa, esta guerra se extenderá a toda la región. De hecho, en mi opinión, la guerra podría extenderse a todo el mundo. Por tanto, estas personas deben entrar en razón.

Como ya he mencionado anteriormente, el mundo musulmán debe unirse y hablar con una sola voz. Si todos los países musulmanes, y se dice que hay alrededor de 53 ó 54, alzaran una voz de unidad, ello tendría un impacto. [Por el contrario], una o dos voces solitarias no tendrán ninguno. Este es el camino para lograr la paz en el mundo y poner fin a esta guerra. De ahí que los países musulmanes deban esforzarse al máximo por desempeñar su papel a fin de salvar al mundo de la destrucción.

¡Que Dios Altísimo les conceda la capacidad de hacerlo!

En cualquier caso, debemos centrarnos en las oraciones.

¡Que Dios ponga fin a esta guerra!

¡Que Al’lah salve a los inocentes palestinos y los libre de más crueldad!

¡Que Él erradique la injusticia del mundo, dondequiera que se encuentre y que Dios Altísimo nos conceda la capacidad de rezar!

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida del Santo Profeta (sa) que tuvieron lugar después de la Batalla de Badr.

Aceptación de Hazrat Abu al-Aas (ra)

Su Santidad (aba) dijo que en Yamadi al-Ula 6 DH, el Santo Profeta (sa) envió un grupo al mando de Zaid bin Harithah hacia un lugar llamado Ees que estaba a una distancia de un viaje de seis días. Este grupo se movilizó porque el Santo Profeta (sa) recibió noticias de que una caravana de La Meca regresaba de Siria, con mercancías que planeaban utilizar para atacar a los musulmanes. Una vez que se interceptó la caravana, una de las personas capturadas fue Abu al-Aas.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra), quien escribe acerca de este suceso las siguientes palabras:

‘Abul al-Aas’ bin Ar-Rabi (ra) también estaba entre los prisioneros capturados en la expedición a ‘Is. Era yerno del Santo Profeta (sa) y pariente cercano de Hazrat Jadiyah (ra) de entre los Quraish. Antes de esto, también fue capturado en la Batalla de Badr, pero el Santo Profeta (sa) lo liberó con la condición de que cuando llegara a La Meca, enviaría a su hija – Hazrat Zainab (ra), a Medina. Abul al-Aas’ (ra) cumplió su promesa, pero seguía siendo personalmente un politeísta. Cuando Zaid bin Harithah (ra) le capturó y le trajo a Medina, era de noche, pero de alguna manera se las arregló para decirle a Hazrat Zainab (ra): “He sido capturado y traído aquí. Si es posible, mira a ver si puedes hacer algo para mi liberación”. Entonces, justo cuando el Santo Profeta (sa) y sus compañeros estaban inmersos en su oración matutina, Zainab (ra) anunció desde su casa en voz alta: “¡Oh, musulmanes! Le he concedido la protección de Abul al-Aas”. Cuando el Santo Profeta (sa) terminó su Salat, se volvió hacia sus compañeros y dijo: “Habéis escuchado lo que Zainab ha dicho. Por Dios, no tenía conocimiento previo de esto, pero la comunidad de los creyentes es como una sola alma. Si uno de ellos concede protección a un infiel, su honor es algo obligatorio”. Entonces el Santo Profeta (sa) se volvió hacia Zainab (ra) y le dijo: “Hemos concedido protección a quien tú has concedido protección.” La riqueza que se adquirió de Abul al-Aas’ (ra) durante esta expedición le fue devuelta. Entonces, el Santo Profeta (sa) entró en casa de Zainab (ra) y le dijo a su hija: “Sé muy hospitalaria con Abul al Aas’ (ra), pero no te reúnas con él en reclusión. En las circunstancias actuales, no es lícito que intimes con él”. Después de una estancia de unos días, Abul al-Aas’ fue a La Meca, pero esta vez su regreso a La Meca no fue para residir permanentemente, pues rápidamente arregló sus asuntos y partió hacia Medina recitando la Kalimah Shahadah, y al llegar al Santo Profeta (sa) se convirtió en musulmán. El Santo Profeta (sa) le envió a Hazrat Zainab (ra) sin un nuevo Nikah, es decir, le concedió permiso a Zainab (ra) para volver a mantener relaciones maritales con Abul-‘As.

En ciertas narraciones también se menciona que el Nikah de Hazrat Zainab (ra) y Abul al-Aas’ (ra) se realizó de nuevo, pero la primera narración es más fiable y auténtica.

(La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol. 3, pp. 15-16)

Fallecimiento de Hazrat Zainab (ra) y Hazrat Abu al-Aas (ra)

Su Santidad (aba) dijo que esto demuestra que si una mujer deja a su marido a causa de su incredulidad, entonces un nuevo Nikah no es necesario si el hombre cree más tarde.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Zainab (ra) falleció poco después de que su marido aceptara el Islam. De acuerdo con las narraciones, el Santo Profeta (sa) instruyó cómo debía ser bañado su cuerpo, comenzando por el lado derecho y de acuerdo con los ritos de la ablución. Según otra narración, se cuenta que el Santo Profeta (sa) instruyó que el cuerpo debía ser bañado de tres a cinco veces. Después, el Santo Profeta (sa) dirigió la oración fúnebre de su hija, tras lo cual la enterró.

Su Santidad (aba) dijo que el negocio de Hazrat Abu al-Aas (ra) estaba en La Meca, debido a lo cual no podía residir en Medina y con el permiso del Santo Profeta (sa), permaneció en La Meca. Como tal, no pudo participar en ninguna batalla, sin embargo, tomó parte en una expedición bajo el mando de Hazrat Ali (ra). Hazrat Abu al-Aas (ra) falleció en en año 12 DH.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) quien escribe:

El yerno del Santo Profeta (sa), Abul al-Aas’ bin Ar-Rabi’ era un pariente cercano de Hazrat Khadijah (ra) de los Quraish, es decir, su sobrino. A pesar de ser politeísta, su trato hacia su esposa era muy amable, y después de convertirse en musulmán, la relación entre marido y mujer también siguió siendo agradable. Por ello, el Santo Profeta (sa) elogiaba a menudo a Abul al Aas’ (ra) en este sentido, diciendo que había tratado bien a su hija. Abul al Aas’ (ra) falleció en la era del califato de Hazrat Abu Bakr (ra) en el año 12 D.H. Su honorable esposa, sin embargo, falleció en vida del Santo Profeta (sa). Su hija, Amamah, que era muy querida por el Santo Profeta (sa), se casó con Hazrat Ali (ra) tras el fallecimiento de Hazrat Fatimah (ra), pero no tuvo hijos”.

(“La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)”, Vol. 3, pp. 15-16)

La expedición de Sawiq

Su Santidad (aba) dijo que la expedición de Sawiq tuvo lugar en Dhu al-Hijjah 2 DH. Está registrado que después de que los de La Meca regresaran derrotados, Abu Sufyan juró que no se aplicaría aceite ni se bañaría hasta vengar la pérdida de los de La Meca en Badr. Según las narraciones, partió con 200 o 40 jinetes para cumplir su promesa. Se detuvo en un valle a 12 millas de Medina. Luego, por la noche, se dirigió a los Banu Nadir y se reunió con su jefe y hablaron sobre el Santo Profeta (sa), entre otras cosas. Luego, Abu Sufyan regresó a su campamento y envió a algunas personas a un huerto de dátiles a tres millas de Medina, donde quemaron árboles de dátiles, y también martirizaron a un hombre de los Ansar. Entonces, pensando que se había vengado hasta cierto punto, Abu Sufyan regresó a La Meca. Cuando la gente se enteró de esto, el Santo Profeta (sa) tomó 200 Muhajirin y Ansar y partieron tras Abu Sufyan hasta que llegaron a Qarqaratul Kudr. Abu Sufyan y su compañía continuaron huyendo elusivamente y los musulmanes fueron incapaces de alcanzarlos. El Santo Profeta (sa) regresó a Medina.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) que escribe:

Casi todos los jefes de Quraish habían sido asesinados, y ahora el gobierno de Medina estaba en manos de Abu Sufyan bin Harb. Después de Badr juró que hasta que no hubiera vengado a los que habían caído en Badr, se abstendría de tener relaciones con su esposa y de aplicarse aceite en el pelo. Así, unos meses después de Badr, en el mes de Dhul-Hijjah, Abu Sufyan partió de La Meca con una fuerza de doscientos hombres armados de Quraish y llegó a un lugar cercano a Medina a través de la ruta de Nayd. Al llegar allí, dejó a su ejército a cierta distancia de Medina y en la oscuridad de la noche, llegó a la morada de Huyayy bin Akhtab, que era jefe de la tribu judía, los Banu Nadir, y buscó su ayuda. Sin embargo, como Huyayy aún recordaba algo de su tratado y acuerdo, se negó. Luego, de la misma manera, Abu Sufyan fue secretamente a la casa de otro jefe de los Banu Nadir llamado Salam bin Mashkam, y buscó su apoyo contra los musulmanes. Sin embargo, este desdichado ignoró audazmente todos sus tratados y acuerdos y recibió cordialmente a Abu Sufyan como invitado para pasar la noche, y le transmitió información secreta relativa a los musulmanes. Antes del amanecer, Abu Sufyan se despidió y, al llegar a su ejército, envió un contingente de los Quraish para asaltar un valle llamado ‘Arid, que estaba situado cerca de Medina. Se trataba de un valle donde pastaban los animales de los musulmanes, y que estaba situado a sólo tres millas de Medina. Es probable que Abu Sufyan lo supiera a través de Salam bin Mashkam. Cuando este contingente de los Quraish llegó al valle de ‘Arid, afortunadamente, en ese momento, los animales pertenecientes a los musulmanes no estaban presentes. Sin embargo, un musulmán de entre los Ansar y un compañero suyo estaban presentes en ese momento. Los Quraish apresaron a ambos y los asesinaron sin piedad. Luego, incendiaron las palmeras datileras de la zona y prendieron fuego a las casas y pequeñas chozas que allí se encontraban, antes de regresar al campamento de Abu Sufyan. Considerando este éxito como cumplimiento suficiente de su voto, Abu Sufyan ordenó al ejército que regresara. Por otro lado, cuando el Santo Profeta (sa) fue informado del ataque realizado por Abu Sufyan, salió con un grupo de Compañeros en su persecución. Sin embargo, como a Abu Sufyan no le gustaba poner en duda el cumplimiento de su juramento, huyó tan frenéticamente que el ejército musulmán fue incapaz de apresarlo. Finalmente, tras una ausencia de unos días, el Santo Profeta (sa) regresó a Medina. Este Ghazwah es conocido como el Ghazwah de Sawiq porque cuando Abu Sufyan se apresuró a La Meca, huyó, dejando atrás su ración, que consistía principalmente en ‘Sawiq’ o sacos de cebada, en parte debido a la ansiedad y también para aliviar su carga”.

(La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol. 2, pp. 279-280)

Su Santidad (aba) dijo que también se menciona una expedición con el nombre de Sawiq que tuvo lugar después de la Batalla de Uhud. Ésta, además, ha sido llamada Badr al-Mau’id. El día de Uhud, Abu Sufyan llamó al Santo Profeta (sa) y le dijo que tanto los de La Meca como los musulmanes volverían a encontrarse un año después. Así, el Santo Profeta (sa) partió un año después hacia Badr donde permaneció ocho días, sin embargo, Abu Sufyan no se presentó en el campo de batalla.

El Primer Eid al-Adha y el Matrimonio de Hazrat Fatimah (ra)

Su Santidad (aba) dijo que el primer Eid al-Adha se celebró en el año 2 DH. El Santo Profeta (sa) dirigió la oración de la congregación y también sacrificó un animal.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra), quien escribió:

‘Durante el mes de Dhul-Hijjah, se decretó el segundo festival islámico, es decir, Eid al-Adha, que se celebra el 10 de Dhul-Hijjah en todo el mundo islámico. En este Eid, además del Salat, que es el verdadero Eid de un sincero musulmán, es obligatorio para todo musulmán que posea los medios, sacrificar un animal de cuatro patas y distribuir su carne entre sus parientes, amigos, vecinos, etc., y también tomar parte para sí mismo. Así, el día de Eid al-Adha, y durante los dos días siguientes, cientos de miles, millones de animales son sacrificados por Al’lah en todo el mundo islámico. De este modo, a través de la práctica, se mantiene vivo el recuerdo del magnífico sacrificio realizado por Hazrat Abraham (as), Hadrat Ismael (as) y Hazrat Agar (as), cuyo mayor ejemplo fue la vida del Santo Profeta (sa), y se exhorta a todos y cada uno de los musulmanes a que también estén dispuestos a sacrificar su vida, su riqueza y todas sus posesiones en el camino de su Amo y Señor”.

(La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol. 2, pp. 280-281)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Fatimah (ra) también se casó en el año 2 DH. Está registrado que primero, Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra) pidieron su mano, a lo que el Santo Profeta (sa) permaneció en silencio, y fue después que Hazrat Ali (ra) pidió su mano. El Santo Profeta (sa) le preguntó si tenía algo que dar como dote, a lo que respondió que tenía su armadura y su caballo. El Santo Profeta (sa) le ordenó que se quedara con su caballo y vendiera su armadura. Se le preguntó al Santo Profeta (sa) si ese matrimonio podía tener lugar, y el Santo Profeta (sa) confirmó que un matrimonio entre primos estaba permitido.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) que escribe:

Hazrat Fatimah (ra) era la hija menor del Santo Profeta (sa), de entre los hijos que tuvo de Hazrat Khadijah (ra). El Santo Profeta (sa) consideraba a Hazrat Fatimah (ra) muy querida para él, y a causa de su mérito personal, ella era sin duda la más digna de este amor. Ahora, su edad había llegado más o menos a los quince años, y había empezado a recibir propuestas de matrimonio. Fue Hazrat Abu Bakr (ra) el primero en pedir a Hazrat Fatimah (ra), pero el Santo Profeta (sa) se disculpó. Luego, Hazrat ‘Umar (ra) hizo una propuesta, pero su petición tampoco fue aceptada. Después de esto, al considerar que la intención del Santo Profeta (sa) parecía ser con respecto a Hazrat ‘Ali (ra), estos dos honorables hombres se acercaron a Hazrat ‘Ali (ra) y le animaron a hacer una propuesta para a Hazrat Fatimah (ra). Hazrat ‘Ali (ra) que tal vez ya tenía el deseo, pero callaba por modestia, se presentó inmediatamente ante el Santo Profeta (sa) y le hizo una propuesta. El Santo Profeta (sa) ya había recibido una indicación por medio de la revelación divina de que el matrimonio de Hazrat Fatimah (ra) debería tener lugar con Hazrat ‘Ali (ra). Por lo tanto, cuando Hazrat ‘Ali (ra) presentó una petición, el Santo Profeta (sa) dijo: “Ya he recibido una indicación divina al respecto.”

Entonces, el Santo Profeta (sa) pidió el consentimiento de Hazrat Fatimah (ra), que permaneció en silencio por modestia. En cierto modo, esto fue también una expresión de aceptación. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) reunió una comunidad de los Muhajirin y Ansar, y anunció formalmente el matrimonio de Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat Fatimah (ra). Este evento tuvo lugar a principios o mediados de 2 D.H. Después, cuando la Batalla de Badr hubo tenido lugar, se propuso que el Rukhsatanah se celebrara en el mes de Dhul-Hijjah 2 D.H. El Santo Profeta (sa) llamó a Hazrat ‘Ali (ra) y le preguntó si tenía algo para pagar la dote. Hazrat ‘Ali (ra) respondió: “¡Oh Mensajero de Al’lah! No tengo nada”. El Santo Profeta (sa) respondió: “¿Y la túnica que te di aquel día (es decir, del botín de Badr)?”. Hazrat ‘Ali (ra) respondió: “Eso sí lo tengo”. El Santo Profeta (sa) dijo: “Eso bastará, tráelo”.

Así pues, esta túnica de malla se vendió por 480 dirhams, y el Santo Profeta (sa) se hizo cargo de los gastos de la boda con esta misma cantidad. La dote que el Santo Profeta (sa) dio a Hazrat Fatimah (ra) consistía en un chal bordado, un cojín de piel relleno de hojas secas de palmera datilera y un odre. También se relata en una narración que el Santo Profeta (sa) también dio a Hazrat Fatimah (ra) un molino de mano como parte de su dote.

Una vez dispuestas estas cosas, surgió la necesidad de conseguir un hogar. Hasta ahora, Hazrat ‘Ali (ra) quizás vivía con el Santo Profeta (sa) en un apartamento construido junto a la mezquita. Sin embargo, ahora se requería una residencia separada, donde marido y mujer pudieran residir después del matrimonio. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) ordenó a Hazrat ‘Ali (ra) que encontrara un lugar donde ambos pudieran residir. Hazrat ‘Ali (ra) consiguió temporalmente una casa y el Rukhsatanah de Hazrat Fatimah (ra) tuvo lugar. El mismo día, después de la Rukhsatanah, el Santo Profeta (sa) visitó su nuevo hogar y pidió que le trajeran un poco de agua, rezó sobre ella y luego la roció sobre Hazrat Fatimah (ra) y Hazrat ‘Ali (ra), mientras repetía las siguientes palabras:

“¡Oh Al’lah mío! Bendice las relaciones mutuas de ambos, y bendice aquellas relaciones de ambos que se construyen con otros y bendice su progenie”‘.

Su Santidad (aba) dijo que esta oración debería ser ofrecida por los padres incluso hoy en día con ocasión de los matrimonios de sus hijos. En estos días hay un aumento de los problemas matrimoniales que se debe al aumento de los deseos mundanos. Sin embargo, si la fe se mantiene en primer plano y se ofrece esta oración, entonces estas relaciones pueden permanecer intactas.

Su Santidad (aba) continuó citando a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra):

‘Después de esto, el Santo Profeta (sa) dejó sola a la pareja recién casada y regresó. Después, un día, cuando el Santo Profeta (sa) vino a visitar a Hazrat Fatimah (ra), ella le dijo al Santo Profeta (sa) que Harithah bin Nu’man Ansari (ra) estaba en posesión de algunas casas, y le preguntó si el Santo Profeta (sa) le pediría que desocupara una de ellas. El Santo Profeta (sa) dijo: “Ya ha desocupado muchas casas por nuestro bien. Ahora me siento avergonzado de pedirle más”. De un modo u otro, cuando Harithah (ra) se enteró de esto, vino corriendo al Santo Profeta (sa) y le dijo: “¡Oh Mensajero de Al’lah! Todo lo que poseo te pertenece, mi Maestro. Por Dios, lo que aceptes de mí me causa mayor alegría que lo que permanece conmigo”. Entonces, este fiel Compañero insistió y desalojó una de sus casas, y se la entregó al Santo Profeta (sa). Después de esto, Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat Fatimah (ra) se mudaron a esta casa.’

(“La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa)”, Vol. 2, pp. 281-283)

Oración Enseñada a Hazrat Fatimah (ra)

Su Santidad (aba) dijo que una vez, Hazrat Fatimah (ra) hizo una petición de un trabajador para ayudar en el hogar. El Santo Profeta (sa) visitó a Hazrat Fatimah (ra) y Hazrat Ali (ra) en su casa y les dijo: ‘¿No les diré algo mejor que lo que han pedido? Cuando te acuestes en tu cama, recita Al’lahu Akbar (Al’lah es el Más Grande) 34 veces, SubhanAl’lah (Santo es Al’lah) 33 veces y Alhamdulil’lah (Toda alabanza pertenece a Al’lah) 33 veces. Esto es mejor que un trabajador”.

Su Santidad (aba) dijo que continuaría narrando estos incidentes en el futuro.

Llamamiento a la oración por la guerra en Palestina e Israel

Su Santidad (aba) dijo que una vez más le gustaría hacer un llamamiento a la oración a la luz de las condiciones actuales en el mundo. Ahora, el mundo occidental, incluso escritores estadounidenses, han empezado a decir que debería haber un límite a las represalias y que Occidente y Estados Unidos deberían desempeñar su papel en el actual conflicto entre Israel y Hamás para intentar crear la paz y establecer un alto el fuego. Sin embargo, también escriben que parece que en lugar de poner fin a la guerra, están empeñados en avivar las llamas de la guerra. Hace poco se supo que un destacado funcionario estadounidense renunció porque demasiados palestinos inocentes han perdido la vida y hay que poner fin a esto. Por lo tanto, esto demuestra que hay gente de buen carácter entre ellos. A veces se ve en los medios de comunicación que incluso los rabinos judíos hablan en su favor y se manifiestan contra la injusticia. Incluso el Ministro de Asuntos Exteriores ruso ha declarado que si la situación continúa, esta guerra se extenderá a toda la región. Su Santidad (aba) comentó que, en su opinión, la guerra podría extenderse a todo el mundo. Por lo tanto, esta gente debe entrar en razón.

Su Santidad (aba) dijo que el mundo musulmán debe unirse y alzar una sola voz. Si todos los países musulmanes alzaran una voz unida, sería muy impactante y provocaría un cambio real. Esta es la manera de lograr la paz en el mundo y poner fin a esta guerra. Por lo tanto, los países musulmanes deben desempeñar su papel para salvar al mundo de la destrucción.

Su Santidad (aba) dijo que debemos centrarnos en las oraciones. Que Al’lah ponga fin a esta guerra. Que Al’lah salve a los palestinos inocentes y los libre de la crueldad. Que Él erradique la injusticia del mundo, dondequiera que esté.

Resumen preparado por The Review of Religions

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