Califas guiados – Hazrat Umar (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Califas guiados – Hazrat Umar (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes 11 Junio 2021.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Sura al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

En el sermón anterior mencioné el Tratado de Hudaibiya con referencia a Hazrat Umar (ra). En relación con esto, también encontramos que cuando Banu Bakar, que eran aliados de los qureish, violaron el Tratado de Hudaibiya y atacaron a Banu Juzaah, que eran aliados de los musulmanes, los qureish además proporcionaron a Banu Bakar armas y monturas, e ignoraron las condiciones del Tratado de Hudaibiya. Tras ello, Abu Sufian entró en Medina para re-negociar dicho Tratado. Entonces vino al Santo Profeta (sa), pero este no respondió a nada de lo que dijo. Luego se acercó a Hazrat Abu Bakar (ra) y le pidió que hablara con el Santo Profeta (sa). Sin embargo, él también dijo que no lo haría. Finalmente, Abu Sufian se volvió hacia Hazrat Umar (ra) y le habló. En respuesta, Hazrat Umar (ra) dijo: “¿Quieres que interceda por ti al Santo Profeta (sa)? ¡Por Dios! ¡Incluso si solo tuviera un palo, lo usaría para luchar contra ti!”.

Mientras menciona la conquista de La Meca, el Dr. Ali bin Salabi ha escrito que cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Marr-uz-Zahran, Abu Sufian comenzó a preocuparse por su propia persona. Hazrat Abbas (ra), el tío paterno del Santo Profeta (sa), le sugirió que buscara la protección del Santo Profeta (sa).

El propio Hazrat Abbas (ra) relata:

“Le dije a Abu Sufian que era extremadamente desafortunado porque ahora el Santo Profeta (sa) está presente entre la gente”. Abu Sufian respondió: “¡Que mis padres sean sacrificados por tu causa! ¿Qué puedo hacer ahora salvar mi vida?”. Y le dije: “¡Por Al’lah! Si te apresan, seguramente te ejecutarán. Cabalga detrás de mí en la mula. Te llevaré al Santo Profeta (sa) y buscaré su protección para ti”. Hazrat Abbas (ra) dice: “Él cabalgó detrás de mí. Siempre que pasaba junto a una fogata encendida por musulmanes, me preguntaban quién era ese individuo. (Era de noche y se encendieron fogatas). Cuando me veían montado en la mula del Santo Profeta (sa), decían que el tío paterno del Santo Profeta (sa) estaba montando su mula. Esto continuó hasta que pasé junto a la fogata de Umar bin Jatab (ra), quien preguntó: ‘¿Quién es este?’. Y se paró a mi lado. Cuando vio a Abu Sufian, dijo: ‘Abu Sufian, el enemigo de Al’lah. Toda alabanza pertenece a Al’lah, quien nos otorgó una victoria incondicional sobre ti’. Hazrat Abbas (ra) luego lo llevó empujándole (es decir, a Abu Sufian) y se presentó ante el Santo Profeta (sa). Hazrat Umar (ra) también vino y dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah! Permíteme cortarle la cabeza’.

Hazrat Abbas (ra) continúa el relato:

“Y dije: ‘¡Oh Mensajero (sa) de Al’lah! Le he concedido protección’. Pero cuando Hazrat Umar (ra) insistió en su postura, yo exclamé: ‘¡Oh Umar, espera! Por Al’lah, si hubiera pertenecido a la tribu de Banu Adi, no habrías dicho esas cosas. No obstante, eres consciente del hecho de que él pertenece al Banu Abd Manaf’. Ante esto, Hazrat Umar (ra) respondió: ‘¡Oh Abbas, espera! Por Al’lah, me alegré tanto cuando aceptaste el Islam que no habría sentido tanta felicidad incluso si mi padre Jatab aceptase el Islam, y sabía que tu aceptación del Islam era más querida para el Santo Profeta (sa) que la de Jatab si lo hubiese hecho’. A partir de entonces, el Santo Profeta (sa) declaró: ‘¡Oh Abbas, llévate a Abu Sufian y tráelo por la mañana!’.”

En cualquier caso, esta conversación entre Hazrat Umar (ra) y Hazrat Abbas (ra ) continuó y al final el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat Abbas (ra) que se lo llevara, porque él le había concedido refugio y, por lo tanto, debía llevárselo y no decirle nada.

Abu Bakar bin Abdur Rahman relata que en el mes de Shaban 7 dH., el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Umar (ra) a una expedición, junto con 30 hombres, a una rama de la tribu Hawazin en Turabah, que es un valle situado a dos días de viaje desde La Meca y que estaba habitado por los Banu Hawazin. Cuando se mencionan viajes de dos días, etc., se indica en relación con los modos de transporte del pasado, como caballos y camellos. (Cuando se mencionan dos días, ello quiere decir que la narración ofrece la referencia del viaje en días).

Buraidah al-Aslami narra que cuando el Santo Profeta (sa) llegó al campo de batalla de Jaibar, le entregó la bandera a Hazrat Umar bin al-Jatab (ra). En los libros de historia está escrito que la primera mención del uso de una gran bandera fue durante la Batalla de Jaibar. Antes de eso, solo se usaban banderas normales. Se estaba mencionando que Buraidah al-Aslami narra que cuando el Santo Profeta (sa) llegó al campo de la Batalla de Jaibar, le entregó la bandera a Hazrat Umar bin al-Jatab (ra) y encontramos más detalles sobre esto en los libros de historia. Sea como fuere, se recoge que la primera mención del uso de una gran bandera fue durante la Batalla de Jaibar. Anteriormente, solo se usaban pequeñas banderas. La bandera del Santo Profeta (sa), que estaba hecha de una tela de Hazrat Aisha (ra), era negra y se llamaba Uqab; aunque el Santo Profeta (sa) también tenía una bandera blanca, que le entregó a Hazrat Ali (ra). Así pues, se ha mencionado una bandera negra que se hizo con una tela de Hazrat Aisha (ra) y luego se menciona esta bandera blanca que se le dio a Hazrat Ali (ra). Luego, el Santo Profeta (sa) entregó una de las banderas a Hazrat Hubbab bin Munzir (ra) y la otra a Hazrat Sad bin Ubada (ra). De alguna forma, cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Jaibar, sufría un fuerte dolor de cabeza y no pudo salir. En esta ocasión, inicialmente entregó su bandera a Hazrat Abu Bakar (ra), aunque más tarde le entregó la misma a Hazrat Umar (ra). Ese día se produjo una feroz batalla y los musulmanes no pudieron penetrar en la fortaleza. Entonces el Santo Profeta (sa) dijo: “Mañana entregaré mi bandera a aquel a través de quien Al’lah Altísimo nos concederá la victoria”. Al día siguiente, el Santo Profeta (sa) le dio esa bandera a Hazrat Ali (ra) y en sus manos Dios les concedió la victoria.

Por su parte, Ibn Ishaq dice:

“Le pregunté a Ibn Shihab Zuhri cuáles eran las condiciones con las que el Santo Profeta (sa) dio los campos de dátiles de Jaibar a los judíos. Zuhri respondió que después de la batalla, el Santo Profeta (sa) obtuvo la victoria sobre Jaibar y que Jaibar mismo se encontraba entre el botín de guerra que Dios Altísimo concedió al Santo Profeta (sa). Una quinta parte pertenecía al Santo Profeta (sa), que distribuyó entre sus Compañeros (ra). Los judíos, que estaban preparados para ser expulsados de sus tierras después de la batalla, descendieron de sus fortalezas. El Santo Profeta (sa) los llamó y dijo: “Si así lo deseáis, esta riqueza se os puede dar, con la condición de que trabajéis en ella y distribuyáis sus frutos entre nosotros y vosotros. Habrá una división de la producción y si deseáis permanecer aquí, os concederé un lugar para quedaros donde Dios Altísimo quiera que os quedéis”.

Entonces los judíos aceptaron esta oferta y continuaron trabajando en esos campos. El Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Abdul-lah bin Rawaha (ra) para distribuir los frutos de dichos campos y actuó de manera equitativa al evaluar la parte se les daría a los judíos. No iba a ser el caso de que se quedara con el buen fruto para los musulmanes, más bien la división fue de acuerdo con la justicia. Luego, cuando Dios decretó la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakar (ra) continuó el mismo trato con los judíos que les fue dado por el Santo Profeta (sa). Al comienzo de su Jalifato, Hazrat Umar (ra) también continuó esta pauta, pero luego escuchó lo que el Santo Profeta (sa) dijo en su enfermedad final, antes de su fallecimiento, referente a que dos religiones no coexistirían en tierras árabes. Hazrat Umar (ra) investigó esto más a fondo y cuando se demostró que era cierto, escribió a los judíos de Jaibar diciendo: “Dios Altísimo ha decretado que seáis expulsados. Recibí noticias de que el Santo Profeta (sa) dijo que dos religiones no coexistirían en tierras árabes. Por lo tanto, aquellos judíos que tenían un acuerdo con el Santo Profeta (sa) deben venir a mí para que pueda cumplirlo, pero aquellos que no tengan un acuerdo que se preparen para exiliarse”. En otras palabras, si alguien tenía un acuerdo con el Santo Profeta (sa), podía quedarse y él lo cumpliría; y si alguien no tenía tal juramento, tendría que dejar su tierra. En consecuencia, Hazrat Umar (ra) exilió a aquellos que no tenían algún acuerdo con el Santo Profeta (sa).

Hazrat Abdul-lah bin Umar (ra) narra:

“Fui con Hazrat Zubair bin al-Awam (ra) y Hazrat Miqdad bin Aswad (ra) para ver nuestra propiedad en Jaibar. Cuando llegamos, nos separamos para ir a ver nuestras respectivas propiedades. Por la noche, me atacaron mientras dormía y me dislocaron las articulaciones de los codos. Por la mañana, dos de mis compañeros corrieron gritando al acercarse a mí y me preguntaron quién me había hecho eso. Les contesté diciéndoles que no lo sabía. Entonces ambos intentaron recomponer mis brazos y me llevaron ante Hazrat Umar (ra), quien declaró que eso era obra de los judíos. Hazrat Umar (ra) se levantó para dirigirse a la gente y dijo: “¡Oh gente, el Santo Profeta (sa) pactó una condición con los judíos en Jaibar en la que los exiliaríamos cuando quisiéramos! Ahora los judíos han atacado a Hazrat Abdul-lah bin Umar (ra) y le han dislocado las articulaciones de los codos, como ya sabréis. Antes de esto, habían atacado a un ansari y no tengo ninguna duda de que estas personas son sus cómplices. No tenemos más enemigo que ellos, así que si alguien tiene alguna riqueza allí en Jaibar, debe salvaguardarla, porque estoy a punto de expulsar a los judíos de allí”. Así pues, les expulsó.

Abdul-lah bin Maqnaf relata que cuando Hazrat Umar (ra) expulsó a los judíos de Jaibar, él mismo cabalgó con los Muhayirin y los Ansar. Hazrat Yabbar bin Sajar (ra) y Hazrat Yazid bin Zabit (ra) también les acompañaron cuando se pusieron en marcha. Hazrat Yabbar (ra) tasaba los frutos para la gente de Medina y se encargaba de llevarles sus cuentas. Ambos repartieron los frutos entre la gente de Jaibar, según se había establecido previamente.

Además tenemos el incidente de Hazrat Hatib (ra), que envió en secreto a una mujer con una carta, que contenía los planes del Santo Profeta (sa) para los idólatras de La Meca. Dios Altísimo informó de ello al El Santo Profeta (sa), quien envió a Hazrat Ali (ra) para recuperarla. Esa mujer fue interceptada en el camino. Después, cuando el Santo Profeta (sa) le preguntó a Hatib por qué había hecho eso, este expuso sus motivos y dijo que su fe no había flaqueado en absoluto; y que, de hecho, tenía una fe firme. Hazrat Hatib (ra) se lo aseguró al Santo Profeta (sa) y este lo aceptó. No obstante, Hazrat Umar (ra) dijo: “¡Oh Mensajero de Dios, permíteme cortar la cabeza de este hipócrita!”. El Santo Profeta (sa) dijo: “Él (Hatib) participó en la Batalla de Badar y puede que no sepas que Dios ha tenido en cuenta a los que participaron en Badar y ha dicho: ‘Podéis hacer lo que queráis, porque he cubierto vuestros pecados y los he ignorado’.”

Luego, hay otro incidente que, aunque no se relaciona directamente con Hazrat Umar (ra), se le hace mención, por lo que lo relataré. Hazrat Abu Qatada (ra) declaró:

“Durante la Batalla de Hunain, vi a una persona de entre los musulmanes que luchaba contra un idólatra y, al mismo tiempo, vi a otro idólatra acercarse sigilosamente por detrás de él para intentar matarlo. Al observar esto, me dirigí rápidamente hacia esa persona que deseaba matar al musulmán de esta manera traicionera. Levantó la mano para atacarme y le di un golpe en la mano cortándosela. Entonces me cogió y me agarró tan fuerte, que no pude hacer nada. Finalmente me soltó y se puso en pie de forma inestable, por lo que le empujé y le maté. A continuación los musulmanes se retiraron al estar perdiendo y yo también me encontraba entre los que se retiraron. Más tarde vi a Hazrat Umar bin Jatab (ra) con un grupo de personas y les pregunté por qué se habían retirado, a lo que Hazrat Umar (ra) respondió que era la Voluntad de Dios.

Posteriormente, la gente volvió junto al Santo Profeta (sa), quien dijo que quien demostrara que había matado a un determinado individuo, podría quedarse con las pertenencias de esa persona. Me levanté para buscar pruebas sobre la persona que había matado, pero no pude encontrar a nadie que diera testimonio, así que desistí y me senté. De repente me vino a la mente un pensamiento y mencioné al Santo Profeta (sa) el incidente relacionado con la persona que había matado. Uno de los que estaban sentados con él dijo que tenía las armas de la persona que yo había matado y que el Santo Profeta (sa) debía darme otra cosa en su lugar. Hazrat Abu Bakar (ra) dijo que no podía ser que el Santo Profeta (sa) concediera un botín a una persona ordinaria de los qureish y no hiciera lo mismo con un león de Dios, que estaba luchando en nombre de Al’lah y de Su Mensajero (sa)”.

Hazrat Abu Qatada (ra) añade:

“El Santo Profeta (sa) se levantó y me concedió ese botín de guerra,  que utilicé para comprar un pequeño huerto de palmeras datileras; y fue la primera vez, desde que acepté el Islam, que adquirí algo de riqueza y pude convertirla en patrimonio”.

Por su parte, Hazrat Ibn Umar (ra) relata:

“Cuando regresamos de la Batalla de Hunain, Hazrat Umar (ra) preguntó al Santo Profeta (sa) sobre una promesa que había hecho consigo mismo durante la era de la ignorancia y que era la de realizar el ‘itikaf’ (período de reclusión). El Santo Profeta (sa) ordenó que cumpliera esa promesa aunque se hubiera hecho durante la época de la ignorancia”. Pero eso era con la condición de que se cumpliera con todo aquello que era permisible hacer dentro de las enseñanzas del Islam.

En referencia a lo que se ha mencionado respecto al papel de Hazrat Umar (ra) en la Batalla de Tabuk, el propio Hazrat Umar (ra) narra un incidente suyo de la época de esa batalla, cuando el Santo Profeta (sa) hizo un llamamiento especial para aportar contribuciones financieras y dice:

“Un día, el Santo Profeta (sa) nos ordenó ofrecer sadqa (limosna). Yo tenía algo de riqueza en ese momento y pensé que si había una oportunidad de superar a Hazrat Abu Bakar (ra) era hoy. Por tanto, presenté la mitad de mi riqueza. Entonces, el Santo Profeta (sa) me preguntó qué había dejado para mi familia y contesté que había dejado una cantidad igual a la que había presentado. Luego, Hazrat Abu Bakar (ra) presentó toda la riqueza que tenía, cuando yo solo había presentado la mitad; es decir, Hazrat Abu Bakar (ra) trajo todo lo que poseía. El Santo Profeta (sa) también le preguntó qué había dejado para su familia y el respondió que les había dejado a Dios y a Su Mensajero (sa)”.

Hazrat Umar (ra) continuó diciendo:

“Pensé que nunca podría superar a Hazrat Abu Bakar (ra) en nada”.

Hazrat Musleh Maud (ra) ha mencionado este incidente con las siguientes palabras:

“En una ocasión, durante una batalla, Hazrat Umar (ra) dice: ‘Pensé para mí mismo que ya que Hazrat Abu Bakar (ra) siempre me superaba, esta vez yo le superaría. Con esto en mente, fui a casa, cogí la mitad de mi riqueza y se la presenté al Santo Profeta (sa). Aquella etapa del Islam era una época de grandes dificultades, pero Hazrat Abu Bakar (ra) trajo toda su riqueza y la presentó ante el Santo Profeta (sa), quien le preguntó a Abu Bakar (ra) qué había dejado en casa y él le respondió: ‘Dios y Su Mensajero (sa)’. Y Hazrat Umar (ra) afirmó: ‘Al oír esto, me sentí extremadamente avergonzado y comprendí que, a pesar de intentar superar esta vez a Hazrat Abu Bakar (ra), él aún me superó’.”

 

Por su parte, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Hubo un tiempo en que la gente estaba dispuesta a sacrificar su vida como si fuera ganado, por no hablar de su riqueza, en aras de la fe. En más de una ocasión, Hazrat Abu Bakar (ra) sacrificó toda su riqueza”.

El Mesías Prometido (as) dice que esto no ocurrió sólo una vez, sino en varias ocasiones, “hasta el punto de que no quedó ni una aguja en su casa y lo mismo hizo Hazrat Umar (ra) según su capacidad y sus medios, y Hazrat Uzman (ra), según los suyos; y de la misma manera, y según sus rangos espirituales, todos los Compañeros (ra) estaban dispuestos a sacrificar sus vidas y riquezas en aras de esta fe Divina”.

El Mesías Prometido (as) hace entonces mención de ciertas personas de la Comunidad en aquel tiempo, diciendo:

“Hay quienes prometen lealtad y además declaran que dan prioridad a la fe sobre el mundo, pero cuando surge la necesidad de ayuda, sellan sus bolsillos. Con ese amor por el mundo, ¿es posible alcanzar algún objetivo espiritual? ¿Y pueden esas personas ser útiles para el Profeta? No, en absoluto. Dios Altísimo dice:

“No podréis alcanzar la rectitud a menos que gastéis de lo que amáis

y cualquier cosa que gastéis Al’lah ciertamente lo conoce muy bien”, (3:93).

 

En cuanto a la reacción de Hazrat Umar (ra) cuando el Santo Profeta (sa) falleció, Hazrat Ibn Abbas (ra) narra que cuando la muerte del Santo Profeta (sa) se aproximaba, había algunas personas reunidas en su casa, incluyendo a Hazrat Umar bin Jatab (ra). El Santo Profeta (sa) dijo:

“Venid, dejadme que escriba algo para vosotros, tras lo cual nunca os extraviaréis”.

Esto ocurrió en los últimos días de la enfermedad del Santo Profeta (sa) y Hazrat Umar (ra) dijo a la gente que estaba presente en ese momento:

“El Santo Profeta (sa) está extremadamente enfermo y vosotros tenéis el Corán; y el Libro de Dios es suficiente para vosotros”.

Las otras personas que estaban presentes en la casa no estuvieron de acuerdo con eso y se opusieron. Comenzaron a estar en desacuerdo entre ellos, pues algunos decían que se debía traer papel y pluma para que el Santo Profeta (sa) pudiera escribir algo a fin de que no se extraviaran; al mismo tiempo, hubo otros que estuvieron de acuerdo con lo que Hazrat Umar (ra) había dicho y que no se debería causar ninguna dificultad al Santo Profeta (sa). Mientras esta conversación continuaba y persistía el desacuerdo entre ellos, el Santo Profeta (sa) les ordenó que se fueran.

Esta narración es de Sahih Muslim y hay algunos detalles de esto en Sahih Bujari.

Ubaidul-lah bin Abdul-lah narra basándose en Hazrat Ibn Abbas (ra) quien afirmó:

“Cuando el Santo Profeta (sa) estaba gravemente enfermo dijo que se le debería dar algo para escribir a fin de poner sobre el papel algo que nunca se olvidaría. Hazrat Umar (ra) dijo a los presentes: ‘El Santo Profeta (sa) está muy enfermo, tenemos el Libro de Al’lah’; quería decir que ya tenían el Sagrado Corán, que es suficiente y, por consiguiente, no había necesidad de molestar al Santo Profeta (sa). Después de esto, surgió un desacuerdo y se formó cierto alboroto. Entonces, el Santo Profeta (sa) les ordenó a todos que se fueran y que la gente no debería pelear a su alrededor. Ante esto, Hazrat Ibn Abbas (ra) se fue y solía decir que la mayor pérdida de todo fue que al Santo Profeta (sa) se vio impedido para escribir algo.

Ahora mencionaré brevemente lo que ha sido escrito en el comentario de este hadiz por Hazrat Syed Zainul Abidin Waliul-lah Shah Sahib:

“Después de lo cual no os desviaréis”, estas palabras del hadiz muestran claramente que incluso en sus momentos finales, el Santo Profeta (sa) estaba preocupado sobre el futuro de los musulmanes; es decir, quería decirles algo y por si acaso se olvidaran, él escribiría algo para ellos. “Dilal” también puede significar “olvidarse” y “extraviarse” como resultado del olvido. Las palabras de árabe significan que se vio envuelto por una enfermedad y quería expresarse por si el dolor aumentaba. Estas fueron las palabras de Hazrat Umar (ra)”.

Con respecto al fallecimiento del Santo Profeta (sa), Shah Sahib dice:

“Hazrat Umar (ra) ni siquiera podía imaginarse la muerte del Santo Profeta (sa). Cuando Hazrat Umar (ra) exclamó ‘tenemos el Libro de Al’lah, eso es suficiente para nosotros’, lo dijo porque Dios Altísimo afirma:

‘Nada hemos omitido en el Libro’, (6:39, Sura Al-Anam).

Entonces, también tenemos:

‘Pues te hemos revelado el Libro para explicar todo (16:90)’.

Esto significa que este Libro explica claramente todo y no se ha omitido nada”.

Luego escribe, refiriéndose a algunos que estaban extremadamente emocionados en ese momento, como Hazrat Umar (ra), que dijeron que en ese instante, al Santo Profeta (sa) no se le debería causar ningún problema, mientras que otros insistieron en que se debería seguir su orden y traer pluma y tinta. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) les ordenó que se fueran cuando empezaron a estar en desacuerdo entre ellos y añadió: “No hagáis ruido a mi alrededor”. Esto muestra que incluso en condición de enfermedad, el Santo Profeta (sa) tenía tal gran respeto y honor por el Libro de Al’lah, que tras escuchar a Hazrat Umar (ra) decir esto, ya no pidió que le trajeran pluma, tinta y papel.

Como se desprende de otras narraciones de Bujari, el Santo Profeta (sa) permaneció vivo después de este incidente durante unos días y ese mismo día dio algunos otros consejos, pero no repitió esto, lo que significa que no volvió sobre dicho tema. Esto demuestra que todo lo que deseaba escribir estaba ya presente en el Libro de Al’lah. En realidad, parece que deseaba instar a los musulmanes a permanecer apegados al Sagrado Corán y el Santo Profeta (sa) estuvo de acuerdo con Hazrat Umar y, por ende, permaneció en silencio. Este es el nivel de respeto mostrado por el Santo Profeta (sa), por el que los supuestos eruditos musulmanes no se preocupan”.

Shah Sahib sigue escribiendo:

“Es el respeto del Santo Profeta (sa) por el Sagrado Corán por lo que estos supuestos eruditos no muestran ningún respeto. Es más, expresan una opinión y la consideran similar a la revelación Divina”.

Y continúa:

“Nunca debemos olvidar el ejemplo puro y noble del Santo Profeta (sa). En comparación con el Libro de Al’lah, todo lo demás carece de valor”.

 Urwah bin Zubair ha narrado, con la autoridad de Ummul Muminin, Hazrat Aisha (ra), que cuando el Santo Profeta (sa) falleció, Hazrat Abu Bakar (ra) estaba en Sana, que era un lugar situado a 3 km de Medina. Ismael dijo que estaba en las afueras. Cuando Hazrat Umar (ra) escuchó esta noticia, se puso de pie. En el momento de la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakar (ra) había ido a los alrededores de Medina. Cuando escuchó la noticia del fallecimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Umar se puso de pie y dijo: “¡Por Al’lah! El Mensajero (sa) de Al’lah no ha fallecido”.

Hazrat Aisha (ra) dice:

“Hazrat Umar (ra) solía decir: ‘¡Por Dios! En el fondo pensé [o sea, Hazrat Umar (ra) pensó] que Dios Altísimo ciertamente levantó al Santo Profeta (sa), para que a algunas personas se les corten las manos y los pies’. Mientras tanto, Hazrat Abu Bakar (ra) llegó. En realidad, Hazrat Umar (ra) no estaba listo para aceptar que el Santo Profeta (sa) había fallecido. Él había dicho que el Santo Profeta (sa) sería devuelto a la vida y en esos momentos llegó Hazrat Abu Bakar (ra), quien quitó la tela del rostro del Santo Profeta (sa) y lo besó”.

Más tarde Hazrat Abu Bakar (ra) dijo:

Que mi padre y mi madre sean sacrificados por ti; eras puro en esta vida y cuando la muerte te ha alcanzado. ¡Juro por Él, en cuyas manos está mi vida, que Al’lah nunca permitirá que mueras dos veces!”; y al decir esto, salió al lugar donde estaba la gente y dijo: “¡Espera un momento, tú que haces juramentos en el nombre de Dios!”, [es decir, se dirigió a Hazrat Umar (ra)] y dijo eso: “Espera un momento, tú que haces juramentos en el nombre de Dios”. A continuación, cuando Hazrat Abu Bakar (ra) comenzó a hablar, Hazrat Umar (ra) se sentó. Hazrat Abu Bakr (ra) alabó y glorificó a Dios Altísimo y luego dijo:

“Quienquiera que adoró a Muhammad, debe saber que Muhammad (sa) de hecho ha fallecido y quien adora a Al’lah debe recordar que Él está vivo y nunca puede morir”.

Hazrat Abu Bakar (ra) luego recitó el versículo:

“Ciertamente morirás y en verdad ellos también morirán”.

Y el siguiente versículo:

“Y Muhammad es solo un Mensajero. Ciertamente, antes que él han fallecido todos los Mensajeros. Si entonces él muere o es asesinado, ¿volveréis sobre vuestros talones? Y el que vuelve sobre sus talones no dañará a Al’lah en absoluto. Y Al’lah ciertamente recompensará a los agradecidos”.

Sulaiman afirma:

“Al escuchar esto, la gente comenzó a llorar tan profusamente que comenzaron a tener hipo”.

Hazrat Ibn Abbas (ra) declaró:

“¡Por Al’lah! Cuando Hazrat Abu Bakar (ra) recitó el versículo (antes mencionado), parecía como si la gente ni siquiera se había dado cuenta de que tal versículo había sido revelado por Al’lah y era como si todos hubieran escuchado por primera vez este versículo de él. A partir de entonces, dondequiera que iba, escuchaba la recitación de este versículo”.

En este sentido, Zuhri afirma:

“Sayid bin Musayib me comentó que Hazrat Umar (ra) dijo: ‘¡Por Al’lah! Cuando escuché a Hazrat Abu Bakar (ra) recitar este versículo, me puse tan nervioso por el miedo, que mis piernas no soportaron mi peso y caí al suelo, pues al escuchar a Hazrat Abu Bakar (ra) recitar este versículo, supe que el Santo Profeta (sa) había fallecido’.”

En una ocasión, el Mesías Prometido (as) habló sobre esto y citó las palabras árabes del hadiz. En este momento leeré la traducción, pero cuando se publique el sermón, las palabras de los hadices podrán publicarse también. El Mesías Prometido (as) afirma:

“Ibn Abbas (ra) narra que el día del fallecimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakar (ra) salió fuera y Hazrat Umar (ra) estaba hablando con algunas personas [o sea, diciendo que el Santo Profeta (sa) no había fallecido y que de hecho estaba vivo]. Tras esto, Hazrat Abu Bakar (ra) dijo: ‘¡Oh Umar, siéntate!’, pero Umar (ra) se negó a sentarse. En esto que la gente dirigió su atención a Abu Bakar (ra) y se alejó de Umar (ra). Abu Bakr (ra) alabó y glorificó a Dios y luego dijo: ‘Quien adora a Muhammad (sa) debe saber que Muhammad (sa) ha fallecido; y quien adora a Al’lah debe saber que Él está vivo y nunca puede morir’. Y la prueba del fallecimiento del Santo Profeta (sa) es que Dios ha declarado: ‘Muhammad no era más que un Mensajero, todos los Mensajeros anteriores a él han fallecido’, (es decir, han muerto)”.

El Mesías Prometido (as) escribe:

“El narrador afirma que antes de ese momento, era como si la gente no supiera que Dios había revelado ese versículo y les parecía como si lo hubieran escuchado por primera vez cuando Abu Bakar (ra) se los recitó. Así, todos los Compañeros (ra) conocieron el significado de este versículo de manos de Abu Bakar y no hubo ningún Compañero (ra) u otra persona que no recitara este versículo. Por su parte, Hazrat Umar (ra) dijo: ‘¡Por Dios! He escuchado este versículo por primera vez de Abu Bakar (ra). Cuando le oí recitar este versículo, me conmoví y me dolió hasta tal punto que mis piernas eran incapaces de soportar mi propio peso y caí al suelo en cuanto oí recitar este versículo, y escuché las palabras de que el Santo Profeta (sa) había fallecido’.”

El Mesías Prometido (as) afirma además:

“En el comentario de Qastalani sobre Sahih Bujari, está escrito que Hazrat Umar (ra) decía a la gente que el Santo Profeta (sa) no había fallecido y que no podía fallecer hasta que hubiera matado a los hipócritas”.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“En ‘Milal wa al-Nihal’ de Shahrastani, se menciona el siguiente extracto sobre este incidente (leeré la traducción): ‘Umar Jatab solía decir: Quien diga que el Santo Profeta (sa) ha fallecido, lo mataré con esta espada mía. De hecho, el Santo Profeta (sa) ha sido elevado a los Cielos, al igual que Jesús hijo de María (as)’. Entonces Abu Bakar (ra) dijo: ‘Quien adora a Muhammad (sa) debe saber que Muhammad (sa) ha fallecido y quien adora al Dios de Muhammad (sa) debe saber que Él está vivo y no puede morir nunca’; o sea, vivir y permanecer para siempre son un atributo de Dios únicamente. Ningún humano o animal antes de esto vivió para siempre, como para suponer que el Santo Profeta (sa) sobreviviría hasta la eternidad. (No se puede suponer que son eternos porque todos fallecen).

Hazrat Abu Bakar (ra) recitó entonces el siguiente versículo, cuya traducción es: ‘Y Muhammad es solo un Mensajero. Ciertamente, antes que él han fallecido todos los Mensajeros. Si entonces muere o es asesinado, ¿volveréis sobre vuestros pasos?’. Solo después de escuchar este versículo, la gente abandonó este concepto. Ahora reflexionad que si a partir de este versículo del Corán, Hazrat Abu Bakar (ra) no creyó que todos los profetas habían fallecido; además si esta prueba no era absolutamente concluyente, entonces, ¿por qué 100.000 Compañeros (ra) que estaban presentes en ese momento según usted, [el Mesías Prometido (as) está respondiendo al interrogador] aceptaron algo como argumento, que era dudoso y no concluyente? Por qué no se expuso este argumento a Hazrat Abu Bakar (ra), ‘que la prueba que has dado no es concluyente y que no posees ningún versículo absoluto o claro del Corán. De hecho, ¿acaso el versículo afirma que el profeta Jesús fue elevado a los Cielos con su cuerpo físico? Entonces, ¿por qué es una idea descabellada que el Santo Profeta (sa) pudiera ser elevado físicamente a los Cielos? Por el contrario, los Compañeros (ra), que poseían el conocimiento de las expresiones del Sagrado Corán, al escuchar este versículo y las palabras árabes, y la explicación de las mismas, abandonaron inmediatamente sus creencias iniciales de que el Santo Profeta (sa) estaba vivo. Ciertamente, sus corazones se afligieron profundamente por la muerte del Santo Profeta (sa) y se sintieron inmensamente tristes y doloridos. Por su parte, Hazrat Umar (ra) dijo: ‘Después de escuchar este versículo mi estado era tal que no podía mover un músculo y caí al suelo’. ¡Glorificado sea Al’lah! ¡Qué suerte tuvieron estos individuos que obedecieron el Corán al pie de la letra! Cuando reflexionaron sobre el versículo y comprendieron que todos los Profetas anteriores habían fallecido, aparte de llorar y lamentarse por su dolor, no hicieron nada más”.

En otra ocasión, el Mesías Prometido (as) escribió:

“De las siguientes palabras de Hazrat Umar (ra): ‘Quien diga que el Santo Profeta Muhammad (sa) ha fallecido, lo mataré con esta espada mía’, es evidente que él tenía una visión equivocada con respecto a la vida del Santo Profeta (sa) (en la que no moriría) y afirmaba que si alguien decía que el Santo Profeta (sa) había fallecido había mostrado incredulidad y se había convertido en un apóstata. Que Al’lah conceda innumerables bendiciones a Hazrat Abu Bakar (ra) ya que fue capaz de sofocar rápidamente esta bifurca, presentando un versículo claro e inequívoco del Corán, que declaraba que todos los Profetas anteriores habían fallecido. De hecho, este esclarecimiento y el consenso de los Compañeros (ra), puso fin a muchos falsos pretendientes durante el ‘Faeye Awall’ (época de la oscuridad y el extravío). Y así como él [es decir, Hazrat Abu Bakr (ra)] hizo matar a Musailmah Kazab y a Aswad Ansi, etc., a través de este consenso de todos los Compañeros (ra), acabó con los falsos declarantes durante el ‘Faeye Awall’. (O sea, al igual que mató a un falso proclamador a ser profeta, también acabó con esta falsa creencia). Así pues, no mató a cuatro falsos proclamadores, sino a cinco, por así decirlo”.

El Mesías Prometido (as) dice entonces:

“¡Oh Al’lah! Derrama innumerables bendiciones sobre él. Si el significado de “jalat” significara que algunos Profetas fueron elevados físicamente a los Cielos, entonces en tal caso Hazrat Umar (ra) habría estado en lo cierto y en lugar de demostrar que estaba equivocado, este versículo habría apoyado su punto de vista. No obstante, la siguiente parte del versículo explica su significado, es decir, el versículo que Hazrat Abu Bakar (ra) reconoció y a través del cual explicó que creer que ese versículo significaba que todos los Profetas ya habían fallecido, fuese por asesinato o muerte natural; así que cambiar esto es una noción engañosa, una transposición y una gran calumnia en contra de lo que fue la intención de Dios; y solo aquellas personas que fabrican esto intencionalmente son las que no temen el Día del Juicio Final y cambian activamente los significados previstos por Dios Altísimo; estos sin duda sufrirán la maldición eterna de Dios.

Pero hasta ese momento, Hazrat Umar (ra) desconocía este versículo y algunos otros Compañeros (ra) también estaban bajo un concepto erróneo similar y este error de su parte se debía a las debilidades innatas del hombre. Creían que algunos Profetas estaban vivos y volverían al mundo, por lo tanto, ¿por qué entonces el Santo Profeta (sa) no estaría incluido entre ellos? Pero al leer el resto del versículo, Hazrat Abu Bakar (ra) se aseguró de que entendieran que la palabra ‘jalat’ tiene dos aspectos: la muerte natural o a través de ser asesinado. Fue entonces cuando los que mantenían una opinión contraria aceptaron sus errores y todos los Compañeros (ra) aceptaron unánimemente que todos los Profetas anteriores habían fallecido, y las palabras árabes les afectaron mucho, por lo que todos abandonaron sus creencias contrarias a ello. Todas las alabanzas pertenecen a Al’lah por esto”.

El Mesías Prometido (as) menciona esto en “Tauhfa Ghaznaviyah”, (“Un regalo para los Ghaznavis”).

En otro lugar el Mesías Prometido (as) afirma:

“Con motivo de la muerte del Santo Profeta (sa), todos los Compañeros (ra) testificaron que todos los Profetas habían fallecido. Con respecto al Santo Profeta, Hazrat Umar (ra) declaró que no había fallecido y se levantó con la espada desenvainada. Hazrat Abu Bakar Siddiq (ra) se levantó entonces y declaró:

‘Y Muhammad no es más que un Mensajero y ciertamente antes que él han fallecido todos los Mensajeros. Pero si muere o es asesinado, ¿volveríais sobre vuestros pasos? Quien vuelve sobre sus pasos no perjudicará en absoluto a Al’lah; y Al’lah recompensa a los agradecidos’, (3:145).

La situación en ese momento era similar al fin de los tiempos ya que el Santo Profeta (sa) había partido de este mundo y todos los Compañeros (ra) estaban reunidos, incluso el ejército de Usama (ra) no se fue. Ante estas palabras de Hazrat Umar (ra), Hazrat Abu Bakar (ra) proclamó en voz alta: ‘Muhammad (sa) ha fallecido y el argumento que presentó fue ese:

‘Y Muhammad no es más que un Mensajero’.

Ahora bien, si los Compañeros (ra) hubieran tenido la más mínima idea de que Jesús (as) estaba vivo en el Cielo, sin duda habrían hablado. Pero todos guardaron silencio y luego fueron a los mercados y anunciaron este versículo como si acabara de ser revelado ese mismo día. Dios nos perdone… ¿Acaso los Compañeros (ra) no eran tales que se dejarían ser intimidados por Hazrat Abu Bakar (ra) y no refutarían lo que decía? Ciertamente no era el caso, sino que lo que Hazrat Abu Bakar (ra) afirmaba era la verdad, por lo que todos lo aceptaron. Esta fue la ‘allmaae sahaba’ (consenso unánime) de los Compañeros (ra). Hazrat Umar (ra) también afirmó en su momento que el Santo Profeta (sa) iba a regresar. Por tanto, si este argumento [presentado por Hazrat Abu Bakar (ra)] no fuera perfecto y esto solo podría ser perfecto si no hubiera habido ninguna excepción, porque si Jesús (as) hubiera ascendido vivo a los Cielos, entonces habría tenido que regresar, en tal caso esto no habría sido un argumento más bien una burla y Hazrat Umar (ra) mismo lo habría refutado”.

El Mesías Prometido (as) ha mencionado repetidamente este incidente en varias ocasiones. La razón por la que he narrado estos diversos relatos es para que aquellos que albergan la creencia de que Jesús (as) está vivo en los Cielos puedan eliminar tal pensamiento de sus mentes, ya que ningún ser mortal ha ascendido vivo a los Cielos ni podrá hacerlo jamás. En virtud de este argumento, Jesús (as) también ha fallecido.

Hazrat Ibn Abbas (ra) narra:

“Una vez, durante la época del Jalifato de Hazrat Umar (ra), yo estaba caminando con él mientras iba a atender un trabajo suyo; y no había nadie más con él en ese momento, aparte de mí, y llevaba un látigo en la mano. En un momento dado, Hazrat Umar (ra) dijo algo para sí mismo y golpeaba repetidamente con el látigo la parte posterior de sus pies. A continuación, Hazrat Umar (ra) se volvió hacia mí y dijo: ‘¡Oh Ibn Abbas! Cuando falleció el Santo Profeta (sa), ¿sabéis por qué dije que el Santo Profeta (sa) no había fallecido y que mataría con mi espada a quien dijera lo contrario?’.”

Hazrat Ibn Abbas (ra) relata:

Entonces dije: “¡Oh Líder de los Fieles! No lo sé, solo tú sabes por qué lo dijiste”. Hazrat Umar (ra) respondió: “¡Por Dios! La razón fue porque leí el versículo: ‘Y así os convertimos en una nación ensalzada, para que seáis guardianes de los hombres y para que el Mensajero de Dios sea vuestro guardián’. Por Dios, creí que el Santo Profeta (sa) permanecería vivo entre su Umma como guardián de sus actos. Lo que dije ese día fue por esta razón’.”

En relación con el Jalifato de Hazrat Abu Bakar (ra), hay una narración mencionada en Bujari que fue previamente narrada, pero que la mencionaré de nuevo:

Los Ansar llegaron a la casa de los Bani Saidah y se reunieron con  Hazrat Sad bin Ubada (ra). Pidieron que se nombrara un líder de entre los Ansar (residentes de Medina) y otro de entre los Muhayirin (emigrantes de La Meca a Medina). Hazrat Abu Bakar (ra), Hazrat Umar bin Al-Jatab (ra) y Hazrat Abu Ubaida bin Yarrah (ra) fueron a visitarle. Entonces, justo cuando Hazrat Umar (ra) estaba a punto de decir algo, Hazrat Abu Bakar (ra) le pidió que guardara silencio. Hazrat Umar (ra) solía decir: “Por Dios, había preparado un gran discurso para leer ese día en el que estaba complacido enormemente y temía que tal vez Hazrat Abu Bakar (ra) no fuera capaz de expresarlo con la misma eficacia; o sea, que no fuera capaz de decirlo de la misma manera”.

A continuación, Hazrat Abu Bakar (ra) pronunció el discurso de tal forma que nadie lo hubiera expresado de forma más elocuente. Durante su discurso, afirmó: “Nosotros somos los Amires (líderes) y vosotros sois los visires”; es decir, dijo que los Ansar eran visires. Al oír esto, Hubab bin Munzir declaró: “¡Ciertamente eso no es así! Por Dios, nunca lo aceptaremos. Habrá un líder de entre vosotros y uno de entre nosotros”. Hazrat Abu Bakar (ra) respondió: “No, nosotros somos los líderes y vosotros sois los visires, pues los qureish, según su linaje y tribu, siempre han ocupado un estatus superior entre los árabes y así ha sido desde la antigüedad. Por esa razón, debéis tomar el Baiat de Umar o de Abu Ubaida.”

Entonces, Hazrat Umar (ra) respondió:

“No, solo aceptaremos tu Baiat [o sea, se refería a Hazrat Abu Bakr (ra)] porque tú eres nuestro líder. Tú eres el mejor de entre nosotros y el más querido por el Santo Profeta (sa) de entre todos nosotros”.

Después de decir esto, Hazrat Umar (ra) cogió la mano de Hazrat Abu Bakar (ra) e hizo el Baiat (juramento de iniciación). Acto seguido, todos los demás también le imitaron y realizaron el Baiat en las manos de Hazrat Abu Bakar (ra). Cuando Hazrat Umar (ra) tomó la mano de Hazrat Abu Bakar (ra) y le pidió que tomara su Baiat, Hazrat Umar (ra), haciendo el Baiat en sus manos dijo: “¡Oh Abu Bakar! El Santo Profeta (sa) ordenó que dirigieras las oraciones, por lo tanto, tú eres el Jalifa de Dios. Realizamos el Baiat en tus manos y de entre todos nosotros, tú eres el más querido por el Santo Profeta (sa)”.

 Con respecto al desorden creado por los apóstatas, está escrito en “Sirat ibn Hisham” que cuando el Santo Profeta (sa) falleció, los problemas de los musulmanes aumentaron enormemente. Afirma que encontró una narración en la que Hazrat Aisha (ra) declaró:

“Cuando el Santo Profeta (sa) falleció, algunos árabes se convirtieron en apóstatas, los judíos y cristianos comenzaron a levantar sus cabezas y su hipocresía se hizo evidente”.

Esto ha sido afirmado Ibn Ishaq.

Por su parte, Hazrat Abu Huraira (ra) relata que, después de la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakar (ra) se convirtió en Jalifa y algunos árabes comenzaron a rechazar la religión del Islam. Ante esto, Hazrat Umar (ra) le dijo a Hazrat Abu Bakar (ra):

“Cómo vas a luchar contra esta gente si el Santo Profeta (sa) había declarado: ‘Se me ha ordenado luchar contra ellos hasta que proclamen que no hay nadie digno de adoración excepto Dios’. En otras palabras, no se puede luchar contra los que proclaman que ‘no hay nadie digno de adoración excepto Dios’, pues quien recite eso, tanto su vida como su riqueza serán protegidas, a menos que haya una razón lícita para no protegerlas; y el asunto de tales personas quedará en manos de Dios”.

Hazrat Abu Bakar (ra) respondió:

“Por Dios, si alguien distingue entre el Salat y el Zakat (por ejemplo, si abandona el Zakat), lucharé contra él, porque el pago del Zakat sobre la propia riqueza es una obligación. Por Dios, si se niegan a darme incluso la cuerda con la que atan las patas de sus animales con la que antes solían dar al Santo Profeta (sa), lucharé contra ellos”.

Hazrat Umar (ra) declaró:

“Por Al’lah, me di cuenta que era Dios Altísimo quien le había concedido el valor para luchar y comprendí que esa era la verdad”.

Tras la salida del ejército de Hazrat Usama bin Zaid (ra), Hazrat Abu Bakar (ra) llamó a Hazrat Usama (ra) y le dio algunas instrucciones. Hazrat Usama (ra) iba montado en su animal mientras Hazrat Abu Bakar (ra) caminaba a su lado. Hazrat Usama (ra) le pidió a Hazrat Abu Bakar (ra) que montara en el animal, de lo contrario se bajaría, pero Hazrat Abu Bakar (ra) dijo: “No te bajes de tu montura, por Dios, no voy a montarme en el animal”. Además declaró: “¡Qué me ha pasado que no puedo permitir que el polvo cubra mis pies en el camino de Dios Altísimo, porque cada paso que uno da cuando sale para la batalla equivale a la recompensa de 700 acciones, su rango se eleva 700 veces y se le perdonan 700 pecados”.

Tras impartirle sus instrucciones, Hazrat Abu Bakar (ra) dijo a Hazrat Usama (ra):

“Si lo consideras oportuno, ayúdame a través de Umar”. En otras palabras, Hazrat Abu Bakar (ra) pidió a Hazrat Usama (ra) que dejara a Hazrat Umar (ra) con él, porque el Santo Profeta (sa) había incluido originalmente a Hazrat Umar (ra) en el ejército. Posteriormente, Hazrat Usama (ra) aceptó esta petición.

Durante la época del Jalifato de Hazrat Abu Bakar (ra), 70 Hafaz-e-Quran (aquellos que habían memorizado todo el Corán) fueron martirizados durante la Batalla de Yamamah. Con respecto a esto, Hazrat Zaid bin Zabit Ansari (ra) relata que tras el martirio de los musulmanes en Yamamah, Hazrat Abu Bakar (ra) lo llamó. En ese momento, Hazrat Umar (ra) estaba con Hazrat Abu Bakar (ra) y dijo: “Umar ha venido hasta mí y me ha informado de que mucha gente ha sido martirizada en la Batalla de Yamamah. Ha expresado su preocupación por el hecho de que muchos qaris (recitadores del Sagrado Corán) han fallecido a causa de las batallas y de este modo se pueda perder una gran parte del Sagrado Corán, a menos que reunamos todos los manuscritos del Corán en un solo lugar. Sugiere que se reúnan los diversos manuscritos en un único lugar”.

Hazrat Abu Bakar (ra) exclamó entonces:

“Le pregunté a Umar cómo podía hacer yo algo que el Santo Profeta (sa) no había hecho. Sin embargo, Umar (ra) exclamó: ‘Por Dios, esta acción tuya es muy noble’. Umar me dijo esto muchas veces, hasta que Dios Altísimo concedió a mi corazón la satisfacción de llevar a cabo esta obra y ahora considero que lo que dijo Umar fue lo más apropiado”.

En ese momento, Hazrat Umar (ra) estaba sentado a su lado y guardaba un silencio absoluto. Hazrat Abu Bakar (ra) dijo entonces a Hazrat Zaid bin Zabit (ra):

“Eres un hombre muy joven y sabio. No encontramos ningún mal en ti. Solías escribir las revelaciones que el Santo Profeta (sa) recibía, por consiguiente, dondequiera que encuentres los manuscritos del Santo Corán, debes reunirlos en un solo lugar”.

Hazrat Zaid bin Zabit (ra) declaró:

“Por Dios, si me hubiera pedido que trasladara una montaña de un lugar a otro, me habría resultado más fácil que esta tarea que me ha ordenado -es decir, cotejar los distintos manuscritos del Sagrado Corán”. Y les contesté a continuación: “¿Cómo podéis realizar vosotros dos una tarea que el Santo Profeta (sa) no hizo él mismo?”. Hazrat Abu Bakar (ra) respondió: “Por Dios, es una acción noble”. Hazrat Zaid bin Zabit (ra) declaró: “Seguí haciéndoles esta pregunta hasta que Dios Altísimo concedió a mi corazón la satisfacción de llevar a cabo esta tarea, tal como se la había concedido a Hazrat Abu Bakar (ra) y Hazrat Umar (ra). Entonces me levanté para ir a buscar los distintos manuscritos del Sagrado Corán y empecé a recoger lo que estaba escrito en pergaminos hechos con pieles de animales, los huesos de los hombros de los animales y las ramas de las palmeras datileras, así como lo memorizado por el pueblo. No obstante, había dos versículos de la Surah al-Taubah que sólo encontré con Hazrat Huzaima Ansari (ra) y nadie más tenía estos versículos, que son los siguientes:

‘En verdad, os ha llegado un Mensajero de entre vosotros; es penoso para él que sufráis el infortunio, pues desea ardientemente vuestro bienestar; y es compasivo y misericordioso con los creyentes’, (9:128)”.

En este hadiz solo se ha escrito un versículo, pero el hadiz menciona que había dos versículos, por lo que quizás el otro sea el que sigue después del ya citado.

Más tarde se menciona que estos manuscritos del Corán al completo estuvieron en posesión de Hazrat Abu Bakar (ra) hasta su fallecimiento y luego estuvieron en posesión de Hazrat Umar (ra) hasta su fallecimiento; a continuación estuvieron en posesión de Hazrat Hafsah bint Umar (ra) y finalmente fueron entregados a Hazrat Uzman (ra), como se ha mencionado anteriormente.

Estos relatos se seguirán narrando en el futuro, Insha Al’lah (si Dios quiere).

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta`awwuz y el Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida de Hazrat Umar (ra).

Su Santidad (aba) dijo que una vez la tribu de Banu Bakr, una tribu afiliada a los Quraish atacó a Banu Khuza’ah, una tribu afiliada a los musulmanes. Con ello, rompieron con el Tratado de Hudaibiyah. Más tarde, Abu Sufyan fue a Medina para renegociar los términos del Tratado de Hudaibiyah, pero el Santo Profeta (sa) se negó. Entonces acudió a Hazrat Umar (ra) y le pidió que intercediera por él. En respuesta, Hazrat Umar (ra) dijo que aunque sólo tuviera un trozo de paja, lo usaría para luchar contra los Quraish.

Su Santidad (aba) dijo, con respecto a la Conquista de la Meca, que mientras el Santo Profeta (sa) se acercaba a la Meca, Abu Sufyan se estaba preocupando. Hazrat Abbas (ra) fue a Abu Sufyan y le dijo que lo llevaría ante el Santo Profeta (sa) para que pudiera buscar protección. Cuando llegaron al Santo Profeta (sa), Hazrat Umar (ra) le pidió al Santo Profeta (sa) permiso para matar a Abu Sufyan, pero el Santo Profeta (sa) finalmente le dijo a Hazrat Abbas (ra) que se llevara a Abu Sufyan y le concedió protección.

Hazrat Umar (ra) recibió la bandera durante la batalla de Khaibar

Su Santidad (aba) dijo que en una ocasión de la Batalla de Khaibar, el Santo Profeta (sa) le dio la bandera del Islam a Hazrat Abu Bakr (ra) y luego le dio la misma bandera a Hazrat Umar (ra). Luego, en el segundo día, el Santo Profeta (sa) dijo que daría la bandera a aquel de cuyas manos se lograra la victoria y le dio la bandera a Hazrat Ali (ra).

Su Santidad (aba) dijo que una vez Hazrat Jatib (ra) dió una carta a una mujer dirigida a los Quraish informándoles de algunos planes del Santo Profeta (sa), que luego fue interceptada por Hazrat Ali (ra). El Santo Profeta (sa) preguntó a Hazrat Jatib (ra) sobre esto y, más tarde, le perdonó. Hazrat Umar (ra) pidió al Santo Profeta (sa) que lo matara. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) le respondió y dijo que Hazrat Jatib (ra) había participado en la Batalla de Badr, y Dios ya ha perdonado a los que participaron en esta batalla.

Su Santidad (aba) dijo que en el camino de regreso de la Batalla de Hunain, Hazrat Umar (ra) preguntó al Santo Profeta (sa) sobre un juramento que había hecho durante la Era de la Ignorancia antes de su aceptación del Islam. El Santo Profeta (sa) le aconsejó que lo cumpliera permaneciendo dentro de los límites del Islam.

Generosidad de Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra)

Su Santidad (aba) dijo que en la ocasión de la Batalla de Tabuk, el Santo Profeta (sa) hizo un llamamiento a las contribuciones financieras. Tras esto, Hazrat Umar (ra) esperaba aprovechar esta oportunidad y superar a Hazrat Abu Bakr (ra). Por lo tanto, tomó la mitad de su riqueza y la presentó al Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) le preguntó qué había dejado para su familia, y él respondió que había dejado la mitad para su familia. Sin embargo, Hazrat Abu Bakr (ra) fue a ver al Santo Profeta (sa) y le presentó toda su riqueza. El Mesías Prometido (as) ha declarado con referencia a este incidente que este fue un tiempo en el que la gente estaba lista y dispuesta a dar todo lo que tenía por el bien del Islam.

Hazrat Umar sobrecogido por el fallecimiento del Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) dijo que cuando se acercaba el fallecimiento del Santo Profeta (sa), el Santo Profeta (sa) dijo que le gustaría escribir algo para que nadie se perdiera. Hazrat Umar (ra) era de la opinión de que, dado que el Santo Profeta (sa) estaba débil y enfermo, no debían molestarle porque ya tenían el Sagrado Corán. Otros opinaban que debían llevarle papel y pluma al Santo Profeta (sa). Las dos partes discutieron entre sí, tras lo cual el Santo Profeta (sa) les pidió que se retiraran.

Su Santidad (aba) explicó que Hazrat Umar (ra) comprendió que Dios mismo había declarado que el Sagrado Corán estaba completo y que no se había omitido nada en él. Por lo tanto, al escuchar a Hazrat Umar (ra) decir que tenían el Sagrado Corán, el Santo Profeta (sa) no vio la necesidad de escribir nada más y por eso les pidió a todos que se fueran.Su Santidad (aba) dijo que cuando el Santo Profeta (sa) falleció, se le dijo a Hazrat Umar (ra) que seguramente, el Santo Profeta (sa) no había fallecido, y que seguramente sería traído de vuelta, ya que no estaba dispuesto a aceptar este hecho. Hazrat Abu Bakr (ra) le explicó a Hazrat Umar (ra) que el Santo Profeta (sa) había fallecido, y citó el Sagrado Corán para ayudarle a entender que la muerte es inevitable, y que éste era también el caso del Santo Profeta (sa). Por ejemplo, citó el versículo:

Y Muhammad no es más que un Mensajero y antes que él han pasado todos los Mensajeros. Pero si muere o es asesinado, ¿volveríais sobre vuestros pasos? Quien vuelve sobre sus pasos no perjudicará en absoluto a Al-lah. Y Al-lah recompensa a los agradecidos. (El Sagrado Corán 3:145)

Al escuchar este versículo, todos empezaron a llorar profusamente, como si lo escucharan por primera vez. Escuchar esto ayudó a todos a comprender el hecho de que el Santo Profeta (sa) había fallecido.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que aunque Hazrat Umar (ra) dijo que mataría a cualquiera que dijera que el Santo Profeta (sa) había muerto, hizo un gran servicio al entender el verdadero significado del versículo que se presentó y saber que significaba que ningún profeta puede permanecer vivo e ir al cielo, sino que todos deben fallecer. Así, al entender esto y cambiar su postura, evitó el surgimiento de un malentendido y el desorden. Del mismo modo, todos los Compañeros (ra) que sabían y entendían el Sagrado Corán, entendieron que el Corán afirma que todos los profetas han fallecido, y ninguno puede permanecer vivo.

Los compañeros (ra) juran lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra)

Su Santidad (aba) dijo que cuando llegó el momento de elegir un sucesor, hubo algunos que sugirieron que Hazrat Umar (ra) fuera el Califa. Sin embargo, Hazrat Umar (ra) refutó esto y dijo que juraría lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra) como Califa. Entonces tomó la mano de Hazrat Abu Bakr (ra) para jurar lealtad a él y todos los demás le siguieron.

Su Santidad (aba) dijo que después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), surgieron algunos desórdenes. Después de pedir permiso a Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Umar (ra) se enfrentó a los que levantaban desórdenes.

Comienza la compilación del Sagrado Corán

Su Santidad (aba) dijo que durante el Califato de Hazrat Abu Bakr (ra), hubo muchos huffaz [personas que han memorizado el Sagrado Corán] que fueron martirizados. Hazrat Umar (ra) sugirió a Hazrat Abu Bakr (ra) que el Sagrado Corán fuera compilado en un libro físico para salvaguardarlo. Por lo tanto, Hazrat Umar (ra) comenzó la tarea de compilar el texto del Sagrado Corán que había sido escrito en varios lugares cuando fue revelado. Así, se encontraron varios versículos escritos en hojas, ramas, huesos y cuero. Por ejemplo, se encontró el siguiente versículo escrito en un trozo de cuero:

En verdad, os ha llegado un Mensajero de entre vosotros; es penoso para él que sufráis el infortunio; desea ardientemente vuestro bienestar; y es compasivo y misericordioso con los creyentes. (El Sagrado Corán 9:128)

Su Santidad (aba) dijo que las inscripciones originales del Sagrado Corán permanecieron con Hazrat Abu Bakr (ra). Después de su fallecimiento, permanecieron en posesión de Hazrat Hafsah (ra) y luego fueron entregadas a Hazrat Uthman (ra).

Su Santidad (aba) dijo que seguiría relatando la vida de Hazrat Umar (ra) en futuros sermones.

Resumen preparado por The Review of Religions.

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