Califas guiados – Hazrat Umar (ra)
Sermón del Viernes del 18-06-2021.
Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.
Después de recitar el Tashahud, el Taawuz y el Sura Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:
En estos días estoy narrando los relatos de Hazrat Umar (ra) y seguiré hoy con ello.
Cuando se acercaba el momento de la muerte de Hazrat Abu Bakar (ra), llamó a Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) y dijo:
“Háblame de Umar (ra)”. Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) respondió: “¡Oh Jalifa del Mensajero de Al’lah (sa)! Por Dios, Hazrat Umar (ra) es incluso mejor que la opinión que tienes sobre él, excepto por el hecho de que es estricto en su carácter”. A esto, Hazrat Abu Bakar (ra) exclamó: “Es estricto porque ve que yo soy compasivo por naturaleza. Sin embargo, si se le confía el liderazgo, renunciará a muchos de sus hábitos, porque he observado que cuando trato a alguien de manera estricta, él intenta convencerme de ser indulgente con él; y cuando ve que soy demasiado indulgente con alguien, me dice que sea estricto con él”.
Entonces, Hazrat Abu Bakar (ra) llamó a Hazrat Uzman bin Affan (ra) y preguntó por Hazrat Umar (ra). Hazrat Uzman (ra) declaró:
“Sus cualidades ocultas son incluso mejores que las cualidades que son aparentes. No hay nadie como él entre nosotros”. Hazrat Abu Bakar (rea) luego dijo a estos dos Compañeros: “Todo lo que les he dicho no debe ser revelado a nadie más y si no elijo a Umar (ra), no buscaré más allá de Uzman (ra)”. [En otras palabras, según Hazrat Abu Bakar (ra), ambos individuos eran dignos de llegar a ser Jalifas]. “Y ambos tendrán la autoridad para gobernar vuestros asuntos de la manera más adecuada. Es mi deseo ahora dejar de gobernar vuestros asuntos y unirme a los que han fallecido entre vosotros”.
Durante los días que duró la enfermedad de Hazrat Abu Bakar (ra), Hazrat Talha bin Ubaidul-lah (ra) se le acercó y le dijo:
“Has designado a Hazrat Umar (ra) como el Jalifa del pueblo, aunque puedes ver cómo lo trata en tu presencia. ¿Cuál será la situación cuando esté solo y tú te encuentres con tu Señor y te pregunte sobre tus súbditos?”. Hazrat Abu Bakar (ra) pidió que le reincorporaran y así lo hicieron, con algo de apoyo, y comentó: “¿Estás haciendo que sienta miedo de Al’lah? Cuando me encuentre con mi Señor y Él me interrogue diré: ‘Elegí como Jalifa al mejor de entre Tus siervos’.”
Después de esto, Hazrat Abu Bakar (ra) llamó a Hazrat Uzman (ra) para escribir en privado su testamento en relación con Hazrat Umar (ra) y afirmó:
“Escribe: ‘En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo. Esta es la voluntad de Abu Bakar bin Abu Qahafa para los musulmanes’.” Tras decir esto, perdió el conocimiento y Hazrat Uzman (ra) escribió algo más por su propia cuenta: “He elegido a Umar bin Jattab como vuestro Jalifa y no he dejado ninguna deficiencia a la hora de ofreceros lo mejor para vosotros”. Hazrat Abu Bakar (ra) recuperó la conciencia y dijo: “Léeme lo que has escrito”. Hazrat Uzman (ra) se lo leyó y dijo: “¡Al’lahu Akbar, Al’lah es el Más Grande!”. Y continuó diciendo: “Creo que te asustaste porque no querías causar divisiones entre la gente si yo hubiera fallecido en este estado de inconsciencia”. Hazrat Uzman (ra) respondió afirmativamente y que ese era efectivamente el caso. Hazrat Abu Bakar (ra) añadió: “Que Al’lah te recompense en nombre del Islam y los musulmanes”. En otras palabras, la frase que Hazrat Uzman (ra) escribió por su propia cuenta con respecto a que Hazrat Umar (ra) sería el nuevo Jalifa no fue objetada por Hazrat Abu Bakar (ra).
En “Tarij al-Tabari” está escrito que Muhammad bin Ibrahim bin Hariz relata:
Hazrat Abu Bakar (ra) llamó en privado a Hazrat Uzman (ra) y pidió que escribiera: “En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo. Esta es la voluntad de Abu Bakar bin Abu Qahafah para los musulmanes”. El narrador menciona que tras decir eso, Hazrat Abu Bakar (ra) quedó inconsciente y que a continuación sucedió lo mismo que se ha mencionado anteriormente, que Hazrat Abu Bakar (ra) recuperó la consciencia, tuvo la misma conversación y le pidió a Hazrat Uzman (ra) que la leyera. Después de escuchar lo que había escrito, como se ha mencionado, Hazrat Abu Bakar (ra) dijo “Al’lahu Akbar”, (Dios es el Más Grande). Hazrat Abu Bakar (ra) comentó además: “Que Al’lah te recompense de la mejor manera en nombre del Islam y los musulmanes por haber escrito esa frase”. Hazrat Abu Bakar (ra) mantuvo intacta la declaración escrita y no hizo ningún cambio.
En otra narración se menciona que Hazrat Abu Bakar (ra) llamó a Hazrat Uzman y dijo:
“Sugiéreme una persona para ser elegida como Jalifa. ¡Por Dios! A mis ojos, tú eres digno de darme consejos”. Y exclamó: “¡Hazrat Umar!”. Hazrat Abu Bakar (ra) entonces le pidió que escribiera eso y él comenzó a escribir. Cuando llegó al nombre, Hazrat Abu Bakar (ra) cayó inconsciente. Luego, al recuperar Hazrat Abu Bakar (ra) la consciencia, dijo que escribiera “Umar”.
En otra narración Hazrat Aisha (ra) relata:
“Hazrat Uzman (ra) estaba escribiendo el testamento de Hazrat Abu Bakar (ra) y este quedó inconsciente, y Hazrat Uzman escribió entonces el nombre de Hazrat Umar (ra). Más tarde Hazrat Abu Bakar (ra) recuperó la consciencia y preguntó qué había escrito, a lo que él respondió: “He escrito a Umar”. Hazrat Abu Bakar (ra) dijo: “Has escrito lo que tenía intención de decirte; incluso si hubieras escrito tu propio nombre, habrías tenido derecho a ello”.
En otra narración se menciona que, al caer enfermo, Hazrat Abu Bakar (ra) envió un mensaje a Hazrat Ali (ra), Hazrat Uzman (ra) y a algunas personas de entre los Muhayirin (musulmanes que emigraron de La Meca a Medina) y los Ansar (residentes de Medina), diciendo:
“Como veis, ha llegado el momento y no hay nadie en la posición de mandar sobre vosotros. Si lo deseáis, podéis elegir a una persona de entre vosotros y, si así lo preferís, lo puedo hacer por vosotros”. Respondieron: “Hazlo por nosotros”. Entonces, Hazrat Abu Bakar (ra) le pidió a Hazrat Uzman (ra) que escribiera la que era voluntad de Abu Bakar bin Abi Qahafah, y que plasmaba como su última voluntad antes de partir de este mundo y como su primera voluntad a la hora de entrar en el Más Allá, donde el pecador se arrepentirá, el incrédulo creerá y el mentiroso testificará la verdad.
El testamento es el siguiente:
“Doy testimonio de que no hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah y que Muhammad (sa) es Su Siervo y Mensajero, y designo como el nuevo Jalifa…”. Habiendo dicho esto, cayó inconsciente y Hazrat Uzman (ra) escribió el nombre de Umar bin Jatab por su propia cuenta. Cuando Hazrat Abu Bakar (ra) recuperó el conocimiento, preguntó: “¿Has escrito algo?”. En respuesta exclamó: “Sí, escribí Umar bin Jatab”. Sobre esto, Hazrat Abu Bakar (ra) proclamó: “Que Al’lah tenga misericordia de ti; e incluso si hubieras escrito tu propio nombre, tendrías derecho a ello. No obstante, escribe que he elegido a Umar bin Jatab como vuestro Jalifa después de mí y que estoy contento con él por vuestro bien”. Una vez que se escribió el testamento, Hazrat Abu Bakar (ra) pidió: “Debe leerse en voz alta a la gente”. En consecuencia, Hazrat Uzman (ra) reunió a la gente y envió a su liberto esclavo con una carta. En ese momento, Hazrat Umar (ra) también estaba con él y dijo a la gente que permaneciera en silencio y escuchara las palabras del Jalifa del Santo Profeta (sa), ya que no había mostrado carencias a la hora de proporcionarles un gran bien.
Posteriormente, la gente se sentó en silencio y se les leyó el testamento, lo escucharon y obedecieron. En ese momento, Hazrat Abu Bakar (ra) se volvió hacia la gente y proclamó:
“¿Estáis satisfechos con quien he designado como Jalifa, ya que no he elegido a un pariente? ¡Ciertamente he designado a Umar como vuestro Jalifa! Por tanto, debéis escucharle y obedecerle. Por Al’lah, no he sido negligente al reflexionar y pensar sobre esto”. Ante esto, la gente respondió: “Hemos escuchado y obedecido”. A continuación, Hazrat Abu Bakar (ra) llamó a Hazrat Umar (ra) y le dijo: “Te he designado como el Jalifa de los Compañeros del Santo Profeta (sa) y te he aconsejado a ti, Hazrat Umar (ra), que tengas temor de Dios”. Luego afirmó: “¡Oh Umar! En verdad hay algunos derechos que se deben a Dios, se cumplen durante la noche y que Él no acepta durante el día; y hay algunos derechos que se deben cumplir durante el día y Él no acepta por la noche. Además, es cierto que Él no acepta acciones voluntarias a menos que y hasta que se cumplan las obligatorias. ¡Oh Umar! ¿No ves que las balanzas de esas personas son más pesadas en la balanza del bien y serán también más pesadas en el Día del Juicio como resultado de seguir la verdad?”. Es decir, para aquellos que siguen la verdad, sus balanzas serán más pesadas en el Día del Juicio.
Y dijo además que “en relación con esta balanza, es cierto que en el futuro se colocará algo más pesado en ella. ¡Oh Umar! ¿No ves que la balanza de aquellos mismos individuos será más liviana y sus balanzas también serán más livianas en el Día del Juicio como resultado de seguir la falsedad?”. En otras palabras, no estaban siguiendo la verdad ni realizando actos virtuosos y como tal sus balanzas serán más ligeras en el Día del Juicio. Con seguridad, siempre que se coloque falsedad en la balanza, esta será más ligera.
Y añadió:
“¡Oh Umar (ra)! ¿No ves que los versículos relacionados con las buenas nuevas se revelaron junto con los versículos relacionados con el castigo, y de la misma manera, los versículos relacionados con el castigo se revelaron junto con los versículos que concedían buenas nuevas? Y esto es para que los creyentes permanecieran en un estado de esperanza y temor, (para que por un lado aspiraran a realizar acciones virtuosas y por otro lado se les inculcara el temor de Dios Altísimo en sus corazones) y así no albergaran ningún deseo que no tuviera conexión con Dios, ni temieran de alguna orden salvo que Dios Mismo la hubiera establecido con Sus propias Manos. ¡Oh Umar! ¿No ves que Al’lah ha mencionado a los moradores del infierno debido a sus malas acciones? Por consiguiente, cuando hables de ellos debes decir: ‘Espero no ser uno de ellos’. Y Dios ha mencionado a los habitantes del Paraíso debido y sus virtudes y ha perdonado sus pecados. Por lo tanto, cuando los menciones, debes preguntarte: ‘¿Son mis obras las mismas que las de ellos?’. Busca entonces la respuesta de tu corazón”.
Cuando se acercó el momento del fallecimiento de Hazrat Abu Bakar (ra), él dijo:
“Cualquier riqueza de los musulmanes que se me haya confiado debe ser devuelta, porque no deseo tomar nada de ella; y mis tierras de tal y cual lugar se usarán para devolver la riqueza de los musulmanes que tomé de la tesorería (Bait-ul-Maal) y para ser usada para mis gastos personales”. Hazrat Umar (ra) recibió las tierras de Hazrat Abu Bakar (ra), su camello, su ayudante y una capa que valía cinco dirhams. Cuando Hazrat Umar (ra) vio todo eso exclamó: “Él [o sea, Hazrat Abu Bakar (ra)] ha puesto en gran dificultad al que vendrá después de él”.
Hazrat Jalifatul Masih I (ra) afirma:
“Alguien dijo una vez que Hazrat Umar (ra) ya no poseía un carácter tan severo como tenía en la época de la yahiliyah (era de ignorancia antes del advenimiento del Islam). Sobre esto, Hazrat Umar (ra) respondió: “Todavía tengo esa severidad en mi personalidad, pero ahora la uso contra los incrédulos”.
Por su parte, Hazrat Musleh Maud (ra) relata:
“La gente le dijo a Hazrat Abu Bakar (ra): ‘Ha designado a Umar (ra) como tu Sucesor y esto causará muchos disturbios, porque tiene un temperamento muy fuerte’. Hazrat Abu Bakar (ra) respondió: ‘Su feroz temperamento solo se muestra mientras yo esté presente, pues una vez que me vaya de este mundo su temperamento se suavizará’.”
El Mesías Prometido (as) afirma:
“Con respecto al temperamento de Hazrat Umar (ra) se menciona que una vez alguien comentó: ‘Antes del Islam, te enojabas bastante’. Hazrat Umar (ra) respondió: ‘Todavía tengo el mismo temperamento, pero antes lo muestro de manera inapropiada y ahora lo ejerzo en su debido momento’.”
Yami bin Shidad relata a través de uno de sus parientes cercanos, que escuchó decir a Hazrat Umar bin Jattab (ra):
“¡Oh Al’lah! Soy débil, concédeme fuerzas; si soy severo en mi carácter, suaviza mi temperamento; y si soy avaro, concédeme la capacidad de gastar con el corazón abierto”.
Hay diferentes narraciones con respecto al primer discurso pronunciado por Hazrat Umar (ra) después de convertirse en Jalifa. Según una narración, Humaid bin Halal, que estaba presente en el momento de la muerte de Hazrat Abu Bakar Sid-diq (ra), narra al respecto:
“Cuando Hazrat Umar (ra) regresó del entierro de Hazrat Abu Bakar (ra), limpió el suelo de la tumba con sus manos y luego se paró en dicho lugar y proclamó: ‘Ciertamente Dios Altísimo os ha probado a través de mí y me ha probado a través de vosotros, y después de mis dos amigos, ahora Al’lah me ha dejado para vosotros. Juro por Dios que siempre que me traigan vuestros asuntos, nadie más que yo los atenderá. Si se trata de un asunto que me es ajeno, nombraré personas capaces y dignas de confianza para supervisar vuestros asuntos. Si la gente me trata bien, los trataré bien; y si se portan mal, los castigaré”.
Hazrat Hasan (ra) narra:
“Fuimos testigos del primer discurso pronunciado por Hazrat Umar (ra), en el que glorificó a Dios Altísimo y luego dijo: ‘Después de esto, se me ha probado a través de vosotros y vosotros habéis sido probados a través de mí. Después de mis dos amigos, he sido elegido para vosotros y cualquier asunto que me traigan lo atenderé yo mismo; y para cualquier asunto que me sea ajeno, nombraré personas capaces y dignas de confianza. Al que haga el bien, yo le aumentaré mi bondad; y al que haga el mal, lo castigaré. ¡Que Al’lah nos perdone a mí y a vosotros!”.
Yami bin Shidad relata, basándose en su padre, que cuando Hazrat Umar (ra) se subió en el púlpito, lo primero que dijo fue:
“¡Oh Al’lah! Soy duro, así que hazme amable; soy débil, así que hazme fuerte; y soy tacaño, así que hazme generoso”. Yami bin Shidad sigue relatando de su padre que cuando se eligió a Hazrat Umar (ra) como Jalifa subió en el púlpito y pronunció lo siguiente: “Voy a decir algunas cosas a las que debéis decir ‘Amén’.” Y esas fueron las primeras palabras que dijo Hazrat Umar (ra) después de convertirse en Jalifa.
Por su parte, Husain Mauri afirma que Hazrat Umar (ra) dijo:
“Los árabes son como un camello con riendas que camina detrás de su líder y el trabajo del líder es ser consciente de hacia dónde dirige el camello. En lo que a mí respecta, por el Señor de la Kaaba, con toda seguridad los guiaré por el camino recto”.
En la narración anterior se dijo que debían decir “Amén” a lo que dijera, pero no se mencionan más detalles; o quizá esta narración sobre las riendas es la explicación de la narración anterior. En cualquier caso, al tercer día tras convertirse en Jalifa, Hazrat Umar (ra) pronunció un discurso detallado y se dio cuenta entonces de que la gente le tenía miedo cuando anunció en voz alta:
“La oración está lista para comenzar”. Ante esto, la gente se reunió y él se sentó en el púlpito, en el mismo lugar donde Hazrat Abu Bakar (ra) solía poner sus pies. Cuando todos se reunieron, se puso de pie, glorificó a Dios de la manera apropiada y luego envió bendiciones al Santo Profeta (sa). A continuación proclamó: “Me han informado que la gente tiene miedo de mi temperamento severo y dicen que ‘Umar fue estricto con nosotros incluso cuando el Santo Profeta (sa) estaba presente entre nosotros, y continuó siendo estricto con nosotros cuando Abu Bakar (ra) gobernaba sobre nosotros. ¿Qué pasará ahora que todos los asuntos están en sus manos?’. Quien dijo esto tenía razón. Sin duda yo estaba con el Santo Profeta (sa) y era su esclavo y sirviente; y él era de tal manera que nadie podía igualar su bondad y nobleza de corazón. Dios Altísimo le había otorgado esas cualidades y le había dado dos títulos de entre Sus atributos: el compasivo y el misericordioso. Yo era como una espada empuñada: si el Santo Profeta (sa) lo deseaba, podía ponerme en una vaina o podía soltarme para que golpeara. Entonces el Santo Profeta (sa) falleció estando complacido conmigo y gracias a Dios que fui honrado de esta manera. Entonces Abu Bakar se convirtió en el líder y era de esas personas cuya benevolencia, gracia y bondad no se pueden negar, y yo era su sirviente y ayudante.
Yo combinaba mi rigor con su ternura. Me convertí en una espada desenvainada a su disposición: si así lo deseaba, podía volver a colocarme en la vaina; o si así lo deseaba, podía soltarme para que saliera a golpear. Por tanto, permanecí con él de esta manera hasta que Dios Altísimo causó su muerte cuando él estaba complacido conmigo. Toda la alabanza pertenece a Al’lah, porque he sido bendecido en este sentido. ¡Oh gentes! Luego me he convertido en el Líder de vuestros asuntos. Sabéis bien que mi ira se ha calmado, pero se manifestará contra los que maltraten y opriman a los musulmanes. Así pues, ha disminuido para vosotros, pero se hará evidente contra los enemigos. En cuanto a la gente de naturaleza piadosa, consagrada y virtuosa, seré aún más tierno con ellos de lo que ellos se muestran unos a otros. Si alguna vez encuentro a una persona que actúa injustamente y oprime a los demás, colocaré su mejilla en el suelo y mi pie en su otra mejilla, hasta que comprenda plenamente cuál es la verdad (o sea, sería muy severo). ¡Oh gente! También tenéis muchos derechos sobre mí que menciono, por lo que podéis llamarme para dar cuenta de ellos. Por ejemplo, uno derecho que tenéis sobre mí es que no oculte ninguna riqueza que no se gaste por vuestra causa, ni el botín que Dios Altísimo envíe para vosotros, a menos que sea lo que destino para los trabajos de Al’lah. Otro derecho que tenéis sobre mí es que la riqueza debe ser gastada en la ocasión apropiada; y otro derecho vuestro sobre mí es que siga otorgándoos vuestras asignaciones monetarias. Además, otro derecho sobre mí es que no os arruine y que cuando dejéis vuestros hogares para uniros al ejército, sea como un padre para vuestros hijos hasta que regreséis. Digo esto y busco el perdón de Dios Altísimo para vosotros”.
Hablando de la época del Jalifato de Hazrat Umar, Hazrat Musleh Maud (ra) dijo que frente a los ojos de los musulmanes se tenía presente este versículo:
“Se deben entregar responsabilidades de confianza a las personas que son dignas de gobernar, o que tienen habilidades organizativas”. Después, cuando esta responsabilidad se entrega a determinadas personas, según la Sharia, seguirán teniendo presente el mandato de que se debe gobernar con honestidad y justicia. Si uno abandona la justicia y la honestidad, y traiciona lo que le ha sido confiado, Dios le pedirá cuentas y le castigará por ello”. Este aspecto de defender la honestidad estaba tan afianzado en el carácter de Hazrat Umar (ra) que uno se queda asombrado. Hazrat Umar, que fue el segundo Jalifa del Santo Profeta (sa), sacrificó mucho por el progreso del Islam, tanto que los escritores europeos, que día y noche levantan acusaciones contra el Santo Profeta (sa) y que descaradamente escriben en sus libros que el Santo Profeta ( sa) -Dios nos perdone- no defendió la justicia, cuando mencionan a Hazrat Abu Bakar (ra) y Hazrat Umar (ra) no pueden dejar de admitir que el ejemplo de sus esfuerzos y sacrificios no se puede encontrar en ningún líder mundial. Elogian especialmente a Hazrat Umar (ra) y dicen que pasó día y noche propagando los principios islámicos y ayudando al progreso de los musulmanes. No obstante, ¿cuál era el estado del propio Hazrat Umar (ra)? A pesar de llevar a cabo innumerables iniciativas, ofrecer miles de sacrificios y soportar millares de dificultades, siempre estuvo presente este versículo:
“En verdad, Al-lah os ordena devolver lo depositado a sus propietarios y que, cuando juzguéis entre hombres, lo hagáis con justicia”.
Este versículo quiere decir que, cuando a uno se le asigna la confianza de Dios y sus hermanos y compatriotas lo eligen para representarlos, es su deber cumplir con su responsabilidad con justicia y asegurarse de que utiliza todas sus facultades para la mejora de la gente. Por consiguiente, qué doloroso es el suceso que ocurrió hacia el final de la vida de Hazrat Umar (ra), cuando una persona insensata e ignorante lo apuñaló con una daga, considerándolo un opresor. Luego, al darse cuenta de que su muerte estaba cerca, Hazrat Umar (ra) permaneció en su lecho en un estado inquieto y repetidamente exclamaba lleno de angustia:
“¡Oh Señor! Me entregaste el gobierno del pueblo y depositaste esta confianza en mí, no sé si le hice justicia o no. Ahora el momento de mi muerte se acerca y estoy a punto de dejar este mundo para ir hacia Ti. ¡Oh mi Señor! No busco ninguna recompensa ni deseo ninguna retribución a cambio de mis obras; más bien, ¡oh mi Señor, solo pido que tengas misericordia de mí y me perdones! Si no he cumplido con esta responsabilidad, perdóname”.
Umar era una persona magnífica cuyo nivel de equidad y justicia rara vez se encuentra en la faz de la tierra, excepto bajo el mandamiento:
“Cuando juzgues entre hombres, juzga con justicia”.
En el momento de fallecer, estaba en un estado de inquietud e intranquilidad, porque consideraba que todos sus servicios tanto para la nación como para el progreso de la gente y para el desarrollo del Islam habían sido completamente insignificantes. Todos sus servicios, que todos los musulmanes del país consideraron buenos, y todos sus cometidos, que fueron considerados buenos incluso por aquellos en el país que no eran musulmanes; todos aquellos servicios que no solo su propia gente y otros en su país consideraban buenos, sino también los de países extranjeros; todos aquellos servicios que fueron considerados buenos no solo por la gente de su época, sino incluso ahora, mil cuatrocientos años después; los que no desisten de atacar a su amo se rinden ante los servicios prestados por Umar y dicen que Umar es incomparable en sus logros. Umar consideró que todos estos servicios fueron insignificantes y dijo ansiosamente: “¡Oh Señor mío, se me dio una gran tarea, no sé si hice justicia! Por lo tanto, mi única petición es que perdones mis defectos y me salves del castigo”.
Luego, en un discurso titulado “El Benefactor del mundo”, Hazrat Musleh Maud (ra) declara:
“Fue Hazrat Umar (ra) sobre quien los historiadores cristianos también escriben que su gobierno fue tal que no tiene parangón en el mundo. Desgraciadamente usan un lenguaje soez contra el Santo Profeta (sa), pero elogian a Hazrat Umar (ra). Era una persona que permaneció en su compañía en todo momento y anhelaba, en sus momentos finales, tener un lugar próximo al Santo Profeta (sa). Si cualquier acción del Santo Profeta (sa) demostró que luchó por algo más que alcanzar el placer de Dios, entonces, después de haber alcanzado el nivel que alcanzó, ¿habría deseado Hazrat Umar (ra) tener un lugar cerca de él?”.
Hazrat Musleh Maud (ra) está demostrando que fue el sometimiento al Santo Profeta (sa) y su entrenamiento moral lo que permitió a Hazrat Umar (ra) ser justo y tener este temor de Dios.
En lo que respecta al amor de Hazrat Umar (ra) por los Ahl-e-Bait [la familia del Santo Profeta (sa)], Hazrat Musleh Maud (ra) afirma:
“Hazrat Aisha (ra) vivió durante mucho tiempo después del Santo Profeta (sa). Durante la época de Hazrat Umar (ra), cuando Irán fue conquistado, se trajeron molinos de harina que molían la harina muy fina. Al establecerse el primer molino en Medina, Hazrat Umar (ra) ordenó que el primer lote de esta harina fina se le presentara a Hazrat Aisha (ra) como regalo. De este modo y de acuerdo con sus instrucciones, esa harina fina fue enviada a Hazrat Aisha (ra) y su sirvienta la usó para hacer pan fino. Las mujeres de Medina, que nunca antes habían visto una harina tan fina, se congregaron y se reunieron en la casa de Hazrat Aisha (ra) para poder ver dicha harina y cómo se preparaba el pan. Todo el patio se llenó de mujeres esperando ver el pan horneado con esa harina”.
Por su parte, Hazrat Musleh Maud (ra) una vez se dirigió a las mujeres y comentó:
“Debéis estar pensando que era un tipo único de harina, pero no era tal, pues la harina era de peor calidad que la que hoy se come a diario; de hecho, era de menor calidad que la harina que hoy utilizan las mujeres más pobres. Sin embargo, esa harina tenía una calidad superior a la que normalmente se encontraba disponible en Medina. En cualquier caso, el pan se preparaba con esa harina y las mujeres se asombraron al verla. En su asombro, empezaron a tocar el pan e inmediatamente exclamaron: ‘Este pan es tierno. ¿Existe alguna harina mejor que esta en el mundo?’.
El pan se había horneado, pero aquí es donde se manifestó el amor de Hazrat Aisha (ra) y sus sentimientos por el Santo Profeta (sa), pues Hazrat Aisha (ra) tomó un pequeño trozo de pan y se lo metió en la boca. Todas las mujeres que estaban allí la miraban para ver cómo cambiaba la expresión de Hazrat Aisha (ra) mientras saboreaba el pan tierno y esperaban que ella expresara su felicidad, y que lo disfrutara especialmente. Pero tan pronto como Hazrat Aisha (ra) se puso ese trozo de pan en la boca, permaneció en su boca como si su garganta se hubiera cerrado y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Entonces, las mujeres dijeron: ‘La harina es tan buena y el pan es increíblemente suave. ¿Por qué no has sido capaz de tragarlo y te has puesto a llorar? ¿Le pasa algo al pan?’. Hazrat Aisha (ra) respondió: ‘No le ocurre nada al pan. Sé que este pan es muy blando y nunca habíamos visto algo así; no lloro porque haya algún problema con el pan, sino porque recuerdo los últimos días de la vida del Santo Profeta (sa) cuando se había debilitado y no podía comer alimentos duros. A pesar de todo, incluso en aquellos días, solíamos moler el trigo con piedras y hacer pan con él y presentárselo’. Entonces ella añadió: ‘La persona por quien estamos cosechando estos beneficios se fue antes de que pudiera disfrutar de estas cosas y nosotros, que somos honrados solo por él, nos beneficiamos de estas recompensas’. Cuando dijo esto, se sacó el pedazo de pan de la boca y dijo: ‘Llevaros este pan. Recordando aquella época del Santo Profeta (sa), mi garganta se ha cerrado y no puedo comer este pan’.”
Hazrat Ibn Abbas (ra) narra que durante la época de Hazrat Umar (ra), los Compañeros (ra) del Santo Profeta (sa) conquistaron Madián, que era desde donde Cosroes (el rey del imperio persa) gobernaba.
Hazrat Umar (ra) instruyó que se colocara una estera de cuero en el suelo de la mezquita y que el botín se vaciara sobre la estera de cuero. Entonces se reunieron los Compañeros (ra) del Santo Profeta (sa) y el primero en tomar su parte del botín fue Hasan bin Ali (ra), quien exclamó: “¡Oh Líder de los Creyentes, concédeme la parte de la riqueza que Dios Altísimo ha otorgado a los musulmanes!”. Hazrat Umar (ra) instruyó con gran felicidad y honor que se le dieran mil dirhams. Luego Hasan se fue y Husain bin Ali se adelantó y dijo: “¡Oh Líder de los Creyentes, concédeme la parte de la riqueza que Al’lah ha otorgado a los musulmanes!”. Por lo que Hazrat Umar (ra) instruyó con gran felicidad y honor que se le dieran mil dirhams. Luego el propio hijo de Hazrat Umar (ra), Abdul-lah bin Umar, se adelantó y dijo: “¡Oh Líder de los Creyentes, concédeme la parte de la riqueza que Dios Altísimo ha otorgado a los musulmanes!”. Hazrat Umar (ra) instruyó con gran felicidad y honor que se le dieran quinientos dirhams. Ante esto, Abdul-lah bin Umar dijo: “¡Oh Líder de los Creyentes! Soy un hombre fuerte que solía estar frente al Santo Profeta (sa), empuñando mi espada. En aquella época, Hasan y Husain eran solo niños que solían deambular por las calles de Medina. Les has dado mil dirhams a cada uno y a mí solo me has dado quinientos”. A lo que Hazrat Umar (ra) respondió: “Es cierto. Pero ¿acaso podréis encontrar un padre como su padre, una madre como su madre, un abuelo materno como su abuelo materno, una abuela materna como su abuela materna, un tío paterno como su tío paterno y una tía materna como su tía materna? Ciertamente, no podrás hacerlo”.
Abu Yafar (ra) narra que Hazrat Umar (ra) decidió asignar pagos a la gente y su opinión era mejor que la de todos los demás. La gente le decía que debía empezar por él mismo, pero él no estaba de acuerdo. En cambio, comenzó con los parientes más cercanos del Santo Profeta (sa), determinando primero la asignación para Hazrat Abbas (ra) y luego para Hazrat Ali (ra).
Hazrat Umar bin Jatab (ra) respetaba a Hazrat Imam Hasan (ra) y a Hazrat Imam Husain (ra), los atendía y proveía para ellos como lo hacía con su padre. Una vez, llegaron algunas ropas de Yemen y las distribuyó entre los hijos de los Compañeros (ra), aunque no les dio ninguna a ellos dos [es decir, a Hazrat Imam Hassan (ra) y a Hazrat Imam Hussain (ra)], pues dijo que no había nada entre esas ropas que considerara suficientemente digno para ellos. A continuación, envió un mensaje al gobernador de Yemen, quien mandó confeccionar ropas adecuadas para ellos.
Si Dios quiere, en el futuro seguiré narrando más relatos.
Ahora mencionaré a algunos miembros que han fallecido y más tarde dirigiré sus oraciones fúnebres en ausencia.
El primero es el de Suhaila Mahbub Sahiba, esposa del difunto Faiz Ahmad Sahib Darwesh de Guyrat, que fue Nazir Bait-ul Mal (encargado de las finanzas de Qadián). Suhaila Sahiba falleció a la edad de 90 años:
¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!
Por la gracia de Dios Altísimo era musia (parte del sistema Al-Wasiyat). Pertenecía a una familia educada de Bihar. Su padre no era áhmadi, pero su madre hizo su propia investigación después de que su padre hiciera el Baiat y entonces ella también se unió a la Comunidad. Por ello tuvo que soportar grandes dificultades durante tres o cuatro años, ya que su marido no había aceptado la Yamat, pero ella se mantuvo firme en el Ahmadíat. Aunque su marido nunca aceptó el Ahmadíat, finalmente dejó de oponerse y sus hijas incluso se casaron en hogares áhmadis. Del mismo modo, Suhaila Sahiba también acabó casándose en un hogar áhmadi. En 1958, la madre de la fallecida viajó por primera vez a Qadián junto con su hija Suhailah Mahbub, quien dijo que desarrolló un gran amor por Qadián y rezó mucho para que de alguna manera pudiera establecerse allí, y decidió consagrar su vida para el servicio del Islam-Ahmadíat.
En ese momento, el Nazir Jidmat Darweshan (el encargado de la propiedad de los que cuidaban Qadián) era Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra). En respuesta a su carta para consagrar su vida al servicio de la Yamat le dijo lo siguiente: “Se me ha informado de que quieres consagrar tu vida. Este paso que has tomado es digno de elogio. Al consagrar tu vida, tu principal responsabilidad es aprender sobre la fe y modelar tus acciones de acuerdo con las enseñanzas del Islam y el Ahmadíat, para que puedas establecer un excelente ejemplo”. Desde entonces, consagró su vida. En 1964 se casó con Chaudhry Abdul-lah Sahib Darwesh, con quien tuvo una hija, pero se separaron después de un tiempo. Más tarde se casó por segunda vez con Chaudhry Faiz Ahmad Sahib Darwesh de Guyrat, con quien tuvo un hijo, aunque éste falleció en su infancia. Luego, hasta su jubilación, la fallecida trabajó durante casi 30 años como directora del instituto femenino Nusrat de Qadian.
El siguiente funeral es el de Raya Jurshid Ahmad Munir Sahib, un misionero que había estado trabajando en Australia, que es donde ha fallecido:
¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!
Era musi (miembro de Al-Wasiyat). Trabajó como misionero durante bastante tiempo en varias regiones de Pakistán y Azad Cachemira, y fue un intrépido misionero de la Comunidad. Mientras servía en Azad Cachemira, tuvo que enfrentarse a una gran oposición. Durante los disturbios de 1974, soportó la oposición con gran valentía. Una vez, en una reunión, el Tercer Jalifa (rh) dijo respecto a él: “Tenemos un misionero muy valiente allí”. De ahí le dio el título de “misionero valiente”. Raya Jurshid Ahmad Munir Sahib tenía una casa en Rawalpindi que había donado como regalo a la Yamat y el Cuarto Jalifa (rh) aceptó este regalo. Tras la partición de India y Pakistán, Raya Sahib se trasladó a Ahmad Nagar y tras establecerse allí estudió en Yamia Ahmadía. A fin de poder llegar a fin de mes, abrió una tienda en un pequeño local. En 1948, formó parte del Batallón Furqan. En 1949 aprobó el examen Maulwi Fazil y pasó los primeros exámenes Shahid de Yamia, tras lo cual trabajó como misionero en varios lugares de Pakistán y Cachemira. En 1974 su casa fue atacada, pero se enfrentó a ello con gran valentía. Resultó herido a causa de la muchedumbre que lanzaba piedras, aunque todos los habitantes de la casa permanecieron a salvo.
Siempre aconsejaba ser firme y decía que las Comunidades Divinas están hechas para afrontar esas pruebas. Incluso en estas condiciones, visitaba con valentía las distintas Yamats. Visitaba las casas de la gente y a veces, durante sus visitas a los hogares de los miembros de la Comunidad, era apresado y golpeado, pero nunca se quejaba. Le sobreviven cuatro hijos y cuatro hijas. Estos días se encontraba en Australia, que es donde ha fallecido.
El siguiente funeral es el de Zamir Ahmad Nadim Sahib, que falleció a la edad de 56 años:
¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!
Había estado sufriendo de cáncer. El Ahmadíat se introdujo en su familia a través de su bisabuelo paterno Rahim Bajsh Sahib (ra), Compañero del Mesías Prometido (as), en 1897. Cuando su bisabuelo paterno se enteró de que el Imam Mahdi había llegado, fue desde su pueblo, Shikarpur Machiyan, que estaba en el Distrito de Gurdaspur, a Qadián para asistir al Yalsa que fue donde aceptó el Ahmadíat. Entonces informó a uno de sus parientes, Mehr Din Sahib sobre el Imam Mahdi y este también fue y aceptó el Ahmadíat. Luego, como resultado de su predicación, casi todo el pueblo se hizo áhmadi. Después de completar Yamia, Zamir Sahib trabajó para la Yamat durante algún tiempo bajo Islaho Irshad Muqami y más tarde fue nombrado para el Comité Daftar Mansuba Bandi, tras lo cual sirvió bajo Nazarat Islaho Irshad Markaziya. Desde 2005 hasta su fallecimiento fue Muawin Nazir Wasiyat Shuba Istiqbaliya.
Al’lah le concedió un hijo y una hija. Su hijo también es misionero. Sabía cómo establecer contactos y además era un buen jugador de baloncesto, lo que ayudaba a establecer relaciones. A continuación, utilizaba estas conexiones en beneficio de la Comunidad. Era regular en ofrecer la oración de tahayud (oraciones voluntarias de madrugada) y poseía un alto grado de confianza en Dios Altísimo. Tenía la costumbre de que cuando se enfrentaba a alguna dificultad, ofrecía inmediatamente oraciones voluntarias y escribía una carta al Jalifa. Por la gracia de Dios, sus oraciones y rezos voluntarios eran aceptados.
El siguiente funeral es el de Isa Muakitilima Sahib de Tanzania, que falleció hace unos días:
¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!
Nació en un hogar cristiano, pero a los 19 años comenzó a interesarse por el diálogo religioso debido a las influencias de su entorno y tras un tiempo tuvo el honor de aceptar el Islam. Unos años más tarde, conoció las enseñanzas de la Comunidad Musulmana Ahmadía y, tras llevar a cabo su investigación, entró en el redil de la Yamat en 1992. Pasó por un cambio piadoso después de prestar el juramento de fidelidad (Baiat). Su familia lo sintió claramente y, al ser testigo de esta transformación, su esposa también juró su fidelidad. Tras prestar este juramento de fidelidad, hizo grandes esfuerzos para aumentar su conocimiento religioso y no dejaba escapar ninguna oportunidad para predicar el mensaje del Islam-Ahmadíat, incluso mientras estaba trabajando. Siempre estuvo en primera fila a la hora de dar limosnas y en muchas ocasiones decía que dar en el camino de Dios atrae bendiciones en los negocios y la riqueza. Tenía un negocio. Era una persona muy amable, educada y humilde. Mostró un gran respeto por los consagrados a la religión, los funcionarios y los trabajadores de la Comunidad. Era musi y le sobreviven dos esposas y diez hijos.
El misionero encargado de Tanzania escribe: “Fue nombrado presidente regional de Darus Salam. La humildad y la sencillez fueron siempre algo destacado en él, que encontraban lugar en el corazón de la gente. Era un hombre piadoso que prestaba tranquilamente sus servicios. A continuación, fue nombrado Naib Amir de Tanzania y sirvió en este cargo de forma maravillosa. Poseía grandes consejos y tenía siempre presente el respeto y el honor del sistema de la Comunidad. Siempre exhortó a los áhmadis a convivir en armonía y a mantenerse firmemente unidos al Jalifato. También tuvo en cuenta las necesidades de los trabajadores de la Yamat y constantemente se esforzaba por colaborar en la medida de lo posible; de hecho, cogía su coche y llevaba a los trabajadores a la oficina por la mañana mientras se dirigía al trabajo, para que no perdieran tiempo en viajar en autobús. Mantenía una habitación en su casa como centro de oración, donde se rezaba. Cuando se le animó a dar la parte de su propiedad correspondiente a su promesa como musi, inmediatamente escogió sus dos propiedades más valiosas y las ofreció para dicho cometido”.
El siguiente funeral es el del Sheij Mubashar Ahmad Sahib, supervisor del departamento de construcción de Qadián. Era hijo del Sheij Asrar Sahib de Kirang Batesha, India. Falleció en los últimos días a causa del coronavirus, a la edad de 33 años:
¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!
Era áhmadi de nacimiento y pertenece a una familia que es áhmadi desde hace muchísimo tiempo. Era un siervo de la Comunidad de muy buenos modales, asiduo a la oración y siempre estaba dispuesto a prestar sus servicios a la fe. Tenía un vínculo con la mezquita desde la infancia. Durante los últimos ocho años ha estado prestando continuamente sus servicios al departamento de construcción de Qadián de una forma maravillosa. Era muy serio en su trabajo y prestaba gran atención a los detalles. Le sobreviven su esposa, sus padres, dos hermanos y una hermana.
El siguiente funeral es de Saif Ali Shahid Sahib, que falleció en Sidney.
¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!
Por la gracia de Dios era musi. Del lado materno, era bisnieto de Chaudhary Muhammad Ali Sahib, Compañero del Mesías Prometido (as); y nieto de Chaudhary Gamay Jan Sahib. Su hermano es Haider Ali Zafar Sahib, misionero en Alemania y también Naib Amir en la actualidad y dice: “En 1961 completó su formación y comenzó a trabajar en Hyderabad. Luego siguió cubriendo tanto los gastos de educación como otros para mí y mi hermano, y sirvió a nuestros padres de manera muy desinteresada. Era extremadamente sociable, de voz suave y humilde. Tenía un gran amor y afecto por los niños y los jóvenes, y poseía un vínculo de máximo amor y obediencia por la Comunidad y el Jalifato. Siempre enseñó a sus hijos a mostrar amor y obediencia por el Jalifato. Mostraba un gran respeto por aquellos que ostentaban cargos y nunca toleraba ni siquiera oír una mala palabra contra ellos. Era muy regular a la hora de ofrecer sus oraciones y rezaba el tahayud; y aparte realizaba las oraciones de manera excelente”.
Durante su estancia en Pakistán, tuvo el honor de ser Secretario de Finanzas y Secretario Waqf-e-Yadid. Luego, Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) lo nombró como presidente de la Comunidad de Mirpur Jas y permaneció allí como Sadar hasta que la misma se convirtió en un “Imarat”,. Tras el martirio del Dr. Abdul Manan Sid-diqi Sahib, tuvo el honor de servir como Amir local y Amir del distrito. Permaneció como Amir del distrito de Mirpur jas hasta que partió hacia Australia. También desempeñó diversas funciones en las organizaciones auxiliares. Asimismo, trabajó como miembro de la Junta de Qaza en Australia, como Naib SadAr Aw-wal Ansarul-lah y además trabajó allí como secretario de Rishta Nata de la Comunidad desde 2016. Dos de sus hijos fallecieron durante su vida, pero soportó las pérdidas con gran paciencia. Le sobreviven su esposa y sus cuatro hijos.
El siguiente funeral es el de Masud Ahmad Hayat Sahib, hijo de Rashid Ahmad Hayat Sahib. Ha fallecido a la edad de 80 años:
¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!
El Ahmadíat fue introducido en su familia a través de su abuelo paterno, Hazrat Babu Umar Hayat Sahib, hijo de Chaudhary Pir Bakhsh Sahib. En 1898, Hazrat Umar Hayat (ra) prestó el juramento de fidelidad (Baiat), a la edad de 14 años y entró en el redil del Ahmadíat. Al principio trabajó en el ejército y luego se trasladó a Kenia. Masud Hayat Sahib viajó al Reino Unido en 1967 y permaneció allí de forma permanente tras mudarse aquí desde Kenia. Tenía un carácter muy piadoso, era asiduo al ayuno y a las oraciones, y era una persona educada, amistosa, hospitalaria y amable. Tuvo el honor de realizar el Hall (la Peregrinación) en dos ocasiones.
También tuvo el honor de conducir y trabajar en la seguridad durante las giras de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) a varios países. Cuando se compró la mezquita Baitul Ahad de Walthamstow en 1983, la mayor donación fue la suya y la de su esposa, la difunta Tahira Hayat Sahiba. Dios Altísimo había derramado Su gracia especial sobre él en su riqueza, y regularmente daba una gran parte de ella en el camino de Al’lah. Cuando la Comunidad Redbridge East (una parte de Londres) se dividió, esa Yamat no tenía su propia mezquita. Cuando se dio cuenta de ello, dedicó una parte de su casa a la Comunidad y ésta siguió siendo el centro de esa Yamat durante tres años, donde se celebraban diversas actividades de la Comunidad. Tiene dos hijos y su segunda esposa. Su primera esposa falleció.
¡Que Dios Altísimo se apiade de todos los fallecidos y permita que su progenie siga apegada al Ahmadíat! ¡Que sus oraciones por su futura progenie y la de sus antepasados sean aceptadas! Una vez terminada la oración, dirigiré sus oraciones fúnebres.
Resumen
Después de recitar el Tashahhud, el Ta`awwuz y el Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida de Hazrat Umar (ra).
El Testamento de Hazrat Abu Bakr (ra)
Su Santidad (aba) dijo que antes de fallecer, Hazrat Abu Bakr (ra) llamó a Hazrat Uthman (ra) para que escribiera su testamento. Cuando Hazrat Uthman (ra) estaba empezando a escribir, Hazrat Abu Bakr (ra) cayó inconsciente. Durante este tiempo, Hazrat Uthman (ra) escribió que Hazrat Umar (ra) sería el próximo Jalifa. Luego, cuando Hazrat Abu Bakr (ra) recuperó la conciencia, le pidió a Hazrat Uthman (ra) que leyera lo que había escrito. Entonces leyó lo que había escrito sobre Hazrat Umar (ra), y Hazrat Abu Bakr (ra) no lo cambió, sino que dijo que había prestado un gran servicio.
Su Santidad (aba) dijo que el testamento de Hazrat Abu Bakr (ra) fue leído a la gente, y Hazrat Abu Bakr (ra) les preguntó si estaban de acuerdo con la decisión que había tomado, a lo que todos respondieron que obedecerían esta decisión y al siguiente Jalifa.
Su Santidad (aba) dijo que una vez, alguien le preguntó a Hazrat Umar (ra) sobre su ira que ya no se percibía. Hazrat Umar (ra) respondió que todavía la conservaba, pero que sólo se manifestaba contra los incrédulos.
El primer discurso de Hazrat Umar (ra) como Califa
Su Santidad (aba) dijo que en su primer discurso después de ser Califa, Hazrat Umar (ra) dijo que cualquier asunto que viniera a él lo decidiría él mismo. Y que cualquier asunto que estuviera alejado, nombraría representantes para que se ocuparan de él. Dijo que quien hiciera el bien sería recompensado, pero quien hiciera el mal, sería tratado como tal.
Su Santidad (aba) dijo que el tercer día después de ser Califa, Hazrat Umar (ra) pronunció un discurso en el que dijo que había oído que la gente tenía miedo de su temperamento ardiente y que la gente sentía que sería duro como líder.
Hazrat Umar (ra) dijo que durante la época del Santo Profeta (sa), nadie podía igualar la bondad y compasión del Santo Profeta (sa), y que en el momento de su fallecimiento, el Santo Profeta (sa) estaba complacido con Hazrat Umar (ra). Luego, con respecto a Hazrat Abu Bakr (ra), dijo que todo el mundo era consciente de que era muy amable y que era su sirviente y ayudante. Y en el momento de su fallecimiento, Hazrat Abu Bakr (ra) estaba complacido con Hazrat Umar (ra). Hazrat Umar (ra) dijo que él sería extremadamente amable, pero al mismo tiempo sería firme en asegurar la implementación de la justicia.
La gran humildad de Hazrat Umar (ra)
Su Santidad (aba) dijo que el Segundo Califa, Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmud Ahmad (ra) declaró con respecto al Jilafat de Hazrat Umar (ra), que él se esforzó mucho en asegurar que los valores y las enseñanzas del Islam se mantuvieran. Hazrat Umar (ra) solía rezar a Dios, porque se le había confiado una gran tarea, y rezaba pidiendo perdón en caso de que no hubiera hecho justicia en el cumplimiento de este deber.
Su Santidad (aba) dijo que cuando Irán fue conquistado, se trajeron molinos de harina a Medina, y Hazrat Umar (ra) dijo que la primera harina de los molinos debía ser enviada a Hazrat A’ishah (ra). Esto demostró el gran respeto que tenía por las esposas y la familia del Santo Profeta (sa). Las mujeres de Medina nunca habían visto una harina tan fina, por lo que se reunieron alrededor de Hazrat A’ishah (ra) para verla. El Segundo Califa (ra) dijo que no se trataba de ninguna harina especial, sino que era de menor calidad que la harina que tenían que comer los más pobres entre los pobres. Cuando Hazrat A’ishah (ra) se llevó la harina cocida a la boca, comenzó a llorar. Cuando le preguntaron por qué lloraba, dijo que pensaba en el Santo Profeta (sa), que incluso en sus últimos días de vida no tenía mucho que comer. La persona a la que se debían todas las bondades se había ido, y sin embargo ellos pudieron beneficiarse de esta bondad y favor. Más tarde Hazrat A’ishah (ra) dijo que no podía comer más.
Su Santidad (aba) dijo que seguirá relatando la vida de Hazrat Umar (ra) en futuros sermones.
Oraciones fúnebres
Su Santidad (aba) dijo que dirigiría las oraciones fúnebres in-absentia de los siguientes miembros:
Suhaila Mahbob Sahiba
Suhaila Mahbob Sahiba, esposa de Faiz Ahmad Sahib Darwesh. Su padre no había aceptado el Ahmadíat, pero su madre era ahmadi y, a pesar de enfrentarse a la oposición, se mantuvo firme en su fe en el Ahmadíat. Fue directora de una escuela secundaria en Qadian.
Raja Khurshid Ahmad Munir Sahib
Raja Khurshid Ahmad Munir Sahib era un misionero de Australia. Sirvió como misionero en diferentes lugares. Tuvo que enfrentar mucha persecución mientras servía en Pakistán. Fue muy valiente. También era muy firme y predicaba lo mismo a los demás. Con valentía, hacía visitas a los hogares de los ahmadi. Le sobreviven cuatro hijos y cuatro hijas.
Zameer Ahmad Nadeem Sahib
Zameer Ahmad Nadeem Sahib falleció a causa de cáncer. Sirvió como misionero en varios lugares. Le sobreviven un hijo y una hija. Era un buen jugador de básquetbol, lo que le ayudó a hacer conexiones que utilizaría para el beneficio de la Yamat.
Isa Muakitilima Sahib
Isa Muakitilima Sahib, de Tanzania. Nació en un hogar cristiano y más tarde, tras realizar su propia investigación, se unió en Ahmadíat. Su esposa también siguió su ejemplo aceptando el Ahmadíat. Siempre estuvo dispuesto a propagar el mensaje del Islam y a ofrecer sacrificios económicos. Le sobreviven dos esposas y diez hijos. Sirvió a la Comunidad en varios cargos. Era regular en el ofrecimiento de oraciones e incluso había reservado una habitación en su casa para ofrecer oraciones.
Sheikh Mubashar Ahmad Sahib
Sheikh Mubashar Ahmad Sahib de Qadian falleció debido a complicaciones del coronavirus. Poseía excelentes cualidades y siempre estaba dispuesto a servir a la Comunidad. Le sobreviven su esposa, su madre, su hermano y dos hermanas.
Saif Ali Shahid Sahib
Saif Ali Shahid Sahib falleció en Sydney. Era muy sociable, amable y compasivo con los niños. Amaba mucho el Jilafat y se lo enseñaba a sus hijos. Rezaba mucho y ofrecía regularmente el tahajjud [oraciones voluntarias antes del amanecer]. Sirvió a la comunidad en varios puestos. Le sobreviven su esposa y sus cuatro hijos.Masood Ahmad Hayat Sahib
Masood Ahmad Hayat Sahib poseía muchas grandes cualidades y era regular en las oraciones. Tuvo el honor de realizar el Hall dos veces. Gastó mucho en el camino de Al’lah. Le sobreviven su esposa y sus dos hijos.
Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah trate a los fallecidos con perdón y misericordia, permita que sus hijos sigan apegados al Ahmadíat y que sus oraciones por su progenie sean aceptadas.
Resumen preparado por The Review of Religions