La excelencia personificada; Wassae Makanaka
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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La excelencia personificada; Wassae Makanaka

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahhud, Ta’awwuz y Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul-Masih V (aba) dijo:

El nombre del primero de los Compañeros badri que mencionaré hoy es Hazrat Hussain bin Haris. El nombre de su madre era Suhaila bint Jazai y pertenecía a la tribu de Banu Muttalib bin ‘Abdi Manaaf. Emigró a Medina junto con sus dos hermanos, Hazrat Tufail y Hazrat ‘Ubaidah. Hazrat Mistah bin Usasah y Hazrat Abbaad bin Muttalib también los acompañaron. Mientras estuvo en Medina, se quedó en la casa de Hazrat Abdul-lah bin Salama All-lani. Según un relato de Muhammad bin Ishaq, el Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Hazrat Hussain y Hazrat Abdul-lah bin Yubair. Hazrat Hussain participó en todas las batallas junto con el Santo Profeta (sa), incluidas las batallas de Badr y Uhud. Los dos hermanos de Hazrat Hussain, Hazrat Ubaidah y Hazrat Tufail, también participaron en la batalla de Badr. Hazrat Hussain falleció en 32 dH [después de la Hégira].(Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Vol. 3, p. 30, Hussain bin Haris, Dar-ul-Hayaa al-Turath Al-Arabi, Beirut, Lebanon, 1996) (Al-Isti’ab fi Ma’rifatis Sahaba, Vol. 3, p. 141, Ubaida bin Haris, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, Lebanon, 2002) (Usdul Ghaba, Vol. 1, p. 573, Hussain bin Haris, Dar-ul-Kutub Ilmiyyah, Beirut)

El nombre del hijo de Hazrat Hussain era Abdul-lah, mientras que sus hijas eran Jadiya e Hind, y también aceptaron el islam. Con motivo de la batalla de Jaiber, el Santo Profeta (sa) dio grano que pesaba 100 wasaq a ambos. Un Wasaq es igual a 60 saa’, y 1 saa es igual a 2.5 kg. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) les dio grano que pesaban casi 375 maund [equivalente a aproximadamente 13,500 kg] debido a su consideración por su padre. (Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Vol. 3, p. 30, Hussain bin Haris & Vol. 8, p. 364, Dar-ul-Hayaa al-Turath Al-Arabi, Beirut, Lebanon, 1996),(Lughatul Hadith, Vol. 4, p. 487, “Wasaq” & Vol. 2, p. 648, “Saa, Nashir Numani Kutub Khana, Lahore, 2005)

El siguiente Compañero es Hazrat Safwaan (ra). El nombre de su padre era Wahab bin Rabi’ah. El título de Hazrat Safwaan era Abu ‘Amr. Perteneció a la tribu de Banu Haris bin Fehr. El nombre de su padre era Wahab bin Rabi’ah. En uno de los relatos, el nombre de su padre también se ha registrado como “Wuhaib”. El nombre de su madre era Daad bint Halldam, conocido como “Baidaa”. Por esta razón, Hazrat Safwaan también fue conocido como Ibn Baidaa [el hijo de Baidaa]. Era el hermano de Hazrat Sahl y Hazrat Suhail. Estos dos hermanos son diferentes de Sahl y Suhail, de quienes el Santo Profeta (sa) compró una parcela de tierra para Masyid-e-Nabawi. El Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Hazrat Safwaan y Hazrat Rafe bin Mu’al’la. Según otra narración, el vínculo se estableció con Hazrat Rafe bin All-laan. Varias opiniones también existen con respecto a su fallecimiento. Según algunos, fue asesinado por Tu’aimah bin Adi durante la batalla de Badr. Según otra narración, no fue martirizado durante la batalla de Badr, sino que participó en todas las batallas junto con el Santo Profeta (sa), incluida la batalla de Badr.

Con respecto a Hazrat Safwaan, también se informa en una narración que regresó a La Meca después de la batalla de Badr y después de algún tiempo volvió a emigrar. También encontramos una narración que afirmaba que permaneció en La Meca hasta la victoria de la Meca. Hazrat Ibn Abbas narra que el Santo Profeta (sa) lo incluyó en la campaña de Abdul-lah bin Yahsh y lo envió hacia Abwaa. Según varios relatos, se dice que falleció en 18, 30 o 38 dH. En cualquier caso, es evidente por todos los relatos que fue un Compañero badri. (Usdul Ghaba, Vol. 3, p. 33, Safwan bin Wahab, Dar-ul-Kutub Ilmiyyah, Beirut) (Al-Asaab fi Tameez Al-Sahaba, Vol. 3, pp. 358-359, Safwan bin Wahab, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, 1995) (Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Vol. 3, p. 318, Safwan bin Baidha, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, 1990)

El siguiente Compañero a mencionar es Hazrat Mubashir bin Abd-il-Munzir. El nombre de su padre era Abd-ul-Munzir y el nombre de su madre era Nasiba bint Zaid. Perteneció al clan Banu Amr bin Auf de la tribu Aus. El Santo Profeta (sa) formó un vínculo de hermandad entre Hazrat Mubashir bin Abd-il-Munzir y Hazrat Aqil bin Abu Bukair. Según algunos relatos, el Santo Profeta (sa) formó un vínculo de hermandad entre Hazrat Aqil bin Abu Bukair (ra) y Hazrat Muyazzir bin Ziad. Sin embargo, Hazrat Mubashir participó en la batalla de Badr y fue martirizado durante la batalla. Hazrat Sa’ib bin Abu Lubaba, hijo de Hazrat Mubashir, Abu Lubaba, narra que el Santo Profeta (sa) asignó una parte del botín de guerra a Hazrat Mubashir bin Abd-il-Munzir y Ma’an bin Adi trajo su parte a nosotros. Su hermano y sus sobrinos también recibieron una parte. (Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Vol. 3, pp. 248-347, Mubashir bin ‘Abd-il-Munzir, Dar-ul-Hayaa al-Turath Al-Arabi, Beirut, Lebanon, 1990)

En el momento de la migración a Medina, de entre los muhayirin [aquellos musulmanes que habían emigrado a Medina desde la Meca], Hazrat Abu Salama bin ‘Abd-il-Asad, Hazrat’ Amir bin Rabi’ah, Hazrat ‘Abdul-lah bin Yahash y su hermano Hazrat Abu Ahmad bin Yahash, se quedó con Hazrat Mubashir bin ‘Abd-il-Munzir en Quba. Después de esto, los muhayirin comenzaron a llegar allí en gran número. Hazrat Mubashir bin ‘Abd-il-Munzir participó en la batalla de Badr junto con sus dos hermanos, Hazrat Abu Lubaba bin’ Abdil Munzir y Hazrat Rafa’ah bin ‘Abd-il-Munzir. Hazrat Rafa’ah participó en el compromiso de ‘Aqba junto con setenta Compañeros y también participó en las batallas de Badr y Uhud. Fue martirizado el día de Uhud. (Al-Sira Al-Nabwaiyyah Li ibn Hisham, p. 335, Zikr Muhajireen ilaa Al-Medina, Dar-ul-Kutub Al-ilmiyyah, Beirut, 2001)

Cuando el Santo Profeta (sa) partió para la batalla de Badr, nombró a Hazrat Abu Lubaba como administrador de Medina y lo envió de regreso de Rauha. Como se mencionó anteriormente, Rauha es el nombre de un lugar, que se encuentra a una distancia de cuarenta millas de Medina. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) le asignó una parte del botín de guerra. Al-lama Ibn Ishaq afirma que Hazrat Mubashir bin ‘Abd-il-Munzir pertenecía a la tribu Banu Amr bin ‘Auf. Era uno de los Compañeros Ansari [musulmanes nativos de Medina] que fueron martirizados durante la batalla de Badr.  (Usdul Ghaba Fi Marifat Al-Sahaba, Pt. 5, Mubashir bin Abd-il-Munzir, p. 53, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, Lebanon, 2008) (Al-Tabaqaat-ul-Kubra, Pt. 3, p. 241, Mubashir bin ‘Abd-il-Munzir, Dar-ul-Hayaa al-Turath Al-Arabi, Beirut, Lebanon, 1996) (Lughatul Hadith, Vol. 2, p. 149)

Hazrat Abdul-lah bin Amr bin Haram dice: “Vi un sueño antes de la batalla de Uhud en el que Hazrat Mubashir bin Abd-il-Munzir me dice que os uniréis conmigo en unos días.” Le pregunté: “¿dónde estás?” Sobre esto, dijo: “Estamos en el cielo. Comemos y bebemos donde deseamos.” Le pregunté si fue martirizado durante la batalla de Badr. Él respondió: “Ciertamente fui martirizado, sin embargo, me revivieron una vez más”. Este Compañero mencionó este sueño al Santo Profeta (sa), sobre el cual el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Abu Yabir! Esta es la realidad del martirio. Un mártir regresa a Al-lah y vive libremente.”  (Al-Mustadrak Ala Al-Sahihain, Vol. 5, pp. 1840-1841, Kitab Marifat Al-Sahaba, Zikr Manaqib Abdillah bin Amr, Maktaba Nizar Mustapha, Mecca, 2000)

Mencionando a los Compañeros que fueron martirizados durante la batalla de Badr, Al-lama Zarqani escribe: “dos Compañeros pertenecían a la tribu de Aus. Uno de ellos era Hazrat Sa’d bin Jaizama. Algunos dicen que Tu’aima bin ‘Adi lo martirizó, mientras que otros dicen que Amr bin Abdi Wudd lo martirizó”. Samhudi escribió en su libro “Wafa” que, según las declaraciones de los historiadores, se hace evidente que, aparte de Hazrat Ubaida, los Compañeros que fueron martirizados durante la batalla de Badr también fueron enterrados allí. Hazrat ‘Ubaida falleció un poco más tarde y, como tal, fue enterrado en Safraa o Rauha.

Con el apoyo de narradores auténticos, Tibrani ha relatado un incidente sobre la autoridad de Ibn Mas’ud en el que declaró: “Al-lah ciertamente colocará las almas de los Compañeros del Santo Profeta (sa) que fueron martirizados el día de Badr entre las aves verdes en el cielo y comerán y beberán donde les plazca. Estarán en este mismo estado cuando su Señor se presente ante ellos y les diga: “¡Oh siervos míos! ¿Qué es lo que deseáis?” Sobre esto, dirán “¡Oh nuestro Señor! ¿Hay algo más grande que el hecho de que ya hemos entrado en el cielo?” Al-lah el Todopoderoso entonces preguntará: “¿Qué es lo que deseais?” Cuando preguntó por cuarta vez, los Compañeros dijeron: “Devolver nuestras almas a nuestros cuerpos, para que podamos ser martirizados de nuevo de la misma manera en que fuimos martirizados antes”. (Sharh Al-Allama Al-Zurqani, Pt. 3, p. 327, Baab Ghazwah-e-Badr Al-Kubra, Darul Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, Lebanon, 1996)

El siguiente Compañero a mencionar es Hazrat Waraqa bin Ayas. Hay una diferencia de opinión sobre su nombre. Aparte de “Waraqa”, su nombre también se ha registrado como “Wadfa” y “Wadqa”. El nombre de su padre era Ayas bin Amr. Era del clan Banu Lozaan bin Ghanam de la tribu Jazrall. Según una narración de ‘Alama bin Ishaaq, Hazrat Warqa tuvo la oportunidad de participar en la batalla de Badr junto con dos de sus hermanos; Hazrat Rabi ’y Hazrat Amr. Aparte de la batalla de Badr, Hazrat Warqa participó en la batalla de Uhud, en la batalla de Jandaq y en todas las demás batallas junto con el Santo Profeta (sa). Murió como mártir en el año 11 dH [después de la Hégira], en la batalla de Yamama durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra).  (Al-Sira Al-Nabwaiyyah Li ibn Hisham, p. 469, Dar-ul-Kutub Al-ilmiyyah, Beirut, 2001) (Usdul Ghaba, Vol. 5, pp. 412-413, Warqa bin Ayas, Dar-ul-Kutub Al-ilmiyyah, Beirut, 2008) (Al-Asaab fi Tameez Al-Sahaba, Vol. 6, p. 471, Warqa bin Ayas, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, 2005)

El siguiente Compañero que se menciona es Hazrat Muhriz bin Nazlah (ra). Su padre fue Nazlah bin Abdul-lah, pero según un escrito distinto, su nombre era Wahab. Su título era Abu Nazlah, quien tenía una tez clara y un rostro bello. También era conocido por los nombres de Fuhaira y Ajram. Era un confederado de los Banu Abd Shams, mientras que la tribu Abdul Al-Ash’al afirmaban ser también de sus confederados. Hazrat Muhriz fue conocido como Muhriz o Ajram y pertenecía a una tribu de la Meca llamada Banu Ghanam bin Dudaan.

Tras aceptar el islam, las mujeres y los hombres de esta tribu pudieron emigrar a Medina, y Hazrat Muhriz bin Nazlah estaba entre estos emigrantes. Waaqdi afirma: “Escuché por Ibrahim bin Isma’il que el día de Sarh (este es el nombre de la batalla de Zi Qard y la Batalla de Al-Ghabah que tuvo lugar en el año 6 de la Hégira) aparte de Hazrat Muhriz bin Nazlah, nadie de la tribu de Banu ‘Abd Al-Ash’al participó en esta batalla. Estaba montando el caballo de Hazrat Muhammad bin Muslamah. El nombre del caballo era Zul-lama”. El Mensajero de Al-lah (sa) había establecido un vínculo de hermandad entre Hazrat Muhriz bin Nazlah y Hazrat ‘Amarah bin Hazam. Participó en las batallas de Badr, Uhud y Jandaq. Salih bin Qisaan narra: “Hazrat Muhriz bin Nazlah dijo: “Vi en un sueño en el que los cielos se abrieron ante mí y entré, y alcancé el séptimo cielo. Luego llegué al Sidrat-ul Muntaha. Me dijeron que este es tu destino”. Hazrat Muhriz (ra) dice: “Le conté este sueño a Hazrat Abu Bakr (ra), quien era un experto en la interpretación de los sueños”. Y Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: “Alégrate de las buenas nuevas del martirio”. Después de este sueño, alcanzó el martirio.

El día de Sarh partió junto con el Santo Profeta (sa) para la batalla de Al-Ghabah, también conocida como Ghazwah Zi Qard, que tuvo lugar en el año 6 de la Hégira. Amr bin Uzman Yahshi narra un incidente de sus antepasados: “Hazrat Muhriz bin Nazlah (ra) tenía treinta y uno o treinta y dos años cuando participó en la batalla de Badr, y tenía cerca de treinta y siete o treinta y ocho años en el momento de su martirio”. (Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Pt. 3, Vol. 3, p. 52, Muhriz bin Nadhlah, Dar-ul-Hayaa al-Turath Al-Arabi, Beirut, 1996) (Usdul Ghaba Fi Marifat Al-Sahaba, Vol. 5, p. 68, Muhriz bin Nadhlah, Dar-ul-Kutub Ilmiyyah, Beirut, Lebanon, 2008)

El incidente de su martirio se cuenta de la siguiente manera. Al relatar la narración sobre Ghazwah Zi Qard, Hazrat Ayas bin Salma dice: “Mi padre me informó que después del Tratado de Hudaibiyah, salimos para Medina y nos paramos en un lugar. Había un monte situado entre nosotros y la tribu Banu Lihyaan, los cuales eran idólatras. El Santo Profeta (sa) oró por el que pasaba la noche en la montaña, es decir, aquel que se mantenía atento y vigilante tanto para la seguridad del Santo Profeta (sa) como la de los demás Compañeros durante toda la noche, es decir, quien escalaba la montaña para avisar en caso de ataque de las fuerzas enemigas”. Hazrat Salmah bin Akwa dice: “Por la noche, subí al monte dos o tres veces. Más tarde llegamos a Medina”. Luego sigue explicando: “El Santo Profeta (sa) envió sus camellos con Rabaah, que era un sirviente del Santo Profeta (sa). Monté el caballo de Hazrat Talha y fui con él para dejar que los camellos pudieran beber agua. Por la mañana, Abdur-Rahman Fazaari atacó a los camellos del Santo Profeta (sa). Había una tribu enemiga con ellos. Robaron los camellos que pertenecían al Santo Profeta (sa) y mataron a los pastores. El narrador cuenta, además: “Le dije a Rubaah, ‘¡Oh Rubaah! Lleva este caballo a Talhah bin Ubaidul-lah e informa al Santo Profeta (sa) que los idólatras han robado sus animales.’ Luego me paré en una duna de arena frente a Medina y repetí tres veces: ‘¡Oh Sabaaha, Oh Sabaaha!’”

Los árabes solían decir estas palabras si veían a un enemigo volver a atacar de nuevo. Decían esto como eslogan, que consistía en un grito o llamamiento para que las fuerzas cercanas se reunieran de inmediato y acudieran para ayudar al ejército y así enfrentarse al enemigo y hacer que huyeran. Algunos han dicho que era una regla entre los guerreros, que al caer la noche, soltaban las armas y regresaban a sus campamentos, esta es otra narración sobre el término “sabaaha”, y al día siguiente se utilizaba para que los guerreros supieran que ya era por la mañana y que deberían prepararse para la batalla de nuevo. Esta explicación se encuentra en ‘Lughaat-ul-Hadiz’.

No obstante, el narrador nos dice: “Seguí en busca de ellos, lanzándoles flechas y repitiendo la poesía (árabe)”.

Lo que significa: “Soy el hijo de Al-Akwa; ¡Hoy es el día en que todos los canallas perderán!”

Y así, por cada persona que encontraba entre ellos [los ladrones] les lanzaba una flecha al carro de los camellos hasta que la punta de la flecha alcanzaba el hombro del jinete. Entonces decía: “¡Toma eso! Soy el hijo de Al-Akwa; ¡Hoy es el día en que todos los canallas perderán!”

Continúa diciendo: “Juro por Dios, seguí lanzándoles flechas e hiriéndoles, y si alguno de los caballeros cabalgaba hacia mí, me dirigía hacia un árbol y me sentaba debajo de él, es decir, me escondía detrás del árbol y seguía disparando las flechas hasta que la persona resultaba herida. Esto continuó hasta que llegaron a un estrecho pasaje en un monte y se adentraron ahí. Me subí a la cima del monte y comencé a lanzarles piedras.”

Las personas que huyeron fueron las que saquearon los animales pertenecientes al Santo Profeta (sa), mientras que Hazrat Salmah estaba solo. Inicialmente los persiguió con flechas, después de lo cual dice: “Cuando llegué al valle, comencé a tirar piedras y continué persiguiéndoles así hasta que no quedó ni un camello perteneciente al Santo Profeta (sa) que no hubiese sido salvado”. Lo que significa que debido al estrecho valle, tuvieron que dejar a los animales atrás. “Los ladrones se adelantaron, dejando a los camellos entre ellos y yo. Luego continué persiguiéndoles con las flechas hasta que cayeron más de treinta mantas y más de treinta lanzas para aligerar su carga. Lo que significa que las personas que huían ya habían abandonado sus camellos, pero ahora también estaban dejando atrás sus pertenencias para poder correr con más facilidad.

Continúa diciendo:

“Independientemente de las cosas que dejaron atrás, seguí colocando una roca sobre otra a modo de señal para que el Santo Profeta (sa) y sus Compañeros las reconocieran. Continuaron corriendo hasta que llegaron a un estrecho valle en el que se encontraron con uno de los hijos de Badar Fazaari. Se sentaron y empezaron a comer, y me senté en un monte cercano. Fazaari les preguntó: “¿Quién es ese hombre que estoy visualizando?” Ellos contestaron: “¡Por Dios! Ese hombre nos ha dado muchos problemas. Nos ha perseguido continuamente desde la mañana, hasta que ha conseguido quitarnos todo”.

El hombre aconsejó que cuatro de los ladrones le buscaran. Hazrat Salmah cuenta: “Cuatro hombres de entre ellos subieron la montaña hacia mí. Cuando se acercaron lo suficiente para poder hablar con ellos, les pregunté: “¿Sabéis quién soy?”  Ellos dijeron: “No. ¿Quién eres?” Entonces les respondí: “Soy Salmah bin Akwa”. Continuó dirigiéndose a los incrédulos: “Juro por Aquel que ha honrado al Santo Profeta (sa) que puedo vencer a cualquiera de vosotros que quiera. Sin embargo, si alguno de vosotros desea vencerme, no puede hacerlo”. Uno de los cuatro hombres que se le habían acercado estaba especialmente asustado, y dijo: “Yo creo que tiene razón”. Los cuatro regresaron a su lugar y yo permanecí sentado donde estaba hasta que vi los caballos del Santo Profeta (sa) que se aproximaban de entre los árboles. La primera persona que vi fue a Ajram Asadi, detrás estaba Abu Qattaadah Ansari, y a continuación, Miqdaad bin Aswad Qindi. Agarré la silla de Ajram, es decir, el caballo de Hazrat Muhriz, y los enemigos se dieron la vuelta y dispersaron en todas direcciones”.

Hay algo de confusión aquí. Creo que los otros que estaban allí y se habían sentado a comer, cuando vieron que estas personas [es decir, los musulmanes] se habían acercado aún más a ellos, se volvieron de espaldas y escaparon. Dice: “Yo dije: ‘Oh Ajram [es decir, Hazrat Muhriz], sálvate para que no te maten, [especialmente] hasta que lleguen el Santo Profeta (sa) y sus Compañeros [para el apoyo].

Él respondió: “¡Oh Salma! Si crees en Al-lah y en el Día del Juicio, y sabes que el paraíso existe y que el fuego [es decir, que el fuego del infierno] es una realidad, entonces no te interpongas entre mí y el martirio”. “Lo dejé, hasta que él, es decir Ajram, y Abdur-Rahman se lanzaron a la batalla, uno contra el otro. Hirió a Abdur-Rahman y  junto con su caballo, y Abdur-Rahman arrojó una lanza a Ajram, es decir, a Hazrat Muhriz, y lo martirizó. Luego montó su caballo y se dio la vuelta para regresar y unirse a su propia gente. De entre aquellos que venían con el Santo Profeta (sa), Abu Qattaadah persiguió a Abdur-Rahman. Abu Qataadah lo atrapó y lo mató con su lanza, porque él había martirizado a Hazrat Muhriz.

Continúa diciendo: “Juro por Aquel que ha concedido honor a la faz del Santo Profeta (sa), que continué persiguiéndoles a pie hasta que ya no vi a ninguno de los Compañeros del Santo Profeta (sa) – ni siquiera la polvareda que levantaban- detrás de mí. Así de lejos estaba por delante. Esto continuó hasta que llegaron a un estrecho paso a la puesta del sol donde había agua, a la que llamaron Zi Qard. Las personas que habían perpetrado robos y saqueos querían parar por el agua, ya que estaban sedientos. Sin embargo, al ver que les perseguía, huyeron también de allí, y no pudieron beber ni una gota. Corrieron hacia otro paso estrecho y también los perseguí de cerca. A cualquiera de ellos que perseguía sigilosamente y encontraba solo, le clavaba una flecha en su hombro, diciendo: “Toma esto! Soy el hijo de Al-Akwa’. ¡Hoy es el día en que todos los canallas perecerán!

Dice que uno de los idólatras, al verse perseguido, exclamó: ‘¡Ay de Akwa’! ¿Es este el mismo Akwa que nos atacó por la mañana?” Los constantes ataques que les lastimaban hicieron que uno de ellos exclamara: ¿Eres el mismo Akwa’ que nos había estado persiguiendo desde la mañana?’ Akwa’ anunció en voz alta: ¡Oh, enemigos de vosotros mismos! ¡Este es el mismo Akwa’ de la mañana!’ Como resultado de ello, dejaron dos de sus caballos atrás en el estrecho paso. Traje los dos caballos de vuelta al Santo Profeta (sa). Me encontré con Aamir, que me dio un cuenco lleno de leche mezclada con agua y otro lleno de agua. Realicé la ablución y también sacié mi sed. Luego me presenté al Santo Profeta (sa), que estaba de pie en la fuente de agua donde había ahuyentado a los saqueadores esa mañana. (El Santo Profeta (sa) ya había llegado a ese lugar).

Vi que el Santo Profeta Muhammad (sa) tomó los camellos y todo lo que había recuperado de los idólatras, y Hazrat Bilal sacrificó uno de los camellos que se había llevado. Cocinó el hígado y la carne de joroba del camello para el Santo Profeta (sa).

Dije: “¡Oh Mensajero de Al-lah! Concédame permiso para seleccionar a cien hombres del ejército que han venido con usted, y pueda perseguir a los ladrones y matarlos a todos. Que no sobre ni una sola persona de entre ellos para contar a su tribu lo que ocurrió”. Dijo esto en relación a quienes habían venido y saqueado la propiedad de los musulmanes y huían con ella. El Santo Profeta (sa) se rió con tanta energía que lo blanco de sus dientes bendecidos se hizo visible a la luz del fuego. El Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Salma! ¿Realmente crees que puedes hacer esto? ¿Que realmente puedes matarlos incluso antes de que vuelvan a casa?

Dije: “¡Lo juro por El que le ha concedido honor!” El Santo Profeta (sa) respondió: “Ahora mismo habrán llegado ya a las afueras de Ghatfan”.

En otra narración se dice que cuando Hazrat Salma bin Akwa pidió permiso al Santo Profeta (sa) para perseguir a los idólatras, el Santo Profeta (sa) respondió:

“[Árabe]

¡Oh ibn Akwa’! Los has vencido, ahora déjalos ir”. Es decir, no tenía sentido ir tras ellos y matarlos, y en vez de eso, debía perdonarlos.

A pesar de ello, Hazrat Salma bin Akwa (ra) siguió luchando contra ellos por su cuenta. Más tarde, cuando Hazrat Muhriz (ra) llegó, los bandidos lanzaron un ataque, ya sea en secreto o por otros medios, y lo martirizaron. Inicialmente, Hazrat Salma bin Akwa (ra) tomó el caballo de Hazrat Muhriz e hizo que el enemigo se dispersara, pero ellos atacaron de nuevo y mataron a Hazrat Muhriz (ra). Así, por este incidente nos enteramos de la historia del martirio de Hazrat Muhriz (ra) y además, supimos de la valentía de Hazrat Salma bin Akwa (ra), su conocimiento de la guerra, y sobre la batalla por la que pudo recuperar todas las posesiones de los bandidos. Sin embargo, lo más importante de esto es que podemos observar el excelente ejemplo del Santo Profeta (sa), cuando Hazrat Salman bin Akwa (ra) solicitó permiso para perseguir a los bandidos incluso después de haber recuperado todas posesiones robadas, el Santo Profeta (sa) no se lo otorgó, ya que habían recuperado todas sus posesiones y por lo tanto, no era necesario. La razón de esto era que el Santo Profeta (sa) no quería participar en ninguna batalla o derramamiento de sangre. Así, ya que todo lo robado había sido recuperado, los culpables habían huido e incluso algunos de ellos habían sido heridos, el Santo Profeta (sa), por lo tanto, no siguió adelante con este asunto, evitando así cualquier conflicto o lucha posterior.

No obstante, él relata, además:

“Durante el curso de esta conversación en la que el Santo Profeta (sa) decía que no los persiguieran y los dejaran ir, vino un individuo de la tribu Bani Ghatfan y dijo que alguien había sacrificado un camello para ellos. Sin embargo, mientras lo preparaba y quitaba su piel, notaron una nube de polvo y huyeron de allí también. A la mañana siguiente, el Santo Profeta (sa) declaró: “Entre nosotros, nuestro jinete más hábil es Abu Qatada (ra) y el más excelente soldado de infantería es Salma (ra)” (es decir, entre los que participaron en la batalla mientras caminaban, y esto fue porque Salma había causado gran dificultad al enemigo)”.

Relata además:

“El Santo Profeta (sa) me otorgó una doble parte de la recompensa; uno para un jinete y el otro para un soldado de a pie. Además, al regresar a Medina, el Santo Profeta (sa) me subió detrás de él en su camello, llamado Asbaa. Mientras viajábamos de regreso a Medina, uno de los Ansaar a quien nadie podía superar en una carrera, retó a quien quisiera competir con él a una carrera de regreso a Medina”.

A pesar de sufrir grandes adversidades por parte del enemigo y dedicarse a las contiendas, los Compañeros (ra) también compartían momentos más alegres, participando en desafíos simples. Esto les permitía pasar el tiempo y también les aliviaba del constante estrés mental que tenían que soportar por parte del enemigo. En cualquier caso, presentó el reto de competir con él en una carrera.

Relata:

“Repitió este reto muchas veces y cuando le escuché, le dije de un modo desenfadado: ‘¿No tienes respeto por tus mayores? ¿No les temes?’ Y él respondía: ‘No, sólo temo al Santo Profeta (sa).’ Le decía al Santo Profeta (sa): ‘¡Oh Profeta (sa) de Al-lah! Qué mis padres sean sacrificados por tu causa!, permíteme competir con él. El Santo Profeta (sa) contestó: ‘Adelante, si lo deseas.’ Así, acepté su desafío, me preparé y comencé a correr. Corrí tras él durante un tiempo, pero para ahorrar mi energía, aligeré mi marcha mientras le seguía. De nuevo comencé a acelerar y alcancé a este individuo que era el corredor más rápido de Medina. Cuando le alcancé, le dí un puñetazo entre sus hombros y dije: ‘¡Por Dios! Te has quedado atrás.’”

Otro narrador dice:

“Creo que se mantuvo delante de él hasta llegar a Medina y después permanecieron allí tres noches, y después partieron hacia Jaibar en compañía del Santo Profeta (sa)”.

(Sahih Muslim, Vol. 9, pp. 228-238, Kitab-ul-Jihad Wa Al-Sair, Baab Ghazwah Dhi Qard Wa Gharuha, Hadith no. 3358, Noor Foundation, 2008) (Sahih Al-Bukhari, Kitab-ul-Maghazi, Baab Ghazwah Zaat-ul-Qard, Hadith no. 4194)

Tabri ha registrado algunos detalles en relación a esta expedición. Hazrat Asim bin Amr bin Qatada (ra) relata:

“El primer caballo que alcanzó al enemigo pertenecía a Hazrat Muhriz bin Nazlah (ra), que pertenecía a la tribu de Banu Asad bin Huzaima. A Hazrat Muhriz bin Nazlah (ra) también se le conocía con los nombres de Ajram y Qumair. Cuando se hizo un llamamiento para reunir a la gente por temor a un ataque enemigo, el caballo de Hazrat Mahmud bin Maslamah, que estaba atado en su jardín en ese momento, al escuchar a los otros caballos relinchar, saltó y comenzó a correr. Era un caballo excelente y bien entrenado. Cuando las mujeres de la tribu de Banu Abdil Ash´al vieron la reacción del caballo le preguntaron a Hazrat Muhriz bin Nazlah (ra): “¡Oh Qumair! ¿Te ves con fuerza para montar este caballo viendo la condición en la que se encuentra y alcanzar al Santo Profeta (sa) y sus Compañeros?” Hazrat Muhriz (ra) respondió dijo que sí y que estaba listo. Las mujeres le alcanzaron el caballo y él lo cabalgó. Hazrat Muhriz (ra) soltó las riendas hasta que se encontró con los Compañeros que viajaban en compañía del Santo Profeta (sa). Hazrat Muhriz (ra) se adelantó a ellos y luego de pie ante ellos dijo: “¡Oh pequeño contingente de hombres! Esperad aquí hasta que los otros Muhayirin y Ansaar que aún se encuentran atrás, puedan unirse a nosotros”. El narrador declara que uno de los enemigos entonces lanzó un ataque y Hazrat Muhriz (ra) fue martirizado.

El caballo que estaba montando comenzó a correr descontroladamente y nadie fue capaz de dominarlo hasta llegar a la casa de Abdil Ash´al. Allí se paró tranquilamente con la cuerda que originalmente había sido atado. Aparte de Hazrat Muhriz (ra) ningún otro musulmán había sido martirizado ese día. Según la narración de Salih Muslim, el nombre del caballo era Dhul Lama y pertenecía a Hazrat Muhammad bin Maslamah.

Sin embargo, según otro relato, Hazrat Muhriz bin Nazlah fue martirizado mientras montaba el caballo de Hazrat Okasha bin Mihsan. El caballo se llamaba Yannah y otros animales también fueron liberados de los ladrones. El Santo Profeta (sa) viajó a la montaña de Ghazwah Dhi Qurd y permaneció allí durante un día y una noche. Fue en ese lugar donde los otros Compañeros pudieron reunirse con él.

Salma bin Akwa dijo al Santo Profeta (sa): “Oh Mensajero de Al-lah si envias a cien hombres conmigo, seremos capaz de liberar a los restantes animales de ellos y estrangular los cuellos del enemigo. “El Santo Profeta (sa) respondió. “¿Dónde irás? Probablemente ahora estarán bebiendo el vino de Ghaftan”. Después el Santo Profeta (sa) los dividió en grupos de cien y los distribuyó camellos para comer. El Santo Profeta (sa) después regresó a Medina. El Santo Profeta (sa) no persiguió al enemigo y los dejó. Hazrat Muhriz fue la única persona que fue martirizada. Según otro relato Hazrat Muhriz (ra) fue el primer mártir de entre los jinetes”. Esto se encuentra en la narración que he mencionado anteriormente. (Tarikh Al-Tabari, Vol. 3, Ghazwah Dhi Qard, pp. 115-116, Maktaba Dar-ul-Fikr, 3rd Edition, 2002) (Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Vol. 3, p. 70, Muhriz bin Nadhlah, Dar-ul-Kutub al-Ilmiyya, Beirut, 1990)

El siguiente Compañero es Hazrat Suwaibit bin Sa´d, conocido también como Suwaibit bin Harmala. Su nombre también era Suwaibit bin Harmala y Salit bin Harmala. Hazrat Suwaibit pertenecía a la tribu de los Banu Abd Dar. Su madre se llamaba Hunaida y fue unos de los primeros musulmanes. Muchos historiadores le sitúan entre los Compañeros que emigraron a Abisinia.(Usdul Ghaba Fi Marifat Al-Sahaba, Vol. 5, p. 354, Suwaibit bin Sa’d, Dar-ul-Fikr, Beirut, Lebanon, 2003) (Al-Asaab fi Tameez Al-Sahaba, Vol. 6, p. 368, Nuaiman bin Amr, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, Lebanon, 2005) (Tarikh Dimashq Al-Kabir Li Ibn Assakir, Vol. 12, Pt. 24, p. 117, Dar-ul-Haya Al-Turath Al-Arabi, Beirut, Lebanon)

Hazrat Suwaibit emigró a Medina y permaneció en la casa de Hazrat Abdul-lah bin Salma All-lani. El Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Hazrat Suwait y Hazrat Aaiz bin Maaiz. Hazrat Suwaibit (ra) participó en las Batallas de Badr y Uhud. (Al-Tabaqaat-ul-Kubra li ibn Sa‘d, Vol. 3, p. 65, Suwaibit bin Sa’d, Dar-ul-Haya Al-Turath Al-Arabi, Beirut, Lebanon, 1996)

Hazrat Umme Salmah relata:

“Un año antes del fallecimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr viajó a Busra, una ciudad situada en Siria, por motivos de negocios. Nuaiman y Suwaibit bin Harmala también le acompañaron durante este viaje y ambos participaron en la Batalla de Badr. A Nuaiman se le designó supervisar las provisiones del viaje para la caravana. Suwaibit, que tenía menos humor en su disposición, le pidió a Nuaiman que le diera comida (le asignaron cuidar la comida de la caravana que se llevaron con ellos para el viaje) pero éste le contestó que no sacaría la comida hasta que Hazrat Abu Bakr (ra) regresara. Suwaibit le respondió que si no le daba comida, le molestaría (esto ha sido mencionado brevemente con anterioridad). Durante el viaje, cuando pasaban por una tribu, Hazrat Suwaibit les preguntó si querían comprarle su esclavo y la gente de la tribu estuvo de acuerdo. Hazrat Suwaibit les dijo entonces: “¡Oh gente de la tribu! Recordad, no obstante, que él es un esclavo que habla e insistirá en decir que es un hombre libre. Aunque lo diga repetidas veces, no le abandonéis ni arruinéis esta transacción. Ellos respondieron que este no sería el caso y que deseaban comprar el esclavo y lo compraron por diez camellos. Entonces fueron con Hazrat Nu´aiman y le colocaron un trozo de tela o una cuerda alrededor de su cuello. Nu´aiman dijo: “Está bromeando con vosotros, yo soy un hombre libre y no un esclavo”. Ellos contestaron: “Él ya nos ha prevenido que vas a decir esto”, así que se lo llevaron. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) regresó y la gente le narró lo ocurrido, fue detrás de la tribu. Hazrat Abu Bakr (ra) le devolvió sus camellos y trajo de vuelta a Nu´aiman. Les dijo que era un hombre libre y no un esclavo y que todo era una broma. Los Compañeros solían bromear unos con otros de este modo. Sin embargo, cuando el grupo regresó y el Santo Profeta (sa) fue informado sobre el incidente, el narrador cuenta que el Santo Profeta (sa) se rió mucho. El Santo Profeta (sa) y sus Compañeros continuamente recordaban esta anécdota durante un año entero y esta broma se hizo muy conocida.  (Sunan Ibn Maaja, Kitab-ul-Adab, Baab Al-Mazaah, Hadith no. 3719) (Mujam-ul-Buldan, Vol. 1, p. 522, Dar-ul-Kutub Al-Ilmiyyah, Beirut)

En este incidente, hay una diferencia en ciertas narraciones. En algunos libros está escrito que el que vendió el esclavo no era Hazrat Suwaibit sino Hazrat Nu´aiman.

Una vez narrados los incidentes de los Compañeros, me gustaría brevemente hablar sobre una revelación del Mesías Prometido (as).

[árabe]  [Amplía tu residencia]

El Mesías Prometido (as) tuvo esta revelación en diferentes momentos. El Mesías Prometido (as) dijo que cuando inicialmente Al-lah el Todopoderoso le reveló “amplia tu residencia”, solo dos o tres personas venían a visitarle y se sentaban en sus reuniones; y muy poca gente le conocía. (Siraj-e-Munir, Ruhani Khazain, Vol. 12, p. 73) Posteriormente, el Mesías Prometido (as) recibió otras muchas revelaciones y junto a ellas, se le reveló en varias ocasiones la revelación de “amplía tu residencia”. En otras revelaciones, Al-lah el Todopoderoso le prometió otorgarle muchas bendiciones. Cuando Al-lah el Todopoderoso instruye a sus profetas por medio de la revelación para llevar a cabo una tarea determinada, significa que Al-lah el Todopoderoso les ayudará con el apoyo y socorro Divino. Además, Dios provee los medios para cumplir la tarea, y esto es algo que nosotros mismos atestiguamos.

La historia de la Yama´at es una prueba de cómo Al-lah el Todopoderoso ha cumplido esta profecía con toda Su grandeza y esplendor, y cómo continúa haciéndolo hasta el día de hoy. En diferentes momentos, Al-lah el Todopoderoso nos ha mostrado – a los humildes siervos del Mesías Prometido (as) – cómo esta profecía continúa cumpliéndose. Cada revelación que tuvo el Mesías Prometido (as) o cualquier ordenanza de Al-lah el Todopoderoso o cualquier noticia en forma de revelación, son para difundir la religión del Santo Profeta (sa), es decir, son las buenas nuevas relacionadas con la propagación y el progreso del Islam a través del Mesías Prometido (as). Después del fallecimiento del Mesías Prometido (as), ya existían noticias de que el mensaje del Santo Profeta (sa) continuaría a través de la institución del Jalifato. Por lo tanto, todo el progreso o el avance que observamos, forma, en realidad, parte del amplio plan que Al-lah el Todopoderoso ha diseñado para la difusión del islam en el mundo.

Después de estas breves palabras, vuelvo una vez más a las palabras de la revelación del Mesías Prometido (as): [árabe]. Después de que el Jalifato se trasladara al Reino Unido, la Yama’at se ha establecido en nuevos lugares de Gran Bretaña, así como en otras partes de Europa, Estados Unidos, África y muchos otros países del mundo. Al mismo tiempo que la Yama’at se ha extendido, Al-lah el Todopoderoso nos ha otorgado constantemente nuevas propiedades. Cuando Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) emigró aquí, Al-lah el Todopoderoso mostró de inmediato un signo milagroso de Su apoyo divino y permitió a la Yama’at comprar 25 acres de tierra, en un lugar que [más adelante] se llamó Islamabad. Posteriormente, se adquirieron seis acres más. El Yalsa Salana [Convención Anual] tenía lugar allí, donde además existían casas residenciales para uso de los empleados de la Yama’at y Waqfe Zindagis [consagrados]. Había en el lugar una pequeña casa para la residencia del Jalifatul Masih, algunas oficinas, y uno de los edificios tipo barracón se usaba como mezquita para ofrecer las oraciones. Recuerdo que cuando llegué aquí en 1985, Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) me dijo, de forma particular, que Al-lah el Todopoderoso nos había otorgado un sitio excelente, que cumplía los requisitos para ser utilizado como sede central. Aunque estas no fueron sus palabras exactas, tenían este significado. Además, hay otras evidencias que también lo indican, de forma que estoy convencido de que el deseo de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) era convertir a Islamabad en sede central.

Sin embargo, Al-lah el Todopoderoso tiene decretado un tiempo para cada cosa, y nos ha otorgado ahora la oportunidad de realizar trabajos de construcción en Islamabad. Se han construido así nuevas oficinas con mayores comodidades. Se ha construido una mezquita para tal uso, junto a una residencia para el Jalifatul Masih; se han construido casas para los consagrados y los trabajadores, y se construirán más a su debido tiempo. Las oficinas de Londres eran, en realidad, viviendas que se habían convertido temporalmente en oficinas. El espacio estaba congestionado y era difícil trabajar en esas circunstancias. Dado que la carga de trabajo ha aumentado considerablemente, nos resultaba difícil continuar debido a la escasez de espacio. Además de esto, el ayuntamiento se quejaba de que estas casas tenían usos residenciales y no de oficinas, y, por lo tanto, deberíamos cerrar dichas oficinas. De vez en cuando expresaban estas preocupaciones.

Ahora, después de la reconstrucción, si Dios quiere, las tres o cuatro oficinas que operaban en estas viviendas se trasladarán a Islamabad. En el contexto de la reurbanización de Islamabad, Al-lah el Todopoderoso ha otorgado a la Yama’at un gran edificio de dos pisos en Farnham, ubicado a dos o tres millas de distancia. En este edificio se encuentra la imprenta y algunas oficinas. Aparte de esto, el Maylis Juddamul Ahmadia del Reino Unido también compró un gran edificio en ese lugar. Con anterioridad, Al-lah el Todopoderoso nos permitió comprar Hadiqatul Mahdi para celebrar allí el Yalsa Salana, una propiedad que abarca más de 200 acres. También, Yamia Ahmadía del Reino Unido, que anteriormente estaba ubicado en Londres, también se mudó a un lugar próximo. Al-lah el Todopoderoso nos otorgó este nuevo sitio para Yamia Ahmadía del Reino Unido a un precio notablemente bajo, y mucho mejor en lo relativo al entorno e instalaciones. El sitio actual también es de aproximadamente 30 acres. Todos estos lugares están situados a 10-20 minutos en coche de Islamabad. No había ningún plan preestablecido para comprar todos estos lugares en función de la reurbanización de Islamabad, sino que fue Al-lah el Todopoderoso quien nos proporcionó todos estos sitios tan cerca uno del otro. Junto a la sede, Al-lah el Todopoderoso nos concedió todos los demás lugares. Es particularmente importante que Yamia Ahmadía esté cerca. Ya que todos estos sitios están situados en vecindad, orad a Al-lah el Todopoderoso para que lo convierta en una bendición para nosotros en todos los aspectos.

Como mencioné anteriormente, se ha construido allí la residencia del Jalifa y algunas oficinas. También se ha construido una gran mezquita. Por lo tanto, dentro de unos días, si Dios quiere, yo también me trasladaré a Islamabad. Tras la mudanza, orad para que este cambio de residencia sea una bendición en todos los aspectos. ¡Que Al-lah el Todopoderoso derrame continuamente Sus bendiciones sobre nosotros! ¡Que Al-lah el Todopoderoso nos permita propagar el mensaje del islam desde Islamabad con más intensidad que antes, y que la revelación [árabe] no solo esté relacionada con la expansión física, sino que también ayude a cumplir los planes de Al-lah el Todopoderoso!

También me gustaría decir que los vecinos de la Mezquita Fazal siempre han tenido quejas de los áhmadis que acudían a la mezquita a causa del aumento del tráfico o de los problemas de estacionamiento. Por lo tanto, las personas que vengan a realizar las oraciones a Islamabad o cualquier otra persona que venga a visitarnos, debe tener esto en cuenta, y no permitir que los vecinos de Islamabad puedan plantear quejas similares. Ciertamente, las personas que residen cerca, acudirán a Islamabad. Por lo tanto, siempre han de tener en cuenta las normas de tráfico.

En cuanto a las oraciones de los viernes, si Dios quiere, dirigiré principalmente dichas oraciones desde aquí en Baitul Futuh. Le he pedido a Amir Sahib del Reino Unido [el presidente nacional] que elabore un plan respecto a qué personas o Yama’ats ofrecerán la oración del viernes en Islamabad, o cuáles son las personas que desean ofrecer sus oraciones allí. Las personas que viven cerca, si desean ofrecer las oraciones en Islamabad, pueden hacerlo. En cuanto a quiénes serán y cómo se distribuirán: las personas que viven en un radio de 20 millas pueden ofrecer las oraciones de los viernes en Islamabad. No obstante, Amir Sahib dará los detalles a los presidentes locales. Pronto sabremos a cuántas personas o Yama’ats fuera de este radio de 20 millas les gustaría ofrecer las oraciones de los viernes en Islamabad, o cómo se puede organizar todo esto. De todas formas, una vez más os reitero que oréis para que Al-lah el Todopoderoso bendiga este plan y esta reubicación en todos

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