Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) declaró:

El nombre del Compañero que mencionaré hoy de entre los Compañeros Badri es Hazrat Hilal (ra). Su nombre completo era Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah Waqifi. Hazrat Hilal (ra) pertenecía al clan Banu Waqif de la tribu Aus de los Ansar. El nombre de su padre era Umayyah bin Amir y el nombre de su madre era Unaisah bint Hidam, que era la hermana de Hazrat Kulzum (ra) bin Hidam. Kulzum (ra) bin Hidam es el Compañero en cuya casa el Santo Profeta (sa) se quedó en Qabaa durante su migración a Medina. Encontramos referencias a dos matrimonios de Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah; uno con Furaya bint Malik bint Dujsham y el otro con Mulaikah bint Abdul’lah. Ambas esposas de Hazrat Hilal (ra) tuvieron el honor de aceptar el islam en manos del Santo Profeta (sa). Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah fue uno de los primeros conversos al islam. Destruyó los ídolos de la tribu de Banu Waqif y fue el abanderado de su pueblo el día de la victoria de la Meca. Hazrat Hilal (ra) tuvo el honor de participar en las batallas de Badr, Uhud y otras batallas posteriores junto con el Santo Profeta (sa). Sin embargo, no pudo participar en la Batalla de Tabuk. Ibn Hishaam no ha incluido el nombre de Hazrat Hilal (ra) en la lista de los Compañeros Badri recogidos en su libro. Sin embargo, Bujari lo ha incluido entre los Compañeros Badri en su Sahih Bujari.

Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah fue uno de los tres Compañeros Ansari que no pudieron participar en la Batalla de Tabuk sin tener excusa alguna. Los otros dos Compañeros fueron Ka’b (ra) bin Malik y Murarah bin Rabi’. El siguiente versículo del Sagrado Corán fue revelado en relación con ellos:

[Árabe]

“Y a los tres que permanecieron atrás hasta que la tierra les pareció demasiado estrecha a pesar de toda su extensión, y sus almas les fueron también constreñidas, quedando convencidos de que no había refugio ante Al-lah salvo en Él mismo. Entonces volvió a ellos con misericordia para que pudieran retornar a Él. En verdad, Al-lah es Remisorio con compasión y es Misericordioso”. [9:118]

La batalla de Tabuk tuvo lugar en 9DH. Hay una narración detallada en Sahih Bujari a este respecto donde menciona que estos tres Compañeros se quedaron atrás.

Abdur Rahman, el nieto de Hazrat Ka’b (ra) bin Malik narra de su padre Abdul’lah Ibn Ka’b que cuando Hazrat Ka’b (ra) perdió la vista, solía ayudarlo para guiarle de un lugar a otro. Relata que escuchó a Hazrat Ka’b (ra) bin Malik narrar el siguiente incidente (esta narración con respecto a Hazrat Ka’b (ra) es bastante larga. Se menciona a Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah, el Compañero que estoy mencionando). En cualquier caso, narra que escuchó a Hazrat Ka’b (ra) bin Malik relatar la descripción de cuándo se quedó atrás, es decir, durante la Batalla de Tabuk. Hazrat Ka’b (ra) dice:

“No me quedé detrás del Mensajero de Al’lah (sa) en ninguna batalla que él batalló, excepto la Batalla de Tabuk. Tampoco participé en la Batalla de Badr, pero el Santo Profeta (sa) no amonestó a nadie que no hubiera participado en ella porque el Santo Profeta (sa) había salido en busca de la caravana de Quraish y Al’lah los hizo (es decir, los musulmanes) se encontraran con el enemigo sin ninguna intención de batallar. Sin embargo, estuve presente durante la noche de Aqabah “.

Menciona que tampoco participó en la Batalla de Badr, sin embargo, el Santo Profeta (sa) no expresó disgusto por no haber participado en ella. Dice:

“[Estuve presente durante la noche de Aqabah] cuando hicimos una promesa solemne de permanecer establecidos en el islam, y no cambiaría esta promesa solemne por la Batalla de Badr a pesar de que la Batalla de Badr es más popular entre la gente que la promesa de Aqabah.

En cuanto a mí, nunca había sido más fuerte o más rico de lo que era cuando permanecí detrás del Santo Profeta (sa), es decir, en la Batalla de Tabuk. Por Al’lah, nunca antes había tenido dos camellos, excepto en el momento de la Batalla de Tabuk. Cada vez que el Santo Profeta (sa) tenía la intención de ir para batallar, lo mantenía en secreto pareciendo como si se dirigiera hacia otra dirección “.

En línea con la estrategia de la guerra, era la práctica del Santo Profeta (sa) mantener discreción y, además de esto, prolongaba el viaje o tomaba una ruta diferente. Sigue narrando:

“Con motivo de esta expedición (es decir, la Batalla de Tabuk), el Santo Profeta (sa) partió en un momento de intenso calor y se enfrentó a un largo viaje a través de una región inhóspita y un enemigo muy poderoso en número. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) anunció a los musulmanes claramente sobre sus circunstancias, para que pudieran hacer todos los preparativos necesarios “.

Con motivo de esta batalla, el Santo Profeta (sa) no mantuvo nada oculto, sino que les informó sobre el destino y también quién era el enemigo y para que pudieran prepararse en consecuencia. Él además narra:

“El Santo Profeta (sa) también les reveló la dirección hacia la que iban a ir y fue acompañado por una gran cantidad de musulmanes. Hazrat Ka’b decía que no había nadie que quisiera estar ausente, pero pensaba que al ausentarse de pelear en la batalla el asunto permanecería oculto al Santo Profeta (sa) a menos que Al’lah se lo revelara a través de la Revelación Divina. El Santo Profeta (sa) partió para esta Batalla en un momento en que las frutas habían madurado y eran sabrosas (es decir, en la temporada de calor). El Santo Profeta (sa) y sus Compañeros comenzaron a hacer preparativos. Hice la intención de salir con ellos por la mañana, sin embargo, pero volvía a casa sin haber preparado equipaje alguno “.

Salía por la mañana con la intención de hacer los preparativos para la expedición, pero regresaba por la noche sin hacerlos. Afirma,

“Me decía a mí mismo: ‘Puedo hacer los preparativos ya que dispongo del equipaje’. Por lo tanto, permanecí laxo hasta que la gente hizo todos los preparativos y un día el Santo Profeta (sa) se dispuso a la batalla por la mañana y los Compañeros también fueron con él. Sin embargo, no pude prepararme para mi partida. Pensé que haría los preparativos uno o dos días después de la partida del Santo Profeta (sa) y luego me uniría a ellos ya que tenía los medios para viajar y podría hacerlo con gran facilidad.

En la mañana siguiente a su partida, salí a prepararme pero regresé sin haber hecho nada. Por otra parte, a la mañana siguiente (es decir, la tercera mañana), salí a prepararme pero regresé sin tomar una decisión. Tal era mi condición, y mientras tanto el ejército había avanzado mucho con gran ritmo. Entonces decidí irme y unirme a ellos. ¡Ojalá pudiera haberlo hecho, pero no tuve la fuerza de emprender el viaje!

Después de que el Santo Profeta (sa) partió para la batalla, cada vez que salía y caminaba entre las personas entre las calles de Medina [es decir, las personas que se quedaron atrás], entristecía no poder ver a nadie a mi alrededor, excepto a aquellos que fueron vistos con desdén debido a la hipocresía en sus corazones o aquellos que eran débiles y que Dios les concedió la exención ”

Además continúa diciendo:

“El Santo Profeta (sa) no se acordó de mí, ni preguntó por mi hasta que llegó a Tabuk. Cuando el Santo Profeta (sa) se encontraba sentado entre la gente preguntó: ‘¿Dónde está Ka´b (ra)?’ Un hombre de los Banu Salama dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al´lah! Él se ha quedado por sus vestimentas y por bien mirar a su propio entorno.’ (Queriendo decir que no se había unido a ellos por haberse vuelto acaudalado o arrogante).

Al escuchar esto, Hazrat Mu´adh bin Yabal (ra) dijo: ‘¡Qué cosa tan horrible acabas de decir! ¡Oh Mensajero de Al´lah! (sa)! ¡Por Dios! No sabemos de él nada más que cosas buenas’ (es decir, no es arrogante ni orgulloso y no es un hipócrita). El Santo Profeta (sa) escuchó esto y guardó silencio.”

Hazrat Ka´b bin Malik relata:

“Cuando escuché que el Santo Profeta (sa) regresaba (de su expedición), me inquieté y comencé a idear falsas excusas para evitar su enfado del día siguiente. Pedí consejo de todos los miembros juiciosos de mi familia acerca del tipo de pretexto que podía presentar. Cuando supe que el Santo Profeta (sa) estaba muy cerca, todas las falsas disculpas desaparecieron de mi corazón y me di cuenta que con una falsa declaración, nunca podría hacer nada para evitar su disgusto.

Así, decidí decir toda la verdad. El Santo Profeta (sa) llegó y cada vez que regresaba de un viaje, primero iba a la mezquita para ofrecer dos nawafil (oración voluntaria) y después se sentaba para recibir a la gente. Cuando el Santo Profeta (sa) terminó y se sentó, los que no se pudieron unir a él, se presentaron y comenzaron a exponerle sus excusas por no haber podido unirse a la expedición. Cada uno de ellos presentó su falsa excusa e incluso juraban las razones por las que no habían podido hacerlo. Había unas 80 personas que juraron y presentaron sus falsos motivos. El Santo Profeta (sa) aceptó sus excusas, tomó el juramento de lealtad y pidió perdón a Al´lah por ellos, y dejó que los secretos de sus corazones fueran juzgados por Al´lah.”

En otras palabras, el Santo Profeta (sa) aceptó sus excusas y rezó por su perdón dejando el asunto en las manos de Dios. Continúa diciendo:

“Cuando me presenté ante el Santo Profeta (sa) y le saludé, me sonrió, pero su sonrisa era la sonrisa de alguien que estaba enfadado. El Santo Profeta (sa) dijo entonces: ‘¡Acércate!’ Me acerqué y me senté delante del Santo Profeta (sa) y me preguntó: ‘¿Qué te impidió viajar con nosotros? ¿Por qué no viajaste con nosotros? ¿No compraste un animal para viajar en él?’

Le dije: ‘Sí, Oh Mensajero de Al´lah (sa), si estuviera sentado delante de otra persona del mundo que no fuera usted, habría evitado su enojo con una excusa porque tengo el poder de hablar con fluidez y elocuencia y podría presentar toda clase de pretextos, pero ¡por Al´lah!, tengo la certeza de que si hoy digo una mentira para buscar tu favor, Al´lah seguro que estará descontento conmigo en un futuro cercano. (Podría haber presentado una excusa y salvarse del enojo del Santo Profeta (sa), pero Dios mostraría Su disgusto y se lo transmitirá al Santo Profeta (sa)). Pero si digo la verdad, aunque te enfades conmigo, tengo la esperanza de que Al´lah me perdonará.’ (Usted se enfadará conmigo, pero tengo la esperanza de que Dios me perdonará)”

Hazrat Ka´b bin Malik (ra) dice:

“Entonces dije: ‘¡Por Dios!, no tengo ninguna excusa y ¡por Dios!, nunca he sido más fuerte o más rico que lo que era cuando me quedé atrás.’ Al escuchar esto, el Santo Profeta (sa) declaró: ‘Ha dicho la verdad. Levántate (y márchate) hasta que Al´lah emita una decisión respecto a ti.’ Me levanté y me fui y algunas personas pertenecientes a los Banu Salama me siguieron y dijeron: ‘¡Por Al´lah! Nunca te hemos visto cometer un error antes de esto. Ciertamente, no has presentado una excusa al Mensajero de Al´lah (sa) como hicieron los demás que no pudieron ir.’ (Como se mencionó anteriormente que había unas 80 personas que inventaron excusas).

‘La oración del Mensajero de Al´lah (sa) a Al´lah para perdonarte hubiera sido suficiente para perdonar tu pecado.’ ¡Por Al´lah! Ellos continuaron reprochándome hasta el punto que intenté volver junto al Santo Profeta (sa)) y acusarme a mí mismo de haber dicho una mentira, pero les pregunté (es decir, a aquellos que le reprochaban haber dicho la verdad), ‘¿hay alguien más que haya expresado ante el Santo Profeta (sa) lo que yo he manifestado con sinceridad?’ Ellos contestaron: ‘Sí, hay dos hombres que han dicho lo mismo que tú, y a ambos les ha dado la misma respuesta que a tí.’ Pregunté: ‘¿Quiénes son?’ Ellos respondieron: ‘Murarah bin Rabi´Amri (ra) y Hilal bin Umayyah Waqifi (ra).’ Ellos mencionaron a dos personas piadosas que habían participado en la batalla de Badr y que eran un ejemplo para mi. Cuando la gente mencionó los nombres de esos dos individuos, fui a su encuentro y en ese momento el Santo Profeta (sa) prohibió a todos los musulmanes que nos dirigieran la palabra.”

Cuando se mencionó que había otros dos individuos (que habían actuado de forma similar), sabía que eran verdaderamente piadosos y que habían participado en la batalla de Badr, por lo tanto decidí unirme a ellos y no presentar ninguna excusa.

Hazrat Ka´b bin Malik (ra) narra:

“Me marché y en ese momento el Santo Profeta (sa) había prohibido a todos los musulmanes a hablarnos. Y así, la gente comenzó a evitarnos como si fuéramos completamente extraños, hasta el punto que la ciudad de Medina y sus calles me comenzaron a parecer extrañas como nunca antes lo habían sido. Parecía como si hubiera llegado a un lugar completamente nuevo ya que la gente me evitaba”.

Hazrat Ka´b bin Malik (ra) relata:

“Permanecimos en esta situación durante 50 noches. Mis compañeros, Hazrat Hilal bin Umayyah (ra) y Hazrat Murarah bin Rabi (ra) se quedaron en sus casas por profunda vergüenza y no paraban de llorar. Hazrat Hilal (ra) permanecía en su casa y lloraba, pero yo era el más jóven y podía soportar esta aflicción con más fuerza. También aunque buscaba el perdón de Dios en casa, también salía fuera y rezaba junto a los otros musulmanes. Iba a la mezquita y a los mercados, pero nadie me hablaba, y cuando iba junto al Mensajero de Al´lah (sa) mientras estaba sentado en sus reuniones después de la oración, y le saludaba, me preguntaba al corazón si el Santo Profeta (sa) movía sus labios en respuesta a mis saludos o no. Después ofrecía mi oración cerca de él. Le miraba discretamente y mientras estaba ocupado en mi oración, el Santo Profeta (sa) volvía su cara hacia mí, pero cuando volvía la cara hacia él, él giraba su cabeza hacia otro lado.

Cuando esta actitud severa de la gente hizo estragos en mi persona, caminé hasta escalar el muro de Hazrat Abu Qatada (ra) que era mi primo paterno y muy querido para mi. Le saludé, pero, ¡por Al´lah! él no devolvió mi saludo. Entonces dije:

“¡Oh Abu Qatada! (ra) ¡Por Al´lah! ¿Sabes que amo a Al´lah y a Su Mensajero (sa)? Pero él permaneció en silencio. Le pregunté otra vez, en el nombre de Dios y, una vez más, él permaneció en silencio. Entonces le pregunté por tercera vez en el nombre de Dios, y él respondió: “Al´lah y Su Mensajero (sa) saben lo que es mejor (es decir, si te aman o no). Al escuchar esto, las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos, salté el muro y regresé”.

Hazrat Ka‘b bin Malik continúa diciendo:

“Mientras caminaba por el mercado de Medina vi a un nabateo de la región de levante (Siria), que había venido a Medina a vender grano, y decía: ‘¿Quién me lleva a Ka‘b bin Malik?’ La gente empezó a indicarle hasta que llegó a mí; me entregó un escrito del rey de Gassan, que decía: ‘Ahora; me han llegado noticias de que tu compañero (el Mensajero de Dios (sa)) te ha tratado duramente y te ha excluido de su entorno. Dios Altísimo no te ha criado en un hogar donde debas ser deshonrado y morir de esa manera; únete a nosotros y te apoyaremos’. Al leerlo me dije: ‘Esto debe ser también parte de la prueba’. Entonces, tiré la carta al horno y encendí el fuego quemando la carta.

Cuando habían pasado cuarenta noches de las cincuenta (que duró mi estado), un enviado del Santo Profeta (sa) llegó a mí y me dijo: ‘El Santo Profeta (sa) te ordena que te apartes de tu mujer’; dije: ‘¿La debo divorciarla o qué hago?’ me dijo: ‘No (no la divorcies); sólo apártate y no te acerques a ella.’ Y a mis dos compañeros se les ordenó lo mismo. Dije a mi mujer: ‘Ve con tus padres y quédate con ellos hasta que Dios dé un veredicto sobre este asunto.’”

Hazrat Ka‘b dice, además:

“La mujer de Hilal bin Umayyah se presentó ante el Mensajero de Dios (sa) y dijo: ‘¡Mensajero de Al’lah! Hilal bin Umaya es un anciano débil y no tiene quien lo atienda. ¿Te incomodaría que yo lo atienda?’ El Santo Profeta (sa) dijo: ‘No. Ayúdale en la cocina, haz los trabajos de casa; pero que no se te acerque.’ Ella dijo: ‘Él ¡Por Dios! No tiene deseo de nada. ¡Por Dios! No ha dejado de llorar desde que fue castigado, desde que se le cortaron las relaciones, empezó esta situación hasta este día’.”

Hazrat K’ab continua narrando:

‘Algunos de mis familiares me dijeron: ‘¿Por qué no pides permiso al Mensajero de Dios (sa) por tu mujer, igual que ha permitido a la mujer de Hilal bin Umayyah que lo atienda?’ Dije: ‘¡Por Dios! No le pediré permiso al Santo Profeta (sa) por ella; y no sé qué diría el Mensajero de Dios (sa) si le pido permiso para traerla, pues yo soy un hombre joven, al contrario que Hilal, es un anciano’.

Pasé, después de eso, otras diez noches; hasta que se completaron cincuenta noches desde que el Mensajero de Dios (sa) prohibió a la gente que nos hablara. Cuando recé la oración de Fállar al amanecer de las cincuenta noches, estaba sobre el techo de una de nuestras casas; sentado como Dios menciona (en el Sagrado Corán) y mi alma parecía apretarme e incluso la tierra me parecía estrecha con toda su amplitud; entonces oí la voz de alguien que gritaba subido al monte Sala, una colina al norte de Medina, a toda voz: ‘¡Ka‘b bin Malik! ¡Tienes buenas noticias!’ Me postré ante Dios sabiendo que había llegado el alivio. (Puesto que el que llamaba había mencionado las buenas noticias, por lo tanto sabía que había sido perdonado).

El Santo Profeta (sa) anunció que Dios había aceptado el arrepentimiento de nuestra falta mientras rezaba el Fállar y la gente salió a felicitarnos a mí y a mis dos compañeros. Un jinete venía a mí con prisa y un hombre de Banu Aslam llegó corriendo y subió a un monte (para anunciar la buena nueva). Su voz fue más veloz que el caballo. Cuando el hombre que yo había escuchado vino a mí para felicitarme, saqué mis ropas y se las di por la buena nueva que me comunicó. ¡Por Dios! No tenía otras ropas ese día. Luego pedí prestadas dos vestimentas y me vestí; partí a ver al Santo Profeta (sa) y la gente venía a mí en grupos; me felicitaban por la aceptación del arrepentimiento diciendo: ‘¡Te felicitamos por la aceptación de tu arrepentimiento por parte de Dios!’”

Hazrat Ka‘b dice, además:

“Cuando entré finalmente en la mezquita encontré al Santo Profeta (sa) sentado y rodeado de gente. Talha bin Ubaidul’lah se levantó y, viniendo rápidamente hacia mí, me felicitó. ¡Por Dios! Ningún otro de los Muhayirun (emigrantes) se levantó hacia mí y ese gesto de Talha nunca lo olvidaré.”

Hazrat K’ab continúa diciendo:

“Cuando saludé al Santo Profeta (sa), él me dijo, mientras su rostro brillaba de alegría: ‘¡Enhorabuena! ¡Por el mejor día desde que tu madre te dio a luz!’ Yo dije: ‘(La buena nueva del perdón) ¿es de ti o es de Dios?’ y él dijo: ‘¡No! Claro que es de Dios’. Cuando el Santo Profeta (sa) se alegraba, su rostro se iluminaba como si fuese un pedazo de luna y nosotros sabíamos reconocer esa alegría en él. Cuando me senté frente al Santo Profeta (sa) dije: ‘¡Mensajero de Al’lah! Parte de mi arrepentimiento será dar en caridad mis bienes a Dios y a Su Mensajero’. El Santo Profeta (sa) dijo: “Conserva parte de tus bienes; eso será mejor para ti”. Yo dije: ‘Entonces conservaré mi parte de (el botín de) Jaibar’; luego agregué: ‘¡Mensajero de Al’lah! Dios me ha salvado sólo por mi sinceridad; por ello, parte de mi arrepentimiento será no decir sino la verdad mientras viva’. ¡Por Dios! No sé de otro musulmán que haya sido probado por Dios en su sinceridad mejor que yo, desde esa vez que le dije eso al Santo Profeta (sa). Desde esa vez no he tenido intención de decir una mentira y espero que Dios me proteja de hacerlo mientras viva.”

Hazrat Ka’b (ra) dice, a continuación:

“Y Dios reveló a Su Mensajero:

‘Al’lah se ha vuelto en verdad con misericordia hacia el Profeta y hacia los Muhayirin (emigrantes) y los Ansar (socorredores) que lo siguieron en la hora de angustia, después de que los corazones de un grupo de ellos estuvieran a punto de desfallecer. Y de nuevo volvió a ellos con misericordia. En verdad, es para ellos Compasivo, Misericordioso.’” (Sagrado Corán 9:117)

Hazrat Ka’b (ra) entonces declaró:

“¡Por Dios! Nunca Dios me había agraciado tanto, después de guiarme al islam, como cuando fui sincero con el Santo Profeta (sa) y no le mentí, pues perecería como perecen los que mienten. Pues Dios dijo a los que mintieron, cuando descendió la Revelación, lo peor que se haya dicho a alguien, pues Dios dijo:

‘Os jurarán para que estéis contentos con ellos. Pero aun cuando estuvierais contentos con ellos, Al’lah no lo estará con las gentes rebeldes.’” (9:96)

Hazrat Ka’b (ra) dice, a continuación:

“La decisión con respecto a nosotros tres, fue diferente de todas las demás, cuyas excusas el Santo Profeta (sa) aceptó cuando prestaron juramento ante él; posteriormente el Santo Profeta (sa) tomó su Baiat (juramento de iniciación) y oró por su perdón. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) dejó nuestro caso pendiente hasta que el mismo Dios Altísimo emitió un veredicto sobre este asunto, el cual fue:

[árabe]

“Y se ha vuelto con misericordia a los tres cuyo caso fue aplazado”.

Lo que Al’lah ha declarado (en este versículo) no indica nuestro (el de los tres Compañeros) incumplimiento en participar en la batalla, sino que se refiere al aplazamiento de la decisión del Santo Profeta (sa) sobre nuestro caso, en contraste con el caso de los que habían prestado juramento ante el Santo Profeta (sa) y habían mentido. Nosotros no estábamos en ese grupo de los que mintieron. No significaba que nosotros tres nos quedamos atrás en la batalla, sino que quedamos a expensas del veredicto de Al’lah, a pesar de que el Santo Profeta (sa) había aceptado el juramento de lealtad del resto, así como había aceptado sus excusas”.

Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah falleció durante el gobierno de Amir Muawiyah (ra).

Hay otra breve nota sobre la batalla de Tabuk, que también narraré. Ya he hablado de la batalla de Tabuk con anterioridad, pero lo mencionaré brevemente de nuevo. Tabuk está situada en la ruta comercial de Medina a Siria y era comúnmente utilizada por las caravanas comerciales. Se encuentra entre Wadi al-Quraa y Siria. Es conocida como la ciudad de Ashab al-Aykah, y a este lugar es donde se envió a Hazrat Shu’aib (as). Hazrat Shu’aib (as) vivía en Madián, pero también fue enviado a la gente de Ashab al-Aykah. Se encuentra a aproximadamente a 375 millas de Medina.

La batalla de Tabuk es conocida por varios otros nombres: Ghazwatul Usrah o Yaishul Usrah, es decir, la “Batalla Difícil” o “El Ejército de las dificultades”. También se le conoce como Ghazwatul Fadihah, es decir, “la batalla que humillaría y deshonraría a los hipócritas”. Después del tratado de Hudaibiya, la primera carta que el Santo Profeta (sa) escribió para invitar al islam (de entre los reyes) fue al César de Roma. En ese momento el gobernador de Basra era Hariz bin Abu Shimar Ghassani, que era cristiano, y fue quien recibió esta carta. Cuando recibió la carta del Santo Profeta (sa), mostró su enfado y amenazó con invadir Medina. Esto hizo que la gente de Medina temiera ser atacada por ellos. La razón por la que se hicieron los preparativos para esta expedición fue que el Santo Profeta (sa) recibió la noticia de la tribu siria de Nibti, que viajaba a Medina para comerciar con aceite, de que ese César de Roma se había reunido con su ejército en Siria. Según otra narración, los árabes cristianos escribieron al César de Roma diciendo que el que decía ser Profeta había perecido, (¡que Dios nos perdone!) y que los musulmanes estaban sufriendo una hambruna como resultado de la cual todo su ganado había sido aniquilado. Al oír esto, el César de Roma preparó un ejército de 40,000 personas de diferentes tribus bajo el liderazgo de un general extraordinario. Este ejército se reunió en Balqaa, una ciudad de Siria. Sin embargo, aunque esta noticia no tenía ninguna veracidad, se convirtió en la causa de la preparación para esta expedición. Cuando el Santo Profeta (sa) recibió la noticia de este (ejército en avance), el pueblo no tenía fuerzas para luchar. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) hizo el anuncio de la partida y también les informó de su destino para que pudieran prepararse. Esto está escrito en Sharah Al’lama Zarqani.

Los sacrificios de los Compañeros y la traición de los hipócritas salieron a la luz en esta expedición. Tan pronto como el Santo Profeta (sa) anunció los preparativos de la expedición, hubo una respuesta inmediata en toda Medina. Los Compañeros usaron todas sus posesiones y se esforzaron al máximo para ofrecer sacrificios. La pasión de los que estaban limitados por la falta de recursos llegó a tales límites que estaban incluso dispuestos a caminar cientos de kilómetros a pie.

Para prepararse para esta expedición algunas personas fueron a sus casas, mientras que otras recogieron sus riquezas y se esforzaron por presentar lo más posible ante su Maestro, el Santo Profeta (sa). Sin embargo, algunos buscaban en sus casas para encontrar algo que les permitiera participar en la expedición e incluso estaban dispuestos a caminar a pie. De hecho, algunos Compañeros ni siquiera tenían zapatos para ir a la expedición. Vinieron al Santo Profeta (sa) y le dijeron que, si les proporcionaban zapatos, estarían dispuestos a caminar a lo lejos, ya que andaban descalzos. De lo contrario, se lesionarían los pies y no podrían llegar a su destino. Pero la situación en ese momento era tal que no se les podía dar nada. Sin embargo, cada persona estaba dispuesta a sacrificar su vida. Hazrat Umar (ra) pensó que como tenía muchas provisiones en casa, quizás esta era una oportunidad para poder ofrecer en sacrificio más que Hazrat Abu Bakr (ra). Así que le entregó la mitad de sus riquezas al Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) le preguntó: “¿Qué has dejado para tu familia?” Hazrat Umar (ra) respondió: “He dejado la mitad de mi riqueza en casa.” Hazrat Abu Bakr (ra) trajo todo lo que poseía y se lo presentó al Santo Profeta (sa), quien le preguntó qué había dejado para su familia. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió que sólo había dejado (el nombre de) Al’lah y Su Mensajero. Hazrat Umar (ra) miró a Hazrat Abu Bakr (ra) con envidia sana y dijo: “¡Por Dios! Nunca puedo superar a Hazrat Abu Bakr (ra) en nada.”

El Mesías Prometido (as) ha mencionado este incidente diciendo:

“En una ocasión nuestro Santo Profeta (sa) pidió provisiones. En respuesta, Hazrat Abu Bakr (ra) trajo toda la riqueza que poseía. El Santo Profeta (sa) le preguntó qué había dejado en casa. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: Al’lah y su Mensajero (sa)'”, es decir, que ha dejado atrás el nombre de Al’lah y el Santo Profeta (sa). Hazrat Umar (ra) trajo la mitad de sus posesiones y al preguntar qué había dejado en casa, respondió que había dejado la mitad de sus posesiones en casa”.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“El Santo Profeta (sa) dijo: ‘La diferencia entre lo que Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra) ha presentado es la diferencia entre sus rangos”.

La cantidad de sacrificio presentada por Hazrat Abu Bakr (ra) con motivo de la batalla de Tabuk ascendió a 4,000 dirhams. Hazrat Usman (ra) sacrificó camellos, caballos y también dio dinero. Debido a este sacrificio de Hazrat Usman (ra), el Santo Profeta (sa) se subió al estrado y declaró: “De ahora en adelante, Usman (ra) no será cuestionado por ninguna acción de su parte.”

Según otra narración, el Santo Profeta (sa) dijo:

“A partir de hoy, ninguna acción de Usman (ra) le causará daño,” y el Santo Profeta (sa) repitió esto dos veces.

Hazrat Abu Aqil (ra) era un Compañero que no poseía nada que pudiera presentar como sacrificio. Elaboró un plan y acordó con alguien que pasaría la noche regando un campo. Pasó toda la noche sacando agua del pozo y regando el campo. A cambio de esto le dieron 2 saa que son aproximadamente 4-5 kilos de dátiles. Dio la mitad a su esposa e hijos y tomó la otra mitad, y se presentó ante el Santo Profeta (sa) ofreciéndolo como un sacrificio en el camino de Dios.

En esta ocasión, Hazrat Abdur Rahman (ra) bin Auf ofreció la mitad de su riqueza al Santo Profeta (sa), y que ascendía a 4,400 dirhams. Cuando Hazrat Asim (ra) bin Adi ofreció 100 wasq de dátiles, (un wasq equivale a 60 saas y un saa equivale a 2,5 kgs), los hipócritas se quejaron de que esto era una mera ostentación. Entonces, Dios Altísimo reveló un versículo. Me gustaría explicar aquí que aproximadamente 14.000 kgs o 14 toneladas de dátiles fueron presentados por Hazrat Asim (ra) bin Adi, sobre los cuales los hipócritas exclamaron que era sólo ostentación. También me gustaría mencionar que en el sermón anterior cometí un error de cálculo y hablé de 600 kg de dátiles. No eran 600 kgs, sino 6.000 kgs.

Por tanto, cuando los hipócritas levantaron la acusación de que todo esto era una ostentación, Dios Altísimo reveló el siguiente versículo del Surah At-Taubah:

[árabe]

“Aquellos que encuentran faltas en los creyentes que dan limosnas por su propia voluntad, y en los que no tienen nada para dar excepto lo que ganan con su propio esfuerzo. Se ríen de ellos. Al’lah los castigará por su burla, y para ellos habrá un doloroso castigo.” (Sagrado Corán 9:79)

Esto fue (revelado) con respecto a esos hipócritas. En cualquier caso, este (incidente) también se menciona con referencia a Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah. Todavía quedan más detalles con respecto a Hazrat Hilal (ra) bin Umayyah, que mencionaré en el futuro.

En nombre del departamento de Waqf-e-Nau, me gustaría anunciar que han desarrollado un sitio web con el nombre: waqfenauintl.org, que se inaugurará oficialmente hoy, si Dios quiere. Los padres pueden contactar directamente y obtener información de este departamento con respecto a las cartas que han escrito para que sus hijos esperen ser aceptados en este programa y su respuesta. Además, los padres pueden encontrar la orientación y las instrucciones que he dado en términos de como educar a los niños Waqfin-e-Nau. Además, se puede acceder a los sermones y discursos de los Jalifas, el plan de estudios de los Waqf-e-Nau y las ediciones de la revista “Ismail” para niños y la revista “Maryam” para niñas en el sitio web. Además, los niños Waqfin-e-Nau pueden encontrar información y ayuda con respecto a la planificación profesional. También hay una sección para renovar la consagración, ponerse en contacto con el departamento de Waqf-e-Nau y mantenerse al día. Los niños de Waqfin-e-Nau también pueden encontrar información sobre los requisitos de la Yamaat y qué tipo de educación deben llevar a cabo para servir mejor a la Yamaat. La guía para los secretarios de Waqf-e-Nau y los formularios de administración e informes también estarán disponibles en el sitio web. Además, hay videoclips de las diversas preguntas y respuestas en las clases conmigo, en diferentes ocasiones. También está la introducción al esquema Waqf-e-Nau e información sobre cómo permanecer en contacto constante con el departamento. Además, hay informes, imágenes y vislumbres de los programas de Waqf-e-Nau que tienen lugar en todo el mundo. Este sitio web se inaugurará hoy, si Dios quiere, y espero que los niños Waqfin-e-Nau y los padres de Waqfin-e-Nau puedan beneficiarse de ello.

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