Martirio de Hazrat Ali (ra) y Mensaje importante al mundo para 2021
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Martirio de Hazrat Ali (ra) y Mensaje importante al mundo para 2021

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes 01-01-2021,

pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Sura al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

Continuaré narrando relatos de la vida de Hazrat ‘Ali (ra).

En relación a los antecedentes del martirio de Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Musleh Ma’ud (ra) afirma:

“Las cosas aún no se habían resuelto por completo cuando un grupo de los jawarill [rebeldes] sugirió poner fin al desorden matando a todas las personalidades prominentes. Por esa razón, algunos de sus más audaces y valientes hombres partieron con la firme intención de que uno de ellos mataría a Hazrat ‘Ali (ra) y los otros dos matarían a Hazrat Mu’awiyah (ra) y ‘Amr bin Aas (ra), todos el mismo día y a la misma hora. La persona que partió hacia Hazrat Mu’awiyah (ra) logró atacarlo, pero no le asestó un golpe limpio con la espada, por lo que Hazrat Mu’awiyah (ra) solo fue herido levemente. Esta persona fue capturada y posteriormente ejecutada. Luego, la persona que partió para matar a ‘Amr bin Aas (ra) también fracasó en su intento. Esto se debió a que Hazrat ‘Amr bin Aas (ra) no había ido ese día a la mezquita para dirigir la oración, debido a una enfermedad. En su lugar, fue asesinada la persona que fue a dirigir la oración en nombre de Hazrat ‘Amr bin Aas (ra). De la misma forma, este individuo fue capturado y ejecutado. Pero el que partió para matar a Hazrat ‘Ali (ra) le atacó cuando estaba a punto de levantarse para dirigir la oración de la mañana. Como consecuencia, Hazrat ‘Ali (ra) resultó gravemente herido.  En el momento del ataque, esta persona pronunció las siguientes palabras: “¡oh ‘Ali, no tienes derecho a que todas y cada una de tus palabras sean obedecidas! Ese derecho es únicamente de Dios”.

El Santo Profeta (sa) había predicho el martirio de Hazrat ‘Ali (ra). En este sentidom, Hazrat Ubaidul’lah narra que el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat ‘Ali (ra): ¡oh ‘Ali! ¿Conoces al individuo más desafortunado de entre los que existieron antes que nosotros y también de entre los que vendrán después?  Hazrat ‘Ali (ra) respondió: Dios y Su Mensajero (sa) lo saben mejor que nadie. Al escuchar esto, el Santo Profeta (sa) dijo: “la persona más miserable de entre los que nos precedieron fue quién hirió a la camella de Hazrat Salih (ra). Y, ¡oh ‘Ali! La persona más desafortunada de entre los últimos será quien te atacará con una lanza”. El Santo Profeta (sa) luego señaló dónde sería golpeado.

La narración de Umm-e-Ya’far, una sirvienta de Hazrat ‘Ali (ra), es la siguiente: “vertía yo agua sobre las manos de Hazrat ‘Ali (ra) cuando él levantó la cabeza, se sujetó la barba, se la estiró hasta la nariz y, dirigiéndose a la barba, dijo: ¡qué afortunada eres! Pronto estarás teñida de sangre; y el viernes fue martirizado”.

En la misma fuente, el incidente del martirio de Hazrat ‘Ali (ra) se narra de la siguiente manera, en la que Ibn Hanafiyyah relata: “Hazrat Hassan (ra), Hazrat Hussain (ra) y yo estábamos sentados en un hammam (baño turco) cuando Ibn Mulyam vino a vernos. Cuando entró, Hazrat Hassan (ra) y Hazrat Hussain (ra) le  expresaron su disgusto y dijeron: “¿cómo te atreves a acercarte a nosotros de esta manera?”. Les aconsejé que lo ignoraran y no se metieran con él, y dije: “¡por Dios, es incluso más peligroso lo que pretende haceros!”. Tras su ataque a Hazrat ‘Ali (ra), Ibn Mulyam fue llevado como prisionero. Al verlo, Ibn Hanafiyyah dijo: “reconocí muy bien sus intenciones el día que entró en nuestro hammam”. Sobre esto, Hazrat ‘Ali (ra) dijo: “él es un prisionero y como tal, debe ser bien cuidado y tratado con respeto. Si continúo con vida, lo ejecutaré o lo perdonaré. Sin embargo, si muero, matadlo como retribución por su crimen, pero no transgredáis. Ciertamente, Dios no ama a los transgresores”.

Qusm, el esclavo liberado de Hazrat Ibn Abbas (ra), narra: “en su testamento, Hazrat ‘Ali (ra) había instruido a mi hijo mayor que Ibn Mulyam no debía ser atravesado en el estómago o en el área privada con la lanza”.

Se dice que se seleccionaron tres personas de entre los jawarill (o rebeldes): ‘Abdur Rahman bin Mulyam Muradi, perteneciente a la tribu Himyir, que era parte de la tribu Murad y también eran soldados de los Banu Yabala, de la familia Qindah, junto con Burk bin ‘Abdul’lah Tamimi y ‘Amr bin Bukair Tamimi. Los tres se reunieron en La Meca y juraron solemnemente que ciertamente matarían a Hazrat ‘Ali bin Abi Talib (ra), a Hazrat Mu’awiyyah bin Abi Sufián (ra) y a Hazrat ‘Amr bin Aas (ra). Como ya se ha mencionado anteriormente en la cita de Hazrat Musleh Ma’ud (ra), estos fueron los tres atacantes y esos eran sus nombres, y su intención era salvaguardar a la gente de ellos. ‘Abdur Rahman bin Mulyam dijo que se encargaría de la tarea de matar a ‘Ali bin Abi Talib (ra), Burk dijo que llevaría a cabo la tarea de matar a Mu’awiyyah (ra) y ‘Amr bin Bukair dijo que los liberaría de ‘Amr bin Aas (ra), es decir, que lo mataría. A continuación, hicieron un juramento solemne y se prometieron entre sí que no se retractarían de matar a la persona que habían mencionado, y que no regresarían hasta que lo hubieran hecho, dando incluso la propia vida en este cometido. Esto significa que irían para cumplir su promesa y que, o bien mataban a esas personas o darían sus vidas por ello, pero no regresarían. Decidieron entre ellos fijar la decimoséptima noche del Ramadán como el momento para llevar a cabo esta misión. Luego, cada uno de ellos partió hacia la ciudad en la que vivía la persona en cuestión, o sea, la persona a la que pretendían matar. ‘Abdur Rahman bin Mulyam fue a Kufa y se reunió con sus amigos de entre los jawarill, a quienes fue a ver, o puede que ellos vinieran a verle; si bien mantuvo en secreto su misión.

Por otra parte, un día, vio a un grupo de personas de la tribu Taimur Ribaab, entre los que se encontraba una mujer llamada Qitam bint Shillnah bin Adi. Durante la batalla de Nahrawan, Hazrat ‘Ali (ra) había matado a su padre y a su hermano. Ibn Mulyam se encariñó con esa mujer y le envió una propuesta de matrimonio. Ella respondió diciendo que no se casaría con él a menos que él le hiciera una promesa. Ibn Mulyam dijo que haría todo lo que ella le pidiera. Entonces ella expresó que quería tres mil dirhams y que matara a ‘Ali bin Abi Talib (ra). Ante esto, dijo: “por Dios, he venido a esta ciudad con el mismo propósito de matar a ‘Ali, por lo que ciertamente te concederé lo que has pedido”. Así pues, Ibn Mulyam se reunió con Shabib bin Ballrah Ashlla’i, le informó de su plan y le pidió que se uniera a él, a lo que Shabib estuvo de acuerdo. La noche anterior al día previsto de su misión de matar a Hazrat ‘Ali (ra), ‘Abdur Rahman bin Mulyam pasó la noche escondido en la mezquita de Ash’as bin Qais Qindi. Al ver que se acercaba la hora del amanecer, Ash’as le dijo que se despertara porque ya era de día. ‘Abdur Rahman bin Mulyam y Shabib bin Ballrah se levantaron y permanecieron junto a la puerta por donde solía pasar Hazrat ‘Ali (ra).

Hazrat Hassan bin ‘Ali (ra) narra que él se fue temprano por la mañana y se sentó junto a Hazrat ‘Ali (ra). En ese momento, Hazrat ‘Ali (ra) dijo que había pasado la noche despertando a los miembros de su familia para orar, que él mismo estaba vencido por el sueño y que había visto al Santo Profeta (sa) en un sueño. Hazrat ‘Ali (ra) le dijo al Santo Profeta (sa) en el sueño: “¡oh Mensajero de Dios (sa), he tenido que enfrentarme a grandes problemas y enemigos de entre la gente de tu ummah”. El Santo Profeta (sa) declaró: “ora a Dios Altísimo contra ellos”. Entonces, Hazrat ‘Ali (ra) pidió: “¡oh Al’lah, dame a cambio de ellos lo que sea mejor que ellos, y dales a cambio de mí lo que sea peor que yo”. Mientras tanto, el muazin [quien llama a la oración], Ibn Nabah, llegó y dijo que era hora de orar. Hazrat Hassan (ra) afirma que tomó la mano de Hazrat ‘Ali (ra), luego se puso de pie y comenzó a caminar. Ibn Nabah estaba frente a él y Hazrat Hassan (ra) iba detrás suya. Tan pronto como salió por la puerta, dijo gritando: “¡oh gente, es hora de orar, es hora de orar!”. Todas las mañanas decía gritando: “salat, salat”, (la oración, la oración); y siempre que salía llevaba un látigo en la mano, con el que golpeaba en las puertas de las casas para despertar a la gente.

En ese momento, los dos asaltantes salieron a su paso. Según relatos de testigos presenciales, se vio el brillo de una espada y escucharon a alguien decir: “¡oh ‘Ali, solo Dios tiene el poder de mandar, no tú!”. Luego se vio otra espada y en ese momento ambas lanzaron un ataque conjunto. La espada de ‘Abdur Rahman bin Mulyam alcanzó la frente de Hazrat ‘Ali (ra) hasta la parte posterior de su cabeza, penetrando incluso en su cerebro, mientras que la espada de Shabib golpeó la puerta de madera. Posteriormente, Hazrat Hassan (ra) escuchó a Hazrat ‘Ali (ra) decir que estos hombres no debían escapar y, aunque la muchedumbre los rodeó, Shabib pudo escapar mientras que ‘Abdur Rahman bin Mulyam fue capturado y llevado a Hazrat ‘Ali (ra), quien declaró: “se le debe alimentar bien y dar un lugar cómodo para dormir; si sigo vivo, decidiré si lo perdono o busco  venganza. Sin embargo, si muero, él también debe ser matado y enviado junto a mí, y resolveré el asunto con él en presencia del Señor de Todos los Mundos”. Lo que significa que presentaría el asunto ante Al’lah.

Cuando se acercaba el momento de la muerte de Hazrat ‘Ali (ra), hizo un testamento que decía:

“En el nombre de Al’lah, el Más Clemente, el Misericordiosísimo.

Esta es la voluntad de Ali bin Abi Talib y como parte de la voluntad de ‘Ali, doy testimonio de que no hay nadie digno de adoración excepto Al’lah, Quien es Uno y no tiene copartícipe; y que Muhammad (sa) es Su siervo y Mensajero, quien fue guiado por Al’lah, y enviado con la religión verdadera, para que Él pueda hacer que prevalezca sobre todas las religiones, aunque a los otros idólatras les desagrade. Sin duda, mi oración y mi sacrificio, mi vida y mi muerte son todos por la causa de Al’lah, que es el Señor de todos los mundos y que no tiene copartícipe. Esto es lo que se me ha ordenado y soy de los obedientes.

Después de esto se dirigió a su hijo diciendo: ¡oh Hassan, te aconsejo, también al resto de mi progenie y a toda mi familia, que siempre debéis temer a Al’lah Todopoderoso, vuestro Maestro. Además, debéis dejar este mundo en el estado de creencia en el Islam. Debéis aferraros a la cuerda de Al’lah por completo y no os dividáis entre vosotros, porque he escuchado a Abu Al-Qasim (sa) [el Santo Profeta (sa)] decir que reformar vuestras relaciones mutuas es mejor que las oraciones voluntarias y los ayunos. (Este es un asunto importante que debe recordarse, pues el hecho de que reconciliar vuestras relaciones mutuas es un asunto más importante que ofrecer oraciones y ayunos voluntarios. Vivir en armonía unos con otros y terminar con las diferencias entre unos y otros, y ayudar a hacerlo entre otros, es un asunto de gran virtud). Cuidad de vuestros familiares y tratarlos bien; así Al’lah os juzgará con indulgencia. Temed a Al’lah en lo que respecta a los huérfanos; no los trates de manera que se vean obligados a pediros ayuda por sí mismos, ni debéis dejar que perezcan delante de vosotros. Temed a Al’lah en asuntos relacionados con los vecinos, porque esta fue la voluntad del Santo Profeta (sa), pues siempre aconsejaba ser consciente de los derechos que se le debían a los vecinos, hasta el punto de que solíamos pensar que también teníamos que incluir a los vecinos como herederos en el testamento.

Temed a Al’lah con respecto al Sagrado Corán, no sea que otros os precedan en este asunto. Temed a Al’lah en relación con el ofrecimiento de la oración, porque es el pilar de vuestra fe. Temed a Al’lah con respecto a la Casa de vuestro Señor y no permitáis que se quede vacíe mientras viváis, porque si lo hacéis, nunca encontraréis una casa como esa. Temed a Al’lah en el asunto de la yihad en el camino de Al’lah y luchad con vuestras vidas y riquezas. Temed a Al’lah en el asunto del Zakat, porque extingue la ira de Dios. Temed también a Al’lah en relación con la responsabilidad que os ha confiado el Santo Profeta (sa), así que nadie debe ser tratado injustamente entre vosotros. Temed a Al’lah en el asunto de los Compañeros del Santo Profeta (sa), porque él nos ha instruido en su favor. Temed a Al’lah respecto a los pobres y necesitados, y compartid con ellos vuestros medios de vida. Temed a Al’lah en los asuntos de aquellos a quienes vuestra diestra posee, (o sea, temed a Al’lah en los asuntos de aquellos de quienes habéis sido hechos responsables).

Salvaguardad vuestras oraciones; salvaguardad vuestras oraciones. No temáis el rechazo de nadie cuando buscáis la complacencia de Dios Altísimo, (es decir, debéis dar prioridad a la obtención del agrado de Dios, esto es muy importante). Solo Dios os bastará contra cualquiera que desee haceros daño o rebelarse contra vosotros. Hablad bien a la gente como os ha ordenado Dios Altísimo. No renuncies a aconsejar el bien y prohibir el mal, de lo contrario los malvados entre vosotros se convertirán en vuestros gobernantes, (esto es muy importante: adherirse siempre a promulgar el bien y prohibir el mal; es decir, alentar a hacer el bien y combatir el mal, de lo contrario la gente mala entre vosotros mismos tendrá autoridad sobre vosotros). Si eso sucede, entonces oraréis y vuestras oraciones no serán aceptadas (como es la condición de los países musulmanes hoy en día). Mantened los lazos y relaciones entre unos y otros, y también ayudaros los unos a los otros sin ninguna formalidad. ¡Tened cuidado! No encendáis vuestras enemistades entre vosotros, no rompáis vuestras relaciones y no causeis divisiones. Ayudáos unos a otros en la piedad y en la justicia, pero no os ayudéis unos a otros en el pecado y la transgresión. Temed a Al’lah, ciertamente Al’lah es severo en el castigo. ¡Honorables miembros de Ahl-e-Bait [o sea, miembros de la Casa del Santo Profeta (sa)]! Que Al’lah os proteja y salvaguarde al Santo Profeta (sa) a través de vosotros (o sea, a través de vuestros piadosos ejemplos, el legado del Santo Profeta (sa) seguirá vivo). Os encomiendo a Al’lah e invoco la paz y la misericordia de Al’lah sobre vosotros”.

 Según la narración de Abu Sinan, este fue a visitar a Hazrat ‘Ali (ra) después de ser herido y escribió: “dije, ¡oh Amir-ul-Mu’minin [Líder de los Fieles]! Estamos muy preocupados de verte herido y en este estado”. Hazrat ‘Ali (ra) respondió: “por Dios, no estoy preocupado en absoluto, porque el Verdadero Mensajero de Al’lah (sa) me informó que sufriría heridas en este lugar en particular” y luego señaló a sus sienes. Hazrat ‘Ali (ra) declaró: “y el Santo Profeta (sa) también había dicho que ‘la sangre fluirá desde aquí hasta que tu barba se llene de su color, y el que te haga esto será el peor y más miserable de la gente de esta ummah, así como el que desjarretó la camella fue el más miserable de la gente de Zamud.

En una narración, Hazrat ‘Ali (ra) declaró lo siguiente con respecto a Ibn Muyam, el individuo que lo atacó fatalmente: “sentadlo y si muero, matadlo, pero no mutiléis su cuerpo. Pero si sigo vivo, yo mismo decidiré si lo perdonaré o lo castigaré”.

Hazrat Musleh Ma’ud (el Segundo Jalifa) escribe:

“Se menciona en los libros de historia que una persona con una daga atacó a Hazrat ‘Ali (ra) y perforó su estómago, que acabó abierto. Luego detuvieron al agresor”.

Por tanto, Hazrat Musleh Ma’ud (el Segundo Jalifa) ha escrito que le abrieron el estómago. Quizás hubo una herida en la cabeza además de la herida en el estómago; o esta pudo haber sido la opinión de Hazrat Musleh Ma’ud (ra) sobre el asunto, o quizás afirmó esto como una expresión. Sin embargo, la mayoría de las narraciones afirman que recibió una herida en la cabeza.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) sigue diciendo: “el agresor fue detenido. Los Compañeros (ra) preguntaron cómo debían tratarlo. Hazrat ‘Ali (ra) llamó a Hazrat Imam Hassan (ra) y ordenó: “si muero, matadlo como retribución por mi muerte. Pero si sobrevivo, no le matéis”.

‘Amr Dhi Mur narra: “Hazrat ‘Ali (ra) sufrió heridas causadas por una espada. Cuando fui a verlo, tenía la cabeza vendada. Le dije: ‘¡oh Líder de los fieles! Muéstrame tu herida’. Se quitó la venda de la herida, a lo que dije: ‘es solo una herida menor y nada más’. Hazart ‘Ali (ra) respondió: ‘pronto me apartaré de todos vosotros’. Al escuchar esto, Umm Kulzum (ra), la hija de Hazrat ‘Ali (ra), que estaba detrás de una celosía, comenzó a llorar. Hazrat ‘Ali (ra) le dijo que parara de llorar y añadió: “si vieras lo que estoy presenciando delante de mí, no llorarías”. Entonces le dije: ¡oh Líder de los fieles! ¿Qué estás viendo ante ti? Hazrat ‘Ali (ra) le dijo: ‘veo ante mí delegaciones de ángeles y profetas, y también al Santo Profeta (sa) que está diciendo… (en otras palabras, esto fue una visión en la que él vio ángeles y profetas); es decir, el Santo Profeta (sa) estaba diciendo: “¡oh ‘Ali, regocíjate! Porque el lugar al que vas es mejor que el lugar donde te encuentras actualmente”.

En una narración se afirma que cuando Hazrat ‘Ali (ra) terminó de expresar su voluntad, dijo: “Os digo, que la paz y las bendiciones de Al’lah y Su misericordia sea con vosotros”. Después de esto, no dijo nada excepto la declaración de fe [kalima] y entonces falleció. Cuando murió Hazrat ‘Ali bin Abi Talib, Hazrat Hassan bin ‘Ali (ra) se puso de pie en el púlpito y dijo: “¡oh gente! Esta noche, la persona que ha fallecido es una que no tiene paralelo entre las personas que existieron antes de él y tampoco de entre los que vendrán después de él alcanzarán su rango. Cada vez que el Santo Profeta (sa) le enviaba a una expedición, el ángel Gabriel estaba a su derecha y el ángel Miguel a su izquierda. Nunca volvía hasta que Dios Altísimo le concedía la victoria en sus manos. Solo ha dejado 700 dirhams, con los que tenía la intención de contratar un sirviente y su alma fue elevada la misma noche que fue elevada el alma de Jesús (as)”, es decir, la noche 27 del bendito mes de Ramadán. En otra narración se afirma que falleció el 17 la noche del Ramadán, en el año 40 dH. Su martirio tuvo lugar en el 40 dH y el Jalifato de Hazrat ‘Ali (ra) duró cuatro años y ocho meses y medio.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) ha mencionado este incidente de la siguiente manera:

“En el tercer volumen de At-Tabaqat, de Ibn Sa’d, hay una narración de Hazrat Imam Hassan (ra) sobre los eventos que rodearon el martirio de Hazrat ‘Ali (ra), que Al’lah esté complacido con él; y dice: ‘¡oh gente! Esta noche, la persona que ha fallecido era tal que el nivel de algunas de sus acciones era inalcanzable para la gente del pasado, ni tampoco las que vendrán en el futuro. Cada vez que el Santo Profeta (sa) le enviaba a una expedición, el ángel Gabriel estaba a su derecha y el ángel Miguel a su izquierda. Nunca regresaba de una expedición sin primero haber obtenido la victoria. Solo ha dejado 700 dirhams, con los que pensaba contratar un sirviente. Su alma se elevó la misma noche que el alma de Jesús, hijo de María (as) fue elevada hacia los cielos, (o sea, la noche del 27 de Ramadán)”.

Sus dos hijos y Hazrat ‘Abdul’lah bin Ya’far (ra) lavaron el cuerpo de Hazrat ‘Ali (ra). El hijo de Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Hassan (ra) dirigió la oración fúnebre y recitó cuatro takbiraat [la proclamación de que Dios es el Más Grande]. Hazrat ‘Ali (ra) fue envuelto en tres sábanas, sin camisa, y fue enterrado antes del amanecer. Se dice que Hazrat ‘Ali (ra) guardaba algo de almizcle sagrado, que sobró del almizcle que se aplicó al bendito cuerpo del Santo Profeta (sa). Hazrat ‘Ali (ra) había declarado en su testamento que se utilizara ese almizcle en su cuerpo. Por otra parte, hay diferentes opiniones en cuanto a la edad de Hazrat ‘Ali (ra) en el momento de su fallecimiento. Algunas narraciones afirman que a la hora de su fallecimiento tenía 57 años y otras afirman que tenía 58.  Según algunos, tenía 65 años, mientras que otros dicen que tenía 73 años. No obstante, la mayoría de las fuentes registran la narración de 73 años como la más correcta.

Se suele preguntar donde se encuentra la tumba de Hazrat ‘Ali (ra). Hay diferentes narraciones que se encuentran en los libros de historia y son las siguientes:

Hazrat ‘Ali (ra) fue enterrado en Kufa y el lugar se mantuvo en secreto.

También se dice que Hazrat ‘Ali (ra) fue enterrado en la mezquita central de Kufa.

Hazrat Imam Hassan (ra) e Imam Hussain (ra) llevaron el cuerpo de Hazrat ‘Ali (ra) a Medina y lo enterraron en Yanat al-Baqi, junto a Hazrat Fátimah (ra).

Según otra narración, cuando ellos [es decir, Imam Hassan (ra) e Imam Hussain (ra)] colocaron el cuerpo de Hazrat ‘Ali (ra) en un ataúd y lo cargaron en un camello, el camello desapareció. El camello fue capturado por la tribu Tay, pensando que el ataúd contenía algunas provisiones. Al abrirlo, encontraron un cuerpo, pero no pudieron identificarlo. Entonces enterraron el ataúd con el cuerpo dentro y ahora nadie sabe donde se encuentra la tumba de Hazrat ‘Ali (ra).

Luego, en otra narración, se afirma que Hazrat Hassan (ra) enterró a Hazrat ‘Ali (ra) en Kufa, en las dependencias de uno de los miembros de la familia de Yadah bin Jubairah. Se dice que Yadah era el nieto materno de Hazrat ‘Ali (ra).

El Imam Ya’far Sadiq narra: “la oración fúnebre de Hazrat ‘Ali (ra) se ofreció por la noche y fue enterrado en Kufa. El paradero de su tumba no se reveló, pero estaba cerca del Qasr Imarat”.

En otro relato se indica que, después de la muerte de Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Imam Hassan (ra) dirigió la oración fúnebre de Hazrat ‘Ali (ra) y fue enterrado a las afueras de Kufa. Su tumba no fue desvelada para que los jawarill o rebeldes, etc. no la deshonraran.

Algunos chiítas dicen que la tumba de Hazrat ‘Ali (ra) se encuentra en Nayaf, en un lugar que hoy se conoce como Mashad al-Nayaf.

Según otra narración, Hazrat ‘Ali (ra) fue martirizado en Kufa, pero se desconoce el paradero de su tumba. Tras el fallecimiento de Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Imam Hassan (ra) dirigió la oración fúnebre y fue enterrado en el Dar al-Imarat de Kufa, temiendo que los jawarill deshonraran su cuerpo.

Allama Ibn Azir escribe:

“Hay una famosa narración que dice: el que haya dicho que el cuerpo de Hazrat Ali (ra) fue cargado en un animal, que el animal desapareció y que nadie sabe a dónde fue, es incorrecta. El que ha afirmado eso, es un desconsiderado y no tiene conocimiento de los verdaderos acontecimientos, ni la Shariah puede estar de acuerdo con este relato. La mayoría de los rafawid o ignorantes creen que la tumba de Hazrat ‘Ali (ra) se encuentra en Mashad al-Nayaf, pero no hay prueba ni evidencia que respalde esto. Al contrario, se piensa que esta es la tumba de Mughirah bin Shu’bah”.

El Imam Ibn Taimiyya escribe:

“Los eruditos están de acuerdo en que la tumba de Mashad en Nayaf no es la de Hazrat ‘Ali (ra). De hecho, esa es la tumba de Hazrat Mughirah bin Shu’bah. A pesar de estar en el gobierno de Kufa y pasar más de 300 años, los Ahl-e-Bai’at [familia del Santo Profeta (sa)], los chiítas y otros musulmanes nunca afirmaron que esta era la tumba de Hazrat ‘Ali (ra). Trescientos años después del martirio de Hazrat ‘Ali (ra), ese lugar se conoció como Mashad-e-‘Ali. Por ello, las crónicas que afirman que esa es la tumba de Hazrat ‘Ali (ra) son completamente erróneas”.

Después de exponer las diferentes narraciones que se han mencionado anteriormente en relación a la tumba de Hazrat ‘Ali (ra), Allama Ibn Yawzi escribe en su libro de historia:

“Dios sabe mejor qué relato es el más certero y auténtico”.

En lo que respecta a los matrimonios y la descendencia de Hazrat ‘Ali (ra), se indica que se casó un total de ocho veces durante diferentes períodos. Los nombres de sus esposas son los siguientes: Fátimah (ra), hija del Santo Profeta (sa), Jaulah bint Ya’far bin Qais, Lailah bint Mas’ud bin Jalid, Umm Al-Banin bint Hazam bin Jalid, Asma bint Umais, Sahaba Umm Habib bint Rabi’ah y ‘Umamah bint Abil ‘Aas bin Rabi’, que era la nieta del Santo Profeta (sa) de su hija, Hazrat Zainab (ra) y también Umm Sai’d bint Urwah bin Mas’ud Zaqafi. Dios Altísimo concedió a Hazrat ‘Ali (ra) muchos hijos, que suman más de 30: 14 hijos y 19 hijas. La descendencia de Hazrat ‘Ali (ra) continuó a través de Hazrat Hassan (ra), Hazrat Hussain (ra), Muhammad bin Hanafiyya, Abbas bin Kilabiya y ‘Amr bin Taghlabiah.

En cuanto a las virtudes, la moral y las cualidades de Hazrat ‘Ali (ra), escribió en una narración de Ibn Abbas que el Santo Profeta (sa) declaró:

“Soy una ciudad de conocimiento y ‘Ali es la puerta de esta ciudad. El que intente venir a esta ciudad debe llegar a su puerta”.

En relación a esto, Hazrat Musleh Ma’ud (ra) afirma:

Hazrat ‘Ali (ra) dijo una vez: “el más valiente y valeroso entre los Compañeros fue Hazrat Abu Bakr (ra)”. Afirmó además que, durante la batalla de Badr, cuando se erigió un dosel separado para el Santo Profeta (sa), en ese momento surgió la pregunta de quién debería ser asignado para proteger al Santo Profeta (sa). Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) se levantó con una espada desenvainada y, con mucho coraje, se ofreció para salvaguardar al Santo Profeta (sa). De manera similar, se menciona en los Hadices que, en una ocasión, el Santo Profeta (sa) declaró: “soy una ciudad del conocimiento y ‘Ali es la puerta de esta ciudad”. El Santo Profeta (sa) declaró que Hazrat ‘Ali (ra) era uno de los eruditos, pero durante la batalla de Jaibar, en el momento más delicado, el Santo Profeta (sa) le dio la bandera del Islam a Hazrat ‘Ali (ra). De esto se demuestra que durante la época del Santo Profeta (sa), los eruditos no mostraron cobardía, a decir verdad, fueron los más valientes de todos.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) estaba hablando sobre la valentía de los eruditos y mencionó este incidente en relación al mismo.

Hazrat ‘Ali (ra) afirma: “hubo un tiempo en el que tenía que atarme una piedra al estómago debido al exceso de hambre. Pero hoy, mi sadqah (es decir, Zakat) asciende a 4.000 dinares”. En otra crónica se menciona como 40.000 dinares.

Abu Bahr narra un incidente de su maestro en el que dijo:

“Vi a Hazrat ‘Ali (ra) vistiendo una prenda inferior gruesa. Hazrat ‘Ali (ra) dijo que la había comprado por cinco dirhams y que se la vendería al que le diera una ganancia de un dirham”. El narrador dice además: “vi una pequeña bolsa con dinero en manos de Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat ‘Ali (ra) dijo estos son los ingresos de mi propiedad en Yanbu”, que está situado a una distancia de 7 manzils [unidad de distancia equivalente a 1 día de viaje], desde Medina hacia la costa.

Las palabras: “Dios es el Verdadero Soberano” estaban grabadas en el anillo de Hazrat ‘Ali (ra).

Por su parte, Yumai ‘bin Umair dice: “fui a ver a Hazrat ‘Aisha (ra) con mi tía y ella le preguntó: ¿quién fue el más querido del Santo Profeta (sa)? Ella respondió: “Fátimah”. Luego preguntó: “¿y entre los hombres? Hazrat ‘Aisha (ra) respondió: “su marido, Hazrat ‘Ali (ra)”.

Hazrat Zalba bin Abi Malik relata que Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) solía ser el abanderado del Santo Profeta (sa) en cada batalla; no obstante, cuando la verdadera batalla comenzaba, Hazrat ‘Ali (ra) cogía la bandera.

Un miembro de la tribu Zaqif narró que Hazrat ‘Ali (ra) lo nombró gobernador de Sabur. Sabur es una zona en Irán, situada aproximadamente a 160 kilómetros de la ciudad de Shiraz. Hazrat ‘Ali (ra) le instruyó que no debía castigar a nadie, ni siquiera por un dirham de impuestos, ni ir tras su riqueza o su ropa, ya fuera en la temporada de verano o en invierno. En otras palabras, el impuesto no debía solicitarse de manera que se les privara incluso de su ropa. También le advirtió que por cobrar los impuestos no debía quitarles ningún animal que usaban para su trabajo. Nadie debería tener problemas si pagaba menos impuestos, ni siquiera por un dirham. En otras palabras, no debía hacer que el pueblo soportara ningún tipo de dificultades o problemas en la recaudación del yizyah o impuesto. Sobre esto, dijo: “¡oh Líder de los fieles! En ese caso, volveré a ti en el mismo estado en que me voy, porque no podré recaudar nada”. Hazrat ‘Ali (ra) respondió: “en efecto, aunque ello signifique que regreses con las manos vacías, porque se me ha ordenado que sólo tomemos impuestos (yizyah) del excedente de riqueza de la gente”.

Hazrat Ibn Abbas (ra) relata que el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat ‘Ali (ra):

“Eres mi hermano y compañero”.

‘Ali bin Rabia narra que estaba en compañía de Hazrat ‘Ali (ra) cuando le trajeron un animal para que pudiera montarlo. Cuando estaba a punto de poner el pie en el estribo, recitó tres veces “en el nombre de Al’lah”. Cuando se sentó sobre el animal exclamó: “todas las alabanzas pertenecen a Al’lah”; y luego añadió: “Santo es El que ha puesto esto bajo nuestro control mientras no teníamos la fuerza para hacerlo y de hecho volveremos a nuestro Señor”. Luego añadió: “todas las alabanzas pertenecen a Al’lah” y “Al’lah es el Más Grande”, tres veces.

Entonces recitó la siguiente oración:

“Santo eres tú, seguramente he ofendido mi alma, así que perdóname porque no hay nadie quien pueda perdonar aparte de Ti”.

A continuación, Hazrat ‘Ali (ra) sonrió. El narrador de la tradición afirma que se añadió: ¡oh Líder de los Fieles, ¿qué te hizo sonreír? Sobre esto, Hazrat ‘Ali (ra) declaró: “vi al Mensajero  de Al’lah (sa) hacer exactamente lo que acabo de hacer y también pregunté al Mensajero de Al’lah (sa) por qué sonreía y él respondió: ‘en efecto, tu Señor se complace mucho en Su siervo cuando dice: ¡oh mi Señor, perdona mis pecados, porque no hay nadie que perdone excepto Tú!’. Esto es lo que causó que el Mensajero de Al’lah (sa) sonriera”.

Yahya bin Yamir relata que en una ocasión Hazrat ‘Ali bin Abi Talib (ra) pronunció un discurso. Después de ofrecer elogios a Al’lah el Todopoderoso, declaró:

“¡Oh gente, antes de vosotros, otros fueron destruidos debido a sus pecados! Su gente piadosa y sus escolares religiosos no les advirtieron de que no cometieran pecados. Posteriormente, cuando excedieron todos los límites en sus excesos, les fueron infringidos todo tipo de castigos. Por lo tanto, debéis exhortar a los demás a hacer el bien y evitar que cometan el mal, no sea que también os enfrentéis a un castigo como ellos. Recordad que exhortar a otros a hacer el bien y evitar que hagan el mal no disminuirá ni vuestro sustento ni os acercará a la muerte”.

Hazrat Yabir (ra) cuenta que un día visitaron la casa de una señora Ansari con el Santo Profeta (sa). Esta mujer había preparado comida y había invitado al Santo Profeta (sa) a comer. El Santo Profeta (sa) declaró que una persona estaba a punto de llegar y que estaba destinada a entrar en el Paraíso. Poco después, Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) entró y todos lo felicitaron. El Santo Profeta (sa) declaró entonces, de nuevo, que pronto vendrá otra persona destinada a entrar en el Paraíso. Tras un poco de tiempo, Hazrat ‘Umar (ra) entró y de nuevo todos lo felicitaron. El Santo Profeta (sa) por tercera vez declaró que la persona que estaba a punto de llegar también estaba destinada a entrar en el Paraíso. El narrador afirma que, en ese momento, vio que el Santo Profeta (sa) había escondido su cabeza detrás de una pequeña planta de palmera datilera y estaba diciendo: “¡oh Al’lah, me gustaría que permitieras que ‘Ali fuese la próxima persona en entrar!”. Poco después, Hazrat ‘Ali (ra) entró y todos lo felicitaron.

Hazrat Anas (ra) relata que el Santo Profeta (sa) declaró: “el Paraíso está esperando a tres individuos y son: ‘Ali, Ammar y Salman”.

Abu ‘Uzmán Nahdi relata que Hazrat ‘Ali (ra) declaró: “en una ocasión, el Mensajero de Al’lah (sa) me tomó de la mano, pasamos por una de las calles de Medina y nos acercamos a un huerto. Entonces dije: “¡oh Mensajero de Al’lah, qué hermoso es este huerto!”. El Santo Profeta (sa) respondió: “hay un huerto aún más hermoso preparado para ti en el Paraíso”.

Hazrat Ammar bin Yasir (ra) relata que escuchó al Santo Profeta (sa) decir a Hazrat ‘Ali (ra): “¡oh ‘Ali, Al’lah Todopoderoso te ha dotado de una cualidad y a ninguna otra persona se le ha concedido nada igual y es la aversión a lo mundano y material. Al’lah Altísimo te ha hecho de tal manera que no participas en nada de este mundo y el mundo no te quita nada”. (En otras palabras, no tenía ningún deseo de cosas materiales y de la misma manera los que tienen deseos de material mundano no deseaban mantener ninguna relación con él).

“Además, Al’lah el Todopoderoso te ha concedido el amor por los necesitados y ellos se complacen en nombrarte su líder y tú te complaces en ser su líder. Así, damos las buenas nuevas para los que muestran amor hacia ti y hablan la verdad sobre ti; y aquellos que muestran enemistad hacia ti y dicen mentiras sobe ti perecerán. Aquellos que te muestren amor y digan la verdad sobre ti serán tus vecinos en el Paraíso y los compañeros de tu palacio; y aquellos que se enemisten contigo y fabriquen mentiras contra ti, entonces Al’lah Todopoderoso se ha encargado por Sí Mismo de que en el Día del Juicio sean levantados entre los más persistentes mentirosos”.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) relata que:

“El Santo Profeta (sa) declaró: “Harzat ‘Ali (ra) y Hazrat Fátimah (ra) estarán en el mismo rango del Paraíso que yo”.

También hay narraciones respecto a Hazrat ‘Ali (ra) de que estaría entre esos diez afortunados Compañeros (ra), que en este mismo mundo recibieron las buenas noticias del Paraíso en las benditas palabras del Santo Profeta (sa). Hazrat Sa’id bin Zaid relata:

“Puedo testificar sobre nueve personas que entrarán en el Paraíso y si dijera lo mismo sobre el décimo individuo, no cometería ningún pecado”. Cuando le preguntaron cómo lo sabía, dijo: estábamos en el Monte Hira con el Santo Profeta (sa) cuando empezó a temblar. El Santo Profeta (sa) dijo entonces: “quédate quieto, oh Hira, porque no hay nadie en este monte excepto un profeta, un siddiq [veraz] y un shahid [mártir]”.

Alguien preguntó entonces, quiénes eran esos diez individuos a los que se les dio la buena noticia de que entrarían en el Paraíso. Hazrat Sa’id bin Zaid (ra) respondió: “el Santo Profeta (sa), Abu Bakr (ra), ‘Umar (ra), ‘Uzmán (ra), ‘Ali (ra), Talha (ra), Zubair (ra), Saad (ra) y ‘Abdur Rahman bin Auf (ra)”. Cuando le preguntaron quién era el décimo individuo, Hazrat Sa’id bin Zaid (ra) respondió: “soy yo”.

El siguiente relato que voy a narrar que ha sido mencionado por el Mesías Prometido (as) ha sido citado anteriormente también. Se trata del auto-control de Hazrat ‘Ali (ra) y que estaba libre de cualquier egoísmo, por lo que lo mencionaré una vez más. El Mesías Prometido (as) afirma:

“Hazrat ‘Ali (ra) estuvo una vez luchando contra un enemigo y lo hacía puramente por la causa de Al’lah. En un momento dado, Hazrat ‘Ali (ra) derribó al oponente y estaba arrodillado sobre su pecho cuando de repente escupió en la cara de Hazrat ‘Ali (ra), quien se levantó inmediatamente de su pecho, lo dejó ir y dijo: la razón de esto ha sido que hasta ahora estaba luchando contra ti por la causa de Al’lah, pero ahora que me has escupido en la cara, por tanto ahora hay una motivación personal. Así pues, no deseo matarte por ninguna razón personal. Por consiguiente, es evidente que Hazrat ‘Ali (ra) no consideraba a nadie, con quien tuviera una enemistad personal, como su enemigo. Esta es la naturaleza y el hábito que uno debe inculcar en sí mismo”.

El Mesías Prometido (as) aconsejó a la Yama’at: ¿qué puede enfadar más a Dios Todopoderoso que esto, que uno cause dolor a otros y aumente la enemistad por razones personales?”.

Luego, en otra ocasión, el Mesías Prometido (as) explicó esto con más detalle:

“Aprended de Hazrat ‘Ali (ra) en relación a cómo se debe distinguir entre el deseo personal y la pasión por el bien de Dios Altísimo. Una vez, Hazrat ‘Ali (ra) luchó contra un incrédulo que era muy fuerte. Cada vez que intentaba agarrarlo, escapaba. Finalmente, Hazrat ‘Ali (ra) lo venció, lo agarró firmemente y se arrodilló sobre su pecho y estuvo a punto de matarlo con su daga pero le escupió en la cara. Cuando hizo esto, Hazrat ‘Ali (ra) se levantó inmediatamente de su pecho y lo dejir. Expresando su asombro, el incrédulo preguntó a Hazrat ‘Ali (ra) por qué lo dejó ir a pesar de que lo había vencido después de tanta lucha y también dado el hecho de que era un enemigo suyo, y quería derramar su sangre y matarlo. Hazrat ‘Ali (ra) respondió: ‘el hecho es que no hay enemistad personal entre tú y yo’. Ya que atormentas a los musulmanes por tu oposición a su fe, es por eso que merecías la muerte y yo sólo trataba de vencerte por el bien de mi fe. Sin embargo, cuando me escupiste, me enfadé y me di cuenta de que ahora había una razón personal en juego y, por lo tanto, no me estaba permitido hacer nada contra ti. Yo no hago nada por razones personales, sino que todo es por la causa de Al’lah Todopoderoso. Cuando vuelva a mi estado normal y mi ira disminuya, seguiré yendo en contra de ti como antes”. Al escuchar esto, tuvo un impacto tan profundo en el incrédulo que su corazón se liberó de cualquier tipo de incredulidad y pensó para sí mismo qué otra fe podría haber en este mundo que fuera mejor que esta fe por la que uno se vuelve completamente puro; y así, inmediatamente se arrepintió y se convirtió en musulmán”.

Este es el verdadero Taqwa (rectitud) que luego da sus frutos.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) también ha narrado este relato de manera similar y escribe:

“Hazrat ‘Ali (ra) una vez tomó parte en una batalla y se enfrentó a un oponente muy feroz que muy pocas personas podían desafiar. Hazrat ‘Ali (ra) luchó contra este fuerte soldado judío durante muchas horas. Después de muchas horas de lucha, Hazrat ‘Ali (ra) logró derribar al oponente, se arrodilló sobre su pecho y decidió cortarle el cuello con su daga, cuando de repente escupió a Hazrat ‘Ali (ra), quien inmediatamente lo dejó ir y se hizo a un lado. El soldado judío se sorprendió y dijo: es extraño, hemos estado peleando entre nosotros durante muchas horas, finalmente me derribaste y ahora de repente me has dejado ir. ¡Qué acto tan tonto has cometido! Hazrat ‘Ali (ra) respondió: no he actuado de manera estúpida, de hecho cuando te derribé y me escupiste en la cara, mi corazón se llenó de rabia porque me escupiste. Pero con esto, también pensé que hasta ahora todo lo que estaba haciendo era por la causa de Dios, pero ahora, si sigo luchando contra ti, te estaré matando debido a mi ira personal. Hazrat ‘Ali (ra) declaró además: esto podría deberse a mi ira personal en lugar de por el bien de alcanzar el placer de Dios. Por lo tanto, consideré apropiado dejarte ir. Cuando mi ira disminuya, seguiré luchando contra ti”.

Seguiré narrando los relatos en el próximo sermón, si Dios quiere. Pero en este momento, me gustaría decir que hoy es el primer día del Año Nuevo y el primer viernes. Rezad para que este año sea bendito para la Comunidad, el mundo entero y toda la humanidad. Mientras cumplimos con nuestras responsabilidades, que continuemos volviéndonos hacia Dios Altísimo y elevando los estándares de nuestra adoración más que antes; que además el resto del mundo reconozca el propósito de su creación y cumpla los derechos de Dios, y en lugar de usurpar los derechos de los demás, de hecho cumplan los derechos del prójimo, mientras se adhieren a los mandamientos de Dios Todopoderoso. De lo contrario, Dios Todopoderoso tiene Su propia manera única de llamar la atención de la gente del mundo hacia el cumplimiento de Sus derechos. Ojalá que no solo nosotros, sino que también el resto del mundo entienda este principio fundamental y a su vez reformemos nuestras vidas en este mundo y en el más allá.

Durante el último año, hemos estado soportando una pandemia muy peligrosa y no hay un solo país que esté a salvo de ella; en algunos lugares está más extendida, mientras que en otros es menos grave. Sin embargo, parece que la gran mayoría del mundo no desea prestar atención al hecho de que tal vez esta pandemia es de Dios Altísimo, para llamar su atención hacia el cumplimiento de sus deberes y responsabilidades. No quieren considerar el hecho de que tal vez Dios Todopoderoso está llamando su atención a través de esto, pero nadie está reflexionando sobre ello en este sentido. Hace unos meses, con el fin de llamar la atención de varios líderes mundiales hacia esto, les escribí cartas en relación con la pandemia del COVID y les escribí con las palabras del Mesías Prometido (as) de que estas calamidades vienen de Dios Altísimo, como resultado de la falta de conciencia de cumplir con sus derechos hacia Dios Todopoderoso y las crecientes injusticias. Por tanto, deben prestar atención a esto.

Algunos de estos líderes mundiales respondieron, pero sus respuestas fueron solo con referencia a los aspectos mundanos y aunque estuvieron de acuerdo con lo que se les dijo, no reconocieron el aspecto de Divino y de la fe, que era una parte significativa de esas cartas. La verdad es que no solo no desean tomar ninguna medida práctica para reformar sus condiciones morales, sino que tampoco quieren mostrar compasión al mundo y hacerles conscientes de su verdadero objetivo, a pesar de que todo el mundo sabe que las secuelas de esta pandemia serán extremadamente graves. Esto es algo que conocen todos los líderes mundiales, todas las personas inteligentes y todos los analistas; pero a pesar de ello, no prestan atención a la solución real y siguen centrados en sus intereses mundanos. No sólo la gente está siendo impactada por esta pandemia a nivel individual, sino que todos se están debilitando con respecto a su economía.

Por supuesto que hay implicaciones para la salud, pero todo el mundo también está siendo impactado financieramente. De hecho, incluso las economías de las naciones poderosas están siendo fuertemente impactadas. Los materialistas sólo tienen una solución a esto: que cuando sus economías colapsen, se apoderarán de las economías de las naciones más pequeñas, atrapándolas de una manera u otra y poniendo excusas para apoderarse de sus riquezas. Se crearán bloques para este propósito; de hecho ya se han empezado a formar. Volverá a estallar una guerra fría que, según algunos, ya ha comenzado en algunos aspectos. También es totalmente posible que comience una verdadera guerra armada, que resulte catastrófica y como resultado de la cual estas naciones caerán en un abismo aún más oscuro. Los países pobres ya están siendo aplastados, pero en caso de guerra, los pueblos pertenecientes a las naciones ricas también serán arrasados de manera horrible.

Por lo tanto, antes de que el mundo alcance tal estado, debemos cumplir con nuestro deber y advertir al mundo de esto. Sólo cuando cumplamos con nuestro deber en este sentido, es decir, hacer que el mundo sea consciente de ello, podremos entonces felicitarnos de verdad por el Año Nuevo. Por supuesto, para hacer esto, tendremos que evaluar nuestras propias condiciones. Nosotros, que hemos aceptado al Imam Mahdi y al Mesías Prometido de esta época, debemos preguntarnos si estamos en el nivel en que, además de cumplir con los derechos debidos a Dios Altísimo, ¿estamos cumpliendo con los derechos legítimos de Sus criaturas, y haciéndolo únicamente por Su causa? ¿O todavía tenemos que trabajar para reformarnos y aumentar nuestro amor y afecto mutuo hasta un alto nivel?

Por eso, cada áhmadi debería reflexionar sobre el hecho de que se le ha encomendado una gran responsabilidad; y para completar esta tarea, primero debemos crear una atmósfera de amor y hermandad en nuestra propia sociedad áhmadi, y luego traer al mundo entero bajo esta bandera, que fue levantada en alto por el Santo Profeta (sa), que es la bandera de la Unidad de Dios. Sólo entonces tendremos éxito en el cumplimiento del propósito de nuestro bai’at y haremos justicia a nuestro juramento de lealtad; solo después de hacer esto nos convertiremos en los receptores de las bondades de Dios y solo entonces tendremos el derecho de dar y recibir los saludos para el nuevo año.

Que Dios Altísimo nos permita hacer esto y que al entender sus responsabilidades, cada hombre, mujer, joven, niño o anciano áhmadi prometa que usará todas sus facultades para lograr una transformación en el mundo este año; que Dios Todopoderoso permita a cada áhmadi cumplir con esta promesa.

Recientemente he estado recordando a todos que recen por los áhmadis en Pakistán y Argelia; recuérdenlos en sus oraciones. En ciertas partes de Pakistán, algunos clérigos y funcionarios del gobierno están decididos a cometer injusticias; que Dios atrape rápidamente a las personas que no quieren reformarse. Dios Altísimo sabe quiénes se reformarán y quiénes no. En cuanto a los que no se reformen, que Dios asegure los medios para encargarse de ellos rápidamente. Están llevando a cabo atrocidades bajo las leyes de blasfemia y están tratando de poner obstáculos en todas las diferentes formas con las que realizamos Tarbiyyat (impartir formación moral) de nuestros propios miembros. Que Al’lah nos conceda rápidamente un respiro y nos salve de ellos. En realidad, es esta gente la que empaña el prístino nombre de la Misericordia para la Humanidad, o sea, el Santo Profeta (sa). Los áhmadis, de hecho, están dispuestos a sacrificar sus vidas para mantener el honor del Santo Profeta (sa).

Hoy en día, los que están haciendo el mayor esfuerzo y los verdaderos esfuerzos para poner al mundo bajo la bandera del Santo Profeta (sa) son los áhmadis. De hecho, se puede decir que si alguien está llevando a cabo esta tarea, no son otros sino los áhmadis. Por consiguiente, estas personas mundanas pueden cometer injusticias contra nosotros con su mera autoridad y riqueza mundanales, pero tened en cuenta que creemos en ese Dios, que es un excelente Protector y un excelente Ayudante; y seguro que Su apoyo ciertamente llegará. En ese momento, cuando llegue la ayuda y el apoyo de Dios Todopoderoso, no quedará rastro de tales personas mundanas y de aquellos que se consideran poderosos e influyentes.

Por tanto, es nuestro deber continuar aumentando nuestra adoración a través de nuestras oraciones. Sólo a través de esto podemos tener éxito de verdad. Mencioné que los áhmadis de Argelia fueron todos absueltos, ya que un tribunal los declaró a todos inocentes; otro tribunal absolvió a otros con multas menores; pero a pesar de ello, todavía quedan algunos que siguen encarcelados. Rezad para que sean liberados muy pronto. Rezad también por la liberación de los áhmadis encarcelados en Pakistán. Nuestras alegrías, ya sea al comienzo de un nuevo año o durante el Eid, solo se manifestarán verdaderamente cuando levantemos el estandarte de la unidad de Dios en cada rincón del mundo, que fue traído por el Santo Profeta (sa).

-Nuestra verdadera alegría será cuando la humanidad reconozca los valores humanos y cuando conviertan todas las enemistades en amor; que Dios Altísimo nos conceda rápidamente los medios de esta verdadera alegría.

-Que conceda sentido a la Ummah musulmana para que acepten al esperado Mesías Prometido y al Imam Mahdi.

-Que Dios Todopoderoso conceda al mundo la sabiduría para que puedan prestar atención a los derechos de Dios y a los derechos de la humanidad.

-Que Dios Altísimo mantenga a todos los áhmadis de todos los países del mundo bajo Su protección.

-Que haga de este año un medio de misericordia y bendiciones para todos los áhmadis y todas las personas.

-Que Dios nos proteja de nuestras faltas y defectos de años anteriores, que incurrieron en la ira de Dios Altísimo o que nos privaron de ciertas recompensas.

-Que nos haga destinatarios de Sus bendiciones y recompensas, y nos haga verdaderos creyentes.

-Finalmente, que Dios Todopoderoso nos permita participar en estas oraciones.

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatiha, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que seguiría relatando los incidentes de la vida de Hazrat Ali (ra).

Su Santidad (aba) citó al Segundo Califa (ra) al narrar los incidentes que rodearon el martirio de Hazrat Ali (ra). Su Santidad (aba) dijo que los Khawarij [aquellos que habían dejado la lealtad a Hazrat Ali (ra)] decidieron que debían martirizar a Hazrat Ali (ra) y Hazrat Mu’awiyah y Hazrat Amr bin Aas (ra). Los Khawarij que fueron a martirizar a Hazrat Mu’awiyah y Hazrat Amr bin Aas (ra) no tuvieron éxito en sus intentos. La persona que fue a matar a Hazrat Ali (ra) lo atacó mientras dirigía la oración y lo hirió gravemente.

Profecía del Santo Profeta (sa) sobre el martirio de Hazrat Ali (ra)

Su Santidad (aba) dijo que el Santo Profeta (sa) había profetizado el martirio de Hazrat Ali (ra). El Santo Profeta (sa) dijo una vez que el peor de los primeros era la persona que atropelló al camello de Hazrat Saleh (ra), y el peor de los últimos sería el que golpeó a Hazrat Ali (ra) con su lanza. El Santo Profeta (sa) también indicó dónde sería golpeado Hazrat Ali (ra).

Su Santidad (aba) dijo que la persona que se propuso matar a Hazrat Ali (ra) era un hombre llamado Abdur Rahman bin Mulyam. En la mañana antes de la oración del Fayr, Ibn Mulyam se posicionó cerca del área de donde Hazrat Ali (ra) solía venir. Cuando Hazrat Ali (ra) salió para el rezo, salió de la puerta, llamó para recordar a la gente que era el momento de rezar. Fue en ese momento cuando Hazrat Ali (ra) fue atacado y gravemente herido. Ibn Mulyam fue detenido y llevado a Hazrat Ali (ra), quien dijo que debía ser tratado y alimentado bien, y que si sobrevivía decidiría cómo tratarle. Sin embargo, dijo que si moría, entonces Ibn Mulyam también debería ser asesinado, para que el asunto entre los dos pudiera ser decidido por Dios.

Consejo de Hazrat Ali (ra) en su testamento

Su Santidad (aba) dijo que en su testamento, Hazrat Ali (ra) aconsejó a su familia que se mantuviera cercana, y temerosa de Dios y que se mantuviera firme. Aconsejó que se evitaran todas las disputas, porque una vez escuchó al Santo Profeta (sa) decir que mantener y arreglar las relaciones mutuas es más grande que ofrecer oraciones y ayunos. Su Santidad (aba) dijo que esto es algo sobre lo que se debe reflexionar y es extremadamente importante, que las relaciones mutuas siempre deben ser remendadas. Hazrat Ali (ra) aconsejó en su testamento que los pobres y necesitados deben ser atendidos, y deben ser incluidos como miembros de la sociedad. Aconsejó que uno nunca debería temer a los detractores, sino que sólo debería temer a Dios Todopoderoso. Su Santidad (aba) comentó que esto también es muy importante. Hazrat Ali (ra) aconsejó además que siempre se ordenara el bien y se prohibiera el mal; si no se hace así, las personas equivocadas se convertirán en líderes y gobernantes. Su Santidad (aba) dijo que este también es otro punto a considerar.

Su Santidad (aba) dijo que cuando Hazrat Ali (ra) fue herido, algunas personas fueron a visitarlo y expresaron su pena por el dolor que estaba soportando. Hazrat Ali (ra) dijo que no sentía ninguna pena, porque ya había sido predicho por el Santo Profeta (sa) que sería atacado, e incluso se le dijo exactamente donde sería golpeado.

Su Santidad (aba) dijo que cuando otra persona fue a ver a Hazrat Ali (ra), Hazrat Ali (ra) le dijo que pronto iba a partir. Su hija estaba sentada cerca, y al oír a su padre decir esto, comenzó a llorar. Hazrat Ali (ra) le dijo que no llorara; dijo que si ella podía ver lo que él estaba viendo, entonces no lloraría. Dijo que vio a los ángeles y a los profetas, y vio al Santo Profeta (sa) diciéndole que el lugar al que iba era mucho mejor que el estado actual en el que se encontraba.

El fallecimiento de Hazrat Ali (ra)

Su Santidad (aba) dijo que según una narración, después de haber completado su voluntad, Hazrat Ali (ra) dio saludos de paz a todos, y después, profesó su fe en la unidad de Dios y su creencia en Su Mensajero (sa), después de lo cual falleció. Está registrado que Hazrat Ali (ra) falleció en el 27 de Ramadán del 40 D.H.

Su Santidad (aba) dijo que el funeral de Hazrat Ali (ra) fue dirigido por su hijo Hazrat Hasan (ra). Está registrado que Hazrat Ali (ra) poseía algo de almizcle que había sido bendecido por el Santo Profeta (sa). También era parte de su voluntad que este mismo almizcle se aplicará antes de su entierro. Su Santidad (aba) presentó varias narraciones sobre el lugar de la tumba de Hazrat Ali (ra).

Esposas e hijos de Hazrat Ali (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Ali (ra) se casó ocho veces en diferentes momentos. De sus esposas, una era Hazrat Fátima (ra), hija del Santo Profeta (sa), y Umama bin Abul Aas bin Rabi, que era la nieta del Santo Profeta (sa). De estos matrimonios, Hazrat Ali (ra) se le concedió más de 30 hijos; 14 varones y 19 mujeres.Bendiciones de Dios sobre Hazrat Ali (ra)

Su Santidad (aba) dijo que una vez, el Santo Profeta (sa) declaró que era una ciudad de conocimiento y Hazrat Ali (ra) era la puerta de esa ciudad. Hazrat Ali (ra) está registrado como uno de los más valientes entre todos los compañeros. A menudo, cuando cualquier batalla comenzaba, Hazrat Ali (ra) era designado como el portador de la bandera del Islam. Recordando las bendiciones de Dios sobre él, una vez Hazrat Ali (ra) dijo que hubo un tiempo en que solía amarrar piedras a su estómago debido a la gravedad del hambre, sin embargo Dios lo bendijo hasta tal punto que la cantidad que daba en limosna era de hasta cuarenta mil dinares.

Su Santidad (aba) relató una narración, en la que una vez el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat Ali (ra) que era su hermano y amigo. El Santo Profeta (sa) también le había dado a Hazrat Ali (ra) la buena noticia de que entraría en el Paraíso. Está registrado que una vez el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat Ali (ra), que Dios le había concedido una excelente cualidad, que era que no le importaban las cosas materiales de este mundo, y tampoco querían tener nada que ver con él aquellas personas que sólo se preocupaban por el mundo. El Santo Profeta (sa) dijo que eran afortunados aquellos que amaban a Hazrat Ali (ra) y decían la verdad sobre ellos, y que estarían a su lado en el cielo, yque aquellos que mantienen la enemistad y mienten sobre Hazrat Ali (ra) estarían entre los miserables del Más Allá.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Ali (ra) solía aconsejar a los musulmanes que se deshicieran de sus pasiones personales, y que la única pasión que deberían tener es la que es por el bien de Dios. Esto fue ejemplificado por su propio ejemplo, cuando, durante una batalla, luchaba contra un oponente acérrimo. Esta lucha entre los dos duró horas, después de lo cual Hazrat Ali (ra) finalmente lo superó, y estaba a punto de dar el golpe final. Sin embargo, cuando estaba a punto de hacerlo, el oponente escupió en la cara de Hazrat Ali (ra), sobre la cual Hazrat Ali (ra) se alejó inmediatamente. El oponente preguntó por qué había hecho esto, a lo que Hazrat Ali (ra) respondió que hasta ese momento, había estado luchando por el bien de Dios, pero temía que ahora que le había escupido en la cara, si lo mataba podría haber alguna pasión personal incluida en este acto. Así que se alejó. Esto tuvo un efecto tan profundo en el oponente que pasó a aceptar el Islam. Su Santidad (aba) dijo que esto es la verdadera justicia.

Su Santidad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida de Hazrat Ali (ra) en el futuro.

Admoniciones para el Año Nuevo

Su Santidad (aba) dijo que hoy marca el comienzo de un nuevo año y también es el primer viernes. Su Santidad (aba) dijo que todos deberíamos rezar para que el nuevo año sea bendecido para esta Comunidad, y para el mundo entero. Que continuemos volviéndonos y postrándonos ante Dios más que antes, y que la gente mundana también sea capaz de reconocer a Dios. Que podamos cumplir con los derechos que nos debemos unos a otros y a la humanidad en general.

Su Santidad (aba) dijo que durante el último año, hemos estado soportando una grave pandemia, de la cual ningún lugar del mundo está a salvo. Su Santidad (aba) dijo que, a pesar de ello, muchos no parecen querer considerar el hecho de que esta pandemia pueda haber surgido como una advertencia para que comencemos a cumplir los derechos que nos debemos a Dios y a los demás. Su Santidad (aba) dijo que hace unos meses, envió cartas a varios líderes mundiales en las que señalaba a su atención el hecho de que tales calamidades se producen por no tener en cuenta a Dios y crecer en la injusticia. Su Santidad (aba) dijo que aunque algunos líderes respondieron, sus respuestas se limitaron al aspecto mundano de esta crisis, no reconocieron el aspecto de Dios y la fe que Su Santidad (aba) había mencionado.

Su Santidad (aba) dijo que estos líderes no parecen dar ningún paso para cambiar sus costumbres, ni desean llamar la atención de su pueblo sobre su verdadero propósito. Esto es a pesar del hecho de que todos ellos saben lo que vendrá después de esta pandemia; algo que todo el mundo sabe. Sin embargo, sus esfuerzos se limitan al aspecto mundano, y no van más allá. No sólo esta pandemia está afectando la salud de las personas, sino que al mismo tiempo, todos están siendo impactados a nivel social. La gente del mundo sólo tiene una solución para esto, que es que cuando sus propios recursos se agoten, tomarán los recursos de las naciones más pequeñas, como resultado de lo cual comenzarán las guerras. De hecho, algunos dicen que las guerras ya han comenzado. Como resultado, el mundo caerá en un pozo aún más profundo. Por lo tanto, antes de que el mundo caiga en tal estado, debemos hacer nuestra parte en advertir y ayudar al mundo.

Su Santidad (aba) dijo que así, sólo será correcto felicitarse unos a otros en el nuevo año una vez que hagamos nuestra parte en advertir al mundo. Para ello, primero debemos analizarnos a nosotros mismos. Para nosotros, que hemos aceptado al Mesías de la época, estamos haciendo nuestra parte en el cumplimiento de los derechos debidos a Dios, y luego por Su causa, cumpliendo con los derechos debidos a Su gente. Por lo tanto, cada ahmadí debe reflexionar y darse cuenta de que tiene la responsabilidad de una gran tarea, cuyo cumplimiento requiere que primero establezca una comunidad amorosa entre los ahmadíes.

Entonces debemos poner al mundo bajo esa bandera que fue levantada por el Santo Profeta (sa), que es de la unidad de Dios. Sólo entonces estaremos cumpliendo la promesa de lealtad que hemos hecho; sólo entonces podremos recibir la bendición de Dios Todopoderoso, y sólo entonces será apropiado que nos felicitemos unos a otros en el amanecer de un nuevo año.

Su Santidad (aba) dijo que todo hombre, mujer y niño ahmadí debe entender esto y prometer que se esforzarán y utilizarán todas sus facultades y capacidades para lograr un cambio revolucionario en el mundo. Su Santidad (aba) rezó para que a cada ahmadí se le concediera la capacidad de hacerlo.

Su Santidad (aba) instó una vez más a la Comunidad a que siguiera rezando por los ahmadíes en Pakistán y Argelia, que siguen enfrentando dificultades. Su Santidad (aba) dijo que en Pakistán, algunos funcionarios del Gobierno y otros clérigos siguen aumentando las injusticias que llevan a cabo. Su Santidad (aba) oró para que Dios tome rápidamente en cuenta a esas personas que no poseen la capacidad de establecer la justicia y la paz. Que Al’lah elimine los obstáculos que siguen poniendo a los ahmadíes en Pakistán. Buscan hacer todo esto bajo leyes creadas contra los ahmadíes basadas en falsas acusaciones de que los ahmadíes deshonran al Santo Profeta (sa). Sin embargo, sus propias acciones contradicen completamente el ejemplo de la Misericordia para toda la Humanidad (sa). Los ahmadíes son aquellos que están dispuestos a ofrecer sus vidas por el bien del Santo Profeta (sa). De hecho, sólo los ahmadíes del mundo actual se esfuerzan realmente por poner al mundo bajo la bandera del Santo Profeta (sa).

Estas personas pueden continuar perpetrando tales injusticias contra nosotros, sin embargo creemos en un Dios que es el mayor ayudante. Cuando esa ayuda se manifiesta, entonces no queda ni un remanente de aquellos que perpetran tales actos. Su Santidad (aba) dijo que otro tribunal de Argelia ha liberado a los ahmadíes que estaban siendo acusados falsamente, sin embargo todavía hay algunos cautivos. Su Santidad (aba) instó a la Comunidad a que rezara por los cautivos tanto allí como en el Pakistán. Su Santidad (aba) dijo que ya sea el año nuevo o el Eid, nuestra verdadera felicidad será cuando levantemos el estandarte de la unidad de Dios en todos los rincones del mundo, para lo cual el Santo Profeta (sa) fue comisionado en este mundo. Nuestra verdadera felicidad será cuando la humanidad empiece a reconocer los derechos que nos debemos unos a otros, cuando el odio se convierta en amor. Su Santidad (aba) rezó para que veamos pronto esa felicidad. Que la Ummah musulmana reconozca al Mesías prometido (as). Que el mundo dirija la atención de cada nación y cada persona hacia el cumplimiento de los derechos que se deben unos a otros.

Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah Todopoderoso mantenga a todos los Ahmadis del mundo bajo su protección, y que este año sea una fuente de bendiciones para cada persona. Que se nos proteja de los defectos del pasado por los que hemos incurrido en el desagrado de Dios o por los que nos hemos quedado sin alcanzar ciertas bendiciones. Que Al’lah derrame sus bendiciones sobre todos.

Resumen preparado por The Review of Religions

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