Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Ali (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Ali (ra)

Sermón del viernes del 25-12-20,

pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad, (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

En el sermón del viernes pasado, hablé sobre el martirio de Hazrat ‘Uzmán (ra) y de los rebeldes, así como de los esfuerzos de Hazrat ‘Ali (ra) en ese sentido [es decir, contra los rebeldes]. En relación a los acontecimientos mencionados sobre Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Musleh Ma’ud (ra) hace referencia a una cuestión de suma importancia.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) afirma:

“Como sois parecidos a los Compañeros [del Santo Profeta (sa)], es mi deseo presentar acontecimientos históricos, mostrar cómo los musulmanes cayeron en el caos y cuáles fueron las razones que dieron lugar a esta escisión.  Por lo tanto, prestad atención a esto y educad a quienes se unan a vosotros en el futuro (o sea, se les debe impartir una formación moral y una educación religiosa correctas). El conflicto que surgió durante la época de Hazrat ‘Uzmán (ra) no fue instigado por los Compañeros (ra) del Santo Profeta (sa).  Se equivocan quienes dicen que este daño fue causado por los Compañeros (ra) y están confundidos. No hay duda de que muchos Compañeros (ra) se opusieron a Hazrat ‘Ali (ra) y otros muchos se opusieron a Mu’awiyah (ra). Sin embargo, afirmo que los Compañeros (ra) no fueron la causa de este conflicto; por el contrario, fueron aquellos que se unieron al Islam más tarde y no tuvieron la fortuna de conocer al Santo Profeta (sa) o sentarse a su lado. Así pues, llamo vuestra atención sobre esto y os informo de la forma de abstenerse y protegerse de este conflicto: venir frecuente y repetidamente a Qadián, [Hazrat Musleh Ma’ud (ra) estaba en Qadián en ese momento], para que vuestra fe se rejuvenezca y aumente en vosotros el temor de Dios”.

En otras palabras, aquí se recalca que hay que permanecer firmemente unidos a la sede central (Markaz) y al Jalifato.  Si este vínculo se mantiene firme, entonces recibiréis el correcto entrenamiento moral.  En estos días, Dios Altísimo nos ha bendecido con la MTA. Los sermones se escuchan y se difunden en todo el mundo, y además se muestran otros programas.  Por ello, es esencial para vuestra formación moral que, aparte de estudiar personalmente los libros del Mesías Prometido (as), también veáis la MTA con regularidad. En particular, debéis escuchar los sermones de los viernes en la MTA, para que vuestra relación con el Jalifato se mantenga firme y continúe aumentando y fortaleciéndose.

Con respecto a la batalla del yamal (camello), se menciona en las narraciones que esta batalla se libró entre Hazrat ‘Ali (ra) y ‘Aisha (ra), en el año 36 después de la emigración de La Meca a Medina. Por su parte, Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra) estaban con Hazrat ‘Aisha (ra), quien montaba un camello en el campo de batalla, razón por la que esta batalla se conoce como ‘la batalla del camello’.  Hazrat ‘Aisha (ra) había viajado a La Meca para realizar el Hall (peregrinación) y estando allí fue cuando recibió la noticia del martirio de Hazrat ‘Uzmán (ra). Después de completar la ‘Umrah, se dirigió hacia Medina. En el camino, en un lugar llamado Sarf, ‘Ubaid bin Abi Salama le informó que Hazrat ‘Uzmán (ra) había sido martirizado, que Hazrat ‘Ali (ra) había sido elegido Jalifa y que había un gran caos en Medina. Por eso Hazrat ‘Aisha (ra) volvió hacia La Meca y reunió a gente para vengar la muerte de Hazrat ‘Uzmán (ra) y poner así fin al desorden.  Así, muchas personas se reunieron bajo el mando de Hazrat Talha (ra), Hazrat Zubair bin ‘Awwam (ra) y Hazrat ‘Aisha (ra) y de ahí su convoy partió hacia Basora.  Al recibir noticias de este convoy, Hazrat ‘Ali (ra) también partió hacia allí.  A su llegada a Basora, Hazrat ‘Aisha (ra) invitó a los habitantes a que se unieran a sus fuerzas y muchos lo hicieron.  No obstante, una de las partes se comprometió a apoyar a ‘Uzmán bin Hunayf, el gobernador de Basora designado por Hazrat ‘Ali (ra).  En ese momento, ambas partes se enfrentaron.

Por su parte, el ejército de Hazrat ‘Ali (ra) llegó y levantó un campamento cerca del ejército de Hazrat ‘Aisha (ra).  Los dos bandos hicieron propuestas para reconciliarse y las negociaciones tuvieron éxito. Sin embargo, durante la noche, un grupo involucrado en el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra) y que se había unido al ejército de Hazrat’ Ali (ra), atacó al ejército de Hazrat ‘Aisha (ra), lo que provocó el inicio de la batalla.  Hazrat ‘Aisha (ra) montaba un camello.  Uno tras otro, los fieles seguidores de Hazrat ‘Aisha (ra) se iban apoderando de las riendas de su camello y caían martirizados. Entonces, Hazrat ‘Ali (ra) se dio cuenta de que mientras Hazrat ‘Aisha (ra) estuviera montada en el camello, la batalla no llegaría a su fin.  Por consiguiente, ordenó a sus soldados que la derribaran y la mataran como fuera, ya que el final de la guerra dependía de eso, por lo que  uno de los hombres se adelantó y atravesó la pata del camello con la espada.  El camello soltó un alarido, se sentó y entonces el ejército de Hazrat ‘Ali (ra) rodeó al camello por todos lados. Tras la caída del camello de Hazrat ‘Aisha (ra), la gente del camello, es decir, los que lucharon del lado de Hazrat ‘Aisha (ra), se dispersaron. Después de esto, Hazrat ‘Ali (ra) anunció que quien se rindiera o cerrara la puerta de su casa permanecería seguro y protegido. Nadie debía ser perseguido y ninguna posesión ajena debía ser confiscada y considerada botín de guerra. El ejército de Hazrat ‘Ali (ra) siguió estas órdenes. Hazrat Zubair bin ‘Awam y Hazrat Talha fueron martirizados durante esta misma batalla. (Este es el resumen del relato histórico presentado por Ibn Azir).

En relación a esto, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirma:

“Un grupo de personas de entre las que asesinaron a Hazrat ‘Uzmán (ra) acudió a Hazrat ‘Aisha (ra), instándole a declarar la yihad contra quienes habían matado a Hazrat ‘Uzmán (ra).  Hazrat ‘Aisha (ra) declaró entonces la yihad y pidió a los Compañeros (ra) que la ayudaran.  Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra) se unieron a ella. Posteriormente se produjo una batalla entre los ejércitos de Hazrat ‘Ali (ra), por un lado,  y Hazrat ‘Aisha, Hazrat Talha y Hazrat Zubair (ra), por el otro, pues Hazrat Talha y Hazrat Zubair formaban parte del ejército de Hazrat ‘Aisha (ra). Así pues, hubo una batalla entre los principales ejércitos de Hazrat ‘Aisha (ra) y Hazrat ‘Ali (ra), y esta se conoce como Yang-e-Yamal [la batalla del camello]. Al comienzo de la misma y al escuchar las palabras de la profecía del Santo Profeta de Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Zubair (ra) se apartó y juró que no pelearía contra Hazrat ‘Ali (ra).  Hazrat Zubair (ra) aceptó que se había equivocado en su interpretación del asunto.  Del mismo modo, Hazrat Talha (ra) también juró lealtad a Hazrat ‘Ali (ra) antes de su fallecimiento, [ya me referí a esto en el sermón anterior], porque se menciona en las narraciones que cuando Hazrat Talha (ra) yacía herido y daba sus últimos respiros, un hombre pasó junto a el. Hazrat Talha (ra) le preguntó: “¿a qué grupo perteneces?”. Él respondió que era del grupo de Hazrat ‘Ali (ra). Ante esto, Hazrat Talha (ra) tomó su mano y dijo: ‘tu mano es la de ‘Ali y juro lealtad a ‘Ali de nuevo en tus manos’. Por tanto, cualquier disputa entre los Compañeros (ra) se resolvió después de la Yang-e-Yamal, pero la discordia con Hazrat Mu’awiyah permaneció, y como resultado de ello tuvo lugar la batalla de Siffin”.

Hazrat Jalifatul Masih II (ra) narra además:

“Los asesinos de Hazrat ‘Uzmán (ra) se dispersaron por varias regiones y para eximirse de cualquier responsabilidad, echaron la culpa a otros. Cuando vieron que Hazrat ‘Ali (ra) había tomado el bai’at [juramento de iniciación] de los musulmanes, encontraron una excelente oportunidad para presentar acusaciones contra él. Es cierto que, de entre los que estaban cerca a Hazrat ‘Ali (ra), algunos habían participado en el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra).  Esto les dio la oportunidad perfecta para levantar acusaciones contra Hazrat ‘Ali (ra). De manera similar, el grupo de los que mataron a Hazrat ‘Uzmán que había ido a La Meca, apeló a Hazrat ‘Aisha (ra) para que declarara la yihad para vengar la sangre de Hazrat ‘Uzmán (ra). Por esta razón, hizo esta declaración y pidió a los Compañeros (ra) que la ayudaran en este sentido.

Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra) habían jurado lealtad a Hazrat ‘Ali (ra), con la condición de que llevara a los asesinos de Hazrat ‘Uzmán ante la justicia, sin dilación. Pero su deseo de hacerlo rápidamente era contrario al punto de vista de Hazrat ‘Ali (ra), porque, según Hazrat ‘Ali (ra), “actuar rápidamente” no era propicio por la situación en ese momento. Es decir, Hazrat ‘Ali (ra) pensó que, en primer lugar, todos los territorios musulmanes debían estar unidos y luego dirigiría su atención a los asesinos de Hazrat ‘Uzmán, ya que la salvaguardia del Islam tenía prioridad, ya que no causaría ningún daño retrasar la adopción de medidas contra ellos.  Además, había dudas a la hora de identificar quiénes eran los asesinos. Respecto, a las personas que fueron las primeras en ir a Hazrat ‘Ali (ra), bajo la apariencia de abatimiento y expresando su preocupación por la amenaza de división dentro del Islam, era natural que Hazrat ‘Ali (ra) no sospechara que eran en realidad los arquitectos de esta maldad. No obstante, otras personas sospecharon de ellos; o sea, por su parte, Hazrat ‘Ali (ra) no sospechaba de ellos, pero algunas otras personas tenían sus dudas. Debido a esta sospecha, Talha y Zubair pensaron que Hazrat ‘Ali (ra) no cumplía su palabra, porque habían jurado lealtad según una condición en particular y según ellos Hazrat ‘Ali (ra) no había cumplido esa condición. Por tanto, de acuerdo con la sharia, consideraron cancelado su bai’at [juramento de lealtad]. Entonces, cuando se enteraron de la llamada a la yihad de Hazrat ‘Aisha (ra), se unieron a ella y todos fueron a Basora. Por su parte, el gobernador de Basora intentó evitar que los residentes se les unieran, pero cuando descubrieron que Talha y Zubair habían prometido lealtad bajo coerción y además estipulado una condición para su bai’at, la mayoría de los residentes de Basora se les unieron. Cuando Hazrat ‘Ali (ra) recibió noticias de este ejército, él también preparó su propio ejército, y partió hacia Basora. A su llegada a Basora, Hazrat ‘Ali (ra) envió un hombre a Hazrat ‘Aisha (ra), Hazrat Talha y Hazrat Zubair (ra). Primero fue a Hazrat ‘Aisha (ra) y le preguntó cuál era la razón por la que ella había venido allí y respondió que solo quería una reforma. Luego llamó a Talha y Zubair y les preguntó si ellos también habían venido con el mismo propósito (es decir, para una reforma), a lo que respondieron afirmativamente. Entonces, esta persona dijo: “si buscáis una reforma, esta no es la manera de lograrla, pues esto solo provocará desorden. La situación que prevalece en todo el país es tal que si matáis a una persona, mil más se levantarán en apoyo de ese individuo y te desafiarán, lo que a su vez incitará a más personas a levantarse. Esto desencadenará una cadena de eventos que no se detendrá. Así, de momento, la reforma implica primero unir a todos y luego dirigir nuestra atención a castigar a los malvados. Dado el malestar actual, castigar a cualquiera ahora solo conducirá a más desorden y caos. Primero debe establecerse el gobierno y eso hará entonces que se cumpla el castigo”. Ellos respondieron diciendo: ‘si este es el punto de vista de Hazrat ‘Ali, nos parece muy bien, estamos preparados para encontrarnos con él’. A continuación, esta persona volvió a Hazrat ‘Ali (ra) y le relató todo lo acontecido, por lo que los representantes de ambas partes se reunieron y acordaron mutuamente que la lucha no era correcta, y que sería mejor reconciliarse.

Cuando esta noticia llegó a los sabai (o sea, al partido de ‘Abdul’lah bin Saba), que formaban parte del grupo que había matado a Hazrat ‘Uzmán (ra), se pusieron extremadamente ansiosos y un grupo entre ellos se reunió en secreto para realizar consultas. Después de la consulta, llegaron a la conclusión de que si los musulmanes se reconciliaran entre sí, sería extremadamente desfavorable para ellos, porque sabían que solo eludirían el castigo por el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra), siempre y cuando los musulmanes siguieran luchando uno contra el otro. Sabían que si había paz y armonía entre los musulmanes, no tendrían escapatoria; por lo tanto, fuese como fuese, no podían permitir que esto sucediera. Mientras tanto, Hazrat ‘Ali (ra) llegó y al segundo día después de su llegada, él y Hazrat Zubair (ra) se reunieron. Durante esta reunión, Hazrat ‘Ali (ra) le dijo a Hazrat Zubair (ra): “de hecho, has preparado un ejército para luchar contra mí, pero ¿has preparado también una justificación para esto que presentarás ante tu Señor? ¿Por qué estáis empeñados en destruir el Islam con vuestras propias manos, que una vez lucharon por él poniendo en riesgo incluso vuestras propias vidas? ¿Acaso no soy vuestro hermano? ¿Por qué antes el derramamiento de sangre de unos a los otros se consideraba ilegal y ahora se ha vuelto permisible? Si se hubiera revelado un nuevo mandato, se podría entender, pero este no es el caso, ¿por qué entonces os oponéis?”.

Hazrat Talha (ra), que estaba posicionado junto a Hazrat Zubair (ra) en ese momento, dijo: “incitaste a los que mataron a Hazrat ‘Uzmán (ra). “¡Maldigo a todos los que participaron en el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra)!”, dijo Hazrat ‘Ali (ra) y dirigiéndose a Hazrat Zubair (ra), Hazrat ‘Ali (ra) añadió: “¿no recuerdas que el Santo Profeta (sa) dijo una vez: por Dios, lucharás contra ‘Ali y estarás entre los transgresores”, (o sea, se refería a Hazrat Zubair). Al escuchar esto, Hazrat Zubair (ra) regresó a su ejército, juró que no pelearía contra Hazrat ‘Ali (ra) y admitió que se había equivocado en su interpretación de los asuntos. Cuando esta noticia se difundió entre su ejército, estaban contentos de que la batalla ya no tendría lugar entre ellos y, de hecho, las dos partes se iban a reconciliar. Pero los rebeldes buscaban sembrar la discordia y se pusieron ansiosos (y era natural que se preocuparan), por lo que idearon un plan para evitar que se reconciliaran. Cuando cayó la noche, los que se habían infiltrado en el ejército de Hazrat ‘Ali (ra) lanzaron un ataque contra el ejército de Hazrat ‘Aisha (ra), Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra), mientras aquellos que se habían infiltrado en su campamento, lo hicieron al revés [es decir, atacaron al ejército de Hazrat ‘Ali (ra)]. Los hipócritas se habían unido a ambos lados de los ejércitos, al de Hazrat ‘Aisha (ra) y al de Hazrat ‘Ali (ra). Posteriormente ambos bandos de los hipócritas lanzaron un ataque, sin luchar entre ellos. En consecuencia, esto llevó al caos y ambos ejércitos asumieron que el otro los había engañado, pero en realidad esta fue una estrategia de los hombres de ‘Abdul’lah bin Saba. Una vez que la batalla había comenzado, Hazrat ‘Ali (ra) pidió a alguien que informara a Hazrat ‘Aisha (ra), ya que quizá Dios Altísimo podría sofocar el desorden a través de ella. Luego, el camello de Hazrat ‘Aisha (ra) se trajo al frente, pero esto condujo a una situación aún más peligrosa, porque los rebeldes, temiendo que su estrategia fracasara una vez más, comenzaron a disparar sus flechas en dirección al camello de Hazrat ‘Aisha (ra), quien comenzó a proclamar en voz alta: “¡oh gente, dejad de luchar y recordad a Dios Altísimo, y el Día del Juicio Final”. No obstante, los rebeldes se negaron a prestar atención y continuaron disparando flechas al camello de Hazrat ‘Aisha (ra).

La gente de Basora estaba con el ejército de Hazrat ‘Aisha (ra) y al presenciar estas escenas y el deshonor de Ummul Mominin -la madre de los creyentes, Hazrat ‘Aisha (ra)- se enfurecieron mucho, sacaron sus espadas y lanzaron un ataque contra el ejército contrario. Posteriormente, el camello de Hazrat ‘Aisha (ra) se convirtió en el punto central de la batalla. Muchos Compañeros (ra) y hombres valientes se agruparon alrededor del camello, y uno a uno comenzaron a ser asesinados, pero no soltaron las riendas del camello. Por su parte, Hazrat Zubair (ra) no participó en la batalla y se distanció a un lado, aunque un individuo miserable le atacó por la espalda mientras rezaba y lo asesinó. Hazrat Talha (ra) también fue martirizado en el campo de batalla, siendo asesinado a manos de los rebeldes. Cuando el combate se intensificó, algunos de los hombres se dieron cuenta que la única forma de detener la lucha era llevarse a Hazrat ‘Aisha (ra) fuera del campo de batalla. Así pues, cortaron las patas de su camello y colocaron la silla de montar de Hazrat ‘Aisha (ra) en el suelo. Fue entonces cuando la batalla se detuvo. Al presenciar todo este incidente, el rostro de Hazrat ‘Ali (ra) se volvió rojo de tristeza, pero no se podía haber hecho otra cosa. Entonces, cuando Hazrat ‘Ali (ra) vio el cuerpo de Hazrat Talha (ra) entre los que fueron asesinados durante la batalla, se puso muy triste.

De estos hechos se deduce que en esta batalla, los Compañeros (ra) no fueron culpables y que todo fue debido a la malvada estrategia de los rebeldes que habían asesinado a Hazrat ‘Uzmán (ra). Así pues, Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra) fallecieron respetando el bai’at [juramento de iniciación] de Hazrat ‘Ali (ra), porque dieron marcha atrás a sus intenciones iniciales y decidieron apoyar a Hazrat ‘Ali (ra). No obstante, fueron asesinados en manos de los rebeldes y Hazrat ‘Ali (ra) maldijo a los que les asesinaron.

Tras la conclusión de la “batalla del Camello”, Hazrat ‘Ali (ra) preparó todas las provisiones para el viaje de Hazrat ‘Aisha y se marchó junto con ella. Se aseguró de que todos los que deseaban ir con Hazrat ‘Aisha (ra) también fueran con ella. Así pues, el día que Hazrat ‘Aisha (ra) debía partir, Hazrat ‘Ali (ra) fue a ver a Hazrat ‘Aisha (ra) y se paró en su presencia, quien salió en presencia de todos y dijo: “¡oh hijos míos! Debido a nuestras acciones os hemos causado dolor, como resultado de haber estado en desacuerdo entre nosotros. A partir de ahora, nadie cometerá injusticias contra otro por las diferencias que teníamos entre nosotros. Por Dios, nunca hubo ninguna disputa entre Hazrat ‘Ali (ra) y yo, excepto por los desacuerdos menores que uno puede tener con sus suegros (en otras palabras, problemas muy menores). Ahora mis obras piadosas dependen de mi obediencia a Hazrat ‘Ali (ra)”.

Al escuchar esto, Hazrat ‘Ali (ra) declaró: “¡oh gente, esta declaración de Hazrat ‘Aisha (ra) es realmente excelente y llena de verdad. Estos fueron los únicos problemas que tuvimos entre nosotros, o sea, cosas pequeñas. Hazrat ‘Aisha (ra) es la noble esposa de nuestro bendito Profeta (sa) en este mundo y en el Más Allá”. Hazrat ‘Ali (ra) después caminó varios kilómetros con Hazrat ‘Aisha (ra) para despedirla, e instruyó a sus hijos para que fueran con ella y regresaran tras un día. (Esta referencia que acabo de citar es de Al-Tabari).

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) relata que:

“Hazrat Talha (ra) siguió viviendo tras la muerte del Santo Profeta (sa). Después del martirio de Hazrat ‘Uzmán (ra) comenzó la disensión entre los musulmanes. Hazrat Talha (ra), Hazrat Zubair (ra) y Hazrat ‘Aisha (ra) eran líderes del partido que opinaba que se debía buscar venganza contra quienes mataron a Hazrat ‘Uzmán (ra). Por otro lado, la otra parte estaba dirigida por Hazrat ‘Ali (ra) y opinaban que el hombre era de hecho un ser mortal [con referencia al martirio de Hazrat ‘Uzmán (ra)], pero como los musulmanes se habían dividido, en consecuencia, la principal necesidad era unir a los musulmanes para restablecer la gloria y la grandeza del Islam, pues la venganza podría tomarse más tarde. Este desacuerdo se intensificó hasta el punto que Hazrat Talha (ra), Hazrat Zubair (ra) y Hazrat ‘Aisha (ra) alegaron que Hazrat ‘Ali (ra) deseaba conceder refugio a quienes habían martirizado a Hazrat ‘Uzmán (ra). Hazrat ‘Ali (ra), por su parte, alegó que ellos estaban dando preferencia a sus intereses personales y no estaban pensando en lo que era beneficioso para el Islam. Este desacuerdo llegó al nivel más extremo y resultó en una batalla entre ellos, un combate en el que Hazrat ‘Aisha (ra) tomó el mando de uno de los ejércitos. Hazrat ‘Aisha (ra) montó en su camello y alentó a otros a luchar, y Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra) también fueron parte de esta batalla.

Mientras se desarrollaba la batalla, un Compañero se acercó a Hazrat Talha (ra) y dijo: “¡oh Talha (ra)! ¿Recuerdas en una ocasión, estabas sentado en compañía del Santo Profeta (sa) y él dijo: “Talha, llegará un momento en que serás parte de un ejército y ‘Ali será parte de un ejército diferente? Sin embargo, ‘Ali (ra) estará del lado de la verdad y tu serás el que se equivoque”. Hazrat Talha (ra) escuchó esto e inmediatamente se dio cuenta y dijo: ‘sí, recuerdo esto’. Luego se fue del ejército de inmediato y mientras se alejaba de la batalla, para poder cumplir las palabras del Santo Profeta (sa), un miserable individuo que estaba luchando desde el ejército de Hazrat ‘Ali (ra), fue por detrás y apuñaló a Hazrat Talha (ra) en la espalda resultando en su martirio. En ese momento, Hazrat ‘Ali (ra) estaba sentado en su campamento y el que había cometido el asesinato de Hazrat Talha (ra), pensando que recibiría una gran recompensa, corrió hacia Hazrat ‘Ali (ra) y dijo: ‘oh Líder de los creyentes [Amir-ul-Mominin]! Te doy la noticia de que tu enemigo ha sido asesinado. Hazrat ‘Ali (ra) preguntó quién era el enemigo. Él respondió: ‘¡oh Líder de los creyentes, he matado a Talha (ra)’. Hazrat ‘Ali (ra) le respondió:

‘También te doy noticias del Mensajero (sa) de Al’lah de que serás arrojado al fuego del infierno, porque el Santo Profeta (sa) dijo una vez en una reunión en la que Talha (ra) y yo estábamos presentes: “¡oh Talha! Te doy la noticia del Mensajero de Al´lah (sa) que serás lanzado al infierno, porque el Santo Profeta (sa) dijo una vez en una reunión en la cual Talha y yo estábamos presentes: ¡oh Talha, por el bien de la verdad y el establecimiento de la justicia, tendrás que afrontar humillación y serás asesinado por un individuo que Dios Altísimo arrojará al infierno!

Luego se produjo la batalla de Siffin. En cuanto a sus detalles, se menciona que fue una batalla que tuvo lugar entre Hazrat ‘Ali (ra) y Amir Mua’waiyah (ra) en el 37 dH. Siffin es el nombre de un área ubicada entre Siria e Irak. Hazrat ‘Ali (ra) salió de Kufa junto con su ejército y cuando llegaron a Siffin, vieron que el ejército sirio bajo el mando de Amir Mua’wiyah (ra) ya había instalado el campamento y una sección del ejército se había apoderado de un valle cerca del río Éufrates. Hazrat ‘Ali (ra) les aseguró que no habían venido a pelear, sino que habían venido a reconciliar sus diferencias, aunque Amir Mua’wiyah (ra) no estaba dispuesto a reconciliarse. El ejército sirio impidió que el ejército de Hazrat ‘Ali (ra) acceder al agua del río Éufrates. Ante esto, Hazrat ‘Ali (ra) ordenó a su ejército que lanzara un ataque y lograron empujar al ejército sirio a retirarse y así aseguró su acceso al río. No obstante, Hazrat ‘Ali (ra) permitió que el ejército sirio tuviera acceso al agua del río Éufrates, aunque el ejército sirio había impedido a Hazrat ‘Ali (ra) [y su ejército] acceder al agua del río Éufrates, pero cuando Hazrat ‘Ali (ra) tomó el control del río, les permitió acceder a sus aguas.

Amir Mua’wiyah (ra) insistió en que Hazrat ‘Ali (ra) debía entregar a los que habían llevado a cabo el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra). En un momento dado hubo un peligro potencial de que estallara una batalla, pero algunos de los miembros del personal de mantenimiento de la paz impidieron que esto sucediera y establecieron la calma. La batalla tuvo lugar en el 37 dH, pero antes de que comenzara la batalla real, estallaron pequeñas escaramuzas, aunque ambas partes se abstuvieron de participar en una batalla completa considerando sus peligrosas consecuencias. Ambas partes se aseguraron de utilizar todos los medios posibles para lograr la reconciliación y, por lo tanto, ambas acordaron que debían firmar un acuerdo temporal de paz durante los meses sagrados, pero este esfuerzo de ellos tampoco tuvo éxito y así, a principios del mes de Safar, la batalla real se declaró formalmente una vez más. Durante bastante tiempo, la lucha continuó sin ninguna victoria concluyente y la determinación de Amir Mua’wiyah (ra) comenzó a debilitarse.

En circunstancias tan precarias, Hazrat Amr bin Aas (ra) aconsejó que ataran las copias del Corán en la punta de sus lanzas y anunciaran que debían resolver el asunto de acuerdo con el Corán. Por lo tanto, hicieron exactamente eso y, como resultado, surgió un desacuerdo entre los hombres de Hazrat ‘Ali (ra). Una gran parte de ellos declaró que su petición de someter el asunto al libro de Al’lah no debería ser rechazada. Posteriormente, Hazrat ‘Ali (ra) ordenó a la vanguardia del ejército que regresara y así se detuvo la batalla. La mayoría del ejército de Hazrat ‘Ali (ra) aceptó la sugerencia presentada por Amir Mua’wiyah (ra), que era que cada parte debería nombrar un árbitro y ambas deberían llegar a un veredicto basado en el Sagrado Corán. Según los libros de historia, este incidente se conoce como “Tahkim” [el arbitraje]. En cualquier caso, los sirios designaron a Hazrat Amr bin Aas (ra) como su representante y Hazrat ‘Ali (ra) designó a Hazrat Abu Musa Ashari (ra). Después de firmar esta declaración, ambos ejércitos se dispersaron. (Esta es una referencia de los relatos históricos de Ibn Azir).

Hazrat Jalifatul Masih II (ra) ha narrado este incidente de la siguiente manera:

“Durante esta batalla, los hombres de Hazrat Mua’wiyah (ra) colocaron muy hábilmente el Corán en sus lanzas y declararon que aceptarían el veredicto del Corán, y para ello debían designar un árbitro. Los rebeldes, que estaban detrás del asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra) y que después de su martirio se unieron inmediatamente a Hazrat ‘Ali (ra) para protegerse, comenzaron a insistir en que esta era la decisión correcta y lo instaron a nombrar un árbitro. Hazrat ‘Ali (ra) continuamente estuvo en desacuerdo con esta sugerencia pero ellos, junto con otras personas de naturaleza débil que estuvieron bajo la influencia de su engaño, obligaron a Hazrat ‘Ali (ra) a nombrar un representante. Y así, Hazrat Amr bin Aas (ra) fue designado del lado de Mua’wiyah (ra) y Hazrat Abu Musa Ahsari (ra) fue designado del lado de Hazrat ‘Ali (ra). Este “tahkim” se hizo esencialmente para resolver el asunto relacionado con cómo vengar el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra) y la condición que habían estipulado era que buscarían el veredicto de este asunto en el Sagrado Corán. Por consiguiente, estos representantes habían sido designados para que pudieran decidir el asunto basándose en el Sagrado Corán en cuanto a cómo deberían castigar a los que estaban detrás del asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra). Entonces, Amr bin Aas (ra) y Abu Musa Ashari se consultaron mutuamente y decidieron que sería mejor para Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat Mua’wiyah (ra) renunciar a sus roles de liderazgo.

El propósito del “tahkim” y el nombramiento de los árbitros era decidir el asunto en relación con cómo vengar el asesinato de Hazrat ‘Uzmán (ra). Sin embargo, los árbitros decidieron mutuamente que ambos [es decir, Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat Mua’wiyah (ra)] deberían primero renunciar a sus cargos y luego discutirán el asunto, porque sintieron que era debido a las diferencias entre los dos que los musulmanes tenían que soportar tanta aflicción. Esta fue su creencia y decidieron además que los musulmanes deberían entonces designar independientemente al Jalifa de su elección; pero ninguno de estos árbitros había sido designado para este propósito y esta línea de pensamiento de ambos árbitros era completamente incorrecta, ya que ellos no habían sido designados para decidir sobre este asunto. En cualquier caso, organizaron una reunión para que todos asistieran para que pudieran anunciar formalmente su decisión. Hazrat Amr bin Aas (ra) le pidió a Hazrat Abu Musa Ashari (ra) que hiciera su anuncio primero y que lo haría después de él. Hazrat Abu Musa (ra) anunció que absolvía a Hazrat ‘Ali (ra) de su Jalifato. A partir de entonces, Hazrat Amr bin Aas (ra) se puso de pie y anunció: “Abu Musa ha absuelto a Hazrat ‘Ali (ra) del Jalifato y estoy de acuerdo con esta decisión suya, y también lo destituyo de este puesto. No obstante, no eliminaré a Mua’wiyah (ra); de hecho, declaro que debe continuar en su papel de Amir”.

Hazrat Musleh Ma’ud (ra) afirma además:

“Hazrat Amr bin Aas (ra) era un hombre piadoso,  pero no profundizaré en este debate sobre por qué tomó esta decisión. A pesar de su piedad, quizás cayó bajo la influencia del pueblo, pero dejando de lado esta discusión, esta decisión suya no fue correcta. Tras el anuncio de esta decisión, los que estaban del lado de Hazrat Mua’wiyah (ra) comenzaron a decir que el árbitro que había sido designado había aprobado su decisión a favor de Mua’wiyah (ra) y que esa era la decisión correcta. Sin embargo, Hazrat ‘Ali (ra) se negó a aceptar esta decisión y dijo que no se nombraron árbitros para esto y que su decisión tampoco se basó en ninguna orden judicial del Corán. Los mismos hipócritas que inicialmente habían insistido en que Hazrat ‘Ali (ra) debería nombrar un árbitro comenzaron a protestar, diciendo que por qué fueron nombrados estos árbitros en primer lugar, si no podían emitir un veredicto con respecto a asuntos religiosos.

Hazrat ‘Ali (ra) respondió: en primer lugar, en el acuerdo inicial se estipuló que su decisión se basaría en el Corán y esto no lo cumplieron, ya que esta resolución no estaba en concordancia con el Corán.  En segundo lugar, estos mediadores, (o el mediador), fueron nombrados debido a su continua insistencia y ahora me preguntáis por qué le nombré. A esto respondieron (es decir, los rebeldes y los hipócritas): habíamos hablado insensateces y todo lo que dijimos fue un desacierto, pero ¿por qué aceptó lo que dijimos? -dijeron los rebeldes e hipócritas. Esto significa que nosotros cometimos un pecado y tú también. Nosotros nos equivocamos y tú también. Ahora buscamos el arrepentimiento por el error que cometimos y tú debes hacer lo mismo. Además, debes admitir que todo lo que hiciste estuvo mal”.

 Su intención era que si Hazrat ‘Ali (ra) se hubiera negado, habrían abandonado su promesa de lealtad hacia él, alegando que actuó en contra de las enseñanzas del Islam y, que, por lo tanto, ya no cumplirían su promesa. Pero si Hazrat ‘Ali (ra) se hubiera negado, habrían abandonado su promesa de lealtad, diciendo que actuó en contra de las enseñanzas del Islam y, por ello, ya no cumplirían su promesa; y si reconocía un error de su parte diciendo que se arrepentía, su Jalifato se consideraría falso, porque ¿cómo puede alguien que comete un grave pecado ser Jalifa? Cuando Hazrat ‘Ali (ra) escuchó todo esto, dijo: “no he cometido ningún error. En cuanto a nombrar a un intercesor, esto está permitido a la luz de la shariah del Islam. Además, cuando estaba nombrando al mediador, dejé claro que aceptaría cualquier decisión tomada en concordancia con el Sagrado Corán y los dichos del Santo Profeta (sa), y si no, no la aceptaría bajo ninguna circunstancia. Como no prestaron ninguna atención a esta instrucción, ni dieron su veredicto de acuerdo con el propósito con el que fueron nombrados, su decisión no es vinculante para mí”.

Sin embargo, no aceptaron esta explicación de Hazrat ‘Ali (ra) y revocaron su promesa de lealtad hacia él. A estas personas se les conoce como jawarill y comenzaron a propagar la ideología de que no era necesario obedecer al Jalifa, sino que serían gobernados aceptando el veredicto de la mayoría musulmana, porque tener que obedecer a una persona como el Jalifa iría en contra del versículo: “la decisión no recae en nadie más que en Dios”.

La batalla de Nahrawan tuvo lugar en el 38 después de la Hégirá. Nahrawan está situado entre Bagdad y Wasitah, y allí se produjo la batalla entre Hazrat ‘Ali (ra) y los jawarill. Ibn Azir ha escrito sobre esta batalla que para reconciliarse [los dos ejércitos] durante la batalla de Siffin, Hazrat Abu Musa al-Ash’ari (ra) fue designado por parte de Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat ‘Amr bin al-‘Aas (ra) fue designado por parte del Amir Mu’awiyah como mediadores. En la historia, este incidente se conoce como tahkim [el arbitraje]. Un grupo del ejército de Hazrat ‘Ali (ra) se enfrentó con los tahkim. Se rebelaron y se separaron, y posteriormente fueron conocidos como los jawarill. Estos jawarill consideraron el tahkim un pecado y exigieron a Hazrat ‘Ali (ra) que se arrepintiera y abdicara del Jalifato, pero Hazrat ‘Ali se negó rotundamente a hacerlo. (Ya se explicó anteriormente el motivo por qué se negó). Hazrat ‘Ali (ra) se encontraba atareado con los preparativos para avanzar hacia Siria contra el Amir Mua‘wiyah, cuando los jawarill comenzaron sus argucias maliciosas, nombraron a ‘Abdul’lah bin Wahab como su líder y partieron de Kufa hacia Nahrawan. El ejército de jawarill en Basora también se reunió y se unió al ejército de ‘Abdul’lah bin Wahab Nahrawan.

Hazrat ‘Abdul’lah bin Jabbab, un Compañero del Santo Profeta (sa), fue asesinado por ponerse del lado de Hazrat ‘Ali (ra). Su esposa embarazada fue asesinada sin piedad abriéndole el abdomen. También mataron a otras tres mujeres de la tribu Tai. Cuando la noticia de esta situación llegó a Hazrat ‘Ali (ra), envió a Hariz bin Murrah a indagar. Fue a ellos como emisario, pero los jawarill también le mataron. Ante estas circunstancias, Hazrat ‘Ali (ra) abandonó la idea de avanzar hacia Siria y, en su lugar, el ejército de aproximadamente 65.000 que estaba preparado para Siria, estaba ahora avanzando para combatir a los jawarill. Cuando Hazrat ‘Ali (ra) llegó a Nahrawan, se llamo a los jawarill hacia la reconciliación. Se entregó la bandera a Hazrat Abu Ayyub Ansari y se anunció que, a quien permaneciera debajo de ella, se le concedería refugio y no lucharían contra él. Habiendo escuchado este anuncio, 100 de los jawarill, que sumaban un total de 4.000, se unieron a Hazrat ‘Ali (ra), y un gran número de los que quedaron, regresaron a Kufa. Solo 1.800 personas avanzaron bajo el mando de ‘Abdul’lah bin Wahab Jarilli, y se produjo la batalla entre ellos y el poderoso ejército de 65.000 efectivos de Hazrat ‘Ali (ra), en la que todos los jawarill fueron matados.

Según una narración, una pequeña cantidad de jawarill , menos de diez, sobrevivió. Siete personas del ejército de Hazrat ‘Ali (ra) fueron martirizadas. Hazrat Amrah bint ‘Abdir Rahman relata que antes de que Hazrat ‘Ali (ra) partiera hacia Basora, visitó a Hazrat Umm Salamah (ra), la noble esposa del Santo Profeta (sa). Ella le dijo a Hazrat ‘Ali (ra): “ve con la protección de Dios el Altísimo. Por Dios, tienes razón y la verdad está contigo. El Santo Profeta (sa) nos instruyó que permaneciéramos en nuestros hogares. Si no fuera porque tengo miedo a desobedecer a Dios y a Su Mensajero (sa), te habría acompañado. Pero, ¡por Dios!, envío a mi hijo ‘Umar contigo, que es más amado y querido para mí que propia vida”.

Quedan relatos que se narrarán en el sermón de la próxima semana.

De nuevo, pido que hagan oraciones para los áhmadis en Argelia y Pakistán.

Hay buenas noticias en relación a Argelia y es que en los últimos días, dos tribunales han absuelto a muchos áhmadis,  acusados de cargos falsos. ¡Qué Dios Altísimo recompense a los jueces que han actuado con justicia! ¡Qué Dios Todopoderoso también permita a su gobierno y su sistema judicial, que están presentando falsos cargos contra los áhmadis, actuar con justicia!

¡Qué además Dios Altísimo permita a los funcionarios en Pakistán, que se están alejando de la justicia y haciendo mal uso de sus poderes, limpiar sus corazones de albergar rencores y enemistades mientras se ocupan de estos asuntos! Aquellos que no están destinados a reformarse, que Dios los coja con rapidez y cree medios de tranquilidad y paz para los áhmadis en Pakistán. Por eso, los ahmadis que viven en Pakistán en particular deberían hacer hincapié en ofrecer oraciones y súplicas nawafil (oraciones voluntarias). Entre estas oraciones, deben recitar particularmente la siguiente oración:

¡Oh mi Señor, todo cuanto existe es Tu siervo! ¡Oh mi Señor, protégeme, ayúdame y ten misericordia de mí!

También debéis recitar:

“¡Oh Dios!, Te hacemos un escudo contra los enemigos y nos refugiamos en Ti de sus maldades”.

Además, prestad especial atención a recitar Istighfar [buscar el perdón] y Durud [invocar bendiciones al Santo Profetasa]. Hay mucha necesidad de concentrarse en las oraciones en estos días y además en ofrecer oraciones de nawafil (voluntarias). Como mencioné, que Dios Todopoderoso les permita actuar con justicia y mejorar las condiciones de los áhmadis allí.

Hoy también, después de la oración del viernes, dirigiré algunas oraciones fúnebres.

La primera es de la respetada Humda Abbas Sahiba, esposa de Abbas ‘Abdul Qadir Sahib Shahid de Jairpur. Falleció el 29 de diciembre a la edad de 91 años. “En verdad, a Dios pertenecemos y a Él regresaremos”. Su padre, el Dr. Muhammad Ibrahim Sahib estudió en el King Edward Medical College y debido a la influencia positiva de un compañero de clase áhmadi durante sus estudios, juró lealtad en las manos de Hazrat Musleh Ma’ud (ra) y aceptó el Ahmadiat en 1926 junto a su esposa. Humda Sahiba se casó con el profesor Abbas bin ‘Abdul Qadir en Lahore en 1951, nieto de Hazrat Maulana ‘Abdul Majid Sahib, un compañero del Mesías Prometido (as) e hijo del profesor ‘Abdul Qadir Sahib, el hermano mayor de Hazrat Sayyedah Saara Begum Sahiba , esposa de Hazrat Jalifatul Masih II (ra).

En 1974, su esposo, el profesor ‘Abdul Qadir Sahib, fue martirizado en Jairpur, pero ella mostró una firmeza excepcional. Nunca mostró ninguna impaciencia y estaba contenta con la voluntad de Dios. Al martirio de su marido, su prima no áhmadi le escribió una carta de condolencia, diciendo: “Abbas era un hombre muy bueno y ojalá hubiera muerto mientras estaba en estado de guía”. En respuesta a esto, Humda Sahiba escribió: “me enorgullece decir que el camino en el que puso su vida fue el camino de la guía”.

Humda Sahiba tenía una amiga muy querida de sus días de escuela llamada Shafiqa Sahiba, que casualmente se convirtió en la esposa del General Zia-ul-Haq, (presidente) de Pakistán. Después de que su marido se convirtiera en el Presidente, una vez que la esposa de Zia-ul-Haq Sahib dijo que todo el mundo venía a verla excepto Humda. Cuando Humda Sahiba se enteró de esto, dijo que no tenía ningún deseo de reunirse con la esposa de una persona que tiene tanta enemistad hacia su amado Imam, el Mesías Prometido (as) y su Comunidad; y por lo tanto nunca fue a reunirse con ella.

Poseía una serie de cualidades virtuosas; tenía una naturaleza meticulosa, bien educada, virtuosa y sincera. Siempre se preocupó de ofrecer sus oraciones y observar los ayunos, e inculcó las mismas cualidades a sus hijos; era rápida en ofrecer contribuciones monetarias y siempre estaba dispuesta a ofrecer caridad. Durante el mes de Ramadán, se encargaba de que mucha gente abriera el ayuno en su casa a diario. Tenía un profundo vínculo de amor y conexión con Jalifato. Regularmente me escribía cartas a mano. Hasta sus últimos días estudió los libros del Mesías Prometido (as) junto con otra literatura de la Comunidad, incluído el periódico diario Al-Fazal.

En 2006, su hija menor, la doctora Aamerah, falleció junto con sus dos hijos en un accidente de tráfico. El difunto soportó esta tragedia con gran paciencia y mostró un estándar ejemplar de paciencia. Toda su familia, amigos y conocidos, así como sus parientes no áhmadis, la querían mucho por todas sus cualidades virtuosas. Le sobreviven tres hijas y dos hijos, que viven en EEUU, Canadá y Noruega. Que Dios Altísimo permita a sus hijos y a su progenie continuar con sus actos virtuosos, y que Dios eleve su estatus en el Paraíso.

El próximo funeral es de Rizwan Syed Naimi Sahib que era de Irak. Falleció el 13 de noviembre a la edad de 70 años: ‘Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos’. Su hijo Mustafá Naimi Sahib escribe: “mi padre vio un sueño en el que estaba con Hazrat Syed ‘Abdul Qadir Yilani (rh), que le dio a mi padre uno de sus zapatos. Mi padre dudó en aceptarlo, diciendo que no tenía rango para llevar el zapato de Syed ‘Abdul Qadir Yilani. Sin embargo, Syed ‘Abdul Qadir Yilani insistió y mi padre tomó el zapato y se lo puso. Luego Syed ‘Abdul Qadir Yilani señaló a una persona y a su comunidad, y aconsejó a mi padre que se uniera a ellos”. Después, Rizwan Naimi Sahib vio al Santo Profeta (sa) en un sueño. Unos años más tarde, Rizwan Sahib se enteró de la existencia de la Comunidad Ahmadía a través de la MTA y dijo que el sueño en el que había visto al Santo Profeta (sa) se refería en realidad al advenimiento de su verdadero siervo, el Mesías Prometido (as); y en otro sueño  había visto que el Sheikh ‘Abdul Qadir Yilani señalaba a una persona y a su comunidad, y le aconsejaba que se uniera a ella y se refería al Jalifa del Mesías y a su Comunidad. Por lo tanto, aceptó el Ahmadiat en 2012.

Era muy virtuoso y piadoso, y ayudaba a sus familiares y a los pobres. Tenía una pasión por difundir el mensaje del Islam Ahmadiat, y a pesar de su mala salud y de la oposición de otros, continuó propagando el mensaje de Ahmadiat en su zona. Siempre solía aconsejar a su familia que aceptara a Ahmadiat y se uniera a la Comunidad; ahora su hijo, su esposa y su cuñado han aceptado también el Ahmadiat. Que Dios Todopoderoso les conceda firmeza y les permita continuar las virtudes del difunto, y que Dios Altísimo eleve el rango espiritual  del difunto.

El próximo funeral es el de Malik Ali Muhammad Sahib, que era de Hajka en el distrito de Sargodha. Era el padre de Muhammad Afzal Zafar Sahib, un misionero que servía en Kenya. Falleció el 20 de agosto a la edad de 90 años: “Verdaderamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos”. Tuvo el honor de ser un prisionero en el camino de Dios en 1974. Tenía un gran respeto por los trabajadores, los devotos de la vida, los misioneros y los mualimin de la Comunidad. Era constante en el ofrecimiento del tahayud (oración voluntaria antes del amanecer) así como la salat (las cinco oraciones) y la observación de los ayunos. Era muy hospitalario y se ocupaba de los pobres; era indulgente y estaba contento, y siempre trataba a sus parientes con amabilidad. Era un individuo virtuoso y sincero, y asiduo en la recitación del Sagrado Corán y también fue capaz de enseñárselo a muchos niños. Le sobreviven tres hijos y once nietos. Como mencioné, su hijo, el respetado Muhammad Afzal Zafar Sahib está sirviendo como misionero en Kenia y debido a sus responsabilidades en su correspondiente zona de allí, no pudo asistir al funeral y entierro de su padre. Que Dios Altísimo le conceda paciencia y tolerancia, y que trate al difunto con misericordia y perdón, y que eleve su posición en el Paraíso.

El próximo funeral es el de Ehsan Ahmad Sahib de Lahore, hijo de Shafqat Mahmuod Sahib. Falleció el 27 de julio, a la edad de 35 años, debido a complicaciones del coronavirus: ‘Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos’. Era el nieto paterno de Hazrat Maulvi Nurud-din Ajmal Sahib (ra) de Goleki, en el distrito de Gujrat, que era un Compañero del Mesías Prometido (as) y era el nieto materno de Irshad Ahmad Sahib de Gujranwala. Durante los dos últimos años, se desempeñó como presidente local de la yama’at de la ciudad de Rachna en Lahore. Aparte de esto, también se desempeñó como secretario de nuevos conversos bajo la región de la Puerta de Delhi. Tenía una pasión particular por propagar el mensaje del Islam Ahmadiat, y por la gracia de Dios, tuvo el honor de que a través de él, ocho personas aceptaran el Ahmadiat. Le sobreviven su esposa, sus dos hijos Hanan Ahmad Masrur, de seis años, y Mubin Ahmad Tahir, de tres años, junto con su hija Saira Ahmad, de cinco años, así como sus padres, tres hermanos y dos hermanas. Que Dios Altísimo les conceda toda la paciencia y la tolerancia, y sea el protector de estos niños y les permita continuar las acciones virtuosas de su padre. Que eleve el rango de los difuntos en el Paraíso.

El siguiente funeral es el del respetado Riaz-ud-Din Shams Sahib, que era el hijo menor de Maulana Yalalud-din Shams Sahib.  Falleció el 27 de mayo: ‘Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos’. Sus raíces familiares son que fue el bisnieto paterno de Hazrat Mian Muhammad Sadiq Sahib (ra), un Compañero del Mesías Prometido (as); fue el nieto paterno de Hazrat Mian Imamud-din Sahib Sekhwani (ra), el nieto materno de Hazrat Jawaja ‘Abdul’lah Sahib (ra), y el hijo de Hazrat Maulana Yalalud-din Sahib Shams (ra), todos ellos Compañeros del Mesías Prometido (as). El fallecido era musi y le sobreviven dos hijas y un hijo. Que Dios Todopoderoso conceda a sus hijos paciencia y tolerancia. Su esposa ya había fallecido antes que él.

Que Dios trate al difunto con perdón y misericordia, y que eleve su posición en el Paraíso. Su hermano Munir-ud-din Shams Sahib dice que el difunto poseía muchas cualidades virtuosas; era habitual que ofreciera oraciones y siempre aconsejaba a sus hijos que hicieran lo mismo. Tenía un gran lazo de amor por el Jalifato y siempre tenía conversaciones en casa acerca de permanecer apegado al Jalifato. Hace dos años, cuando estaba enfermo, vino a verme, y a pesar de su enfermedad mostró gran paciencia y resolución, y estaba de buen humor. Si estaba preocupado, era sólo por sus hijas, pero no por él mismo. Todos tenían la misma impresión de él, que era que sin importar las circunstancias, siempre se le vería sonriendo, y se sabía que se reunía con todos con gran afecto y que sería de gran ayuda tanto en los momentos fáciles como en los difíciles. Que Dios Altísimo trate al difunto con perdón y misericordia, y eleve su posición en el Paraíso.

Resumen del sermón de viernes 25 de diciembre del 2020: ‘Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Ali (ra)’

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatiha, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que seguiría relatando los incidentes de la vida de Hazrat Ali (ra).

Continuando con el sermón de la semana anterior en el que Su Santidad (aba) mencionó los incidentes posteriores al martirio de Hazrat Uthman (ra) y los desórdenes que estaban surgiendo, Su Santidad (aba) citó un pasaje del Segundo Califa, Hazrat Mirza Bashirud din Mahmud Ahmad (ra), que decía que para evitar ese desorden, los musulmanes deben estar bien educados, y deben permanecer siempre vinculados a la Comunidad y al Jilafat.

Su Santidad (aba) dijo que, en los tiempos actuales, tenemos la bendición de contar con el canal MTA; a través del que se transmiten en todo el mundo los sermones y otros programas de Su Santidad (aba). Por lo tanto, además de estudiar los libros del Mesías Prometido (as), es necesario ver y aprender desde MTA; sobre todo hay que ver regularmente los sermones de los viernes.

Yang-e-Yamal – Batalla del Camello

Su Santidad (aba) relató incidentes relacionados con la Batalla del Camello (Yang e Yamal), que tuvo lugar entre Hazrat Ali (ra) y Hazrat Aisha (ra). Se narra que Hazrat Aisha (ra) montaba un camello durante esta batalla, de ahí que se llame la Batalla del Camello. Después de este martirio [de Hazrat Uthman (ra)], los rebeldes se dispersaron y fueron en diferentes direcciones. Algunos fueron hacia Hazrat Aisha (ra) y la unieron para vengarse, mientras que otro grupo de estos rebeldes fue y se unió a Hazrat Ali (ra). Al oír hablar del martirio de Hazrat Uthman (ra), Hazrat Aishah (ra) animó a la gente a vengar el martirio de Hazrat Uthman (ra). Así, viajó a Basra junto al ejército que se había reunido. Al ver esto, Hazrat Ali (ra) también fue a Basra con su ejército. Allí tuvo lugar una batalla entre los dos ejércitos.

Acuerdo sobre la reconciliación

Su Santidad (aba) dijo que una vez que ambos ejércitos llegaron a Basra, Hazrat Ali (ra) envió a alguien a Hazrat Aisha (ra) así como a Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Talha (ra) que también se habían unido con ella, porque consideraban que Hazrat Ali (ra) no era lo suficientemente rápido para tomar la retribución. Este representante les preguntó cuáles eran sus intenciones, a lo que respondieron que lucharían por el propósito de la reformación. Sin embargo, este representante les advirtió que la lucha sólo aumentaría el desorden y la disensión. Más tarde, Hazrat Ali (ra) fue y se reunió con ellos, y todos estuvieron de acuerdo en que no había necesidad de luchar.

Daños causados por los rebeldes

Su Santidad (aba) dijo que al ver que este acuerdo se había hecho, los rebeldes se preocuparon, ya que sabían que no sería bueno para sus propios motivos que los musulmanes se unieran. Así, idearon un plan, y los rebeldes que se hacían pasar por partidarios de Hazrat Ali (ra) y los rebeldes que se hacían pasar por partidarios de Hazrat Aisha (ra) se atacaron entre sí. Esto provocó una conmoción e hizo parecer como si una batalla entre los dos bandos hubiera comenzado. Cuando esto ocurrió, Hazrat Ali (ra) mandó llamar a Hazrat Aisha (ra), para poder hablar con ella y evitar la batalla. Cuando su camello se acercó, los rebeldes vieron que su plan podía frustrarse, por ello empezaron a dirigir sus flechas hacia su camello. Ella gritó diciendo que la batalla y la lucha debían de evitarse. Sin embargo, este grupo de desviados continuó disparando flechas en dirección a su camello. Al ver que le atacaban de esta manera, sus partidarios no pudieron soportar que la esposa del Santo Profeta (sa) fuera atacada de esta manera y, por ello, contraatacaron y el camello de Hazrat Aisha (ra) se convirtió en el centro del campo de batalla. La batalla sólo terminó cuando alguien desjarretó el camello de Hazrat Aisha (ra).

Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Talha (ra) profesan lealtad a Hazrat Ali (ra)

Su Santidad (aba) dijo que viendo este estado de las cosas, Hazrat Ali (ra) se entristeció profundamente. Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Talha (ra) habían abandonado el campo de batalla al darse cuenta del error en lo que estaba sucediendo. Sin embargo ambos fueron martirizados en el curso de la batalla. En el momento de su martirio, ambos habían profesado su lealtad a Hazrat Ali (ra). Más tarde, Hazrat Ali (ra) hizo todos los arreglos para el regreso de Hazrat Aisha (ra) y fue él mismo a despedirla. En el momento de su partida, tanto Hazrat Aisha (ra) como Hazrat Ali (ra) expresaron y acordaron entre sí que su disputa había sido sobre asuntos triviales que suelen tener lugar entre las familias y que se les fue de las manos.

La batalla de Siffin

Su Santidad (aba) narró incidentes relacionados con la Batalla de Siffin, que tuvo lugar entre Hazrat Ali (ra) y Hazrat Mu’awiyah. Siffin es un lugar situado entre Siria e Irak. Cuando ambos grupos llegaron a Siffin, Hazrat Ali (ra) expresó claramente que sólo había venido para formar una tregua con Hazrat Mu’awiyah. Sin embargo, Hazrat Mu’awiyah se negó e insistió en que los asesinos de Hazrat Uthman (ra) debían ser entregados a él. Se hicieron todos los esfuerzos posibles para evitar la lucha, pero no sirvieron de nada. Uno de esos esfuerzos fue que ambas partes decidieron nombrar un representante que decidiera, de acuerdo con el Sagrado Corán, lo que debía hacerse con los que martirizaron a Hazrat Uthman (ra). Así, Hazrat ‘Amr bin ‘Aas (ra) fue nombrado del lado de Hazrat Mu’awiyah mientras que Hazrat Abu Musa Ash’ari (ra) fue nombrado del lado de Hazrat Ali (ra). Cuando ambos se reunieron, decidieron que primero tanto Hazrat Mu’awiyah como Hazrat Ali (ra) debían ser removidos de sus puestos de liderazgo. Su Santidad (aba) dijo que este no era el propósito para el que fueron nombrados para consultar, por lo que esta decisión fue errónea en todos los sentidos.

Su Santidad (aba) dijo que cuando los dos representantes anunciaron su decisión, Hazrat ‘Amr bin ‘Aas (ra) anunció que su decisión era que Hazrat Ali (ra) ya no debería ser el Jalifa, pero también dijo que Hazrat Mu’awiyah debería permanecer como el Emir. Por alguna razón, tal vez debido a la influencia de otros, tomó esta erronea decisión y realizó un anunció equivocado. Hazrat Ali (ra) se negó, y dijo que ese no era el propósito para el que los dos habían sido nombrados. Un grupo de rebeldes fueron a Hazrat Ali (ra) y le dijeron que se había equivocado al nombrar un representante, a pesar de que había accedido a hacerlo a petición de ellos. Hazrat Ali (ra) dijo que no había ningún error en nombrar representantes para decidir en el asunto de los asesinos de Hazrat Uthman (ra), sin embargo había dejado claro que su decisión sólo sería aceptada si era de acuerdo con el Sagrado Corán; y su decisión no lo era. Estas personas no aceptaron esto y dejaron la lealtad de Hazrat Ali (ra): se hicieron conocidos como los Khawarij y proclamaron que no había necesidad de liderazgo.

La batalla de Nahrawan

Su Santidad (aba) relató incidentes relacionados con la Batalla de Nahrawan, que tuvo lugar entre Hazrat Ali (ra) y los Khawarij. Los Khawarij habían empezado a crear problemas y a cometer asesinatos sin sentido, incluyendo los de mujeres. Cuando Hazrat Ali (ra) se supo al respecto, envió a alguien como representante para ver lo que estaba pasando. Sin embargo, los Khawarij también mataron a este representante. Entonces, Hazrat Ali (ra) fue a Nahrawan e invitó a los Khawarij a una tregua. Así, cien de los cuatro mil Khawarij se unieron a Hazrat Ali (ra) mientras que un gran número se retiró. El resto permaneció para luchar, como resultado de lo cual todos los Khawarij restantes murieron en la batalla.

Su Santidad (aba) dijo que continuaría relatando los incidentes de la vida de Hazrat Ali (ra) en el futuro.

Una petición de oración por los ahmadíes en Argelia y Pakistán

Su Santidad (aba) volvió a hacer un llamamiento a las oraciones, para los ahmadíes que residen en Pakistán y Argelia. Su Santidad (aba) dijo que en los últimos días, ha habido algunas buenas noticias de AArgeli: dos tribunales liberaron a muchos ahmadíes que habían sido acusados falsamente. Su Santidad (aba) rezó por los jueces que dieron este paso para que Al’lah les recompense por actuar con justicia y permita que otros hagan lo mismo. Su Santidad (aba) dijo que aquellos en posiciones de poder en Pakistán que actúan injustamente, que Al’lah les permita liberarse del rencor y entrar en razón. Sin embargo, que aquellos que Al’lah no considere reformados sean castigados rápidamente y que Al’lah cree medios para facilitar la vida de los ahmadíes en Pakistán. Su Santidad (aba) dijo además que los ahmadíes en Pakistán deberían centrarse en ofrecer sus oraciones, especialmente las oraciones voluntarias. Su Santidad (aba) señaló ciertas oraciones que debían ser ofrecidas específicamente.

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que ofrecería las oraciones fúnebres en ausencia de los siguientes miembros fallecidos:

Hunda Abbas Sahiba era la esposa de Abbas bin Abdul Qadir Shaheen de Khairpur. Falleció el 29 de diciembre del 2020. En el martirio de su marido, ella mostró una paciencia ejemplar. En el martirio de su marido, uno de sus hermanos que no era de origen ahmadí dijo que si sólo hubiera sido martirizado mientras estaba en el camino correcto, sin embargo ella respondió diciendo que se sentía honrada de que, de hecho, su marido haya sido martirizado mientras seguía el verdadero y correcto camino. Su Santidad (aba) dijo que una de sus amigas más cercanas de la escuela fue la esposa del General Zia-ul-Haq. Sin embargo, nunca fue a verla, diciendo que no tenía interés en mantener una relación con la esposa de alguien que se oponía y abusaba al Mesías Prometido (as). Ella era muy piadosa, regular en ofrecer sus oraciones, y estaba a la vanguardia en ofrecer sacrificios financieros. Ella inculcó los mismos hábitos en sus hijos. Amaba mucho a Jilafat. Todos la querían mucho. Le sobreviven tres hijas y dos hijos. Su Santidad (aba) rezó para que su progenie pueda continuar el legado de sus virtudes, y que Al’lah eleve su posición en el paraíso.

Rizwan Syed Naeemi Sahib falleció el 13 de octubre del 2020. Una vez vio a Syed Abdul Qadir Yilani (rh) en un sueño en el que señalaba a una persona y el hecho de que debía unirse a su comunidad. Así se dio cuenta de que esta era la comunidad del Mesías Prometido (as) y su Califa, por lo que aceptó Ahmadíat en 2011. Era una persona virtuosa y le encantaba propagar el mensaje del Islam. Su hijo, su esposa y su cuñado también han aceptado el Ahmadíat. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah les conceda la firmeza y les permita continuar el legado de sus virtudes, y que Al’lah eleve su posición en el paraíso.

Mali Ali Muhammad Sahib falleció el 20 de agosto del 2020. Fue honrado por ser un prisionero en el camino de Al’lah en Pakistán. Era regular en ofrecer oraciones y ayunos, era hospitalario, cuidaba a los pobres, recitaba el Sagrado Corán regularmente y enseñaba a muchos a recitarlo también. Le sobreviven tres hijos y once nietos. Uno de sus hijos está sirviendo como misionero en Kenia y no pudo asistir al funeral. Que Al’lah le conceda paciencia, y eleve la posición de su padre en el paraíso.

Ehsan Ahmad Sahib falleció el 27 de octubre del 2020 como resultado de complicaciones del coronavirus. Sirvió a la Comunidad en varios ámbitos. Le encantaba difundir el mensaje del Islam y fue capaz de ayudar a ocho personas a aceptar el Ahmadíat. Le sobreviven su esposa, dos hijos, una hija, sus padres, tres hermanos y dos hermanas. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah les concediera paciencia y elevara a los difuntos al paraíso.

Riazuddin Shams Sahib era el hijo menor de Yalaluddin Shams Sahib. Tenía un gran amor por Jilafat. No se preocupaba por él mismo, sino por sus hijas, especialmente en su tiempo de enfermedad. Todo el mundo dice que siempre sonreía sin importar lo que pasara. Le sobreviven dos hijas y un hijo. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah les concediera paciencia y tratara al difunto con misericordia y perdón y elevara su posición en el paraíso.

Resumen preparado por The Review of Religions

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