El Santo Profeta Muhammad (sa): el gran modelo a seguir
SERMÓN DEL VIERNES, 9 de JUNIO de 2023.
Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.
Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,
Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), explicó lo siguiente:
Se han mencionado de forma breve los acontecimientos iniciales que tuvieron lugar tras la emigración, los factores que condujeron a la “Batalla de Badr” y las acciones emprendidas por el Santo Profeta Muhammad (sa) para contrarrestar las artimañas y estratagemas de los incrédulos de La Meca. También hubo algunas expediciones y combates antes de la “Batalla de Badr” que voy a relatar de forma breve, y después hablaré sobre algunos detalles en relación a los preparativos que hicieron los incrédulos de La Meca para la lucha, ¡InshAl’lah!, [si Dios quiere].
La “Expedición de Hazrat Hamza (ra)” fue la primera y tuvo lugar durante Ramadán, en el primer año tras la emigración a Medina, [Hégira]:
Esta expedición fue enviada por el Santo Profeta (sa) y además es conocida como la “Expedición de Saif-ul-Bahr”. La bandera [de la misma] era blanca y la llevaba Abu Marsad Ghanwi (ra). El Profeta (sa) envió esta expedición durante el Ramadán, en el primer año después de la Hégira, y nombró a su tío paterno, Hazrat Hamza bin Abd-il-Muttalib (ra), como su líder. Treinta “Muhayirin” [musulmanes que emigraron de La Meca a Medina] les acompañaron. [Pues bien], estas personas llegaron a la costa del Mar Rojo pasando por Ais y se encontraron con una caravana dirigida por Abu Yahl, que regresaba de Siria. “Ais” es el nombre de un lugar situado a unos 30 kilómetros al norte de Rabigh, en los alrededores de Zaniyat-ul-Murrah y a una distancia aproximada de 240 kilómetros de Medina. Aparte, había un pozo llamado “Zanabat-ul-Ais” que estaba rodeado de acacias, etc. Por esta razón, la zona recibió el nombre de Ais y ese era el hogar de los Banu Sulaym. Las caravanas comerciales de los qureish que se dirigían a Siria pasaban por esa zona. Entonces, ambas partes formaron sus filas para el combate y se prepararon para el enfrentamiento; y aunque era muy probable que estallara la lucha, un jefe de su tribu solucionó la cuestión y ambas partes regresaron.
Luego, está la “Expedición de Ubaidah bin Hariz (ra)”:
Durante el mes de Shawal del primer año tras la Hégira, el Santo Profeta Muhammad (sa) envió a Hazrat Ubaidah bin Hariz (ra) hacia Zaniyyat-ul-Murrah, [situada] cerca de Rabigh, junto con sesenta “Muhayirin” [emigrantes]. Allí se encontraron con Abu Sufian y su caballería de 200 hombres. Ambos grupos dispararon algunas flechas, pero no se produjo un combate formal. [En esta ocasión], Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) fue la primera persona en disparar una flecha ese día. Nunca antes se había producido una batalla con flechas entre los musulmanes y los incrédulos. En este sentido, esa fue la primera flecha lanzada [por los musulmanes] en la historia del Islam y, por ello, Hazrat Sad (ra) se sentía legítimamente orgulloso. A continuación, ambas partes regresaron a sus casas. [En definitiva], Zaniyat-ul-Murrah se encuentra situada al noreste de la ciudad de Rabigh, a una distancia aproximada de 55 kilómetros y a 200 kilómetros de Medina.
Tras esta, se dio la “Expedición de Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra)”:
Esto ocurrió en el primer año después de la Hégira, aunque otros opinan que tuvo lugar en el segundo año. El Santo Profeta (sa) nombró a Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) como líder de 20 personas y les envió con la instrucción de no cruzar el valle de Jarrar. [Entonces], salieron a pie, permanecieron ocultos durante el día y viajaron de noche hasta llegar a Jarrar. Su objetivo era detener la caravana comercial de los qureish. Sin embargo, cuando este grupo llegó a Jarrar, supo que la caravana ya había pasado por allí el día anterior, de forma que regresaron sin enfrentarse. [Ahora], en relación a “Jarrar”, está escrito que significa “agua que fluye produciendo un fuerte sonido” y es el nombre de un lugar cercano a Yuhfa, en la región del Hiyaz.
También está la [“Expedición] Ghazwah Waddan” o “Ghazwa Abwa”:
Esta tuvo lugar en el mes de Safar del segundo año tras la Hégira. En esa fecha, el Profeta (sa) partió hacia Abwa, o Waddan, con 60 o 70 “Muhayirin”; y según el historiador Ibn Sad, se trata de la primera expedición en la que participó el propio Santo Profeta Muhammad (sa). En su ausencia, nombró a Hazrat Sad bin Ubaidah (ra) como líder de Medina. El Santo Profeta (sa) llegó a Abwa con la intención de detener una caravana comercial de los qureish, pero esta ya se había marchado cuando él llegó allí. [De todas formas], mientras estuvo en ese lugar, el Profeta (sa) estableció un tratado de paz con Majshi bin Amr Zamri, el jefe de los Banu Zamrah. El pacto establecía que el Mensajero de Al’lah (sa) no atacaría a los Banu Zamrah, ni los Banu Zamrah emprenderían ninguna acción en contra suya, ni se unirían a ningún adversario suyo. Además, no ayudarían a ningún enemigo contra él. [Al final], durante este viaje, el Santo Profeta Muhammad (sa) permaneció quince días fuera de Medina.
En cuanto a “Waddan”, consta que se trata de un lugar situado entre La Meca y Medina, a una distancia de 13 kilómetros de Abwa, donde está enterrada la bendita madre del Santo Profeta (sa); y también está a unos 100 kilómetros de Yuhfa.
[La verdad es que] menciono los nombres de estos lugares junto con algunos detalles, porque algunos áhmadis que viajan a esa región para la Umrah [la visita a los lugares sagrados que están en Arabia] desean visitar esos sitios para conocer su historia. [Así que] de este modo, se familiarizan con estos lugares.
[Ahora hablaré de] la “Ghazwah Buwat” [o “Expedición de Buwat”]:
Tuvo lugar en [el mes de] Rabi al-Awwal del segundo año después de la Hégira y [en este caso] el Santo Profeta Muhammad (sa) nombró a Hazrat Sad bin Muaz (ra) como el Amir de Medina y, junto con dos Compañeros (ra), partieron para detener una caravana perteneciente a los qureish, que estaba formada por Umayyah bin Jalf, otras 100 personas de los qureish y 2.500 camellos. [Por su parte], el Santo Profeta (sa) llegó a Buwat, cerca de Razwa, aunque no se encontraron cara a cara con nadie allí y a continuación el Profeta (sa) regresó a Medina.
El color de la bandera de esta expedición era blanca y el abanderado era Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra). En cuanto a “Buwat”, consta que comprendía dos montañas pertenecientes a la tribu de Yahinah y que están situadas a lo largo de la ruta entre La Meca y Siria; y junto a ellas se encuentra la famosa montaña Razwa. [Así que], Buwat se halla a unos 100 kilómetros de Medina.
[Ahora hablaré de la] “Ghazwah Ushairah”:
El Mensajero de Al’lah (sa) recibió información de que una caravana comercial perteneciente a los qureish había partido de La Meca y sus habitantes habían invertido toda su riqueza en dicha caravana. Su intención era utilizar las ganancias para luchar contra los musulmanes. Por lo tanto, en [el mes de] Yamadi al-Ula, o según otra narración ocurrió en [el de] Yamadi al-Zani, del segundo año tras la Hégira, el Santo Profeta Muhammad (sa) partió de Medina con [un contingente de entre] 150 a 200 personas. Cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Ushairah, supo que la caravana comercial ya había partido de allí unos días antes. “Ushairah” era el nombre de una zona situada entre La Meca y Medina, cerca de la zona de Yanbu, que pertenecía a los Banu Mudlij. El Profeta (sa) permaneció allí unos días y firmó tratados de paz con los aliados de Banu Mudlij y Banu Zamrah, y luego regresó a Medina. [Por cierto], esta caravana perteneciente a los qureish fue la misma que, a su regreso de Siria, el Mensajero de Al’lah (sa) partió tras ella de nuevo, lo que finalmente desembocó en la “Batalla de Badr”.
[Luego está la] “Ghazwah Badr al-Ula”:
A los diez días de que el Santo Profeta Muhammad (sa) regresara a Medina tras la “Ghazwah Ushairah”, Kurz bin Yabir atacó una zona de pasto en Medina y el Santo Profeta (sa) salió tras él. [Entretanto], el Profeta (sa) nombró a Hazrat Zaid bin Harizah (ra) [como Amir de Medina]. [Finalmente], el Mensajero de Dios (sa) llegó a un valle cercano a Badr llamado Safwan, que está muy próximo. No obstante, Kurz bin Yabir se adelantó rápidamente y el Santo Profeta Muhammad (sa) no pudo alcanzarle. Esta expedición también se conoce como “Badr al-Ula”. Entonces, el Santo Profeta (sa) regresó a Medina. [Por ello], se llama “Badr al-Ula”, ya que el ejército musulmán llegó a Safwan, que está cerca de Badr; y así consta en [el libro] “Sirat al-Halabiyyah”.
Respecto a Kurz bin Yabir, Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) ha escrito los siguientes detalles:
“La incursión de Kurz bin Yabir no fue una pequeña acción de saqueo beduino, sino que se había puesto en marcha contra los musulmanes en nombre de los qureish y con un motivo concreto. De hecho, es muy probable que hubiera venido específicamente con la intención de infligir daño a la propia persona del Profeta (sa), pero al encontrar a los musulmanes [que permanecían] vigilantes, se conformó con el robo de sus camellos y huyó. Además, esto demuestra que los qureish de La Meca habían planeado asaltar Medina para destruir por completo a los musulmanes. Asimismo, debe recordarse que los musulmanes ya habían recibido permiso para la ‘yihad’ con la espada antes de esto y, en un sentido de autodefensa, habían comenzado a poner en práctica un plan inicial de acción al respecto. Sin embargo, hasta ahora no habían sufrido prácticamente ninguna pérdida en términos de riqueza o vidas, aunque la incursión de Kurz bin Yabir fue la que prácticamente causó daño a los musulmanes. En otras palabras, incluso tras la aceptación del desafío de los qureish, fueron los incrédulos quienes prácticamente iniciaron la batalla”.
Más tarde viene la “Expedición de Abdul’lah bin Yahash (ra)”:
Esta tuvo lugar en dirección hacia un valle cercano a La Meca llamado Najlah. Respecto a esta expedición consta que, en el mes de Rayab, el Mensajero de Al’lah (sa) envió a Hazrat Abdul’lah bin Yahash (ra) junto a ocho “Muhayirin” [musulmanes que emigraron de La Meca a Medina] y no se encontraba ningún “Ansar” [varones musulmanes residentes de Medina y mayores de cuarenta años] entre ellos. [Entretanto], el Santo Profeta Muhammad (sa) les dio una carta e instruyó que solo se debía abrir tras dos días de viaje y que se debían seguir las instrucciones contenidas en ella, aunque nadie se vería obligado a continuar [tras leerla]. Una vez completaron dos días de viaje, Hazrat Abdul’lah bin Yahash (ra) abrió la carta que contenía sus órdenes y la leyó.
El escrito decía:
“Cuando abras y leas mi carta, debéis continuar vuestro viaje e ir a Najlah, que se encuentra entre Taif y La Meca; vigilad el movimiento de los qureish y luego infórmanos sobre ellos”.
Una vez Hazrat Abdul’lah bin Yahash (ra) leyó esta misiva, dijo: “Debo escuchar y obedecer”. A continuación les comunicó a los que lo acompañaban: “El Santo Profeta (sa) me ha dado instrucciones de continuar hacia Najlah y observar los movimientos de los qureish para poder informarle sobre lo que están haciendo. Me prohibió obligar a cualquiera de vosotros a unirse a mí. Aquellos de vosotros que deseéis el martirio, podéis acompañarme; y el que quiera regresar puede irse”. No obstante, ninguno de ellos se fue y todos partieron hacia Hiyaz. En el camino, Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) y Hazrat Utbah bin Ghazwan (ra) perdieron su camello y ambos se quedaron atrás para buscarlo, mientras Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) y el resto de los que lo acompañaban continuaron hasta que llegaron a Najlah.
Mientras estaban allí, se encontraron con una caravana que transportaba uvas pasas, cuero y otras mercancías comerciales de los qureish. Con ella también se encontraba Amr bin Hazrami. [Entonces], cuando los qureish de La Meca vieron a los musulmanes, se asustaron. [Por su parte], Hazrat Ukasha bin Mihsan (ra), que tenía la cabeza rapada, se presentó ante ellos. Al verlo, los incrédulos se contentaron y dijeron que no había nada que temer, porque [se imaginaron que] estas personas simplemente iban [a realizar] la Umrah. Entretanto, los musulmanes consultaron entre sí sobre el hecho de que era el último día del mes de Rayab y consideraron que si los combatían y los mataban, lo estarían haciendo durante un mes sagrado. Por el contrario, si se ponían a esperar, el enemigo entraría en el límite de la zona sagrada por la noche y ya sería inalcanzable. Finalmente, todos acordaron por unanimidad que debían atacar la caravana. (Los detalles de este incidente ya se han mencionado antes en referencia a los Compañeros -ra-).
[Luego], Hazrat Waqid bin Abdul’lah Tamimi (ra) disparó una flecha a Amr bin Hazrami que lo mató. Los musulmanes también capturaron a dos personas, mientras que un tercero logró escapar. Al final, Hazrat Abdul’lah bin Yahash (ra) llevó los camellos y dos prisioneros a Medina ante el Profeta (sa); y cuando Hazrat Abdul’lah bin Yahash (ra) entró en Medina, el Mensajero de Dios (sa) se dirigió a él y le comentó: “¡No te ordené que tomaras las armas durante el mes sagrado!”. [De todas formas], el Santo Profeta Muhammad (sa) les dio a los camellos y cautivos un lugar para quedarse y se negó a aceptar ningún botín.
Algunos afirman que el objetivo de esta expedición era robar y saquear, [pero en realidad] esa no era la finalidad, pues si hubiera sido así, el Santo Profeta (sa) habría elogiado sus actos. En cambio, el Mensajero de Al’lah (sa) consideró que sus acciones fueron incorrectas.
Por otro lado, los qureish levantaron además un gran revuelo porque los musulmanes violaron la santidad de un mes sagrado. Es más, debido al hecho de que la víctima, Amr bin Hazrami, era uno de los jefes y un confederado de Utbah bin Rabiah, otro jefe La Meca, este incidente enfureció severamente a los qureish, lo que hizo que se prepararan para un ataque a Medina con aún mayor pasión y celo que antes. Por tanto, la “Batalla de Badr” resultó principalmente de estos preparativos y sentimientos de enemistad. [Entretanto], este incidente suscitó muchos temas de discusión, tanto entre los musulmanes como entre los incrédulos. Finalmente, la siguiente revelación coránica fue revelada y actuó como consuelo para los musulmanes.
Dios Altísimo afirma [2:218]:
[“Te preguntan sobre el combate en el Mes Sagrado. Di: ‘Combatir en él es un grave pecado, pero apartar a los hombres del camino de Al’lah, ser desagradecido con Él y alejar a los hombres de la Mezquita Sagrada, y expulsar a su pueblo de ella es un pecado más grave a los ojos de Al’lah; y la persecución es peor que la muerte’. Y ellos no dejarán de combatiros hasta que os hayan apartado de vuestra religión, si pudieran”].
[Traduccion interpretativa de Hazur]:
Es decir: “Te preguntan sobre la lucha en el Mes Sagrado. Di: ‘Combatir en él es una grave transgresión, pero apartar por la fuerza a los hombres del camino de Al’lah, rechazar el Mes Sagrado y la Mezquita Sagrada; o en otras palabras, violar su santidad, expulsar a la gente del perímetro Sagrado por la fuerza, como habéis estado haciendo, ¡oh politeístas!, son todas esas acciones un pecado aún mayor que pelear en el mes Sagrado a la vista de Dios. Ciertamente, sembrar el caos en la tierra durante el Mes Sagrado es peor que matar para detenerlo.
¡Oh musulmanes, el estado de los incrédulos es que han estado tan cegados por su enemistad hacia vosotros que no dejarían de pelear contra vosotros en ningún momento o lugar y continuarían peleando en vuestra contra hasta que os alejaran de vuestra fe, si ellos tuvieran la fuerza para ello”.
A pesar de todo, Dios Altísimo sabía que los incrédulos continuarían tratando de alejar a los musulmanes de su fe. Por esta razón, Al’lah no expresó ningún disgusto por lo que sucedió. [Aparte], está probado, a través de la historia, que los jefes de los qureish difundían su propaganda asesina contra el Islam tan activamente en los Meses Sagrados [como en los otros]. De hecho, se aprovechaban de las congregaciones y los viajes durante los Meses Sagrados y se volvían aún más activos en la propagación de conflictos y caos. Además, con absoluta desvergüenza, cambiaban [o sea, adelantaban o retrasaban] los Meses Sagrados para sentirse progetidos a través de la falsedad, práctica a la que se referían como ”Nassi”. Por consiguiente, tal respuesta brindó en verdad consuelo a los musulmanes y además hizo que los qureish se asentaran. Asimismo, [los qureish] se enteraron de la revelación Divina [sobre el asunto].
[Por otra parte], durante este tiempo, dos hombres de los qureish llegaron a Medina para canjear [y liberar] a sus cautivos. Sin embargo, debido a que Sad bin Abi Waqqas (ra) y Utbah (ra) aún no habían regresado, y [a que] el Profeta (sa) era consciente del grave riesgo de que cayeran en manos de los qureish, quienes no los perdonarían, el Mensajero de Dios (sa) se negó a liberar a los cautivos hasta que regresaran. [Es más], el Santo Profeta Muhammad (sa) declaró: “Cuando mis hombres regresen a Medina sanos y salvos, liberaré a los tuyos”. Así, a su regreso, el Santo Profeta (sa) liberó a los dos prisioneros después de cobrar un rescate.
[También está la] “Ghazwah Badr-ul-Kubra”:
El Sagrado Corán se refiere a esta como “Yaum al-Furqan”. [En este sentido], Hazrat Jalifatul Masih I (ra) afirma que el “Furqan” [‘distinción’] del Mensajero de Al’lah (sa) ocurrió en el día de Badr, cuando los líderes acérrimos y poderosos del enemigo perecieron y los musulmanes obtuvieron la victoria. En otra ocasión, al definir la palabra “Furqan”, Hazrat Jalifatul Masih I (ra) afirmó: “He aprendido del Corán que ‘Furqan’ es el nombre de una victoria tal, que resultó en la fractura de la columna vertebral y la fuerza del enemigo, y esto se demostró con motivo de la ‘Batalla de Badr’.”
Este combate también se conoce como “Badr al-Zani”, “Badr al-Kubra”, “Badr al-Uzma” y “Badr al-Qital”.
[Por otro lado], el Profeta (sa) se enteró de que Abu Sufian regresaba de Siria con una caravana comercial de los qureish, compuesta por 1.000 camellos. Dicha caravana transportaba una gran cantidad de riqueza de los qureish. Si una persona [de entre ellos] poseía incluso una pequeña cantidad de oro, entonces habría contribuido a financiar esta caravana. Se dice que se invirtió en la misma una gran cantidad de riquezas. [Aparte], esta caravana estaba compuesta de entre 30 y 40 hombres; o, según una narración, fueron 70; y era la misma caravana hacia la que el Santo Profeta Muhammad (sa) partió en su persecución y llegó a Ushairah, aunque la misma ya estaba en camino a Siria.
Para esta expedición, el Santo Profeta (sa) partió en [el mes de] Yamadi al-Ula o Yamadi al-Ajir, en el segundo año tras la Hégira. Al enterarse del regreso de esta caravana, el Mensajero de Dios (sa) invitó a los musulmanes a salir con él y proclamó: “Esta es una caravana comercial de los qureish que transporta gran parte de su riqueza. Salid, porque puede ser que Al’lah os conceda el botín de guerra”. [En este sentido], algunas personas que están acostumbradas a buscar oportunidades para levantar acusaciones, o quizá aquellos que carecen de conocimiento, afirman que los musulmanes comenzaron a saquear y robar después de ir a Medina; y como ejemplo citan el incidente de la persecución de esta caravana. Tales proclamas surgen de la ignorancia absoluta, la falta de conocimiento y familiaridad con las condiciones de la guerra en ese momento. El acto de interceptar la caravana comercial de los qureish no fue algo censurable en absoluto.
Los detalles de este incidente han sido mencionados por Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) en su libro “La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)”, donde escribe:
“Haber partido para interceptar esa caravana no es en absoluto objetable. La razón es que, en primer lugar, esta caravana en particular, que los musulmanes se habían propuesto perseguir, no era una caravana ordinaria. Todos los hombres y mujeres de entre los qureish habían participado en ella. Esto demuestra que, con respecto a la misma, la intención de los jefes de los qureish era que esa ganancia fuese utilizada para hacer la guerra contra los musulmanes y la historia demuestra que la misma se utilizó para preparar la “Batalla de Uhud”. Por eso, la interceptación de esta caravana era una parte necesaria de las tácticas de guerra.
En segundo lugar, también era necesario, en general, interceptar estas caravanas de los qureish porque iban armadas y pasaban muy cerca de Medina. Los musulmanes permanecían en constante peligro [por parte] de ellos y era necesario poner fin a esto.
En tercer lugar, dondequiera que viajaran estas caravanas, incitarían fuertemente a las tribus de Arabia contra los musulmanes, por lo que el estado de los musulmanes se estaba volviendo cada vez más vulnerable; así que, bloquear su paso era parte de su programa de protección y autodefensa.
En cuarto lugar, el sustento de los qureish dependía principalmente del comercio y, por esta razón, el interceptar esas caravanas era un medio excelente para hacer que los qureish entraran en razón, detenerlos en sus actos de guerra, presionarlos hacia la reconciliación y el establecimiento de la paz”.
Para evitar tales guerras, hoy en día algunas naciones imponen sanciones, aunque estas también se imponen de manera equivocada e injusta. Por así decirlo, se trataba de una acción similar a la imposición de una sanción. Además, el propósito de detener estas caravanas no era saquearlas o expropiarlas, sino que, tal como lo establece claramente el Sagrado Corán, el objetivo de los musulmanes al detener las caravanas durante estas misiones especiales no fue por un deseo de [obtener] su riqueza; en cambio, fue en un intento de reducir el sufrimiento y el esfuerzo a la hora de enfrentarse con ellos, [en lugar de participar en una batalla].
En cualquier caso, el Profeta (sa) envió a dos de sus Compañeros, Hazrat Talhah bin Ubaidil’lah (ra) y Hazrat Said bin Zaid (ra), para recibir información sobre esta caravana. [Así que] estos dos Compañeros (ra) partieron de Medina y, tras recopilar información sobre la caravana y regresar a Medina, se enteraron de que el Santo Profeta Muhammad (sa) ya se había ido. En consecuencia, los dos partieron hacia Badr, pero solo se encontraron con el Santo Profeta (sa) en el camino cuando ya regresaba tras haber participado en la “Batalla de Badr”, y por eso estos dos Compañeros (ra) no pudieron tomar parte en la misma. No obstante, el Mensajero de Al’lah (sa) les asignó una parte del botín de guerra.
Por otro lado, Abu Sufian recibió noticias de sus espías de que el Profeta (sa) había partido con sus Compañeros (ra) para atacar sus caravanas comerciales. Al mismo tiempo, se dice que Abu Sufian también se encontró con alguien que le informó de que el Santo Profeta Muhammad (sa) quería detener esta caravana desde el principio y que el Mensajero (sa) estaba esperando a que la caravana regresara. [Entonces], al oír estas noticias, Abu Sufian se asustó y pagó a un hombre llamado Zamzam bin Amr Ghaffari para que se dirigiera hacia La Meca, diciéndole que informara a los mequíes de que Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra) se habían puesto en marcha para atacar una de sus caravanas. Por lo tanto, Zamzam partió rápidamente y cuando este mensajero de Abu Sufian llegó a La Meca, como era costumbre entre los árabes, empezó a gritar de una forma bastante horrible: “¡Oh gente de La Meca! Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra) se han puesto en marcha para atacar vuestra caravana. Salid y salvadla”. A su vez, Abu Sufian siguió obteniendo información con astucia y continuó su viaje evitando al ejército musulmán. Al llegar al manantial de Badr, preguntó a una persona si había visto a alguien llegar hasta allí y respondió que dos individuos llegaron allí, sentaron sus camellos en una colina cercana y fueron a coger agua. [Luego], Abu Sufian fue a donde estaban los camellos y allí encontró excrementos de camello. [Pues bien], cogió uno, lo partió y encontró un hueso de dátil. Al ver esto dijo que esa era la comida de Yazrib [Medina] y comprendió que esa gente de Medina estaba cerca. Por tanto, regresó rápidamente a su caravana y, desviándose del camino habitual, los llevó por la costa, por lo que dejó Badr a un lado y salió a toda prisa.
Con respecto a esto, hay un sueño extraordinario de Atikah bint Abdil Muttalib y que resultó ser un sueño verídico. El sueño es el siguiente:
Atikah bint Abdil Muttalib era la tía paterna del Santo Profeta (sa) y la madre de Umm al-Muminin, Hazrat Umm Salama (ra). Respecto a su aceptación del Islam, se recogen dos narraciones: según algunos, aceptó el Islam, aunque la mayoría opina que no lo hizo. En fin, tres días antes de que el mensajero de Abu Sufian, Zamzam, llegara a La Meca, tuvo un sueño que la asustó. Llamó a su hermano, Abbas bin Abdil Muttalib, y le confesó: “¡Mi querido hermano! Por Dios, anoche tuve un sueño que me ha dejado petrificada. Temo que una calamidad o una prueba caiga con toda seguridad sobre tu pueblo. Mantén en secreto lo que estoy a punto de contarte”.
Según otra narración, Atikah dijo: “A menos que me prometas solemnemente que no se lo contarás a nadie, no te contaré el sueño, ya que si los qureish de La Meca se enteran del mismo, nos causarán problemas y nos maldecirán”. Así pues, Hazrat Abbas (ra) se lo prometió y luego le preguntó qué había visto en el sueño y Atikah contestó: “Vi en un sueño que un hombre venía montado en un camello y se paró en las llanuras de Abtah (La Meca y Mina eran conocidas como Abtah, pero este era un lugar que estaba más cerca de Mina). Entonces, gritó con todas sus fuerzas: ‘¡Oh gentes! Id al lugar de vuestro sacrificio dentro de tres días’.”
Atikah añadió:
“Más tarde vi que la gente se había reunido a su alrededor y que él entraba en la Mezquita, es decir, en la Kaabah, y que la gente caminaba detrás de él. Luego vi que, mientras la gente seguía reunida a su alrededor, su camello había sido subido al tejado de la Kaabah. Entonces volvió a gritar: ‘¡Oh gentes! Id al lugar de vuestro sacrificio dentro de tres días’. A continuación vi que su camello lo llevaba a la cima del monte Abu Qubays. (Está escrito que el monte Abu Qubays era un pico montañoso prominente al este de La Meca); y desde allí volvió a gritar con todas sus fuerzas. Entonces cogió una piedra y la hizo rodar montaña abajo. En cuanto llegó al fondo, la roca se rompió en fragmentos más pequeños y no hubo una sola casa o morada en La Meca donde no cayera un fragmento de roca”.
Al oír esto, Hazrat Abbas (ra) le respondió a Atikah: “¡Por Al’lah! Es un sueño muy importante. Mantén esto en secreto y no se lo digas a nadie”.
Después de esto, Hazrat Abbas (ra) abandonó la casa de Atikah y por el camino se encontró con Walid bin Utbah, que era amigo de Abbas. Aunque le había dicho su hermana Atikah que no se lo contara a nadie, le mencionó el sueño a Walid y le dijo que no se lo contara a nadie, pero una vez que algo se revela, no se puede mantener en secreto. Walid, a su vez, se lo contó a su padre, Utbah, y así se extendió la noticia del sueño por toda La Meca; y si dos personas se reunían, hablaban del sueño.
[Por su parte], Abbas (ra) menciona: “A la mañana siguiente, cuando fui a realizar el circuito de la Kaabah, Abu Yahl estaba sentado con algunas personas de los qureish. Al verme dijo: ‘¡Oh Abu Fadl! (Este era el título de Hazrat Abbas -ra-). Una vez que completes tu circuito, ven a verme’.” Hazrat Abbas (ra) dice además: “Un vez terminé mis circuitos [de la Kaabah] fui a ver a Abu Yahl y él clamó: ‘¡Oh Banu Abdil Muttalib! ¿Desde cuándo han empezado a aparecer mujeres profetas entre vosotros?’. Yo le pregunté qué quería decir y él replicó: ‘Hombres de entre vosotros han proclamado ser profetas (o sea, refiriéndose al Santo Profeta Muhammad -sa-) y ahora vuestras mujeres también han empezado a proclamar ser profetas’. [Por consiguiente], ¿qué es ese sueño que Atikah ha visto?’.”
Hazrat Abbas (ra) preguntó: “¿Qué sueño?”. Abu Yahl contestó: “Ella dice que vio a alguien que venía en un camello, que gritó con todas sus fuerzas y después hizo rodar una roca desde la montaña’.” Y a continuación comenzó a narrar todo el sueño. Abu Yahl declaró entonces: “Esperaremos tres días y veremos si los acontecimientos se desarrollan como se menciona en el sueño; si se cumple, entonces está bien, y si no es así, pondremos una declaración escrita en la Kaabah en la que se diga que vosotros sois los mayores mentirosos de la tierra árabe’.”
Abbas relata además: “Por Dios, tuve que negar el sueño y le dije que Atikah no había visto tal sueño. Más tarde, todos abandonamos la reunión y al anochecer, cuando regresé a casa, todas las mujeres de la tribu Banu Abdil Muttalib vinieron a verme y me dijeron: ‘Ese miserable y malvado hombre primero levantó todo tipo de acusaciones contra nuestros hombres y no tomasteis ninguna medida; y ahora ha empezado a hablar mal de vuestras mujeres y vosotros le habéis escuchado en silencio y no lo habéis refutado. ¿Dónde está vuestro sentido del honor?”.
De este modo, las mujeres de su tribu lo llenaron de pasión.
Abbas continúa: “Tras esto, proclamé: ‘¡Por Al’lah, esto es exactamente lo que hice y creo que no hay mayor agravio que ese! Así que, por Dios, iré a verle y si vuelve a decir algo parecido acabaré con él para vengarme por ti’.”
Hazrat Abbas (ra) prosigue la narración: “Al tercer día después del sueño que Atikah había visto, salí de mi casa por la mañana, estaba en un estado de gran ira y tenía la intención de vengarme por el error que había hecho aquel día. Al entrar en la Mezquita, vi a Abu Yahl, que era de complexión delgada y tenía una lengua muy afilada. Por Dios, fui hacia él para ver si volvía a decir algo como había hecho anteriormente y como resultado me vengaría. Sin embargo, vi a Abu Yahl corriendo hacia la puerta de la Mezquita, es decir, la Kaabah; y yo mismo pensé en ese momento: ‘¿Qué le pasa -que la maldición de Dios Altísimo caiga sobre él? ¿Qué le ha sucedido? ¿Está corriendo por miedo a que le diga algo malo?’.
No obstante, el hecho era que había oído el fuerte grito de Zamzam bin Amr Ghaffari que yo no había oído y Zamzam estaba gritando en voz alta mientras permanecía montado en el camello en medio del valle. [Entretanto], había cortado la nariz y las orejas a su camello, dado la vuelta a su montura y rasgado su vestidura superior, y estaba gritando: ‘¡Caravana, caravana! (En otras palabras, pedía que salvaran su caravana). Esa caravana, [que está] bajo la dirección de Abu Sufian, lleva vuestras mercancías comerciales y Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra) la han atacado. Llegad hasta ellos tan rápido como podáis, aunque no creo que logréis llegar a tiempo para ayudarle’.”
Luego, Abbas (ra) nos cuenta: “Ambos estábamos tan ocupados con este nuevo incidente que se había desarrollado que no pudimos prestar atención al asunto anterior”.
[Por otro lado], está escrito que cuando los qureish oyeron el grito de Zamzam se enfurecieron, comenzaron a preparar a su gente para la batalla y manifestaron: “Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra) piensan que esta caravana es como la caravana comercial de Ibn Hazrami. Sin embargo, ciertamente ese no es el caso. ¡Por Al’lah, pronto descubrirán que no es así!”.
La caravana de Amr bin Hazrami y su muerte a manos de los musulmanes se ha mencionado anteriormente en relación con la “Expedición de Abdul’lah bin Yahash”, en la que los musulmanes pudieron matar fácilmente a Ibn Hazrami y se apoderaron de sus posesiones y riquezas. En cualquier caso, ahora los qureish de La Meca empezaron a hacer preparativos para la lucha y su gente se dirigía personalmente a la batalla o enviaban a alguien en su nombre y pagaban sus gastos. [Ante esto], uno de sus jefes declaró: “¿Permitiréis que Muhammad (sa) y sus Compañeros (ra), que se han apartado de nuestra fe, y también la gente de Yazrib [Medina] se apoderen de nuestra riqueza? Mis riquezas y provisiones alimentarias están a disposición de quien las necesite!”.
De igual modo, la gente daba 200 dinares, otros 300 dinares e incluso 500 dinares, etc. y decían que podían gastarlos cómo y dónde quisieran. Algunos [incluso] ofrecieron 20 camellos para la batalla y otros se hicieron cargo de todos los gastos domésticos de los que partían al combate; y los que no podían participar personalmente en la lucha apoyaban a otra persona para que fuera a la batalla pagando todos sus gastos. De este modo, en dos o tres días, completaron sus preparativos para la confrontación.
Cabe señalar aquí que, aunque había anunciado que llegarían allí inmediatamente, a pesar de todo pasaron dos o tres días preparándose a fondo para el combate. [Así pues], sus esfuerzos por prepararse demuestran que los incrédulos de La Meca buscaban una excusa para entablar una verdadera confrontación contra los musulmanes. Si su intención hubiera sido simplemente proteger la caravana, habrían llegado allí inmediatamente al enterarse de la noticia; y cualquier arma que hubieran podido conseguir la habrían cogido y llegado hasta allí [lo más rápido posible]. Sin embargo, no fue así y en lugar de proteger la caravana, se estaban preparando para un enfrentamiento.
[Finalmente], en relación a los jefes de los qureish, está escrito que cinco de ellos: Umaiyah bin Jalf, Utbah bin Rabiah, Shaibah bin Rabiah, Zumah bin Aswad y Hakim bin Hizam buscaron suerte lanzando sus flechas para determinar si debían ir a la batalla o no. Tiraron la flecha y salió la que significaba que no debían ir a la misma; en otras palabras, la flecha que eligieron era aquella en la que estaba escrito que no debían salir para la lucha. En consecuencia, todos decidieron unánimemente que no debían ir al combate, pero Abu Yahl vino a ellos e insistió en que debían ir. [Entonces], Uqbah bin Abu Mueet y Nazar bin Hariz apoyaron a Abu Yahl e insistieron a los demás en que debían ir a la confrontación. Ante esto, el esclavo de Utbah y Shaibah manifestó: “Por Al’lah, no vais a salir para una batalla, sino que más bien ambos os dirigís hacia los lugares donde seréis asesinados”. Posteriormente, ambos acordaron no ir a luchar, aunque Abu Yahl insistió tanto que al final ambos decidieron ir junto con los demás y luego se volvieron durante el viaje.
En el futuro se mencionarán más detalles sobre los preparativos para el combate de los incrédulos, su partida y varios incidentes relacionados con esto, ya que hay muchos detalles al respecto.
Resumen
Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que en el sermón anterior se mencionaron las diversas circunstancias posteriores a la migración del Santo Profeta (sa), las circunstancias que condujeron a la Batalla de Badr y los esfuerzos en defensa contra los incrédulos. Su Santidad (aba) dijo que hoy mencionaría algunas de las expediciones que tuvieron lugar antes de la Batalla de Badr, así como los preparativos que los musulmanes hicieron para la batalla contra los incrédulos de La Meca.
La expedición de Sif al-Bahr
Su Santidad (aba) dijo que Sariyyah Hazrat Hamzah, o Sariyyah Seef al-Bahr fue la primera expedición que tuvo lugar. El Santo Profeta (sa) envió este enviado de 30 jinetes en Ramadán 1 DH bajo el liderazgo de Hazrat Hamzah (ra). Este enviado viajó a Ees, que estaba a unos 240 kilómetros de Medina. Las caravanas comerciales pasaban a menudo por allí, y cuando el enviado musulmán llegó allí, sucedió que una caravana de La Meca estaba pasando por allí. Estuvieron a punto de enfrentarse; sin embargo, se evitó.
La expedición de Ubaidah bin Harith
Su Santidad (aba) dijo que la siguiente expedición fue Sariyyah Ubaidah bin Harith, que tuvo lugar en Shawwal 1 DH. 60 musulmanes fueron enviados a Sani’ah al-Mar’ah bajo el liderazgo de Hazrat Ubaidah bin Harith (ra). Allí, los musulmanes se encontraron con un grupo de La Meca. Aunque no hubo batalla, hubo un intercambio de flechas. Como esto nunca había ocurrido antes, fue Hazrat Sa’d bin Abi Waqqas (ra) quien tuvo el honor de lanzar la primera flecha en el Islam.
La Expedición de Sa’d bin Abi Waqqas
Su Santidad (aba) dijo que entonces tuvo lugar la Sariyyah Sa’d bin Abi Waqqas. Según algunos, esto tuvo lugar en 1 DH, mientras que otros dicen que fue en 2 AH. Veinte musulmanes fueron enviados bajo el liderazgo de Hazrat Sa’d bin Abi Waqqas (ra) con la instrucción de no cruzar más allá del Valle de Kharar. Su objetivo era detener una caravana comercial de los Quraish, pero al llegar se dieron cuenta de que habían perdido la caravana por un día.
La primera expedición en la que participó el Santo Profeta (sa)
Su Santidad (aba) dijo que otra expedición fue Ghazwah Waddan que tuvo lugar en Safar 2 DH. Los historiadores dicen que esta fue la primera expedición en la que participó el propio Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) nombró a Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) como líder de Medina en su lugar. El propósito de esta expedición era detener una caravana comercial de los Quraish, sin embargo, los musulmanes la perdieron. Sin embargo, durante este viaje, el Santo Profeta (sa) hizo un tratado de paz con los Banu Damrah. Toda esta expedición duró 15 días. Waddan es un lugar entre La Meca y Medina y a unos 100 km de Yuhfa y es donde ha sido enterrada la madre del Santo Profeta (sa).
Su Santidad (aba) comentó que proporciona los detalles de los diversos lugares en los que tuvieron lugar estos eventos para que aquellos que visiten diversos lugares mientras han realizado la Umrah y también deseen visitar estos lugares puedan familiarizarse con la historia.
La Patrulla de Buwat
Su Santidad (aba) dijo que otra expedición fue la de Ghazwah Buwat que tuvo lugar en Rabi’ al-Awwal 2 DH. El Santo Profeta (sa) también fue en esta expedición, nombró a Hazrat Sa’d bin Mu’adh (ra) como líder de Medina en su lugar. El Santo Profeta (sa) partió con dos Compañeros para detener una caravana comercial de los Quraish compuesta por 100 Quraish y 500 camellos. Al llegar a Buwat, se dieron cuenta de que habían perdido la caravana y regresaron a Medina. Buwat se encuentra a unos 100 km de Medina.
La patrulla de Dhu al-Ushairah
Su Santidad (aba) luego mencionó Ghazwah Ushairah. El Santo Profeta (sa) se enteró de que una caravana comercial de los Quraish había salido de La Meca en la que los de La Meca habían invertido toda su riqueza. Sus intenciones eran utilizar los beneficios de esta caravana comercial para equiparse en oposición a los musulmanes. Por lo tanto, en el año 2 DH, el Santo Profeta (sa) partió hacia Ushairah junto con 150-200 musulmanes, sin embargo, no pudieron encontrar la caravana comercial.
Ghazwah Badr al-Ula
Su Santidad (aba) dijo que también hubo Ghazwah Badr al-Ula. Después de regresar de Ushairah, alguien atacó un campo de pastoreo en Medina. Junto con algunos Compañeros, el Santo Profeta (sa) salió tras él, pero no pudieron alcanzarlo. Respecto a esto, Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra), quien escribe:
Esta incursión de Kurz bin Yabir no fue un acto menor de saqueo beduino, más bien, es definitivo que se había puesto en marcha contra los musulmanes en nombre de los Quraish, con un motivo particular. De hecho, es muy probable que hubiera venido específicamente con la intención de infligir daño a la propia persona del Santo Profeta (sa), pero al encontrar a los musulmanes vigilantes, se conformó con el robo de sus camellos y huyó. Esto también demuestra que los Quraish de La Meca habían planeado asaltar Medina para destruir completamente a los musulmanes. También debe recordarse que los musulmanes ya habían recibido permiso para la Yihad por la espada antes de esto, y en un sentido de autodefensa habían comenzado a emplear un plan inicial de acción en este sentido también. Sin embargo, hasta ahora no habían sufrido prácticamente ninguna pérdida en términos de riqueza o vidas. Sin embargo, la incursión de Kurz bin Yabir fue una que prácticamente infligió daño a los musulmanes. En otras palabras, incluso después de la aceptación del desafío de los Quraish, fueron los incrédulos quienes prácticamente iniciaron la batalla”. (La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas – Vol. II p. 102)
La Expedición de Nakhlah
Su Santidad (aba) dijo que entonces tuvo lugar la Sariyyah de Abdul’lah bin Yahsh. El Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) junto con 8 emigrantes hacia Nakhlah. El Santo Profeta (sa) dio a Hazrat Abdul’lah (ra) una carta y le dijo que la abriera sólo después de haber viajado durante dos días. Al abrirla, Hazrat Abdual’lah (ra) leyó que el Santo Profeta (sa) les había ordenado viajar a Nakhlah y obtener información sobre los movimientos de Quraish. Hazrat Abdul’lah (ra) informó entonces a los que le acompañaban de las órdenes que había recibido. También les comunicó que, antes de partir, el Santo Profeta (sa) le había dicho que no obligara a nadie a acompañarle en su misión. Sin embargo, aunque se le dio la opción, nadie decidió marcharse, y todos siguieron adelante. Al llegar a Nakhlah, pasaron junto a una caravana de los Quraish. Al ver a los musulmanes, se asustaron, pero al ver que uno de ellos llevaba la cabeza afeitada, pensaron que simplemente estaban de viaje para la Umrah y los dejaron en paz. Tras consultarlo, el grupo de musulmanes decidió atacar a los Quraish, como resultado de lo cual uno de los Quraish murió, dos fueron capturados y uno escapó. Al regresar a Medina y reunirse con el Santo Profeta (sa), éste le dijo a Hazrat Abdul’lah (ra) que no les había ordenado luchar y que, por tanto, no aceptaba nada de lo que le trajeran. Los Quraish también se quejaron de que este ataque había tenido lugar durante un mes prohibido y por lo tanto también comenzaron los preparativos para atacar a los musulmanes. La batalla de Badr fue, en gran parte, el resultado de estos preparativos.
Su Santidad (aba) dijo que, tras este incidente, se reveló el siguiente versículo del Sagrado Corán:
Te preguntan sobre el combate en el Mes Sagrado. Diles: “Combatir en él es un grave pecado, pero apartar a los hombres del camino de Al-lah, y ser desagradecido con Él y alejar a los hombres de la Mezquita Sagrada, y expulsar a su pueblo de ella, es un pecado más grave a los ojos de Al-lah; y la persecución es peor que la muerte”. Y ellos no dejarán de combatiros hasta que os hayan apartado de vuestra religión, si pudieran. (Sagrado Corán 2:218)
Su Santidad (aba) dijo que Dios conocía el estado del enemigo que constantemente intentaba atacar a los musulmanes, y por eso no expresó ningún disgusto por este incidente. También sabía que los adversarios seguían intentando atacar a los musulmanes incluso durante los meses prohibidos. Por lo tanto, la revelación de este versículo fue una fuente de alivio para los musulmanes.
La Batalla de Badr
Su Santidad (aba) dijo que luego tuvo lugar Ghazwah Badr al-Kubra, que en el Sagrado Corán, también ha sido llamado el Día de la Distinción. El Santo Profeta (sa) se había enterado de que Abu Sufyan regresaba de Siria con una caravana comercial de los Quraish compuesta por 1,000 camellos. Se trataba de la misma caravana que el Santo Profeta (sa) había partido hacia Ushairah para interceptar pero no había podido. Algunos que no tienen conocimiento alegan que los musulmanes sólo estaban interesados en saquear las caravanas comerciales de los Quraish. Sin embargo, esta alegación sólo la plantean aquellos que desconocen las condiciones de la época. En respuesta a esto, Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra), quien escribe:
Partir para interceptar la caravana no es en absoluto objetable. La razón es que, en primer lugar, esta caravana en particular que los musulmanes habían salido a perseguir no era una caravana ordinaria. Todos los hombres y mujeres de Quraish participaban en ella. Esto demuestra que con respecto a esta caravana, la intención de los jefes de Quraish era que esta ganancia se utilizara para hacer la guerra contra los musulmanes; la historia demuestra que esta misma ganancia se utilizó para preparar la Batalla de Uḥud. Así pues, la interceptación de esta caravana era una parte necesaria de las tácticas de guerra. En segundo lugar, también era necesario en general interceptar estas caravanas de los Quraish porque estaban armadas y pasaban muy cerca de Medina. Los musulmanes corrían un peligro constante y era necesario ponerles fin. En tercer lugar, dondequiera que viajaran estas caravanas, incitarían fuertemente a las tribus de Arabia contra los musulmanes, debido a lo cual el estado de los musulmanes era cada vez más vulnerable; como tal, bloquear su paso formaba parte de su programa de protección y autodefensa. En cuarto lugar, el sustento de los Quraish dependía principalmente del comercio y, por esta razón, la interceptación de estas caravanas era un medio excelente para hacer entrar en razón a los Quraish, detener sus actos de guerra y presionarlos hacia la reconciliación y el establecimiento de la paz”. (La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas – Vol. II pp. 120-121)
Su Santidad (aba) dijo que el Santo Profeta (sa) había enviado a dos Compañeros para recabar información sobre esta caravana. Cuando regresaron a Medina con la información, se enteraron de que el Santo Profeta (sa) ya había partido y se encontraron con él sólo cuando regresaba de la Batalla de Badr, sin embargo, fueron incluidos en la distribución del botín.
Su Santidad (aba) dijo que cuando Abu Sufyan supo que el Santo Profeta (sa) se había puesto en camino para interceptar la caravana, se volvió muy temeroso y envió un mensaje a La Meca incitando a los Quraish. Mientras tanto, Abu Sufyan hacía todo lo posible por evitar a los musulmanes. Tomó un camino alternativo y continuó rápidamente.
Su Santidad (aba) dijo que tres noches antes de que el mensaje de Abu Sufyan llegara a La Meca, la tía paterna del Santo Profeta (sa), Atiqah bint Abdil Muttalib, vio un sueño que le hizo temer la caída de los de La Meca. Vio que un hombre montaba un camello y se detenía entre La Meca y Mina mientras gritaba que todos debían reunirse en el lugar de su muerte en tres días. La gente se reunió a su alrededor, y entonces ella vio que su camello estaba encima de la Ka’bah, y él gritó diciendo lo mismo. Luego lo vio en lo alto de una montaña muy conocida gritando lo mismo. Entonces le vio arrojar una piedra desde la montaña, que se rompió en pedazos, y no hubo una sola casa en La Meca en la que no cayera un trozo de esa piedra. Con el tiempo, se corrió la voz de este sueño entre los habitantes de La Meca. Cuando Abu Yahl se enteró de esto y comenzó a castigar a la familia de Abdul Muttalib, Hazrat Abbas (ra) se sintió obligado a negar que tal sueño hubiera sido visto. Se sintió muy arrepentido de haberlo hecho, y tres días después del sueño decidió ir a ver a Abu Yahl y dejar las cosas claras. Cuando fue, vio a Abu Yahl corriendo hacia la Ka’bah. Esto fue como resultado de que el mensajero de Abu Sufyan había llegado e informado a los de La Meca de la intercepción del Santo Profeta (sa) de su caravana comercial.
Su Santidad (aba) dijo que al oír esta noticia, Abu Yahl comenzó a preparar a los de La Meca para la guerra. Por lo tanto, comenzaron los preparativos, y ellos mismos partieron a la guerra, o patrocinaron a alguien para que saliera a luchar contra los musulmanes. A pesar de que el mensajero había anunciado a los de La Meca que fueran a ayudar a su caravana, al cabo de unos días partieron tras haber hecho los preparativos para la batalla. De hecho, algunos de la Meca habían echado a suertes si debían salir a la batalla, y el resultado les desaconsejó ir. Sin embargo, fue ante la insistencia de Abu Yahl que se vieron obligados a ir.
Su Santidad (aba) dijo que continuaría narrando estos incidentes en el futuro.
Resumen preparado por The Review of Religions