Compañeros de Badr: Hazrat Bilal ibn Rabah (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Compañeros de Badr: Hazrat Bilal ibn Rabah (ra)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Bilal bin Rabah(ra)

Contexto y apariencia

El padre de Hazrat Bilal (ra) se llamaba Rabah y el nombre de su madre era Hamamah. Hazrat Bilal (ra) era esclavo de Umaiyyah bin Jalaf. El título de Hazrat Bilal (ra) era Abu ‘Abdul’lah, pero según otras narraciones, también se le menciona como Abu ‘Abdur Rahman, Abu‘ Abdul Karim o incluso como Abu ‘Amr. La madre de Hazrat Bilal (ra) era de Abisinia, mientras que su padre era de Arabia.

Los investigadores han escrito que era de descendencia abisinia y semita.  En la antigüedad, ciertas tribus semíticas o árabes emigraron a África y se establecieron allí.  Debido a esto, la tez de su descendencia se parecía a la de los nativos de esa región, pero las características y hábitos específicos que se encuentran en la gente de esa región no fueron adoptados por ellos.  Más tarde, algunas de estas personas regresaron a Arabia como esclavos.  Como eran de tez oscura, los árabes solían pensar en ellos como abisinios, es decir, pertenecientes al pueblo de Abisinia.

Según una narración, Hazrat Bilal (ra) nació en La Meca y estaba entre los muwal’lidin. Las personas que no eran de ascendencia puramente árabe solían ser llamados muwal’lideen. Según otra narración, nació en Suraa, un lugar entre Yemen y Abisinia, donde vivían muchas personas de raza mixta. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 174-175) (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2008] 415) (Roshan Satarey az Ghulam Bari Saif Sahib, Vol. 1, p. 145) (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma’rifat al-Sahabah [Mutarjam] Vol. 1 [Maktabah Khalil] 283)

Hazrat Bilal (ra) era de tez marrón oscura; era delgado, tenía el pelo espeso y tenía también un rostro muy delgado. (Roshan Satarey az Ghulam Bari Saif Sahib, Vol. 1, p. 145)

Hazrat Bilal (ra) se casó varias veces. Algunas de sus esposas pertenecían a familias muy nobles de Arabia. El nombre de una de sus esposas era Halah bint ‘Auf, que era hermana de Hazrat‘ Abdur Rahman bin ‘Auf (ra). El nombre de otra esposa era Hind al-Jaulaniyah. El Santo Profeta (sa) también casó a Hazrat Bilal (ra) en la tribu de Banu Bukair. Hazrat Bilal (ra) también estaba relacionado con la familia de Hazrat Abu Dardaa (ra) a través del matrimonio. Sin embargo, no tuvo hijos de ninguno de ellos. (Sheikh Shah Moinuddin Ahmad Nadvi, Siyar al-Sahabah, Vol. 2, Bilal bin Rabah [Karachi, Pakistan: Dar al-Isha‘ah, 2004] 159) (Ibn Hajar al-Asqalani, al-Isabah fi Tamyiz al-Sahabah, Vol. 8, Halah bint Auf [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2005] 339) (Ibn Asakir, Tahdhib Tarikh Dimashq al-Kabir, Vol. 10, Dhikr min Ismih Bilal bin Rabah [Beriut, Lebanon: Da Ihya al-Turah al-’Arabi, 2001] 334)

Hazrat Bilal tenía un hermano que se llamaba Jalid y una hermana que se llamaba Ghafairah. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah, 2016] 418)

El más importante entre los abisinios

El Santo Profeta (sa) declaró: “Bilal es sabiqul habshah, es decir, el creyente más importante de entre los abisinios”. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 175)

Hazrat Anas (ra) narra que el Mensajero de Dios (sa) dijo: “Hay cuatro personas que fueron pioneros en la aceptación del islam: Ana saabiqul ‘Arab, es decir, soy el creyente más importante entre los árabes; Salman saabiqul faaris, es decir, Salman es el creyente más destacado entre los persas; Bilal saabiqul habshah, es decir, Bilal es el creyente más destacado entre los abisinios. Suhaib saabiqur room, es decir, Suhaib es el creyente más importante entre los romanos”. (Shamsuddin adh-Dhahabi, Siyar A‘lam al-Nubala, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Mu‘assisat al-Risalah, 2014] 349)

Aceptación del Islam y dificultades

‘Urwah bin Zubair narra que Hazrat Bilal bin Rabah (ra) estaba entre esas personas que eran consideradas muy débiles. Cuando aceptó el islam, fue perseguido para que volviese a su antigua fe. Sin embargo, ni una sola vez pronunció las palabras que deseaban escuchar de él, que es negar la fe en Dios Altísimo. Por eso Umaiyyah bin Jalaf lo castigó. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 175)

Cuando Hazrat Bilal (ra) aceptó al Santo Profeta (sa), fue perseguido de diferentes maneras. Cuando la gente intensificaba su castigo contra Hazrat Bilal (ra), él decía: “Ahad, Ahad”, es decir, Dios es uno. Sus torturadores le decían que repitiera lo que ellos le decían, pero en respuesta Hazrat Bilal (ra) decía: “Mi boca no puede pronunciar correctamente lo que estáis diciendo”. Según otra narración, cuando los mushrikin (idólatras) lo castigaban para poder disuadirlo de su creencia, Hazrat Bilal (ra) respondía diciendo: “Al’lah, Al’lah”. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar Ihya al-Turath al-‘Arabi, 2017] 175) (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Fikr, 2003] 283)

En una narración se menciona que cuando Hazrat Bilal (ra) se convirtió en musulmán, sus dueños lo agarraron, le pusieron en el suelo y le colocaron piedras y piel de vaca, y le dijeron: “Tus dioses son Lat y ‘Uzza(nombres de ídolos)”. No obstante, Hazrat Bilal (ra) solo repetía, “Ahad, Ahad [Dios es Uno, Dios es Uno]”. Un día, Hazrat Abu Bakr (ra) se acercó a sus dueños y dijo: “¿Por cuánto tiempo seguiréis atormentando a este hombre?.”  Entonces, Hazrat Abu Bakr (ra) pagó siete auqiyah por Hazrat Bilal (ra) y lo liberó. Una auqiyah equivale a cuarenta dinares; es decir, pagó por él doscientos ochenta dirhams. Después de esto, Hazrat Abu Bakr (ra) narró este incidente ante el Santo Profeta (sa) y al escucharlo, el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Abu Bakr! Inclúyeme también en esa buena obra”. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: “¡Oh, Profeta de Al’lah (sa),  ya lo he liberado!”. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah, 2017] 175) (Waheed al-Zaman, Lughat al-Hadith, Vol. 4 [Lahore, Pakistan: Ali Asif Printers, 2002] 527)

Hazrat Abu Bakr (ra) Liberando a Hazrat Bilal (ra)

Hazrat Abu Bakr (ra) compró a Hazrat Bilal (ra) y lo liberó por la causa de Al’lah. Con respecto a la compra, como se ha mencionado anteriormente, Hazrat Abu Bakr (ra) pagó doscientos ochenta dinares, pero según algunas narraciones, Hazrat Abu Bakr (ra) lo compró por cinco auqiyah, es decir, por doscientos dinares. Incluso de acuerdo con otras narraciones, lo compró por siete auqiyah, o sea, doscientos ochenta dinares; y, finalmente, de acuerdo con otras narraciones, por nueve auqiyah, es decir, trescientos sesenta dinares. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2016] 415)

En una narración se menciona que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) compró a Hazrat Bilal (ra), fue colocado debajo de una pila de rocas y Hazrat Abu Bakr (ra) lo compró a cambio de cinco auqiyah de oro. Ante esto, la gente le dijo a Hazrat Abu Bakr (ra) que lo habrían vendido incluso si estuviera dispuesto a dar solo una auqiyah, es decir, cuarenta dinares. En respuesta a esto, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que: “incluso si hubieras estado dispuesto a venderlo por cien auqiyah, o sea, cuatro mil dinares, lo habría comprado por ese precio”. (Shamsuddin adh-Dhahabi, Siyar A‘lam al-Nubala, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Mu’assisat al-Risalah, 2014] 353)

Hazrat A’isha (ra) relata que Hazrat Abu Bakr (ra) liberó a siete esclavos que estaban siendo oprimidos. Hazrat Bilal (ra) y Hazrat ‘Amir bin Fuhaira (ra) estaban entre ellos. (Hakim al-Nishapuri, al-Mustadrak ala al-Sahihain, Vol. 3, Dhikr Bilal bin Rabah, [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah] 321)

Hazrat Yabir bin Abdul’lah relata que Hazrat ‘Umar (ra) solía decir: “Hazrat Abu Bakr (ra) es nuestro líder y ha liberado a nuestro jefe, es decir, a Bilal”. (Sahih al-Bukhari, Kitab Fada‘il Ashab al-Nabi(sa), Bab Manaqib Bilal bin Rabah Maula Abi Bakr, Hadith 3754)

Al mencionar el castigo infligido a Hazrat Bilal (ra) y el incidente de Hazrat Abu Bakr que lo liberó, Hazrat Jalifat-ul-Masih II (ra) declara:

“Los esclavos que aceptaron al Santo Profeta (sa) pertenecían a varias naciones. Había abisinios como Bilal (ra) y romanos como Sohaib (ra). Había cristianos como Yubair (ra) y Sohaib (ra), e idólatras como Bilal (ra) y ‘Ammar (ra).

El dueño de Bilal (ra) lo hacía acostarse en arena ardiente y le colocaba piedras encima, o hacía que los niños saltaran sobre su pecho. Bilal (ra), que era de ascendencia abisinia, era esclavo de Umayyah bin Jalaf, un jefe de La Meca. Umayyah lo llevaba fuera de La Meca al mediodía, bajo el sol ardiente, lo hacía acostarse desnudo sobre la arena ardiente, colocaba piedras pesadas en su pecho y decía que aceptara la divinidad de Lat y ‘Uzza, y renunciara a Muhammad (sa)! En respuesta, Bilal decía, “Ahad, Ahad“, o sea, Dios es Uno, Dios es Uno. El hecho de escuchar repetidamente esta respuesta enfureció aún más a Umayyah, por lo que ató una cuerda alrededor del cuello de Bilal (ra), lo entregó a los gamberros y les dijo que lo arrastraran por las piedras de las calles de La Meca. Como resultado de esto, su cuerpo estaba cubierto de sangre, pero seguía diciendo: “Ahad, Ahad“;  o sea, Dios es Uno, Dios es Uno. Después de un tiempo, cuando Dios Altísimo concedió la paz a los musulmanes en Medina y pudieron adorar en libertad, el Santo Profeta (sa) nombró a Bilal (ra) para realizar el azán [la llamada a la oración]. Cuando este esclavo abisinio decía as-hadu Al’lah ilaha il’lal’lahu, en lugar de ash-hadu Al’lah ilaha il’lallahu [doy testimonio de que no hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah], durante el adhan, la gente de Medina, que no estaba al tanto de sus circunstancias, empezaba a reírse.

Una vez, cuando el Santo Profeta (sa) vio a la gente de Medina riéndose del azán de Hazrat Bilal (ra), se volvió hacia ellos y les dijo: ‘vosotros os ríes mientras Bilal (ra) llama al azán , pero Dios escucha su azán en los cielos y está complacido. ‘El Santo Profeta (sa) estaba indicando el hecho de que todo lo que vieron fue que Bilal (ra) no podía pronunciar la letra árabe “shin” , pero qué valor hay en un mero  acento  al pronciar “shin” o “sin” . Dios Altísimo sabe que cuando lo obligaban a tumbarse en arena ardiente con la espalda desnuda y esa gente traicionera le pisaba el pecho con los zapatos, y le preguntaban si había aprendido la lección o no, él respondía en su acento extranjero árabe y anunciaba su continua creencia en la Unidad de Dios Altísimo diciendo ¡Ahad! ¡Ahad! [Dios es Uno], lo que demuestra su dedicación, su fe en la Unidad de Dios y la resolución de su corazón. Por lo tanto, su as-hadu fue de mucho mayor valor que el ash-hadu de muchas personas.

Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) vio la crueldad con que se trataba a Hazrat Bilal (ra), pagó a su amo y lo liberó. De manera similar, hubo muchos esclavos a quienes Hazrat Abu Bakr (ra) liberó pagando con su dinero. (Dibacha Tafsir-ul-Quran, Anwar-ul-Ulum, Vol. 20, pp. 193-194)

Entre los primeros en aceptar el Islam

Hazrat Bilal (ra) se encuentra entre los principales creyentes, porque  aceptó el islam en un momento en que sólo siete personas habían anunciado su aceptación”. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah, 2017] 176)

Hazrat Abdul’lah bin Masud (ra) narra que hubo siete personas que inicialmente anunciaron su aceptación del islam: el Santo Profeta (sa), Abu Bakr (ra), Ammar (ra) y su madre Sumayyah (ra), Suhaib (ra), Bilal (ra) y Miqdad (ra). Se narra que Dios Altísimo mantuvo al Santo Profeta (sa) a salvo por medio de su tío Abu Talib y de Hazrat Abu Bakr (ra), por medio de su pueblo, pues como mencioné en un sermón anterior, el Santo Profeta (sa) no estuvo exento de las penurias sufridas por los oponentes, ni la gente de Hazrat Abu Bakr (ra) pudo mantenerlo a salvo de sus crueldades. Ambos también tuvieron que soportar crueldades extremas. Hubo cierta indulgencia al principio, pero luego hubo grandes dificultades. En cualquier caso, este es el relato del narrador y dice que ambos tenían a alguien que los apoyaba, alguien que hablara por ellos. Sin embargo, los demás, que eran demasiado débiles o eran esclavos, acabaron siendo víctimas de los incrédulos. Los encadenaban con grilletes de hierro y se quemaban al sol. Todos ellos finalmente cedieron a las demandas de los incrédulos, excepto Bilal (ra). Por la causa de Al’lah, su propio ser carecía de importancia para él. Por eso Hazrat Bilal (ra) siempre permaneció firme. También fue considerado como un ser insignificante por su nación, así que le agarraban y llamaban a los jóvenes para que le arrastraran por los valles de La Meca; y continuamente Bilal (ra) continuaba diciendo ¡Ahad! ¡Ahad! Este relato es de Ibn Mayah (not in English text). (Sunan Ibn Majah, Fada‘il Bilal, Hadith 150, Noor Foundation translation)

En un momento dado, hablando sobre Hazrat Bilal (ra) y su aceptación al inicio del islam, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) relata que Hazrat Jubab (ra) también fue uno de los creyentes más prominentes y hay una diferencia de opinión sobre si él o Hazrat Bilal (ra) aceptó el islam primero.  El Santo Profeta (sa) dijo en una ocasión que un esclavo y un hombre libre fueron los primeros en aceptarle. Algunos creen que esto se refiere a Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Abu Bakr (ra), mientras que otros piensan que se refiere a Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Jubab (ra). (Misri Sahib ke Khilafat se Inhiraf ke Muta‘aliq Taqrir, Anwar-ul-Ulum, Vol. 14, p. 598)

Dificultades después de aceptar el Islam

En su libro, Sirat Jatamun Nabiyin (La vida y carácter del Sello de los Profetas -sa-), Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe acerca de las dificultades que tuvo que soportar Hazrat Bilal (ra), de la siguiente manera:

“Bilal bin Rabah (ra) era el esclavo abisinio de Umaiyyah bin Jalaf. En el calor abrasador de la tarde, cuando la superficie pedregosa de La Meca ardía como un horno, Umaiyyah le sacaba y le quitaba la ropa. Le hacía tumbarse y colocaban grandes rocas ardientes sobre su pecho, y decían: “Adora a Lat y Uzza, y abandona a Muhammad, o te torturaré hasta la muerte”. Bilal (ra) tenía un conocimiento limitado del árabe.  Solo respondía diciendo: “Ahad, Ahad“, que significa: “Al’lah es Uno, Al’lah es Uno.“Esta respuesta enfurecía más aún a Umaiyya y entonces le ataba una cuerda alrededor de su cuello y le entregaba a los malhechores de La Meca, que le arrastraban por las calles rocosas de la ciudad hasta que su cuerpo se empapaba de sangre.  Pero la única palabra que salia de sus labios era “Ahad, Ahad“. Hazrat Abu Bakr (ra), al ver la persecución que sufría este esclavo, le compró por un precio elevado y le liberó”. (Sirat Khatamun-Nabiyyin, Hazrat Mirza Bashir Ahmad(ra), p. 140)

Migración a Medina

Cuando Hazrat Bilal (ra) emigró a Medina, se quedó en casa de Hazrat Sa’d (ra) bin Jaithamah. El Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Ubaidah bin Hariz (ra); según otra narración, el Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de  hermandad entre Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Ruwayha Jathami (ra). (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 176)

Cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Medina, algunos Compañeros comenzaron a ponerse enfermos. Entre ellos: Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Amir 0bin Fuhayrah (ra). Hazrat ‘Aisha (ra) relata que cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Medina, Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Bilal (ra) tenían fiebre. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) padecía fiebre, recitaba un pareado árabe cuya traducción es: “cuando una persona se despierta en su casa, le saludan diciendo ‘buenos días’, a pesar de que su estado es tal que está más cerca de la muerte que los lazos de sus zapatos”. Cuando la fiebre de Hazrat Bilal (ra) bajaba, gritaba en voz alta y recitaba el siguiente pareado cuya traducción es: “si tan solo supiera si volveré a pasar una noche en La Meca, rodeado de hierbas Idhkir y Yalil; o si iré alguna vez a Mayannah y beber sus aguas”.

Mayannah se ubica a unas pocas millas de La Meca, cerca de Marruz Zahran. Durante la época de la yahiliya (el periodo de ignorancia anterior al advenimiento del islam), había un festival famoso organizado por los árabes en Marruz Zuhran, después del festival de Ukaz. Tras el festival de Ukaz, los árabes se trasladaban a Mayinnah y se quedaban allí 20 días. En cualquier caso, Hazrat Bilal (ra) se preguntaba si alguna vez más bebería el agua de allí y dijo: “¿acaso alguna vez veré las montañas Shaamah y Tafil?” (decía esto en forma de un pareado poético). Tafil es una montaña ubicada aproximadamente a dieciséis kilómetros de La Meca y hay otra montaña cerca llamada Shaamah. Luego Hazrat Bilal (ra) solía decir: “¡Oh Al’lah! Malditos sean Shi’bah bin Rabi’ah, Utbah bin Rabi’ah y Umaiyyah bin Jalaf, porque nos han exiliado de nuestra tierra a otra tierra afligida con la enfermedad”. Al escuchar estas palabras de Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Bilal (ra), el Santo Profeta (sa) oró: “¡Oh Al’lah! Haz que Medina sea tan querida para nosotros como La Meca, o incluso más que eso. ¡Oh, Al’lah! Bendice nuestro Sa’ y nuestro Mudd“, (Sa’ y Mudd eran los nombres de las balanzas de uso común); y haz que Medina sea un lugar que nos otorgue salud y envía sus enfermedades hacía Juhfa”. Juhfa era otra ciudad en dirección a La Meca. Hazrat ‘Aisha (ra) relata: “cuando llegamos a Medina, era el lugar más afligido por la enfermedad en la tierra de Al’lah”. Y añadió: “Había agua que fluía en el arroyo de Buthan, pero incluso ese agua tenía un olor rancio”. Buthan es el nombre de un valle de Medina. Esta narración es de Bujari (not in English text). (Sahih al-Bukhari, Kitab Fada‘il al-Madinah, Bab Karahiyyat al-Nabi(sa) an Ta‘ra al-Madinah, Hadith 1889) (Sayyid Fadl al-Rahman, Farhang-i-Sirat [Karachi, Pakistan: Zawwar Academy Publications, 2003] 58, 180, 259) (Shama‘il al-Nabi(sa), p. 76, footnote) (Sharh Zurqani ala al-Mawahib al-Laduniyyah, Vol. 2, p. 172, [Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah, Beirut])

Durante la emigración de Qadián, Hazrat Musleh Maud (ra) dio consejos especialmente a los áhmadis en referencia a la migración a Medina, diciendo: “no debemos preocuparnos por esta emigración”. En esa época, y refiriéndose a la anécdota de Hazrat Bilal (ra) y mencionando las instrucciones del Santo Profeta (sa), Hazrat Musleh Maud (ra) dijo a su Comunidad: “desconozco la situación de los demás y no puedo hablar por ellos (es decir, los musulmanes no áhmadis que han emigrado), pero a los áhmadis os digo que debéis abandonar el pensamiento de que habéis sufrido pérdidas, (o sea, que habéis tenido que emigrar y lo habéis perdido todo). El Santo Profeta (sa) se compadecía de aquellos muhayirin (los Compañeros que emigraron) que lamentaban la pérdida de sus hogares y pertenencias. Cuando el Santo Profeta (sa) emigró a Medina, que se conocía como Yathrib, la malaria estaba muy extendida allí. La malaria comenzó a propagarse y los muhajirin cogieron fiebre. Por un lado, los musulmanes sufrían por la separación de su tierra natal y algunos de ellos empezaron a gritar y a llorar al recordar La Meca. Un día, Hazrat Bilal (ra) también cogió la fiebre, así que empezó a gritar algunos pareados que había formado. Cuando el Santo Profeta (sa) lo miró, expresó su decepción y dijo: “¿Es esto todo lo que has venido a hacer aquí?”. En otras palabras, había emigrado y no había razón para llorar por ello”.

En ese momento, Hazrat Musleh Maud (ra) aconsejó a los áhmadis que habían emigrado de la India a Pakistán: “Yo también os digo que permanezcáis felices. No os concentréis en lo que hayáis perdido, sino que concentraos en Aquél por quién lo habéis perdido. Si todo lo que habéis perdido es únicamente por Dios Altísimo y por el éxito del islam, entonces sed felices y no os aflijáis. Vuestros rostros no deben mostrar signos de tristeza, sino que los signos de alegría deben ser visibles en ellos”. (Qadian se Hamari Hijrat, Anwar al-Ulum, Vol. 21, p. 379)

Entonces, los áhmadis teníamos esta mentalidad al emigrar y este fue el consejo del Jalifa de la época: que nuestra emigración fue por la causa de Al’lah y por el servicio al islam. Hoy día, las mismas personas que estaban en contra del establecimiento de Pakistán, dicen ser las que han sentado las bases para Pakistán; y a través de la mentira y el engaño, están privando a los áhmadis de sus derechos básicos, en ese mismo país, por el que los áhmadis hicieron los mayores sacrificios. El parlamento de Pakistán, por sus propios motivos políticos, nos ha prohibido incluso usar el nombre de la religión, por cuyo triunfo y servicio emigramos. De todos modos, no requerimos su aprobación, pero ciertamente sentimos dolor porque al perseguir a los áhmadis, la injusticia de estos supuestos custodios del país no se ha limitado solo a los áhmadis, sino que además han cometido una injusticia contra el mismo Pakistán y continúan haciéndolo. De hecho, son un medio para deshonrar al país a nivel mundial y se han convertido en un obstáculo para su avance. Si no fuera por ellos, el país podría haber avanzado de éxito en éxito. Han devorado el país como termitas. A pesar de esto, es el deber de los áhmadis pakistaníes, especialmente aquellos que viven en Pakistán, emplear todas sus habilidades para servir al país y rezar para que Dios Altísimo lo purifique de estos opresores”. En fin, la mención de este incidente me ha salido, así que he mencionado lo dicho en relación con ello. Volveré ahora a los relatos sobre Hazrat Bilal (ra). (not in English text)

Participación en Batallas

Hazrat Bilal(ra) participated in the battles of Badr, Uhud, Khandaq and in all other battles including the Battle of Badr. (different in Spanish text) En al-Tabaqat al-Kubra se menciona que Hazrat Bilal (ra) participó en las batallas de Badr, Uhud, Jandaq y en todas las demás batallas junto al Santo Profeta (sa). (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 180)

Durante la batalla de Badr, Hazrat Bilal (ra) mató a Umaiyyah bin Jalaf, quien era un enemigo acérrimo del islam y que solía perseguir a Hazrat Bilal (ra) por aceptar el islam. (Sheikh Shah Moinuddin Ahmad Nadvi, Siyar al-Sahabah, Vol. 2, Bilal bin Rabah [Karachi, Pakistan: Dar al-Isha‘ah, 2004] 256)

El incidente en torno al asesinato de Umaiyyah se menciona en Sahih al-Bujari, que he citado anteriormente en relación con Jubaib bin Ausaf (ra). Sin embargo, también narraré algunos de estos detalles, ya que también se relacionan directamente con Hazrat Bilal (ra).

Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) relata: “Le escribí una carta a Umaiyyah bin Jalaf en la que le indicaba que debía cuidar de mi propiedad y mi familia en La Meca, que en ese momento se había convertido en un lugar en guerra y yo, a su vez, cuidaría de sus bienes en Medina”. Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) conocía a Umaiyyah bin Jalaf desde hacía mucho tiempo. Umaiyyah bin Jalaf además participó en la batalla de Badr junto al ejército de los incrédulos y Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) se enteró de esto. Debido a que tenían esa relación de antaño, quiso hacerle un favor; así que la noche después de la batalla quiso salvarlo. Por eso, mientras estaba en la batalla, relata: “Cuando todos se durmieron, me dirigí hacia la cima de una colina para darle refugio. Sabía en qué dirección se habría ido, así que yo también fui allí para protegerlo y ofrecerle refugio, pero de alguna manera, en ese momento, Hazrat Bilal (ra) lo vio. Por lo tanto, Hazrat Bilal (ra) fue y se paró en una reunión de los Ansar, diciendo: “Umaiyyah bin Jalaf está cerca; si escapa, entonces mi vida correrá peligro”. Entonces, un grupo de personas que estaban con Hazrat Bilal (ra) salieron para perseguirnos. Temiendo que nos atraparan, dejé atrás al hijo de Umaiyyah para que primero se pelearan con él y pudiéramos avanzar más adelante. Posteriormente, lo mataron en batalla, por lo que este plan mío no tuvo éxito, ya que lo mataron y continuaron persiguiéndonos. Umaiyyah, al ser de una complexión fuerte, no pudo escapar rápidamente. Finalmente, cuando nos alcanzaron, le dije que se sentara. Entonces, se sentó y me puse sobre él para protegerlo, pero ellos, es decir, los que nos perseguían, lo mataron atravesándolo con sus espadas debajo de mí, y uno de ellos también me hirió el pie con su espada”. (Sahih al-Bukhari, Kitab al-Wakalah, Bab idha Wakkala al-Muslim…, Hadith 2301)

Narraré una parte de otra narración en la que se menciona este incidente. Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) relata: “Estaba caminando con ambos (es decir, Umaiyyah bin Jalaf y su hijo) cuando, de repente, Hazrat Bilal (ra) vio a Umaiyyah conmigo. Umaiyyah era quien solía torturar mucho a Hazrat Bilal (ra) en La Meca para que abandonara el islam. Por lo tanto, cuando Hazrat Bilal (ra) vio a Umaiyyah, empezó a decir: “Umaiyyah bin Jalaf, el jefe de los incrédulos está aquí y no sobreviviré si se salva”.

Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) narra además: “Después de escuchar esto le dije ‘¡Oh Bilal! ¿Está diciendo esto sobre mis prisioneros? A continuación, Hazrat Bilal (ra) repitió una vez más lo que estaba diciendo y cada vez yo respondía de la misma manera diciendo que ellos eran mis prisioneros. Después de esto, Hazrat Bilal (ra) dijo las siguientes palabras en voz muy alta: ‘¡Oh Ansar (ayudantes de Al’lah),  este es Umaiyyah bin Jalaf, el jefe de los incrédulos. “Será mi ruina si se salvara”, y continuó diciendo esto una y otra vez.

Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) dijo entonces: “Siguiendo esa llamada suya, los Ansar corrieron hacia adelante y nos rodearon por todos lados. Hazrat Bilal (ra) sacó su espada y atacó al hijo de Umaiyyah, y como resultado se cayó. Por temor a qué pasaría con su hijo, Umaiyyah gritó tan espantosamente que nunca había oído algo así antes. Después de eso, los Ansar los golpearon con sus espadas”. (Ali bin Burhan al-Din al-Halabi, al-Sirah al-Halabiyyah, Vol. 2, Bab Dhikr Maghaziyat al-Nabi(sa)/Gahzwat Badr al-Kubra [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah] 232-233)

Secretario y tesorero del Santo Profeta (sa)

Según otro relato, Hazrat Bilal (ra) era el secretario o tesorero del Santo Profeta (sa). (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2008] 415)

Una persona preguntó una vez a Hazrat Ibn ‘Abbas (ra): “¿También acompañaste al Santo Profeta (sa) en algún viaje?”. Y respondió: “Si no fuera por mi relación con el Santo Profeta (sa), no habría podido participar en ningún viaje con él”. Lo que quiso decir con esto es que tuvo la oportunidad de viajar con él porque era joven y porque estaba emparentado con el Santo Profeta (sa). Luego dice: “El Santo Profeta (sa) llegó cerca del cartel que estaba cerca de la casa de Hazrat Kazir bin Salat, y dio un discurso a los Compañeros. Luego fue a las mujeres y les dio algunos consejos, y las instruyó para que dieran limosna. Las mujeres bajaron las manos para quitarse los anillos y una tras otra los colocaron en la tela de Hazrat Bilal (ra), que estaba con él en ese momento”. Este es el relato de Hazrat Ibn ‘Abbas (ra). Después de eso, él y el Santo Profeta (sa) regresaron a casa. (Sahih al-Bukhari, Kitab al-Adhan, Bab Wudu al-Sibyan wa mata Yajibu ‘alaihim al-Ghusl…, Hadith 863)

Hazrat Anas bin Malik (ra) afirma: “El Santo Profeta (sa) me dijo: ‘He sufrido tanta aflicción en el camino de de Al’lah que ninguna otra persona podría sufrirlo. He sido amenazado tanto en el camino de Al’lah, que ninguna otra persona puede ser amenazada en esa medida. A veces pasaban tres noches en las que no nos traerían a mí y a Bilal (ra) ningún alimento que un ser vivo podiera comer, excepto el que se podía esconderse bajo el brazo de Bilal (ra) (es decir, sólo tenían muy poca comida)”. (Sunan Ibn Majah, Fada‘il Bilal, Hadith 150, Noor Foundation translation)

El primer Muazzin

Hazrat Bilal (ra) tuvo el honor de ser el primer muazzin (el que llama al azán, la llamada a la oración). Ya sea que el Santo Profeta (sa) estuviera de viaje o en casa, Hazrat Bilal (ra) fue el muazzin del Santo Profeta (sa) durante toda su vida. Fue la primera persona en el islam en hacer el azán. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2008] 416)

Muhammad bin Abdul’lah bin Zaid narra de su padre, que declaró que el Santo Profeta (sa) pensaba en diferentes formas de llamar a la gente a la oración, como usando una trompeta o una campana. Así que el Santo Profeta (sa) ordenó que se usaran dichos medios y se actuó en consecuencia, (esta es una narración de Bujari). Por su parte, los Compañeros dieron sugerencias para que se usara una campana o un cuerno. Fue entonces cuando a Hazrat Abdul’lah bin Zaid (ra) se le mostró un sueño. Él relató: “Vi a un hombre que llevaba dos paños verdes con una campana en la mano. Le dije a ese hombre: ‘¡Oh siervo de Al’lah! ¿Me venderías esa campana? Y le preguntó: “¿Qué harás con ella? Le respondí: “Con ella llamaré a la gente para que venga a rezar. Luego dijo: “¿Te enseño algo mejor que eso?” y le pregunté qué era. Luego gritó las palabras del azán en su totalidad:

[ÁRABE]

Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande.

Doy testimonio de que no hay digno de ser adorado excepto Al’lah, Doy testimonio de que no hay digno de ser adorado excepto Al’lah,

Doy testimonio de que Muhammad (sa) es el Mensajero de Al’lah, doy testimonio de que Muhammad (sa) es el Mensajero de Al’lah.

Venid a la salat, venid a la oración;

venid al éxito, venid al éxito.

Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande.

No hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah.

El narrador afirma que Hazrat Abdul’lah bin Zaid (ra) fue al Santo Profeta (sa) y le contó su sueño. Hazrat Abdul’lah dijo: “¡Oh Mensajero de Al’lah! Vi a una persona que llevaba dos paños verdes con una campana en la mano… Luego relató todo el sueño. El Santo Profeta (sa) dijo a los Compañeros: “Vuestro hermano ha visto un sueño”. Luego instruyó a Abdul’lah bin Zaid (ra) que fuese a la mezquita con Bilal (ra) y le enseñara estas palabras, y que Bilal (ra) las recitara en voz alta, porque tenía una voz más fuerte en comparación con él. Hazrat Abdul’lah bin Zaid (ra) narra que yendo con Bilal (ra) a la mezquita le recitaba esas palabras y las repetía en voz alta. Cuando Hazrat ‘Umar bin Jattab (ra) oyó estas palabras, salió de su casa y dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah! Juro por Al’lah que he visto el mismo sueño que él ha visto”.  (Sunan Ibn Majah, Kitab al-Azan, Bab bad‘ al-adhan, Hadith 706) (Sahih al-Bukhari, Kitab al-Azan, Bab Bad’ al-Azan, Hadith 604)

Explicando esto, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“Hasta ahora no había ningún arreglo para una llamada a la oración, o azán, etc. Los Compañeros generalmente se reunían en la mezquita por su cuenta a la hora aproximada. Sin embargo, esta disposición no era satisfactoria. Tras la construcción de Masyid-e-Nabawi o Mezquita del Profeta, se sintió aún más la necesidad de saber cómo se congregarían los musulmanes en el momento oportuno. Un Compañero propuso el uso de una campana, como los cristianos. Alguien propuso el uso de una trompeta, como los judíos; y otros hicieron otras sugerencias. Sin embargo, Hazrat ‘Umar (ra) propuso que se designe a una persona para anunciar que es la hora de la salat a la hora designada. El Santo Profeta (sa) aprobó esta propuesta y nombró a Hazrat Bilal (ra) para cumplir con este deber. Así, después de esto, cuando llegaba el momento de la salat, Hazrat Bilal (ra) anunciaba en voz alta:

[ÁRABE]

¡Reúnanse para la salat!

Y la gente se congregaba para la oración. De hecho, también se hacía la misma llamada si era necesario congregar a los musulmanes en la mezquita para un propósito distinto de la salat. Algún tiempo después, las palabras del actual azán fueron enseñadas en un sueño a un Compañero llamado Abdul’lah bin Zaid Ansari (ra). Se presentó ante el Santo Profeta (sa) y mencionó este sueño diciendo: “He visto a un individuo en mi sueño gritar tales y tales palabras como si llamara al azán”. El Santo Profeta dijo: “Este sueño es de Al’lah”, e instruyó a Abdul’lah (ra) para que enseñara estas palabras a Bilal (ra). Una extraña coincidencia fue que cuando Bilal (ra) pronunció el azán con esas palabras por primera vez, al oírlas, Hazrat ‘Umar (ra) se apresuró a hablar con el Santo Profeta (sa) y dijo: ¡Oh Mensajero de Al’lah! Hoy, las palabras con las que Bilal (ra) llamó al azán fueron exactamente las que también vi en mi sueño. En otra narración también se ha relatado que cuando el Santo Profeta oyó estas palabras del azán, dijo:”La revelación ya ha sido enviada así”. Por lo tanto, de esta manera, el método actual de azán comenzó.

El método que comenzó de esta manera es tan bendito y atractivo que ningún otro método se puede comparar con él. En otras palabras, la Unidad de Dios y el profetazgo de Muhammad (sa), el Mensajero de Al’lah, se proclama cinco veces al día desde cada mezquita, en cada pueblo, en cada ciudad del mundo islámico. Un resumen de las enseñanzas islámicas es transmitido al pueblo, en palabras extremadamente bellas y comprehensivas”. (Sirat Khatamun-Nabiyyin, Hazrat Mirza Bashir Ahmad(ra), pp. 271-272)

Musa bin Muhammad narra con la autoridad de su padre, que después de que Hazrat Bilal (ra) realiza al azán, iba a informar al Santo Profeta (sa). De pie junto a su puerta, Hazrat Bilal (ra) recitaba:

[árabe]

Que significa: “Venida a la oración, venid al éxito”. Venga a la salat, oh Mensajero de Al’lah”. Luego, al ver al Santo Profeta (sa) acercarse para rezar, Hazrat Bilal (ra) recitaba el iqamah. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 176-177)

Este aspecto de esta narración no está claro. El iqamah normalmente se recita cuando el imam se ha puesto en su lugar para la oración en el mihrab. La verdad es que o bien esta narración no ha sido registrada correctamente, o tal vez no ha sido traducida con precisión, ya que la práctica correcta es que el iqamah debe ser recitado cuando el imam está de pie en el mihrab listo para la oración.

En Sunan Ibn Mayah, Hazrat Bilal (ra) ha narrado un relato en el que se afirma que una vez fue a llamar al Santo Profeta (sa) para rezar, pero se le informó que estaba dormido. Hazrat Bilal (ra) entonces dijo:

[árabe].

[La salat es mejor que el sueño].

Estas palabras fueron incorporadas en el azán para la oración del fáyar y esto se convirtió en la práctica establecida. (Sunan Ibn Majah, Kitab al-Adhan, Bab al-Sunnah fi al-Adhan, Hadith 716)

En otra narración se dice que el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Bilal, qué majestuosas son estas palabras! Inclúyelas en en azán para la oración de fáyar”. (Imam al-Tabarani, al-Mu‘jam al-Kabir, Bilal bin Rabah, Vol. 1, Hadith 1081 [Beirut, Lebanon: Dar Ihya al-Turath al-Arabi, Beirut, 2002] 355)

En la época del Santo Profeta (sa), había tres “muazins”: Hazrat Bilal (ra), Abu Mahzura y Amr bin Umme Maktum. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah, 2017] 177)

(Friday Sermon – September 18, 2020 )

https://www.ahmadiyya-islam.org/es/sermones-de-los-viernes/2020/09/18/los-companeros-sahaba-del-profeta-muhammad-sa-hazrat-bilal-bin-rabah-ra/

https://www.ahmadiyya-islam.org/es/sermones-de-los-viernes/2020/09/18/los-companeros-sahaba-del-profeta-muhammad-sa-hazrat-bilal-bin-rabahra/ (two links. I think they are the same)

La Ofrenda de la Oración del Fajr Después del Amanecer

Hazrat Abu Huraira (ra) relata que cuando el Mensajero de Dios (sa) regresaba de la expedición a Jaibar, caminó toda la noche y se detuvo a descansar, exhausto.   Le dijo a Bilal (ra) que tomara nota de la hora de las oraciones durante la noche (es decir, que estuviera atento y lo despertara para la oración de fáyar). Entonces, Hazrat Bilal ofreció tantos nawāfil u oraciones voluntarias por la noche como pudo, mientras el Mensajero de Dios (sa) y sus Compañeros dormían. Cuando se acercó el momento de la oración de fáyar, Bilal (ra) miró en dirección a la salida del sol y se sentó, apoyado en su camello, pero el sueño le venció. Ni Bilal (ra), ni tan siquiera alguno de los otros Compañeros se despertaron hasta el amanecer.

Más tarde, el Mensajero de Dios (sa) fue el primero en despertarse y dijo preocupado: ¡Oh Bilal! ¡Oh Bilal! Él respondió: ¡oh Mensajero de Dios (sa)!  ¡Que mi padre y mi madre sean sacrificados por usted! El mismo poder que ha dominado mi alma ha sido el que también ha podido contigo; o sea, también había sido vencido por el sueño. El Santo Profeta (sa) les ordenó entonces que se pusieran en marcha, así que cabalgaron en sus monturas durante una corta distancia. El Mensajero de Dios (sa) los detuvo después de una corta distancia y realizó la ablución, luego dio órdenes a Bilal (ra), quien pronunció el iqāmat, y después el Santo Profeta (sa) les dirigió a todos en la oración de la mañana, una vez que el sol había salido. Pero al terminar la oración, dijo que “cuando alguien se olvide de ofrecer una oración, debe rezar [la oración perdida] en cuanto se acuerde, porque Dios Altísimo ha dicho: y observad la oración para recordarme”. (Sunan Ibn Majah, Kitab al-Salat, Bab man naama ‘an al-Salat wa nasiyaha, Hadith 697)

La conquista de La Meca y la insignia de Hazrat Bilal (ra)

El día de la conquista de La Meca, cuando el Mensajero de Dios (sa) entró en la Ka’abah, Hazrat Bilal (ra) también lo acompañaba. Sobre esto, Hazrat Ibn ‘Umar narra:

“El Santo Profeta (sa) llegó a La Meca el día de la conquista de la misma y mandó llamar a ‘Uzmán bin Talha (ra). Este abrió la puerta de la Ka’abah y el Santo Profeta (sa), Hazrat Bilal (ra), Hazrat Usama bin Zaid (ra) y Hazrat ‘Uzmán bin Talha (ra) entraron y a continuación cerraron la puerta. Se quedaron allí un tiempo y luego salieron. Hazrat Ibn ‘Umar dice además: fui rápidamente hacia Hazrat Bilal y le pregunté qué había sucedido dentro,  y respondió: él (es decir, el Santo Profeta -sa-) oró en la Ka’abah. Y le pregunté: ¿dónde? Él respondió: entre estos pilares”. Hazrat Ibn ‘Umar también dijo: “olvidé preguntarle cuántos rak’ats [unidades de oración] había ofrecido”. (Sahih al-Bukhari, Kitab al-Salat, Bab al-Abwab wa al-Ghalaq li al-Ka‘bah wa al-Masajid, Hadith 468)

Hazrat Bilal (ra) indicó más tarde a la gente en qué lugar de la Ka’abah había rezado el Santo Profeta (sa).

Ha sido narrado por Hazrat Ibn Abi Mulaika que:

“El día de la conquista de La Meca, el Mensajero de Dios (sa) ordenó a Hazrat Bilal que pronunciara el azán (la llamada a la oración) desde el techo de la Ka’abah. Así que Hazrat Bilal pronunció el azán desde el techo de la Ka’abah”. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 177)

Hazrat Jalifatul Masih II (ra), al mencionar a Hazrat Bilal (ra) en relación con la conquista de La Meca, afirma:

“Hazrat Abbas (ra) tomó a Abu Sufián y se acercó al Santo Profeta (sa) durante una reunión. El Santo Profeta (sa) vio a Abu Sufián y le dijo: ¡ay de ti! ¿Todavía no crees que Dios es Uno? Abu Sufián respondió: ¿por qué no iba a creerlo? Si hubiera otro dios, ¿no nos habría ayudado? Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo: ¡ay de ti! ¿Todavía no crees que Muhammad (sa) es el Profeta de Dios? Pero él respondió que todavía no estaba seguro de eso. Entonces, Hazrat Abbas (ra) le dijo a Abu Sufián: ¡oh alma desafortunada! ¡Jura tu lealtad, porque a través de la misma tú y tu nación os salvaréis! Abu Sufián respondió: Muy bien, lo haré. Así pues, ante la insistencia de Hazrat Abbas, hizo el bai’at [juramento de lealtad] en esa ocasión, pero su corazón no estaba completamente convencido de ello. Sin embargo,  más tarde se convirtió en un verdadero musulmán. A pesar de eso, realizó el bai’at y Hazrat Abbas (ra) le dijo que pidiera entonces que se perdonara a su nación, o de lo contrario sería destruida. En ese momento, los corazones de los Muhayirin [inmigrantes musulmanes de La Meca a Medina] estaban atemorizados. Eran originarios de La Meca y creían que, una vez que el honor de La Meca fuera destruido, no podría restaurarse; y a pesar de haberse enfrentado a una gran tortura, rezaron por una solución pacífica.

No obstante, al mismo tiempo, los Ansar [los musulmanes que vivían en Medina] estaban llenos de emoción y celo. El Santo Profeta (sa) le dijo: ¿Qué has venido a pedir? En respuesta Abu Sufián dijo: ¡oh Mensajero (sa) de Al’lah! ¿No mostrarás misericordia a tu gente? En verdad eres misericordioso y benevolente. Además, soy tu pariente, tu hermano, y también debería ser honrado de alguna manera, porque ahora me he unido al islam. El Santo Profeta (sa) dijo: ¡muy bien! Ve y anuncia en La Meca que todo el que entre en la casa de Abu Sufián recibirá protección.  Él respondió: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! Mi casa tiene un tamaño limitado, así que  ¿cuántas personas podría alojar? Esta es una ciudad muy grande, ¿cómo pueden todos sus habitantes alojarse en mi casa? El Santo Profeta (sa) luego dijo: ¡muy bien! Cualquiera que entre en la Ka’abah recibirá refugio.

Abu Sufián respondió: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! Algunas personas se quedarán sin protección. El Santo Profeta (sa) dijo: ¡muy bien! El que arroje sus armas quedará en paz. Abu Sufián respondió: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! Todavía quedarán algunas personas. El Santo Profeta (sa) dijo: ¡muy bien! Quien cierre las puertas de su hogar también recibirá refugio. Abu Sufián respondió: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! Los pobres que viven en las calles serán asesinados. El Santo Profeta (sa) dijo: “¡muy bien! Prepara una bandera para Bilal y tráemela.

Abi Ruwayha (ra) era uno de los Compañeros y cuando el Santo Profeta (sa) formó lazos de hermandad en Medina entre los Muhayirin y los Ansar, estableció también un vínculo de hermandad entre Abi Ruwayha (ra) y Bilal (ra). Quizás Bilal (ra) no estuvo presente en ese momento, por la razón que fuera,  pero el Santo Profeta (sa) mandó hacer una bandera para Bilal (ra), se la dio a Abi Ruwayha (ra) y dijo: esta es la bandera de Bilal. Ve a la ciudad y anuncia que se le concederá refugio a quien esté bajo la bandera de Bilal. Abu Sufián dijo: Esto es suficiente. La Meca ahora se salvará”. Luego pidió permiso para irse. El Santo Profeta (sa) dijo: ¡puedes irte! Dado que el líder ya había aceptado la derrota, ya no importaba si recibían dichas noticias o no.

Abu Sufián entró nervioso en La Meca y dijo repetidamente: ¡oh pueblo! Cerrad las puertas de vuestras casas. ¡Oh pueblo! Arrojad vuestras armas. ¡Oh pueblo! Entrad en la Ka’abah. La bandera de Bilal se ha levantado en alto, id y quedaros debajo de ella. Mientras tanto, la gente comenzó a cerrar sus puertas. Algunos empezaron a entrar en la Ka’abah y otros arrojaron sus armas al exterior. Al final, el ejército islámico entró en la ciudad y la gente se reunió bajo el estandarte de Bilal”.

Hazrat Musleh Maud (ra) afirma:

“El punto más extraordinario que vale la pena destacar de este incidente es la bandera de Hazrat Bilal (ra). El Santo Profeta (sa) preparó una bandera para Hazrat Bilal (ra) y dijo que se le concedería refugio a quien estuviera debajo de ella. A pesar de que el Santo Profeta (sa) era el líder, no izó una bandera para sí mismo. Después de él, en términos del nivel de sacrificios ofrecidos, estaba Hazrat Abu Bakr (ra), pero tampoco se izó ninguna bandera para él. En términos de líderes de entre los musulmanes, el siguiente era Hazrat ‘Umar (ra), pero él tampoco tuvo izada la bandera. El más digno después de él fue Hazrat Uzmán (ra), el yerno del Santo Profeta (sa), pero ni para él se izó ninguna bandera. El siguiente era Hazrat ‘Ali (ra), quien era su hermano y yerno, pero tampoco en su caso había izado la bandera para él.

Luego estaba Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra), sobre quien el Santo Profeta (sa) había declarado que mientras viviera, no habría discordia entre los musulmanes; a pesar de esto, a él tampoco se le concedió una bandera. El Santo Profeta (sa) ni siquiera levantó una bandera para Hazrat Abbas (ra), su tío, quien a veces incluso hablaba de una manera descortés frente a él y ante lo cual el Santo Profeta (sa) no mostraba disgusto.  A él tampoco se le concedió una bandera. Además, estaban presentes todos los demás jefes y personas de gran eminencia;  también estaba Hazrat Jalid bin Walid (ra), hijo de un jefe muy conocido. Hazrat Amr bin As (ra), el hijo de otro jefe, estaba presente, así como los hijos de otros jefes, pero ninguno de ellos tenía una bandera izada.

¿Se preparó y se entregó una bandera solo a Hazrat Bilal (ra)? ¿Cuál fue la razón? Fue porque cuando estaba a punto de lanzarse un asalto contra la Ka’abah, Hazrat Abu Bakr (ra) vio que los que estaban a punto de ser asesinados eran sus hermanos y él mismo fue al Santo Profeta (sa) diciendo: ¡oh Mensajero (sa) de Al’lah! ¿Matarán a sus propios hermanos? Se había olvidado de las injusticias cometidas contra ellos y  pasando por alto este aspecto, solo vio que eran sus hermanos. Hazrat ‘Umar (ra) dijo: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa), mata a los incrédulos! Pero cuando el Santo Profeta (sa) decidió perdonarlos a todos, incluso Hazrat ‘Umar (ra) pensó: ‘Es mejor que nuestros hermanos sean perdonados’. Hazrat Uzmán (ra) y Hazrat ‘Ali (ra) también pensaron que era mejor que fueran perdonados, aun habiendo cometido injusticias contra ellos. Incluso mientras el Santo Profeta (sa) los perdonaba, podía haber surgido el pensamiento de que entre ellos se encontraban tíos, hermanos, yernos, parientes y seres queridos, por lo que si los perdonaba sería mejor y los parientes se salvarían. Al final, solo había una persona que no tenía parientes en La Meca, que no tenía influencia en La Meca, que no tenía ayuda en La Meca y que fue torturada en un estado de impotencia. Hazrat Abu Bakr (ra) no fue sometido a esa tortura, ni Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Uzmán (ra) o Hazrat ‘Umar (ra). De hecho, el mismo Santo Profeta (sa) no sufrió la misma aflicción”.

En una de las  narraciones de un sermón anterior se mencionó que Hazrat Abu Bakr y el Santo Profeta (sa) se salvaron de las crueldades debido a sus relaciones. Sin embargo, hice la aclaración en ese momento de que, a pesar de todo, también se infligieron crueldades sobre el Santo Profeta (sa) y Hazrat Abu Bakr (ra). Así pues, Hazrat Bilal (ra) fue el único que sufrió tales atrocidades. Aquí, Hazrat Musleh Maud (ra) no rechaza la idea de que ellos sufrieron injusticias, sino que afirma que nadie experimentó el mismo tipo de tortura que sufrió Hazrat Bilal (ra).

Luego, al describir algunos de los métodos de tortura, Hazrat Musleh Maud (ra) dice:

“Hazrat Bilal (ra) fue obligado a tumbarse desnudo sobre arena ardiente. Podemos comprobar por nosotros mismos que no se puede caminar descalzo en los meses de mayo y junio, y así y todo, lo obligaron a yacer desnudo en la arena flameante. Después, los niños, que usaban zapatos con clavos, saltaban sobre su pecho y le decían: di que hay más dioses además del Dios Único, di que Muhammad [sa] es un mentiroso. Lo golpeaban constantemente y una y otra vez Hazrat Bilal (ra) respondía a su manera: as-hadu al’la ilaha il’lAl’lah, (doy testimonio de que no hay dios sino Al’lah). As-hadu al’la ilaha il’lAl’lah. Esto significa: ¿cómo puedo decir eso, después de presenciar que Dios es Uno; ¿cómo puedo decir que son dos? Y a pesar de lo mucho que podáis torturarme, tras saber que Muhammad (sa) es el verdadero Mensajero de Al’lah, ¿cómo puedo llamarlo mentiroso?  Entonces los niños lo golpeaban aún más.

Fue tratado de esta manera en los meses de verano, o sea, en los de intenso calor. Durante los meses de invierno le ataban los pies con una cuerda, lo arrastraban por las calles pedregosas y su piel se llenaba de heridas, es decir, su piel quedaba gravemente lastimada. Lo arrastraban obligándole a que dijera ‘Muhammad [sa] es un mentiroso y hay otros dioses además de Dios’. No obstante, su respuesta era: ‘as-hadu al’la ilaha il’lAl’lah.  As-hadu al’la ilaha il’lAl’lah, (doy testimonio de que no hay Dios sino Al’lah).

Cuando el ejército islámico, que ascendía a diez mil fieles, estaba listo para entrar en La Meca, Bilal (ra) debió pensar que ese sería el día de la retribución contra aquellos que solían golpearle en el pecho con sus zapatos y que sería recompensado por las crueles palizas y torturas que soportó. Pero cuando el Santo Profeta (sa) declaró que todos aquellos que entraran en la casa de Abu Sufián o en la Sagrada Ka’abah, depusieran las armas o cerraran las puertas de sus casas serían perdonados; qué pudo haber pensado Bilal (ra), teniendo en cuenta que el Santo Profeta (sa) estaba perdonando a sus propios familiares y parientes, algo que de hecho era un acto noble; aunque entonces, ¿cómo recibiría una compensación? El Santo Profeta (sa) sabía que ese día, solo había una persona a la que le dolería que perdonara a estas personas y esa persona era Bilal (ra), ya que estas personas no eran su familia ni miembros de su tribu. El dolor que tuvo que soportar no fue soportado por nadie más. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) decidió que buscaría venganza por el dolor de Bilal (ra), pero lo haría de una manera que mantuviera la dignidad de su profetazgo y al mismo tiempo sería consciente de los sentimientos de Bilal (ra). Por eso, el Santo Profeta (sa) instruyó que se izara la bandera de Bilal (ra) y que los jefes de La Meca, que solían golpear en el pecho de Bilal con sus zapatos, que solían atar una cuerda a sus pies y arrastrarlo, que solían hacerle yacer sobre la arena ardiente, debían ser informados que si deseaban salvar sus vidas, así como las de sus esposas e hijos, debían venir y permanecer bajo la bandera de Bilal (ra).

Creo que desde la creación de este mundo, desde el momento en que a los humanos se les otorgaron facultades especiales, desde que los humanos comenzaron a buscar venganza unos de otros y han tenido la capacidad de hacerlo, nunca nadie ha recibido una retribución tan magnífica. Cuando se izó la bandera de Bilal (ra) en el terreno frente a la Santa Ka’abah, las circunstancias eran muy diferentes a las que solían ser. Los jefes de La Meca que solían aplastar a Bilal (ra) bajo sus pies exigiéndole que declarara mentiroso a Muhammad, el Mensajero de Dios (sa), esos mismos jefes vinieron corriendo, llevando a  sus esposas e hijos de la mano, a buscar refugio bajo la bandera de Bilal con el fin de salvar sus vidas.

Solo pensad en el amor y la devoción que el corazón y el alma de Bilal debía haber sentido por el Santo Profeta (sa) en ese momento.  Debió haber pensado: No sabía si alguna vez obtendría la retribución de los incrédulos, o si incluso tendría la capacidad de hacerlo. Ahora, he podido tomar la retribución de tal manera que cada persona que solía aplastar mi pecho, ahora han bajado su cabeza hacia mis pies. Esta fue su retribución: los que solían golpear en el pecho de Bilal (ra) con sus zapatos ahora tenían que bajar la cabeza a los pies de Bilal (ra). Por tanto, esta retribución fue mucho más magnífica que la del profeta Yusuf o José (as), porque José (as) perdonó a sus hermanos solo por el bien de su padre. La persona por cuya causa perdonó fue su padre y las personas a quienes perdonó fueron sus hermanos. El Santo Profeta Muhammad (sa) perdonó a sus tíos y hermanos sólo después de que se sometieran ante los pies de un antiguo esclavo -maltratado por todos. En comparación, la retribución de José (as) por lo tanto no tiene importancia”. La primera referencia es de “Seir-e-Ruhani”, libro de Hazrat Musleh Maud (ra). (Sair-e-Ruhani, Anwar-ul-Ulum, Vol. 24, pp. 268-273)

Este mismo incidente también ha sido mencionado brevemente en el libro “Introducción al estudio del Sagrado Corán”. Menciono esto porque algunas personas me escriben diciendo que dicho incidente ha sido mencionado de manera diferente en otro lugar, mientras que la diferencia entre los dos es simplemente que uno ha sido escrito en detalle mientras que el otro ha sido mencionado brevemente. Algunas personas se centran en ciertos aspectos y destacan las diferencias entre las narraciones, mientras que tanto las descripciones de los incidentes como sus conclusiones son las mismas. (not in English text)

En cualquier caso, se afirma aquí [“Introducción al estudio del Sagrado Corán”] lo siguiente:

“Abu Sufián (ra) preguntó al Santo Profeta (sa) si los mequíes estarían a salvo si no tomaban las armas. El Santo Profeta (sa) respondió afirmativamente y dijo que toda persona que cerrara la puerta de su casa permanecería a salvo. Hazrat Abbas (ra) le dijo al Santo Profeta (sa) que Abu Sufián era una persona muy orgullosa y lo que quería preguntarle era si su honor sería debidamente considerado. (Esto es un añadido al relato con referencia a Hazrat Abbas (ra)”. El Santo Profeta (sa) dijo: ‘Muy bien, quienquiera que entre en la casa de Abu Sufián también se le concederá seguridad. Quien entre en la Ka’bah, baje las armas, cierre las puertas de sus casas, o entre en la casa de Hakim bin Hizam también se le concederá seguridad’. Después de esto, el Santo Profeta (sa) llamó a Abi Ruwayha, porque se había establecido un vínculo de hermandad entre él y el esclavo abisinio, Bilal (ra). El Santo Profeta (sa) dijo que quienquiera que viniera y se refugiara bajo la bandera de Abi Ruwayha se le concedería la amnistía. Además instruyó a Bilal (ra) para que anunciara que a quien estuviera bajo la bandera de Abi Ruwayha se le concedería seguridad”. (Esta parte en la que Hazrat Bilal (ra) hace un anuncio es una adición al relato anterior).

La verdad es que esa orden del Santo Profeta (sa) estaba llena de profunda sabiduría. La gente de La Meca solía atar una cuerda a los pies de Bilal (ra) y arrastrarlo por las calles. Las calles y llanuras de La Meca no eran un lugar pacífico para Bilal (ra), sino un lugar de tortura; un lugar donde era humillado y ridiculizado. El Santo Profeta (sa) pensó que en este día, el corazón de Bilal (ra) debía inclinarse a buscar la retribución; ya que era necesario que a este Compañero extremadamente leal se le concediera su retribución. Sin embargo también era necesario que esta retribución estuviera de acuerdo con las enseñanzas prístinas del Islam. Así, el Santo Profeta (sa) no buscó la retribución para Bilal (ra) cortando las cabezas de sus enemigos con la espada, sino que entregó una bandera a su hermano, y encargó al propio Bilal (ra) que anunciara que todos los que estuvieran bajo la bandera de su hermano se salvarían. Qué gloriosa y hermosa fue esta retribución, porque cuando Bilal (ra) hizo este anuncio en voz alta, que ‘oh pueblo de La Meca, venid a poneros bajo la bandera de mi hermano para que se les conceda protección’, los sentimientos de retribución debían haber disminuido de su corazón. Tenía que haber sentido que no podía haber una retribución más magnífica y hermosa que la que le dio el Santo Profeta (sa)”. (Dibachah Tafsir-ul-Quran, Anwar al-Ulum, Vol. 20, p. 340)

Mencionando la paciencia de Hazrat Bilal (ra) y su condición en el momento de la conquista de La Meca, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirma:

“Tales fueron las dificultades que Bilal (ra) tuvo que soportar, (la persecución a la que se enfrentó en La Meca se mencionó anteriormente). Sin embargo, con motivo de la victoria de La Meca, ¿saben cómo el Santo Profeta (sa) tomó represalias contra el incrédulo y concedió honor a este esclavo africano en cuyo pecho pisaban los jefes de La Meca? En la conquista de La Meca, el Santo Profeta (sa) le entregó a Bilal (ra) una bandera y anunció: ‘¡oh líderes de La Meca! Si deseáis salvaguardar vuestras vidas, refugiaros bajo la bandera de Bilal (ra)’. En otras palabras, Bilal (ra), sobre cuyo pecho pisaban los jefes de La Meca, el Santo Profeta (sa) anunció a los mequíes que ahora el único medio de garantizar la protección de sus vidas era someterse ante Bilal (ra), aunque Bilal (ra) fuera un antiguo esclavo y ellos fueran los jefes”. (Aindah Vohi Qaumein Izzat Paeingi Jo Mali-o-Jani Qurbanion Mein Hissah Lein Gi, Anwar-ul-Ulum, Vol. 21, p. 164)

Por consiguiente, tanto si la bandera fue entregada al hermano de Bilal (ra) o Bilal (ra) fue designado para estar a su lado, o si la misma fue entregada al propio Bilal (ra), el resultado final fue sin duda el mismo. A pesar de una pequeña diferencia en los detalles de cómo se desarrollaron los eventos, se recoge el mismo hecho y la conclusión es la misma.

La Lanza del Santo Profeta (sa)

Hazrat Abdul’lah bin ‘Umar (ra) narra que con motivo del Eid, se designaba a una persona para que caminara delante del Santo Profeta (sa) con una lanza en la mano y esta tarea se asignaba principalmente a Hazrat Bilal (ra).

Muhammad bin Amr narra que Hazrat Bilal (ra) clavaba la lanza en la tierra -en aquellos días la celebración del Eid se hacía en una llanura abierta. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 177)

Según una narración, el Rey de Abisinia [Negus] envió tres lanzas al Santo Profeta (sa) como regalo. El Santo Profeta (sa) se guardó una para sí mismo y de entre las dos restantes, le dio una a Hazrat ‘Ali bin Abi Talib (ra) y otra a Hazrat ‘Umar bin Jattab (ra). En las ocasiones de Eid, Hazrat Bilal (ra) caminaba delante del Santo Profeta (sa) mientras llevaba la lanza que el Santo Profeta (sa) había guardado para sí mismo y luego la clavaba en la tierra. El Santo Profeta (sa) rezaba entonces en su dirección. Se narra además que después de la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Bilal (ra) continuó esta práctica de llevar la lanza y caminaba delante de Hazrat Abu Bakr (ra). (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 178)

Yihad en Siria

Según algunas narraciones, después de la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Bilal (ra) viajó a Siria para participar en la yihad. Se ha narrado que Hazrat Bilal (ra) fue a Hazrat Abu Bakr (ra) y dijo: ¡oh Jalifa del Mensajero (sa)! Escuché al Mensajero (sa) de Al’lah decir que la mejor acción de un creyente es participar en la yihad en el camino de Al’lah. Hazrat Abu Bakr (ra) declaró: Bilal (ra), ¿qué es lo que deseas? Hazrat Bilal (ra) respondió: deseo ser enviado a realizar la yihad en el camino de Al’lah y alcanzar el martirio. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: por la causa de Al’lah y mientras te recuerdo mi honor y mi derecho, te pido que te quedes conmigo, porque he llegado a la vejez y mi cuerpo se ha vuelto frágil y el momento de mi muerte está muy cerca. Posteriormente, Hazrat Bilal (ra) permaneció con Hazrat Abu Bakr (ra) hasta su muerte.

Después de la muerte de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Bilal (ra) se presentó ante Hazrat ‘Umar (ra) y presentó la misma solicitud que hizo a Hazrat Abu Bakr (ra). Hazrat ‘Umar (ra) también le dio una respuesta similar a la de Hazrat Abu Bakr (ra). Sin embargo, Hazrat Bilal (ra) no quiso aceptar esto e insistió en ir a la yihad y continuó solicitando a Hazrat ‘Umar (ra). Entonces, Hazrat ‘Umar (ra) le dijo: ¿a quién le confiaré la responsabilidad de llamar el azán después de ti? Hazrat Bilal (ra) propuso el nombre de Hazrat Sa’d (ra) porque también hacía el azán durante la vida del Santo Profeta (sa). Por lo tanto, Hazrat ‘Umar (ra) confió el deber de hacer el azán a Hazrat Sa’d (ra) y que después de él su progenie continuaría prestando este servicio, y permitió a Hazrat Bilal (ra) ir a la yihad por su insistencia. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 178)

Esta es una narración, pero en otra narración se menciona la conversación que tuvo lugar entre Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Bilal (as) de la siguiente forma:

Musa bin Muhammad relata con la autoridad de su padre que después de la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Bilal (ra) dio el azán cuando el Santo Profeta (sa) no había sido enterrado todavía. Entonces, cuando Hazrat Bilal (ra) dijo: ash-hadu an-na Muhammadur Rasul Al’lah, testificó que Muhammad es el Mensajero de Al’lah, en lugar de recitar ash-hadu, decía as-hadu por su particular pronunciación, la gente dentro de la mezquita empezó a llorar profusamente.

Cuando el Santo Profeta (sa) fue enterrado, Hazrat Abu Bakr (ra) pidió a Hazrat Bilal (ra) que diera el azán. Hazrat Bilal (ra) respondió: “Si me liberó para que permanezca con usted, entonces haré lo que me pida. Sin embargo, si me liberó por el agrado de Al’lah, entonces déjeme hacer lo que quiera”. Hazrat Abu Bakr (ra) declaró: “Te liberé por el agrado de Al’lah”. Ante esto, Hazrat Bilal (ra) afirmó: “Después del fallecimiento del mensajero de Dios, no realizaré el azán (llamada a la oración) para nadie más”. Hazrat Abu Bakr (ra) le dijo que este asunto quedaba completamente a su libre albedrío.  A partir de entonces, Hazrat Bilal (ra) permaneció en Medina hasta que los ejércitos comenzaron a partir hacia Siria durante la era de Hazrat ‘Umar (ra) y Hazrat Bilal (ra) también fue con ellos. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 178)

Según una narración en Usdul Ghabah, Hazrat Bilal (ra) le dijo a Hazrat Abu Bakr (ra): “Si me has liberado por tu propio bien, retenme contigo, pero si me has liberado por el bien de Dios, entonces permíteme ir a la yihad en el camino de Dios”. Al escuchar esto, Hazrat Abu Bakr (ra) le permitió marcharse. Hazrat Bilal (ra) viajó hasta Siria y permaneció allí hasta su fallecimiento. Por consiguiente, según la mayoría de las narraciones, Hazrat Bilal (ra) se marchó a Siria durante el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra) y no de Hazrat Abu Bakr (ra);  y según otra narración, después de la muerte del Santo Profeta (sa), Hazrat Bilal (ra) continuó dando el azán (llamada de la oración) durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra). (Ali Ibn al-Athir, Usdul-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah(ra) [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah] 416)

En otra narración se afirma que una vez Hazrat Bilal (ra) vio al Santo Profeta (sa) en un sueño y le dijo: ¡oh Bilal, ¿qué desconsiderado eres que aún no has venido a visitarme?

Hazrat Bilal (ra), que estaba en Siria en ese momento, se despertó en un estado de profundo dolor, montó su caballo y salió hacia Medina.  Al llegar a la bendita tumba del Santo Profeta (sa) comenzó a llorar intensamente y se sintió abrumado por un estado de intensa angustia.  Al mismo tiempo, llegaron Hazrat Hassan (ra) y Hazrat Hussain (ra). Hazrat Bilal (ra) les besó y les abrazó. Ambos le dijeron que deseaban que diera el azán para la oración de la mañana o fáyar.  De este modo, Hazrat Bilal (ra) se subió al techo de la mezquita y según el narrador, recitó: Al’laho Akbar, Al’laho Akbar, Dios es el Más Grande, Dios es el Más Grande. La ciudad de Medina resonó pues con tales palabras. Y cuando recitó: ash-hadu Al’lah ilāha il’l Al’lah”, atestiguo que nadie es digno de ser adorado salvo Dios, el sonido resonó aún más y la gente, de repente, comenzó a reunirse. Y al recitar: ash-hadu an-na Muhammadur Rasul Al’lah, doy testimonio que Muhammad es el Mensajero de Al’lah, incluso las mujeres salieron de sus dependencias. El narrador afirma que nunca había visto llorar a tantos hombres y mujeres como ese día. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah(ra) [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah] 417)

En otras palabras, a los musulmanes se les recordó la época del Santo Profeta (sa) y se sintieron abrumados por tal emoción.

Durante la época del segundo Jalifa, Hazrat ‘Umar (ra), cuando Hazrat Bilal (ra) pidió permiso para ir a la yihad, Hazrat ‘Umar (ra) preguntó qué le impedía dar el azán (llamada a la oración). Hazrat Bilal (ra) respondió: “daba el azán (llamada a la oración) siguiendo las instrucciones del Santo Profeta (sa) y continué haciéndolo hasta su muerte. A partir de entonces, di el azán (llamada a la oración) siguiendo las instrucciones de Hazrat Abu Bakr (ra), porque él me concedió mi libertad y continué haciéndolo hasta su fallecimiento. Escuché al Santo Profeta (sa) decir: ¡oh Bilal, no hay mejor forma de adoración que realizar la yihad en el camino de Dios!”.

Así pues, Hazrat Bilal (ra) salió para Siria. Más tarde, cuando Hazrat ‘Umar (ra) viajó a Siria, Hazrat Bilal (ra) dio el azán (llamada a la oración) siguiendo sus instrucciones. El narrador de la tradición afirma que nunca vio a Hazrat ‘Umar (ra) emocionarse tanto como ese día. (Ali Ibn al-Athir, Usd al-Ghabah fi Ma‘rifat al-Sahabah, Vol. 1, Bilal bin Rabah(ra) [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah] 416-417)

Propuestas de matrimonio

Con respecto a la última parte de la vida de Hazrat Bilal (ra), Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirma:

“Hacia el final de su vida, Hazrat Bilal (ra) fue a Siria … Aquí se alude que la gente no aceptaba sus propuestas de matrimonio, sin embargo, se mencionó anteriormente que estuvo casado antes, por lo que tal vez no tuvo propuestas matrimoniales porque estaba viajando a Siria, o que mientras estaba en Siria no recibió ninguna propuesta de matrimonio.  Pero en cualquier caso, hay muchas narraciones que informan que se casó durante la vida del Santo Profeta (sa).

Hazrat Musleh Maud (ra) relata que:

Hazrat Bilal (ra) envió una propuesta de matrimonio a alguien de Siria y declaró que él era africano, y que era su elección aceptar su propuesta. Si aceptaban su propuesta por ser un Compañero del Santo Profeta (sa), entonces éste sería un acto de gran bondad de su parte. Así, la propuesta de matrimonio fue aceptada y Hazrat Bilal (ra) permaneció en Siria”.

Él también tuvo matrimonios anteriores, por lo que podría ser que todas sus esposas hubieran fallecido, o que ninguna de ellas quisiera ir con él, o que él quisiera casarse en Siria. En cualquier caso, debe aclararse aquí que Hazrat Bilal (ra) sí tuvo matrimonios anteriores a pesar de que Hazrat Musleh Maud (ra) había escrito que, según otras narraciones, nadie aceptaba su propuesta ni le daba la mano en matrimonio, pero Dios sabe mejor en qué contexto se escribieron esas narraciones.  No obstante, Hazrat Bilal (ra) envió una propuesta de matrimonio mientras estaba en Siria y fue aceptada, y por ello permaneció en Siria.

La alusión de su matrimonio se mencionó como un asunto secundario, la narración real es sobre un sueño que tuvo. Hazrat Musleh Maud (ra) afirma que en una ocasión, el Santo Profeta (sa) se le acercó en un sueño y le dijo: “Bilal, parece que te has olvidado de mí y no has venido a visitar mi tumba”. Hazrat Bilal (ra) se levantó de inmediato, preparó sus provisiones para el viaje y se fue a Medina, y oró fervientemente junto a la tumba del Santo Profeta (sa). Sintió una profunda emoción y la noticia de su llegada se extendió por toda la ciudad. Hazrat Hassan (ra) y Hazrat Hussain (ra), que eran mucho mayores entonces, corrieron hacia él y le dijeron: ¿solías dar el azán (llamada a la oración) en la época del Santo Profeta (sa)? Sí”, respondió Hazrat Bilal (ra). Ambos le pidieron que diera el azán (llamada a la oración) para ellos también, así que Hazrat Bilal (ra) dio el azán y todos lo escucharon. (Khutbat-e-Mahmud, Vol. 25, p. 182, Friday Sermon, 10 March 1944)

Durante su Jalifato, Hazrat ‘Umar (ra) estableció un sistema para registrar y controlar las cuentas y las finanzas, etc. en Siria. Cuando estos registros se completaron, Hazrat Bilal (ra) se mudó a Siria y permaneció con los muyahidines [los que participaron en las batallas]. Entonces, Hazrat ‘Umar (ra) dijo a Hazrat Bilal: “¡Oh Bilal! ¿A quién encargarás la supervisión de los asuntos relacionados con tu prestación (es decir, quién sería su representante aquí para tratar sus asuntos financieros)?. Él respondió: se lo asignaré a Abu Ruwayha, ya que es alguien a quien nunca podré abandonar debido al vínculo de hermandad que el Santo Profeta (sa) estableció entre él y yo. (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 176)

En relación a la veracidad y honestidad de Hazrat Bilal (ra), hay una narración que dice: Amr bin Memun narra que según un relato de su padre, el hermano de Hazrat Bilal se declaraba árabe y se consideraba uno de ellos. Envió una propuesta de matrimonio a una mujer árabe, quien declaró que si Hazrat Bilal venía personalmente a verla [para transmitir la propuesta], la consideraría.  Cuando Hazrat Bilal fue a verla, recitó el Tashahud [alabó a Dios Altísimo] y luego dijo: soy Bilal bin Rabah y este es mi hermano. En cuanto a la fe y su moral, no es un buen hombre. Si deseas casarte con él, puedes hacerlo, y al mismo tiempo, si lo deseas, puedes rechazar la propuesta. Ella respondió: “Como es su hermano, acepto la propuesta de matrimonio. Así pues, se casó con el hermano de Hazrat Bilal (ra). (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, 2017] 179)

Zaid bin Aslam cuenta que unas personas de Banu Abi Bukair vinieron a ver al Santo Profeta (sa) y le pidieron que amañara el matrimonio entre su hermana y tal o cual persona. El Santo Profeta (sa) les preguntó qué pensaban de Bilal (como pretendiente al matrimonio). La segunda vez que vinieron preguntaron: ¡oh Mensajero de Dios! Por favor, amañe el matrimonio entre nuestra hermana y tal o cual persona. El Santo Profeta (sa) les preguntó de nuevo qué pensaban de Bilal? Cuando estas personas vinieron por tercera vez -habiendo rechazado anteriormente -y pidieron al Santo Profeta (sa) que arreglara el matrimonio de su hermana con tal o cual persona, el Santo Profeta (sa) dijo: ¿cuál es vuestra opinión sobre Bilal? ¿Qué pensáis de alguien que está entre los habitantes del paraíso? El narrador dice entonces que arreglaron el matrimonio entre su hermana y Hazrat Bilal (ra). (Ibn Sa‘d, Al-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, Bilal bin Rabah [Beirut, Lebanon: Dar al-Kutub al-‘Ilmiyyah, 2017] 179)

En el anterior extracto de Hazrat Musleh Maud (ra), en el que se escribió que no recibía ninguna propuesta de matrimonio, había un contexto y un trasfondo en esta declaración, ya que hay narraciones que afirman que Hazrat Bilal (ra) se casó unas cuantas veces.

Elevado estatus y rango

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“Durante el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra), él, junto con Abu Sufián y varios otros jefes de La Meca que habían aceptado el islam en la victoria de La Meca, fue a reunirse con Hazrat ‘Umar (ra)”. Parece que “él” está escrito erróneamente.

“Durante el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra), Abu Sufián y varios otros líderes de La Meca que habían aceptado el Islam en la victoria de La Meca, fueron al encuentro de Hazrat ‘Umar (ra). Por coincidencia, al mismo tiempo, Bilal (ra), Ammar (ra), Suhaib (ra) y otros también vinieron a reunirse con Hazrat ‘Umar (ra). Estas personas eran los que anteriormente eran esclavos y eran muy pobres, pero estaban entre los que habían aceptado el Islam en los primeros días. Cuando Hazrat ‘Umar (ra) fue notificado, invitó a Bilal (ra), etc., a venir a verlo primero. Al presenciar este espectáculo, Abu Sufián (ra), que tal vez todavía tenía un toque de ignorancia, se enfureció y dijo: ¿vamos a ser testigos de tal desgracia también? ¿Debemos esperar, mientras a estos esclavos se les concede el honor de la audiencia? Entonces, ¿quién tiene la culpa de esto? Replicó Suhail: Muhammad (sa) nos invitó a todos a Dios y ellos lo aceptaron inmediatamente, mientras nos contuvimos. Entonces, ¿no deberían tener superioridad sobre nosotros? (Sirat Khatamun-Nabiyyin, Hazrat Mirza Bashir Ahmad(ra), p. 369)

Al mencionar el estatus y rango de Hazrat Bilal (ra), Hazrat Musleh Maud (ra) ha relatado este incidente de la siguiente manera:

“Durante su Jalifato, Hazrat ‘Umar (ra) vino una vez a La Meca y todos aquellos antiguos esclavos que eran arrastrados por sus cabellos, vinieron uno por uno a reunirse con Hazrat ‘Umar (ra). Era el día de Eid y antes de que estos antiguos esclavos llegaran, todos los hijos de los prominentes jefes de La Meca vinieron a saludar a Hazrat ‘Umar (ra). Todavía estaban sentados allí cuando llegó Hazrat Bilal (ra), el mismo Bilal que antes era esclavo, al que la gente golpeaba severamente y arrastraba su cuerpo desnudo a través de rocas afiladas; al que colocaban grandes y pesadas rocas en el pecho y le obligaban a decir que adorara a Lat y Uzza (ídolos), sin embargo, sólo decía: doy testimonio de que no hay nadie digno de adoración excepto Dios. Cuando Hazrat ‘Umar (ra) vio a Hazrat Bilal (ra), pidió a los jefes si podían retroceder y permitir que Hazrat Bilal se sentara. Acababa de sentarse cuando otro Compañero, que antes era esclavo, llegó y Hazrat ‘Umar (ra) preguntó de nuevo a los jefes si podían retroceder y permitirle sentarse. Después de un corto tiempo, otro Compañero que era un antiguo esclavo llegó y de nuevo Hazrat ‘Umar (ra) pidió a los jefes que se retiraran y dejaran espacio para que se sentara. Debido a que Dios deseaba humillarlos, casualmente ocho o diez antiguos esclavos vinieron uno tras otro y cada vez Hazrat ‘Umar (ra) pedía a los jefes que retrocedieran y les permitieran sentarse delante.

En aquellos días no había grandes salas, sino que solía haber pequeñas habitaciones en las que sólo podía caber un pequeño número de personas. Cuando la habitación se llenó con los Compañeros que una vez fueron esclavos y se hizo sentar a los jefes donde se guardaban los zapatos, no pudieron soportar esta humillación. Inmediatamente se fueron y afuera comenzaron a discutir cómo habían sido deshonrados porque esas personas que una vez fueron sus sirvientes, ahora se les hizo sentarse delante de ellos y se les obligó a retroceder; también que se les obligó a sentarse donde estaban los zapatos y que fueron deshonrados y humillados delante de todos.

Uno de los jóvenes jefes que era más sabio que los demás escuchó todo esto y dijo: En efecto, fuimos deshonrados, pero la pregunta es ¿de quién fueron las acciones que resultaron en nuestra desgracia? Cuando nuestros hermanos y padres infligían crueldades al Santo Profeta y sus Compañeros, estos esclavos sacrificaban sus vidas por él. Por lo tanto, ya que al Santo Profeta (sa) se le concedió la victoria y el gobierno, pueden decidir por ustedes mismos a quiénes honrarán los seguidores del Santo Profeta (sa): ¿a ustedes, que solían golpearlos o a los esclavos que sacrificaron sus vidas por el Islam? Si de verdad merecen honor y respeto hoy, entonces ¿por qué tenéis queja alguna? Es debido a las malas acciones de vuestros antepasados que no recibís el mismo honor que estos esclavos.

Cuando el joven sensato dijo esto, comprendieron el asunto. Dijeron: en efecto, nuestros antepasados son responsables de esta humillación, pero ¿hay alguna manera de lavar esta mancha? Todos estuvieron de acuerdo en que como no podían pensar en una solución, hablarían con Hazrat ‘Umar (ra) y le preguntarían si había una manera de expiar sus errores. Cuando fueron a ver a Hazrat ‘Umar (ra), la reunión había terminado y los Compañeros se habían ido. Le dijeron a Hazrat ‘Umar (ra): hemos venido a hablar con usted sobre la angustia que sentimos hoy en la reunión. Hazrat ‘Umar (ra) declaró: no se sientan agraviados, estas personas eran los Compañeros del Santo Profeta y siempre estaban sentados al frente en sus reuniones. Por lo tanto, me vi obligado a sentarlos en la parte delantera. Soy consciente de que les puede doler mi acción, pero era mi deber. Ellos respondieron: podemos entender esta situación suya, sólo queremos saber si hay alguna manera de expiar las razones por las que sufrimos esta humillación. ¿Hay agua con la que podamos lavar estas manchas?

Hazrat ‘Umar (ra) había visto la influencia, el poder, el asombro y la fuerza que sus antepasados ejercían. Cuando Hazrat ‘Umar (ra) les oyó decir estas palabras, se le llenaron los ojos de lágrimas al pensar en lo lejos que llegarían para expiar sus errores. Estaba abrumado por un estado de emoción tan intenso que no podía hablar. Todo lo que podía hacer era apuntar hacia Siria, donde en esos días, los musulmanes estaban en batalla con los ejércitos del César (o bizantinos). Lo que quiso decir es que la única manera de expiar la razón por la que sufrieron esta humillación era sacrificar sus vidas e ir a luchar. Así, montando sus camellos, partieron inmediatamente hacia Siria. La historia nos dice que ninguno de estos jóvenes jefes regresó con vida. Así, a través del sacrificio de su sangre, lavaron la mancha que estaba embellecida en sus frentes debido a las acciones de sus antepasados”. (Tafsir-e-Kabir, Vol. 9, pp. 289-290)

Por tanto, una cosa que aprendemos de esto es que para alcanzar un rango u honor, uno debe ofrecer sacrificios. Las bellas enseñanzas del Islam son tales que aquellos que ofrecieron sacrificios desde el principio, su rango y posición es indudablemente mayor, independientemente de si eran esclavos de ascendencia africana o pertenecían a cualquier otra etnia.

El Islam ha concedido el honor en base al mérito y puede ser otorgado a cualquiera, no sólo a los ricos o a los pobres. Si muestran lealtad y están dispuestos a ofrecer sacrificios, y si están dispuestos a sacrificarlo todo, incluyendo sus vidas, entonces se les dará el rango y el honor que les corresponde. Algunos relatos de Hazrat Bilal (ra) aún permanecen y, si Dios quiere, serán mencionados en el futuro.

(Friday Sermon – September 25, 2020 )

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Bilal bin Rabah (ra)

En una de las narraciones sobre Hazrat Bilal (ra) se afirma que Abdul’lah bin Buraidah relata sobre la autoridad de su padre que:

”Una mañana el Mensajero de Dios (sa) llamó a Hazrat Bilal (ra) y le preguntó: ¡oh Bilal! ¿Cuál es la razón de que tú estés delante de mí en el Paraíso? La noche pasada entré al Paraíso y escuché tus pasos delante de mí. Hazrat Bilal (ra) respondió: ‘cada vez que doy el azán (la llamada a la oración), ofrezco dos rak’āts (o unidades de oración) y cada vez que mi wudu (ablución) se rompe, hago el wudu de nuevo; y considero que es obligatorio ofrecer, por parte de Dios, los dos rak’āts. Al escuchar eso, el Mensajero de Dios (sa) dijo: esta es la razón”. (Sunan al-Tirmidhi, Abwab al-Manaqib, Hadith 3689)

En otra narración de Bujari se afirma que Hazrat Abu Huraira (ra) relata:

“El Santo Profeta (sa) dijo a Hazrat Bilal (ra) en la oración de la mañana: Bilal, dime cuál es el acto más prometedor que hayas hecho desde que aceptaste el Islam (es decir, del que esperas la mayor recompensa de Dios);  porque he escuchado tu pasos delante de mí en el Paraíso’.  Hazrat Bilal (ra) respondió: no considero ningún acto más  prometedor que cuando hago la ablución en el día o la noche, inmediatamente realizo la oración con ese wudu y la hago lo más larga posible mientras pueda”. (Sahih al-Bukhari, Kitab al-Tahajud, Bab Fazl al-Tuhur bi al-Lail wa al-Nahar, Hadith 1149)

Esto no significa que Hazrat Bilal (ra) hubo sobrepasado al Santo Profeta (sa) en alguna forma. Más bien, solo significa que Dios Altísimo le otorgó ese estado espiritual, debido a su pureza y limpieza, y a sus oraciones voluntarias en reclusión, por lo que estaba con el Santo Profeta (sa) en el Paraíso tanto como solía estar en este mundo.

En una de las narraciones se mencionó que el día de Eid, Hazrat Bilal (ra) caminaba frente al Santo Profeta (sa) mientras sostenía una lanza y luego la clavaba en el suelo para indicar la dirección de la Ka’abah,  y entonces el Santo Profeta (sa) dirigía la oración del Eid. Por lo tanto, Dios Altísimo continuó otorgándole ese honor incluso en el Paraíso, debido a su pureza y adoración, tal como lo había visto el Santo Profeta (sa) en una de sus visiones.

Se menciona en otra narración que “el Mensajero de Dios (sa) dijo:

“Cuando me llevaron al Paraíso una noche, escuché el sonido de los pasos de alguien y pregunté: ¡oh Gabriel! ¿De quién son esos pasos? Gabriel respondió: Es Bilal. Entonces, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ¡ojalá hubiera nacido de la madre de Bilal (ra)! ¡Ojalá el padre de Bilal (ra) fuera mi padre y yo fuera como Bilal (ra)!”. (Majma‘ al-Zawa‘id wa Manba‘ al-Fawa‘id, Vol. 9, p. 363, Kitab al-Manaqib, Bab Fadl Bilal al-Mu’adhin, Hadith 15635)

¡Qué elevado estatus es el de Bilal (ra), quien en el pasado había sido considerado alguien inútil y arrastrado sobre rocas, y luego Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que hubiera deseado ser Bilal (ra).

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra), mientras menciona a los primeros Compañeros, escribe:

“Luego estaba Bilal bin Rabah (ra), el esclavo abisinio de Ummayyah bin Jalaf. Después de emigrar, se le confió la tarea de proclamar el azán en Medina. Sin embargo, tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa) dejó de anunciar el azán; pero en el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra), cuando Siria fue conquistada, tras la persistencia del propio Hazrat ‘Umar (ra), volvió a dar el azán. Esto les recordó a todos el tiempo del Santo Profeta (sa) y Hazrat ‘Umar (ra) y los Compañeros que estaban presentes en ese momento, así como él mismo, lloraron profusamente.; y es que Hazrat ‘Umar (ra) amaba a Bilal (ra) hasta el punto de que cuando murió dijo: este día ha fallecido un líder de los musulmanes. Estas fueron las palabras del rey de esa época para un pobre esclavo abisinio”. (Sirat Khatamun-Nabiyyin, Hazrat Mirza Bashir Ahmad(ra), pp. 124-125)

En una ocasión, dirigiéndose a las mujeres áhmadis, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) citó el siguiente versículo del Sagrado Corán:

“La riqueza y los hijos son un ornamento de la vida de este mundo. Pero las buenas obras perdurables son mejores a los ojos de vuestro Señor con respecto a la recompensa inmediata y mejores con respecto a la esperanza futura”, (18:47).

Al exponer este versículo y mientras al mismo tiempo mencionaba a Hazrat Bilal (ra), dijo que solo queda un aspecto y es الۡبٰقٰیٰتُ الصّٰلِحٰتُ [las buenas obras duraderas]. Por tanto, todo lo que uno haga por amor a Dios permanecerá.

Después de esto, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) dijo:

“¿Dónde está la progenie y la propiedad de Abu Huraira (ra) hoy? No tenemos conocimiento de ninguna propiedad que tuviera ni de sus hijos. No sabemos si tan siquiera tuvo hijos. No obstante, a pesar de no haber visto a sus hijos, su casa o propiedad, cuando mencionamos su nombre decimos: ‘Hazrat Abu Huraira, que Dios esté complacido con él”.

Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirmó además:

“Hace unos días, un árabe me visitó y dijo que era de la descendencia de Bilal (ra). No estoy seguro de si dijo la verdad o no, sin embargo, en ese momento, tenía un sincero deseo de abrazarlo, ya que dijo ser el descendiente de aquel individuo que proclamaba el azán en la mezquita del Santo Profeta (sa). Pero ¿dónde está hoy la progenie de Bilal (ra)? No sabemos si tan siquiera tuvo descendencia;  e incluso si la tuvo, no sabemos dónde está. Tampoco tenemos conocimiento de sus casas, ni rastros de sus propiedades o dónde están sus tierras. Pero el hecho de que proclamaba el azán en la mezquita del Santo Profeta (sa) permanece vivo y seguirá estándolo en el futuro. Esas son las virtudes que permanecerán”. (Masturat sey Khitab, Anwar-ul-Ulum, Vol. 16, pp. 457-458)

Hazrat Bilal (ra) narró cuarenta y cuatro hadices o dichos del Santo Profeta (sa), y se han incluido cuatro narraciones de Sahih Bujari y Sahih Muslim. (Siyar A‘lam al-Nubala li Imam al-Dhahabi, Vol. 1, p. 360, ‘Bilal bin Rabah’, Mu‘assisat al-Risalah, 2014)

En una narración se menciona que el Santo Profeta (sa) dijo que el cielo está esperando ansiosamente a tres personas: ‘Ali (ra), ‘Ammar (ra) y Bilal (ra). (Siyar A‘lam al-Nubala li Imam al-Dhahabi, Vol. 1, p. 355, ‘Bilal bin Rabah’, Mu‘assisat al-Risalah, 2014)

Una vez, Hazrat ‘Umar (ra) estaba mencionando las excelencias de Hazrat Abu Bakr (ra) y mientras lo hacía, señaló a Hazrat Bilal (ra) y dijo:

“Este es Bilal (ra), nuestro líder”. En ese momento, cuando estaba mencionando las cualidades de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Bilal (ra) también estaba sentado en esa reunión. Entonces, Hazrat ‘Umar (ra) señaló hacia él y dijo: “Este es Bilal (ra), nuestro líder y él es un ejemplo de una de las acciones piadosas de Hazrat Abu Bakr (ra), porque compró a Hazrat Bilal (ra) y lo liberó del cautiverio”.  (Tarikh Dimashq al-Kabir li Ibn Asakir, Vol. 10, p. 363, Dhikr man Ismuh Bilal bin Rabah, Dar Ihya al-Turah al-Arabi, Beirut, 2001)

‘A’iz bin ‘Amr relata que Abu Sufián vino a una reunión y se acercó a Hazrat Salman (ra), Hazrat Suhaib (ra) y Hazrat Bilal (ra). Al ver esto, estas personas dijeron: ¡por ​​Dios! Las espadas de Dios no golpearon el cuello de los enemigos de Al’lah en sus lugares apropiados. El narrador cuenta que Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ¿dices esto sobre un hombre honorable de los quraish y su jefe? Tras esto, Hazrat Abu Bakr (ra) fue al Santo Profeta (sa). En otras palabras, cuando Hazrat Abu Bakr (ra) los escuchó decir que no se vengaron adecuadamente de él, no le gustó y dijo que estaban diciendo esto sobre un jefe de los quraish. Después de eso, Hazrat Abu Bakr (ra) fue al Santo Profeta (sa) y le informó de lo sucedido.

El Santo Profeta (sa) afirmó: ¡oh Abu Bakr! Quizás los has molestado. Si los has molestado, entonces has desagradado a tu Señor. Así que Hazrat Abu Bakr (ra) fue hacia ellos y les dijo: ¡oh mis queridos hermanos!, ¿os he molestado? Hazrat Abu Bakr (ra) presentó el incidente ante el Santo Profeta (sa) para que tal vez los amonestara; sin embargo, el Santo Profeta (sa) declaró que quizás sus palabras los habían molestado. De manera similar, cuán grande fue el carácter de Hazrat Abu Bakr (ra), que inmediatamente regresó a esa pobre gente y dijo: ¡mis queridos hermanos! ¿Os molesté? A esto respondieron: No, querido hermano, que Dios te conceda el perdón, no hiciste nada por el estilo, no estamos molestos contigo”. (Sahih Muslim, Kitab Faza‘il al-Sahabah, Bab min Faza‘il Salman wa Suhaib wa Bilal, Hadith 2504)

Hazrat Abu Musa (ra) narra:

“Estaba con el Santo Profeta (sa) cuando pasaba por Yir’anah (que es un lugar entre La Meca y Medina). Hazrat Bilal (ra) también estaba con nosotros. Entonces, un beduino vino a ver al Santo Profeta (sa) y dijo: ¡oh Muhammad [sa]! ¿No cumplirás la promesa que me has hecho? El Santo Profeta (sa) respondió: te doy buenas nuevas. El beduino luego dijo: has dicho ‘te doy buenas nuevas muchas veces antes’. El Santo Profeta (sa) se apartó del beduino como si estuviera en un estado de disgusto y miró hacia Hazrat Abu Musa (ra) y Hazrat Bilal (ra), y no volvió a mirar al beduino. Volviéndose hacia ellos, el Santo Profeta (sa) dijo: le estaba dando buenas nuevas, pero él las ha rechazado. Ambos podéis aceptar esta buena nueva. Ellos respondieron: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa), lo aceptamos.

A continuación, el Santo Profeta (sa) pidió que le trajeran un cuenco de agua y usándolo se lavó las manos, la cara y también se enjuagó la boca. Luego dijo: derramad esto sobre vuestra cara y pecho, y estad contentos. Así pues, los dos tomaron el cuenco e hicieron lo que el Santo Profeta (sa) les había ordenado; pero desde detrás de la cortina, Hazrat Umm Salamah (ra) dijo: de lo que quede en el cuenco que tenéis, guardad un poco para vuestra madre, es decir, para Hazrat Umm Salamah (ra), la madre de los creyentes. Por tanto, dejaron un poco de agua en el cuenco para ella”.  (Sahih Muslim, Kitab Faza‘il al-Sahabah, Bab min Faza‘il Abi Musa wa Abi Aamir al-Ash‘ariyyin, Hadith 2497)

Hazrat ‘Ali bin Abi Talib (ra) narra que el Santo Profeta (sa) declaró:

“A cada profeta Dios Altísimo le concede siete líderes, pero a mí se me han concedido catorce; o sea, el doble de lo normal. Entonces le preguntaron a Hazrat ‘Ali (ra) quiénes eran esos catorce líderes. Hazrat ‘Ali (ra) declaró: “yo, mis dos hijos, Yafar (ra), Hamzah (ra), Abu Bakr (ra), ‘Umar (ra), Mus’ab bin Umair (ra), Bilal (ra), Salman (ra), Miqdad (ra), Abu Dharr (ra), Ammar (ra) y Abdul’lah bin Mas’ud (ra)”. (Sunan al-Tirmidhi, Abwab al-Manaqib, Hadith 3785)

Hazrat Zaid bin Arqam (ra) narra que el Santo Profeta (sa) dijo:

Hazrat Zaid bin Arqam(ra) narrates that the Holy Prophet(sa) said, “How excellent is Bilal(ra), he is the chief of all the muazzins [those who call the Azan]. Only those who are muazzins will follow after him and on the Day of Resurrection, the people with the longest necks will be the muazzins.” (al-Mustadrak ala al-Sahihain li al-Hakim, Dhikr Bilal bin Rabah, Vol. 3, Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, 2002, p. 322)

Hazrat Zaid bin Arqam(ra) narrates that the Holy Prophet(sa) said, “How excellent is Bilal, he is the leader of the martyrs and the muazzins and on the Day of Resurrection, Hazrat Bilal(ra) will have the longest neck”, meaning that Hazrat Bilal(ra) will have a lofty and prominent rank. (Majma al-Zawa‘id wa Manba‘ al-Fawa‘id, Vol. 9, p. 363, Kitab al-Manaqib, Bab Fadl Bilal al-Muazzin, Hadith 15636, Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, 2002)

“Cuán excelente es Bilal, es el jefe de todos los muazins [aquellos que dan el azán].  Solo los que son muazins lo seguirán y en el Día de la Resurrección las personas con el cuello más largo serán los muazins;  y en el Día de la Resurrección, Hazrat Bilal tendrá el cuello más largo. Lo que significa que Hazrat Bilal (ra) tendrá un rango elevado y prominente. (al-Mustadrak ala al-Sahihain li al-Hakim, Dhikr Bilal bin Rabah, Vol. 3, Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, 2002, p. 322) (Majma al-Zawa‘id wa Manba‘ al-Fawa‘id, Vol. 9, p. 363, Kitab al-Manaqib, Bab Fadl Bilal al-Muazzin, Hadith 15636, Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, 2002)

En otra narración se menciona que el Santo Profeta (sa) declaró:

“En el paraíso, Bilal se montará en una camella que le será concedida”. (Siyar A‘lam al-Nubala li Imam al-Dhahabi, Vol. 1, p. 355, ‘Bilal bin Rabah’, Mu‘assisat al-Risalah, 2014)

La esposa de Hazrat Bilal (ra) cuenta:

“Una vez, el Santo Profeta (sa) vino a nuestra casa y preguntó si Bilal estaba dentro. Le dije que aún no había regresado a casa. El Santo Profeta (sa) respondió: ¿parece que estás molesta con Bilal? Le respondí que me quiere mucho. Cada vez que habla, dice que escuchó tal y tal cosa del Mensajero de Al’lah. Ante esto, el Santo Profeta (sa) le dijo a la esposa de Hazrat Bilal: lo que sea que Bilal te cuente de mi parte, es verdad. Bilal nunca te mentiría. Por lo tanto, nunca debes estar molesta con Bilal y ninguna de tus acciones será aceptada si Hazrat Bilal está molesto contigo”. (Tarikh Dimashq al-Kabir li Ibn Asakir, Vol. 10, p. 356, Dhikr man Ismuh Bilal bin Rabah, Dar Ihya al-Turah al-Arabi, Beirut, 2001)

Hazrat Abu Hurairah (ra) narra que el Santo Profeta (sa) declaró:

“El ejemplo de Bilal es como el de una abeja de miel, que chupa el néctar de la fruta dulce y de los arbustos amargos, pero cuando se produce miel, toda ella es dulce”. (Majma al-Zawa‘id wa manba al-Fawa‘id, Vol. 9, p. 364, Kitab al-Manaqib, Bab Fadl Bilal al-Muazzin, Hadith 15639, Dar al-Kutub al-Ilmiyyah, Beirut, 2002)

La esposa de Hazrat Bilal (ra) también dijo:

“Hazrat Bilal antes de acostase recitaba la siguiente oración: ¡oh Al’lah! Pasa por alto mis errores y perdóname por mis faltas, considerándolos como una debilidad de mi parte”. (al-Mu‘jam al-Kabir li al-Tabarani, Vol. 1, p. 337, Bab Bilal bin Rabah, Hadith 1009, Dar Ihya al-Turath al-‘Arabi, Beirut, 2002)

Hazrat Bilal (ra) narra:

“El Santo Profeta (sa) me dijo: ¡oh Bilal! ¡Asegúrate de morir en un estado de pobreza y no en un estado de opulencia! Y yo dije: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! No entendí esta afirmación, es decir, fallecer en un estado de pobreza y no en un estado de abundancia, ¿cómo puede ser eso? El Santo Profeta (sa) luego declaró: no retengas el sustento que se te otorga y de lo que se te pida, no te niegues a darlo. Le pregunté: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! Si no puedo hacer eso, ¿qué pasará entonces? El Santo Profeta (sa) dijo: eso debe cumplirse, de lo contrario el infierno esperará a esa persona”. (al-Mu‘jam al-Kabir li al-Tabarani, Vol. 1, p. 341, Bab Bilal bin Rabah, Hadith 1021, Dar Ihya al-Turath al-Arabi, Beirut, 2002)

Lo que significa que nunca se debe permitir a alguien que está en necesidad irse con las manos vacías y tampoco debería darse el caso de que uno simplemente amontone y acumule riqueza, sino que también es importante gastar la riqueza.

Fallecimiento

Hazrat Bilal (ra) falleció en el año 20 DH, en Damasco, durante el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra), pero según algunas narraciones, falleció en Alepo. En ese momento, Hazrat Bilal (ra) tenía más de 60 años. Según algunas otras narraciones, Hazrat Bilal (ra) falleció en el año 18 DH y fue enterrado en el cementerio de Damasco, cerca de Bab as-Saghir. (Tarikh Dimashq al-Kabir li Ibn Asakir, Vol. 10, p. 363, Dhikr man Ismuh Bilal bin Rabah, Dar Ihya al-Turah al-Arabi, Beirut, 2001) (Al-Tabaqat al-Kubra Li ibn Sa‘d, Vol. 3, p. 180)

Con respecto al rango y estado de Hazrat Bilal, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirma (algunas de estas narraciones ya las he relatado anteriormente, pero teniendo en cuenta el orden y la secuencia de las mismas, de las ya mencionadas se repetirán una o dos):

“Hazrat Bilal (ra) era abisinio y no hablaba árabe con fluidez. Mientras hablaba árabe, cometía varios errores en la pronunciación. Por ejemplo, algunos nativos de África pronuncian la letra árabe ‘shiin’ como ‘siin’. Así, durante el azán, en lugar de ‘ash-hadu’, Hazrat Bilal (ra) decía ‘as-hadu’ y los árabes se reían de esto porque todavía sentían que su propia raza era superior, a pesar de que los árabes mismos son incapaces de pronunciar correctamente ciertas palabras de otros idiomas. Por ejemplo, no pueden pronunciar correctamente la palabra ‘roti’ [“pan plano” en urdu], ya que no pueden pronunciar la letra ‘ta’ [un sonido de ‘t’ fuerte similar al de la palabra “tienda”]. De la misma manera, no pueden pronunciar la ‘ch’ en ‘churi’ [forma de pan] y en su lugar la pronuncian como ‘yuri’ “.

Hazrat Musleh Maud (ra) sigue diciendo:

“Así como ciertas personas no árabes son incapaces de pronunciar correctamente algunas letras del idioma árabe, de manera similar, los propios árabes no pueden pronunciar de forma correcta ciertas letras de otros idiomas. Sin embargo, estaban tan metidos dentro de sí mismos, en el sentido de la supremacía árabe, que no entendieron que ellos mismos eran incapaces de pronunciar ciertas letras de otros idiomas. Al ver a los árabes reírse de Hazrat Bilal (ra) por pronunciar ‘ash-hadu’ como ‘as-adu’ [en el azán], el Santo Profeta (sa) dijo: ‘os burláis del azán de Bilal, mientras que Dios Altísimo desde Su Trono se complace con él cuando llama al azán. Dios Todopoderoso está más complacido con su as-adu que con vuestro as-shadu.

Bilal (ra) era abisinio y en esos tiempos los abisinios fueron tomados como esclavos. De hecho, ellos [los nativos de África] también han sido esclavizados en el pasado reciente e incluso son esclavos hoy. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) no estaba entre esas personas que someterían o humillarían a otra nación. Según el Santo Profeta (sa), cada nación fue igualmente creación de Dios. Por ejemplo, amaba a los griegos y abisinios tanto como amaba a los árabes y no haría ninguna distinción; o sea, quería a los árabes como quería a los africanos y griegos; y fue este mismo amor mostrado por él lo que precisamente inculcó un profundo amor por el Santo Profeta (sa) en los corazones de las naciones extranjeras; un amor que muchos árabes eran incapaces de comprender.  Estas naciones desarrollaron un profundo amor por el Santo Profeta (sa), pero aquellos que eran incapaces de comprender este amor y carecían de sabiduría y perspicacia, ni poseían ningún sentido de lealtad, ni eran capaces de comprender lo que estaba sucediendo a su alrededor.

El Santo Profeta (sa) nació en La Meca en una tribu árabe y pertenecía a la tribu de quraish, que era considerada como la mejor de las tribus árabes; y solían despreciar a otras tribus árabes y considerarlas inferiores. Pero  ¿cuál fue la relación entre el Santo Profeta (sa) y los abisinios? Si hubiera una tribu o pueblo que debería tener amor por el Santo Profeta (sa), deberían ser simplemente los Banu Hashim. Si alguien debería sentir amor por él, debería ser el pueblo quraish o árabe, ya que eran sus parientes y familiares. No obstante, ¿cómo fue posible que un profundo amor por el Santo Profeta (sa) se arraigara entre los no árabes, aquellas naciones que sufrieron la derrota a manos del ejército del Santo Profeta (sa) o fueron derrocadas por el imperio islámico?

Porque hubo guerras contra naciones extranjeras que posteriormente fueron derrotadas y su reinado fue destruido, pero a pesar de esto, ¿cómo lograron desarrollar ese amor por el Santo Profeta (sa)? Por el contrario, deberían haber desarrollado enemistad contra él.

Antes de profundizar en esto, analicemos el amor que la gente del profeta Jesús (as) tenía por él. Cuando Jesús (as) fue arrestado, los soldados le preguntaron a Pedro, un discípulo cercano de Jesús (as) y a quien este nombró como su sucesor después de él, por qué estaba siguiendo a Jesús (as), pues parecía ser su seguidor, ya que los soldados comenzaron a sospechar mientras él los seguía y dedujeron que podría ser un seguidor de Jesús (as), a lo que Pedro respondió de inmediato: ‘no soy uno de sus seguidores’, (ya que se asustó); y dijo: ‘lo maldigo’. Así pues, no solo negó conocerlo, sino que también lo maldijo. No hay duda de que los discípulos de Jesús (as) también lo amaban. Más tarde, Pedro fue colgado en la cruz en Roma y abrazó valientemente la muerte, y no ocultó su amor ni su obediencia al profeta Jesús (as). Sin embargo, cuando Jesús (as) fue colgado en la cruz, la fe de Pedro aún no era fuerte, porque en ese instante tuvo miedo de recibir una pequeña paliza, pero luego valientemente aceptó ser colgado en la cruz.

Por consiguiente, esto es solo un pequeño resumen de cuánto amor tenían los seguidores de Jesús (as) por él.

En comparación, ahora veamos aquellos esclavos que profesaban creer en el Santo Profeta (sa) y luego lo sacrificaron todo por él.

Bilal (ra) era un esclavo abisinio y su amor por el Santo Profeta (sa) fue tal que tuvo un profundo impacto en él.  Algunas personas sienten un gran amor por su amado, pero es solo superficial y se limita a ciertos parámetros. Por tanto, tenemos que ver si el amor del Santo Profeta (sa) por Bilal (ra), que no solo era aborrecido por los quraish, sino por todos los árabes debido a que era un esclavo abisinio, era simplemente para mantener su corazón, o ¿demostró amor verdadero? ¿Fue la expresión de amor del Santo Profeta (sa) meramente una pretensión o fue amor verdadero? Esto solo puede ser determinado por Bilal (ra) mismo. No podemos hacer esta evaluación, más bien tenemos que buscar la respuesta del propio Bilal (ra), porque solo él podría haberlo determinado. Estos acontecimientos tuvieron lugar hace más de 1.300 años; entonces, ¿cómo podríamos determinar esto? Así pues, si queremos saber lo que pasó realmente, tendremos que averiguarlo del mismo Bilal (ra) y si él percibió que esto era una demostración de amor verdadero del Santo Profeta (sa).

No se trata de cómo lo percibo yo, o cómo lo percibieron quienes vivieron hace un siglo antes que nosotros, o quienes vivieron cien años antes que ellos; ni se trata de cómo lo percibieron los propios Compañeros. Tampoco corresponde a otros determinar esto, ni siquiera a los que vivieron en la era del Santo Profeta (sa), es decir, sus Compañeros. Más bien, tenemos que ver cómo el propio Bilal (ra) percibió esto y ello se refleja en una declaración muy concisa del Santo Profeta (sa) (que también se ha mencionado anteriormente), cuando se dirigió a la gente y dijo: os reís de él porque dice as-adu, pero Dios Altísimo expresa Su complacencia sobre ello en los cielos. Su as-adu es más querido para Él que vuestro ash-hadu. ¿Fueron estas palabras del Santo Profeta (sa) – que su as-adu era más querido por Al’lah que el ash-hadu – pronunciadas simplemente para calmar su corazón y sólo para esa ocasión, para difuminar la situación, o debido a su profundo amor?

No obstante, lo que queremos saber es cómo percibió Bilal (ra) esta declaración. Así pues, la conclusión que Bilal (ra) sacó de esta declaración fue que, a pesar de ser un no árabe y de pertenecer a un pueblo que los demás consideraban ajeno a la raza humana, y, por lo tanto, los esclavizaban, el Santo Profeta (sa), por el contrario, tenía un vínculo de profundo amor y afecto por él. Si miramos detenidamente un poco en la historia, veremos que antes de su fallecimiento proclamó mi muerte es por la causa de Al’lah, quien es el Señor de todos los mundos [Surah al-An‘am, Ch.6: V.163]  , porque Dios el Todopoderoso reveló esto en relación con el Santo Profeta (sa).

Después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), se establecieron nuevos gobiernos, muchas personas entraron en el redil del Islam y se produjeron muchos cambios; es decir, con el paso del tiempo, se formaron nuevos gobiernos y se dieron muchos otros cambios, y algunos de los Compañeros emigraron a cientos de kilómetros de la tierra árabe. Todos estos cambios se produjeron después del fallecimiento del Santo Profeta (sa). Entre estos Compañeros que emigraron también estaba Bilal (ra), que había emigrado a Siria tras del fallecimiento del Santo Profeta (sa) y se estableció en Damasco.

Un día, algunas personas se reunieron en Damasco donde Hazrat Bilal (ra) residía y declararon que durante la época del Santo Profeta (sa) Bilal (ra) pronunciaba el azán y deseaban que Bilal (ra) lo pronunciara de nuevo. Entonces se lo pidieron a Hazrat Bilal (ra), pero este se negó a pronunciar el azán. Bilal (ra) declaró que no daría el azán después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), porque tan pronto como pensaba en pronunciar  el azán, le recordaba la bendita era del Santo Profeta (sa) y se emocionaba mucho, no pudiendo contenerse; por lo tanto, no haría la llamada del azán.

Hazrat ‘Umar (ra) estaba en una gira oficial y resultó estar en Damasco en ese momento. La gente pidió a Hazrat ‘Umar (ra) si podía pedir a Bilal (ra) que proclamara el azán. Declararon que entre ellos estaban aquellos que habían visto al Santo Profeta (sa) y que sus oídos anhelaban escuchar el azán de Bilal (ra) una vez más, para así poder experimentar la era del Santo Profeta (sa) de nuevo. Puesto que siempre que recordaban la era del Santo Profeta (sa), también recordaban el azán de Hazrat Bilal (ra), por lo que deseaban escuchar el azán una vez más para poder revivir esos recuerdos de nuevo. Además declararon que había otros entre ellos que no habían presenciado la era del Santo Profeta (sa) y sólo habían oído hablar de ella, por lo que sus corazones también deseaban escuchar el azán de la persona cuyo azán también fue escuchado por el Santo Profeta (sa) y le gustaba.

Hazrat ‘Umar (ra) llamó a Bilal (ra) y declaró: la gente desea escuchar tu azán. Hazrat Bilal (ra) respondió: usted es el Jalifa de la época, si este es su deseo entonces llamaré el azán, pero déjeme decirle que mi corazón no será capaz de soportar las emociones. Entonces, Hazrat Bilal (ra) se puso de pie y en voz alta comenzó a dar el azán exactamente de la misma manera que lo hacía en la época del Santo Profeta (sa). Mientras recordaba la época del Santo Profeta (sa), las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de los Compañeros que eran los nativos árabes y algunos incluso dejaron salir un fuerte grito. Hazrat Bilal (ra) continuó recitando el azán y la gente recordaba la época del Santo Profeta (sa) y empezaba a llorar. Así pues, mirad cómo Hazrat Bilal (ra), que era un abisinio y que los árabes utilizaban para sus propios servicios, y que no tenía ninguna relación de sangre ni lazos fraternales con ellos, qué impacto tuvo esto sobre los mismos.

Pues bien, el impacto que tuvo en los árabes fue que quienes habían presenciado la era del Santo Profeta (sa) pudieron volver a revivir esos recuerdos, mientras que los árabes que no presenciaron esa era también se emocionaron enormemente al recordar los relatos que habían escuchado de esa era; o se emocionaron al observar el estado de los sentimientos de los demás en ese momento. No obstante, sobre Hazrat Bilal (ra), que no era árabe y era un antiguo esclavo, ¿qué impacto tuvo este azán sobre él?

Se dice que al concluir el azán, Hazrat Bilal (ra) se desmayó – tal fue el impacto que tuvo en él – y después de unos pocos minutos falleció. Este fue el testimonio dado por los no árabes a la afirmación del Santo Profeta (sa) de que no hacía distinción entre un árabe y un no árabe. En efecto, este fue el mayor testimonio de los propios no árabes sobre el gran amor y afecto que sentían por el Santo Profeta (sa). La demostración de este profundo amor fue un testimonio verdadero y práctico del Santo Profeta (sa), diciendo que un árabe y un no árabe tenían el mismo estatus. Este fue el testimonio dado por los no árabes que escucharon la amorosa llamada del Santo Profeta (sa) y el profundo impacto de lo que habían presenciado los convenció de que ni siquiera su propio pueblo podía concederles tanto amor como el que el Santo Profeta (sa) les tenía.  (Khutbat-e-Mahmud, Vol. 30, pp. 263-267, Friday Sermon, 26 August 1949)

Este fue nuestro líder Bilal (ra), quien estableció tan altos estándares de amor y lealtad para el Santo Profeta (sa), e inculcó la unidad de Dios Altísimo en su corazón y su demostración práctica de que gente como él se han convertido en un modelo puro y santo para nosotros a emular.

De la misma manera, los relatos del amor y el afecto del Santo Profeta (sa) por este devoto suyo son tales que no se puede encontrar ni un solo ejemplo de ello en ninguna parte del mundo. Es este mismo ejemplo el que puede establecer un espíritu de amor, armonía y hermandad en nuestra sociedad, y romper los grilletes de la esclavitud. Incluso hoy en día nuestra salvación sólo se puede encontrar estableciendo la unicidad de Dios y demostrando esos ejemplos de amor por el Santo Profeta (sa). Que Dios Altísimo nos permita hacerlo.

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