Jalifas guiados – Hazrat Abu Bakr (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Jalifas guiados – Hazrat Abu Bakr (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida de Hazrat Abu Bakr (ra).

Las preguntas de Hazrat Abu Bakr (ra) sobre Hazrat Umar (ra) como el próximo Jalifa

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakar (ra), cuando se acercaba su fallecimiento, llamó a Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) y le preguntó sobre Hazrat Umar (ra). Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) dijo que Hazrat Umar (ra) era incluso mejor de lo que él pensaba, salvo por su fuerte temperamento. Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que esto era sólo el caso porque Hazrat Umar (ra) veía indulgencia en él, sin embargo si se le diera el liderazgo, entonces cambiaría ciertas cualidades suyas.

Su Santidad (aba) dijo que entonces Hazrat Abu Bakr (ra) llamó a Hazrat Uthman (ra) y le preguntó sobre Hazrat Umar (ra), y éste le respondió que su estado interior era incluso mejor que su estado exterior. Hazrat Abu Bakr (ra) entonces les dijo a ambos que no dijeran a nadie lo que les había preguntado. Hazrat Abu Bakr (ra) expresó entonces su deseo de desprenderse de este mundo y seguir adelante.

Su Santidad (aba) dijo que durante su última enfermedad, Hazrat Talha bin Ubaidil’lah (ra) fue a ver a Hazrat Abu Bakr (ra) y le preguntó si había nombrado a Hazrat Umar (ra) después de él, y procedió a explicarle por qué era una mala decisión y que sería responsable ante Dios por hacerlo. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió que cuando Dios le preguntara al respecto, diría que había nombrado a la mejor persona posible para ser el Jalifa.

Los musulmanes juran lealtad a Hazrat Umar (ra) tras el fallecimiento de Hazrat Abu Bakr (ra)

Su Santidad (aba) dijo que un día, con la ayuda de su esposa, a pesar de estar extremadamente enfermo, Hazrat Abu Bakr (ra) fue a la mezquita y se dirigió a los musulmanes: dijo que había deliberado mucho sobre quién debía ser el próximo Jalifa, si él fallecía. Dijo que había llegado a la conclusión de que debía ser Hazrat Umar (ra). Todo el mundo le aceptó y le prometió lealtad después de la muerte de Hazrat Abu Bakr (ra).

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) no tomó esta decisión arbitrariamente, sino que consultó primero a varios compañeros. No se detuvo allí, sino que luego, a pesar de estar extremadamente enfermo, fue a la mezquita y preguntó a la gente si estaban contentos con esta decisión, y sólo cuando estuvieron de acuerdo consolidó su decisión. De este modo, se llegó a un consenso sobre el asunto.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) había caído inicialmente enfermo después de realizar la ablución en un día frío, lo que le causó fiebre durante quince días. Su condición continuó deteriorándose y la gente iba a visitarle. Durante esos días, permaneció en la casa que le había otorgado el Santo Profeta (sa). La gente le sugería que fuera a un médico, a lo que Hazrat Abu Bakr (ra) contestaba que sí y decía: “ciertamente haré lo que me plazca”. En otras palabras, transmitiendo que la intención de Dios era llamarlo a sí mismo.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) falleció el miércoles 22 Yamadi al-Akhir 13 DH después de un período de Jalifato que duró 2 años, 3 meses y diez días. Sus últimas palabras fueron el versículo del Corán

‘Haz que la muerte me sorprenda en estado de sumisión a Tu voluntad y úneme a los justos’. (12:102)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) había dicho a su familia que después de su funeral, su familia debía ver si quedaba algo suyo y debía dárselo a Hazrat Umar (ra). También le dijo a su familia que le enterraran con la misma ropa que llevaba puesta después de lavarla. Su esposa dijo que debería ser enterrado con ropa nueva, a lo que él respondió que los vivos tenían más derecho a llevar algo nuevo.

El entierro de Hazrat Abu Bakr (ra) junto al Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Umar (ra) dirigió la oración fúnebre de Hazrat Abu Bakr (ra) y luego fue enterrado al lado del Santo Profeta (sa), de manera que la cabeza de Hazrat Abu Bakr (ra) se alineó con el lugar donde estaban los hombros del Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) había dicho que deseaba ser enterrado el mismo día de su fallecimiento, pues no quería retrasar el estar cerca del Santo Profeta (sa). Con respecto a su herencia, pidió que se distribuyera como el Sagrado Corán había ordenado.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) tenía cuatro esposas. Tuvo cuatro hijos y tres hijas.

Su Santidad (aba) dijo que cada vez que Hazrat Abu Bakr (ra) necesitaba tomar una decisión o consultar sobre un asunto, invitaba a compañeros tanto de los Muhayireen como de los Ansar y tomaba una decisión después de consultar con ellos.

Establecimiento del Tesoro

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) estableció el tesoro. Durante la vida del Santo Profeta (sa), cualquier botín se distribuía inmediatamente. Sin embargo, a medida que los musulmanes ganaban la victoria y se recibía el botín junto con el Yizl’lah y las riquezas de otras fuentes, se necesitaba una tesorería, para la que se asignó una casa separada. Sin embargo, a menudo permanecía vacía ya que Hazrat Abu Bakr (ra) siempre se esforzaba por distribuir cualquier riqueza tan pronto como la recibía.

Establecimiento de la Institución de Arbitraje

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) también había establecido una institución de arbitraje. Aunque no estuvo activa durante su época ya que rara vez había disputas, fue entregada al cuidado de Hazrat Umar (ra). Hazrat Abu Bakr (ra) también estableció una institución de jurisprudencia, con el fin de tomar decisiones y edictos, ya que varias tribus nuevas y varias personas con diferentes tribus se estaban uniendo al Islam, y varios casos planteaban diferentes preguntas o requerirían orientación. De ahí que se estableciera esta institución.

Varias Implementaciones Estructurales y Organizativas de Hazrat Abu Bakr (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Bakr (ra) también estableció una posición que puede ser comparada con la de un secretario; alguien que escribía varias ordenanzas, tratados y otros asuntos. Se dice que Hazrat Abdul’lah bin Arqam (ra) o Hazrat Zaid (ra) asumieron esta responsabilidad durante la era de Hazrat Abu Bakr (ra).

Su Santidad (aba) dijo que durante la era de Hazrat Abu Bakr (ra), no había un ejército dedicado, sino que todos los musulmanes eran considerados soldados en tiempos de guerra. Los ejércitos se dividían según las tribus, cada una con un líder designado. Hazrat Abu Bakr (ra) también aconsejaba a los ejércitos y a sus líderes, dándoles diversas instrucciones.

Su Santidad (aba) dijo que el Islam se estableció en varias regiones y Hazrat Abu Bakr (ra) nombró gobernadores en estas diferentes áreas y se comunicaba con ellos directamente en relación a varios asuntos. Les asignaba tareas de acuerdo a las áreas en las que se encontraban, y también tenían responsabilidades financieras con respecto a la recaudación.

Su Santidad (aba) dijo que seguiría narrando estos incidentes en futuros sermones.

Resumen preparado por The Review of Religions

SERMÓN DEL VIERNES, 09 de SEPTIEMBRE de 2022.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), en el Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), dijo todo esto:

Hoy mencionaré algunas narraciones más relacionadas con la vida de Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra). [En este sentido], cuando se acercaba el momento de su muerte, llamó a Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) y le pidió: “Háblame de Umar (ra)”. Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) respondió: “¡Oh Jalifa del Mensajero de Al’lah (sa)! ¡Por Dios, Hazrat Umar (ra) es incluso mejor que la opinión que tienes sobre él, excepto por el hecho de que es estricto en su carácter!”. [Al oír esto], Hazrat Abu Bakr (ra) declaró: “Él es estricto porque ve indulgencia en mí. Sin embargo, si se le confiara el liderazgo, abandonaría muchos de sus hábitos. También he observado que cuando yo trataba a alguien de manera estricta, él intentaba reconciliarme con ese individuo; y si yo mostraba indulgencia con una persona, me pedía que fuera más estricto”.

Tras esto, Hazrat Abu Bakr (ra) llamó a Hazrat Uzman bin Affan (ra) y le preguntó acerca de Hazrat Umar (ra). [Pues bien], Hazrat Uzman (ra) manifestó: “Su estado interior es incluso mejor que su estado exterior y no hay nadie entre nosotros que sea como él”. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) les solicitó a ambos: “¡No reveléis a nadie más lo que acabo de discutir con vosotros!”. Después de esto, Hazrat Abu Bakr (ra) proclamó: “Si no elijo a Hazrat Umar (ra), no miraré más allá de Uzman (ra) y ellos tendrán la autoridad para gobernar sus asuntos de la mejor manera. Es mi deseo ahora dejar de gobernar vuestros asuntos y unirme a los que han fallecido entre vosotros”.

Durante los días que duró la enfermedad de Hazrat Abu Bakar (ra), Hazrat Talha bin Ubaidul’lah (ra) se le acercó y le dijo: “Has designado a Hazrat Umar (ra) el Jalifa del pueblo, incluso aunque puedes ver cómo trata a la gente en tu presencia. Entonces, ¿cuál será la situación cuando él esté solo, te encuentres con tu Señor y Él te pregunte acerca de tu pueblo? [En esta ocasión], como Hazrat Abu Bakr (ra) estaba acostado, pidió que lo sentaran y cuando estaba sentado y apoyado sobre algo, exclamó: “¿Me estás haciendo temer a Dios? Cuando me encuentre con mi Señor y Él me interrogue, diré: ‘Yo nombré al mejor entre Tus siervos como su Jalifa’.”

[Por otra parte], haciendo referencia a libros de historia, Hazrat Musleh Maud (ra) [Jalifatul Masih II (ra)] afirma lo siguiente a este respecto:

“Cuando se acercaba el momento de la muerte de Hazrat Abu Bakr (ra), buscó el consejo de los Compañeros (ra) sobre a quién designar como Jalifa y la mayoría de los Compañeros (ra) expresaron su opinión de nombrar a Hazrat Umar (ra) como su Líder. La única objeción que algunos [Compañeros (ra)] manifestaron fue el hecho de que él era bastante estricto en su carácter y que podría tratar a la gente de una manera estricta, por lo que Hazrat Abu Bakr (ra) declaró: ‘Esa severidad suya se limitaba al tiempo en que aún no se le había confiado una responsabilidad. No obstante, ahora que se le confiará una responsabilidad, su dureza también se equilibrará’. Así pues, todos los Compañeros (ra) estuvieron de acuerdo con el Jalifato de Hazrat Umar (ra).

Como la salud de Hazrat Abu Bakr (ra) se había deteriorado bastante, [un día] tomó el apoyo de su esposa, Hazrat Asma (ra), y fue a la mezquita en un estado en el que sus piernas no le respondían y sus manos temblaban. Entonces, dirigiéndose a todos los musulmanes, explicó: ‘Desde hace muchos días, he reflexionado continuamente sobre quién debe ser vuestro Jalifa si yo fallezco. Al final, tras mucha reflexión y súplicas a este respecto, considero apropiado elegir a Umar (ra) para que sea vuestro Jalifa. Por lo tanto, Umar (ra) será vuestro Jalifa tras mi fallecimiento’. [Ante esto], todos los Compañeros (ra) y todas las personas se mostraron de acuerdo con esta elección, y juraron lealtad a Hazrat Umar (ra) tras el fallecimiento de Hazrat Abu Bakr (ra)”. 

Hazrat Musleh Maud (ra) aclara con más detalle este tema al responder sobre la alegación de por qué hubo una nominación cuando escribe:

“Si se dice que el Jalifa solo puede ser nombrado tras ser elegido por la gente, entonces, ¿por qué Hazrat Abu Bakr (ra) nominó a Hazrat Umar (ra)? Pues bien, la respuesta es que no lo eligió arbitrariamente, sino que está demostrado que primero lo consultó con otros Compañeros (ra). Si existe una diferencia, esta es solo que los otros Jalifas fueron elegidos tras el fallecimiento del Jalifa (anterior), mientras que Hazrat Umar (ra) fue elegido durante la vida de Hazrat Abu Bakr (ra). Sin embargo, no se detuvo ahí, pues Hazrat Abu Bakr (ra) no consideró suficiente consultar a unos pocos Compañeros (ra) y luego anunciar a Hazrat Umar (ra) como Jalifa; porque a pesar de su intensa debilidad, con la ayuda de su esposa, fue a la mezquita y manifestó a la gente: ‘¡Oh pueblo! Después de consultar a los Compañeros (ra), he elegido a Umar (ra)  para que sea el Jalifa después de mí. ¿Aceptáis su Jalifato?’. Al decir esto, todos expresaron su aprobación. Por tanto, esto también fue una forma de elección”. 

La enfermedad de Hazrat Abu Bakr (ra) y su testamento están recogidos en “Tarij At-Tabari” [‘La historia de At-Tabari’]:

Esta registrado que la causa de la enfermedad de Hazrat Abu Bakr (ra) fue que el lunes día 7 del mes de “Yamadiul Awwal” realizó la ablución y hacía mucho frío ese día en particular. Debido a esto, desarrolló una fiebre que le duró 15 días y fue tan severa que no fue capaz de dirigir las oraciones, por lo que ordenó a Hazrat Umar (ra) que las liderara. La gente venía a visitarle, aunque su condición se deterioraba día tras día. En ese momento, Hazrat Abu Bakr (ra) residía en la casa que le había concedido el Santo Profeta Muhammad (sa) y que estaba situada justo enfrente de la casa de Hazrat Uzman bin Affan (ra). Durante su enfermedad, fue [precisamente] Hazrat Uzman (ra) quien más le cuidó. [Al final], permaneció enfermo durante quince días. Por eso, alguien le sugirió que sería beneficioso para él llamar a un médico, pero contestó: “Ya me ha visto”. Entonces, la gente le preguntó qué había dicho el médico, a lo que él respondió: “Hago lo que deseo hacer”.

Se dice en otra narración que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) cayó enfermo, la gente preguntó si debían llamar a un médico para él, a lo que Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: “Ya me ha visto y he dicho: Ciertamente haré aquello que me place”. Lo que quería decir [en realidad] es que era la voluntad de Dios Altísimo convocarlo y que, por consiguiente, no había necesidad de llamar a un médico. [Finalmente], el martes 22 de “Yamadiul Ajir” del año 13 después de la Hégira, Hazrat Abu Bakr (ra) falleció a la edad de 63 años, [por lo que] su época de Jalifato duró dos años, tres meses y diez días.

Las últimas palabras pronunciadas por Hazrat Abu Bakr (ra) fueron las del bendito versículo del Sagrado Corán:

“Haz que la muerte me sorprenda en estado de sumisión a Tu voluntad y úneme a los justos”, [12:102].

[Por otra parte], las palabras impresas en el anillo de Hazrat Abu Bakr (ra) eran:

“¡Qué Majestuoso es Al’lah, el Todopoderoso!”. 

Hazrat Aisha (ra) relata que Hazrat Abu Bakr (ra) había pedido que tras preparar su ataúd y su funeral debían ver si quedaba algo más por hacer. Todos los asuntos habían sido confiados a Hazrat Umar (ra), pero en caso de que quedara algo; y si quedaba algo también debía confiarse a Hazrat Umar (ra). Luego, en cuanto a la preparación de su ataúd y su entierro, declaró: “Hay que lavar la tela que llevo encima y utilizarla junto con los demás paños en los que envolvéis mi cuerpo”. [Al escuchar eso], Hazrat Aisha (ra) afirmó: “Esta tela es vieja y debería haber una nueva para envolver el cuerpo”. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: “Los que están vivos tienen más derecho a llevar ropa nueva que los que han fallecido” y expresó que sería mejor que el nuevo trozo de tela se entregara a alguien que estuviera vivo.

Hazrat Aisha (ra) narra además que Hazrat Abu Bakr (ra) había establecido como parte de su testamento que su esposa, Hazrat Asma bint Umais (ra), lavara su cuerpo y [al final] el hijo de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Abdur Rahman (ra), ayudó a su madre en esta tarea. Su cuerpo fue envuelto en dos trozos de tela, uno de los cuales fue utilizado para lavar su cuerpo. Por otro lado, se relata que su cuerpo fue envuelto con tres trozos de tela. [Sea como fuera], después, su cuerpo fue colocado en la cama del Santo Profeta (sa), la cual era la misma cama en la que dormía Hazrat Aisha (ra) y su cuerpo fue sacado de esta misma cama para su funeral.

Hazrat Umar (ra) dirigió la oración fúnebre de Hazrat Abu Bakr (ra) entre la tumba del Profeta (sa) y su púlpito, y fue enterrado por la noche en el mismo recinto junto al Santo Profeta Muhammad (sa). La cabeza de Hazrat Abu Bakr (ra) se colocó a la altura de los hombros del Santo Profeta (sa). En el momento del entierro, Hazrat Umar bin Al-Jattab (ra), Hazrat Uzman bin Affan (ra), Hazrat Talha bin Ubaidul’lah (ra) y Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakr (ra) bajaron a la tumba e hicieron el entierro. [En este sentido], Ibn Shihab narra que Hazrat Umar (ra) enterró a Hazrat Abu Bakr (ra) por la noche y Hazrat Salim bin Abdil’lah (ra) relata de su padre que la muerte de Hazrat Abu Bakr (ra) ocurrió debido a su dolor por el fallecimiento del Mensajero de Al’lah (sa), puesto que tras la muerte del Profeta (sa), el cuerpo de Hazrat Abu Bakr (ra) se debilitó continuamente hasta que murió. Algunos historiadores también han informado de que la causa del fallecimiento de Hazrat Abu Bakr (ra) se debió a que comió la comida que un judío había envenenado. No obstante, la mayoría de los historiadores han rechazado esta narración.

Asimismo, Hazrat Aisha (ra) relata que cuando se acercaba el momento de su muerte, Hazrat Abu Bakr (ra) preguntó qué día era y la gente le informó de que era un lunes. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) afirmó: “Si fallezco hoy, entonces no esperéis hasta mañana [para enterrarme], porque me son más queridos el día y la noche que están más cerca del Santo Profeta (sa)”. En otras palabras, quería ser enterrado ese mismo día.

Además, Hazrat Abu Bakr (ra) declaró: “Después de mi fallecimiento, mi herencia debe ser distribuida de acuerdo con los mandatos del Corán”; y según otra narración, en su testamento asignó una quinta parte de su riqueza para sus parientes que no eran herederos.

En relación con las esposas e hijos de Hazrat Abu Bakr (ra), se registra que tuvo cuatro mujeres:

La primera fue Qutailah bint Abd Al-Uzzah y hay diferentes opiniones con respecto a su aceptación del Islam. Fue la madre de Hazrat Abdul’lah (ra) y Hazrat Asma (ra). [Al final], Hazrat Abu Bakr (ra) se divorció de ella en la era de la ignorancia.

Una vez fue a la casa de Hazrat Asma (ra) en Medina, es decir, su hija, con regalos de mantequilla clarificada y queso. Sin embargo, Hazrat Asma (ra) rechazó los regalos y no la dejó entrar en su casa. Entonces [Qutailah] le pidió a Hazrat Aisha (ra) que le preguntara al Santo Profeta Muhammad (sa) al respecto y [a continuación] inquirió de Hazrat Aisha (ra) cuál era el veredicto del Mensajero de Dios (sa) después de que su madre hubiera venido de esa manera, trayendo regalos, y de que se negara a dejarla entrar. Ante esto, el Santo Profeta (sa) le ordenó que la dejara entrar en su casa y que aceptara sus regalos.

Su segunda esposa fue Hazrat Umm-e-Ruman bint Amir (ra). Era de la tribu Banu Kinanah bin Juzaimah. Su anterior marido, Hariz bin Sajbarah, falleció en La Meca. Más tarde se casó con Hazrat Abu Bakr (ra), entró en el redil del Islam en la primera época, juró lealtad al Profeta (sa) y también emigró a Medina. De ella nacieron Hazrat Abdur Rahman (ra) y Hazrat Aisha (ra). Falleció en el año 6 d.H. en Medina y [cuando esto ocurrió] el Santo Profeta Muhammad (sa) bajó a su tumba y rezó por su perdón.

Su tercera esposa fue Hazrat Asma bint Umais bin Mabad bin Hariz (ra). Su título era “Umm Abdil’lah”. Había aceptado el Islam y jurado lealtad al Santo Profeta (sa) incluso antes de entrar en “Dar-e-Arqam”, [lugar de reunión de los primeros musulmanes en los alrededores de La Meca]. Participó en la primera emigración, o sea, primero emigró junto a su anterior marido, Hazrat Yafar bin Abi Talib (ra), a Abisinia y desde allí a Medina, en el año 7 d.H. Más tarde, como  su marido fuera martirizado en el año 8 d.H., durante la Batalla de Mutah, se casó con Hazrat Abu Bakr (ra) y dio a luz a Muhammad bin Abi Bakr (ra).

Su cuarta esposa fue Hazrat Habibah bint Jariyah bin Zaid bin Abi Zuhair (ra), que  pertenecía a la rama Jazray de los “Ansar” [musulmanes residentes de Medina]. Hazrat Abu Bakr (ra) se quedaba con ella en la zona vecina de Medina llamada Suna. Dio a luz a la hija de Hazrat Abu Bakr (ra) llamada “Umm-e-Kulzum”, que nació poco después de su fallecimiento.

[En total] tuvo cuatro hijos y tres hijas:

Su primer hijo fue Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakr (ra) y fue el primogénito de Hazrat Abu Bakr (ra). Aceptó el Islam durante el Tratado de Hudaibiyah y se mantuvo firmemente unido al Islam. Tuvo el honor de estar en presencia del Mensajero de Al’lah (sa). Era conocido por su valentía y coraje; y tras aceptar el Islam fue muy alabado por su carácter.

Su segundo hijo fue Hazrat Abdul’lah bin Abi Bakr (ra), quien  desempeñó un papel importante en la emigración del Profeta (sa) a Medina, ya que pasaba todo el día en La Meca recopilando información de los mequíes y por la noche iba en secreto a la cueva y transmitía esa información al Santo Profeta Muhammad (sa) y a Hazrat Abu Bakr (ra), y luego regresaba por la mañana a La Meca. [Desgraciadamente], fue alcanzado por una flecha durante un combate en Taif y la herida sufrida por ello no se curó. Al final y como resultado de esto, alcanzó el martirio durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra).

Su tercer hijo fue Muhammad bin Abi Bakr (ra), quien nació de Hazrat Asma bint Umais (ra). Su nacimiento tuvo lugar en “Zul Al-Hulaifah”, con ocasión del “Hayyatul-Wida” [la ‘Peregrinación de la Despedida’, la última Peregrinación del Santo Profeta (sa)]. Fue criado por Hazrat Ali (ra) y durante la época de su propio Jalifato lo nombró gobernador de Egipto; y allí es donde fue asesinado. Según algunas narraciones, su nombre ha sido mencionado entre los que causaron la muerte de Hazrat Uzman (ra) y por eso fue matado. [No obstante, a este respecto] Dios sabe mejor [lo que ocurrió al respecto].

Su cuarto hijo fue Hazrat Asma bint Abi Bakr (ra), que era conocida por su título de “Zat al-Nataqain” [‘la que tiene dos cinturones’]. Era mayor en edad que Hazrat Aisha (ra). El Mensajero de Al’lah (sa) fue quien le dio el título de “Zat al-Nataqain” porque durante la emigración preparó comida para el Santo Profeta (sa) y su padre, pero como no tenía nada con qué atarla, rompió su cinturón y lo usó para amarrar el recipiente. Por ello, la forma en que se las arregló para llevar la comida era atando el contenedor [que la contenía] con la tela de su cinturón. Estaba casada con Hazrat Zubair bin Al-Awwam (ra) y emigró a Medina estando embarazada. Tras completar la emigración, dio a luz a Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra), quien fue el primer niño nacido tras la emigración. Hazrat Asma (ra) alcanzó la edad de 100 años y falleció en La Meca en el año 73 d.H.

El quinto hijo fue la Madre de los Creyentes, Hazrat Aisha bint Abu Bakr (ra), que también fue  esposa del Santo Profeta Muhammad (sa). Era la mayor erudita de entre las mujeres. El Mensajero de Dios (sa) le dio el título de “Umm Abdul’lah” [‘madre de Abdul’lah’]. El Profeta (sa) sentía un amor ejemplar por ella. [En este sentido], el Imam Shabi escribe que cada vez que Masruq relataba una narración de Hazrat Aisha (ra) decía: “Me lo dijo Sadiqah bint Siddiq (ra), que es la amada del amado de Al’lah y cuya exoneración fue revelada por Al’lah”. Falleció a la edad de 63 años, en el año 57 d.H. Según otra narración, falleció en el año 58 d.H.

El sexto hijo fue Umm Kulzum bint Abu Bakr (ra), que  nació de Hazrat Habibah bint Jariyah (ra). En el momento de su propio fallecimiento, Hazrat Abu Bakr (ra) le comunicó a Hazrat Aisha (ra): “Tienes dos hermanos y dos hermanas”. Entonces, Hazrat Aisha (ra) manifestó: “Sé de mi hermana Asma, pero ¿quién es mi segunda hermana?”; por lo que Hazrat Abu Bakr (ra) contestó: “La que está en el vientre de Jariyah”. En otras palabras, todavía estaba por nacer, y el bebé sería una niña; ya que expresó: “Estoy convencido de que tendrá una hija”; y eso es exactamente lo que ocurrió. Así pues, Umm Kulzum nació tras la muerte de Hazrat Abu Bakr (ra) y se casó con Hazrat Talha bin Ubaidul’lah (ra), que fue martirizado en la “Yang-e-Yamal” [la ‘Batalla del Camello’].

Según algunas narraciones, una de las hijas de Hazrat Abu Bakr (ra) estaba casada con Hazrat Bilal (ra) y además se afirma que esta hija era del marido anterior de una de sus cuatro esposas.

Con respecto al sistema de gobierno, se registra que cuando un asunto se presentaba ante Hazrat Abu Bakr (ra), la manera en que gobernaba era que si un tema necesitaba ser deliberado, entonces consultaba con personas que daban un buen consejo; y si necesitaba la guía de personas con conocimiento en jurisprudencia, acudía tanto a los “Muhayirin” [musulmanes que emigraron de La Meca a Medina] como a los “Ansar” [musulmanes residentes de Medina] y también llamaba a Hazrat Umar (ra), Hazrat Uzman (ra), Hazrat Ali (ra), Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra), Hazrat Muaz bin Yabal (ra), Hazrat Ubay bin Kaab (ra) y Hazrat Ziad bin Zabit (ra). Otras veces, solicitaba la presencia de un gran número de “Muhayirin” y “Ansar”.

Hazrat Musleh Maud, Jalifatul Masih II (ra), afirma en el comentario de “consúltalos” [mandato que aparece en el Sagrado Corán]:

“Reflexionad sobre esta palabra, puesto que es evidente que hay una sola persona que busca la consulta y de ninguna manera dos; y las personas consultadas son tres o más. Entonces esa persona debe reflexionar sobre el consejo recibido y a partir de ahí viene el mandamiento: ‘Y cuando estés decidido, pon tu confianza en Al’lah’. Así, cuando alguien está convencido de algo, debe actuar en consecuencia sin importarle lo que digan los demás”.

En otras palabras, la persona que busca la consulta debe aceptar el consejo, analizar todos los aspectos y luego debe actuar en consecuencia sin importarle lo que digan los demás.

Y continua diciendo:

“Encontramos grandes ejemplos de esta determinación en la época de Hazrat Abu Bakr (ra), porque cuando la gente empezó a convertirse en apóstata, se le sugirió a [Hazrat Abu Bakr (ra)] que retuviera el ejército que estaba a punto de ser enviado bajo el mando de Hazrat Usama (ra), pero él respondió: ‘Este ejército fue encargado por el Santo Profeta (sa) y, en consecuencia, no puedo retenerlo. El hijo de Abu Quhafah no tiene poder para hacerlo’. Solo retuvo a algunas personas, como hizo con Hazrat Umar (ra), que estaba a punto de partir junto con el ejército.

Aparte, se dijo con respecto al ‘Zakat’ que para evitar que la gente se convirtiera en apóstata, este debía ser perdonado. Al oír eso, Hazrat Abu Bakr (ra) replicó: ‘Si le hubieran dado al Mensajero de Dios (sa) [como pago debido por el Zakat] tan poco como la cuerda que se usa para atar un camello, me aseguraría de tomar incluso eso. [Es más], incluso si todos me abandonáis y las bestias salvajes de la selva se unen a los apóstatas, entonces los combatiría yo solo’. Este fue un ejemplo de determinación y ya saben lo que ocurrió después. (De todas formas, esa fue la gran determinación de Hazrat Abu Bakr -ra-). Aunque la gente había sugerido lo contrario, ¿qué pasó después? Como resultado de esta determinación ejemplar, Al’lah abrió la puerta a las victorias. Recordad que cuando una persona teme a Dios, los demás no pueden abrumarla y esta es la realidad del Jalifato”. 

[Respecto] a la existencia del tesoro, durante la bendita época del Santo Profeta (sa), él distribuía de inmediato en la mezquita y en presencia de todos los bienes que recibía del botín, el “jums”, el “fai” [la riqueza y otras cosas que los musulmanes obtenían de sus oponentes tras luchar o sin hacerlo; es decir, significa que huyeron sin luchar o que se rindieron y pagaron el “yizia” (impuesto exigido a los no-musulmanes para su protección y seguridad)] y el “Zakat”, etc. De este modo, se puede decir que el departamento de la tesorería ya existía en la época del Santo Profeta Muhammad (sa). En cambio, durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra), las diversas conquistas hicieron que, además de los ingresos por diversos conceptos, aumentara la afluencia del botín y el “yiziah”, por eso Hazrat Abu Bakr (ra) sintió la necesidad de establecer una tesorería donde la riqueza pudiera ser almacenada hasta ser distribuida o gastada. Así pues, tras consultar con los Compañeros (ra) más veteranos, dedicó una sede para este fin. Sin embargo, al final esto era solo de nombre, ya que Hazrat Abu Bakr (ra) siempre se esforzaba por distribuir de forma inmediata los bienes que llegaban a la misma.

Según algunas narraciones, las responsabilidades del departamento del tesoro fueron encomendadas a Hazrat Abu Ubaidah (ra). Inicialmente, Hazrat Abu Bakr (ra) estableció dicho departamento en el valle de Suna y no se nombró a ningún guardián sobre él. Suna se encuentra en los alrededores de Medina, a unas dos millas [3,2 km] de la Mezquita del Profeta (sa). En una ocasión, alguien le preguntó por qué no había nombrado a nadie para custodiar el tesoro y él respondió: “Un candado es suficiente para su protección”. (En otras palabras: bastaba con que hubiera un candado), porque él distribuía todo lo que entraba en la tesorería y casi siempre estaba vacía, hasta el punto de que no quedaba nada. Posteriormente, cuando se mudó a Medina, trasladó el tesoro a su propia casa y solía distribuir toda la riqueza que entraba en la tesorería hasta dejarla vacía. Acostumbraba a entregar partes iguales a la hora de distribuir la misma y de esos bienes compraba camellos, caballos y armamento, y los repartía en el camino de Al’lah. Una vez, compró unas sábanas a unos beduinos y las repartió entre las viudas de Medina. [Lo cierto es que] debió hacer esto en múltiples ocasiones, aunque esto se ha registrado solo una vez en las narraciones.

Asimismo se estipuló una paga del tesoro para Hazrat Abu Bakr (ra):

Está documentado que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) fue elegido Jalifa, se le fijó un estipendio del tesoro para satisfacer sus necesidades. [En este sentido], Hazrat Aisha (ra) relata: “Cuando Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) se convirtió en Jalifa, dijo: ‘Mi pueblo sabe que mi ocupación no me impidió proveer el sustento para mi familia. Tenía suficientes ingresos para ocuparme de mi hogar fácilmente, pero ahora me he ocupado de los asuntos de los musulmanes, por lo que la familia de Abu Bakr (ra) recibirá provisiones del tesoro y él tomará esta riqueza y trabajará para los musulmanes, y la aumentará a través del comercio”.

Por lo tanto, los musulmanes le estipularon una cantidad anual de seis mil dirhams, aunque algunos dicen que solo aceptó lo que necesitaba. Así, fue el primer “wali” o líder del gobierno, cuyos gastos fueron aprobados por sus ciudadanos.

En un relato se menciona que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) se convirtió en Jalifa, un día por la mañana salió hacia el mercado y llevaba sobre sus hombros las prendas que utilizaba [para vender] en sus negocios. [En el camino] se encontró con Hazrat Umar bin Al-Jattab (ra) y Hazrat Abu Ubaidah bin Al-Yarrah (ra), quienes le preguntaron: “¡Oh Jalifa del Mensajero (sa)! ¿A dónde te diriges?”. [Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: “Al mercado”. Luego le dijeron: “¿Por qué haces eso si eres el Líder de los musulmanes?”. Y él replicó: “¿Cómo voy a alimentar a mi familia?”. [A continuación], lo llevaron junto a ellos diciendo que le estipularían una asignación para él. De este modo, se estableció un estipendio anual de tres mil dirhams, aunque según otras narraciones, el honorario fue de seis mil dirhams, como se ha mencionado anteriormente. [Además, cabe decir que], de acuerdo con algunas personas, recibió un total de seis mil dirhams en el transcurso de su Jalifato. Asimismo, en casi todos los libros de historia consta de forma unánime que, a pesar de que Hazrat Abu Bakr (ra) recibió un honorario del tesoro para satisfacer sus necesidades [personales] y las de su familia, antes de su fallecimiento devolvió toda esa cantidad. De ahí que se dice en una narración que, al acercarse su fallecimiento, hizo un testamento para que se vendieran sus tierras y que el importe se utilizara para devolver al tesoro la cantidad que había empleado en gastos personales.

Está registrado en otra narración que cuando su muerte estaba próxima, le dijo a Hazrat Aisha (ra): “Desde que me convertí en Jalifa no he utilizado ni un solo dinar o dirham perteneciente a la nación. Solía comer poco y llevar ropas gruesas. Aparte, para los musulmanes se consideraba parte del botín a los siervos, los camellos y las telas. Por tanto, tras mi fallecimiento, todas estas cosas deben ser enviadas a Umar (ra)”. Hazrat Aisha (ra) continua diciendo: “Cuando falleció, envié todas esas cosas a Hazrat Umar (ra) y al verlas se echó a llorar hasta que sus lágrimas comenzaron a caer al suelo mientras decía: ‘¡Que Al’lah tenga piedad de Abu Bakr (ra), que ha puesto en dificultades a los que le siguen!’.”

[Por otra parte], cuando Hazrat Abu Bakr (ra) falleció, Hazrat Umar (ra) llamó a algunos Compañeros (ra) para que hicieran un balance del tesoro, pero vieron que no quedaba nada allí. Estaba vacío porque todo se había distribuido.

Hazrat Abu Bakr (ra) también estableció el departamento de mediación y aunque este no tomó una forma estructural durante la época de su Jalifato, él ya había asignado sus funciones a Hazrat Umar (ra). [En este contexto], se menciona en una narración que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) se convirtió en Jalifa, Hazrat Umar (ra) declaró: “Serviré en el tribunal en tu nombre”; aunque Hazrat Umar (ra) esperó durante un año y no se presentaron dos personas con una disputa; o sea, no surgían peleas, ni disputas ni problemas, por lo que el número de casos era muy bajo. Incluso si alguna vez había un caso, Hazrat Abu Bakr (ra) sacaba un rato de su tiempo libre para resolver el asunto. Hazrat Umar (ra) era el jefe del departamento de arbitraje y los siguientes Compañeros (ra) habían sido asignados para ayudarle: Hazrat Ali (ra), Hazrat Muaz bin Yabal (ra), Hazrat Ubay bin Kaab (ra), Hazrat Zaid bin Zabit (ra) y Hazrat Abdul’lah bin Masud (ra).

[Por su parte], Hazrat Umar (ra) relata: “En esa época había un estado de tanta paz, seguridad y honestidad, que transcurrían los meses y no venían [lo que típicamente se espera en esas situaciones] ni dos personas para resolver un asunto”.

En cuanto al departamento de jurisprudencia, se dice que, a medida que nuevas tribus y residentes entraban en las filas del Islam y, a la luz de las circunstancias, surgían diversos asuntos de jurisprudencia, por lo que Hazrat Abu Bakr (ra) estableció dicho departamento a fin de facilitar y guiar, en general, a la población musulmana; y nombró a Hazrat Umar (ra), Hazrat Uzman (ra), Hazrat Ali (ra), Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra), Hazrat Ubay bin Kaab (ra), Hazrat Muaz bin Yabal (ra) y a Hazrat Zaid bin Zabit (ra) para emitir edictos, porque todos ellos se distinguían de los demás por su profunda comprensión, conocimiento e interpretación de la fe. Según una narración, Hazrat Abdul’lah bin Masud (ra) también estaba entre los Compañeros (ra) autorizados para emitir edictos y nadie más que ellos tenía permiso para hacerlo.

Un historiador escribe en relación al departamento de registro: “En la terminología moderna, un escriba puede ser comparado con un secretario en el gobierno”, como las secretarias que toman notas en las reuniones y las transmiten. [Pues bien], durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra), aunque todavía no se había establecido un sistema de administración, había ciertas personas asignadas para escribir las órdenes ejecutivas, los tratados y otros temas que requerían ser puestos por escrito. [En este sentido,] a Hazrat Abdul’lah bin Arqam (ra) se le asignó la función de llevar a cabo un registro desde la época del Santo Profeta (sa) y también se le confió este deber durante la época de Hazrat Abu Bakr (ra). No obstante, según otra narración, Hazrat Zaid bin Zabit (ra) se ocupaba del departamento de registro durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra) y había veces que otros Compañeros (ra) que estaban presentes se encargaban asimismo de esta misión, como Hazrat Ali (ra) y Hazrat Uzman (ra).

En cuanto a la administración militar, está escrito que, durante la época de Hazrat Abu Bakr (ra), no existía una institución militar oficial como tal, y en el momento de la “yihad” [esfuerzo en el camino de Dios y autodefensa], cada musulmán era un soldado. El ejército se dividía según las tribus y cada una tenía un líder distinto, por encima del cual había un cargo de “Amir al-Umara” [el líder de los líderes], que fue creado por Hazrat Abu Bakr (ra). Luego, con el fin de enviar provisiones para las batallas, Hazrat Abu Bakr (ra) se había asegurado de que, de las diversas fuentes de ingresos, sacaría una parte para el gasto de las provisiones militares. A través de esto, se compraban armas y animales para el transporte. Además, se habían reservado ciertos pastos para cuidar [bien] a los caballos y camellos utilizados en la “yihad”.

Un biógrafo escribe: “El sistema de gobierno militar de Hazrat Abu Bakr (ra) estaba más cerca de la costumbre beduina que prevalecía entre las tribus árabes incluso antes de la época del Santo Profeta Muhammad (sa), pues en aquella época el gobierno islámico no tenía un ejército establecido [como tal], sino que cada persona se presentaba a prestar el servicio militar; y cuando había una declaración de guerra, las tribus se ponían en marcha y se dirigían hacia el enemigo con sus provisiones militares; es decir, no acudían al cuartel general para obtener provisiones o armas, sino que eso lo organizaban ellos mismos. [Por otro lado], el gobierno [islámico] ni siquiera les pagaba un salario, sino que consideraba el botín de guerra como una remuneración por sus servicios: 4/5 del botín de guerra obtenido se distribuía entre los que participaban en la batalla y una quinta parte se enviaba al Jalifa [que tenía su sede] en la capital, quien lo ingresaba en el tesoro [“Bait ul-Mal”]. Luego, los gastos de las necesidades menores del Estado se cubrían con el ‘jums’ [1/5 del botín de guerra]. [Finalmente], las instrucciones emitidas por Hazrat Abu Bakr (ra) sobre el combate eran transmitidas al ‘Amir al-Umara’ y a los comandantes”. 

Esta escrito que Hazrat Abu Bakr (ra) daba instrucciones a los comandantes y a los líderes que partían hacia la batalla. [Por ejemplo], dirigiéndose al ejército de Hazrat Usama, Hazrat Abu Bakr (ra) afirmó:

“Os aconsejo diez cosas: no actuéis con deshonestidad, no robéis del botín de guerra, no rompáis un pacto, no mutiléis a los cadáveres, no matéis a ningún niño pequeño ni a ningún anciano ni a ninguna mujer; no cortéis ninguna palmera datilera ni la queméis, ni cortéis ningún árbol frutal; no sacrifiquéis ninguna cabra, vaca o camello salvo para su consumo (en otras palabras: solo sacrificadlos cuando sea necesario y no en otro momento).

También veréis a algunas personas que se han dedicado a la iglesia, por consiguiente, dejadles y no les hagas ningún daño (o sea, monjes, etc.). Luego veréis personas que os presentarán comida en diferentes tipos de recipientes, recitad el nombre de Dios y después comed de ellos. Además, encontraréis a algunas personas que se han afeitado el pelo de la cabeza salvo en algunas zonas de los cuatro lados. Pues bien, aseguraos de que os ocupáis de ellos, porque son los que han instigado la guerra contra los musulmanes. ¡Marchad en el nombre de Dios y que Dios os proteja de toda lesión, de toda enfermedad y de la peste!”.

Del mismo modo, cuando Hazrat Abu Bakr (ra) envió a Hazrat Yazid bin Abi Sufian (ra) para la batalla en Siria, dijo… -Bueno, ya he mencionado esto en el sermón anterior, por lo que voy a hacer un resumen de los puntos clave y cada [áhmadi] que tiene un puesto oficial [en la Comunidad] debe tener esto en cuenta-. Pues bien, Hazrat Abu Bakr (ra) declaró:

“Te he designado como gobernador, para ponerte a prueba y entrenarte, enviándote a otro lugar. Si cumples tu responsabilidad de manera excelente, entonces te nombraré de nuevo para esta tarea y te permitiré sobresalir aún más. Sin embargo, si muestras negligencia, te destituiré de tu cargo. Adhiérete al ‘taqwa’ [rectitud]. Al’lah conoce tanto tu condición interna como la externa. Entre la gente, los que están más cerca de Dios son aquellos que hacen la mayor justicia en su vínculo de amistad con Él y la persona más cercana a Al’lah entre la gente es aquella que alcanza Su cercanía a través de su conducta”. 

Hazrat Abu Bakr (ra) declaró además:

“Abstente de albergar malicia, pues a Dios le desagrada mucho. Trata bien y de forma amable a tu ejército, y cuando les aconsejes hazlo de manera breve, pues las conversaciones largas hacen que uno olvide de muchas cosas. Mantente reformado y la gente se reformará por ti. (Es decir, si un líder y la gente que ocupa puestos en la Yamat se mantienen reformados, entonces la gente también actuará de manera correcta). Ofrece tus oraciones a su hora prescrita y realiza todos los ‘rukus’ y ‘suyuds’ [inclinaciones y prosternaciones] y hazlas con fervor y humildad”.

Así pues, llevar a cabo las oraciones es extremadamente importante.

Hazrat Abu Bakr (ra) continuó diciendo:

“Cuando los representantes del enemigo vengan a verte, trátalos con respeto y dignidad, pero deja que solo se queden por un breve periodo de tiempo, a fin de que no estén mucho tiempo [con vosotros]. Deben salir de tu ejército rápidamente, (o sea, que no pasaran demasiado tiempo entre los soldados y se marcharan rápidamente), para que no puedan reunir ninguna información sobre el ejército. No les informéis sobre vuestras actividades y dad muy poca información”. 

Hazrat Abu Bakr (ra) añadió:

“No permitas que tu gente hable con ellos ni que se reúna con cualquiera”. (En vistas a que no debe ocurrir que los emisarios puedan deambular libremente y reunirse con quienes quieran. De hecho, solo deberían hablar con la persona que corresponda y sin deambular entre la gente); “y cuando hables con ellos no reveles tus secretos”. En otras palabras, la persona con la que se encuentre también debe ser muy cautelosa.

Luego, con respecto a la búsqueda de consejos, Hazrat Abu Bakr (ra) explicó:

“Siempre que quieras pedir consejo, di la verdad y recibirás la respuesta correcto. Informa de todos los detalles y a continuación pide consejo; y no ocultes la información a tus asesores, porque de lo contrario saldrás perjudicado por tu propia culpa”.

 Con respecto a que un funcionario o un comandante reúna información sobre los acontecimientos del día y cómo conseguirla, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo:

“Habla con tus amigos por la noche (es decir, siéntate por la noche, selecciona a algunas personas y habla con ellas) y podrás reunir mucha información. A menudo debes inspeccionar sus puestos militares sin informarles con antelación, (o sea, la supervisión es también muy importante); y si encuentras algún puesto desatendido, debes amonestar a esa persona”.

 Hazrat Abu Bakr (ra) instruyó además:

“No te apresures en dar el castigo, pero tampoco te vuelvas negligente con él”. (Ambos aspectos son importantes, ya que uno no debe apresurarse en castigar o emitir un veredicto, pero tampoco debe volverse completamente negligente y no decir nada). “No descuides a tu ejército y tampoco lo humilles espiándolo”, (en otras palabras: no espíes a tu propia gente ya que se sentirán humillados). “No menciones su información confidencial a otras personas”, (pues cualquier información confidencial que recibas sobre ellos no debe ser compartida con nadie más). “No te sientes con gente inútil, sino con aquellos que son veraces y leales. No muestres cobardía, de lo contrario la gente hará lo mismo. No seas deshonesto en los asuntos relacionados con el botín de guerra, ya que eso nos acerca a la dependencia de otros y nos impide la victoria y el éxito”.

 Hay muchos puntos que no he mencionado sobre estos temas y como dije antes, además de para los oficiales militares, estos también son importantes para nuestros funcionarios y deben tenerse en cuenta. Solo entonces nuestras diversas tareas serán bendecidas. Como ya he dicho, la razón por la que vuelvo a mencionar este resumen es para que nuestros responsables lo recuerden.

Sobre la división del gobierno islámico en varias regiones, está escrito que este fue dividido en varias zonas en la época del Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra), y que él nombró líderes y gobernadores para cada una de ellas. Medina era la capital y Hazrat Abu Bakr (ra) residía allí como Jalifa. Luego, en relación a los nombramientos de los gobernadores, está escrito que Hazrat Abu Bakr (ra) siguió la práctica del Santo Profeta (sa), nombrando a los gobernadores de la región de entre su gente piadosa y virtuosa. En el área de Taif y en otras, nombró a sus gobernadores de entre sus propios habitantes. Cada vez que Hazrat Abu Bakr (ra) elegía a alguien como gobernador declaraba oficialmente su nombramiento por escrito y a menudo indicaba la ruta para llegar a su respectiva zona y las diversas áreas por las que debía pasar; y hacía esto en particular, en el caso de que estuviera nombrando a alguien de entre los que no habían sido conquistados y que no había estado [anteriormente] bajo el control del Jalifato islámico. Esto fue bastante evidente durante las conquistas de Siria e Irak y las batallas contra los apóstatas. A veces, Hazrat Abu Bakr (ra) hacía que varias regiones se unieran entre sí, sobre todo después de las batallas contra los apóstatas. Por ejemplo, Kindah quedó bajo la autoridad de Hazrat Ziad bin Labid (ra), que además era el gobernador de Hazramaut y, por lo tanto, gobernaba ambas regiones.

[De todas formas], durante la época de Hazrat Abu Bakr (ra), cuando se nombraba a los gobernantes, el primer aspecto que se tenía en cuenta como criterio era su nivel de adhesión al Islam. Incluso al nombrar a los gobernadores, se daba preferencia a los que habían disfrutado de la compañía del Mensajero de Al’lah (sa). Así pues, un criterio en este sentido era que quienquiera que hubiese sido designado para cualquier tarea por el Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr (ra) nunca hacía ningún cambio respecto a ese nombramiento. Por ejemplo, el Santo Profeta Muhammad (sa) nombró a Hazrat Usama (ra) como comandante del ejército y después [del fallecimiento del Santo Profeta (sa)] algunas personas sugirieron nombrar a un Compañero (ra) más veterano para esta función, basándose en ciertos razonamientos, pero Hazrat Abu Bakr (ra) mantuvo a Hazrat Usama (ra) como comandante.

Otro factor que Hazrat Abu Bakr (ra) tuvo en cuenta fue el de aquellos que habían pasado más tiempo en compañía del Santo Profeta (sa). Por eso confió la mayoría de las responsabilidades a las personas que habían aceptado el Islam antes de la conquista de La Meca. Hazrat Abu Bakr (ra) nunca dio preferencia a ninguna tribu en particular en este sentido y  fue debido a los fuertes principios y alto nivel de los diversos gobernantes y líderes nombrados por Hazrat Abu Bakr (ra), que se esforzaban al máximo en servir al Islam y a los musulmanes. Al nombrar a los gobernadores, Hazrat Abu Bakr (ra) también tenía en cuenta las opiniones de la población local, por lo que Hazrat Ala bin Hazrami (ra) sirvió como gobernador de Bahrein durante la vida del Mensajero de Dios (sa) y más tarde, por otras razones, fue enviado a otro lugar. Más tarde, durante la era del Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra), la gente de Bahrein pidió a Hazrat Abu Bakr (ra) que Hazrat Ala bin Hazrami (ra) fuera enviado otra vez a su zona. Entonces, lo nombró   gobernador de Bahrein y lo envió de nuevo allí.

Asimismo, Hazrat Abu Bakr (ra) impartió guía a los gobernantes. En relación con esto, está escrito que en el momento de nombrar a los gobernadores, Hazrat Abu Bakr (ra) les orientaba personalmente. En el “Tarij At-Tabari” [‘La historia de At-Tabari’] está escrito que mientras aconsejaba a Hazrat Amr bin Al-Aas (ra) y a Hazrat Walid bin Uqbah (ra), Hazrat Abu Bakr (ra) les pidió: “Inculcad el temor a Dios dentro de vosotros mismos y en vuestras acciones. Si uno teme a Al’lah, entonces Él abrirá caminos hacia una mejor situación y le proporcionará el sustento a través de medios que uno no podría ni siquiera imaginar. Dios Altísimo perdona los pecados de los que Le temen y les concede una recompensa abundante. Entre los consejos que los siervos de Al’lah se imparten unos a otros, el mejor de ellos es inculcar el temor a Dios. Te estás embarcando en uno de los caminos de Al’lah, por lo que, si muestras negligencia en cualquier asunto que otorga fuerza a tu fe y protege a tu gobierno, ello será un crimen que no podrá ser perdonado. Por tanto, no debe haber ningún tipo de dejadez o negligencia por tu parte”.

[Por su parte], Hazrat Mastaurid bin Shidad (ra) relata:

“Escuché al Santo Profeta Muhammad (sa) decir: ‘Quien sea designado como gobernador, debe mantener una sola esposa y si no tiene un sirviente, entonces puede mantener un sirviente. Si no tiene una casa propia para vivir, entonces debe mantener una casa para sí mismo’.”

Hazrat Mastaurid (ra) narra además que:

“Hazrat Abu Bakr (ra) declaró: ‘Quien tome algo aparte de esto actúa con deshonestidad y se considera un ladrón’.” 

 Hazrat Abu Bakr (ra) vigilaba cada acción de los distintos gobernantes y líderes que habían sido nombrados, y como esta gente había estado en la bendita compañía del Santo Profeta (sa), a diferencia de Hazrat Umar (ra), Hazrat Abu Bakr (ra) pasaba por alto cualquier error o equivocación menor,  aunque los vigilaba y les perdonaba sus pequeños defectos. [En este contexto], se menciona en el “Tarij At-Tabari” que Hazrat Abu Bakr (ra) nunca ponía restricciones a sus gobernantes, pero si alguna vez cometían un error grave, entonces sí los amonestaba de la manera apropiada, independientemente del cargo que tuvieran. [Por ejemplo], con respecto a Hazrat Muhayir bin Umaiyah (ra), Hazrat Abu Bakr (ra) se enteró de que le había arrancado los dientes a una mujer que insultaba a los musulmanes. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) escribió inmediatamente una carta amonestando a Hazrat Muhayir (ra). De hecho, incluso si se enteraba de algún error cometido por Hazrat Jalid bin Walid (ra), lo amonestaba inmediatamente.

Con respecto a las responsabilidades de los líderes y gobernadores, está escrito que Hazrat Abu Bakr (ra) había asignado varias responsabilidades y deberes a los gobernadores que habían sido nombrados en las distintas regiones, ciudades y pueblos. A estos gobernadores y a sus suplentes también se les asignaron responsabilidades relacionadas con los asuntos financieros, ya que tomaban el “Zakat” de los miembros ricos y acomodados de sus áreas y lo distribuían entre los miembros pobres, y tomaban el “yizia” de los no-musulmanes y lo enviaban al tesoro. Esta responsabilidad particular de ellos había sido establecida desde la época del Profeta (sa). Además, los tratados que se habían establecido en la época del Mensajero de Al’lah (sa) se renovaron nuevamente. [Por ejemplo], el gobernador de Nayaran renovó el tratado que se había establecido entre el Santo Profeta Muhammad (sa) y la gente de Nayaran porque los cristianos de Nayaran así lo habían pedido.

Los gobernadores también desempeñaban un papel importante a la hora de impartir enseñanzas religiosas y la propagación del mensaje del Islam en sus respectivas zonas. Muchos de ellos organizaban reuniones en la mezquita y enseñaban a la gente el Santo Corán, los preceptos y los modales islámicos, de acuerdo con la práctica del Santo Profeta (sa). Según el Mensajero de Dios (sa) y Hazrat Abu Bakr (ra), esta tarea se consideraba su principal responsabilidad. En definitiva, los gobernantes nombrados por Hazrat Abu Bakr (ra) cumplieron su responsabilidad de manera excelente.

[En este sentido], un historiador escribe con respecto a Ziad bin Labid, que había sido designado gobernador por Hazrat Abu Bakr (ra) sobre la región de Hazramaut, que cada mañana venía a enseñar a la gente el Sagrado Corán tal y como lo hacía antes de ser nombrado gobernador. Asimismo, a través de sus esfuerzos en la formación y educación del pueblo, estos gobernantes desempeñaron un importante papel en la difusión y propagación del mensaje del Islam. Gracias a esta práctica suya, el Islam se fortaleció enormemente no solo en las zonas recién conquistadas sino también en aquellas en las que la gente se había convertido en apóstata y rebelde. Las áreas en las que los habitantes se habían hecho musulmanes recientemente y no estaban familiarizados con los mandatos islámicos se beneficiaron enormemente de los misioneros de regiones que se consideraban centros fuertes del Islam, como La Meca, Taif y Medina. [En definitiva], proporcionaron a esa gente educación y formación; aunque todo esto sucedía debido a las instrucciones de su Jalifa y Líder, que designaba a estas personas en diferentes áreas con el propósito de proporcionarles educación y cumplir así con ese deber.

Los gobernadores nombrados en las distintas regiones eran directamente responsables de los asuntos administrativos de su zona y si alguna vez tenía que salir de viaje, nombraba a su suplente, que se encargaba de los asuntos administrativos hasta su regreso. Un ejemplo de esto es Hazrat Muhayir bin Abi Umaiyyah (ra), que  fue nombrado gobernador de Kindah por el  Profeta (sa). Tras el fallecimiento del Mensajero (sa), Hazrat Abu Bakr (ra) lo mantuvo en su puesto; aunque debido a su mala salud no pudo ir a Yemen, por lo que permaneció en Medina, designando a Ziad bin Labid para que se hiciera cargo hasta que se recuperara y regresara a Yemen. Hazrat Abu Bakr (ra) también aprobó esta decisión. Del mismo modo, en Irak, Hazrat Jalid bin Walid (ra) nombró a su sustituto hasta su regreso a Hirah.

Estas historias se seguirán mencionándose en el futuro, [si Dios quiere].

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