Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Bilal bin Rabah(ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Contenidos relacionados por temas

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Bilal bin Rabah(ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

El compañero badri cuyos relatos narraré hoy es Hazrat Bilal bin Rabah (ra).

El padre de Hazrat Bilal (ra) se llamaba Rabah y el nombre de su madre era Hamamah. Hazrat Bilal (ra) era esclavo de Umaiyyah bin Jalaf. El título de Hazrat Bilal (ra) era Abu ‘Abdul’lah, pero según otras narraciones, también se le menciona como Abu ‘Abdur Rahman, Abu‘ Abdul Karim o incluso como Abu ‘Amr. La madre de Hazrat Bilal (ra) era de Abisinia, mientras que su padre era de Arabia.

Los investigadores han escrito que era de descendencia abisinia y semita.  En la antigüedad, ciertas tribus semíticas o árabes emigraron a África y se establecieron allí.  Debido a esto, la tez de su descendencia se parecía a la de los nativos de esa región, pero las características y hábitos específicos que se encuentran en la gente de esa región no fueron adoptados por ellos.  Más tarde, algunas de estas personas regresaron a Arabia como esclavos.  Como eran de tez oscura, los árabes solían pensar en ellos como abisinios, es decir, pertenecientes al pueblo de Abisinia.

Según una narración, Hazrat Bilal (ra) nació en La Meca y estaba entre los muwal’lidin. Las personas que no eran de ascendencia puramente árabe solían ser llamados muwal’lideen. Según otra narración, nació en Suraa, un lugar entre Yemen y Abisinia, donde vivían muchas personas de raza mixta. Hazrat Bilal (ra) era de tez marrón oscura; era delgado, tenía el pelo espeso y tenía también un rostro muy delgado.

Hazrat Bilal (ra) se casó varias veces. Algunas de sus esposas pertenecían a familias muy nobles de Arabia. El nombre de una de sus esposas era Halah bint ‘Auf, que era hermana de Hazrat‘ Abdur Rahman bin ‘Auf (ra). El nombre de otra esposa era Hind al-Jaulaniyah. El Santo Profeta (sa) también casó a Hazrat Bilal (ra) en la tribu de Banu Bukair. Hazrat Bilal (ra) también estaba relacionado con la familia de Hazrat Abu Dardaa (ra) a través del matrimonio. Sin embargo, no tuvo hijos de ninguno de ellos.

Hazrat Bilal tenía un hermano que se llamaba Jalid y una hermana que se llamaba Ghafairah.

El Santo Profeta (sa) declaró: “Bilal es sabiqul habshah, es decir, el creyente más importante de entre los abisinios”. Hazrat Anas (ra) narra que el Mensajero de Dios (sa) dijo: “Hay cuatro personas que fueron pioneros en la aceptación del islam: Ana saabiqul ‘Arab, es decir, soy el creyente más importante entre los árabes; Salman saabiqul faaris, es decir, Salman es el creyente más destacado entre los persas; Bilal saabiqul habshah, es decir, Bilal es el creyente más destacado entre los abisinios. Suhaib saabiqur room, es decir, Suhaib es el creyente más importante entre los romanos”.

‘Urwah bin Zubair narra que Hazrat Bilal bin Rabah (ra) estaba entre esas personas que eran consideradas muy débiles. Cuando aceptó el islam, fue perseguido para que volviese a su antigua fe. Sin embargo, ni una sola vez pronunció las palabras que deseaban escuchar de él, que es negar la fe en Dios Altísimo. Por eso Umaiyyah bin Jalaf lo castigó. Cuando Hazrat Bilal (ra) aceptó al Santo Profeta (sa), fue perseguido de diferentes maneras. Cuando la gente intensificaba su castigo contra Hazrat Bilal (ra), él decía: “Ahad, Ahad”, es decir, Dios es uno. Sus torturadores le decían que repitiera lo que ellos le decían, pero en respuesta Hazrat Bilal (ra) decía: “Mi boca no puede pronunciar correctamente lo que estáis diciendo”. Según otra narración, cuando los mushrikin (idólatras) lo castigaban para poder disuadirlo de su creencia, Hazrat Bilal (ra) respondía diciendo: “Al’lah, Al’lah”.

En una narración se menciona que cuando Hazrat Bilal (ra) se convirtió en musulmán, sus dueños lo agarraron, le pusieron en el suelo y le colocaron piedras y piel de vaca, y le dijeron: “Tus dioses son Lat y ‘Uzza(nombres de ídolos)”. No obstante, Hazrat Bilal (ra) solo repetía, “Ahad, Ahad [Dios es Uno, Dios es Uno]”. Un día, Hazrat Abu Bakr (ra) se acercó a sus dueños y dijo: “¿Por cuánto tiempo seguiréis atormentando a este hombre?.”  Entonces, Hazrat Abu Bakr (ra) pagó siete auqiyah por Hazrat Bilal (ra) y lo liberó. Una auqiyah equivale a cuarenta dinares; es decir, pagó por él doscientos ochenta dirhams. Después de esto, Hazrat Abu Bakr (ra) narró este incidente ante el Santo Profeta (sa) y al escucharlo, el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Abu Bakr! Inclúyeme también en esa buena obra”. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: “¡Oh, Profeta de Al’lah (sa),  ya lo he liberado!”. Hazrat Abu Bakr (ra) compró a Hazrat Bilal (ra) y lo liberó por la causa de Al’lah. Con respecto a la compra, como se ha mencionado anteriormente, Hazrat Abu Bakr (ra) pagó doscientos ochenta dinares, pero según algunas narraciones, Hazrat Abu Bakr (ra) lo compró por cinco auqiyah, es decir, por doscientos dinares. Incluso de acuerdo con otras narraciones, lo compró por siete auqiyah, o sea, doscientos ochenta dinares; y, finalmente, de acuerdo con otras narraciones, por nueve auqiyah, es decir, trescientos sesenta dinares. En una narración se menciona que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) compró a Hazrat Bilal (ra), fue colocado debajo de una pila de rocas y Hazrat Abu Bakr (ra) lo compró a cambio de cinco auqiyah de oro. Ante esto, la gente le dijo a Hazrat Abu Bakr (ra) que lo habrían vendido incluso si estuviera dispuesto a dar solo una auqiyah, es decir, cuarenta dinares. En respuesta a esto, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que: “incluso si hubieras estado dispuesto a venderlo por cien auqiyah, o sea, cuatro mil dinares, lo habría comprado por ese precio”.

Hazrat A’isha (ra) relata que Hazrat Abu Bakr (ra) liberó a siete esclavos que estaban siendo oprimidos. Hazrat Bilal (ra) y Hazrat ‘Amir bin Fuhaira (ra) estaban entre ellos. Hazrat Yabir bin Abdul’lah relata que Hazrat ‘Umar (ra) solía decir: “Hazrat Abu Bakr (ra) es nuestro líder y ha liberado a nuestro jefe, es decir, a Bilal”.

Al mencionar el castigo infligido a Hazrat Bilal (ra) y el incidente de Hazrat Abu Bakr que lo liberó, Hazrat Jalifat-ul-Masih II (ra) declara:

“Los esclavos que aceptaron al Santo Profeta (sa) pertenecían a varias naciones. Había abisinios como Bilal (ra) y romanos como Sohaib (ra). Había cristianos como Yubair (ra) y Sohaib (ra), e idólatras como Bilal (ra) y ‘Ammar (ra).

El dueño de Bilal (ra) lo hacía acostarse en arena ardiente y le colocaba piedras encima, o hacía que los niños saltaran sobre su pecho. Bilal (ra), que era de ascendencia abisinia, era esclavo de Umayyah bin Jalaf, un jefe de La Meca. Umayyah lo llevaba fuera de La Meca al mediodía, bajo el sol ardiente, lo hacía acostarse desnudo sobre la arena ardiente, colocaba piedras pesadas en su pecho y decía que aceptara la divinidad de Lat y ‘Uzza, y renunciara a Muhammad (sa)! En respuesta, Bilal decía, “Ahad, Ahad“, o sea, Dios es Uno, Dios es Uno. El hecho de escuchar repetidamente esta respuesta enfureció aún más a Umayyah, por lo que ató una cuerda alrededor del cuello de Bilal (ra), lo entregó a los gamberros y les dijo que lo arrastraran por las piedras de las calles de La Meca. Como resultado de esto, su cuerpo estaba cubierto de sangre, pero seguía diciendo: “Ahad, Ahad“;  o sea, Dios es Uno, Dios es Uno. Después de un tiempo, cuando Dios Altísimo concedió la paz a los musulmanes en Medina y pudieron adorar en libertad, el Santo Profeta (sa) nombró a Bilal (ra) para realizar el azán [la llamada a la oración]. Cuando este esclavo abisinio decía as-hadu Al’lah ilaha il’lal’lahu, en lugar de ash-hadu Al’lah ilaha il’lallahu [doy testimonio de que no hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah], durante el adhan, la gente de Medina, que no estaba al tanto de sus circunstancias, empezaba a reírse.

Una vez, cuando el Santo Profeta (sa) vio a la gente de Medina riéndose del azán de Hazrat Bilal (ra), se volvió hacia ellos y les dijo: ‘vosotros os ríes mientras Bilal (ra) llama al azán , pero Dios escucha su azán en los cielos y está complacido. ‘El Santo Profeta (sa) estaba indicando el hecho de que todo lo que vieron fue que Bilal (ra) no podía pronunciar la letra árabe “shin” , pero qué valor hay en un mero  acento  al pronciar “shin” o “sin” . Dios Altísimo sabe que cuando lo obligaban a tumbarse en arena ardiente con la espalda desnuda y esa gente traicionera le pisaba el pecho con los zapatos, y le preguntaban si había aprendido la lección o no, él respondía en su acento extranjero árabe y anunciaba su continua creencia en la Unidad de Dios Altísimo diciendo ¡Ahad! ¡Ahad! [Dios es Uno], lo que demuestra su dedicación, su fe en la Unidad de Dios y la resolución de su corazón. Por lo tanto, su as-hadu fue de mucho mayor valor que el ash-hadu de muchas personas.

Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) vio la crueldad con que se trataba a Hazrat Bilal (ra), pagó a su amo y lo liberó. De manera similar, hubo muchos esclavos a quienes Hazrat Abu Bakr (ra) liberó pagando con su dinero. Hazrat Bilal (ra) se encuentra entre los principales creyentes, porque  aceptó el islam en un momento en que sólo siete personas habían anunciado su aceptación”.

Hazrat Abdul’lah bin Masud (ra) narra que hubo siete personas que inicialmente anunciaron su aceptación del islam: el Santo Profeta (sa), Abu Bakr (ra), Ammar (ra) y su madre Sumayyah (ra), Suhaib (ra), Bilal (ra) y Miqdad (ra). Se narra que Dios Altísimo mantuvo al Santo Profeta (sa) a salvo por medio de su tío Abu Talib y de Hazrat Abu Bakr (ra), por medio de su pueblo, pues como mencioné en un sermón anterior, el Santo Profeta (sa) no estuvo exento de las penurias sufridas por los oponentes, ni la gente de Hazrat Abu Bakr (ra) pudo mantenerlo a salvo de sus crueldades. Ambos también tuvieron que soportar crueldades extremas. Hubo cierta indulgencia al principio, pero luego hubo grandes dificultades. En cualquier caso, este es el relato del narrador y dice que ambos tenían a alguien que los apoyaba, alguien que hablara por ellos. Sin embargo, los demás, que eran demasiado débiles o eran esclavos, acabaron siendo víctimas de los incrédulos. Los encadenaban con grilletes de hierro y se quemaban al sol. Todos ellos finalmente cedieron a las demandas de los incrédulos, excepto Bilal (ra). Por la causa de Al’lah, su propio ser carecía de importancia para él. Por eso Hazrat Bilal (ra) siempre permaneció firme. También fue considerado como un ser insignificante por su nación, así que le agarraban y llamaban a los jóvenes para que le arrastraran por los valles de La Meca; y continuamente Bilal (ra) continuaba diciendo ¡Ahad! ¡Ahad! Este relato es de Ibn Mayah.

En un momento dado, hablando sobre Hazrat Bilal (ra) y su aceptación al inicio del islam, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) relata que Hazrat Jubab (ra) también fue uno de los creyentes más prominentes y hay una diferencia de opinión sobre si él o Hazrat Bilal (ra) aceptó el islam primero.  El Santo Profeta (sa) dijo en una ocasión que un esclavo y un hombre libre fueron los primeros en aceptarle. Algunos creen que esto se refiere a Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Abu Bakr (ra), mientras que otros piensan que se refiere a Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Jubab (ra).

En su libro, Sirat Jatamun Nabiyin (La vida y carácter del Sello de los Profetas -sa-), Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe acerca de las dificultades que tuvo que soportar Hazrat Bilal (ra), de la siguiente manera:

“Bilal bin Rabah (ra) era el esclavo abisinio de Umaiyyah bin Jalaf. En el calor abrasador de la tarde, cuando la superficie pedregosa de La Meca ardía como un horno, Umaiyyah le sacaba y le quitaba la ropa. Le hacía tumbarse y colocaban grandes rocas ardientes sobre su pecho, y decían: “Adora a Lat y Uzza, y abandona a Muhammad, o te torturaré hasta la muerte”. Bilal (ra) tenía un conocimiento limitado del árabe.  Solo respondía diciendo: “Ahad, Ahad“, que significa: “Al’lah es Uno, Al’lah es Uno.“Esta respuesta enfurecía más aún a Umaiyya y entonces le ataba una cuerda alrededor de su cuello y le entregaba a los malhechores de La Meca, que le arrastraban por las calles rocosas de la ciudad hasta que su cuerpo se empapaba de sangre.  Pero la única palabra que salia de sus labios era “Ahad, Ahad“. Hazrat Abu Bakr (ra), al ver la persecución que sufría este esclavo, le compró por un precio elevado y le liberó”.

Cuando Hazrat Bilal (ra) emigró a Medina, se quedó en casa de Hazrat Sa’d (ra) bin Jaithamah. El Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Ubaidah bin Hariz (ra); según otra narración, el Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de  hermandad entre Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Ruwayha Jathami (ra).

Cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Medina, algunos Compañeros comenzaron a ponerse enfermos. Entre ellos: Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Amir 0bin Fuhayrah (ra). Hazrat ‘Aisha (ra) relata que cuando el Santo Profeta (sa) llegó a Medina, Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Bilal (ra) tenían fiebre. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) padecía fiebre, recitaba un pareado árabe cuya traducción es: “cuando una persona se despierta en su casa, le saludan diciendo ‘buenos días’, a pesar de que su estado es tal que está más cerca de la muerte que los lazos de sus zapatos”. Cuando la fiebre de Hazrat Bilal (ra) bajaba, gritaba en voz alta y recitaba el siguiente pareado cuya traducción es: “si tan solo supiera si volveré a pasar una noche en La Meca, rodeado de hierbas Idhkir y Yalil; o si iré alguna vez a Mayannah y beber sus aguas”.

Mayannah se ubica a unas pocas millas de La Meca, cerca de Marruz Zahran. Durante la época de la yahiliya (el periodo de ignorancia anterior al advenimiento del islam), había un festival famoso organizado por los árabes en Marruz Zuhran, después del festival de Ukaz. Tras el festival de Ukaz, los árabes se trasladaban a Mayinnah y se quedaban allí 20 días. En cualquier caso, Hazrat Bilal (ra) se preguntaba si alguna vez más bebería el agua de allí y dijo: “¿acaso alguna vez veré las montañas Shaamah y Tafil?” (decía esto en forma de un pareado poético). Tafil es una montaña ubicada aproximadamente a dieciséis kilómetros de La Meca y hay otra montaña cerca llamada Shaamah. Luego Hazrat Bilal (ra) solía decir: “¡Oh Al’lah! Malditos sean Shi’bah bin Rabi’ah, Utbah bin Rabi’ah y Umaiyyah bin Jalaf, porque nos han exiliado de nuestra tierra a otra tierra afligida con la enfermedad”. Al escuchar estas palabras de Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Bilal (ra), el Santo Profeta (sa) oró: “¡Oh Al’lah! Haz que Medina sea tan querida para nosotros como La Meca, o incluso más que eso. ¡Oh, Al’lah! Bendice nuestro Sa’ y nuestro Mudd“, (Sa’ y Mudd eran los nombres de las balanzas de uso común); y haz que Medina sea un lugar que nos otorgue salud y envía sus enfermedades hacía Juhfa”. Juhfa era otra ciudad en dirección a La Meca. Hazrat ‘Aisha (ra) relata: “cuando llegamos a Medina, era el lugar más afligido por la enfermedad en la tierra de Al’lah”. Y añadió: “Había agua que fluía en el arroyo de Buthan, pero incluso ese agua tenía un olor rancio”. Buthan es el nombre de un valle de Medina. Esta narración es de Bujari.

Durante la emigración de Qadián, Hazrat Musleh Maud (ra) dio consejos especialmente a los áhmadis en referencia a la migración a Medina, diciendo: “no debemos preocuparnos por esta emigración”. En esa época, y refiriéndose a la anécdota de Hazrat Bilal (ra) y mencionando las instrucciones del Santo Profeta (sa), Hazrat Musleh Maud (ra) dijo a su Comunidad: “desconozco la situación de los demás y no puedo hablar por ellos (es decir, los musulmanes no áhmadis que han emigrado), pero a los áhmadis os digo que debéis abandonar el pensamiento de que habéis sufrido pérdidas, (o sea, que habéis tenido que emigrar y lo habéis perdido todo). El Santo Profeta (sa) se compadecía de aquellos muhayirin (los Compañeros que emigraron) que lamentaban la pérdida de sus hogares y pertenencias. Cuando el Santo Profeta (sa) emigró a Medina, que se conocía como Yathrib, la malaria estaba muy extendida allí. La malaria comenzó a propagarse y los muhajirin cogieron fiebre. Por un lado, los musulmanes sufrían por la separación de su tierra natal y algunos de ellos empezaron a gritar y a llorar al recordar La Meca. Un día, Hazrat Bilal (ra) también cogió la fiebre, así que empezó a gritar algunos pareados que había formado. Cuando el Santo Profeta (sa) lo miró, expresó su decepción y dijo: “¿Es esto todo lo que has venido a hacer aquí?”. En otras palabras, había emigrado y no había razón para llorar por ello”.

En ese momento, Hazrat Musleh Maud (ra) aconsejó a los áhmadis que habían emigrado de la India a Pakistán: “Yo también os digo que permanezcáis felices. No os concentréis en lo que hayáis perdido, sino que concentraos en Aquél por quién lo habéis perdido. Si todo lo que habéis perdido es únicamente por Dios Altísimo y por el éxito del islam, entonces sed felices y no os aflijáis. Vuestros rostros no deben mostrar signos de tristeza, sino que los signos de alegría deben ser visibles en ellos”.Entonces, los áhmadis teníamos esta mentalidad al emigrar y este fue el consejo del Jalifa de la época: que nuestra emigración fue por la causa de Al’lah y por el servicio al islam. Hoy día, las mismas personas que estaban en contra del establecimiento de Pakistán, dicen ser las que han sentado las bases para Pakistán; y a través de la mentira y el engaño, están privando a los áhmadis de sus derechos básicos, en ese mismo país, por el que los áhmadis hicieron los mayores sacrificios.El parlamento de Pakistán, por sus propios motivos políticos, nos ha prohibido incluso usar el nombre de la religión, por cuyo triunfo y servicio emigramos. De todos modos, no requerimos su aprobación, pero ciertamente sentimos dolor porque al perseguir a los áhmadis, la injusticia de estos supuestos custodios del país no se ha limitado solo a los áhmadis, sino que además han cometido una injusticia contra el mismo Pakistán y continúan haciéndolo. De hecho, son un medio para deshonrar al país a nivel mundial y se han convertido en un obstáculo para su avance. Si no fuera por ellos, el país podría haber avanzado de éxito en éxito. Han devorado el país como termitas. A pesar de esto, es el deber de los áhmadis pakistaníes, especialmente aquellos que viven en Pakistán, emplear todas sus habilidades para servir al país y rezar para que Dios Altísimo lo purifique de estos opresores”. En fin, la mención de este incidente me ha salido, así que he mencionado lo dicho en relación con ello. Volveré ahora a los relatos sobre Hazrat Bilal (ra).

En al-Tabaqat al-Kubra se menciona que Hazrat Bilal (ra) participó en las batallas de Badr, Uhud, Jandaq y en todas las demás batallas junto al Santo Profeta (sa). Durante la batalla de Badr, Hazrat Bilal (ra) mató a Umaiyyah bin Jalaf, quien era un enemigo acérrimo del islam y que solía perseguir a Hazrat Bilal (ra) por aceptar el islam. El incidente en torno al asesinato de Umaiyyah se menciona en Sahih al-Bujari, que he citado anteriormente en relación con Jubaib bin Ausaf (ra). Sin embargo, también narraré algunos de estos detalles, ya que también se relacionan directamente con Hazrat Bilal (ra).

Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) relata: “Le escribí una carta a Umaiyyah bin Jalaf en la que le indicaba que debía cuidar de mi propiedad y mi familia en La Meca, que en ese momento se había convertido en un lugar en guerra y yo, a su vez, cuidaría de sus bienes en Medina”. Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) conocía a Umaiyyah bin Jalaf desde hacía mucho tiempo. Umaiyyah bin Jalaf además participó en la batalla de Badr junto al ejército de los incrédulos y Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) se enteró de esto. Debido a que tenían esa relación de antaño, quiso hacerle un favor; así que la noche después de la batalla quiso salvarlo. Por eso, mientras estaba en la batalla, relata: “Cuando todos se durmieron, me dirigí hacia la cima de una colina para darle refugio. Sabía en qué dirección se habría ido, así que yo también fui allí para protegerlo y ofrecerle refugio, pero de alguna manera, en ese momento, Hazrat Bilal (ra) lo vio. Por lo tanto, Hazrat Bilal (ra) fue y se paró en una reunión de los Ansar, diciendo: “Umaiyyah bin Jalaf está cerca; si escapa, entonces mi vida correrá peligro”. Entonces, un grupo de personas que estaban con Hazrat Bilal (ra) salieron para perseguirnos. Temiendo que nos atraparan, dejé atrás al hijo de Umaiyyah para que primero se pelearan con él y pudiéramos avanzar más adelante. Posteriormente, lo mataron en batalla, por lo que este plan mío no tuvo éxito, ya que lo mataron y continuaron persiguiéndonos. Umaiyyah, al ser de una complexión fuerte, no pudo escapar rápidamente. Finalmente, cuando nos alcanzaron, le dije que se sentara. Entonces, se sentó y me puse sobre él para protegerlo, pero ellos, es decir, los que nos perseguían, lo mataron atravesándolo con sus espadas debajo de mí, y uno de ellos también me hirió el pie con su espada”.

Narraré una parte de otra narración en la que se menciona este incidente. Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) relata: “Estaba caminando con ambos (es decir, Umaiyyah bin Jalaf y su hijo) cuando, de repente, Hazrat Bilal (ra) vio a Umaiyyah conmigo. Umaiyyah era quien solía torturar mucho a Hazrat Bilal (ra) en La Meca para que abandonara el islam. Por lo tanto, cuando Hazrat Bilal (ra) vio a Umaiyyah, empezó a decir: “Umaiyyah bin Jalaf, el jefe de los incrédulos está aquí y no sobreviviré si se salva”.

Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) narra además: “Después de escuchar esto le dije ‘¡Oh Bilal! ¿Está diciendo esto sobre mis prisioneros? A continuación, Hazrat Bilal (ra) repitió una vez más lo que estaba diciendo y cada vez yo respondía de la misma manera diciendo que ellos eran mis prisioneros. Después de esto, Hazrat Bilal (ra) dijo las siguientes palabras en voz muy alta: ‘¡Oh Ansar (ayudantes de Al’lah),  este es Umaiyyah bin Jalaf, el jefe de los incrédulos. “Será mi ruina si se salvara”, y continuó diciendo esto una y otra vez.

Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf (ra) dijo entonces: “Siguiendo esa llamada suya, los Ansar corrieron hacia adelante y nos rodearon por todos lados. Hazrat Bilal (ra) sacó su espada y atacó al hijo de Umaiyyah, y como resultado se cayó. Por temor a qué pasaría con su hijo, Umaiyyah gritó tan espantosamente que nunca había oído algo así antes. Después de eso, los Ansar los golpearon con sus espadas”.

Según otro relato, Hazrat Bilal (ra) era el secretario o tesorero del Santo Profeta (sa). Una persona preguntó una vez a Hazrat Ibn ‘Abbas (ra): “¿También acompañaste al Santo Profeta (sa) en algún viaje?”. Y respondió: “Si no fuera por mi relación con el Santo Profeta (sa), no habría podido participar en ningún viaje con él”. Lo que quiso decir con esto es que tuvo la oportunidad de viajar con él porque era joven y porque estaba emparentado con el Santo Profeta (sa). Luego dice: “El Santo Profeta (sa) llegó cerca del cartel que estaba cerca de la casa de Hazrat Kazir bin Salat, y dio un discurso a los Compañeros. Luego fue a las mujeres y les dio algunos consejos, y las instruyó para que dieran limosna. Las mujeres bajaron las manos para quitarse los anillos y una tras otra los colocaron en la tela de Hazrat Bilal (ra), que estaba con él en ese momento”. Este es el relato de Hazrat Ibn ‘Abbas (ra). Después de eso, él y el Santo Profeta (sa) regresaron a casa.

Hazrat Anas bin Malik (ra) afirma: “El Santo Profeta (sa) me dijo: ‘He sufrido tanta aflicción en el camino de de Al’lah que ninguna otra persona podría sufrirlo. He sido amenazado tanto en el camino de Al’lah, que ninguna otra persona puede ser amenazada en esa medida. A veces pasaban tres noches en las que no nos traerían a mí y a Bilal (ra) ningún alimento que un ser vivo podiera comer, excepto el que se podía esconderse bajo el brazo de Bilal (ra) (es decir, sólo tenían muy poca comida)”.

Hazrat Bilal (ra) tuvo el honor de ser el primer muazzin (el que llama al azán, la llamada a la oración). Ya sea que el Santo Profeta (sa) estuviera de viaje o en casa, Hazrat Bilal (ra) fue el muazzin del Santo Profeta (sa) durante toda su vida. Fue la primera persona en el islam en hacer el azán.

Muhammad bin Abdul’lah bin Zaid narra de su padre, que declaró que el Santo Profeta (sa) pensaba en diferentes formas de llamar a la gente a la oración, como usando una trompeta o una campana. Así que el Santo Profeta (sa) ordenó que se usaran dichos medios y se actuó en consecuencia, (esta es una narración de Bujari). Por su parte, los Compañeros dieron sugerencias para que se usara una campana o un cuerno. Fue entonces cuando a Hazrat Abdul’lah bin Zaid (ra) se le mostró un sueño. Él relató: “Vi a un hombre que llevaba dos paños verdes con una campana en la mano. Le dije a ese hombre: ‘¡Oh siervo de Al’lah! ¿Me venderías esa campana? Y le preguntó: “¿Qué harás con ella? Le respondí: “Con ella llamaré a la gente para que venga a rezar. Luego dijo: “¿Te enseño algo mejor que eso?” y le pregunté qué era. Luego gritó las palabras del azán en su totalidad:

[ÁRABE]

Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande.

Doy testimonio de que no hay digno de ser adorado excepto Al’lah, Doy testimonio de que no hay digno de ser adorado excepto Al’lah,

Doy testimonio de que Muhammad (sa) es el Mensajero de Al’lah, doy testimonio de que Muhammad (sa) es el Mensajero de Al’lah.

Venid a la salat, venid a la oración;

venid al éxito, venid al éxito.

Al’lah es el Más Grande, Al’lah es el Más Grande.

No hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah.

El narrador afirma que Hazrat Abdul’lah bin Zaid (ra) fue al Santo Profeta (sa) y le contó su sueño. Hazrat Abdul’lah dijo: “¡Oh Mensajero de Al’lah! Vi a una persona que llevaba dos paños verdes con una campana en la mano… Luego relató todo el sueño. El Santo Profeta (sa) dijo a los Compañeros: “Vuestro hermano ha visto un sueño”. Luego instruyó a Abdul’lah bin Zaid (ra) que fuese a la mezquita con Bilal (ra) y le enseñara estas palabras, y que Bilal (ra) las recitara en voz alta, porque tenía una voz más fuerte en comparación con él. Hazrat Abdul’lah bin Zaid (ra) narra que yendo con Bilal (ra) a la mezquita le recitaba esas palabras y las repetía en voz alta. Cuando Hazrat ‘Umar bin Jattab (ra) oyó estas palabras, salió de su casa y dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah! Juro por Al’lah que he visto el mismo sueño que él ha visto”.

Explicando esto, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“Hasta ahora no había ningún arreglo para una llamada a la oración, o azán, etc. Los Compañeros generalmente se reunían en la mezquita por su cuenta a la hora aproximada. Sin embargo, esta disposición no era satisfactoria. Tras la construcción de Masyid-e-Nabawi o Mezquita del Profeta, se sintió aún más la necesidad de saber cómo se congregarían los musulmanes en el momento oportuno. Un Compañero propuso el uso de una campana, como los cristianos. Alguien propuso el uso de una trompeta, como los judíos; y otros hicieron otras sugerencias. Sin embargo, Hazrat ‘Umar (ra) propuso que se designe a una persona para anunciar que es la hora de la salat a la hora designada. El Santo Profeta (sa) aprobó esta propuesta y nombró a Hazrat Bilal (ra) para cumplir con este deber. Así, después de esto, cuando llegaba el momento de la salat, Hazrat Bilal (ra) anunciaba en voz alta:

[ÁRABE]

¡Reúnanse para la salat!

Y la gente se congregaba para la oración. De hecho, también se hacía la misma llamada si era necesario congregar a los musulmanes en la mezquita para un propósito distinto de la salat. Algún tiempo después, las palabras del actual azán fueron enseñadas en un sueño a un Compañero llamado Abdul’lah bin Zaid Ansari (ra). Se presentó ante el Santo Profeta (sa) y mencionó este sueño diciendo: “He visto a un individuo en mi sueño gritar tales y tales palabras como si llamara al azán”. El Santo Profeta dijo: “Este sueño es de Al’lah”, e instruyó a Abdul’lah (ra) para que enseñara estas palabras a Bilal (ra). Una extraña coincidencia fue que cuando Bilal (ra) pronunció el azán con esas palabras por primera vez, al oírlas, Hazrat ‘Umar (ra) se apresuró a hablar con el Santo Profeta (sa) y dijo: ¡Oh Mensajero de Al’lah! Hoy, las palabras con las que Bilal (ra) llamó al azán fueron exactamente las que también vi en mi sueño. En otra narración también se ha relatado que cuando el Santo Profeta oyó estas palabras del azán, dijo:”La revelación ya ha sido enviada así”. Por lo tanto, de esta manera, el método actual de azán comenzó. El método que comenzó de esta manera es tan bendito y atractivo que ningún otro método se puede comparar con él. En otras palabras, la Unidad de Dios y el profetazgo de Muhammad (sa), el Mensajero de Al’lah, se proclama cinco veces al día desde cada mezquita, en cada pueblo, en cada ciudad del mundo islámico. Un resumen de las enseñanzas islámicas es transmitido al pueblo, en palabras extremadamente bellas y comprehensivas”.

Musa bin Muhammad narra con la autoridad de su padre, que después de que Hazrat Bilal (ra) realiza al azán, iba a informar al Santo Profeta (sa). De pie junto a su puerta, Hazrat Bilal (ra) recitaba:

[árabe]

Que significa: “Venida a la oración, venid al éxito”. Venga a la salat, oh Mensajero de Al’lah”. Luego, al ver al Santo Profeta (sa) acercarse para rezar, Hazrat Bilal (ra) recitaba el iqamah. Este aspecto de esta narración no está claro. El iqamah normalmente se recita cuando el imam se ha puesto en su lugar para la oración en el mihrab. La verdad es que o bien esta narración no ha sido registrada correctamente, o tal vez no ha sido traducida con precisión, ya que la práctica correcta es que el iqamah debe ser recitado cuando el imam está de pie en el mihrab listo para la oración.

En Sunan Ibn Mayah, Hazrat Bilal (ra) ha narrado un relato en el que se afirma que una vez fue a llamar al Santo Profeta (sa) para rezar, pero se le informó que estaba dormido. Hazrat Bilal (ra) entonces dijo:

[árabe].

[La salat es mejor que el sueño].

Estas palabras fueron incorporadas en el azán para la oración del fáyar y esto se convirtió en la práctica establecida. En otra narración se dice que el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Bilal, qué majestuosas son estas palabras! Inclúyelas en en azán para la oración de fáyar”. En la época del Santo Profeta (sa), había tres “muazins”: Hazrat Bilal (ra), Abu Mahzura y Amr bin Umme Maktum.

Hay más relatos que narraré en el futuro, si Dios quiere. Ahora hablaré sobre algunos miembros que han fallecido y dirigiré sus oraciones fúnebres en ausencia y completaré el relato de Hazrat Bilal (ra) en el próximo sermón, si Dios quiere.

El primer funeral es del respetado Rauf bin Maqsood Junior de Bélgica. Era un estudiante de Yamia Ahmadia UK. Falleció el 4 de septiembre del 2020.

“En verdad a Al’lah pertenecemos y hacia Él será el retorno”.

Pertenecía a la Comunidad de Hassalt en Bélgica. Al completar su escuela secundaria, se entró en 2018 en Yamia Ahmadía del Reino Unido. Era muy popular entre sus compañeros y profesores por su sinceridad, entusiasmo, disposición para ayudar a los demás y por su hábito de trabajar duro.

Hace poco, desarrolló un tumor cerebral y estuvo enfermo durante seis o siete meses. Soportó esta enfermedad con gran paciencia y fortaleza, pero finalmente regresó con Dios Altísimo. El Ahmadiat se introdujo en su familia en 1950 a través de su abuelo paterno, quien fue una persona importante. En ese momento, sus familiares y adversarios del Ahmadiat no dijeron nada. Sin embargo, cuando falleció, la familia de su abuelo se enfrentó a una gran oposición. Por parte de la madre del fallecido, su bisabuelo materno, Abdul Ali Sahib y su esposa hicieron el bai’at en manos de Hazrat Musleh Maud (ra).

Aparte de sus padres, Rauf bin Maqsood ha dejado tres hermanas y dos hermanos. Su padre se llama Humayun Maqsood Sahib y su madre Muhsina Begum Sahiba; luego hay una hija, Nishaat, que tiene 18 años; un hijo, Saleh, que tiene 14 años; Tasnia Unaizah, que tiene 9 años; Fateh Maqsood, que tiene 7 años y Yannatus Saamia, que tiene 4 años.

El señor amir [presidente nacional] de Bélgica escribe: “Lo he visto desde la infancia y me di cuenta de que era un niño extraordinario. Cada vez que tenía la oportunidad de visitar a su comunidad, veía que siempre estaba en la mezquita y era muy educado. Dos días después de su fallecimiento, organizamos para que la gente presentara sus condolencias en la mezquita Baitur Rahim, de Alken (Bélgica)”.

Asistió mucha gente de la Comunidad y dice que vio a muchos llorando. Todos relataron los buenos recuerdos que tenían del entrañable fallecido. Desde el inicio de la enfermedad, los médicos le informaron que tenía un cáncer de cerebro, que era probablemente mortal. A pesar de esto, nunca dejó que se mostraran signos de desesperación en su rostro, ni perdió la esperanza. Durante su consulta, uno de los médicos dijo que cuando fue capaz de hablar, mantuvieron una conversación y encontró que el fallecido era un joven extraordinario e inteligente. Los médicos también dijeron que, a pesar de padecer de mucho dolor, nunca se quejó. Dijeron que, por lo general, cuando un paciente experimenta tanto dolor, se vuelve, a menudo, muy agresivo. No obstante, Rauf soportó todo esto con gran perseverancia y paciencia.

El señor amir añade además: “El fallecido sentía un gran cariño por el Jalifa y le mostraba la máxima obediencia. Siempre tenía una sonrisa en su rostro y saludaba a todos con cariño, sin diferenciar si eran más jóvenes o  mayores que él”.

El misionero en Hassalt dice: “Antes de que le diagnosticaran, le pedí a Rauf que organizara por internet clases para los atfal (niños), lo cual hizo de forma regular. Incluso cuando fue internado por su enfermedad, continuó con las clases desde el hospital. A veces, durante la clase, se desmayaba. Cuando su salud mejoraba, continuaba con las clases. Nunca dijo que se no se encontraba bien y que no podía impartir las clases. Los atfal también expresaron su preocupación y declararon que no debería impartir las clases, ya que no se encontraba bien; pero él respondía que cuando Yamia volviera a abrir, ¿qué le diría a Jalifatul Masih en relación a cómo sirvió a la Comunidad durante las vacaciones?”.

Tenía pasión y determinación por desempeñar su trabajo.

Otro misionero escribe: “En 2010, su padre lo dejó conmigo para waqf-e-arzi [devoción temporal] y dijo que como Rauf iría a Yamia, debería prepararlo para ello”.  Escribe además: “Vi que incluso entonces no solo era regular en sus cinco oraciones diarias, sino que se despertaba para las oraciones Tahayud (las que se hacen de forma voluntaria antes del amanecer)”.

Cuando se estaba construyendo la mezquita de Alken y cuando se estaban realizando las remodelaciones, participó activamente en el waqar-e-amal (trabajos voluntarios). El secretario de Yaidad dice que llevaba a cabo un arduo trabajo cargando piedras y grava, etc. y servía felizmente de este modo. Una de sus cualidades era que siempre era el primero en ofrecer el saludo de paz [salaam].

Su madre dice: “Siempre daba preferencia a los demás sobre sí mismo. Solía llevarse el almuerzo de casa a la escuela para comérselo allí. Un día llegó a casa y dijo que tenía hambre. Le dije que ya había se había llevado el almuerzo. Respondíó que uno de los estudiantes olvidó su almuerzo, así que le dió el suyo diciendo que comería cuando regresara a casa. Del mismo modo, siempre se preocupaba por sus amigos y les decía que estaba preocupado por su futuro; y a los amigos cercanos les decía que eligieran amigos con buenas costumbres y que se esforzaran por hacer próspero su futuro.

Trabajaba con gran esmero durante las convenciones y los Yalsas, etc. De hecho, su encargado escribe que en una ocasión se le asignaron tareas de seguridad. Una vez, por la noche, le ofrecieron comida, pero dijo que primero le dieran la comida a su colega que estaba de guardia con él. A pesar de su corta edad, a menudo preguntaba a los padres sobre sus hijos waqf-e-nau (áhmadis consagrados) y les aconsejaba que enviaran a sus hijos a Yamia. Su madre mostró una gran paciencia durante su enfermedad, de hecho ambos padres lo hicieron.  Su madre solía decirle que le habían consagrado en el camino de Dios. Cuando los médicos perdieron la esperanza y dijeron que había pocas posibilidades de que sobreviviera, los padres le dijeron con gran determinación que el lugar adonde ahora se dirigía era una excelente morada.  Le aconsejaron que se contentara con la Voluntad de Dios y esto también lo demostraron ellos mismos.

Colocó junto a su cama del hospital una foto que se había sacado conmigo y resultó ser una buena fuente para el tabligh (propagación del mensaje). Los médicos le preguntaban a qué comunidad pertenecía y él les informaba que pertenecía a la Comunidad Musulmana Ahmadía, que creía que el advenimiento del Mesías Prometido había tenido lugar y la conversación comenzaba desde allí. El amir sahib escribe: “Le dije que a pesar de su enfermedad, él era una fuente de tabligh y esto le agradaba mucho”.

El presidente local de Judamul Ahmadía de Bélgica escribe:

“Sentía un inmenso amor por el Jalifa. En una clase con atfal y waqf-e-nau, les dije un día que escribieran cartas al Jalifa de la época. El fallecido vino y me dijo: “Murabbi Sahib, no sé escribir en urdu, ¿podrías escribirlo para mí y lo copio a mano?”. Le dije que el resto de los niños estaban escribiendo en holandés y él podría hacer lo mismo. (Este incidente es anterior a su ingreso en Yamia).  El fallecido respondió: “Deseo que mi carta llegue directamente al Jalifa de la época y que rece por mí”.

El señor misionero continúa escribiendo:

“La promesa en la que Rauf bin Maqsood se ponía de pie y recitaba que estaba siempre dispuesto a sacrificar su vida, riqueza, tiempo y honor, la ha cumplido hasta su último aliento. Tenía muchos amigos que no eran áhmadis, a quienes personalmente presencié llorar mucho tras su muerte. Cuando le pregunté a uno de ellos sobre Rauf bin Maqsood, dijo emocionado: “Hoy, un amigo muy cariñoso y afectuoso, se ha ido. Muy pocas personas tienen un amigo tan piadoso”.

El fallecido tenía una gran pasión por el tabligh (la propagación del islam). Continúa diciendo:

“Cuando comenzamos la campaña de ‘El Mesías ha venido’, algunos de los miembros se sentían un poco tímidos, pero Rauf bin Maqsood se acercaba directamente a la gente, los llamaba y les proporcionaba la literatura de la Comunidad y entablaba debates con ellos.  Traía invitados a todos los programas de tabligh y luego también se los presentaba a los demás”.

Podemos decir que, incluso antes de graduarse de Yamia, el fallecido era un excelente murabbi y mubaligh (misionero y predicador). Solo Dios Altísimo conoce la sabiduría detrás de Sus decisiones y, a veces, hace que algunas de las mejores personas regresen a Él antes de lo esperado. ¡Qué Dios Altísimo conceda al fallecido Su perdón y misericordia! ¡Qué eleve su posición y conceda a sus padres paciencia y constancia!

El segundo funeral es del respetado Zafar Iqbal Qureshi Sahib, el Naib Amir de Islamabad. Falleció el 3 de septiembre, a la edad de 87 años.

¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y hacia Él volveremos!

Pertenecía a una familia muy devota y su abuelo paterno, Ubaidul’lah Qureshi Sahib (ra) fue compañero del Mesías Prometido (as) e hizo el bai’at en 1904. El abuelo paterno de la esposa del fallecido, Amtul Hameed Saheba, Hazrat Jalifah Noor-ul-Deen Sahib (ra) también fue compañero del Mesías Prometido (as). Su nombre era Jalifa Noor-ul-Deen, sin embargo, aquí no se refiere a Hazrat Jalifatul Masih I -ra-).  En su extraordinario libro, Tohfah Golwariyah, el Mesías Prometido (as) mencionó especialmente a Jalifa Noor-ul-Deen Sahib en relación con sus servicios en la investigación de la tumba de Jesús (as) en Mahala Khanyaar, Srinagar (Cachemira).

Zafar Iqbal Qureshi Sahib obtuvo su educación inicial en Amritsar y después de la partición de India y Pakistán, vino a Pindi y completó su examen de matriculación; y luego estudió en la universidad y se graduó con un título en ingeniería. Después trabajó en el sector civil y luego obtuvo el grado superior en Grecia. Más tarde ejerció como ingeniero jefe en la administración pública en Taxila, hasta su jubilación en 1994. A partir de entonces, se trasladó a Islamabad y prestó servicios a la Comunidad de diversas maneras, y fue nombrado naib amir (vice presidente de la jama’at de Islamabad) en 1998. En varias ocasiones también fue nombrado como el amir activo y sirvió durante más de 21 años como el naib amir, hasta 2019. A pesar de su vejez y mala salud, iba regularmente a la mezquita y completaba su trabajo rutinario. Hablaba muy poco y poseía un juicio muy sólido, y tenía gran experiencia en asuntos administrativos. Trabajaba con gran diligencia y tenía gran consideración por la riqueza de Yama’at y la cuidaba mucho. Mientras servía como el Naziri-e-A’la (jefe de la administración de la Comunidad Ahmadía en Pakistan), tuve la oportunidad de ver de cerca su trabajo y MashAl’lah trabajó con un espíritu de abnegación y humildad. Siempre mostraba la máxima obediencia a sus superiores en el cargo, aunque fueran mucho más jóvenes que él.

Le sobreviven su esposa, Amtul Hameed Zafar Sahiba y cuatro hijas: Amtul Rashid Sahiba, Dr. Sadaf Zafar Sahiba, Shazia Chaudhry Sahiba y Aisha Tariq Sahiba. Una de las hijas está en Canadá y el resto en Lahore. Una de ellas, ‘Aisha Zafar escribe: “Cuando empecé a ir a la escuela, siempre enviaba una carta al Jalifa actual para rezar antes de mis exámenes anuales; y cuando yo había alcanzado un puesto, él volvía a escribir una carta y luego leía la respuesta cuando llegaba. Cuando crecí, me aconsejó que escribiera la carta yo misma y que ayudara a preparar una plantilla para la carta. De esta manera, desde mi infancia, estableció firmemente el amor y la obediencia a Jalifato en mi corazón de una manera muy cariñosa”.

Que Dios Altísimo conceda al difunto Su misericordia, Su perdón y eleve su posición. Que también conceda paciencia y paz a sus seres queridos.

El próximo funeral es del honorable Kabeenai Kavaja kata Sahib de Senegal. Falleció el 24 de agosto, a la edad de 85 años:

“En verdad a Al’lah pertenecemos y hacia Él será el retorno”.

Entre sus cualidades especiales estaba el hecho de que era una persona muy valiente y sincera, tenía un gran amor por Jalifato y también un gran honor para la Comunidad. Además poseía una gran pasión por servir, siempre ofrecía sacrificios y trataba a los invitados con gran hospitalidad. Si alguna delegación de la Comunidad venía, hacía todo lo posible por su hospitalidad. Ese era su deseo e insistía en que hasta que la delegación de la Comunidad permaneciera en su región, se ocupara personalmente de su hospitalidad. Si los invitados comían de fuera, se molestaría mucho por privarle de la oportunidad de servirles. Ofrecía su propia habitación a los huéspedes y les proporcionaba cualquier necesidad que tuvieran. Fue miembro del parlamento durante 18 años, después de participar en las elecciones con el Partido Socialista. Era un áhmadi muy sincero y leal, y hasta que la Comunidad no se registró oficialmente, todas sus propiedades estaban a su nombre. El misionero jefe de Senegal escribe:

“Cuando llegué a Senegal en 2012 y la Yama’at se registró oficialmente después de eso, el fallecido dijo que uno no sabe sobre el futuro, por lo tanto deben registrar rápidamente todas las propiedades que se mantenían con él como un fideicomiso bajo el nombre oficial de la Yama’at”.

Escribe además:

“Siempre que la Yama’at se enfrentaba a alguna dificultad, siempre estaba a la vanguardia de su defensa. Trabajó incluso más que un misionero. Durante un largo período, sirvió como presidente de la región de Tambacounda. También se desempeñó como Secretario Amoor-e-Aama en el centro de Amila. Antes de su fallecimiento, donó 3 hectáreas de tierra a la Yama’at, para construir una escuela y de manera similar ofreció un terreno de 3 hectáreas para construir la casa de la misión regional de la Yama’at. Antes de su muerte, entregó la documentación de las 6 hectáreas de tierra a nuestro misionero, Dikomir Sahib; y dijo que esto pertenecía a la Yama’at y que él debía cuidarlo. Luego dijo que se iba a Guinea Conakry y que tenía pocas esperanzas de regresar”.

Además vino aquí (al Reino Unido) muchas veces, para asistir al Yalsa y había estado viniendo desde la época de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh). La última vez que vino al Yalsa fue en 2019 y también se reunió conmigo, y luego le dijo al amir de su país que era su deseo sentarse ante el Jalifa, para que pudiera verlo tanto como fuera posible. Así, permaneció sentado y después en el mulaqat, declaró que había cumplido el objetivo para el que había venido.

Maulana Munawar Khurshid Sahib escribe:

“El difunto era una personalidad muy admirada en Senegal por sus habilidades políticas y organizativas. Pertenecía a Tambacounda, que es una ciudad muy conocida de Senegal y venía de una familia que se dedicaba a la política. Profesionalmente fue profesor, pero más tarde entró en la política. En 1995, recibió el mensaje de Ahmadiat a través del honorable Jagjen, que era el vicepresidente de la Asamblea Nacional. Muy pronto, Dios Altísimo le concedió inspiración en su corazón por la cual, con plena felicidad y contención, realizó el bai’at y entró en el redil del Ahmadiat. Muchos de los primeros conversos en el Senegal eran trabajadores o agricultores, que también ofrecían sacrificios financieros según sus medios. Después de hacer el bai’at, por la gracia de Dios Altísimo, el difunto siempre ofreció muy generosamente sus sacrificios financieros. Era un áhmadi extremadamente valiente y valeroso, y tenía una gran pasión por el tabligh y predicaba a todos los que conocía, e incluso tuvo la oportunidad de presentar la Comunidad al presidente del país. El difunto tenía un círculo social muy amplio y trataba de transmitir el mensaje (del Ahmadiat) a cada uno de sus conocidos. Siempre tenía en su coche la literatura de la Yama’at y los formularios para realizar el bai’at”.

¡Qué Dios Altísimo conceda al fallecido Su perdón y misericordia! Que eleve su posición y permita que este espíritu de sinceridad, y lealtad continúe entre su progenie; y que permita a los que no son áhmadis aceptar el Islam-Ahmadiat.

El próximo funeral es el del respetado Mubasher Latif Sahib, que anteriormente fue abogado del Tribunal Supremo y vivió inicialmente en Lahore, pero actualmente residía en Canadá. Falleció el 5 de mayo, a la edad de 85 años:

“En verdad a Al’lah pertenecemos y hacia Él será el retorno”.

El difunto tenía un gran amor por Dios Altísimo, Su mensajero (sa), el Mesías Prometido (as) y Jilafat-e Ahmadía. Su abuelo materno, el respetado Sheikh Mehr Ali Sahib (ra) era un amigo muy cercano del Mesías Prometido (as). El Mesías Prometido (as) realizó el chilah (cuarenta días de reclusión dedicados a la oración y la súplica) en Hoshiarpur y en su casa. Fue durante este período que Dios Altísimo reveló la gran profecía de Musleh Maud o Reformador Prometido.

Durante 17 años, Mubasher Latif Sahib fue presidente de Faisal Town, Lahore. Además fue miembro del equipo que se formó con los abogados de Yama’at en el Pakistán y para él era un gran honor tener la oportunidad de servir y ayudar a innumerables asiran (los encarcelados por su fe). Fue uno de los tres abogados que tuvieron la oportunidad de representar a la Yama’at en 1974. Durante 40 años enseñó en la Universidad del Punjab y fue profesor en la Facultad de Derecho de dicha universidad. Cuando la mezquita de la Ciudad Modelo de Lahore fue atacada, el fallecido también estaba dentro de la mezquita en ese momento. Por la gracia de Dios, sobrevivió, pero su hermano menor, Naeem Sajid Sahib, fue martirizado. A partir de entonces, emigró a Canadá.

El difunto era muy regular en sus oraciones y la observación de los ayunos, y en el ofrecimiento de la oración de tahayud. Tenía un gran amor por el Santo Corán y por la gracia de Dios Altísimo, era musi [parte de la institución de Al-Wasiyyat]. Deja atrás a su esposa, seis hijas y muchos nietos y bisnietos. Malik Tahir Sahib, Amir Yama’at Lahore escribe: “El respetado abogado Mubasher Latif Sahib era un abogado muy capaz y educado. También había obtenido un título de abogado de aquí en aquellos días y ocupaba una posición muy respetable en el poder judicial. En lo que respecta a los casos de la Yama’at, después de 1984, cuando se presentaron casos contra nuestros jóvenes en relación con el Kalimah Tayyibah, los jóvenes se presentaron en un tribunal de magistrados ordinario. Aunque Mubasher Sahib no trabajaba en tribunales que estuvieran por debajo del Tribunal Superior, sin embargo, por el interés de la Comunidad, se presentaba ante el juez de paz y ofrecía un gran servicio en los casos de la Yama’at. Siempre daba consejos correctos y de acuerdo con la ley. Muchos magistrados y jueces fueron sus estudiantes alguna vez y nunca se sintió avergonzado o titubeante de presentarse ante sus antiguos alumnos mientras presentaba los casos de la Yama’at. Por lo general, los abogados del Tribunal Supremo y del Tribunal Superior no comparecen ante el juez de un tribunal de magistrados”.

Mubarak Tahir Sahib, que actúa como asesor jurídico de la Yama’at, escribe: “Los servicios de Mubasher Latif Sahib para la Yama’at comenzaron en 1974. En la Comisión Samdani, asistió al abogado Ijaz Hussain Batalvi Sahib. Además, el caso que se presentó contra la ordenanza de 1984 en el Tribunal Federal de la Sharía, Mabasher Latif Sahib también formó parte de su mesa. Aunque sabían que, según la ley, no iba a pasar nada, pero él y sus colegas trabajaron de todas formas muy diligentemente en este caso.

¡Qué Dios Altísimo conceda al fallecido Su perdón y misericordia! Que además eleve su posición y permita a sus seres queridos continuar sus buenas acciones y les conceda la paz.

Después de la oración del viernes, insha Al’lah dirigiré sus oraciones funerarias in absentia.

Resumen

Después de recitar Tashahud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que iba a narrar la vida del compañero Hazrat Bilal (ra) bin Rabah.

Hazrat Bilal (ra) era el hijo de Bilal, de Arabia, y Hamamah, de Habshah [Abisinia]. Era el esclavo de Omeya bin Khalaf. Según algunas narraciones, Hazrat Bilal (ra) nació en La Meca y fue conocido como muwal’lideen (es decir, de entre aquellos que no eran de pura ascendencia árabe). Una de sus esposas era la hermana de Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra). Tenía un hermano llamado Khalid y una hermana llamada Ghufairah.

La constancia de Hazrat Bilal (ra)

Su Santidad (aba) dijo que el Santo Profeta (sa) dijo que Hazrat Bilal (ra) fue el primero de Abisinia en aceptar el Islam. Según las narraciones, Hazrat Bilal (ra) fue considerado débil por algunos. Así, los opositores al Islam le atacaban en sus esfuerzos para que los Musulmanes volvieran a su religión. Sin embargo, Hazrat Bilal (ra) permaneció firme; cuando le torturaban y le decían que la única manera de librarse era aceptar a los ídolos de los de La Meca, Hazrat Bilal (ra) decía ¡Ahad! ¡Ahad! (¡Uno! ¡Uno!) Su amo le tendía sobre el suelo ardiente y le colocaba piedras en el pecho o hacía que los niños le golpearan el pecho. Al ver que continuaba diciendo Ahad (Dios es uno), ordenaba atar una cuerda a sus pies para arrastrarle por las calles sobre guijarros y piedras. Una vez, durante dicha tortura, Hazrat Abu Bakr (ra) vino y compró a Hazrat Bilal (ra) por el precio de 280 Dirhams, y así lo liberó de la esclavitud. Según una narración de Hazrat Aishah (ra), Hazrat Bilal (ra) era uno de los siete esclavos que iban a ser torturados pero que fueron liberados por Hazrat Abu Bakr (ra).

El primer Mu’adhin en el Islam (persona que convoca a la Oración)

Su Santidad (aba) relató una narración: el Santo Profeta (sa) ordenó a Hazrat Bilal (ra) que diera el Adhan (llamada a la oración). Al pronunciar las palabras del llamamiento, Hazrat Bilal (ra) decía As-hadu (doy testimonio…) en lugar de Ash-hadu ya que no era capaz de pronunciar el sonido ‘sh’. Al escucharle, algunos árabes se reían de él. Un día, el Santo Profeta (sa) les llamó y dijo “os reís de él cuando recita el Adhan. Sabed que a Al’lah le agrada su voz cuando llega a los cielos”. Dijo que “Dios sabía que, al ser torturado, se mantendría firme y proclamaría ¡Ahad! Entonces, ¿qué importa si es incapaz de pronunciar una simple letra?

Su Santidad (aba) presentó una narración que decía: Hazrat Bilal (ra) estaba entre las primeras siete personas que aceptaron el Islam; entre los que se incluían también el Santo Profeta (sa) y Hazrat Abu Bakr (ra). Su Santidad (aba) comentó que todos ellos tuvieron que soportar dificultades. A pesar de que el abuelo del Santo Profeta (sa) defendía a su nieto, y la gente de Hazrat Abu Bakr (ra) respondía por él; esto no significa que ellos no tuvieron que soportar grandes dificultades.

Ejemplo de Hazrat Bilal (ra) durante la migración y una oración por Pakistán

Su Santidad (aba) presentó otra narración: al emigrar a Madinah, Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Bilal (ra) se enfermaron. Ambos expresaban su preocupación a través de varias coplas que recitaban. Al oír esto, el Santo Profeta (sa) rezó para que la enfermedad que se extendía en Madinah desapareciera, y para que Madinah se convirtiera en un lugar tan querido para ellos como lo era La Meca.

Su Santidad (aba) dijo que durante la migración de los ahmadíes de Qadian a Rabwah, se presentó el ejemplo de Hazrat Bilal (ra) a los miembros de la Comunidad para alentarles y para que no se preocuparan por la migración. El Segundo Califa (ra) le dijo a su comunidad que cuando Hazrat Bilal (ra) enfermó en Madinah y comenzó a lamentarlo, el Santo Profeta (sa) le preguntó si era por eso que había migrado. Así, el Segundo Califa (ra) aconsejó a su Comunidad que no se preocupara por lo que había perdido, sino que recordara por qué razón lo había perdido. Su Santidad (aba) dijo que la mentalidad de los ahmadíes en ese momento era que esta migración era por el bien de Al’lah. A pesar de que los ahmadíes presentaron los mayores sacrificios en el momento de la partición entre India y Pakistán, y sacrificaron mucho por la independencia de Pakistán, no pueden disfrutar de los derechos más básicos en su propio país. Su Santidad (aba) comentó que la Comunidad no necesita ningún certificado de aprobación de Pakistán. Sin embargo, quienes actúan de esta manera están perjudicando al país. Su Santidad (aba) rezó para que Pakistán se mantenga a salvo de esas personas.

Dificultades de Hazrat Bilal (ra)

Continuando con las narraciones sobre la vida de Hazrat Bilal (ra), Su Santidad (aba) relató que Hazrat Bilal (ra) participó en todas las batallas junto al Santo Profeta (sa). Durante la batalla de Badr, Hazrat Bilal (ra) mató a Umayyah bin Khalaf, que solía torturarle por ser musulmán.

Su Santidad (aba) presentó una narración en la que el Santo Profeta (sa) decía que se le hizo sufrir mucho por la causa del Islam, y que a veces pasaban tres noches en las que él y Hazrat Bilal (ra) no tenían nada que comer excepto lo que Bilal (ra) podía esconder bajo su brazo.

Su Santidad (aba) presentó narraciones sobre la formalización del Adhan. Cuando el Santo Profeta (sa) pidió a sus compañeros sugerencias sobre cómo se podía llamar a la gente para la oración, los compañeros sugirieron varias cosas como hacer sonar una campana o una corneta. Hazrat Umar (ra) sugirió que se usara la voz humana, y al Santo Profeta (sa) le gustó esta idea. Así, instruyó a Hazrat Bilal (ra) para que llamara a la gente a reunirse para la oración. Así, en sus propias palabras, Hazrat Bilal (ra) llamaba a la gente a reunirse para la oración.

Una noche, Hazrat Abdullah bin Zaid (ra) vio las palabras del Adhan en un sueño y las transmitió al Santo Profeta (sa). Entonces, el Santo Profeta (sa) le ordenó que enseñara estas palabras a Hazrat Bilal (ra) para que pudiera recitar el Adhan. Al oír estas palabras, Hazrat Umar (ra) bin Khattab dijo que también había visto estas palabras en un sueño. Así, Hazrat Bilal (ra) se convirtió en el primer Mu’adhin (persona que hace el llamamiento a la oración).

Su Santidad (aba) dijo que continuaría relatando la vida de Hazrat Bilal (ra) en el siguiente sermón.

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que ofrecería las oraciones fúnebres en ausencia de los siguientes miembros fallecidos de la Comunidad:

Rauf Bin Maqsood Jr. falleció el 4 de septiembre. Era un estudiante de Yamia Ahmadía, Reino Unido. Recientemente se le diagnosticó un tumor cerebral que finalmente resultó ser la causa de su fallecimiento. Soportó este tiempo de enfermedad con gran paciencia y firmeza. Le sobreviven sus padres, tres hermanas y dos hermanos. El Emir Sahib de Bélgica escribió a Su Santidad (aba) que Rauf bin Maqsood era una persona muy piadosa que amaba mucho al Jilafat. Aunque los médicos habían dicho desde el principio que esta enfermedad podía resultar fatal, nunca expresó ninguna preocupación ni  perdió la esperanza. Los doctores también notaron que exhibía una paciencia ejemplar. Durante su enfermedad, se le pidió que dirigiera las clases de Atfal locales. Debido a su enfermedad, a veces se desmayaba mientras dirigía las clases. Pero al recobrar la conciencia, simplemente continuaba con la clase. Aunque se le pedía descansar un poco, respondía que prefería continuar indistintamente de su estado de salud. Tenía una foto que había tomado con Su Santidad (aba) colocada al lado de su cama en el hospital. Algo que se convirtió en una vía de Tabligh (difusión del mensaje) ya que las enfermeras y los médicos le preguntaban sobre la foto y la comunidad a la que pertenecía. Siempre fue muy apasionado en la difusión del mensaje del Islam y Ahmadíat. Su Santidad (aba) dijo que incluso antes de graduarse de Yamia, se había convertido en un misionero ejemplar. Su Santidad (aba) rezó por el perdón del difunto y también para que la familia pueda soportar este tiempo difícil con paciencia.

Zafar Iqbal Qureshi falleció el 3 de septiembre. Él sirvió a la Comunidad en varios cargos en Islamabad, Pakistán. En particular, desempeñó las funciones del Vicepresidente de la Yamat de Islamabad. Su Santidad (aba) mencionó que mientras era Nazir-e-A’la, vio la gran pasión y cuidado con el que trabajaba. Inculcaba el amor hacia el Jilafat a sus hijos y a menudo les animaba a escribir cartas a Su Santidad (aba). Su Santidad (aba) rezó por el perdón de los fallecidos y para que la familia pudiera soportar este tiempo con paciencia.

El Honorable Kabine Kabaja Kate de Senegal falleció el 24 de agosto. Era una persona valiente y sincera que poseía un gran amor por el Jilafat. Era muy hospitalario y se aseguraba de cuidar a todos los huéspedes de su región. Antes de que la Comunidad se registrara, las propiedades del Yamat estaban en su nombre. Presentó 3 acres de tierra para una escuela y 3 acres de tierra para una casa de la misión que entregó a la Comunidad antes de su muerte. También había sido elegido para un cargo político. Era muy apasionado en la difusión del mensaje del Islam y de Ahmadíat. Su Santidad (aba) rezó por el perdón y la posición elevada del difunto y para que su progenie pueda continuar sirviendo con la misma pasión que su padre.

Mubashar Latif falleció el 5 de mayo. Tenía un gran amor por Al’lah, el Santo Profeta (sa), el Mesías Prometido (as) y sus Califas. Su abuelo, Sheikh Mehr Ali Sahib (ra), era un buen amigo del Mesías Prometido (as). De hecho, fue en su casa de Hoshiarpur donde el Mesías Prometido (as) realizó un retiro en. soledad durante 40 días, durante los cuales recibió la profecía sobre el Hijo Prometido. Mubashar Latif era abogado de profesión y era muy respetado. Luchó en muchos casos en nombre de los ahmadíes que estaban siendo juzgados injustamente. También estuvo presente en una de las mezquitas de Lahore que fueron atacadas; aunque sobrevivió al ataque, su hermano fue martirizado. Su Santidad (aba) rezó por el perdón y la posición elevada del difunto y rezó para que su progenie pueda continuar con sus cualidades virtuosas y seguir siendo paciente.

Resumen preparado por The Review of Religions.

Share via