Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) - Hazrat Zubair bin Awwam (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Zubair bin Awwam (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Surah Al-Fātihah,

Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

Dios Altísimo dice en el Sagrado Corán:

[ÁRABE]

“En cuanto a los que respondieron a la llamada de Al’lah y del Mensajero, después de que sufrieran una herida, sepan que quienes de entre ellos hagan el bien y actúen piadosamente tendrán una magnífica recompensa”, (3:173).

En relación a los relatos de los Compañeros (ra), quedaron algunos detalles de lo recapitulado de la vida de Hazrat Zubair (ra) y los narraré hoy.

Mientras mencionaba el versículo que acabo de recitar, Hazrat ‘Aisha (ra) le dijo a su sobrino ‘Urwah:

“¡Oh sobrino mío! Tus antepasados ​​Zubair y Abu Bakr estaban entre los Compañeros a los que se hace referencia en este versículo. Cuando el Santo Profeta (sa) fue herido durante la batalla de Uhud y los idólatras se retiraron, temió que pudieran regresar y atacar de nuevo. Por lo tanto, el Santo Profeta (sa) preguntó: ¿quién irá y los perseguirá? Entonces setenta Compañeros de entre ellos se prepararon para partir inmediatamente”. El narrador dice que Abu Bakr y Zubair también estaban entre ellos. Esta narración es de Sahih Bujari y nos dice que tanto Hazrat Abu Bakr como Hazrat Zubair estaban entre los heridos.

La misma narración se recoge en Sahih Muslim y es la siguiente, donde Hisham narra de su padre:

“Hazrat ‘Aisha me dijo: tus antepasados ​​estaban entre esos Compañeros que respondieron a la llamada de Al’lah y Su Mensajero (sa) a pesar de estar heridos”.

También Hazrat ‘Ali (ra) narra:

“He oído al propio Santo Profeta (sa) decir: Talha y Zubair serán mis vecinos en el Paraíso”. 

Hazrat Said bin Yubair (ra) narra que el rango de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat ‘Umar (ra), Hazrat Uzmán (ra), Hazrat ‘Ali (ra), Hazrat Talha (ra), Hazrat Zubair (ra), Hazrat Sa’d (ra), Hazrat Abdur Rahman (ra) y Hazrat Said bin Zaid (ra) era tal que solían luchar delante del Santo Profeta (sa) en el campo de batalla y se situaban inmediatamente detrás de él en las oraciones.

Hazrat Abdur Rahman bin Ajnas (ra) relata que estaba en la mezquita cuando una persona habló sobre Hazrat ‘Ali (ra) de manera irrespetuosa.  Ante esto, Hazrat Said bin Zaid (ra) se puso de pie y dijo:

“Doy testimonio de que ciertamente he escuchado al Santo Profeta (sa) decir que diez personas ciertamente entrarán en el Paraíso: el mismo Santo Profeta (sa) entrará en el Paraíso, Hazrat Abu Bakr (ra) entrará en el Paraíso, Hazrat ‘Umar (ra) entrará en el Paraíso, Hazrat Uzmán (ra) entrará en el Paraíso, Hazrat ‘Ali (ra) entrará en el Paraíso; y también lo harán Hazrat Talha (ra), Hazrat Zubair bin Awam (ra), Hazrat Sa’d bin Malik (ra) y Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra); y si lo deseo, además podría nombrar al décimo individuo”. El narrador dice que la gente preguntó sobre la identidad del décimo individuo. Hazrat Said bin Zaid (ra) permaneció en silencio durante un rato. El narrador dice que algunas personas preguntaron nuevamente quién era el décimo individuo y entonces dijo: “Sa’id bin Zaid”, es decir, se nombró a sí mismo. Creo que esto ya se ha mencionado en relación con Hazrat Talha (ra).

Al mencionar los nombres de los escribas del Sagrado Corán, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) dice:

“Tan pronto como el Santo Profeta (sa) recibía una revelación, se ponía por escrito según lo dictaba. Se sabe que el Santo Profeta (sa) había asignado a varias personas para este propósito. De estos, los nombres de las siguientes quince personas se han mencionado en relatos históricos: Zaid bin Zabit, Ubayy bin Ka’b, Abdul’lah bin Sa’d bin Abi Sara, Zubair bin Awam, Jalid bin Said bin Aas, Hiban bin Said al-Aas, Hanzla bin Rabi ‘al-Asadi, Muayqib bin Abi Fatima, Abdul’lah bin Arqam Az-Zuhri, Sharahbil bin Hasana,’ Abdul’lah bin Rawaha, Hazrat Abu Bakr, Hazrat ‘Umar, Hazrat Uzmán y Hazrat ‘Ali (ra con todos ellos). Cada vez que el Santo Profeta (sa) recibía una revelación, llamaba a una de estas personas y le dictaba el texto de la revelación que había recibido”.

Por otra parte, Hazrat Anas bin Malik (ra) relata que el Santo Profeta (sa) le permitió a Hazrat Zubair bin Awam (ra) usar una camisa de seda durante una batalla porque sufría de prurito. Cuando el Santo Profeta (sa) distribuyó las propiedades de Medina, asignó una gran parte de la tierra a Hazrat Zubair (ra). El Santo Profeta (sa) también le dio un huerto de dátiles.

Con respecto a la concesión de tierras por parte del Santo Profeta (sa) a Hazrat Zubair (ra), Hazrat Jalifatul Masih II (ra) dice: “El Santo Profeta (sa) otorgó una gran extensión de tierra perteneciente al Estado a Hazrat Zubair (ra), en la cual su caballo podía correr hasta su último aliento”. En otras palabras, podía correr tan lejos como le era posible. Su límite llegaba hasta donde finalmente se detuvo el caballo de Hazrat Zubair (ra), después de lo cual lanzó su látigo al aire con toda su fuerza. Acto seguido, el Santo Profeta (sa) decidió que no solo se le otorgaría la tierra donde se había detenido su caballo, sino que además se le otorgaría el área hasta donde llegó su látigo. Hazrat Jalifatul Masih II (ra) escribe: “Los caballos en nuestro país también pueden correr kilómetros, pero los caballos árabes pueden correr incluso más rápido. Si estimamos que puede correr hasta seis o siete kilómetros, antes de detenerse, el terreno que le fue otorgado fue de aproximadamente 20.000 acres”.

El Imam Abu Yusuf escribe en su libro “Kitabul Jarall”, que el Santo Profeta (sa) asignó una porción de tierra para Hazrat Zubair (ra) que contenía palmeras de dátiles. Hazrat Jalifatul Masih II (ra) también citó este extracto de los escritos del Imam Abu Yusuf. Escribe: “La tierra que le fue dada tenía palmeras datileras y con anterioridad la misma pertenecía a la tribu judía Banu Nazir; el lugar era una aldea reconocida como Juruf, que es el nombre de un lugar situado a cinco kilómetros de Medina en dirección a Siria y  era un pueblo tradicional. Cuando colocamos este relato junto a las otras narraciones, se puede concluir que en ese momento, el Santo Profeta (sa) le dio la parte superior de la tierra a Hazrat Zubair (ra), es decir, donde se menciona al caballo corriendo; y esto equivalía aproximadamente a 15.000 ó 20.000 acres. Esto le fue entregado en un momento en que ya era dueño de una aldea que tenía palmeras datileras.

Urwah bin Zubair (ra) relata que Marwan bin Hakam dijo que el año en que hubo un brote de una enfermedad que provocó hemorragias nasales graves, Hazrat Uzmán bin Affan (ra) también sufrió mucho por esto, hasta el punto que le impidió realizar el Hall (peregrinación), e incluso escribió su testamento. En ese momento, uno de los quraish se le acercó y le dijo:

“Elige a alguien como Jalifa (o sea, debido a las terribles circunstancias). Y dijo: ¿es la gente quien ha preguntado esto? A lo que respondió afirmativamente. Hazrat Uzmán (ra) le preguntó a quién deseaban que fuera nombrado Jalifa, pero él permaneció en silencio. Luego vino otra persona, que el narrador dice que creer que era Hariz (ra) y también le pidió que nombrara un Jalifa. Hazrat Uzmán (ra) dijo entonces: ¿es esto lo que pregunta la gente? A lo que él respondió: sí. Entonces, Hazrat Uzmán (ra) preguntó: “¿quién debería ser el Jalifa? A lo que el hombre permaneció en silencio. Hazrat Uzmán (ra) luego dijo: quizás desean elegir a Hazrat Zubair (ra). El hombre respondió: sí. Hazrat Uzmán (ra) luego dijo: por Aquel en cuyas manos está mi vida, hasta donde yo sé, él es el mejor entre ellos (es decir, refiriéndose a Hazrat Zubair -ra-) y era el más querido por el Santo Profeta (sa)”.

Hazrat Zubair (ra) relata que una vez tuvo una disputa, en presencia del Santo Profeta (sa), con un compañero ansari, que había tomado parte en la batalla de Badr, con respecto al canal que ambos usaban para regar sus campos. Mientras resolvía el asunto, el Santo Profeta (sa) dijo:

“Zubair, riega tu campo y deja el resto del agua para tu vecino. El compañero ansari se mostró disgustado con esta respuesta y dijo: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! ¿Has emitido este veredicto solo porque es tu primo? Al escuchar esto, el rostro bendito del Santo Profeta (sa) cambió y le dijo a Hazrat Zubair (ra): controla el flujo de agua para que solo riegue hasta el límite de tu tierra. Por tanto, el Santo Profeta (sa) concedió a Hazrat Zubair (ra) todos sus derechos, mientras que anteriormente, el consejo del Santo Profeta (sa) era tal que permitía que Hazrat Zubair (ra) y el compañero ansari se beneficiaran. Sin embargo, cuando el ansari expresó su descontento por la decisión del Santo Profeta (sa), emitió el veredicto de acuerdo con lo que era el verdadero derecho de Hazrat Zubair (ra)”.

Hazrat Zubair relata:

“Por Dios, mi impresión es que el siguiente versículo del Sagrado Corán fue revelado con respecto a este incidente:

[ÁRABE]

“Pero no, por tu Señor, no serán creyentes mientras no te hagan juez de todo lo que les separa y no encuentren en sus corazones objeción alguna a lo que tú decidas y se sometan con plena sumisión”.

Hazrat Zubair (ra) narra que cuando se reveló el siguiente versículo:

[ÁRABE]

“Y después, en el Día de la Resurrección, disputaréis mutuamen­te ante vuestro Señor”. Él preguntó: ¡oh Mensajero  de Al’lah, ¿esto se refiere a nuestras disputas mundanas? A lo que el Santo Profeta (sa) respondió: sí”.

Luego, cuando se reveló el versículo [árabe]: “Entonces, en ese día, seréis llamados a dar cuenta en relación con los placeres mundanos”, Hazrat Zubair (ra) preguntó al Santo Profeta (sa): “¿qué recompensas pediremos para rendir cuentas, cuando solo poseemos agua y dátiles? El Santo Profeta (sa) respondió: Os advierto que la era de las bondades y la riqueza está cerca. Hoy puede haber escasez, pero si Dios quiere, el tiempo de la abundancia está por llegar”.

Hafs bin Jalid dice que el noble hombre que relató este hadiz viajaba con nosotros desde Mosul, que es una ciudad muy conocida de Iraq y fue de gran importancia entre los territorios y ciudades islámicos en ese momento, debido a su gran población y vasta área. Mucha gente la visitaba. Está situada cerca de Nínive, a 355 kilómetros del borde del río Tigris, en Bagdad. Esto es lo que está escrito en la enciclopedia respecto a esta ciudad.

En cualquier caso, el narrador dice que él (es decir, el noble caballero) habría viajado hasta ellos desde Mosul y continúa diciendo:

“He acompañado a Hazrat Zubair (ra) bin Awam en varios viajes. En una ocasión, cuando estábamos en el desierto, necesitaba lavarse, así que me pidió que le cubriera. Por tanto, le cubrí utilizando una tela mientras se lavaba. Sin querer, mi mirada se fijó en su cuerpo y vi como todo él, incluyendo su cabeza, estaba completamente marcado por heridas de espada. Y le dije: Por Dios, hasta ahora nunca había visto tantas cicatrices en un cuerpo por heridas de espada, como las que he visto en el tuyo; y respondió preguntando: ¿Has visto las cicatrices de mi cuerpo? A continuación añadió: “Por Dios, que todas estas cicatrices las recibí mientras luchaba en el camino de Al’lah junto con el Santo Profeta (sa)”.

Por su parte, Hazrat Uzmán (ra), Hazrat Miqdad (ra), Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud (ra) y Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) habían ordenado como parte de su testamento que Hazrat Zubair (ra) cuidara de sus riquezas después de su fallecimiento. En consecuencia, custodiaba sus riquezas y empleaba su propia riqueza en los hijos de los mismos. Como fue bendecido con abundancia de riqueza, no gastaba el dinero de los demás en sus hijos, sino que lo hacía de su propio bolsillo, para que los herederos pudieran hacer uso de su propia riqueza, lo cual muestra que no tenía ninguna codicia por la riqueza.

También se menciona respecto a Hazrat Zubair (ra) que tenía 1.000 sirvientes que le ofrecían el jarall, o sea, el producto de sus tierras. Sin embargo, no tomaba nada para sí mismo, sino que lo daba todo como caridad.

Muti’ bin Aswad relata:

“Escuché a Hazrat ‘Umar (ra) decir que Hazrat Zubair (ra) es uno de los pilares que sustentan la fe”.

Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) relata:

“Cuando Hazrat Zubair (ra) estaba de pie en el día de la batalla de Yamal, me llamó y me puse de pie a su lado. Luego dijo: ¡Oh mi querido hijo, o se mata a los opresores o mueren los oprimidos! Parece como si me fuesen a matar en un estado de opresión y mi mayor preocupación es respecto a mi deuda. ¿Crees que quedará algo de dinero para saldar mi deuda? Luego dijo: ¡hijo mío, paga mis deudas vendiendo mis bienes  y prometo una tercera parte de mi riqueza; porque si después de pagar mis deudas queda algo, entonces una tercera parte será para tus hijos, (o sea, que prometió el resto para sus propios hijos). Hisham dice que los hijos de Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) tenían la misma edad que los hijos de Hazrat Zubair (ra): Jubaib y Abaad. Lo que significa que los hijos de Abdul’lah (ra) tenían la misma edad que los hijos de Hazrat Zubair (ra), es decir, que sus hijos -los de Hazrat Abdul’lah- tenían la misma edad que sus propios hermanos. En aquel momento, Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) tenía nueve hijas. Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) relata que Hazrat Zubair (ra) comenzó a dictar su herencia con respecto a las deudas que tenía diciendo: Oh hijo mío, si no puedes pagar alguna parte de mi deuda, busca ayuda de mi ‘Maestro’. Abdul’lah bin Zubair (ra) afirma que no entendía lo que quería decir con ‘Maestro’, por lo que le preguntó: ¿quién es tu ‘Maestro’? Hazrat Zubair (ra) respondió: es Al’lah”.

Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) afirma que, cada vez que se enfrentaba a dificultades para pagar las deudas de su padre, decía: “¡Oh Maestro de Zubair, paga su deuda!; y como resultado, la deuda se saldaba”, lo que significa que Al’lah Todopoderoso siempre creaba los medios para el pago de dicha deuda. Finalmente, la propiedad que dejó atrás resultó ser suficiente para pagar sus deudas y cuando Hazrat Zubair (ra) fue martirizado, no tenía riquezas a su nombre, excepto unas pocas parcelas de tierra que incluían Ghabah. Tenía 11 propiedades en Medina, dos propiedades en Basora, una en Kufa y otra en Egipto.

La causa por la que Hazrat Zubair (ra) se endeudó se debía a que la gente solía traerle su riqueza para dársela como fideicomiso, pero Hazrat Zubair (ra) lo consideraba como un préstamo, diciendo que temía la posibilidad de que la riqueza se desperdiciara. Por lo tanto, no tomaba la riqueza como un fideicomiso, sino que decía que la tomaba como un préstamo y así también gastaba de ella. No obstante, la riqueza permanecía a salvo de cualquier peligro potencial y, por consiguiente, les decía que la estaba utilizando a modo de préstamo y que la devolvería. En cualquier caso, Hazrat Zubair (ra) nunca llegó a ser rico en términos de acumulación de riqueza o generación de ingresos, ni tampoco por sus iniciativas financieras. Por el contrario, participó en las batallas junto al Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat ‘Umar (ra) y Hazrat Uzmán (ra). Siempre participó en la yihad, pero no fue uno de los que acumularon un excedente de riqueza. Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) relata que cuando calculó la deuda de su padre, esta ascendía a 2,2 millones de dinares.

Hazrat Hakim bin Hizam (ra) se reunió una vez con Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) y le preguntó:

“¡Oh sobrino mío! ¿A cuánto asciende la deuda de mi hermano? Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) ocultó la cantidad real y le dijo que eran 100.000 dinares. Hazrat Hakim bin Hizam (ra) dijo: “Por Dios, no creo que tengas suficientes bienes para pagarla (según la aparente riqueza que poseía). Entonces Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) le dijo: Si te dijera que la deuda es en realidad de 2,2 millones de dinares, ¿qué dirías? A esto, respondió: no creo que puedas pagar esa deuda, será difícil de reembolsar. Si no puedes pagarla, entonces acude a mí en busca de ayuda”; queriendo decir que estaba dispuesto a ayudarle a pagar la deuda.

Hazrat Zubair (ra) había comprado tierra en Ghabah por 170.000 dinares y Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) la vendió por 1,6 millones de dinares. Luego anunció que si Hazrat Zubair (ra) debía alguna cantidad a alguien, debería reunirse con él en Ghabah; o sea, después de vender la tierra de Ghabah por 1,6 millones, anunció que si alguien tenía una deuda debería ir a Ghabah para cobrarla.

Hazrat Zubair (ra) debía 400.000 dinares a Hazrat Abdul’lah bin Ja’far (ra) y este le dijo a Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra): “Si quieres, puedo perdonarte esta deuda; o si quieres, puedes incluirla entre las deudas que tienes, con la condición de que la pagues más tarde”, pero Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) rechazó esta oferta. A continuación, Hazrat Abdul’lah bin Ya’far (ra) le dijo que le diera un pedazo de tierra. Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) le dijo: “tu parte será de aquí hasta ahí”, y vendió esa porción de la tierra a Hazrat Abdul’lah bin Ya’far (ra) como pago de su deuda.

Así pues, quedaron cuatro porciones y media de tierra. Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) fue a ver a Hazrat Mu’awiyah (ra), cosa que acaeció en su época. Amr bin Uzmán, Munzir bin Zubair e Ibn Zam’ah también estaban presentes. Hazrat Mu’awiyah (ra) preguntó cuál era el precio de la tierra en Ghabah. Hazrat Ibn Zubair (ra) le informó que cada porción valía 100.000 dinares. Hazrat Mu’awiyah (ra) preguntó cuántas porciones de tierra le quedaban. Le informó que quedaban cuatro partes y media. Munzir bin Zubair dijo que le compraba una parte por 100.000 dinares. Amr bin Uzmán dijo que le compraba una parte por 100.000 dinares e Ibn Zam’ah también dijo que le compraba otra parte por otros 100.000. Luego, Hazrat Mu’awiyah (ra) preguntó cuántas porciones quedaban, a lo que Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) respondió que quedaba una parte y media. Hazrat Mu’awiyah (ra) dijo que le compraba esa parte por 150.000 dinares. Por consiguiente, la tierra que quedaba en Ghabah también se vendió. Más tarde, Abdul’lah bin Yafar vendió su porción a Hazrat Mu’awiyah por 600.000 dinares.

Por lo tanto, tal como había dicho Hazrat Zubair (ra), Al’lah Todopoderoso creó los medios para liquidar su deuda; se vendió parte de su propiedad y se saldó la misma. Cuando Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) hubo pagado por completo la deuda de Hazrat Zubair (ra), sus descendientes pidieron que se les diera su herencia, diciendo que ahora que la deuda ya estaba pagada, querían recibir su parte de la herencia. Pero Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) dijo que no: “por Dios, que no la distribuiré entre vosotros hasta que haga un anuncio en el día del Hall durante cuatro años”; lo que significaba que haría un anuncio con motivo del Hall durante cuatro años consecutivos, diciendo que cualquier persona a quien Hazrat Zubair (ra) adeudara algo, debería acudir a él para su devolución. Así pues, hizo este anuncio en el Hall durante cuatro años y cuando hubieron pasado los cuatro años, distribuyó la herencia entre la progenie de Hazrat Zubair (ra), quien tenía cuatro esposas; y había separado un octavo, es decir, la parte asignada de la herencia a la esposa, dividida en cuatro partes. De ese modo, cada esposa recibió 1,1 millones de dinares; o sea, cuando se distribuyó la propiedad restante, cada esposa recibió 1,1 millones de dinares. Según otra narración, su riqueza total ascendía a 35.200.000 de dinares y Sufián bin Uyaynah narra que la herencia de Hazrat Zubair (ra) que se distribuyó fue de 40 millones de dinares.

Hisham bin Urwah (ra) narra de su padre que la cantidad total dejada por Hazrat Zubair (ra) fue equivalente a 51 ó 52 millones de dinares. De manera similar, Urwah relata que Hazrat Zubair (ra) poseía tierras en Egipto, concretamente en Alejandría. También poseía tierras en Kufa y algunas casas en Basra, y además recibía un ingreso por sus propiedades en Medina. Sin embargo, después de que toda su deuda fuese saldada, la riqueza restante fue distribuida entre sus herederos.

Mutarraf afirma:

“En una ocasión le dijimos a Hazrat Zubair (ra): ¡oh Abu Abdul’lah! ¿Con qué propósito has venido aquí ahora? Has permitido que un Jalifa sea herido hasta el punto de ser martirizado y ahora buscas una retribución. Hazrat Zubair (ra) respondió: En la era del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat ‘Umar (ra), Hazrat Uzmán Ghani (ra) y yo recitábamos el siguiente versículo del Santo Corán:

[ÁRABE]

que significa: ‘Mas estad atentos ante una aflicción que no golpeará exclusivamente a aquellos de vosotros que han obrado mal’, sino que esta aflicción será compartida por todos. No obstante, nunca pensamos que este versículo se cumpliría en nosotros, en la medida en que la prueba que nos ha sobrevenido se ha cumplido”.

Luego, al mencionar las condiciones en las que Hazrat ‘Ali (ra) fue elegido como el Jalifa, Hazrat Musleh Maud (ra) afirma:

“Cuando Hazrat Uzmán (ra) fue martirizado, viendo que la discordia entre los musulmanes crecía, los Compañeros presentes en Medina fueron a Hazrat ‘Ali e insistieron en que debería aceptar el bai’at del pueblo. Al mismo tiempo, algunos de los rebeldes también fueron a Hazrat ‘Ali (ra) y dijeron que el gobierno islámico estaba cerca de verse dividido. Por otro lado, personas que generaban desorden también fueron con Hazrat ‘Ali declarando que el Estado islámico estaba en peligro de descomponerse y que debería tomar el bai’at del pueblo, para que el estado de miedo pudiera ser vencido y la paz restaurada. Así, el pueblo instó a Hazrat ‘Ali (ra) a tomar el bai’at y tras rehusar hacerlo en varias ocasiones, aceptó esta responsabilidad y comenzó a tomar el bai’at de la gente. En ese momento, algunos Compañeros prominentes estaban fuera de Medina y algunos fueron forzados a tomar el bai’at. Respecto a Hazrat Talha (ra) y a Hazrat Zubair (ra) se menciona que Hakim bin Yabla y Malik bin Ashtar fueron enviados junto con algunos hombres blandiendo sus espadas para obligar a Hazrat Talha (ra) y Hazrat Zubair (ra) a aceptar el bai’at, es decir, les rodearon con sus espadas desenvainadas y les dijeron que aceptaran a Hazrat ‘Ali (ra) o de lo contrario serían asesinados.

Según algunas narraciones, se menciona incluso que fueron arrastrados a la fuerza. Sin duda, un bai’at realizado bajo coacción no es un bai’at en su verdadera esencia. Cuando se trató de jurar lealtad, dijeron que harían el bai’at con la condición de que Hazrat ‘Ali (ra) tomara represalias contra los asesinos de Hazrat Uzmán (ra). Más tarde, cuando vieron que Hazrat ‘Ali (ra) no exigía una retribución inmediata, renunciaron a su bai’at y dejaron Medina para irse a La Meca. Entonces, un grupo de entre los que mataron a Hazrat Uzmán (ra) fue a Hazrat ‘Aisha (ra) y la instaron a buscar venganza contra los asesinos de Hazrat Uzmán declarando la yihad. En este sentido, actuó en consecuencia y buscó la ayuda de otros Compañeros (ra). Hazrat Zubair (ra) y Hazrat Talha (ra) se unieron a ella y se produjo una batalla entre los dos grupos: Hazrat ‘Aisha (ra), Hazrat Talha, Hazrat Zubair (ra), por un lado, y Hazrat ‘Ali (ra), por el otro, que se conoce como Yang-e-Yamal. Al principio de esta batalla, Hazrat ‘Ali (ra) le recordó a Hazrat Zubair (ra) una profecía del Santo Profeta (sa), como resultado de la cual Hazrat Zubair (ra) dejó el campo de batalla”.

Por eso Hazrat Zubair (ra) abandonó pronto el enfrentamiento y juró no luchar contra Hazrat ‘Ali (ra). También afirmó que estaba equivocado en lo que había entendido. Del mismo modo, Hazrat Talha (ra) también prometió lealtad a Hazrat ‘Ali (ra) antes de su muerte. En este sentido, encontramos en algunas narraciones que cuando Hazrat Talha (ra) quedó mortalmente herido y sufría por sus heridas, un hombre pasó junto a él. Hazrat Talha (ra) le preguntó a qué campamento del ejército pertenecía y respondió que pertenecía al ejército de Hazrat ‘Ali (ra). Al momento, Hazrat Talha (ra) tomó su mano y la colocó encima de la suya, y declaró: tu mano es la de ‘Ali y yo prometo lealtad a Hazrat ‘Ali (ra) una vez más”.

Con referencia a Hazrat Zubair (ra), está escrito que fue martirizado cuando regresaba de Yang-e-Yamal (la batalla del camello) y ya había dejado el campo de batalla. En cuanto a la lucha contra Hazrat ‘Ali (ra), afirmó que estaba equivocado y posteriormente se fue, pero su martirio tuvo lugar a la vuelta de Yang-e-Yamal. Cuando Hazrat ‘Ali (ra) le recordó diciendo: “Te imploro en nombre de Dios que si has oído al Santo Profeta (sa) decir ‘lucharás contra ‘Ali y serás tú quien transgreda. Hazrat Zubair respondió: Sí, y acabo de recordar eso. Luego se fue”. Esta fue la razón por la que se abstuvo de luchar contra Hazrat ‘Ali (ra). Los detalles de esto se mencionaron en relación con los relatos de Hazrat Talha bin Ubaidil’lah (ra). De estas narraciones es evidente que esta discordia fue instigada por los rebeldes y los hipócritas, y como resultado de la confusión creada por los rebeldes muchos de los Compañeros (ra) se vieron envueltos en esto. No obstante, el acontecimiento que se produjo no fue el curso de acción correcto.

Harb bin Abi Al Aswad narra:

“Conocí a Hazrat ‘Ali (ra) y Hazrat Zubair (ra). Cuando Hazrat Zubair (ra) estaba en su montura y comenzó a atravesar las filas para irse, su hijo, Abdul’lah, se paró frente a él y le preguntó qué le había pasado. Hazrat Zubair dijo: Hazrat Ali (ra) me ha recordado un dicho del Santo Profeta (sa), que también he escuchado de la bendita lengua del Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) había declarado que combatiría contra Hazrat ‘Ali (ra) y yo sería el opresor. Por esta razón, no lucharé contra Hazrat ‘Ali (ra). Su hijo le dijo entonces: Has venido aquí para traer la paz entre la gente y Dios Altísimo estará contigo en este sentido. Y Hazrat Zubair (ra) dijo: “Ya he hecho una promesa”. Hazrat Abdul’lah bin Zubair (ra) dijo: “puedes dar la expiación de esta promesa liberando a tu esclavo Yiryis y permanecer aquí hasta que Dios Altísimo haga que la gente se reconcilie”.

El narrador dice que Hazrat Zubair (ra) liberó a su esclavo Yiryis y se quedó allí. No obstante, la disputa se agravó entre la gente, así que montó su caballo y se fue. Hazrat Zubair (ra) decidió irse y en su camino de regreso a Medina llegó a un lugar llamado Safwan, que se encuentra cerca de Basra. Una persona llamada Bakr, de Banu Mayashai, se encontró con Hazrat Zubair (ra) y le dijo: “¡oh Compañero del Mensajero de Al’lah, ¿dónde vas? Tú estás bajo mi responsabilidad y no permitiré que nadie te haga daño. Así que acompañó a Hazrat Zubair (ra) hasta que se cruzaron con otra persona, Ahnaf bin Qais, a quien le dijo: Este es Zubair, a quien conocí en Safwan. Ahnaf dijo que “dos grupos de musulmanes están enfrentados entre sí y se están cortando las cabezas de unos a otros con espadas, mientras que él [Hazrat Zubair] se dirige a su hijo y su familia…”.

Cuando Umair bin Yarmuz, Fazala bin Habis y Nufay oyeron esto, corrieron en su montura en busca de Hazrat Zubair y lo encontraron con una caravana. Entonces, Umair bin Yarmuz, montado en su caballo, se puso detrás de Hazrat Zubair (ra) y le atacó con su lanza, hiriéndole ligeramente. Hazrat Zubair (ra), que iba montado en un caballo llamado Zhul Jimar, se defendió. Ibn Yarmuz, al darse cuenta de que estaba a punto de morir, llamó a sus dos amigos y le atacaron hasta que finalmente Hazrat Zubair (ra) fue martirizado.

Según otra narración, cuando Hazrat Zubair (ra) se enfrentó a su asesino y logró dominarlo, el asesino buscó refugio usando el nombre de Al’lah. Al escuchar eso Hazrat Zubair (ra) dejó de agarrarlo y lo dejó ir.  Este hombre dijo esto unas cuantas veces, pero luego, traicioneramente, rescindió su juramento e hirió a Hazrat Zubair (ra). Hazrat Zubair (ra) le dijo: “Que Al’lah cause tu ruina. Estabas buscando la protección usando el nombre de Al’lah y luego abandonaste tu juramento”.

Después de que Hazrat Zubair (ra) fuera martirizado, Ibn Yarmuz llevó su cabeza y su espada a Hazrat ‘Ali. Hazrat ‘Ali cogió la espada y dijo: “Juro por Dios que esta era la espada que eliminaba las expresiones de ansiedad del rostro del Santo Profeta (sa), pero ahora está en medio del desorden y el derramamiento de sangre”. Entonces, Ibn Yarmuz solicitó permiso para entrar.  El cortesano informó que Ibn Yarmuz estaba presente, el que mató a Hazrat Zubair (ra), y que estaba parado en la puerta solicitando permiso para entrar. Hazrat ‘Ali respondió: “¡Ibn Safiya, que el que mató a Hazrat Zubair entre en el infierno! He escuchado al Santo Profeta (sa) decir que “a cada Profeta se le concede un amigo y mi amigo es Zubair”. Hazrat Zubair (ra) fue enterrado en el valle de Siwaa y Hazrat ‘Ali y sus compañeros comenzaron a llorar su muerte. Hazrat Zubair tenía 64 años cuando fue martirizado, pero según otros, tenía 66 ó 67.

Los residentes de Medina decían sobre su esposa, Hazrat Atika bint Zaid, que quien deseara alcanzar el martirio, debía casarse con ella, porque primero se casó con Abdul’lah bin Abi Bakr y fue martirizado; después se casó con Hazrat ‘Umar bin Jattab y fue martirizado. Más tarde se casó con Hazrat Zubair bin Awam (ra), que también fue martirizado.

Sobre el martirio de Hazrat Zubair (ra), Hazrat Atika escribió los siguientes versos:

INSERTAR

El día de la batalla, Ibn Yarmuz, engañó a ese valiente jinete, que no era de los que huyen. ¡Oh Amr bin Yarmuz, si lo hubieras capturado, no lo habrías encontrado cobarde, ni con las manos temblorosas! ¡Qué desaparezcas por haber asesinado a un  musulmán! Asume las consecuencias del castigo de asesinato. ¡Qué la desgracia te sobrevenga!

¿Has derrotado alguna vez a alguien con un estatus tan elevado como él, entre los que te hacen compañía día y noche? ¡Oh tú, que eres incapaz de soportar incluso el sufrimiento más insignificante! Zubair era una persona que incluso en las circunstancias más duras se ponía al frente de la batalla.

¡Oh persona de tez clara! Tu ataque con lanza no puede disminuir en lo más mínimo el honor y la grandeza de Hazrat Zubair.

Cuando Ibn Yarmuz llegó y pidió permiso a Hazrat ‘Ali para entrar (esta es una narración de At-Tabaqat Al-Kubra), Hazrat ‘Ali prefirió no verlo. Ante esto, él [Ibn Yarmuz] dijo: ¿acaso Zubair no estaba en el grupo creando desorden? Hazrat ‘Ali respondió: ¡Qué la desgracia se abata sobre ti! Estoy seguro de que Talha y Zubair se contarán entre aquellos sobre quienes Dios el Altísimo dice:

[árabe]

“Y eliminaremos cualquier rencor que haya en sus corazones para que se conviertan en hermanos sentados en tronos, uno frente al otro”.

Por otra parte, Hazrat Zubair (ra) tuvo numerosos matrimonios en diferentes momentos de su vida y tuvo muchos hijos. Los detalles son como sigue:

-Los siguientes hijos nacieron de Hazrat Asma bint Abi Bakr: Abdul’lah, Urwa, Munzir, Asim, Jadiyatul Kubra, Ummul Hassan y ‘Aisha.

-De Hazrat Ummul Jalid nacieron los siguientes hijos: Jalid, Amr, Habiba, Sauda y Hind.

-De Hazrat Zubab bin Unaif nacieron Musab, Hamza y Ramla.

-De Hazrat Zainab Umm Yafar bin Marsad: Ubaida y Yafar.

-De Hazrat Umm Qulsum bin Al Akwa, nació Zainab.

-De Hazrat Hilal bin Qais nació Jadiyatul Sughra. Queda su otra esposa, Hazrat Atika bint Zaid.

Estos fueron los relatos relacionados con la vida de Hazrat Zubair (ra) que finalizan aquí.

Después de esto, mencionaré algunos detalles de varios miembros fallecidos de la Yama’at y además dirigiré sus oraciones fúnebres después de la oración del viernes.  El primero es de Al-Hall Ibrahim Mubai Sahib, que tenía el cargo de tercer naib amir (vice-amir), quien falleció el 10 de agosto.

¡Ciertamente venimos de Al’lah y hacia Él volveremos!

El fallecido nació el 4 de junio de 1944 en Banyul (Gambia) y aceptó el Ahmadiat en 1961-62, durante la era del respetado y ya fallecido Chaudhry Sharif Sahib, ex-amir de la comunidad de ese país. Fue uno de los miembros pioneros de la comunidad en su país. Era muy regular en sus oraciones y en la oración tahayyud. Por la gracia de Dios Altísimo, también era musi [parte de la institución de Al-Wasiyyat] y siempre ocupó un lugar destacado a la hora de ofrecer sacrificios financieros. El hijo del fallecido afirma que incluso antes de su muerte ofreció la oración tahayyud. Después pidió un poco de agua y al poco tiempo falleció. El fallecido también sentía un gran amor por el Sagrado Corán y lo recitaba con regularidad. Tuvo la oportunidad de servir a su religión como naib amir, durante un período de tiempo muy largo. Además tuvo la oportunidad de ejercer como Afsar Yalsa Salana, Secretario Nacional de Relaciones Exteriores y como Sadr Majlis Ansarul’lah. El fallecido era además miembro de la junta directiva de la escuela secundaria Masrur. Era un profesor cualificado y enseñó en varias partes del país.

En un momento de su vida viajó a los Estados Unidos con el fin de continuar con sus estudios en los que estaba centrado y obtener un máster. Acto seguido, regresó a Gambia para servir a su país y su fe. Fue uno de los fundadores de un instituto de gestión del desarrollo muy famoso en Gambia, que brinda educación superior tanto a los funcionarios públicos como a los que no lo son. Muchos de los altos funcionarios de Gambia han recibido formación en este instituto. El fallecido además ejerció como director de la Escuela Superior Tahir Ahmadía y también de la Escuela Secundaria Superior Nusrat. Enseñó a muchos estudiantes de su propio país y a estudiantes extranjeros. Ocupó una posición muy respetable entre los círculos intelectuales y muchos se referían a él como “mi maestro”.  Ha dejado a dos esposas, siete hijos y dos hijas. Una de sus esposas, Aqibah Sahiba, ejerce como Sadr Lallna Imail’lah de Gambia. Uno de sus hijos es una persona consagrada y se graduó de Yamiatul Mubashirin.  De forma similar, uno de sus hijos ha ejercido anteriormente como el Sadr de Juddam-ul-Ahmadía. Dos de sus hijos residen en los Estados Unidos y una de sus hijas reside aquí en el Reino Unido. Que Dios Altísimo conceda al difunto Su misericordia, Su perdón y permita que sus hijos permanezcan apegados a su fe de acuerdo con sus deseos.

El amir sahib de Gambia escribe:

“Yo también fui uno de sus estudiantes en la Escuela Media de Land Kiryabai. Los estudiantes áhmadis de allí, junto con otros estudiantes musulmanes, organizaban una clase de estudios islámicos una vez a la semana, el jueves, y el fallecido daba esta clase. El difunto tenía un gran respeto por los funcionarios de la Comunidad y el Nizame Yama’at (la estructura administrativa de la Comunidad).  A pesar de que era mi profesor, siempre demostró una completa obediencia a mí como amir y también a los demás miembros que ocupaban cargos en la comunidad. Era una persona extremadamente sincera, trabajadora y generosa. Era un leal sirviente de Jalifato y siempre mostró la máxima obediencia al mismo. Por lo tanto, tenía un vínculo de gran amor con Jalifato y siempre se mantuvo a la vanguardia en la defensa de la Comunidad y del Jalifato. Además poseía muchos conocimientos religiosos y siempre usaba argumentos y sabiduría al conversar con los demás. Utilizaba tecnología avanzada y a través de diferentes medios intentaba transmitir el mensaje del Mesías Prometido (as), y todo el tiempo estaba ocupado en el trabajo de tabligh (predicación)”.

El segundo funeral es el del respetado Naim Ahmad Jan Sahib, hijo de Abdul Yalil Jan Sahib, que servía como vice-amir de Karachi. Falleció hace dos o tres meses, a finales de abril:

“En verdad de Al’lah venimos y hacia Él será el retorno”.

El Ahmadiat entró en su familia a través del respetado Ajtar ‘Ali Sahib, que hizo el Bai’at a través de Hazrat Maulvi Hassan ‘Ali Sahib Bahaglpuri (ra), que era un Compañero del Mesías Prometido (as).

Maulvi Ajtar Ali Sahib era el tío materno de la madre del difunto y el tío paterno de su padre. Naeem Jan Sahib completó sus exámenes de bachillerato en Patna, zona de Bihar (India) y después de la independencia de Pakistán, emigró a Lahore en 1948. Completó sus estudios intermedios en el Dayal Singh College y luego completó su MSc en el TI College Lahore. Posteriormente se trasladó a Londres y en1959 regresó a Karachi, donde trabajó en una compañía de gas y se jubiló en 1993 en el puesto de director general superior. Comenzó su servicio a la comunidad como el naib nazim para sanat o tijarat [departamento de comercio e industria] en mall’lis juddam-ul-ahmadía. A partir de entonces, fue nombrado como el naib qaid mall’lis juddam-ul-Ahmadía maqami Karachi y luego fue nombrado como el qaid de mall’lis juddam-ul-Ahmadía en 1966. Siguió desempeñando este cargo durante cuatro años y luego trabajó como zaim-e-a’la de Martin Road (Karachi) y también trabajó como el nazim ansarul’lah del distrito de Karachi, y continuó desempeñando este cargo hasta 1997; y además trabajó como el nazim ansarul’lah local de Karachi. En 1997, el fallecido fue nombrado secretario de waqf-e-yadid de Karachi y siguió desempeñando esta función hasta 2019. Además tuvo la oportunidad de servir como el naib amir de Karachi y fue uno de los directores de la Fundación Fazle ‘Umar. El difunto tuvo la oportunidad de servir como auditor del primer comité ejecutivo de la Asociación Internacional de Arquitectos e Ingenieros Áhmadis y durante muchos años también trabajó como presidente de su sucursal de Karachi. En 1970, cuando se formó un plan para producir e instalar maquinaria para la planta de roti (amasadora de pan) del Yalsa Salana, el fallecido tuvo el honor de ser uno de los ingenieros de este proyecto.

La hija del difunto, Amarah Sahiba escribe:

“Después de la muerte de nuestra madre, (la esposa de Naim Jan Sahib falleció hace tiempo) nuestro padre no sólo nos trató como un padre compasivo, sino que además cumplió el papel de una madre cariñosa y un amigo comprensivo de la manera más excelente. Siempre demostró lealtad a su fe y al Jalifato, y fue muy regular en sus oraciones; también nos enseñó la importancia de establecer un vínculo con la Comunidad”.

Su yerno, el Dr. Ghaffar Sahib escribe:

“Nuestros lazos familiares se formaron hace 30 años y durante todo este período tuve la oportunidad de observar al fallecido de cerca, y su estrecha compañía y compañerismo ha tenido un impacto muy positivo en mí. Tenía una disposición extremadamente pura y siempre adoptó la simplicidad. Su nivel de adoración era realmente digno de admiración. Era muy regular en su oración de tahayyud y aún en las últimas etapas de su vida, cuando necesitaba apoyo para caminar debido a un derrame cerebral, aun así no permitía ningún cambio en sus actividades regulares. De hecho, le había dicho al enfermero que lo despertara a cierta hora y lo sentara, y luego ofrecería su oración de tahayyud. De igual manera, a pesar de su discapacidad, continuaba haciendo trabajo comunitario religioso en su ordenador portátil”.

Nasim Tabassum Sahib, que trabaja como misionero, afirma que siempre tenía una sonrisa en su rostro y, a pesar de su enfermedad, regularmente venía a la oficina. Mostraba un gran amor hacia aquellos que habían consagrado sus vidas y los trataba con gran respeto.

Que Dios Altísimo conceda al difunto Su misericordia, Su perdón y eleve su posición. Que también permita a su progenie continuar con sus buenas acciones. Hay otro dato sobre él recogido por Zartash Munir Sahib de Noruega, que escribe: “El difunto siempre estaba dispuesto para servir a su fe. Siempre mostró un gran amor, sinceridad y lealtad por el Jalifato”.

Escribe además: “Cuando yo trabajaba como qaid del distrito, él me guiaba de manera excelente. He observado que siempre demostró un nivel ejemplar de obediencia y cooperación con cada amir”.

El siguiente funeral es el de la respetada Bushra Sahiba, esposa del difunto Thekedar Wali Muhammad Sahib de Alemania, que falleció el 19 de julio, a la edad de 74 años, debido a un ataque cardíaco en Alemania:

“En verdad a Al’lah pertenecemos y hacia Él será el retorno”.

El abuelo paterno del difunto era Hazrat Mian Nizam-ul-Din Sahib (ra) de Nabha, que era un Compañero del Mesías Prometido (as). La difunta era muy regular en sus oraciones de tahayyud y la salat (oraciones). Era extremadamente hospitalaria, atendía a los pobres y necesitados, y siempre estaba a la vanguardia en ofrecer sacrificios financieros. Era una mujer muy piadosa y sincera, y tenía un vínculo de gran amor con el Jalifato. En su infancia, debido a la debilidad de sus ojos, no podía leer el Sagrado Corán; sin embargo, después de su matrimonio, con la ayuda de sus hijos, pudo memorizar algunos capítulos del Santo Corán. Además de escuchar el tilawat (la recitación) del Sagrado Corán en la MTA, también escuchaba regularmente mis sermones, así como otros programas. Por la gracia de Dios Altísimo, ella era musi.

Le sobreviven cuatro hijos y dos hijas. Uno de sus hijos, Shafiq-ul-Rahman Sahib, trabaja actualmente como misionero y es el misionero jefe en Nueva Zelanda. Otro hijo, Attiq-ul-Rehman Sahib está actualmente sirviendo aquí en (el Reino Unido), tras consagrar su vida, en el departamento de registros en la oficina del secretario privado.

Shafiq-ul-Rahman Sahib, que es el misionero jefe (en Nueva Zelanda) no pudo asistir al funeral de su madre. Su entierro tuvo lugar aquí. Que Dios Altísimo le conceda paz y paciencia; que Dios Altísimo conceda al difunto su perdón y misericordia, y permita que su progenie se convierta en la receptora de sus oraciones.

Después de las oraciones del viernes, dirigiré sus oraciones fúnebres en ausencia.

Resumen

Después de recitar Tashahud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que Al’lah Todopoderoso dice en el Sagrado Corán:

En cuanto a los que respondieron a la llamada de Al-lah y del Mensajero después de que sufrieran una herida sepan que quienes de entre ellos hagan el bien y actúen piadosamente tendrán una magnífica recompensa;  (3:173)

Su Santidad (aba) dijo que continuaría relatando acerca de Hazrat Zubair bin Awwam (ra). Con respecto al versículo mencionado, Hazrat Aishah (ra) narró que también se aplicaba a Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Zubair (ra). En la batalla de Uhud, después de que el Santo Profeta (sa) fuera atacado y el enemigo huyera, el Santo Profeta (sa) preguntó quién les perseguiría. Un grupo de compañeros se presentó para esta tarea, entre los que se encontraban Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Zubair (ra), a pesar de estar heridos.

Un vecino en el cielo

Su Santidad (aba) presentó otra referencia en la que Hazrat Ali (ra) dijo que Hazrat Zubair (ra) estaría entre sus vecinos en el cielo.

Escriba del Sagrado Corán

Con respecto a los escribas del Sagrado Corán, Su Santidad (aba) se refirió al Segundo Califa (ra) que enumeró quince escribas conocidos del Sagrado Corán, a quienes el Santo Profeta (sa) instruiría para escribir una revelación del Sagrado Corán tan pronto como la recibiera. Hazrat Zubair (ra) también estaba entre esos escribas.

Un regalo de la tierra

Su Santidad (aba) también citó al Segundo Califa (ra) al narrar el hecho de que el Santo Profeta (sa) regaló algunas tierras a Hazrat Zubair (ra). Se dice que esta tierra era tan vasta que el caballo de Hazrat Zubair (ra) corría libremente y llegaría a su fin al cansarse. Su Santidad (aba) comentó que los caballos árabes eran conocidos por ser significativamente fuertes, por lo que se puede estimar que esta tierra tenía alrededor de 20.000 acres.

Una decisión imparcial

Su Santidad (aba) narró que una vez, Hazrat Zubair (ra) tuvo un desacuerdo con un compañero Ansari sobre el arroyo del que ambos regaban sus cultivos. Este desacuerdo ocurrió en presencia del Santo Profeta (sa) y, para mediar, el Santo Profeta (sa) aconsejó a Hazrat Zubair (ra) que tomara un poco de agua para sus cosechas, y luego dejara el arroyo para su compañero. Sobre esto, el compañero Ansari dijo al Santo Profeta (sa) que había tomado esta decisión porque Hazrat Zubair (ra) era su sobrino. Entonces, el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat Zubair (ra) que utilizara todo el arroyo y regara sus cultivos, mostrando así que inicialmente había tomado una decisión imparcial para ambas partes. Fue así como el siguiente verso del Sagrado Corán fue revelado al Santo Profeta (sa):

Pero no, por tu Señor, no serán creyentes mientras no te hagan juez de todo lo que les separa y no encuentren en sus corazones objeción alguna a lo que tú decidas y se sometan con plena sumisión. (4:66)

Muy caritativo

Su Santidad (aba) dijo que se narra sobre Hazrat Zubair (ra) que tenía mil trabajadores, que le traían el producto de sus cosechas al final del día. Sin embargo, no se quedaba con la riqueza para sí mismo, sino que entregaba toda la suma en caridad. Así, cuando fue martirizado, no tenía ninguna riqueza a su nombre excepto algunas propiedades.

Buscar la ayuda de Dios para pagar las deudas

Su Santidad (aba) relató un incidente del hijo de Hazrat Zubair (ra): Hazrat Zubair (ra) le dijo que si alguna vez encontraba problemas para pagar sus deudas, debía buscar ayuda sólo de Al’lah. Su hijo dijo que si alguna vez encontraba problemas para pagar una deuda, rezaría a Dios y Él le daría los medios para pagarla. En determinados casos, Dios creó los medios para que las propiedades de Hazrat Zubair (ra) se vendieran en una cantidad suficiente para pagar las deudas. La forma en que Hazrat Zubair (ra) se endeudó fue que cuando la gente venía a él para dejarle alguna riqueza como un fideicomiso, les decía que no la guardaría como un fideicomiso sino que la guardaría como un préstamo, para que no hubiera miedo de que la riqueza se gastara o se desperdiciara.

Batalla del Camello

Su Santidad (aba) citó al Segundo Califa (ra) al narrar los incidentes que rodearon el martirio de Hazrat Uthman (ra) y la subsiguiente elección de Hazrat Ali (ra) y el siguiente Califa. Su Santidad (aba) narró las condiciones en las que Hazrat Zubair (ra) juró lealtad a Hazrat Ali (ra). Hazrat Zubair (ra) también buscó una rápida retribución contra los asesinos de Hazrat Uthman (ra). Sin embargo, Hazrat Zubair (ra) consideró que Hazrat Ali (ra) no estaba tomando suficientes medidas rápidas en este sentido. Por lo tanto, él, junto con otros compañeros se acercó a Hazrat Aishah (ra) en este sentido, a la que ella se comprometió a buscar una retribución. Fue como resultado de esta diferencia de opinión que la Batalla del Camello tuvo lugar entre los ejércitos de Hazrat Aishah (ra) y Hazrat Ali (ra). Su Santidad (aba) dijo que este incidente estaba relacionado en los relatos de Hazrat Talhah (ra) que mostraban claramente que esta batalla fue el resultado de la incitación de los hipócritas, y algunos compañeros se vieron involucrados debido a un mal entendimiento.

Su Santidad (aba) relató que Hazrat Zubair (ra) se retiró del campo de batalla, porque recordó que el Santo Profeta (sa) le había dicho una vez que lucharía contra Hazrat Ali (ra) y que él sería la razón de este malentendido.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Zubair (ra) fue martirizado al regresar de los terrenos de la Batalla del Camello. Cuando la espada de Hazrat Zubair (ra) fue traída a Hazrat Ali (ra), dijo que esta espada protegía y traería consuelo al Santo Profeta (sa), pero ahora ha venido de los terrenos del desorden. Hazrat Ali (ra) condenó a la persona que había martirizado a Hazrat Zubair (ra).

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) anunció las oraciones fúnebres en ausencia de los siguientes miembros fallecidos de la Comunidad.

Al-Hajji Ibrahim Uwahay Sahib

Al-Hajji Ibrahim Uwahay Sahib falleció el 10 de agosto.  Era el Vicepresidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Gambia. Era constante en ofrecer el Salat y rezos voluntarios. También era regular en dar limosnas y tenía un profundo amor por el Sagrado Corán. Obtuvo su título de máster en los Estados Unidos y luego regresó para servir a la gente de su país. Era un educador, bien considerado en los círculos intelectuales. Dejó dos esposas, siete hijos y dos hijas. Su Santidad (aba) rezó por el perdón del difunto y para que sus hijos fueran objeto del cumplimiento de las oraciones de su padre.

Naeem Ahmad Khan Sahib

Naeem Ahmad Khan Sahib falleció en abril. Fue vicepresidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Karachi. Desempeñó varios cargos bajo la dirección de Juddamul Ahmadía (auxiliar de los jóvenes), además de otros muchos cargos.  Desempeñó las funciones de auditor en el primer órgano de gobierno de la IAAAE. También fue uno de los ingenieros que ayudó a planificar la construcción de las plantas de roti. Sus hijos escriben que siempre les enseñó a permanecer apegados a la fe, Jilafat y a ofrecer regularmente sus oraciones. Siempre fue regular en su Salat y sus oraciones voluntarias. Incluso durante sus últimos días, le pedía a la enfermera que le ayudara a sentarse para poder ofrecer sus oraciones. Su Santidad (aba) rezó por el perdón del difunto y para que sus hijos pudieran mantener vivas sus virtudes.

Bushra Begum Sahiba

Bushra Begum Sahiba falleció el 19 de julio. Su abuelo era un compañera del Mesías Prometido (as). Era habitual en el ofrecimiento del Salat y las oraciones voluntarias. Era muy hospitalaria y ofrecía limosnas regularmente. Debido a su débil vista, no podía leer el Sagrado Corán cuando era niña. Sin embargo, más tarde en la vida, sus hijos le ayudaron y fue capaz de memorizar algunas partes del Sagrado Corán. Su Santidad (aba) mencionó que uno de sus hijos está sirviendo como misionero de la Comunidad y es el Misionero a cargo de Nueva Zelanda. Su Santidad (aba) rezó por el perdón de la difunta y rezó para que Al’lah Todopoderoso conceda a sus hijos paciencia y les permita mantener vivas sus virtudes.

Resumen preparado por The Review of Religions

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