Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Bilal bin Rabah (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa) – Hazrat Bilal bin Rabah (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo: 

Últimamente estaba narrando los relatos de la vida de Hazrat Bilal (ra).

En una de las narraciones sobre Hazrat Bilal (ra) se afirma que Abdul’lah bin Buraidah relata sobre la autoridad de su padre que:

”Una mañana el Mensajero de Dios (sa) llamó a Hazrat Bilal (ra) y le preguntó: ¡oh Bilal! ¿Cuál es la razón de que tú estés delante de mí en el Paraíso? La noche pasada entré al Paraíso y escuché tus pasos delante de mí. Hazrat Bilal (ra) respondió: ‘cada vez que doy el azán (la llamada a la oración), ofrezco dos rak’āts (o unidades de oración) y cada vez que mi wudu (ablución) se rompe, hago el wudu de nuevo; y considero que es obligatorio ofrecer, por parte de Dios, los dos rak’āts. Al escuchar eso, el Mensajero de Dios (sa) dijo: esta es la razón”. 

En otra narración de Bujari se afirma que Hazrat Abu Huraira (ra) relata:

“El Santo Profeta (sa) dijo a Hazrat Bilal (ra) en la oración de la mañana: Bilal, dime cuál es el acto más prometedor que hayas hecho desde que aceptaste el Islam (es decir, del que esperas la mayor recompensa de Dios);  porque he escuchado tu pasos delante de mí en el Paraíso’.  Hazrat Bilal (ra) respondió: no considero ningún acto más  prometedor que cuando hago la ablución en el día o la noche, inmediatamente realizo la oración con ese wudu y la hago lo más larga posible mientras pueda”. 

Esto no significa que Hazrat Bilal (ra) hubo sobrepasado al Santo Profeta (sa) en alguna forma. Más bien, solo significa que Dios Altísimo le otorgó ese estado espiritual, debido a su pureza y limpieza, y a sus oraciones voluntarias en reclusión, por lo que estaba con el Santo Profeta (sa) en el Paraíso tanto como solía estar en este mundo.

En una de las narraciones se mencionó que el día de Eid, Hazrat Bilal (ra) caminaba frente al Santo Profeta (sa) mientras sostenía una lanza y luego la clavaba en el suelo para indicar la dirección de la Ka’abah,  y entonces el Santo Profeta (sa) dirigía la oración del Eid. Por lo tanto, Dios Altísimo continuó otorgándole ese honor incluso en el Paraíso, debido a su pureza y adoración, tal como lo había visto el Santo Profeta (sa) en una de sus visiones.

Se menciona en otra narración que “el Mensajero de Dios (sa) dijo:

“Cuando me llevaron al Paraíso una noche, escuché el sonido de los pasos de alguien y pregunté: ¡oh Gabriel! ¿De quién son esos pasos? Gabriel respondió: Es Bilal. Entonces, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ¡ojalá hubiera nacido de la madre de Bilal (ra)! ¡Ojalá el padre de Bilal (ra) fuera mi padre y yo fuera como Bilal (ra)!”.

¡Qué elevado estatus es el de Bilal (ra), quien en el pasado había sido considerado alguien inútil y arrastrado sobre rocas, y luego Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que hubiera deseado ser Bilal (ra).

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra), mientras menciona a los primeros Compañeros, escribe:

“Luego estaba Bilal bin Rabah (ra), el esclavo abisinio de Ummayyah bin Jalaf. Después de emigrar, se le confió la tarea de proclamar el azán en Medina. Sin embargo, tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa) dejó de anunciar el azán; pero en el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra), cuando Siria fue conquistada, tras la persistencia del propio Hazrat ‘Umar (ra), volvió a dar el azán. Esto les recordó a todos el tiempo del Santo Profeta (sa) y Hazrat ‘Umar (ra) y los Compañeros que estaban presentes en ese momento, así como él mismo, lloraron profusamente.; y es que Hazrat ‘Umar (ra) amaba a Bilal (ra) hasta el punto de que cuando murió dijo: este día ha fallecido un líder de los musulmanes. Estas fueron las palabras del rey de esa época para un pobre esclavo abisinio”.

En una ocasión, dirigiéndose a las mujeres áhmadis, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) citó el siguiente versículo del Sagrado Corán:

“La riqueza y los hijos son un ornamento de la vida de este mundo. Pero las buenas obras perdurables son mejores a los ojos de vuestro Señor con respecto a la recompensa inmediata y mejores con respecto a la esperanza futura”, (18:47).

Al exponer este versículo y mientras al mismo tiempo mencionaba a Hazrat Bilal (ra), dijo que solo queda un aspecto y es الۡبٰقٰیٰتُ الصّٰلِحٰتُ [las buenas obras duraderas]. Por tanto, todo lo que uno haga por amor a Dios permanecerá.

Después de esto, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) dijo:

“¿Dónde está la progenie y la propiedad de Abu Huraira (ra) hoy? No tenemos conocimiento de ninguna propiedad que tuviera ni de sus hijos. No sabemos si tan siquiera tuvo hijos. No obstante, a pesar de no haber visto a sus hijos, su casa o propiedad, cuando mencionamos su nombre decimos: ‘Hazrat Abu Huraira, que Dios esté complacido con él”. 

Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirmó además:

“Hace unos días, un árabe me visitó y dijo que era de la descendencia de Bilal (ra). No estoy seguro de si dijo la verdad o no, sin embargo, en ese momento, tenía un sincero deseo de abrazarlo, ya que dijo ser el descendiente de aquel individuo que proclamaba el azán en la mezquita del Santo Profeta (sa). Pero ¿dónde está hoy la progenie de Bilal (ra)? No sabemos si tan siquiera tuvo descendencia;  e incluso si la tuvo, no sabemos dónde está. Tampoco tenemos conocimiento de sus casas, ni rastros de sus propiedades o dónde están sus tierras. Pero el hecho de que proclamaba el azán en la mezquita del Santo Profeta (sa) permanece vivo y seguirá estándolo en el futuro. Esas son las virtudes que permanecerán”.

Hazrat Bilal (ra) narró cuarenta y cuatro hadices o dichos del Santo Profeta (sa), y se han incluido cuatro narraciones de Sahih Bujari y Sahih Muslim. En una narración se menciona que el Santo Profeta (sa) dijo que el cielo está esperando ansiosamente a tres personas: ‘Ali (ra), ‘Ammar (ra) y Bilal (ra).

Una vez, Hazrat ‘Umar (ra) estaba mencionando las excelencias de Hazrat Abu Bakr (ra) y mientras lo hacía, señaló a Hazrat Bilal (ra) y dijo:

“Este es Bilal (ra), nuestro líder”. En ese momento, cuando estaba mencionando las cualidades de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Bilal (ra) también estaba sentado en esa reunión. Entonces, Hazrat ‘Umar (ra) señaló hacia él y dijo: “Este es Bilal (ra), nuestro líder y él es un ejemplo de una de las acciones piadosas de Hazrat Abu Bakr (ra), porque compró a Hazrat Bilal (ra) y lo liberó del cautiverio”. 

‘A’iz bin ‘Amr relata que Abu Sufián vino a una reunión y se acercó a Hazrat Salman (ra), Hazrat Suhaib (ra) y Hazrat Bilal (ra). Al ver esto, estas personas dijeron: ¡por ​​Dios! Las espadas de Dios no golpearon el cuello de los enemigos de Al’lah en sus lugares apropiados. El narrador cuenta que Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ¿dices esto sobre un hombre honorable de los quraish y su jefe? Tras esto, Hazrat Abu Bakr (ra) fue al Santo Profeta (sa). En otras palabras, cuando Hazrat Abu Bakr (ra) los escuchó decir que no se vengaron adecuadamente de él, no le gustó y dijo que estaban diciendo esto sobre un jefe de los quraish. Después de eso, Hazrat Abu Bakr (ra) fue al Santo Profeta (sa) y le informó de lo sucedido.

El Santo Profeta (sa) afirmó: ¡oh Abu Bakr! Quizás los has molestado. Si los has molestado, entonces has desagradado a tu Señor. Así que Hazrat Abu Bakr (ra) fue hacia ellos y les dijo: ¡oh mis queridos hermanos!, ¿os he molestado? Hazrat Abu Bakr (ra) presentó el incidente ante el Santo Profeta (sa) para que tal vez los amonestara; sin embargo, el Santo Profeta (sa) declaró que quizás sus palabras los habían molestado. De manera similar, cuán grande fue el carácter de Hazrat Abu Bakr (ra), que inmediatamente regresó a esa pobre gente y dijo: ¡mis queridos hermanos! ¿Os molesté? A esto respondieron: No, querido hermano, que Dios te conceda el perdón, no hiciste nada por el estilo, no estamos molestos contigo”.

Hazrat Abu Musa (ra) narra:

“Estaba con el Santo Profeta (sa) cuando pasaba por Yir’anah (que es un lugar entre La Meca y Medina). Hazrat Bilal (ra) también estaba con nosotros. Entonces, un beduino vino a ver al Santo Profeta (sa) y dijo: ¡oh Muhammad [sa]! ¿No cumplirás la promesa que me has hecho? El Santo Profeta (sa) respondió: te doy buenas nuevas. El beduino luego dijo: has dicho ‘te doy buenas nuevas muchas veces antes’. El Santo Profeta (sa) se apartó del beduino como si estuviera en un estado de disgusto y miró hacia Hazrat Abu Musa (ra) y Hazrat Bilal (ra), y no volvió a mirar al beduino. Volviéndose hacia ellos, el Santo Profeta (sa) dijo: le estaba dando buenas nuevas, pero él las ha rechazado. Ambos podéis aceptar esta buena nueva. Ellos respondieron: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa), lo aceptamos.

A continuación, el Santo Profeta (sa) pidió que le trajeran un cuenco de agua y usándolo se lavó las manos, la cara y también se enjuagó la boca. Luego dijo: derramad esto sobre vuestra cara y pecho, y estad contentos. Así pues, los dos tomaron el cuenco e hicieron lo que el Santo Profeta (sa) les había ordenado; pero desde detrás de la cortina, Hazrat Umm Salamah (ra) dijo: de lo que quede en el cuenco que tenéis, guardad un poco para vuestra madre, es decir, para Hazrat Umm Salamah (ra), la madre de los creyentes. Por tanto, dejaron un poco de agua en el cuenco para ella”.

Hazrat ‘Ali bin Abi Talib (ra) narra que el Santo Profeta (sa) declaró:

“A cada profeta Dios Altísimo le concede siete líderes, pero a mí se me han concedido catorce; o sea, el doble de lo normal. Entonces le preguntaron a Hazrat ‘Ali (ra) quiénes eran esos catorce líderes. Hazrat ‘Ali (ra) declaró: “yo, mis dos hijos, Yafar (ra), Hamzah (ra), Abu Bakr (ra), ‘Umar (ra), Mus’ab bin Umair (ra), Bilal (ra), Salman (ra), Miqdad (ra), Abu Dharr (ra), Ammar (ra) y Abdul’lah bin Mas’ud (ra)”.

Hazrat Zaid bin Arqam (ra) narra que el Santo Profeta (sa) dijo: 

“Cuán excelente es Bilal, es el jefe de todos los muazins [aquellos que dan el azán].  Solo los que son muazins lo seguirán y en el Día de la Resurrección las personas con el cuello más largo serán los muazins;  y en el Día de la Resurrección, Hazrat Bilal tendrá el cuello más largo. Lo que significa que Hazrat Bilal (ra) tendrá un rango elevado y prominente.

En otra narración se menciona que el Santo Profeta (sa) declaró:

“En el paraíso, Bilal se montará en una camella que le será concedida”. 

La esposa de Hazrat Bilal (ra) cuenta:

“Una vez, el Santo Profeta (sa) vino a nuestra casa y preguntó si Bilal estaba dentro. Le dije que aún no había regresado a casa. El Santo Profeta (sa) respondió: ¿parece que estás molesta con Bilal? Le respondí que me quiere mucho. Cada vez que habla, dice que escuchó tal y tal cosa del Mensajero de Al’lah. Ante esto, el Santo Profeta (sa) le dijo a la esposa de Hazrat Bilal: lo que sea que Bilal te cuente de mi parte, es verdad. Bilal nunca te mentiría. Por lo tanto, nunca debes estar molesta con Bilal y ninguna de tus acciones será aceptada si Hazrat Bilal está molesto contigo”.

Hazrat Abu Hurairah (ra) narra que el Santo Profeta (sa) declaró:

“El ejemplo de Bilal es como el de una abeja de miel, que chupa el néctar de la fruta dulce y de los arbustos amargos, pero cuando se produce miel, toda ella es dulce”.

La esposa de Hazrat Bilal (ra) también dijo:

“Hazrat Bilal antes de acostase recitaba la siguiente oración: ¡oh Al’lah! Pasa por alto mis errores y perdóname por mis faltas, considerándolos como una debilidad de mi parte”. 

Hazrat Bilal (ra) narra:

“El Santo Profeta (sa) me dijo: ¡oh Bilal! ¡Asegúrate de morir en un estado de pobreza y no en un estado de opulencia! Y yo dije: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! No entendí esta afirmación, es decir, fallecer en un estado de pobreza y no en un estado de abundancia, ¿cómo puede ser eso? El Santo Profeta (sa) luego declaró: no retengas el sustento que se te otorga y de lo que se te pida, no te niegues a darlo. Le pregunté: ¡oh Mensajero de Al’lah (sa)! Si no puedo hacer eso, ¿qué pasará entonces? El Santo Profeta (sa) dijo: eso debe cumplirse, de lo contrario el infierno esperará a esa persona”. Lo que significa que nunca se debe permitir a alguien que está en necesidad irse con las manos vacías y tampoco debería darse el caso de que uno simplemente amontone y acumule riqueza, sino que también es importante gastar la riqueza.

Hazrat Bilal (ra) falleció en el año 20 DH, en Damasco, durante el Jalifato de Hazrat ‘Umar (ra), pero según algunas narraciones, falleció en Alepo. En ese momento, Hazrat Bilal (ra) tenía más de 60 años. Según algunas otras narraciones, Hazrat Bilal (ra) falleció en el año 18 DH y fue enterrado en el cementerio de Damasco, cerca de Bab as-Saghir.

Con respecto al rango y estado de Hazrat Bilal, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) afirma (algunas de estas narraciones ya las he relatado anteriormente, pero teniendo en cuenta el orden y la secuencia de las mismas, de las ya mencionadas se repetirán una o dos):

“Hazrat Bilal (ra) era abisinio y no hablaba árabe con fluidez. Mientras hablaba árabe, cometía varios errores en la pronunciación. Por ejemplo, algunos nativos de África pronuncian la letra árabe ‘shiin’ como ‘siin’. Así, durante el azán, en lugar de ‘ash-hadu’, Hazrat Bilal (ra) decía ‘as-hadu’ y los árabes se reían de esto porque todavía sentían que su propia raza era superior, a pesar de que los árabes mismos son incapaces de pronunciar correctamente ciertas palabras de otros idiomas. Por ejemplo, no pueden pronunciar correctamente la palabra ‘roti’ [“pan plano” en urdu], ya que no pueden pronunciar la letra ‘ta’ [un sonido de ‘t’ fuerte similar al de la palabra “tienda”]. De la misma manera, no pueden pronunciar la ‘ch’ en ‘churi’ [forma de pan] y en su lugar la pronuncian como ‘yuri’ “.

Hazrat Musleh Maud (ra) sigue diciendo:

“Así como ciertas personas no árabes son incapaces de pronunciar correctamente algunas letras del idioma árabe, de manera similar, los propios árabes no pueden pronunciar de forma correcta ciertas letras de otros idiomas. Sin embargo, estaban tan metidos dentro de sí mismos, en el sentido de la supremacía árabe, que no entendieron que ellos mismos eran incapaces de pronunciar ciertas letras de otros idiomas. Al ver a los árabes reírse de Hazrat Bilal (ra) por pronunciar ‘ash-hadu’ como ‘as-adu’ [en el azán], el Santo Profeta (sa) dijo: ‘os burláis del azán de Bilal, mientras que Dios Altísimo desde Su Trono se complace con él cuando llama al azán. Dios Todopoderoso está más complacido con su as-adu que con vuestro as-shadu.

Bilal (ra) era abisinio y en esos tiempos los abisinios fueron tomados como esclavos. De hecho, ellos [los nativos de África] también han sido esclavizados en el pasado reciente e incluso son esclavos hoy. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) no estaba entre esas personas que someterían o humillarían a otra nación. Según el Santo Profeta (sa), cada nación fue igualmente creación de Dios. Por ejemplo, amaba a los griegos y abisinios tanto como amaba a los árabes y no haría ninguna distinción; o sea, quería a los árabes como quería a los africanos y griegos; y fue este mismo amor mostrado por él lo que precisamente inculcó un profundo amor por el Santo Profeta (sa) en los corazones de las naciones extranjeras; un amor que muchos árabes eran incapaces de comprender.  Estas naciones desarrollaron un profundo amor por el Santo Profeta (sa), pero aquellos que eran incapaces de comprender este amor y carecían de sabiduría y perspicacia, ni poseían ningún sentido de lealtad, ni eran capaces de comprender lo que estaba sucediendo a su alrededor.

El Santo Profeta (sa) nació en La Meca en una tribu árabe y pertenecía a la tribu de quraish, que era considerada como la mejor de las tribus árabes; y solían despreciar a otras tribus árabes y considerarlas inferiores. Pero  ¿cuál fue la relación entre el Santo Profeta (sa) y los abisinios? Si hubiera una tribu o pueblo que debería tener amor por el Santo Profeta (sa), deberían ser simplemente los Banu Hashim. Si alguien debería sentir amor por él, debería ser el pueblo quraish o árabe, ya que eran sus parientes y familiares. No obstante, ¿cómo fue posible que un profundo amor por el Santo Profeta (sa) se arraigara entre los no árabes, aquellas naciones que sufrieron la derrota a manos del ejército del Santo Profeta (sa) o fueron derrocadas por el imperio islámico? Porque hubo guerras contra naciones extranjeras que posteriormente fueron derrotadas y su reinado fue destruido, pero a pesar de esto, ¿cómo lograron desarrollar ese amor por el Santo Profeta (sa)? Por el contrario, deberían haber desarrollado enemistad contra él.

Antes de profundizar en esto, analicemos el amor que la gente del profeta Jesús (as) tenía por él. Cuando Jesús (as) fue arrestado, los soldados le preguntaron a Pedro, un discípulo cercano de Jesús (as) y a quien este nombró como su sucesor después de él, por qué estaba siguiendo a Jesús (as), pues parecía ser su seguidor, ya que los soldados comenzaron a sospechar mientras él los seguía y dedujeron que podría ser un seguidor de Jesús (as), a lo que Pedro respondió de inmediato: ‘no soy uno de sus seguidores’, (ya que se asustó); y dijo: ‘lo maldigo’. Así pues, no solo negó conocerlo, sino que también lo maldijo. No hay duda de que los discípulos de Jesús (as) también lo amaban. Más tarde, Pedro fue colgado en la cruz en Roma y abrazó valientemente la muerte, y no ocultó su amor ni su obediencia al profeta Jesús (as). Sin embargo, cuando Jesús (as) fue colgado en la cruz, la fe de Pedro aún no era fuerte, porque en ese instante tuvo miedo de recibir una pequeña paliza, pero luego valientemente aceptó ser colgado en la cruz. Por consiguiente, esto es solo un pequeño resumen de cuánto amor tenían los seguidores de Jesús (as) por él.

En comparación, ahora veamos aquellos esclavos que profesaban creer en el Santo Profeta (sa) y luego lo sacrificaron todo por él.

Bilal (ra) era un esclavo abisinio y su amor por el Santo Profeta (sa) fue tal que tuvo un profundo impacto en él.  Algunas personas sienten un gran amor por su amado, pero es solo superficial y se limita a ciertos parámetros. Por tanto, tenemos que ver si el amor del Santo Profeta (sa) por Bilal (ra), que no solo era aborrecido por los quraish, sino por todos los árabes debido a que era un esclavo abisinio, era simplemente para mantener su corazón, o ¿demostró amor verdadero? ¿Fue la expresión de amor del Santo Profeta (sa) meramente una pretensión o fue amor verdadero? Esto solo puede ser determinado por Bilal (ra) mismo. No podemos hacer esta evaluación, más bien tenemos que buscar la respuesta del propio Bilal (ra), porque solo él podría haberlo determinado. Estos acontecimientos tuvieron lugar hace más de 1.300 años; entonces, ¿cómo podríamos determinar esto? Así pues, si queremos saber lo que pasó realmente, tendremos que averiguarlo del mismo Bilal (ra) y si él percibió que esto era una demostración de amor verdadero del Santo Profeta (sa).

No se trata de cómo lo percibo yo, o cómo lo percibieron quienes vivieron hace un siglo antes que nosotros, o quienes vivieron cien años antes que ellos; ni se trata de cómo lo percibieron los propios Compañeros. Tampoco corresponde a otros determinar esto, ni siquiera a los que vivieron en la era del Santo Profeta (sa), es decir, sus Compañeros. Más bien, tenemos que ver cómo el propio Bilal (ra) percibió esto y ello se refleja en una declaración muy concisa del Santo Profeta (sa) (que también se ha mencionado anteriormente), cuando se dirigió a la gente y dijo: os reís de él porque dice as-adu, pero Dios Altísimo expresa Su complacencia sobre ello en los cielos. Su as-adu es más querido para Él que vuestro ash-hadu. ¿Fueron estas palabras del Santo Profeta (sa) – que su as-adu era más querido por Al’lah que el ash-hadu – pronunciadas simplemente para calmar su corazón y sólo para esa ocasión, para difuminar la situación, o debido a su profundo amor?

No obstante, lo que queremos saber es cómo percibió Bilal (ra) esta declaración. Así pues, la conclusión que Bilal (ra) sacó de esta declaración fue que, a pesar de ser un no árabe y de pertenecer a un pueblo que los demás consideraban ajeno a la raza humana, y, por lo tanto, los esclavizaban, el Santo Profeta (sa), por el contrario, tenía un vínculo de profundo amor y afecto por él. Si miramos detenidamente un poco en la historia, veremos que antes de su fallecimiento proclamó mi muerte es por la causa de Al’lah, quien es el Señor de todos los mundos, porque Dios el Todopoderoso reveló esto en relación con el Santo Profeta (sa).

Después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), se establecieron nuevos gobiernos, muchas personas entraron en el redil del Islam y se produjeron muchos cambios; es decir, con el paso del tiempo, se formaron nuevos gobiernos y se dieron muchos otros cambios, y algunos de los Compañeros emigraron a cientos de kilómetros de la tierra árabe. Todos estos cambios se produjeron después del fallecimiento del Santo Profeta (sa). Entre estos Compañeros que emigraron también estaba Bilal (ra), que había emigrado a Siria tras del fallecimiento del Santo Profeta (sa) y se estableció en Damasco. Un día, algunas personas se reunieron en Damasco donde Hazrat Bilal (ra) residía y declararon que durante la época del Santo Profeta (sa) Bilal (ra) pronunciaba el azán y deseaban que Bilal (ra) lo pronunciara de nuevo. Entonces se lo pidieron a Hazrat Bilal (ra), pero este se negó a pronunciar el azán. Bilal (ra) declaró que no daría el azán después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), porque tan pronto como pensaba en pronunciar  el azán, le recordaba la bendita era del Santo Profeta (sa) y se emocionaba mucho, no pudiendo contenerse; por lo tanto, no haría la llamada del azán.

Hazrat ‘Umar (ra) estaba en una gira oficial y resultó estar en Damasco en ese momento. La gente pidió a Hazrat ‘Umar (ra) si podía pedir a Bilal (ra) que proclamara el azán. Declararon que entre ellos estaban aquellos que habían visto al Santo Profeta (sa) y que sus oídos anhelaban escuchar el azán de Bilal (ra) una vez más, para así poder experimentar la era del Santo Profeta (sa) de nuevo. Puesto que siempre que recordaban la era del Santo Profeta (sa), también recordaban el azán de Hazrat Bilal (ra), por lo que deseaban escuchar el azán una vez más para poder revivir esos recuerdos de nuevo. Además declararon que había otros entre ellos que no habían presenciado la era del Santo Profeta (sa) y sólo habían oído hablar de ella, por lo que sus corazones también deseaban escuchar el azán de la persona cuyo azán también fue escuchado por el Santo Profeta (sa) y le gustaba.

Hazrat ‘Umar (ra) llamó a Bilal (ra) y declaró: la gente desea escuchar tu azán. Hazrat Bilal (ra) respondió: usted es el Jalifa de la época, si este es su deseo entonces llamaré el azán, pero déjeme decirle que mi corazón no será capaz de soportar las emociones. Entonces, Hazrat Bilal (ra) se puso de pie y en voz alta comenzó a dar el azán exactamente de la misma manera que lo hacía en la época del Santo Profeta (sa). Mientras recordaba la época del Santo Profeta (sa), las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de los Compañeros que eran los nativos árabes y algunos incluso dejaron salir un fuerte grito. Hazrat Bilal (ra) continuó recitando el azán y la gente recordaba la época del Santo Profeta (sa) y empezaba a llorar. Así pues, mirad cómo Hazrat Bilal (ra), que era un abisinio y que los árabes utilizaban para sus propios servicios, y que no tenía ninguna relación de sangre ni lazos fraternales con ellos, qué impacto tuvo esto sobre los mismos.

Pues bien, el impacto que tuvo en los árabes fue que quienes habían presenciado la era del Santo Profeta (sa) pudieron volver a revivir esos recuerdos, mientras que los árabes que no presenciaron esa era también se emocionaron enormemente al recordar los relatos que habían escuchado de esa era; o se emocionaron al observar el estado de los sentimientos de los demás en ese momento. No obstante, sobre Hazrat Bilal (ra), que no era árabe y era un antiguo esclavo, ¿qué impacto tuvo este azán sobre él?

Se dice que al concluir el azán, Hazrat Bilal (ra) se desmayó – tal fue el impacto que tuvo en él – y después de unos pocos minutos falleció. Este fue el testimonio dado por los no árabes a la afirmación del Santo Profeta (sa) de que no hacía distinción entre un árabe y un no árabe. En efecto, este fue el mayor testimonio de los propios no árabes sobre el gran amor y afecto que sentían por el Santo Profeta (sa). La demostración de este profundo amor fue un testimonio verdadero y práctico del Santo Profeta (sa), diciendo que un árabe y un no árabe tenían el mismo estatus. Este fue el testimonio dado por los no árabes que escucharon la amorosa llamada del Santo Profeta (sa) y el profundo impacto de lo que habían presenciado los convenció de que ni siquiera su propio pueblo podía concederles tanto amor como el que el Santo Profeta (sa) les tenía. Este fue nuestro líder Bilal (ra), quien estableció tan altos estándares de amor y lealtad para el Santo Profeta (sa), e inculcó la unidad de Dios Altísimo en su corazón y su demostración práctica de que gente como él se han convertido en un modelo puro y santo para nosotros a emular.

De la misma manera, los relatos del amor y el afecto del Santo Profeta (sa) por este devoto suyo son tales que no se puede encontrar ni un solo ejemplo de ello en ninguna parte del mundo. Es este mismo ejemplo el que puede establecer un espíritu de amor, armonía y hermandad en nuestra sociedad, y romper los grilletes de la esclavitud. Incluso hoy en día nuestra salvación sólo se puede encontrar estableciendo la unicidad de Dios y demostrando esos ejemplos de amor por el Santo Profeta (sa). Que Dios Altísimo nos permita hacerlo. Con esto los relatos de Hazrat Bilal (ra) llegan a su fin.

Ahora, a continuación, mencionaré los detalles de algunos de nuestros miembros que han fallecido recientemente y además dirigiré sus oraciones fúnebres en ausencia.

El primero es de Maulana Talib Yaqub Sahib, hijo del respetado Tayyab Yaqub Sahib, que fue misionero en Trinidad y Tobago, y  falleció el 8 de septiembre, a la edad de 63 años:

“En verdad a Al’lah pertenecemos y hacia Él será el retorno”. 

Se vio inclinado hacia la religión desde su infancia. Era nativo de Trinidad y desde temprana edad ofrecía las cinco oraciones diarias, recitaba el Sagrado Corán y tenía interés en leer la literatura islámica. Después de completar su educación temprana, consiguió un trabajo en el Seguro Británico. Sin embargo, después de completar sus O-Levels, dedicó su vida el 13 de enero de 1979 y se inscribió en Yamia Ahmadía Rabwah. Se graduó de Yamia Ahmadía con el título de Shahid en 1989. Su matrimonio tuvo lugar en 1987 con la respetada Sayidah Shahin Sahiba, hija de Mirza Munawar Ahmad Sahib Darwaish y ex Nazir-e-Al’a Qadián. Su esposa es la nieta de Hazrat Bhai Mirza Barkat Ali Sahib (ra), un Compañero del Mesías Prometido (as).

El primer nombramiento del difunto después de terminar en Yamia fue a Zaire (África) y tuvo la oportunidad de prestar servicios durante aproximadamente tres años, de 1989 a 1992. Luego llegó a servir como misionero en Guyana de 1993 a 1997 y posteriormente fue destinado a Ghana donde sirvió de 1997 a 2004 en la región de Koforidua y Kumasi. Durante su servicio en Ghana enfermó gravemente y después de recuperarse, fue trasladado a Trinidad y fue mandado a la Yama’at de Freeport, donde sirvió hasta su último aliento.  Por tanto, sirvió con la mayor sinceridad en varios países del mundo y a través de su conocimiento y experiencia, transmitía las enseñanzas del Islam a otros.

Dondequiera que iba, establecía una conexión personal con cada miembro de la Yama’at. Tenía un vínculo de gran amor con los miembros de la Yama’at y los miembros de la Yama’at también tenían un vínculo de gran amor con él. Desde hace algunos años, sufría de problemas renales y tenía que ir al hospital tres veces por semana para recibir tratamiento de diálisis, pero nunca dejó que esto fuera un obstáculo en ningún programa de la Yama’at. Era extremadamente piadoso, humilde, de voz suave, paciente, obediente, atento y siempre saludaba a todos con una sonrisa. Aparte de sus oraciones obligatorias, ofrecía regularmente la oración del tahayyud y recitaba el Sagrado Corán. Además tenía la costumbre de ofrecer 8 rak’āts de nawafil antes de ir a dormir cada noche. Siempre se aseguraba de que las tradiciones de la Yama’at se cumplieran estrictamente. También animaba a los miembros de su familia a adoptar estas mismas virtudes. Recibía a todo el mundo de una manera muy cariñosa. Le sobreviven su esposa, un hijo (Nasir Yaqub) y dos hijas: Amina Yaqub y Adila Yaqub. También tenía dos hermanos y tres hermanas. Algunos de ellos están en Trinidad y otros residen en Australia.

Una de sus cuñadas, Helen Yaqub escribe:

“Hice el bai’at hace treinta años y cuando Maulana Sahib vino a Trinidad, siempre me enseñó cosas nuevas sobre mi fe de una manera muy cariñosa. Como resultado de esto mi pasión por aprender sobre mi fe aumentó aún más y él estaba muy contento con esto. Debido a la conducta de Talib Yaqub Sahib, por la gracia de Dios Altísimo, mi hijo Tayyab Yaqub ha decidido convertirse en misionero y actualmente estudia en el segundo año de Yamia Ahmadía Canadá”. 

Un médico áhmadi que sirve en Trinidad dice respecto a cuando estaba enfermo:

“El difunto poseía una gran moral; cada uno de los médicos o enfermeros que lo atendieron quedaron muy impresionados por su moralidad. Aunque él mismo era un paciente, si había escasez de espacio en el hospital, se ponía de pie él mismo si alguien venía y les ofrecía espacio. Era un ejemplo para todos los demás pacientes y médicos, y en general para todos”.

El misionero jefe de Trinidad y Tobago escribe:

“Realmente había adoptado las características y cualidades distintivas de ser un misionero. Siempre estaba al frente cuando se trataba de la obediencia al Jalifato. Obedecía todas las instrucciones de los encargados y se esforzaba por cumplir cualquier tarea que se le asignaba. Tenía un amor ilimitado por Al’lah, el Santo Profeta (sa) y el Mesías Prometido (as). Solía recitar el Sagrado Corán y ofrecer las oraciones voluntarias de tahayyud [antes del amanecer] con regularidad”. 

Qasid Warraich, otro misionero en Trinidad, nos dice:

“Cuando me enviaron a Trinidad, la salud de Maulana Sahib era bastante frágil y además era mayor. Digo esto porque Qasid Sahib es joven y después de graduarse recientemente en Yamia Ahmadía Canadá, fue enviado allí hace dos o tres años. Al cabo de unos días, Maulana Sahib realizó un viaje de cincuenta minutos con su esposa e hijo para conocerme y me trató con mucha amabilidad. Luego, cada dos o tres días, me enviaba un mensaje o me llamaba para preguntar cómo estaba, o para saber si necesitaba algo porque era un recién llegado. Sin duda también le daba consejos e información. Trataba con el mismo cariño y afecto tanto a los jóvenes como a los mayores.  Siempre motivaba a otros a estrechar vínculos con el Jalifato y a orar por el Jalifa de la época”.

La hija de Maulana Sahib escribe:

“Antes de un examen o de realizar cualquier tarea, me decía insistentemente que debía escribir al Jalifa para plegarias”.

Munir Ibrahim Sahib, un áhmadi de allí, relata:

“Siempre que íbamos a algún lugar para hacer tabligh [propagar el mensaje del Islam], Mualana Sahib siempre venía y distribuía el trabajo diciendo que uno fuera a la zona norte y otro al sur, con el fin de que el mensaje de Ahmadiat pudiera transmitirse a la mayor cantidad de personas posible, y él siempre tenía una sonrisa en su rostro”.

Los jóvenes misioneros y otras personas que trabajaron con él también han escrito que cuando alguien realizaba una pequeña tarea para el progreso de la Comunidad o para transmitir el mensaje, se llenaba de júbilo y los elogiaba mucho.  Todos los que han escrito han señalado que Maulana Sahib siempre estaba sonriendo. Durante sus años de estudiante, si había algún altercado entre amigos, siempre los reconciliaba y lograba que hicieran las paces diciendo que eran áhmadis y que no deberían albergar ningún resentimiento en los corazones hacia sus hermanos. Yo también fui testigo de que siempre tenía una sonrisa en su rostro. Sentía una infinita devoción por el Jalifa y, tal como he dicho, sus hijos han mencionado que Maulana Sahib siempre los animaba a establecer un vínculo con el Jalifato y a escribirle cartas al Jalifa.

Narish Sahib, un nuevo áhmadi, escribe:

“Fui a diferentes mezquitas no áhmadis buscando el verdadero Islam. Cuando conocí a Maulana Talib Sahib me dio muy buena impresión, incluso antes de escuchar sus argumentos”. Es por esta razón que hizo el pacto de lealtad. 

Por así decirlo, Talib Ya’qub Sahib cumplió su juramento completamente convencido y jamás presentó ningún pretexto.  Siempre dijo que trabajaría dondequiera que el Jalifa lo enviara. Cada vez que se le dijo que se quedara en Pakistán, que permaneciera allí y que no regresara a su país, se mostraba dispuesto a hacerlo. Además, mientras estuvo en Pakistán, hizo esfuerzos para aprender el punyabi,  por si se le enviara a Pakistán y tuviera que tratar con personas que hablaban esa lengua.  Esta es la razón por la que continúo aprendiendo punyabi.

¡Qué Dios tenga misericordia de él y eleve su estatus! ¡Que Dios proteja a su esposa e hijos, y les permita continuar con sus buenas obras!

El próximo funeral es el del ingeniero Iftijar ‘Ali Qureshi Sahib, quien fue el ex Wakil-ul-Mal Zalizy subdirector del Mall’lis Tahrik-e-Jadid. Dios Altísimo le concedió una vida muy larga, pues falleciendo el 3 de junio a la edad de 99 años.

¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!

Su padre fue Mumtaz ‘Ali Qureshi Sahib y era veterinario de profesión. Iftijar Ali Sahib nació en Mirut, India y allí estudió su educación primaria y superior. Luego se matriculó en la Universidad de Ingeniería Thompson Rurki y completó su título en ingeniería civil en 1944. Se unió a la Comunidad Musulmana Ahmadía en su época de estudiante. En ese momento su padre no era áhmadi, por lo que el propio Iftijar ‘Ali Sahib estudió los libros del Mesías Prometido (as) y, después de investigar, aceptó el Ahmadiat. Recibió el mensaje de Ahmadiat a través de su tío Mujtar Qureshi Sahib y él padre de éste, Munshi Fiaz Ali Sahib. Iftijar Qureshi Sahib vivía con su tío Turab ‘Ali Sahib, debido sobre todo a su educación. Turab ‘Ali Sahib tampoco era áhmadi, pero Mujtar ‘Ali Sahib y su padre solían visitar a Turab ‘Ali Sahib en la ciudad de Saraba, Mirut.

Iftijar ‘Ali Qureshi Sahib recibía literatura sobre el Ahmadiat de estas personas piadosas. La comunidad de Delhi también publicaba pequeños folletos, que Iftijar ‘Ali Sahib cogía y leía, sobre todo leía toda esta literatura mientras viajaba y luego se la entregaba a su padre.

Cuando Iftijar ‘Ali Sahib obtuvo su admisión en la Universidad de Thompson, su tío Mujtar Qureshi Sahib comenzó a enviarle regularmente cartas detalladas sobre el mensaje de Ahmadiat. Iftijar ‘Ali Sahib también respondía estas cartas en detalle. En ese tiempo también tuvo la oportunidad de ofrecer las oraciones de tahayyud y de suplicar extensamente, pero su corazón todavía estaba intranquilo y lleno de preocupación. Le contó esto una vez a Hazrat Jalifatul Masih II (ra) y le hizo algunas preguntas. Hazur (ra) escribió las respuestas diciéndole: “Sus preguntas son breves pero exhaustivas, por lo que responder por correo es difícil. Debería estudiar este libro mío”. Iftijar ‘Ali Sahib obtuvo este libro de su tío Mujtar ‘Ali Sahib y comenzó a leerlo. A medida que estudiaba el libro, comenzó a recibir respuestas a sus preguntas. En noviembre de 1941 prometió su pacto de lealtad por escrito a través de una carta. En 1942 asistió al Yalsa de Qadián y quedó muy conmovido por su ambiente. Escuchó los discursos de Hazrat Jalifatul Masih II (ra) con mucha atención y allí prometió su lealtad una vez más. De este modo, tuvo la oportunidad de realizar el bai’at en persona. A partir de entonces, asistió al Yalsa de Qadián todos los años. También tuvo la bendita oportunidad de conocer a Hazrat Jalifatul Masih II (ra). Le preguntaba a Su Santidad (ra) todas las preguntas que tenía y, al recibir las respuestas, regresaba lleno de fe y certeza.

Comenzó su servicio gubernamental en la India y continuó trabajando allí hasta el establecimiento de Pakistán. En 1951 emigró y comenzó a trabajar en el Departamento de Riego y Energía de Pakistán. Durante su servicio fue trasladado a muchas ciudades y trabajó con gran sinceridad. Pasó de ingeniero junior a ingeniero jefe y, de hecho, durante algún tiempo fue nombrado Secretario de Riego y Energía del gobierno de Punjab. Progresó hasta ser el Secretario. Pudo servir a su país (Pakistán) en capacidades muy honorables y notables.  Se jubiló en 1983, tras lo cual dedicó su vida al servicio del Islam. Antes de esto, en 1980, al regresar de su viaje a España, Hazrat Jalifatul Masih III (rh) estableció la Asociación Internacional de Arquitectos e Ingenieros Áhmadis y nombró a Iftijar ‘Ali Qureshi Sahib como su primer presidente, que en ese momento ejercía como ingeniero jefe.

Luego, después de su jubilación, solicitó dedicar su vida y Hazrat Jalifatul Masih III (rh) lo aceptó. Así, en 1983, fue nombrado Wakilul Mal Zaliz Tehrik-e-Yadid. Además, a partir de 1980, cuando fue designado para el cargo, fue elegido continuamente para el mismo y ejerció como presidente central de esta asociación [IAAAE] durante aproximadamente 25 años. También pudo prestar muchos servicios durante el Jalifato de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh). Construyó los barrios Buyutul Hamd y otros edificios de la Yama’at en Rabwah. Además estuvo al cargo del departamento que supervisó las nuevas construcciones. Se le nombró presidente de varios proyectos, como el Hospital Fazl-e-‘Umar, Yamia Ahmadía, la Biblioteca Califal, etc. Del mismo modo, tuvo la oportunidad de servir como director de la fundación Fazl-e-‘Umar. En 2007, lo nombré vicepresidente de Maylis Tehrik-e-Yadid y sirvió con gran integridad, celo y esfuerzo. Vio la era de cuatro Jalifas y siempre demostró ser obediente, y estar lleno de amor. Era de naturaleza tranquila y reservado. Fue capaz de servir como alguien que había consagrado su vida  durante 37 años. Fue muy abnegado en su trabajo y yo también he trabajado con él. Dios Altísimo le concedió dos hijos y tres hijas. Uno de sus hijos es arquitecto y una de sus hijas es médico. Que Dios Todopoderoso lo trate con misericordia y perdón, y permita a su progenie mantener vivas sus virtudes.

El tercer funeral es el de Razia Sultana Sahiba, que fue la esposa de Maulvi Hakim Jurshid Sahib y ha fallecido a la edad de 81 años.

“Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos”. 

Era la hija del Sheikh Al’lah Bajsh Sahib (ra), un Compañero del Mesías Prometido (as). Desde joven, fue muy estricta en ofrecer sus oraciones y ayunos. Vivió toda su vida con sencillez y humildad, y fue muy hospitalaria. Su marido, el respetado Hakim Maulvi Jurshid Ahmad Sahib, estaba sirviendo como Sadr Umumi. Durante ese tiempo, se celebraban varias reuniones en su casa y ella atendía a todos los invitados. En 1984, el respetado Maulvi Sahib tuvo el honor de ser un Asirane Rahe Maula (prisionero en el camino de Dios) durante dos años y medio. Soportó este tiempo lejos de su marido con gran paciencia y fortaleza. De hecho, preparaba comida para mucha gente y la enviaba a la cárcel todos los días. Mantuvo sus actos virtuosos con discreción; ayudó a muchos niños pobres a casarse y también ayudó a criar a muchos otros niños pobres. Todos los que la conocían bien dicen que era una persona muy cariñosa. Además era musi (parte del Wassiyyat). Le sobrevive su hija. Que Dios Altísimo la trate con misericordia y perdón.

El próximo funeral es el del respetado Tahir Ahmad Sahib, hijo de Muhammad Mansur Ahmad Sahib, que servía como Naib Nazir Baitul Mal Qadián. Falleció el 28 de mayo como resultado de un cáncer de hígado, a la edad de 57 años, en el Hospital Nur de Qadián.

“Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos”. 

Era originario de Hyderabad. Después de graduarse en Yamia Ahmadía de Qadián sirvió a la Yama’at en varios puestos, desde septiembre de 1989 hasta su fallecimiento en mayo de 2020. Todo el tiempo que estuvo en servicio fue en oficinas de finanzas, en Baitul Mal Amad durante siete años, en el Nizamat Mal Waqfe Yadid durante nueve años, luego como Inspector Baitul Mal, como el Naib Nazim Mal Waqfe Yadid durante tres años, también como Nazim Mal Waqfe Yadid durante ocho años y luego sirvió como Naib Nazir Baitul Mal durante dos años. Era un servidor de la Comunidad muy sincero, sencillo, sociable y compasivo. Viajó por toda la India e introdujo a la gente en el sistema financiero (de la comunidad) y les ayudó a formar parte de él. Por la gracia de Dios Altísimo, como resultado de estos viajes y sus esfuerzos, hubo un aumento significativo en el presupuesto del Waqfe Yadid. Era un musi (miembro de al-Wassiyyat). Le sobreviven sus padres ancianos, su esposa y sus dos hijos. Era el yerno mayor de Maulana Muhammad Karim Shahid Sahib, Sadr Qadha Board Qadián y el primo de Inaam Ghuari Sahib, Nazir-e-A’la Qadián. Uno de sus hermanos está sirviendo como misionero en Qadián. Que Dios Altísimo le conceda misericordia y perdón, y proteja a sus hijos.

El próximo funeral es el de Aqil Ahmad, hijo de Mirza Jalil Ahmad Baig Sahib, que trabaja como profesor en la Yamia Internacional en Ghana. Aqil Ahmad estaba visitando Pakistán, donde se le diagnosticó un tumor en el saco vitelino y, por decreto Divino, falleció tras un breve ataque de esta enfermedad, a la edad de trece años:

“Ciertamente a Al’lah pertenecemos y hacia Él volveremos”. 

Incluso durante su infancia, era regular en las oraciones en congregación y se ocupaba de los niños más pequeños que él. Era un niño muy virtuoso y obediente. Fue capaz de memorizar seis partes del Sagrado Corán de la Madrassatul Hifz en Ghana. Le sobreviven sus padres y dos hermanas, Adila y Shakila, ambas Waqfate Nau. Su padre, Mirza Jalil Baig, presta servicios en la Yamia Internacional de Ghana. Otro profesor de Yamia, Nasir Ahmad Sahib, escribe desde Ghana que Aqil Ahmad poseía una personalidad muy cariñosa y encantadora. Su cara sonriente siempre será recordada. Era un niño muy inocente y obediente. Era habitual en ofrecer el la oración en la congregación y estaba muy apegado al Sagrado Corán. Durante los últimos años, además de sus estudios rutinarios, estaba memorizando el Santo Corán. Cada día después de la oración del maghrib, comía y luego iba a la mezquita y repasaba sus lecciones. Después de completar su trabajo escolar, siempre memorizaba una porción del Sagrado Corán antes de ir a dormir. Decía que quería servir a la Comunidad como misionero cuando creciera. Que Dios Altísimo eleve su posición y permita a sus padres y hermanas soportar esta pérdida.

Hoy en día, los funerales con “el cuerpo en presencia” no pueden celebrarse aquí; muchas personas me escriben pidiéndome que dirija las oraciones fúnebres, sin embargo estos funerales no pueden ofrecerse durante el sermón del viernes ya que requeriría mucho tiempo. Aunque sólo se leyeran los nombres, llevaría mucho tiempo. Por lo tanto, sólo puedo dirigir la oración fúnebre en ausencia de algunas personas. Recibo las peticiones de otros y me gustaría decirles, sin especificar sus nombres, que siempre que dirija las oraciones de los funerales en ausencia aquí, se incluyen también. Que Dios Altísimo los trate a todos con misericordia y perdón. Para aquellos que me han pedido por escrito que dirija las oraciones fúnebres, que Dios les conceda a ellos y a sus familias paciencia y tolerancia, y que les permita mantener vivas las virtudes de sus difuntos. Ofreceré todas estas oraciones fúnebres en ausencia después de la oración del viernes. ¡Si Dios quiere!

Resumen del sermón de viernes – 25 de septiembre de 2020

Después de recitar Tashahud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que seguiría hablando acerca de la vida de Hazrat Bilal bin Rabah (ra).

Su Santidad (aba) presentó una narración en la que el Santo Profeta (sa) le preguntó a Hazrat Bilal (ra) la mejor acción que había realizado en el camino del Islam, ya que escuchó sus pasos delante de él en el cielo. Hazrat Bilal (ra) respondió que consideraba que ofrecer la oración nafl [Voluntaria] era obligatoria para él, y la ofrecía siempre que podía después de realizar la ablución. Su Santidad (aba) aclaró que esto no significaba que Hazrat Bilal (ra) tuviera un rango más alto que el Santo Profeta (sa), sino que significaba que a causa de sus oraciones en reclusión, permanecería junto al Santo Profeta (sa) en el paraíso como lo hizo en este mundo.Virtudes de Hazrat Bilal (ra)Su Santidad (aba) se refirió al Segundo Califa (ra), que citó el ejemplo de Hazrat Bilal (ra) y dijo que lo único que queda en este mundo son las acciones sinceras llevadas a cabo por el bien de Al’lah. El Segundo Califa (ra) dijo que no sabemos dónde están las casas, propiedades o progenie de Hazrat Bilal (ra), sin embargo, hasta hoy, seguimos relatando las virtudes y sacrificios de Hazrat Bilal (ra), solo porque solía llamar el Adhan [llamada a la oración] y permanecía en compañía del Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) presentó una narración, relatada por Hazrat Bilal (ra), en la que el Santo Profeta (sa) dijo que el cielo estaba esperando ardientemente para recibir a tres personas; Hazrat Ali (ra), Hazrat Ammar (ra), y Hazrat Bilal (ra).

Su Santidad (aba) presentó otra narración en la que el Santo Profeta (sa) dijo que a cada Profeta se le han concedido siete Naqeeb, sin embargo a él se le concedieron catorce; Hazrat Bilal (ra) es uno de ellos.

El estado de Hazrat Bilal (ra) en el paraíso

Su Santidad (aba) presentó otra narración de acuerdo a la que Hazrat Bilal (ra) fue elogiado como el primero de los Shuhada [mártires] y Mu’addhinin [Los que hacen la llamada para la oración] y sería el más honrado en el día del juicio final. En otra narración, el Santo Profeta (sa) dijo que a Hazrat Bilal (ra) se le daría uno de los camellos del paraíso.

Su Santidad (aba) presentó otra narración, en la que el Santo Profeta (sa) dijo a la esposa de Hazrat Bilal (ra) que todo lo que ella escuchó sobre él de Bilal (ra) era cierto. Dijo además que Hazrat Bilal (ra) era como una abeja de la miel, que iba por ahí y chupaba el néctar de las flores y lo convertía en miel.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Bilal (ra) falleció durante el Jilafat de Hazrat Umar (ra) en Damasco, donde también fue enterrado.

El vínculo del Santo Profeta (sa) con sus compañeros

Su Santidad (aba) presentó una cita del Segundo Califa (ra) en la que mencionaba las virtudes de Hazrat Bilal (ra). Escribió que al Santo Profeta (sa) no le importó que Hazrat Bilal (ra) fuera un esclavo abisinio. Pues, le era indiferente la procedencia o nación de las personas. Daba un trato de igualdad a todos. No se consideraba superior por el simple hecho de ser árabe o de pertenecer a una tribu estimada, sino que trataba a todos por igual. Esto resultó en un vínculo inquebrantable con sus compañeros.

El Segundo Califa (ra) presentó el ejemplo de cuando Jesús (as) fue capturado y su discípulo Pedro le seguía de cerca. Cuando la policía lo vio, le preguntaron si era uno de los discípulos de Jesús (as). Sin embargo, por miedo, Pedro inmediatamente denunció y reprendió a Jesús (as).

Por otro lado, si queremos comparar y ver cómo el Santo Profeta (sa) amaba a sus compañeros y a su vez, cómo ellos amaban y se dedicaban al Santo Profeta (sa), entonces el mejor ejemplo es el de Hazrat Bilal (ra). Cuando el Santo Profeta (sa) vio que la gente se reía de Hazrat Bilal (ra) porque decía as-hadu en lugar de ash-hadu mientras llamaba el Adhan, el Santo Profeta (sa) se dirigió a esta gente y dijo que el as-hadu de Bilal (ra) era más querido por Dios que el ash-hadu de esta gente. El Santo Profeta (sa) no dijo esto sólo para animar, sino que era el amor profundamente arraigado que le tenía.

Llamada final del Mu’adhin del Santo Profeta (sa)

A su vez, el amor que Hazrat Bilal (ra) tenía por el Santo Profeta (sa) se demuestra con un incidente después del fallecimiento del Santo Profeta (sa): la gente se acercó a Hazrat Bilal (ra) para que llamara el Adhan como solía hacerlo en tiempos del Santo Profeta (sa). Hazrat Bilal (ra) respondió que se había prometido no llamar el Adhan después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), porque le traería recuerdos de su amado, que no sería capaz de soportar. Sin embargo, el pueblo fue al Califa, y Hazrat Umar (ra) transmitió este ardiente deseo del pueblo a Hazrat Bilal (ra), que deseaba recordar la época del Santo Profeta (sa). Hazrat Bilal (ra) dijo que aceptaba hacerlo únicamente porque se lo ordenaba su Califa, pero reiteró que le sería extremadamente difícil. Así, de acuerdo con el deseo de Hazrat Umar (ra), Hazrat Bilal (ra) llamó el Adhan como lo hacía en tiempos del Santo Profeta (sa). Al oírle, la gente no pudo contener sus emociones, tanto que se oían fuertes sollozos y gritos al recordar tan vívidamente la época del Santo Profeta (sa).

Éstos, sin embargo, eran árabes, que también tenían una conexión natural con el Santo Profeta (sa) además de su conexión con él como su profeta. Pero, lo que debe considerarse es el impacto de esto, y el amor del Santo Profeta (sa) entre los no árabes. Después de llamar el Adhan, Hazrat Bilal (ra) fue vencido por las emociones, tanto que quedó inconsciente, y el impacto sobre él fue tan grande que más tarde falleció.

Este fue el ejemplo de Hazrat Bilal (ra), que no sólo aceptó la unidad de Dios y el amor del Santo Profeta (sa), sino que lo demostró con ejemplos que nunca pudieron ser igualados. Su ejemplo es capaz de establecer la unidad y la hermandad en el mundo y romper las cadenas de la esclavitud. Nuestra salvación, hasta el día de hoy, radica en establecer tales ejemplos de creencia en la unidad de Dios y el amor por el Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) rezó para que todos podamos adoptar este estimado ejemplo. Con eso, Su Santidad (aba) completó el relato de la vida de Hazrat Bilal bin Rabah (ra).

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que dirigiría las oraciones fúnebres en ausencia de los siguientes miembros fallecidos de la Comunidad.

Maulana Talib Yaqub Sahib falleció el 8 de septiembre. Estaba sirviendo como misionero en Trinidad y Tobago. Se inclinó por la religión desde una edad muy temprana. Dedicó su vida por el bien del Islam y viajó a Rabwah, Pakistán, para formarse en la Yamia Ahmadía Rabwah. Sirvió como misionero en varios lugares de África, Guyana y Trinidad. Sirvió con gran sinceridad y difundió el mensaje del Islam. Mantuvo una relación personal con todos los miembros de la Yamat. A pesar de estar enfermo durante los últimos años y tener que ir con frecuencia al hospital, nunca dejó que esto fuera un obstáculo para asistir a los programas de la Yamat. Era regular en sus oraciones y también regularmente ofrecía oraciones voluntarias. Era obediente a Jilafat, y un misionero ejemplar. Era muy cariñoso y se reunía con todos con una sonrisa. Su Santidad (aba) comentó que también le encontró siempre sonriente, y extremadamente devoto al Jilafat. Dejó atrás a su esposa, un hijo y dos hijas. Su Santidad (aba) rezó por su perdón y su alto rango en el paraíso y para que a su familia se le concediera paciencia durante este tiempo y permitiera a su progenie mantener vivas sus virtudes.

Iftikhar Ali Qureshi Sahib falleció el 3 de junio a la edad de 99 años. Era Ingeniero Civil de profesión. Aceptó Ahmadíat después de estudiar los libros del Mesías Prometido (as) y otra literatura de la Comunidad. Mientras estudiaba estos libros, rezaba mucho, e incluso escribía cartas al Segundo Califa (ra) con sus preguntas a las que también recibía respuestas. De esta manera, después de mucho estudio y oraciones, aceptó el Ahmadíat. Progresó de Ingeniero de categoría subalterna a ingeniero superior bajo el Gobierno de Punjab. También fue nombrado como primer presidente de la Asociación Internacional de Arquitectos e Ingenieros Ahmadíes por el Tercer Califa (rh). Tras su jubilación, dedicó su vida al servicio del Islam y desempeñó muchas funciones diferentes. Su Santidad (aba) comentó que trabajó con gran integridad y honor. Se sintió honrado de ser testigo de cuatro califatos. Dejó dos hijos y cuatro hijas. Su Santidad rezó por el perdón del difunto y para que su progenie pueda mantener vivas sus virtudes.

Raziya Sultana Sahiba era la hija del Sheikh Al’lah Bakhsh (ra), un compañero del Mesías Prometido (as). Su marido fue encarcelado injustamente durante casi dos años y medio por ser ahmadí, tiempo que soportó con gran paciencia y tolerancia. Ha dejado atrás una hija. Su Santidad (aba) rezó por el perdón de los difuntos.

Muhammad Tahir Ahmad Sahib falleció el 28 de mayo debido a un cáncer de hígado. Se graduó en Yamia Ahmadía Qadian y sirvió como misionero en varios departamentos financieros. Era una persona muy amable y cariñosa. Dejó atrás a sus padres, su esposa y sus dos hijos. Su Santidad (aba) rezó por el perdón del fallecido y para que su familia tenga paciencia durante este tiempo.

Aqeel Ahmad hijo de Mirza Khaleel Ahmad Baig sahib, profesor de la Yamia Internacional en Ghana, falleció a la edad de 13 años. Era muy amable, cariñoso, cuidadoso y obediente. También fue capaz de memorizar seis partes del Sagrado Corán. Quería ser un misionero cuando creciera. Su Santidad (aba) rezaba por el difunto y para que su familia tuviera paciencia.

Su Santidad (aba) comentó que como los funerales no pueden tener lugar debido a las circunstancias actuales, recibe muchas peticiones para dirigir las oraciones funerarias en ausencia. Sin embargo, hay tantas solicitudes que, incluso leer los nombres llevaría mucho tiempo. Su Santidad (aba) dijo que sólo puede mencionar a unas pocas personas por su nombre durante sus sermones del viernes, sin embargo todas las peticiones que recibe también están incluidas en estas oraciones. Su Santidad (aba) rezó por el perdón de todos los difuntos y para que sus familias tengan paciencia.

Resumen preparado por The Review of Religions.

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