Califas guiados – Hazrat Usman (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Califas guiados – Hazrat Usman (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes del 19-03-21,

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Ta’āwwuz y el Sura Al-Fātihah, Hazrat Jalīfatul Masih V (aba) dijo:

Anteriormente estaba narrando relatos de la vida de Hazrat ‘Uzmān (ra), con respecto a su martirio y los sucesos posteriores. Hazrat Musleh Ma’ūd (ra) también ha escrito brevemente sobre los acontecimientos que siguieron a su martirio.

Hazrat Musleh Ma’ūd (ra) escribe: “Medina cayó en manos de estas mismas personas [es decir, los rebeldes]. Además, los actos de estos individuos durante esos días fueron sumamente impactantes. Ya habían martirizado a Hazrat ‘Uzmān (ra), pero incluso se opusieron al entierro de su cuerpo, por lo que no pudo ser enterrado durante tres días. Finalmente, un grupo de Compañeros tuvo el coraje de hacerlo y lo enterraron por la noche. Estos individuos [mencionados antes] también obstaculizaron su camino. Sin embargo, algunas personas amenazaron con atacarlos ferozmente, por lo que retrocedieron”.

El Santo Profeta (sa) había hecho profecías en relación con Hazrat ‘Uzmān (ra). Estas se mencionan de la siguiente manera: Hazrat Abū Musa Ash’ari relata que “el Santo Profeta (sa) entró en un jardín y me indicó que montara guardia en su entrada. Mientras tanto, un individuo se acercó y solicitó permiso para entrar. El Santo Profeta (sa) dijo: ¡déjalo entrar y dale las buenas nuevas del Paraíso!, y vi que este individuo era Hazrat Abū Bakar (ra). Otro individuo se acercó después y pidió permiso para entrar. Entonces, el Santo Profeta (sa) dijo: ¡déjalo entrar y dale las buenas nuevas del Paraíso!, y vi que era Hazrat ‘Umar (ra). Luego, otro individuo se acercó y pidió permiso para entrar. Ante esto, el Santo Profeta (sa) permaneció en silencio por unos momentos y luego dijo: ¡déjalo entrar y dale las buenas nuevas del Paraíso,  no obstante, le llegará una gran prueba!, y vi que este individuo era Hazrat ‘Uzmān  bin Affan (ra)”.

Hazrat Anas (ra) relata que el Santo Profeta (sa) escaló el monte Uhud junto con Hazrat Abū Bakar, Hazrat ‘Umar y Hazrat ‘Uzmān. El monte Uhud comenzó a temblar y el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Oh Uhud, detente!”. El narrador dice: “creo que el Santo Profeta (sa) además golpeó con el pie en la montaña y exclamó: “Un Profeta, un Sid-dique [veraz] y dos mártires están de pie encima de ti”. Hazrat Ibn ‘Umar relata que al mencionar un desorden y una contienda en particular, el Santo Profeta (sa) dijo: “Este individuo será asesinado durante ese desorden en un estado de opresión”; y al afirmar esto señaló a Hazrat ‘Uzmān (ra).

Encontramos las siguientes narraciones con respecto a la herencia que dejó Hazrat ‘Uzmān. Ubaidul-lāh bin ‘Abdul-lāh bin Utbah relata que el día en que Hazrat ‘Uzmān (ra)  fue martirizado, su tesorero custodiaba 30.500.000 dirhams y 150.000 dinares que pertenecían a Hazrat ‘Uzmān, todos los cuales fueron saqueados. Hazrat ‘Uzmān (ra) también tenía 1.000 camellos en Rabazah, que era un asentamiento ubicado a una distancia de viaje de tres días desde Medina, en ruta desde el Heyaz. Además, había dejado 200.000 dinares para caridad en Baradis, Jaibar y Wadi Al-Qura, pues solía gastar mucho en caridad. Ya se ha mencionado anteriormente que Hazrat ‘Uzmān (ra) dijo: “Yo solía ser un hombre rico, pero ahora solo tengo dos camellos para el Hall”. Es posible que esta narración pueda referirse a una época en que tal abundancia de riqueza estaba presente en el tesoro nacional, lo que el narrador ha atribuido a Hazrat ‘Uzmān (ra) personalmente. Aunque es posible que poseyera esta riqueza, pero en lugar de gastarla en sí mismo, la regaló como caridad y la gastó en el interés nacional. No obstante, esta es una de las narraciones que he mencionado. Anteriormente se ha mencionado otra narración que se relacionaba con él personalmente; pero además, a partir de las narraciones de los tesoreros que habían sido designados para salvaguardar la riqueza, se hace evidente que la misma pertenecía al tesoro que habían designados supervisar.

Las narraciones de los Compañeros en relación al martirio de Hazrat ‘Uzmān (ra) son las siguientes. Se le preguntó a Hazrat ‘Alī (ra) con respecto a Hazrat ‘Uzmān (ra) y respondió: “era una persona que incluso fue declarada Zun-Nurayn [poseedor de dos luces] por el Ser Más Supremo”; o sea, se le consideraba Zun-Nurayn incluso a los ojos de Dios Altísimo. Hazrat ‘Alī continuó diciendo: “Hazrat ‘Uzmān  fue el más amable entre todos nosotros”.

Cuando Hazrat ‘Ā’isha se enteró del martirio de Hazrat ‘Uzmān (ra), dijo: “estas personas lo han matado, a pesar de que era el más amable con sus parientes y también temía a Dios más que todos ellos”.

Encontramos una narración sobre la oración del Santo Profeta (sa) por sus yernos. Está escrito en Al-Isti’ab que el Santo Profeta (sa) dijo: “le he pedido a mi Señor, el poseedor de Gloria y Majestad, que no permita que nadie entre al infierno que sea mi yerno, o de quien soy yerno”.

Con respecto al atuendo y apariencia de Hazrat ‘Uzmān (ra), Mahmud bin Labid relata que vio a Hazrat ‘Uzmān bin Affan montando una mula y su cuerpo estaba cubierto con dos capas amarillas.

Por su parte, Hakam bin Zald relata: “mi padre me dijo que vio a Hazrat ‘Uzmān (ra) dar un sermón. Llevaba una prenda negra y su cabello había sido teñido con henna”.

Sulaym Abū Amīr relata que vio a Hazrat ‘Uzmān bin Affan (ra) vistiendo una prenda yemení que costaba 100 dirhams. Muhammad bin ‘Umar relata: “le pregunté a Amar bin ‘Abdil-lāh, Urwah bin Jalid y ‘Abdur Rahmān bin Abū Zinad con respecto a la apariencia, etc. de Hazrat ‘Uzmān. Todos dijeron por unanimidad que no era ni muy bajo, ni muy alto. Tenía un rostro hermoso, piel suave y una barba espesa y larga. Tenía tez clara, complexión fuerte, hombros anchos y cabello espeso. Se teñía la barba de amarillo.

Waqid bin Abū Yasir relata que Hazrat ‘Uzmān (ra) tenía los dientes atados con un alambre de oro. Mūsa bin Talha relata: “observé que cuando Hazrat ‘Uzmān  salía de su casa un viernes, estaba cubierto con dos prendas amarillas. Luego se sentaba en el púlpito y el mu’azzin [la persona que hacía la llamada a la oración] realizaba el azán (llamada a la oración). Cuando el mu’azzin terminaba, se ponía de pie con el apoyo del mango de un bastón y pronunciaba el sermón sosteniéndose en él. Después de esto, bajaba del púlpito y el mu’azzin recitaba el iqāmat [pronunciado inmediatamente antes del comienzo de la oración]”.

Hasan relata: “vi a Hazrat ‘Uzmān  durmiendo en la mezquita, usando su ropa como almohada”.

Musa bin Talha relata que el viernes, Hazrat ‘Uzmān (ra) estaba de pie con el apoyo de un bastón. Era el más guapo de todos. Vestía con dos prendas amarillas: una para la parte superior del cuerpo y otra para la parte inferior del mismo. Después ascendía al púlpito y tomaba asiento.

El Santo Profeta (sa) tenía un anillo en el que estaba inscrito “Muhammad, Rasulul-lāh [Muhammad, el Mensajero de Al’lāh]” y que el Santo Profeta (sa) solía usar. En cuanto a esto encontramos una narración y es que Hazrat Anas bin Mālik (ra) narra que cuando el Santo Profeta tuvo la intención de escribir una carta al rey bizantino, se le informó que si la carta no contenía un sello, la carta no se leería. Ante esto, el Santo Profeta (sa) hizo un anillo de plata y tenía grabadas las siguientes palabras: “Muhammad, el Mensajero de Al’lāh”. El narrador dice: “es como si todavía pudiera ver el brillo de ese anillo en su mano”; es decir, lo recordaba vívidamente.

Hazrat Anas (ra) narra que el Santo Profeta (sa) usó este anillo y después de él Hazrat Abū Bakar (ra) lo usó; tras él, Hazrat ‘Umar (ra) lo utilizó. Luego, durante el Jalīfato de Hazrat ‘Uzmān (ra), un día, el propio  Hazrat ‘Uzmān (ra) estaba sentado cerca de un pozo de agua llamado Aris. El narrador afirma que Hazrat ‘Uzmān (ra) se sacó el anillo y comenzó a jugar con él, cuando se cayó (o sea, había comenzado a darle vueltas en su dedo). Buscamos el anillo durante tres días junto a Hazrat ‘Uzmān (ra). También se vació toda el agua del pozo, pero no se encontró el anillo. Hazrat ‘Uzmān (ra) estaba muy perturbado por la pérdida del anillo y anunció que el que lo encontrara recibiría una gran recompensa monetaria. Cuando se perdió toda esperanza de hallar el anillo, Hazrat ‘Uzmān (ra) ordenó hacer un anillo de plata igual, por lo que se hizo un anillo idéntico con el siguiente grabado “Muhammad, el Mensajero de Al’lah”. Hazrat ‘Uzmān (ra) usó el anillo hasta su fallecimiento. En el momento del martirio de Hazrat ‘Uzmān (ra), una persona desconocida tomó el anillo.

Hazrat ‘Uzmān (ra) era uno de los Asharah Mubasharah [los 10 Compañeros a los que el Santo Profeta (sa) dio la buena nueva del Paraíso]. Hazrat ‘Abdur-Rahmān bin Ajnas (ra) relata que se encontraba en la mezquita, cuando un individuo habló sobre Hazrat ‘Alī (ra) de manera muy irrespetuosa. Ante esto, Hazrat Said bin Zaid (ra) se puso de pie y dijo: “doy fe de que ciertamente he escuchado al Santo Profeta (sa) decir que 10 personas  entrarán en el Paraíso. El mismo Santo Profeta (sa) entrará en el Paraíso, Abū Bakar (ra) entrará en el Paraíso, ‘Umar (ra) entrará en el Paraíso, ‘Uzmān (ra) entrará en el Paraíso, ‘Alī (ra) entrará en el Paraíso, Talha (ra) entrará Paraíso, ‘Abdur Rahmān bin Auf (ra) entrará en el Paraíso, Zubair bin Awwam (ra) entrará en el Paraíso, Sa’d bin Mālik (ra) entrará en el Paraíso y, si quisiera, también podría nombrar al décimo individuo”. El narrador afirma que la gente preguntó sobre la identidad del décimo individuo. Hazrat Said bin Zaid permaneció en silencio durante un rato. El narrador afirma que algunas personas volvieron a preguntar quién era el décimo individuo, ante lo cual, dijo: “Said bin Zaid, o sea, yo mismo”. He mencionado esta narración antes con respecto a Hazrat Said bin Zaid (ra).

En relación a la bendición recibida por Hazrat ‘Uzmān (ra) de estar en compañía del Santo Profeta (sa) en el Paraíso, Hazrat Talha bin Ubaidul-lāh (ra) narra que el Santo Profeta (sa) declaró: “todo Profeta tiene un amigo y mi amigo es ‘Uzmān  (es decir, quién estará con él en el Paraíso)”.

Hazrat Yabir (ra) narra:

“En una ocasión, estábamos en una casa con el Santo Profeta (sa) y con un grupo de compañeros emigrantes (Muhayirin). Entre los presentes se encontraban Abū Bakar, ‘Umar, ‘Uzmān, ‘Alī, Talha, Zubair, ‘Abdur Rahmān bin Auf y Sa’d bin Abi Waqaas. El Santo Profeta (sa) dijo: “todos vosotros poneos de pie al lado de vuestro compañero”. El Santo Profeta (sa) se puso de pie junto a Hazrat ‘Uzmān (ra) y abrazándolo, le dijo: “eres mi amigo en esta vida y en el más allá”.

Abū Sahla, el esclavo liberado de Hazrat ‘Uzmān (ra), narra:

“En Yaum al-Dar (o sea, el día en que los rebeldes sitiaron a Hazrat ‘Uzmān (ra) y lo martirizaron) le dije a Hazrat ‘Uzmān: “¡oh Líder de los fieles! Lucha contra estas personas que causan desorden”. Hazrat ‘Abdul-lāh (ra) también dijo: “¡oh Líder de los fieles! Lucha contra estas personas que causan desorden”. Hazrat ‘Uzmān (ra) respondió: “¡por Al’lah! No lucharé contra ellos, pues el Santo Profeta (sa) me ha hecho una promesa y deseo que se cumpla”.

Hazrat ‘Uzmān (ra) fue acusado de quedarse atrás durante la batalla de Badar, huir del campo de batalla en Uhud y no estar presente  durante el Bai’at Al-Ridwan. Los hipócritas hicieron estas acusaciones en su contra.

‘Uzmān  bin Mauhab narra: “un hombre de Egipto vino a realizar el Hall (peregrinación a La Meca). Vio a algunas personas sentadas y dijo algunas cosas para crear desorden y conflicto, y el hombre preguntó: “¿quiénes son las personas que están sentadas?”. Alguien dijo: “es la gente de los quraish”; y dijo: “¿quién es el anciano?”. Ellos dijeron: “Hazrat ‘Abdul-lāh bin ‘Umar”. Entonces se acercó a él y le dijo: “¡oh Ibn ‘Umar, quiero preguntarte sobre algo: ¿sabías que Hazrat ‘Uzmān  huyó el día de Uhud?”. Hazrat Ibn ‘Umar dijo: “sí”. Y prosiguió diciendo: “¿sabes que él [es decir, ‘Uzmān] estuvo ausente en la batalla de Badar y no participó en ella?”. Hazrat Ibn ‘Umar dijo: “sí”. Luego dijo: “¿sabes que además estuvo ausente durante el Bai’at Al-Ridwan y no tomó parte en él?”. Hazrat Ibn ‘Umar respondió: “sí”. Asombrado, el hombre dijo: “¡Al’lahu Akbar [Dios es el Más Grande]!”. Hazrat Ibn ‘Umar entonces dijo: “ven aquí; has planteado alegaciones, te informaré y te explicaré la realidad del asunto. En cuanto a su huida [de Hazrat ‘Uzmān (ra)] el día de Uhud, testifico que Dios Altísimo lo perdonó y le otorgó Su misericordia”.

En ese momento hubo un estado de pánico y confusión porque los incrédulos difundieron la falsa noticia de que habían matado al Santo Profeta (sa). En ese momento y debido a las circunstancias, se vio obligado a salir de allí.

No obstante, Hazrat Ibn ‘Umar (ra) dijo además: “con respecto a la ausencia de Hazrat ‘Uzmān (ra) de la batalla de Badar, la razón fue que su esposa, la hija del Santo Profeta (sa), no se encontraba bien. Entonces el Santo Profeta (sa) le ordenó que se quedara para cuidar de su esposa y le dijo: Recibirás una recompensa igual a la del que pelee en la batalla y también tendrás la misma parte del botín. En cuanto a su ausencia de Bai’at Al-Ridwan, sabed que, si hubiera habido alguien más respetado que Hazrat ‘Uzmān  en La Meca, el Santo Profeta (sa) seguramente lo habría enviado como emisario a los incrédulos en lugar de ‘Uzmān; pero el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat ‘Uzmān  y el Bai’at Al-Ridwan se celebró cuando Hazrat ‘Uzmān  había ido a encontrarse con la gente de La Meca. Durante el Bai’at Al-Ridwan, el Santo Profeta (sa) levantó su mano derecha, e indicando hacia su mano izquierda, dijo: esta es la mano de ‘Uzmān, y la colocó sobre su otra mano y dijo: esta es para ‘Uzmān. Después de narrar todo esto, Hazrat Ibn ‘Umar (ra) le dijo a ese hombre: vete ahora y recuerda todos estos puntos; o sea, que no se podía presentar ninguna acusación contra ninguno de estos asuntos. Esta es una narración de Sahih Bujari.

La expansión de la Mezquita Nabawi tuvo lugar durante la vida del Santo Profeta (sa) y en la misma Hazrat ‘Uzmān (ra) tuvo la oportunidad de participar. Abū Mali narra con la autoridad de su padre que para expandir la Mezquita Nabawi de Medina, el Santo Profeta (sa) le dijo a un hombre de los Ansar (residente de Medina) y que era dueño de un pedazo de terreno, que en lugar de ese pedazo de tierra, se le concedería una morada en el Paraíso, pero el hombre se negó a dársela. Ante esto, Hazrat ‘Uzmān (ra) se acercó a él y le dijo que compraría el terreno por 10.000 dirhams. Hazrat ‘Uzmān (ra) le compró el pedazo de tierra, fue al Santo Profeta (sa) y le dijo: “¡oh Mensajero de Dios! Puedes comprarme este pedazo de tierra que le he comprado al hombre Ansār”. Tras esto, el Santo Profeta (sa) compró el terreno de Hazrat ‘Uzmān (ra) a cambio de una morada en el Paraíso. En otras palabras, el Santo Profeta (sa) le prometió lo mismo a Hazrat ‘Uzmān (ra), en el sentido de que se le concedería una morada en el Paraíso. Hazrat ‘Uzmān (ra) dijo que había comprado esa terreno por 10,000 dirhams. Posteriormente, el Santo Profeta (sa) colocó un ladrillo y llamó a Hazrat Abū Bakar (ra), quien también colocó otro ladrillo. Luego fue llamado Hazrat ‘Umar (ra), quien puso un ladrillo y posteriormente vino Hazrat ‘Uzmān (ra) y puso otro ladrillo. El Santo Profeta (sa) pidió a todos los demás que pusieran un ladrillo cada uno y estos hicieron lo que se les había pedido. De esta manera, se sentaron las bases para la ampliación.

Zamama bin Hazam Qusheri narra:

Estuve presente durante el asedio de la casa de Hazrat ‘Uzmān  y cuando este miró desde arriba,  dijo: “os pregunto en nombre de Dios y del Islam: ¿sabíais que cuando el Santo Profeta (sa) vino a Medina, no había otro pozo de agua que contuviera agua dulce aparte del pozo de Rumah? El Santo Profeta (sa) preguntó: ¿quién lo comprará [es decir, el pozo], para que los musulmanes también puedan sacar agua, además de él? (O sea, que el que lo comprara pudría beber de él, así como también los musulmanes). Pues recibirá una excelente recompensa en el Paraíso a cambio de ello. Después de esto, yo compré el pozo con mi riqueza personal y lo compartí con los musulmanes. Pero hoy queréis que no obtenga agua de allí y me obligáis a beber agua del mar”. Ante esto, todos dijeron: “¡por Dios! Has dicho la verdad”. Hazrat ‘Uzmān (ra) luego dijo: “os pregunto en el nombre de Dios y del Islam, ¿sabéis que gasté mi propia riqueza para preparar el ejército para Yaish Al-‘Usrah (o sea, la batalla de Tabuk)?”. Ante esto, la gente respondió: “por Dios, eso es correcto”. Hazrat ‘Uzmān (ra) añadió: “os pregunto en el nombre de Dios y del Islām, ¿sabéis que cuando la Mezquita Nabawi se volvió demasiado pequeña para acomodar a los fieles, el Santo Profeta (sa) dijo: “¡quien compre el terreno de tal o cual familia y lo incluya como parte de la Mezquita, recibirá una gran recompensa en el Paraíso!”. Por lo tanto, compré ese terreno con mi propia riqueza y lo doné para que fuera parte de la Mezquita. ¿Y ahora vosotros queréis prohibirme incluso ofrecer dos rak’āts [unidades de oración] dentro de esa Mezquita?”. La gente respondió: “por Dios, eso es correcto”. Hazrat ‘Uzmān (ra) respondió: “os pregunto en el nombre de Dios y del Islām, ¿estáis al tanto de cuando el Santo Profeta (sa) estaba en el monte Sabir en La Meca junto con Hazrat Abū Bakar (ra), Hazrat ‘Umar (ra) y yo, y el monte comenzó a temblar, el Santo Profeta (sa) pegó un pisotón con sus piés y dijo: “detente, oh Sabir, porque un Profeta, un Siddiq [veraz] y dos mártires están de pie sobre ti?”. Al escuchar esto, la gente dijo: “por Dios, eso es correcto”. Hazrat ‘Uzmān (ra) luego dijo: “¡Al’lahu Akbar! Por el Señor de la Ka’abah, ellos dieron su testimonio a mi favor”, es decir, “que yo recibiría el rango espiritual del martirio”.

La mayor expansión de la Mezquita Nabawi tuvo lugar en la época de Hazrat ‘Uzmān (ra). Por tanto, mencionaré algunos detalles y una breve historia con respecto a esta ampliación y las condiciones iniciales. Ya se ha mencionado que la Mezquita se amplió durante la época del Santo Profeta (sa). Sobre esto hay una nota de que en Rabi al-Awwal de 1 dH., octubre del 622 dC, el Santo Profeta (sa) colocó la primera piedra de la Mezquita Nabawi con sus manos benditas. Esa base tenía aproximadamente 3 zar’a [codos] de profundidad, es decir, 1,5 metros. Los muros de los cimientos se realizaron con bloques cortados de rocas y el muro principal con bloques de arcilla que se habían secado al sol o sea, las paredes estaban hechas de ladrillos de arcilla secados al sol.  Esto es referente a la construcción de la Mezquita, y los detalles sobre la ampliación se mencionarán más adelante. Las paredes de la Mezquita tenían aproximadamente 3/4 de metro de ancho, 2-2.5 pies aproximadamente, y la altura era de unos 7 codos, casi 3.5 metros. La construcción de la Mezquita Nabawi se completó en Shawwal 1 dH, abril del 623 dC.

Hazrat Jariyah bin Zaid bin Zabit (ra) narra que para su Mezquita, el Santo Profeta (sa) hizo que la longitud fuese de 70 codos, aproximadamente 35 metros, y que tuviera un ancho de 60 codos, aproximadamente 30 metros. Durante la vida del Santo Profeta (sa), la primera expansión de la Mezquita Nabawi tuvo lugar en Muharram 7 dH, junio de 628 dC. Cuando el Santo Profeta (sa) regresó habiendo obtenido la victoria en la batalla de Jaibar, el Santo Profeta (sa) dio órdenes para la expansión y renovación de la Mezquita Nabawi. La Mezquita no se extendió en su frente sur, es decir, hacia la Qiblah, ni al lado este,  sino que la mayor extensión se hizo por el lado norte y un poco por el oeste. En el lado norte había algunas casas, entre ellas, se encontraba la casa de un Compañero Ansāri, que era un poco reacio a ceder su casa. Como se ha mencionado con anterioridad, Hazrat ‘Uzmān bin Affan (ra) compró esa casa con su propio dinero, por 10,000 dinares, y se la ofreció al Santo Profeta (sa). De este modo, la mayor parte de la construcción fue posible solo hacia el lado norte y oeste. Después de esta ampliación, el área total fue de 100×100 codos, 50×50 metros.

La Mezquita Nabawi se amplió por segunda vez en el 17 dH, durante el Jalīfato de Hazrat ‘Umar (ra). Hazrat ‘Abdul-lāh bin ‘Umar (ra) relata que durante la época del Santo Profeta (sa), la Mezquita se construyó con ladrillos de barro, el techo se hizo con ramas y hojas de palmera datilera, y los pilares con troncos de palmera datilera también. Durante la época de Hazrat Abū Bakar (ra), la Mezquita permaneció así y no se realizaron ni ampliaciones ni cambios. Hazrat ‘Umar (ra) ordenó que la Mezquita fuera ampliada y renovada, pero no hizo ningún cambio ni en la apariencia ni en la estructura del edificio. La dejó sobre los cimientos originales y dejó la parte antigua como estaba. La construyó con el mismo estilo y solo la amplió. El techo se mantuvo en su estado original con hojas de palmera datilera, pero se utilizó madera para los pilares. La renovación de la Mezquita se completó en el 17 dH, bajo la supervisión de Hazrat ‘Umar (ra). Después de esta ampliación, el área de la Mezquita aumentó a aproximadamente unos 50×50 metros, de hecho, antes tenía 50×50 metros, aumentó a 70×60 metros, o sea a 140×120 codos. De esta narración se extrae que durante la época de Hazrat Abū Bakar (ra), la Mezquita permaneció en las mismas condiciones que durante la época del Santo Profeta (sa), aunque se amplió significativamente con dicha construcción, en la época de Hazrat ‘Umar (ra).

Después, durante el Jalīfato de Hazrat ‘Uzmān (ra), la Mezquita Nabawi fue ampliada y reconstruida. Esto tuvo lugar en el 29 dH. Hazrat ‘Uzmān (ra) amplió y reconstruyó la Mezquita, y para hacerla más hermosa y más fuerte utilizó piedra, yeso y piedras decorativas. Hazrat ‘Uzmān (ra) construyó las paredes con piedra decorativa y, por primera vez, la Mezquita Nabawi fue bañada con cal. El techo fue construido con madera de teca.

Cuando Hazrat ‘Uzmān (ra) fue elegido Jalīfa en el 24 dH., la gente le pidió que ampliara la Mezquita Nabawi, pues se quejaron de que la zona del patio era demasiado pequeña, especialmente durante las oraciones del viernes y durante las reuniones. Muchas veces la gente tenía que ofrecer las oraciones al aire libre. Así, Hazrat ‘Uzmān (ra) pidió consejo a los Compañeros. Todos opinaron que la antigua Mezquita debería ser demolida y que debería construirse una nueva mezquita en su lugar. Un día después de dirigir las oraciones de zohar, Hazrat ‘Uzmān (ra) pronunció un sermón desde el púlpito y dijo: “¡Toda alabanza pertenece a Dios! Tengo la intención de demoler la Mezquita y construir una nueva en su lugar y doy testimonio de que he escuchado de la bendita lengua del Santo Profeta (sa) que, cualquiera que construya una mezquita, Dios el Altísimo construirá una morada en el Paraíso.  Antes de mí estaba Hazrat ‘Umar Faruq (ra) y la reconstrucción y ampliación de la Mezquita que tuvo lugar en su época es un ejemplo y un modelo para mí. He pedido la opinión de todos los eminentes Compañeros del Santo Profeta (sa) y todos, por unanimidad, están de acuerdo que la Mezquita Nabawi debe ser demolida y construida de nuevo”.

Cuando Hazrat ‘Uzmān (ra) presentó la idea de la reconstrucción de la Mezquita, algunos Compañeros manifestaron sus reservas y dijeron que la Mezquita no debería ser demolida. Entre estos Compañeros se encontraban aquellos cuyas casas estaban situadas junto a la Mezquita Nabawi y sus hogares iban a verse afectados con este proyecto. Lo cierto es que la mayoría de la gente respaldó esta propuesta, pero algunos de los Compañeros se opusieron. Hazrat Aflah bin Hamid relata que Hazrat ‘Uzmān (ra) deseaba permanecer en el púlpito y pedir consejo a la gente.

Sobre esto, Marwan bin Hakam afirmó: “este es, sin duda, un acto noble, por lo tanto, ¿qué necesidad hay de buscar el consenso de la gente?”. Hazrat ‘Uzmān (ra) le amonestó y dijo: “no deseo forzar ni obligar a nadie a hacer algo. Ciertamente buscaré su consejo”. Hazrat ‘Uzmān (ra) declaró que no deseaba imponer por la fuerza su punto de vista a los demás y que todo lo que hiciera lo haría con su apoyo. Cuando su plan contó con el respaldo de esos Compañeros, que poseían buen juicio y sagacidad en los asuntos, Hazrat ‘Uzmān (ra) compró las casas situadas al norte de la Mezquita Nabawi y así adquirió sus terrenos. Pero a pesar de que Hazrat ‘Uzmān (ra) ofreció una gran suma de dinero a los Compañeros para comprar sus casas, había algunos Compañeros que no querían venderlas. Pasaron casi cuatro o cinco años y, a pesar de todos los esfuerzos, no logró que aceptaran estar de acuerdo.

Hazrat Ubaidul-lāh Jolani relata que cuando la gente continuó mostrando desgana a la hora de ofrecer sus casas y presentar sus argumentos, escuchó a Hazrat ‘Uzmān (ra) decir: “todos vosotros ya habéis dicho suficiente. Sin embargo, he escuchado al Santo Profeta (sa) decir que quien construye una mezquita con el fin de obtener el placer de Dios Altísimo, será recompensado por Dios Todopoderoso con una morada similar en el Paraíso”.

De manera parecida, Hazrat Mahmud bin Labid relata que cuando Hazrat ‘Uzmān (ra) decidió reconstruir Masyid Nabawi, la gente no estuvo de acuerdo con este plan. Insistieron en que la Mezquita Nabawi debería permanecer en la misma condición que estaba en la época del Santo Profeta (sa). Al oír esto, Hazrat ‘Uzmān (ra) declaró que quien construyera una mezquita con el fin de obtener el placer de Dios Altísimo se le otorgará una morada similar en el Paraíso como recompensa. Cuando Hazrat ‘Uzmān (ra) logró convencer a la gente para su reconstrucción, comenzó el trabajo en el mes de Rabi-ul-Awwal, el 29 dH o 649 dC; y el primer día del mes de Muharram, el 30 dH, en un período de diez meses, se completó el trabajo de reconstrucción de la Mezquita Nabawi. Hazrat ‘Uzmān (ra) supervisaba personalmente todo el trabajo y durante el día siempre ayunaba; por la noche, si el sueño le abrumaba, descansaba en la propia Mezquita Nabawi.

Hazrat ‘Abdur Rahman bin Safina relata que observó que la mezcla de cemento se llevaba a Hazrat ‘Uzmān  Ghani (ra) y mientras estaba de pie, él dirigía y supervisaba a los trabajadores, y cada vez que llegaba el momento de la oración, ofrecía sus oraciones con ellos. A veces, él también dormía allí.

Hazrat ‘Uzmān (ra) amplió la Mezquita hacia el sur, en dirección a la Qiblah. El muro que mira hacia la Qiblah se movió a donde se encuentra incluso hoy. La Mezquita también se amplió aproximadamente unos 25 metros hacia el lado norte y hacia el oeste, pero no se hizo ninguna extensión hacia el lado este donde estaban situadas las benditas casas de la familia del Santo Profeta (sa). Al final del trabajo de reconstrucción, el área total de la Masyid Nabawi era de unos 160 x 150 codos, aproximadamente unos 80 x75 metros. Durante la época de Hazrat ‘Uzmān (ra) había un total de seis puertas en la Mezquita Nabawi. Por primera vez, se grabaron diseños en las piedras de la Mezquita Nabawi y se blanquearon con cal; y según la narración de Hazrat Jariyah bin Zaid, Hazrat ‘Uzmān (ra) colocó ventanas en las paredes orientadas al este y oeste de la Mezquita Nabawi.

Entre las casas que Hazrat ‘Uzmān (ra) tuvo que comprar para la ampliación de la Mezquita Nabawi se encontraba la casa de Ummul Mo’minin [la Madre de los Creyentes], Hazrat Hafsa (ra). A cambio, se le dio una casa cuya pared estaba unida a la pared de la Qiblah y estaba situada al sureste de la misma, y se hizo una pequeña abertura para facilitar su acceso para entrar y salir de su casa. Además, la mitad de las propiedades de los familiares de Hazrat Abū Ya’far bin Abū Talib se adquirieron por 100.000 dirhams. Asimismo, se compró un área de Dar-ul-Abbas y se incluyó en el área de la Mezquita Nabawi. Además de mover el muro de la Qiblah más hacia el sur, otro cambio notable en la Mezquita Nabawi fue que el Mihrab del Santo Profeta (sa) también se movió en la dirección de la Qiblah. Esto fue exactamente en el mismo lugar donde se encuentra el Mihrab-e-‘Uzmāni hoy y el área del Mihrab original fue marcada. En este caso, en lugar de usar barro, se utilizaron piedras trituradas y se colocaron barras de hierro sobre los pilares de piedra. Se tuvo especial cuidado para asegurar que estos nuevos pilares se erigieran exactamente en los mismos lugares donde se colocaron los pilares de troncos de palmeras datileras, durante el tiempo bendito del Santo Profeta (sa).

Para esta construcción, se utilizó el mismo tipo de material y diseño arquitectónico que utilizaron los bizantinos para la Cúpula de la Roca en Jerusalén. El techo, de madera de teca, se colocaba sobre vigas de madera y se apoyaban en pilares de piedra y varas de hierro en su interior.  Dado que Hazrat ‘Umar (ra) fue martirizado en el Mihrab del Santo Profeta (sa) mientras dirigía la oración, por consiguiente, para evitar que ese incidente volviera a ocurrir, Hazrat ‘Uzmān (ra) construyó una “Maqsurah”, o sea, se construyó un recinto frente a las filas de los fieles y donde estaba el púlpito. Fue construido con ladrillos y tenía pequeños agujeros y aberturas para que los feligreses pudieran ver al imām. Esta fue la primera medida de precaución que se construyó en la Mezquita Nabawi y que posteriormente se adoptó como elemento arquitectónico oficial en las mezquitas de Damasco, como protocolo de seguridad para los Jalīfas de los Banu Ummayyah; es decir, construir muros alrededor del Mihrab para protegerlo, aunque permitiendo a los congregantes ver al imam. A partir de entonces, la Mezquita siguió ampliándose en varias ocasiones.

El Mesías Prometido (as) dice:

“Comparo a Hazrat ‘Uzmān (ra) con Hazrat Suleimān (as), porque él también tenía una gran pasión por la construcción de edificios. La época de Hazrat ‘Alī (ra) estaba llena de discordia interna: Mu’āwiyah estaba de un lado y del otro estaba ‘Alī (ra), y debido a esta discordia hubo mucho derramamiento de sangre entre los musulmanes. En esos seis años, no se realizaron obras islámicas importantes. Todas estas obras llegaron a su fin con el fallecimiento de Hazrat ‘Uzmān (ra), porque después de él comenzó la guerra civil”.

El Mesías Prometido (as) afirma además:

“No es necesario que las mezquitas tengan que ser una estructura sólida y fija. De hecho, se puede especificar una zona como mezquita y marcarla con un límite. Se puede colocar un toldo de bambú u otro material para resguardarse de la lluvia, etc. A Dios Altísimo no le gusta la extravagancia. La Mezquita del Santo Profeta (sa) se hizo con las ramas de las palmeras datileras y así se quedó. Más tarde, durante la época de Hazrat ‘Uzmān (ra), que tenía pasión por la construcción, reforzó aún más la estructura de la Mezquita. A veces reflexiono sobre los nombres de Hazrat Suleimān (as) y ‘Uzmān (ra), ya que son bastante similares fonéticamente y quizás se deba a este deseo compartido por ellos de construir”.

La ampliación de la Mezquita Al-Haram [la Mezquita que rodea la Sagrada Ka’abah en La Meca] comenzó en el año 26 dH. Hazrat ‘Uzmān (ra) restauró los lugares clave dentro del Haram y amplió aún más la Mezquita Al-Haram. Hazrat ‘Uzmān (ra) compró las casas cercanas e incluyó esa zona como parte de la Mezquita Al-Haram. Algunas de las personas vendieron con gusto sus casas, pero otras no estaban dispuestas a hacerlo. Hazrat ‘Uzmān (ra) trató de convencerlos de todas las maneras posibles, pero se mantuvieron firmes en su decisión. Al final, siguiendo las instrucciones de Hazrat ‘Uzmān (ra), esas casas fueron derribadas y el total de su valor fue entregado al tesoro. Tras esto, la gente empezó a crear malestar contra Hazrat ‘Uzmān (ra), por lo fueron arrestados y encarcelados según su orden. Hazrat ‘Uzmān (ra) les dijo entonces: “¿sabéis por qué habéis tenido el valor de actuar así? Esa valentía que mostráis se debe a mi naturaleza compasiva. Hazrat ‘Umar (ra) también hizo lo mismo, sin embargo, no creasteis ningún desorden contra él”. Más tarde, ‘Abdul-lāh bin Jalid bin Usaid habló con Hazrat ‘Uzmān (ra) respecto a los que habían creado desorden, tras lo cual fueron liberados.

La primera flota naval del Islām se estableció durante la época de Hazrat ‘Uzmān (ra), en el año 28 dH. El Amīr Mu’āwiyah bin Abū Sufiān fue la primera persona que libró una batalla naval durante la era del Jalīfato de Hazrat ‘Uzmān (ra). Amīr Mu’āwiyah una vez pidió permiso a Hazrat ‘Umar (ra) antes para participar en una batalla naval, pero Hazrat ‘Umar (ra) no se lo concedió. Cuando Hazrat ‘Uzmān (ra) se convirtió en Jalīfa, Amīr Mu’āwiyah volvió a mencionar esto unas cuantas veces y pidió permiso para ello. Finalmente, Hazrat ‘Uzmān (ra) le dio permiso pero le dijo que no debía incluir a nadie para formar parte del ejército ni sortear para decidir, sino que lo que debía hacer era darles la opción y tomar sólo a los que desearan ir con él y ayudarles. Amīr Mu’āwiyah hizo lo que se le ordenó. ‘Abdul-lāh bin Qais fue nombrado comandante de la fuerza naval y libró un total de 50 batallas en la temporada de verano e invierno, y ni un solo soldado musulmán se ahogó ni sufrieron ningún tipo de pérdida.

El Santo Profeta (sa) narró que quien más se parecía a él en cuanto a las cualidades morales era Hazrat ‘Uzmān (ra). Hazrat ‘Abdur Rahmān bin ‘Uzmān (ra) cuenta que el Santo Profeta (sa) visitó a su hija y en ese momento ella estaba lavando el cabello de Hazrat ‘Uzmān (ra). El Santo Profeta (sa) dijo: “¡oh hija mía! Trata a Abū ‘Abdul-lāh (es decir, a ‘Uzmān) de la manera más excelente, ya que en la moral es el que más se parece a mí de entre mis Compañeros”. Hazrat Yahyah bin ‘Abdur Rahmān bin Hatib cuenta que escuchó a su padre decir que, de entre todos los Compañeros del Santo Profeta (sa), no había nadie mejor que Hazrat ‘Uzmān (ra) a la hora de expresarse de la manera más completa y hermosa, y que no se involucraba en conversaciones innecesarias.

Hazrat ‘Abū Hurairah (ra) narra que se presentó ante la hija del Santo Profeta (sa), Hazrat Ruqaiyah (ra). En lugar de Hazrat Ruqaiyah (ra), quizás se refería a Hazrat Umm Kulzum (ra), porque según las narraciones, Hazrat Ruqaiyah (ra) falleció en los días de la batalla de Badar y Hazrat Abū Hurairah (ra) aceptó el Islām cinco años después y luego vino a Medina. Por consiguiente, tal vez se refiera aquí a Hazrat Umm Kulzum (ra), porque falleció en el año 9 dH. En cualquier caso, la narración afirma que se presentó ante la hija del Santo Profeta (sa), que era la esposa de Hazrat ‘Uzmān (ra) y que tenía un peine en la mano. Ella dijo: “el Santo Profeta (sa) acababa de salir de allí. Yo estaba peinando su cabello y me preguntó: ¿qué te parece Abū ‘Abdul-lāh [Hazrat ‘Uzmān (ra)]?. Le respondí: es excelente. Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo: entonces, también debes tratarlo con respeto porque en la moral es el que más se parece a mí de entre mis Compañeros”.

Concluyo aquí la narración de los relatos de la vida de Hazrat ‘Uzmān (ra).

Hoy también dirigiré algunas oraciones fúnebres [in absentia] y mencionaré algunos detalles sobre dichas personas.

El primer funeral es el de Mubasher Ahmad Rind Sahib, hijo de Ahmad Bajsh, que trabajaba como mual’lim (misionero local) de Waqfe Yadīd, en Rabwah.  Falleció el 10 de marzo [2021]:

¡En verdad a Al’lāh pertenecemos y hacia Él será el retorno!

El fallecido pertenecía a la aldea de Rinda, en el distrito de Dera Ghazi Jan, y era áhmadī de nacimiento. Comenzó sus servicios como mual’lim de Waqfe Yadīd en Zarparkar, en 1990. A continuación, sirvió en varios lugares como mual’lim e inspector. A dondequiera que se le enviara, siempre mostraba la máxima obediencia y nunca presentaba ningún tipo de excusa. Siempre se esforzó por cumplir su waqaf (consagración) con gran sinceridad. Tanto sus propios familiares como otras personas han afirmado que era extremadamente trabajador, muy dedicado a las oraciones, regular en ofrecer las oraciones de tahayyud, un predicador extraordinario, orador excelente, muy sociable, hospitalario, alegre y una persona humilde. Siempre hablaba en voz baja y de manera muy dulce, pero si alguna vez oía algo en contra del Nizam-e Yama’āt o del Jalīfato, se volvía como una espada desenvainada y no se iba de esa reunión hasta que hubiera reformado a ese individuo. Le sobreviven su esposa, dos hijos y tres hijas. Su hijo menor, Shazil Ahmad, es un estudiante de tercer año de Yami’a Ahmadía Rabwah. ¡Qué Dios Altísimo conceda al fallecido Su perdón y misericordia!

El siguiente funeral es el de Munir Ahmad Farruj Sahib, que fue el antiguo amīr del distrito de Islamabad. Tras un largo periodo de enfermedad, falleció en Canadá, el 9 de marzo [2021], a la edad de 84 años:

¡En verdad a Al’lāh pertenecemos y hacia Él será el retorno!

Era musi y había hecho el Wasiyat pagando una novena parte de sus ingresos. Munir Farruj Sahib era ingeniero y su abuelo era Hazrat Munshi Ahmad Bajsh Sahib (ra), que fue Compañero del Mesías Prometido (as). Viajó a Qadián para el Yalsa Salana (convención anual) en 1903 y tuvo la suerte de hacer el Bai’at de manos del propio Mesías Prometido (as). El padre del fallecido era el Dr. Chaudhry ‘Abdul-lāh Ahad Sahib, que había hecho una maestría y un doctorado en agricultura. En aquella época, sólo los estudiantes más inteligentes podían obtener un doctorado. En cualquier caso, su padre tenía un doctorado. Su padre también tuvo la oportunidad de servir como amīr de Lyallpur. En 1944, cuando Hazrat Jalīfatul Masih II (ra) hizo un llamamiento a los jóvenes, especialmente a los científicos, para que se presentaran y dedicaran sus vidas al servicio de la Comunidad, el Dr. Sahib, es decir, el padre de Farruj Sahib, dedicó su vida y renunció a su trabajo en el gobierno y se trasladó a Qadián con su familia. Para entonces, bajo la supervisión directa de Hazrat Jalīfatul Masih II (ra), se había establecido el Instituto de Investigación Fazl-e-‘Umar y Hazur (ra) lo nombró director del Instituto de Investigación Fazl-e-‘Umar. También fue nombrado profesor de ciencias en el colegio Talim-ul-Islām.

Farruj Sahib se licenció en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Ingeniería y Tecnología, y luego trabajó en varios puestos al inicio de su carrera. A continuación, comenzó formalmente sus servicios para el gobierno de Pakistán en el Departamento de Telégrafos y Teléfonos. Durante su servicio, tuvo la oportunidad de servir en varias ciudades de Pakistán y además viajó a numerosos países como representante de Pakistán. Se jubiló en 1997 como Director General de Telecomunicaciones de Pakistán.

Le sobreviven su esposa, dos hijos y dos hijas.

¡Que Dios Todopoderoso permita a sus hijos seguir su virtuoso ejemplo!

Por cierto, durante su estancia en Rawalpindi, tuvo la oportunidad de ejercer como Qaid Mall’lis Juddam-ul-Ahmadía de su distrito. Esto fue durante los difíciles y tumultuosos tiempos de 1974 y tuvo la oportunidad de servir en esa época. En 1977, se estableció permanentemente en Islamabad y tuvo la oportunidad de servir a la Comunidad en varios puestos. En 1990, llegó a servir como Naib Amīr I y después de jubilarse presentó su waqf (consagración) a Hazrat Jalīfatul Masih IV (rh). Tras obtener la aprobación de su waqf, se le encomendó la responsabilidad de ejercer como amīr de la ciudad de Islamabad y también de su distrito en 1999.  Hizo un gran esfuerzo en la transformación digital con el fin de proporcionar la accesibilidad de la marcación directa en Rabwah.

También fue miembro del Comité Central de Finanzas y miembro ejecutivo de la IAAAE (Organización Internacional de Arquitectos e Ingenieros Áhmadīs). Tuvo la oportunidad de servir en varios puestos y en varias funciones honoríficas. En 1996, Hazrat Jalīfatul Masih IV (rh) le nombró director de la Fundación Fazal-e-‘Umar y continuó sirviendo en este cargo hasta su fallecimiento. En 1980, durante la era de Hazrat Jalīfatul Masih III (rh), con motivo del Yalsa Salana, cuando se iniciaron los trabajos para proporcionar la traducción a los invitados extranjeros, se formó un equipo de ingenieros para ello y el fallecido hizo un gran esfuerzo en este terreno y fue capaz de hacer una notable contribución a este esfuerzo. Munir Farruj Sahib era también el responsable general de este equipo. Cuando Hazrat Jalīfatul Masih IV (rh) emigró al Reino Unido en abril de 1984, venía regularmente a asistir al Yalsa aquí y se le confiaba la responsabilidad de proporcionar el servicio de traducción a los invitados. Cumplió este deber de manera excelente.

Trabajaba con gran esfuerzo y durante su tiempo como amīr de la Comunidad de Islamabad, se construyeron muchos edificios de la Yamā’at. Uno de sus hijos dice: “siempre aconsejaba a su progenie que participara plenamente en el trabajo para la Comunidad. Siempre estuvo en primera línea ofreciendo sus servicios a la Yamā’at, a pesar de su trabajo para el gobierno. Iba de su trabajo directamente a las oficinas de Comunidad y cumplía con las responsabilidades que se le asignaban. Todos los años reservaba sus vacaciones especialmente para el Yalsa Sālānah de Reino Unido”.

Como era áhmadī, durante el tiempo que estuvo empleado, lo destinaron a trabajar en un lugar lejano de Dera Ismaīl Jan. En aquel momento, el Primer Ministro Zulfikar ‘Alī Bhutto dijo que no debía ser destinado a Islamabad, pero Dios le otorgó Su gracia y fue destinado de nuevo a Islamabad, y desde allí tuvo la oportunidad de viajar a diferentes países para representar al gobierno.

¡Que Dios Altísimo le conceda Su perdón y misericordia!

La siguiente oración fúnebre es la del brigadier retirado Muhammad Latif Sahib, antiguo amīr del distrito de Rawalpindi. Falleció el 28 de febrero, a la edad de 77 años.

¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!

El brigadier Latif Sahib aceptó el Ahmadīat junto a su padre en 1955. Su padre falleció en el año 2000, después de lo cual el brigadier Sahib era el único áhmadī de su familia, es decir, aparte de sus propios hijos. Tiene una esposa, dos hijos y dos hijas. ¡Que Dios Altísimo permita que sus hijos también sigan sus pasos!

Tras su jubilación en 2000, dedicó todo su tiempo a servir a la Comunidad. Fue secretario de Umur-e-Aama y amīr adjunto del distrito de Rawalpindi. Tuvo el honor de servir como amīr del distrito de Rawalpindi, desde 2019 hasta su fallecimiento en 2021. Tuvo el honor de servir a la Yamā’at durante aproximadamente veinte años. Era muy compasivo y solidario con los pobres, prestaba sus servicios a la Comunidad considerándolo una bendición de Dios, y aconsejaba a sus hijos que hicieran lo mismo. Incluso durante la gravedad de su última enfermedad, cada vez que era llamado por una persona que ostentaba un cargo acudía inmediatamente, sin preocuparse lo más mínimo por su bienestar. Tenía cáncer y estaba en tratamiento al mismo tiempo. A pesar de ello, siempre estuvo dispuesto a servir y nunca se negó a hacerlo.

¡Que Dios Altísimo le conceda Su perdón y misericordia!

La siguiente oración fúnebre es la de Konokbek Omurbekov Sahib, un áhmadī de Kirguistán. Falleció el 22 de febrero, a la edad de 67 años.

¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!

El presidente nacional de Kirguistán, Ilyas Kubatov, escribe: “conozco a Konokbek Sahib desde hace más de quince años. Fue uno de los pioneros áhmadīs en Kirguistán, tras haber aceptado el Ahmadīat en el año 2000. Era un áhmadī muy sincero y leal. Siempre participaba en los programas de la Yamā’at y también regularmente en los donativos de la Comunidad, y otros sacrificios financieros, y cumplía sus promesas puntualmente. Era constante a la hora de ofrecer sus 5 oraciones diarias y la oración de tahayyud. Durante la época de la Unión Soviética y en su juventud, ocupó altos puestos en grandes organizaciones y empresas comerciales del país, y todos le elogiaban por su honradez, sus buenos modales y su trabajo duro. Cuando ya no trabajaba, hacia la última parte de su vida, vendía libros, sobre todo islámicos. Incluso antes de que las actividades religiosas de la Comunidad se celebraran con regularidad en Kirguistán, distribuía la literatura de la Comunidad y la traducción del Sagrado Corán entre la gente. Como resultado de su predicación, transmitió el mensaje del Ahmadīat a muchas personas.

Le sobreviven su esposa y un hijo de siete años. Esta es su segunda esposa. Se separó de su primera esposa y tiene hijos mayores con ella, que quizá no sean áhmadīs.

¡Que Dios Altísimo les permita aceptar el Ahmadīat!

¡Que Dios Todopoderoso le conceda el perdón y la misericordia al fallecido!

El misionero de allí escribe: “tras la publicación de la traducción rusa del Sagrado Corán, Konokbek Sahib encontró algunos errores en la traducción. Así que le dije que leyera todo el Corán y lo revisara, para detectar cualquier error en la traducción. Completó esta tarea en 10-15 días leyendo todo el Santo Corán con la traducción y subrayando los errores”. El misionero sigue diciendo: “Konokbek Sahib realizaba sus abluciones con sumo cuidado antes de las oraciones y uno sentía envidia al ver la forma en que ofrecía sus oraciones”.

Por su parte, Uzgenbaev Artur Sahib dice: “en verdad Konokbek Sahib es quien me transmitió el mensaje del Ahmadīat. Cada vez que le hacía preguntas me respondía de manera sorprendente y sus respuestas estaban llenas de lógica, razón y sabiduría. Konokbek Sahib poseía una moral muy elevada y era una persona paciente y tolerante. Gracias a su moral y a estas cualidades entré en la Comunidad”.

Cuando le indiqué que debía realizar ayunos voluntarios con regularidad y concentrarse en las oraciones, empezó a ayunar los lunes y los jueves. Así que cuando le dijeron que ayunara un día de la semana, respondió: “ayuno tanto los lunes como los jueves, para poder responder a todas y cada una de las llamadas del Jalīfato”. Era un ferviente devoto del Jalīfato y escuchaba regularmente el sermón del viernes en ruso. Era una persona extremadamente humilde y tranquila; también era muy alegre y, como ya he dicho, le apasionaba llamar a la gente hacia Dios Altísimo.

¡Que Dios Todopoderoso le conceda Su perdón y misericordia!

¡Que Al’lāh eleve el rango de todos los miembros fallecidos y permita a su progenie continuar con sus actos virtuosos!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida de Hazrat Usman (ra).

Un sueño sobre el martirio de Hazrat Usman (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Medina permaneció en manos de los rebeldes que no permitieron que el cuerpo de Hazrat Usman (ra) fuera enterrado durante 3 días.

Su Santidad (aba) mencionó que el Santo Profeta (sa) vio un sueño en el que se le informaba del martirio de Hazrat Usman (ra) y que tendría que pasar por circunstancias muy difíciles. Hazrat Anas (ra) relata que una vez la montaña de Uhud estaba temblando y el Santo Profeta (sa) le dijo que se detuviera porque había un Profeta, un Siddiq (veraz) y dos Shaheeds (mártires) sobre ella. Esto fue una indicación del martirio de Hazrat Usman (ra).

Con respecto a la herencia que Hazrat Usman (ra) dejó, el día de su martirio su tesorero tenía 30,500,000 dirhams y 150,000 dinares que fueron saqueados. También dejó 1,000 camellos en un palacio llamado Rabazah. También había otros lugares en los que daba limosna. Cuando Hazrat Usman (ra) tenía riquezas, las gastaba todas en el bienestar de la gente y las destinaba a la caridad.

Narraciones de los compañeros sobre Hazrat Usman (ra)

Su Santidad (aba) presentó entonces las narraciones de los compañeros sobre Hazrat Usman (ra). Hazrat Ali (ra) declaró que Hazrat Usman (ra) fue considerado Dhun-Nurain (poseedor de dos luces) incluso en los cielos. Él estaba a la vanguardia en la reconciliación entre las personas. Cuando Hazrat A’ishah (ra) recibió la noticia de su martirio, dijo que aunque lo habían martirizado, era el mejor, el más reconciliador y el más temeroso de Dios de todos.

Su Santidad (aba) dijo entonces que hay una oración del Santo Profeta (sa) respecto a sus yernos en la que suplicaba a Dios que ninguno de ellos entrara en el fuego, ni ninguno de sus suegros.

La apariencia y la vestimenta de Hazrat Usman (ra)

Su Santidad (aba) presentó algunas narraciones sobre la vestimenta de Hazrat Usman (ra). Un compañero lo vio montando una mula mientras llevaba dos paños amarillos. Otro compañero fue testigo de cómo Hazrat Usman (ra) pronunciaba un discurso mientras llevaba una tela negra. En otra narración, un compañero lo vio llevando un paño yemení que valía 100 dirhams.

En relación con la apariencia de Hazrat Usman (ra), los compañeros afirmaron que no era ni bajo ni muy alto, tenía un rostro apuesto, piel suave, barba abundante, articulaciones fuertes, hombros anchos, pelo abundante en la cabeza y se teñía la barba de amarillo.

Un compañero cuenta que cuando Hazrat Usman (ra) pronunciaba un sermón, tomaba su bastón y lo utilizaba para apoyarse mientras estaba de pie. Otro compañero afirmó que Hazrat Usman (ra) era el más guapo de los hombres.

El anillo del Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) relató un incidente con respecto al anillo del Santo Profeta (sa). Cuando el Santo Profeta (sa) decidió escribir una carta al gobernador de Roma, Hazrat Usman (ra) dijo que si no hay sello en esta carta, no la leerán. Entonces, el Santo Profeta (sa) mandó hacer un anillo de plata en el que estaba grabado Muhammad Rasul Al’lah. Este anillo pasó a Hazrat Abu Bakr (ra), luego a Hazrat Umar (ra), y luego en el califato de Hazrat Usman (ra), un compañero perdió accidentalmente el anillo. Hazrat Usman (ra) ofreció una gran recompensa a quien pudiera encontrarlo. Después de desesperarse por ello, ordenó que se hiciera otro anillo igual al primero que Hazrat Usman (ra) llevó hasta su fallecimiento. Pero ese anillo le fue arrebatado.

Rango estimado de Hazrat Usman (ra)

Su Santidad (aba) mencionó que Hazrat Usman (ra) fue parte de las diez personas a las que se les dio la feliz noticia del paraíso.

El Santo Profeta (sa) habló de que Hazrat Uthman (ra) estaba con él en el paraíso. Afirmó que cada profeta tiene un amigo querido y el mío en el paraíso será Hazrat Usman (ra).

Una vez, el Santo Profeta (sa) se encontraba entre un grupo de muhajirin (emigrantes de La Meca a Medina) en el que había muchos compañeros estimados. El Santo Profeta (sa) les dijo a todos que se pusieran al lado de su compañero, tras lo cual él mismo se puso al lado de Hazrat Usman (ra), afirmando que era su amigo en esta vida y en la otra.

Cuando los rebeldes rodeaban la casa de Hazrat Usman (ra), su esclavo liberado dijo que debían luchar contra estos malhechores. Hazrat Usman (ra) respondió que, por Al’lah, no lucharía contra ellos porque el Santo Profeta (sa) le había prometido algo y deseaba que se cumpliera.

Su Santidad (aba) mencionó que los hipócritas solían alegar que Hazrat Usman (ra) se había quedado atrás durante la batalla de Badr entre otras batallas. Al escuchar estas alegaciones, Hazrat Ibn Umar (ra) defendió a Hazrat Usman (ra) y les reveló la verdad de todas y cada una de las alegaciones que habían planteado.

El papel de Hazrat Usman (ra) en la ampliación y reconstrucción de Masyid Nabawi

Hazrat Usman (ra) compró un terreno por 10,000 dirhams para la ampliación de Masyid Nabawi y se lo ofreció al Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) dijo que se lo compraría y, a cambio, se le daría una casa en el cielo a Hazrat Usman (ra). El Santo Profeta (sa) había colocado la primera piedra de esta mezquita en el primer año después de la migración. La primera ampliación de la mezquita tuvo lugar en el año 7 AH. Se amplió aún más en el califato de Hazrat Umar (ra), pero no cambió la forma en que se construyó originalmente. Luego, durante el califato de Hazrat Usman (ra), la mezquita Masyid Nabawi fue ampliada una vez más, y él reemplazó la estructura con paredes de piedra y la embelleció mucho. Después, tras consultar a sus compañeros y ante la necesidad de un nuevo edificio, Hazrat Usman (ra) habló ante la gente y les informó de que reconstruirían Masyid Nabawi. Aparte de unos pocos compañeros, la mayoría estuvo de acuerdo con la propuesta. Hazrat Usman (ra) no quiso obligar a nadie a hacerlo, así que compró las casas cercanas de aquellos que no querían que la reconstrucción les afectara. Así, la reconstrucción de Masyid Nabawi se completó en el año 30 AH. Hazrat Usman (ra) continuó ampliándola en todas las direcciones y embelleció los muros y las puertas. Hazrat Uthman (ra) también construyó un muro para el Mihrab para que estuviera protegido y para que los fieles pudieran ver al Imam.

El Mesías Prometido (as) declaró que comparaba a Hazrat Usman (ra) con Hazrat Sulaiman (as) ya que ambos tenían amor y pasión por la construcción. Debido a la disensión en la época de Hazrat Ali (ra), gran parte de estas obras fueron suspendidas y la mayoría de ellas se completaron en la época de Hazrat Usman (ra).

Hazrat Usman (ra) también amplió la mezquita Masyid-e-Haram en el año 26 AH. Compró las propiedades circundantes para poder hacerlo. Hizo todo lo posible para reconciliarse con los que no querían vender sus casas y cuando levantaron un clamor, Hazrat Usman (ra) les dijo que sólo se debía a su compasión que lo hicieran, de lo contrario no se habrían atrevido a hacerlo en la época de Hazrat Umar (ra) cuando se les pidió lo mismo.

La primera misión naval

La primera misión naval ocurrió en la época de Hazrat Usman (ra). Ameer Mu’awiyah había solicitado en tiempos de Hazrat Umar (ra) hacerlo, pero no se le concedió permiso para ello. Luego, en el califato de Hazrat Usman (ra), solicitó el permiso una vez más y habiéndoselo concedido, Hazrat Usman (ra) le advirtió que no obligara a nadie a participar en dicha batalla y que ayudara a los que lo desearan. Bajo el liderazgo de Abdul’lah bin Qais Yasi (ra) se llevaron a cabo 50 batallas, en las que ninguno de los musulmanes se ahogó ni sufrió daños.

El Santo Profeta (sa) dijo una vez que el que más se parecía a él en moral era Hazrat Usman (ra). El Santo Profeta (sa) incluso repitió esto a su hija y le dijo que, por lo tanto, lo tratara con mucha amabilidad.

Su Santidad (aba) dijo que seguiría mencionando los incidentes de la vida de Hazrat Usman (ra) en el futuro.

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que ofrecería las oraciones fúnebres in-absentia de los siguientes miembros:

Mubashar Ahmad Rind

Mubashar Ahmad Rind, hijo de Ahmad Bakhsh, Mu’al’lim de Waqf-e-Yadid Rabwah, falleció el 10 de marzo. A Al’lah pertenecemos y a Él volveremos. Era del pueblo de Rinda en Dera Ghazi Khan. Comenzó a prestar sus servicios como Mu’al’lim Waqf-e-Yadid en 1990 y desde entonces trabajó en diferentes lugares. Siempre estaba listo cuando se le llamaba y nunca se quejaba. Todos han escrito que era muy trabajador, amable y humilde. No toleraba ningún comentario en contra de la Comunidad. Le sobreviven su esposa, dos hijos y tres hijas. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah Todopoderoso conceda al fallecido la misericordia y el perdón.

Muneer Ahmad Farrukh

Muneer Ahmad Farrukh, antiguo Ameer Yamaat de Islamabad, falleció en Canadá a la edad de 84 años el 9 de marzo tras un largo periodo de enfermedad. Su abuelo era Hazrat Munshi Ahmad Bakhsh Sahib, compañero del Mesías Prometido (as). El padre de Muneer Sahib fue el Dr. Chaudhary Abdul’lah Sahib, que dedicó su vida después de que Hazrat Jalifatul Masih II (ra) animara a los jóvenes a dedicarse a la ciencia. Muneer Ahmad Farrukh Sahib era licenciado en ingeniería eléctrica y trabajó para el gobierno de Pakistán en la apertura de los servicios de telegrafía y telefonía. Le sobreviven su esposa, dos hijos y dos hijas. Su Santidad (aba) reza para que sus hijos puedan seguir sus pasos. Sirvió a la Comunidad en muchas funciones hasta su último aliento. Después de que Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) emigró a Inglaterra, Muneer Sahib viajaba para asistir en el Yalsa cada año y trabajaba en el departamento de traducción. Su hijo dice que su padre siempre les animaba a servir a la Comunidad. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah Todopoderoso conceda al fallecido la misericordia y el perdón.

Bregadier Muhammad Latif

El Bregadier Muhammad Latif, antiguo Ameer del distrito de Rawalpindi, falleció el 28 de febrero a la edad de 77 años. A Al’lah pertenecemos y a Él volveremos. Aceptó el Ahmadíat con su padre en 1955. Su padre falleció en el año 2000, después de lo cual Latif Sahib fue el único Ahmadi de su familia. Le sobreviven su esposa, dos hijos y dos hijas. Su Santidad (aba) reza para que sus hijos puedan seguir sus pasos. Tras su jubilación en el año 2000, dedicó todo su tiempo al servicio de la Comunidad, lo que consideraba una gracia de Dios. Incluso en su última enfermedad estuvo al servicio de la Comunidad. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah Todopoderoso conceda al difunto la misericordia y el perdón.

Konok Baik Omur Bakuf

Konok Baik Omur Bakuf, un Ahmadi de Kirguistán, falleció el 22 de febrero a la edad de 67 años. A Al’lah pertenecemos y a Él volveremos. El presidente nacional de la Yamat de Kirguistán escribió que lo conoció durante más de 15 años. Fue uno de los pioneros Ahmadíes en Kirguistán en aceptar el Ahmadíat en el año 2000. Asistía regularmente a las funciones de la Yamat y realizaba donaciones a los proyectos de la Comunidad con regularidad. Era conocido por su honestidad e integridad y distribuía literatura de la Yamat en su tiempo libre. Desempeñó un papel importante en la corrección de la traducción al ruso del Sagrado Corán. Le sobreviven su esposa y su hijo de 7 años. También tiene hijos de su primer matrimonio. Su Santidad (aba) rezó para que se les permita aceptar el Ahmadíat y rezó para que Al’lah Todopoderoso conceda al fallecido la misericordia y el perdón y para que eleve a todos los fallecidos en su rango.

Resumen preparado por The Review of Religions.

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