Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
Después de recitar el Tashahhud, Ta’wwuz y Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) declaró:
Antes de mi última gira, hablé de las circunstancias personales de los Compañeros del Santo Profeta (sa) que participaron en la batalla de Badr. Hoy continuaré con el mismo tema. Uno de los Compañeros que mencionaré es Hazrat Ummarah Bin Hazm. Hazrat Ummarah (ra) es uno de los setenta Compañeros que participaron en el segundo pacto de lealtad en al-Aqabah. Sus dos hermanos, Hazrat Amr Bin Hazm y Hazrat Ma’abil Bin Hazm, también eran Compañeros. Se unió al Santo Profeta (sa) en todas las batallas, incluidas Badr y Uhud. Sostenía la bandera de la tribu de Malik Bin Najjar en sus manos con motivo de la Victoria de La Meca. El Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Ummarah y Hazrat Muhriz bin Nazlah. Él los declaró hermanos después de la Migración. Tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa), cuando comenzó una fitna [disputa] entre los apóstatas e iniciaron una guerra contra los musulmanes, se unió a Hazrat Jalid Bin Walid en la batalla [contra ellos]. Él alcanzó el martirio durante la batalla de Yamamah. El nombre de su madre era Jalidah Bint Anas.
Abu Bakr Bin Muhammad narra que cuando una serpiente mordió a Hazrat Abdul’lah Bin Sahl, el Santo Profeta (sa) ordenó que fuera llevado a Hazrat Ummarah Bin Hazm para que le hiciera una dam (oración especial por la salud y protección) para él. Él respondió: “¡Oh Mensajero de Al-lah (sa)! ¡Está a punto de morir!”. El Santo Profeta (sa) dijo: “¡Llévadlo a Ummarah! Cuando él realice la dam, Dios el Todopoderoso le curará.” Ciertamente, el Santo Profeta (sa) debe haberle enseñado esa dam y esa oración. Esto no quiere decir que, Dios no lo quiera, el Santo Profeta (sa) necesitara de la dam de Hazrat Ummarah o que él mismo no pudiera hacerlo. Él había designado especialmente a algunas personas para ciertas tareas, pero fueron el Poder Divino y las Bendiciones del Santo Profeta (sa) la fuerza detrás de todo.
En Sirat Ibn Hisham se afirma que los hipócritas solían ir a la mezquita del Santo Profeta (sa) y que, después de escuchar la conversación de los musulmanes, se apartaban y se burlaban de ellos. Solían ridiculizar su fe. A veces, incluso lo hacían delante de ellos. Una vez, cuando algunos de los hipócritas se reunieron en la mezquita del Profeta, el Santo Profeta (sa) los vio conversar secretamente entre ellos. El Santo Profeta (sa) ordenó que fueran desalojados de la mezquita. Así que fueron expulsados de la mezquita. Hazrat Abu Ayyub avanzó hacia Umar Bin Qais, que pertenecía al clan de Ghanam Bin Malik Bin Najjar y solía encargarse de sus ídolos durante el período de la ignorancia. Lo agarró por la pierna y lo arrastró fuera de la mezquita. Siguió diciendo: “¡Oh Abu Ayyub! ¿Vas a expulsarme de la compañía de Banu Tha’labah?” Entonces [Hazrat Abu Ayyub] se volvió hacia Rafi Bin Badi’ah, quien también era oriundo del clan de Najjar. Lo envolvió en su sábana de tela, lo tiró con fuerza, lo golpeó y lo sacó de la mezquita. Abu Ayyub le dijo: “¡Impío hipócrita! Que seas maldito. ¡Aléjate de la mezquita del Profeta! Hazrat Ummarah Bin Hazm se dirigió hacia Zaid Bin Amr y lo arrastró fuera de la mezquita mientras lo agarraba por la barba. Entonces Hazrat Ummarah le golpeó con ambas manos en el pecho con tal fuerza que se cayó. Él dijo: “¡Oh Ummarah! ¡Me has herido!” Ante esto, Hazrat Ummarah respondió: “¡Oh hipócrita! ¡Que Dios te destruya! El castigo que Dios el Todopoderoso ha preparado para ti es más severo que eso. Por lo tanto, ¡nunca más te acerques a la mezquita del Profeta!.”
Con motivo de la batalla de Tabuk, cuando el Santo Profeta (sa) estaba de camino a Tabuk, el camello del Santo Profeta (sa), Qaswa, desapareció de su vista. Los compañeros del Santo Profeta (sa) se pusieron en camino para buscarlo. Hazrat Ummarah bin Hazm también estaba con el Santo Profeta (sa). Había participado en la promesa de iniciación en ‘Uqba, era uno de los Compañeros que había participado en la batalla de Badr, como ya se ha mencionado, y era hermano de Hazrat’ Amr bin Hazm. La persona que narra afirma que Hazrat Zaid bin Salat estaba en el carruaje de Hazrat Ummarah. En otras palabras, se le había dado la responsabilidad de hacerse cargo de los paseos y carruajes y era la persona que colocaba los carruajes en los camellos. Algunas personas eran designadas para colocar la montura o silla de montar en el camello. Pertenecía a la tribu de Qaynuqa, era judío y aunque se hizo musulmán, mostraba cierta hipocresía. Zaid, es decir, la persona que se había hecho musulmana pero tenía un sentido de hipocresía dentro de él, preguntó de una manera muy pretenciosamente inocente por qué Muhammad (sa) afirmaba que él es un profeta y que él informaba sobre asuntos celestiales, pero sin embargo, no sabía dónde había ido el camello. Hazrat Ummarah estaba cerca del Santo Profeta (sa). De alguna manera, este comentario llegó al Santo Profeta (sa), o puede que Dios el Todopoderoso le informara al respecto. El Santo Profeta (sa) dijo que una persona había comentado que Muhammad (sa) decía a la gente que él era un profeta y que informaba sobre asuntos celestiales, pero por el contrario, él no sabía dónde estaba el camello. Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Por Dios! No sé de nada, excepto de lo que Dios el Todopoderoso me ha informado. No sé de lo que no se ve. Sin embargo, hablo tal como Dios el Todopoderoso me informa.” Después de esto, Dios el Todopoderoso informó al Santo Profeta (sa) [de su camello] para silenciar a este hipócrita. El Santo Profeta (sa) dijo, además: “De hecho, Dios el Todopoderoso me ha informado, en relación a mi camello, que está en tal y tal valle.” El Santo Profeta (sa) señaló la dirección del valle y dijo: “Sus riendas quedaron atrapadas en un árbol. Ve y tráemelo.” Entonces, los compañeros fueron y lo trajeron de vuelta. Para silenciar al hipócrita, Dios el Todopoderoso mostró al Santo Profeta (sa) la ubicación exacta del camello.
Bayhaqi y Abu Na’em dicen que Hazrat Ummarah fue a su carruaje y dijo: “¡Por Dios! Algo extraño ocurrió hoy. Hace unos momentos, el Santo Profeta (sa) nos mencionó los comentarios de cierto individuo, y que Dios el Todopoderoso le había informado de ello.” Por lo tanto, quedó claro que Dios el Todopoderoso le había informado al Santo Profeta (sa) de los comentarios de este hipócrita, Zaid bin Salat. Una persona en el carruaje de Hazrat Ummarah dijo: “¡Por Dios! Antes de que vinieras, Zaid hizo este comentario que acabas de mencionarnos.” Sobre esto, Hazrat Ummarah agarró a Zaid por el cuello y dijo a sus compañeros: “¡Oh siervos de Al-lah! Había una serpiente en mi carruaje y yo no sabía sacarla de allí.” Luego se volvió hacia Zaid y dijo que no tendría ninguna relación con él en el futuro. Según algunas personas, Zaid se arrepintió más tarde. Sin embargo, según otros, él siguió involucrado en tales maldades hasta que murió.
Hazrat Ziad bin Nuaim narra de Hazrat Ummarah bin Hazm que el Santo Profeta (sa) dijo que hay cuatro principios importantes. Si una persona actúa de acuerdo con ellos, se convierte en musulmán. Sin embargo, si deja fuera uno, los otros tres no serán de utilidad para él. Hazrat Ziad dice que preguntó a Hazrat Ummarah sobre estos cuatro principios. Sobre esto, dijo que estos son: oraciones, Zakat [limosna], ayuno y Hall [peregrinación islámica a La Meca]. Es necesario creer y actuar de acuerdo con estos cuatro principios.
Las oraciones son obligatorias. El Zakat [limosna] es obligatorio para todo el que pueda darlo. Es necesario hacer el ayuno si se tiene buena salud, y de obligado cumplimiento para quien pueda realizarla. También es obligatorio hacer el Hall [peregrinación islámica a La Meca] para quienes tengan posibilidades. Ahora bien, es necesario creer y actuar de acuerdo a los cuatro principios. Estos principios se han escrito en [el libro] Usd-ul-Ghaba. Es el mismo libro en el que los propios musulmanes han descrito la definición de musulmán. Sin embargo, ahora hay algunos estudiosos que emiten edictos de incredulidad y han creado una nueva definición de lo que es ser musulmán.
El segundo compañero que mencionaré hoy es Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud. Su título es Abd-ur-Rahman y perteneció a la tribu de Banu Huzail. El nombre de su madre era Umm-e-‘Abd. Falleció en el trigésimo segundo año de Hégira [migración del Santo Profeta (sa) a Medina]. El nombre de su padre era Mas’ud bin Ghafil. Abdul’lah bin Mas’ud se cuenta entre los primeros conversos al Islam. Él aceptó el Islam al mismo tiempo que la hermana de Hazrat ‘Umar, Hazrat Fatima bint Khattab y su esposo, Hazrat Sa’id bin Zaid. Aceptó el Islam antes de que el Santo Profeta (sa) fuera a Dar-ul-Arqam, el lugar que fue construido en La Meca para que los musulmanes pudieran reunirse. Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud relata:
“Fui la sexta persona en aceptar el Islam. En ese momento, no había otro musulmán sobre la faz de la tierra, aparte de nosotros seis.”
Narrando sobre su aceptación del Islam, Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud dice:
“Cuando llegué a la edad del entendimiento (cuando la persona es capaz de reconocer y distinguir correctamente entre lo bueno y lo malo, o la edad de la madurez), un día estaba pastoreando las ovejas de Uqba bin Mu’ayt. El Santo Profeta (sa) se me acercó y Hazrat Abu Bakr también estaba junto a él. El Santo Profeta (sa) me dijo: ‘¡Joven! ¿Tienes leche?’ Sí, -respondí- pero puesto que me las han confiado, no puedo darte nada.”
Era extremadamente piadoso desde su misma infancia.
“El Santo Profeta (sa) dijo entonces que trajera una oveja que no produjera leche.”
Más adelante relata:
“Traje una oveja joven para el Santo Profeta (sa). A continuación, el Santo Profeta (sa) ató sus pies, frotó sus manos con las tetinas de la oveja y comenzó a orar hasta que se llenaron de leche. Hazrat Abu Bakr trajo un cuenco, que el Santo Profeta (sa) llenó con la leche y luego dijo a Hazrat Abu Bakr que bebiera. Hazrat Abu Bakr bebió la leche y, después, el Santo Profeta (sa) bebió también. El Santo Profeta (sa) frotó sus manos con las tetinas de la oveja y dijo: ‘contraeos’ y entonces comenzaron a contraerse y volvieron a su forma anterior. Le pedí al Santo Profeta (sa) que me enseñara las palabras que había recitado. Ante esto, el Santo Profeta (sa) puso su mano sobre mi cabeza y dijo: ‘Eres un joven inteligente.’ Luego dice que memorizó setenta capítulos del Sagrado Corán directamente con ayuda del Santo Profeta (sa).”
Con respecto a él, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib también escribe en Sirat Jatam-un-Nabiyyeen [La vida y el carácter del sello de los profetas (sa)] que Abdul’lah bin Mas’ud no era de entre la gente de Quraish, sino que pertenecía a la tribu de Huzail. Era un hombre muy pobre y solía pastar las ovejas de Uqba bin Abi Mu’ayt, jefe de los Quraish. Después de aceptar el Islam, se quedó con el Santo Profeta (sa) y finalmente se convirtió en un gran erudito como resultado de la compañía del Santo Profeta (sa). La mayoría de Fiqh Hanafiyyah [escuela de jurisprudencia Hanafi] se basa en sus relatos y hay una narración sobre su dominio del conocimiento religioso. Hazrat Ibn Mas’ud afirma: “La gente no es consciente del hecho de que tengo un gran conocimiento del Sagrado Corán. Sé cuándo y dónde se reveló cada capítulo de este Sagrado Libro.”
Abu Wa’il narra:
“Nadie planteó ninguna objeción cuando Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud hizo esta declaración.”
El Santo Profeta (sa) instruyó [a los creyentes] a aprender el Sagrado Corán de cuatro compañeros y Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud estaba en lo más alto de esta lista. Hazrat Musleh Ma’ud (ra) ha explicado esto en detalle en ‘Deepatcha Tafseerul Qur’an’ [Introducción al estudio del Sagrado Corán] de la siguiente manera:
“A medida que el afán de la gente por memorizar el Corán aumentó, el Santo Profeta (sa) nombró a cuatro maestros principales del Corán que solían memorizarlo bajo la supervisión del Santo Profeta (sa), y luego enseñaba a otras personas a memorizarlo. Estos cuatro a su vez entrenaron a otras personas que se volvieron competentes para enseñar el Corán. Estos cuatro fueron: Abdul’lah bin Mas’ud, Salim Maula Abi Hudhaifa, Mu’adh bin Jabal y Ubayy ibn Ka’b. Los dos primeros fueron Muhajireen, primeros musulmanes que emigraron de La Meca a Medina, y los dos últimos fueron Ansar, primeros musulmanes de Medina. Abdul’lah bin Mas’ud solía trabajar como obrero, Salim era un esclavo liberado, y Mu’adh y Ubayy eran dos de los principales hombres de Medina.”
Así, el Santo Profeta (sa) había nombrado a los maestros del Corán entre diferentes secciones con el propósito de que nadie tuviera dificultades para acercarse a ellos y aprender de ellos. El Santo Profeta (sa) solía decir: “Aquellos de vosotros que deseéis aprender el Corán debéis aprenderlo de Abdul’lah bin Mas’ud, Salim Maula Abi Hudhaifa, Mu’adh bin Jabal o Ubayy ibn Ka’b.” Estos cuatro habían aprendido la totalidad del Corán bajo la supervisión del Santo Profeta (sa). Pero otros muchos compañeros del Santo Profeta (sa) también aprendieron partes directamente de él. Se relata que en una ocasión cuando Abdul’lah bin Mas’ud estaba recitando el Corán, Hazrat Umar señaló que una determinada palabra debía pronunciarse de una manera particular. Abdul’lah bin Mas’ud protestó porque el Santo Profeta (sa) le había enseñado a pronunciarlo de la manera en que lo había pronunciado. Hazrat Umar lo llevó al Santo Profeta (sa) y se quejó de que no había recitado el Corán correctamente. El Santo Profeta (sa) le pidió que recitara la parte sobre la que había una diferencia de opinión entre los dos y cuando lo recitó, el Santo Profeta (sa) dijo que tenía toda la razón. Entonces Hazrat Umar afirmó que el Profeta le había enseñado a pronunciar la palabra de manera diferente. El Santo Profeta (sa) le pidió que recitara el verso y, cuando lo hizo, le dijo que eso también era correcto. Esto muestra que además de los cuatro compañeros a quienes el Santo Profeta (sa) solía enseñar todo el Corán, había otros que solían aprender de él. La convicción de Umar de que le había enseñado a pronunciar cierta palabra de una manera particular muestra que él también solía aprender partes del Corán con el Santo Profeta (sa).”
Se menciona que después del Santo Profeta (sa), Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud fue quien recitó el Sagrado Corán en público por primera vez. Hay un incidente relatado sobre esto:
“Un día, los compañeros se habían reunido y se dijo que los Quraish aún no habían escuchado la recitación del Sagrado Corán en voz alta en público. Preguntaron si había alguien que pudiera recitarlo. Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud respondió: ‘Les recitaré el Sagrado Corán.’ Ellos respondieron: ‘Tememos que los incrédulos puedan causarte daño ya que eres un hombre pobre. Sería mejor encontrar a alguien de un estatus prominente en su lugar y así su tribu lo protegerá si los incrédulos recurren a la violencia.’ Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud respondió: ‘No os preocupéis porque Dios me protegerá.’” Estos compañeros tenían una pasión extraordinaria. “A la mañana siguiente, comenzó a recitar el Sagrado Corán públicamente cerca de la Kaaba. Él recitó: ‘En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso,’ seguido por el Surah Rahman del Sagrado Corán. La gente de Quraish se asombró al escucharlo y algunos dijeron: ‘Está recitando la misma escritura que Muhammad (sa) [recita].’ Cuando escucharon esta recitación se levantaron y comenzaron a golpear a Abdul’lah bin Mas’ud en su cara. Sin embargo, él continuó con la recitación y terminó toda la porción que quería recitar. Cuando regresó, los compañeros vieron en su rostro las marcas de la paliza que había soportado y dijeron que eso era exactamente lo que temían, que fuese atacado. Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud respondió: ‘En mi opinión, esos enemigos de Dios nunca habían sido tan insignificantes como lo parecían cuando me estaban atacando. Si queréis puedo hacer lo mismo mañana.’ Los Compañeros respondieron, ‘¡No! Esto es suficiente. Tú les hiciste escuchar algo que no querían escuchar.’”
El Santo Profeta (sa) mantuvo a Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud con él después de haber aceptado el islam. Él servía al Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) le había instruido, “Si escuchas mi voz, y la entrada de mi casa está descubierta (es decir, está abierta) entonces ingresa sin permiso”. Lo que significa que, no ingreses sin permiso cuando la entrada está cubierta. Sin embargo, si la entrada no está cubierta, la puerta está abierta y has escuchado mi voz, entonces tienes mi permiso para ingresar porque significaba que no habían mujeres presentes dentro en ese momento. Él hacía todo por el Santo Profeta (sa). Le ayudaba a ponerse los zapatos, viajaba con el Santo Profeta (sa) cuando era necesario, sostenía el purdah (la cortina) cuando el Santo Profeta (sa) tomaba un baño. Entre los compañeros era conocido como Sahib ul Swaaq. Conforme a otra narración, era conocido también como Sahib ul Swaaq, Sahib ul wasaad y Sahib ul Na’layn. Abdul’lah bin Mas’ud era un confidente del Santo Profeta (sa), arreglaba el lecho del Profeta (sa) y llevaba el Miswaaq al Profeta (ramita seca y corta utilizada para limpiar los dientes) y sus zapatos. Las palabras en árabe usadas aquí se refieren a los servicios que él prestaba para el Santo Profeta (sa) tales como: proporcionar el Misawaq para sus dientes, ayudar en proporcionar el agua para la ablución y el baño. Uno que prepara la ropa de la cama es conocido como Sahibul Suwaad y él prestaba este servicio para el Santo Profeta (sa) y también reparaba y llevaba los zapatos del Profeta y por lo tanto era conocido como Sahibul Na’layn. Llevaba agua para el Santo Profeta (sa) para realizar la ablución. Él también cuidaba de estas tareas cuando el Santo Profeta (sa) viajaba.
Abu Maleeh narra:
“Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud proporcionaba un purdah (una cortina) para el Santo Profeta (sa) cuando se bañaba, era él quien despertaba al Profeta (sa) del sueño y viajaba completamente armado junto al Santo Profeta (sa).
Hazrat Abu Musa narra.
“Cuando inicialmente llegué a Medina desde Yemen, pensé que Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud era de entre los Ahle Bait (la familia del Santo Profeta, la paz sea con él) ya que él y su madre a menudo visitaban al Santo Profeta (sa).”
Él afirma:
“Por lo tanto, cuando llegué a Medina por primera vez, pensé que él también era de entre los Ahle Bait.”
Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud participó en ambas migraciones; la migración a Abisinia y también a Medina. Acompañó al Santo Profeta (sa) en la batalla de Badr, Uhud, Jandaq (Batalla de la zanja), Bai’at-e-Rizwan y muchas otras ocasiones. Después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), participó en la batalla de Yarmuk. Él era de entre aquellos compañeros a los que se les fue dada la alegre noticia del paraíso por el Santo Profeta (sa) en sus vidas. También jugó un papel importante en poner fin a Abu Yahl. Es narrado por Hazrat Anas que al final de la batalla de Badr, el Santo Profeta dijo: “¿Hay alguien que pueda traer la noticia correcta y exacta acerca de Abu Yahl?” Y entonces, Abdul’lah Bin Mas’ud fue y vio que Abu Yahl estaba tendido en el campo de batalla, herido y en agonía. Los hijos de Ifra lo habían llevado a ese estado. Hazrat Ibn Mas’ud lo agarró por la barba y le dijo: “¿Eres Abu Yahl?” Incluso en ese estado, él respondió arrogantemente: “¿Alguna vez has matado a un jefe mayor que yo?” Existe una narración de Sahih Muslim. La primera narración fue de Bujari. La narración de Sahih Muslim con respecto a este incidente es que Hazrat Abdul’lah bin Masud lo agarró por la barba y le preguntó: “¿Eres Abu Yahl?” Abu Yahl respondió: “¿Alguna vez has matado a un gran hombre como yo?” El narrador dice que Abu Yahl dijo: “Si tan solo una persona aparte de un agricultor me hubiese matado”. Hubo dos muchachos de Medina que lo dejaron en este estado. Hazrat Jalifatul Masih II (ra) también ha mencionado esto en Tafsir-e-Kabir en gran detalle de cómo los oponentes se quemaron en el fuego del rencor y la malicia toda su vida e incluso en el momento de su muerte se encontraban en este estado. Él escribe que Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud dijo: “Después de la batalla, vi que Abu Yahl gemía en agonía debido a las heridas, fui a verlo y le pregunté cómo estaba. Él respondió: ‘No me arrepiento de mi muerte. Son los soldados quienes mueren después de todo. Me arrepiento de haber sido asesinado por las manos de dos chicos Ansari de Medina. Sé generoso conmigo. Me estoy muriendo así que corta mi cabeza con una espada para que me alivie de esta miseria. Pero recuerda cortar mi cabeza de la parte inferior del cuello para que mi cabeza se mantenga alta, ya que los generales son asesinados de manera similar desde la parte inferior del cuello”. Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud dijo: “No cumpliré tu último deseo y cortaré tu cabeza de tu barbilla.” Finalmente colocó su espada en su mentón y lo descabezó. Hazrat Musleh Maud (ra) ha escrito: “Mirad la escala de este fuego que estaba consumiendo a Abu Yahl. Toda su vida fue rencoroso por el hecho de que no pudieron infligir el dolor que deseaban infligir al Santo Profeta (sa). Luego, cuando estaba muriendo y cuando estaba en ese estado, estaba ardiendo en ese fuego porque había sido asesinado por las manos de dos chicos analfabetos de Medina. El último deseo que tenía en el momento de su muerte tampoco se cumplió y fue decapitado cerca del mentón. Al final ardiendo en todo tipo de incendio enfurecedor, se separó de este mundo”.
Cuando Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud emigró a Medina se quedó en la casa de Hazrat Ma’az Bin Yabal. Según algunos, se quedó con Hazrat Sa’ad bin Jaisma. En La Meca se estableció un vínculo de hermandad entre él y Hazrat Zubair bin Awam, mientras que en Medina, el Santo Profeta (sa) nombró a Ma’az Bin Yabal como su hermano en la fe. Los primeros días de Medina su estado financiero no era demasiado bueno. Cuando el Santo Profeta (sa) hizo algunos arreglos para el alojamiento de los Muhayreen cerca de la mezquita Nabwi, ciertas personas pertenecientes a la tribu Banu Zuhra mostraron cierta vacilación en tener a Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud con ellos diciendo que él era una persona pobre mientras que ellos eran de clase superior. Cuando el Santo Profeta (sa) llegó a saber sobre esto, defendiendo a su pobre y débil servidor, dijo: “Me ha enviado Dios para que podáis tener estas diferencias? Recordad que Dios el Todopoderoso nunca bendice tal comunidad en la que a una persona débil no se le otorguen sus debidos derechos.” Entonces el Santo Profeta (sa) alojó a Hazrat Abdul’lah Bin Mas’ud cerca de la mezquita mientras que Banu Zahra fueron colocados lejos en una esquina. El propio Hazrat ibn Mas’ud narra que el Santo Profeta (sa) le instruyó a recitar Surah Al-Nisaa. Él estaba relatando su propio incidente y declara:
“El Santo Profeta (sa) me instruyó que le recitara Surah Al-Nisa. Le Respondí: ‘¿Cómo puedo recitárselo cuando le ha sido revelado a usted?’ El Santo Profeta (sa) respondió: ‘Me gusta cuando otros recitan el Sagrado Corán y yo lo escucho.’ Luego dice: Yo comencé a recitar y cuando llegué al verso:
(Árabe)
‘¿Y cómo les irá cuando llevemos un testigo de cada gente, y te traeré como testigo contra estos!’ los ojos del Santo Profeta (sa) se llenaron de lágrimas.”
Se menciona en otras narraciones que el Santo Profeta (sa) le ordenó que se detuviera.
Una vez, Hazrat Umar Farooq (ra) estaba en Arafat cuando un hombre se le acercó y le dijo: “O Líder de los Fieles” (esto es después de que fuera elegido como el Jalifa)” He venido de Kufa y hemos visto a un hombre dictando el Sagrado Corán sin mirar”.
Hazrat Umar (ra) dijo con enfado: “¡Ay de ti!” Este es un estilo de habla de los árabes. “¿Quién es este hombre?”. El hombre respondió con temor, “Abdul’lah bin Mas’ud”. Cuando Hazrat Umar (ra) escuchó esto, su temperamento se calmó y volvió a la normalidad. Luego dijo:
“Para llevar a cabo esta tarea, no conozco a nadie más digno que Abdul’lah bin Mas’ud. Él puede escribir todo el Sagrado Corán sin mirar.”
Hazrat Umar (ra) afirma:
“Una noche, Hazrat Abu Bakr y yo estábamos en compañía del Santo Profeta (sa) cuando pasamos junto a Abdul’lah bin Mas’ud, que estaba recitando el Sagrado Corán mientras ofrecía oraciones voluntarias. Estaba de pie en oración. El Santo Profeta (sa) estaba escuchando su recitación. Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud se inclinó y se postró. El Santo Profeta (sa) dijo: “Oh Abdul’lah, todo lo que le pidas a Dios te será otorgado”. El Santo Profeta (sa) se fue diciendo:
“Quien desee leer el Sagrado Corán con tanta pureza como si se acabara de revelar, debe aprender el Sagrado Corán de Abdul’lah bin Mas’ud.”
Este Hadiz y narración es de Musnad Ahmad bin Hanbal.
Hazrat Abdur Rahman Bin Yazid relata que fuimos a Hazrat Huzaifah y le dijimos:
“Háblanos de la persona más cercana al Santo Profeta (sa) en su práctica, en seguir su ejemplo y en sus obras (es decir, todo lo que Profeta (sa) solía hacer) para que podamos aprender de él y escuchar sus narraciones “.
Él les dijo:
“La persona más cercana al Santo Profeta (sa) en su práctica es Abdul’lah bin Mas’ud”.
El nivel de pasión con el que seguía el ejemplo del Santo Profeta (sa) fue tal que después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), cuando preguntaron a los Compañeros cuál de ellos era el más cercano al Santo Profeta (sa) en términos de conducta y hábitos, su comportamiento y características, Hazrat Huzaifah declaró que, según mi conocimiento en términos de conducta, diálogo y comportamiento, Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud era el más cercano al Santo Profeta (sa). Quizás esta sea la razón por la cual el Santo Profeta (sa) decía que, cualquier cosa que prefiera Abdul’lah bin Mas’ud, deseo lo mismo para mi pueblo. Este es un Hadith de Sahih Bujari.
Hazrat Alqamah relata que el comportamiento de Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud, su buen carácter y su moderación en sus prácticas eran similares a los del Santo Profeta (sa). El hijo de Hazrat Abdul’lah bin Masu’d, Ubaidul’lah, relata que tenía la costumbre de despertarse para la oración de Tahayyud por la noche cuando todos los demás estaban dormidos. Una noche le oí murmurar como el zumbido de una abeja, es decir, murmuraba ligeramente mientras rezaba y recitaba [el Sagrado Corán].
Hazrat Ali relata que el Santo Profeta (sa) dijo que si alguna vez desgino a alguien como gobernador sin consultarlo, sería Abdul’lah bin Mas’ud.
Además, en la misma narración de Hazrat Ali se ha registrado de la siguiente manera en Tabaqat ul Kubra que Hazrat Ali relata que el Santo Profeta (sa) me dijo que si tuviera que designar a un Amir sin la consulta de los musulmanes, nombraría Abdul’lah bin Mas’ud como gobernador.
Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud relata que después de abrazar el Islam nunca durmió más allá del período de chasht [entre el amanecer y el mediodía].
Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud amaba a su esposa e hijos. Cuando entraba a la casa, se aclaraba la garganta y anunciaba su llegada para que los miembros de la familia supieran [que había llegado]. Su esposa, Hazrat Zainab relata que un día, Hazrat Abdul’lah entró a la casa cuando una anciana me estaba regalando un amuleto. (Era el hábito de las mujeres a veces hacer uso de amuletos, tal vez con la esperanza de obtener bendiciones). Sabía que a Abdul’lah bin Mas’ud no le gustaba esto. Ella dice, entonces, por temor, lo escondí debajo de la cama en la que estaba sentada. Él vino y se sentó junto a mí y, mirándome el cuello, me dijo: “¿Cómo es que tienes un hilo que cuelga de tu cuello?” Le dije que era un amuleto. Él lo rompió y lo arrojó inmediatamente diciendo que la familia de Abdul’lah está libre de shirk. Abdul’lah bin Mas’ud dijo entonces: “He oído del Santo Profeta (sa) que hacer uso de amuletos es shirk”. Entonces dije: “¿Qué estás diciendo? Mis ojos se hinchaban así que fui a cierta mujer judía para obtener un amuleto. A veces, mis ojos se llenaban de dolor, se hinchaban y salían lágrimas, así que fui a una mujer judía para obtener un amuleto y me sentía aliviada después de hacerlo “.
Abdul’lah bin Mas’ud me dijo:
“Estas son todas las obras de Satanás. La oración del Santo Profeta (sa) debería ser suficiente para ti [árabe] ‘¡Oh, Señor de la humanidad! Elimina mi enfermedad y cúrame. Solo Tú puedes curar y no hay cura excepto a través de Ti. Tal cura que no deja ninguna enfermedad.”
Por lo tanto, aquellas personas que van a místicos y mendicantes, aquellos que se pasan el día intoxicados, sin ofrecer una sola oración, van a ellos para hacer uso de amuletos y luego dicen que hemos sido curados y se nos ha otorgado un gran favor, o se nos ha concedido descendencia, o tal cosa ahora se ha producido; esta es una respuesta a todas estas cosas.
Abdul’lah bin Mas’ud una vez fue a ver a su amigo, Abu Umair. Sin embargo, él no estaba cerca. Así que transmitió sus saludos a su esposa y pidió un poco de agua para beber. No había agua disponible en la casa, por lo que envió a una criada a traer agua de los vecinos, pero tardó mucho en regresar. La esposa de Abu Umair regañó a su sirvienta diciendo que era extremadamente perezosa y la maldijo. Hazrat Abdul’lah regresó a casa sediento, después de haber escuchado esto. Al día siguiente se encontró con Abu Umair y le preguntó por qué regresó a casa tan rápido sin beber agua. Él respondió: “Cuando tu esposa maldijo a la sierva, me vino a la mente el dicho del Santo Profeta (sa): quien maldice pero sea inocente, la maldición se revierte al que maldijo. Así que pensé que si el sirviente era inocente, la maldición volvería a mí sin causa. Por lo tanto, es mejor que me vaya sin beber “. Así que este era el nivel de temor de Dios que esta gente poseía, que si había alguna posibilidad de que Dios el Todopoderoso se molestara con ellos por alguna razón, se abstendrían y se mantendrían alejados de ella.
Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud era delgado, de estatura baja y complexión de trigo. Él usaba ropa blanca fina y perfume. Hazrat Talha relata que era reconocido por su perfume. Hazrat Ali relata que una vez el Santo Profeta (sa) instruyó a Abdul’lah bin Mas’ud que subiera a un árbol para hacer un trabajo. Viendo que sus pantorrillas eran aparentemente delgadas y débiles, los Compañeros comenzaron a reírse de sus delgadas y débiles pantorrillas. El Santo Profeta (sa) preguntó: ¿por qué os reís? Las virtudes de Abdul’lah bin Mas’ud serán más pesadas en la balanza del Día del Juicio que la Montaña Uhud. Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud tenía cabello que se elevaba sobre sus orejas. Según una narración, su cabello llegaba a su cuello. Cuando rezaba, se ponía el pelo detrás de las orejas. Zaid bin Wahhab narra:
“Un día, estaba sentado con Hazrat Umar (ra) cuando llegó Hazrat Abdul’lah bin Masud. Como tenía una estatura baja, era difícil verlo entre la multitud de personas sentadas.”
Las otras personas sentadas en la congregación eran altas o tal vez estaban sentadas de una manera que era difícil verlo. Él estaba casi oculto a la vista. Cuando Hazrat Umar (ra) le vio, sonrió y luego comenzó a conversar con él de una manera alegre. Durante este discurso, Hazrat Abdul’lah permaneció de pie, no fuera que le taparan. Cuando acabaron su conversación y Hazrat Abdul´lah salió, Hazrat Umar le observó hasta que se perdió de vista. Luego dijo: “Este individuo es una fuente de conocimiento extraordinaria.” Se puede medir el nivel de conocimiento de Hazrat Abdu’lah bin Mas’ud a partir de la siguiente anécdota: hacia el final de la vida de Hazrat Moaz bin Jabal, la gente le pidió que les diera algún consejo. Contestó diciendo que el conocimiento y la fe tienen rangos distintos. El conocimiento tiene un cierto rango, y también lo tiene la fe. Quien se esfuerza por alcanzar ambos tendrá éxito. Luego mencionó los nombres de cuatro personas que lideraron con el ejemplo y Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud estaba entre esas cuatro personas.
Después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Umar (ra) le nombró [a Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud] como misionero para la educación y la formación moral de las personas de Kufa y al mismo tiempo designó a Hazrat Ammar bin Yassir como gobernador. Hazrat Umar (ra) le dijo a la gente de Kufa:
“Ambas personas son compañeros cercanos del Santo Profeta (sa) y tienen una posición especial. Ellos estaban entre las personas que participaron en la Batalla de Badr. Todos vosotros debéis seguir sus ejemplos y obedecer sus normas y también escuchar lo que dicen. Para vosotros, considero que Abdul’lah bin Mas’ud es mejor que yo.”
Durante sus últimos días de enfermedad, Hazrat Usman (ra) fue a visitar a Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud y le preguntó: “¿Tienes alguna queja?”. Él respondió: “Ahora que has preguntado, mis únicas quejas son mis pecados, porque hay muchos”. Hazrat Usman (ra) preguntó si necesitaba algo, a lo que respondió que solo requería la Misericordia de Dios el Todopoderoso. Hazrat Usman (ra) luego preguntó si él necesitaba hacer arreglos para que un médico le atendiese. A esto él respondió que era el doctor que le ha puesto en esta condición, es decir, que lo que sea que estuviese sucediendo se debía a la Voluntad de Dios y él estaba contento con ello. Hazrat Usman (ra) preguntó si debía establecer una asignación para él, a lo que él respondió que no necesitaba nada. Hazrat Usman (ra) dijo que sería útil para sus hijas. Él respondió diciendo: “¿De esto implica que mis hijas quedarán empobrecidas?” dijo: “He aconsejado a mis hijas recitar Surah Al-Waqi’ah todas las noches. Escuché al Santo Profeta (sa) diciendo que quien recite Surah Al-Waqi’ah todas las noches, nunca tendrá que aguantar el hambre.”
Este era el nivel de la confianza en Dios y la satisfacción de estas estrellas brillantes. Salma bin Tawam dice:
“Una persona una vez se encontró con Abdul’lah bin Mas’ud y relató su sueño y dijo: ‘Te vi en mi sueño anoche. También vi que el Santo Profeta (sa) estaba sentado en un púlpito elevado mientras tú estabas sentado debajo del púlpito.’ El Santo Profeta (sa) entonces dijo, ‘Oh ¡Ibn Mas’ud! Acércate a mí porque te has distanciado mucho desde que me fui.’” Abdul’lah bin Mas’ud dijo entonces: “Jura por Dios que realmente viste este sueño”. Respondió que ciertamente lo hizo. Sobre esto, luego dijo: “¿Has venido de Medina para ofrecer mi oración fúnebre? Ya que parece que ha llegado mi hora”. Poco después falleció.
Sin embargo, antes de su fallecimiento, cuando Hazrat Usman (ra) se enteró de su enfermedad, le llamó para que dejara Kufa y que viniese a Medina. Sin embargo, la gente de Kufa le rogaron que permaneciera en Kufa y también le aseguraron que le protegerían. Es posible que este incidente de Hazrat Usman (ra) llamándole a Medina fue antes de su enfermedad, ya que parecía como si estuviese en buena salud, entonces, cuando tuvo lugar este incidente en el que este hombre relacionó su sueño con él. Sin embargo, fue después de esto que Hazrat Usman (ra) le llamó desde Kufa.
E incluso aunque la gente de Kufa deseaba que él permaneciera allí y prometieron protegerle, dijo que era la instrucción del Jalifa de la época y que era obligatorio para él obedecerle.
También dijo que muy pronto surgirán ciertos trastornos y no deseaba ser la causa de ellos y después de eso se fue con el Jalifa de la época. Él falleció en 32 dH en Medina. Hazrat Usman (ra) dirigió su oración fúnebre y le enterró en Janat-ul-Baqi. En el momento de su fallecimiento, su edad era un poco más de 60 años.
Según otra narración, tenía poco más de 70 años cuando falleció. Sobre la muerte de Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud, Hazrat Abu Musa le dijo a Hazrat Abu Mas’ud:
“¿Crees que Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud ha dejado a cargo a una persona que posee el mismo tipo de cualidades?” Hazrat Abu Mas’ud respondió: “El hecho es que durante ciertos momentos cuando no se nos permitía ir y visitar al Santo Profeta (sa), a Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud se le permitía entrar a la casa del Santo Profeta (sa). Cuando no estábamos cerca del Santo Profeta (sa), Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud tenía la oportunidad de servir al Santo Profeta (sa) y beneficiarse de su compañía. Por lo tanto, ¿cómo puede haber alguien más que posea el mismo tipo de cualidades?” Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud se adhería completamente a la noble práctica del Santo Profeta (sa).
Una vez le preguntaron a Hazrat Aishah (ra) que hay dos Compañeros; uno de ellos rompe su ayuno rápidamente, es decir, rompe el ayuno tan pronto como se pone el sol y también ofrece sus oraciones de inmediato. Sin embargo, el otro Compañero hace ambas cosas relativamente tarde. Hazrat Aishah (ra) preguntó qué Compañero lo hace inmediatamente y ella fue informado de que era Abdul’lah bin Mas’ud. Hazrat Aishah (ra) dijo que esto también era la práctica del Santo Profeta (sa) la cual Abdul’lah bin Mas’ud sigue.
Hay muchas otras tradiciones y relatos respecto a Hazrat Abdul’lah bin Mas’ud a las cuales me referiré en el futuro. Que Dios el Todopoderoso nos permita seguir el ejemplo de estas estrellas brillantes.