Jalifas guiados - Hazrat Abu Bakr (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Jalifas guiados – Hazrat Abu Bakr (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes, 10 de diciembre de 2021.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Sura Al-Fatiha,

Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo lo siguiente:

He narrado ya algunos relatos sobre la aceptación del Islam de Hazrat Abu Bakr (ra), pero hay también otros que se han recogido desde puntos de vista diferentes, aunque parezca que se trate de los mismos. Por lo tanto, mencionaré a continuación algunos de ellos:

La aceptación del Islam por Hazrat Abu Bakr (ra) se ha registrado en “Usd Al-Ghaba” de esta forma:

Hazrat Abdul’lah bin Masud (ra) relata que Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) dijo: “Antes del advenimiento del Santo Profeta (sa), fui en una ocasión a Yemen y estuve con un anciano que pertenecía a la tribu de Azd y que era un erudito que había estudiado las Escrituras Sagradas y además un experto en genealogía. Cuando me vio dijo: ‘Creo que eres un residente de Haram’ y le respondí que efectivamente era de Haram. Después de esto añadió: ‘Creo que perteneces a los qureish’ y repliqué que eso era correcto, ya que era de los qureish. Luego mencionó: ‘Creo que eres de la tribu de Taim’ y le dije que eso también era cierto, porque pertenecía a la tribu de Taim bin Murrah y que mi nombre era Abdul’lah bin Uzman y era descendiente de Kaab bin Saad bin Taim bin Murrah. Ante esto, el anciano exclamó: ‘Solo me queda una cosa más que decirte’.”

Aquí mencionó que su nombre era Abdul’lah bin Uzman. Sin embargo, creo que el Santo Profeta (sa) aún no había cambiado su nombre a Abdul’lah. De todas formas, esto es lo que se dice en la narración.

“Y le pregunté qué era, a lo que contestó: ‘Levántate la camisa hasta el estómago y muéstramelo’, a lo que le respondí que no lo haría a menos que me dijera la razón. Entonces comentó: ‘Basado en un conocimiento correcto y auténtico, se nombrará un Profeta en Haram y un hombre joven y un anciano lo apoyarán en su tarea. En cuanto al hombre joven, se verá envuelto en dificultades y disipará preocupaciones e inquietudes; y en lo que respecta a la persona mayor, será delgada y de tez clara, tendrá una marca de nacimiento en el estómago y una marca en el muslo izquierdo’. Y añadió: ‘Pero no es necesario que me muestres lo que te pido’. Para mí, todos los demás signos se han cumplido en ti, aparte de lo que está oculto para mí’.

Hazrat Abu Bakr (sa) dijo: ‘Me quité entonces la camisa y vio una marca de nacimiento negra sobre mi ombligo’. Ante esto, el anciano exclamó: ‘¡Por el Señor de la Kaaba! ¡Eres tú! Ahora te presentaré un asunto y debes escucharlo con atención’. Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ‘¿De qué se trata?’. Él respondió: “Debes tener cuidado de no desviarte de la guía. Aférrate firmemente a este camino ejemplar y sublime. ¡Permanece temeroso de Dios en relación con la riqueza y la prosperidad que Él te otorgará!’.

Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) añade: ‘Terminé mi trabajo en Yemen y visité al hombre anciano una vez más para despedirme de él’. Sobre esto dijo: ‘¿Recordarás algunos de los versos que he compuesto sobre la grandeza de ese Profeta?’ y le respondí que lo haría. Entonces recitó algunos pareados.

A continuación, Hazrat Abu Bakr (ra) afirmó: ‘Luego fui a La Meca y el Santo Profeta (sa) ya había hecho su declaración. Posteriormente, Uqba bin Abi Muait, Shaibah, Rabiah, Abu Yahal, Abu Bajtari y otros jefes de los qureish vinieron hacia mí. Les pregunté si tenían algún problema o les había pasado algo puesto que venían todos juntos a verme y dijeron: ‘¡Oh Abu Bakr! ¡Ha ocurrido un incidente grave! El huérfano de Abu Talib afirma ser un Profeta. Si no fuera por ti, no nos demoraríamos en actuar respecto a este asunto, pero como hemos visto que has venido, eres la persona indicada a la que acudimos y tú eres suficiente para nosotros en vistas a ocuparse de este asunto’. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: ‘Yo evité el tema cortésmente y ​​cuando pregunté sobre el Santo Profeta (sa), me dijeron que estaba en la casa de Jadiya (ra). Entonces fui hasta allí y llamé a la puerta. Cuando salió exclamé: ¡Oh Muhammad (sa), has dejado la casa de tu familia y abandonado la religión de tus antepasados’. El Profeta (sa) respondió: ‘¡Oh Abu Bakr (ra), soy el Mensajero de Al’lah para ti y para todo el mundo, así que creed en Al’lah’.

Le pregunté: ‘¿Qué prueba tienes de esto?’. El Santo Profeta (sa) respondió: ‘El anciano que conociste en Yemen’. Yo respondí: ‘Conozco muchos ancianos en Yemen con los que me he encontrado’. El Profeta (sa) dijo: ‘El anciano que te recitó algunos poemas’. A lo cual dije: ‘Mi querido amigo, ¿quien te ha contado eso?’. El Santo Profeta (sa) replicó: ‘El mismo Arcángel que se apareció a los Profetas antes que yo’. Luego dije: ‘Extiende tu mano para que pueda ser testigo de que no hay más Dios que Al’lah y que tú eres el Mensajero de Al’lah’.

Hazrat Abu Bakr (ra) finalmente afirma: ‘Después regresé y nadie en las montañas de La Meca estaba más complacido con mi aceptación del Islam que el Santo Profeta (sa)’.”

Esta era una narración de “Usad al-Ghabah”. Es posible que algunos aspectos se hayan exagerado para mejorar la narración de los hechos, pero lo cierto es que algunas partes son correctas.

El siguiente relato de la aceptación del Islam de Hazrat Abu Bakr (ra) ha sido mencionado en “Riyad al-Nadirah” de la siguiente manera, en el que Umme al-Mominin, Hazrat Umme Salamah (ra) relata:

“Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) era un amigo muy cercano y sincero del Santo Profeta (sa). Cuando él fue elegido Profeta, la gente de los qureish fue a Hazrat Abu Bakr (ra) diciendo: ‘¡Oh Abu Bakr (ra)! Tu Compañero se ha vuelto loco (Dios nos perdone)’; y Hazrat Abu Bakr (ra) preguntó: ‘¿Qué le ha sucedido?’. Ellos respondieron: ‘Llama a la gente hacia la unidad de Dios en la Mezquita Sagrada y dice que él es un Profeta’. Entonces, Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) dijo: ‘¿Es eso lo que afirma?’; y exclamaron: ‘¡Sí y lo dice en la Mezquita Sagrada!’. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) fue hasta el Santo Profeta (sa), llamó a su puerta y le pidió que saliera. Cuando se encontraron cara a cara, Hazrat Abu Bakr (ra) le hizo la siguiente pregunta: ‘¡Oh Abu Al-Qasim! ¿Qué es lo que me cuentan de ti?’. Muhammad (sa) respondió preguntando: ‘¡Oh Abu Bakr! ¿Qué es lo que has escuchado de mí?’. Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ‘Me han informado que llamas a la unidad de Dios y dices que eres el Mensajero de Al’lah’. El Profeta (sa) contestó: ‘Así es, Abu Bakr (ra). Mi Señor, el Exaltado y Majestuoso en verdad me ha enviado como portador de buenas nuevas y como amonestador, y se ha cumplido en mí la oración de Abraham (as), enviándome como Profeta para toda la humanidad’.

Hazrat Abu Bakr (ra) le replicó: ‘¡Por Al’lah, es cierto que nunca te he oído decir una mentira! Salvaguardas todo lo que se te confía, muestras bondad a tus parientes y realizas buenas obras, por lo que eres el más digno para el profetazgo. Extiende tu mano para que pueda jurarte lealtad’. Entonces el Santo Profeta (sa) extendió su mano y Hazrat Abu Bakr (ra) le prometió su lealtad, testificó su veracidad y declaró que lo que le había sido entregado era la verdad. Así pues, por Dios que Hazrat Abu Bakr (ra) no se demoró ni dudó en lo más mínimo cuando el Santo Profeta (sa) lo invitó al Islam”.

En una narración se menciona que el Mensajero de Al’lah (sa) afirmó:

“A todo el que he llamado hasta ahora al Islam, o ha tropezado, dudado o esperado, excepto Abu Bakr (ra). En el momento que le hablé sobre el Islam, no se apartó ni dudó”.

El Santo Profeta (sa) también declaró:

“¡Oh pueblo mío, Dios me ha enviado a vosotros pero afirmáis que soy un mentiroso! No obstante, Abu Bakr (ra) ha dicho que soy sincero y me ha mostrado su apoyo con su vida y su riqueza”.

Esta es una narración de “Sahih Al-Bujari”.

En relación a la aceptación del Islam por Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Musleh Maud (ra) menciona lo siguiente:

“Cuando Muhammad (sa) anunció ser Profeta, Hazrat Abu Bakr (ra) se encontraba fuera de La Meca en ese momento. Cuando regresó, una de sus sirvientes le dijo: ‘Tu compañero ha perdido la razón (Dios nos perdone) y está diciendo cosas extrañas, pues habla que los Ángeles han descendido sobre él desde los Cielos’. Hazrat Abu Bakr (ra) se levantó de repente, fue a la casa del Santo Profeta (sa) y llamó a su puerta. Este salió y Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: ‘Solo he venido a pedirte una cosa. ¿Has dicho que los Ángeles de Dios descienden sobre ti y te hablan?’. En ese instante, pensando que quizá Hazrat Abu Bakr (ra) podría malinterpretarlo, el Santo Profeta (sa) trató de explicar la situación.

(Esta es la narración más común en la historia de nuestra Yamat).

Sin embargo, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ‘Por favor, no te expliques. Todo lo que quiero saber es que si has dicho tal cosa’. De nuevo, pensando que quizá Hazrat Abu Bakr (ra) podría hacer preguntas respecto a la aparición de los Ángeles y cómo descendían sobre él, etc., el Mensajero de Dios (sa) quería decir algunas palabras para poner las cosas en contexto, aunque Hazrat Abu Bakr (ra) volvió a decir: ‘No, no, solo dime, ¿es cierto?’. El Santo Profeta (sa) dijo que de hecho era cierto. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) exclamó: ‘Profeso mi fe en ti’. Luego añadió: ‘¡Oh Muhammad (sa)! La razón por la que te impedí dar una explicación es porque quería que mi fe se basara en ser testigo de la verdad por mí mismo en lugar de reflexionar sobre las pruebas. Esto se debe a que después de haber sido testigo de que eres una persona veraz y virtuosa, no necesito ninguna otra prueba’. Por tanto, lo que los habitantes de La Meca habían tratado de ocultar fue manifestado por Hazrat Bakr (ra) a través de esta acción suya”.

Hazrat Musleh Maud (ra) también ha mencionado el incidente de la aceptación del Islam por Hazrat Abu Bakr (ra) en otro lugar. Mientras profundizaba en otro asunto, menciona este incidente de la siguiente manera:

“La forma en que Hazrat Abu Bakr (ra) se convirtió en creyente fue extraordinaria. Cuando se le reveló a Muhammad (sa) que debía proclamar su condición de Profeta, Hazrat Abu Bakr (ra) estaba sentado en la casa de un jefe de La Meca. La sirvienta del jefe vino y dijo: ‘No sé qué le ha sucedido a Jadiya (ra), pues está diciendo que su esposo es un Profeta como Moisés’. La gente comenzó a reír al escuchar esta noticia y dijo que las personas que hacen tales afirmaciones están locas. No obstante, Hazrat Abu Bakr (ra), que estaba muy familiarizado con la vida del Santo Profeta (sa), se puso de pie de inmediato y fue a la casa de Muhammad (sa) y preguntó: ‘¿Has hecho una proclama?’. El Santo Profeta (sa) respondió afirmativamente diciendo: ‘Dios Altísimo me ha designado para la reforma del mundo y me ha ordenado abolir el shirk (asociar copartícipes con Dios)’. Sin más preguntas, Hazrat Abu Bakr (ra) afirmó: ‘Juro por mi padre y mi madre que nunca has dicho una mentira y no puedo aceptar que mentirías con respecto a Dios. Por consiguiente, profeso creer en el hecho de que no hay nadie digno de adoración excepto Al’lah y que tú eres Su Mensajero’. Tras esto, Hazrat Abu Bakr (ra) reunió a algunos jóvenes que sabían de su virtud y rectitud [es decir, aquellos individuos que habían presenciado las virtudes y la rectitud de Hazrat Abu Bakr (ra)] y comenzó a explicarles todo; y como resultado siete personas más aceptaron al Mensajero de Dios (sa). Todos estos jóvenes tenían entre 12 y 25 años”.

Luego, Hazrat Musleh Maud (ra) menciona este mismo incidente de la siguiente manera:

“Hazrat Abu Bakr (ra) aceptó al Santo Profeta (sa) basándose en una sola prueba y ni por un momento entró ninguna duda en su corazón. (Se trata de la misma prueba, pero los incidentes varían ligeramente); y esta era que había observado al Santo Profeta (sa) desde la infancia y sabía que nunca dijo una mentira, ni hizo nada malicioso y jamás pronunció nada vulgar u obsceno. Por tanto, esto es lo que sabía de él. No tenía conocimiento de ninguna Sharia específica en la que se hubiera basado para juzgar la veracidad del Profeta (sa). No seguía ninguna ley y no sabía nada acerca de lo que era un profeta de Dios, ni conocía las pruebas para corroborar la veracidad de un profeta. Todo lo que sabía era que Muhammad, el Mensajero de Al’lah (sa) nunca habló una mentira.

Estaba haciendo un viaje y en su camino de regreso alguien le dijo: ‘Tu amigo Muhammad (sa) dice que es un Mensajero de Dios’. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) preguntó: ‘¿Muhammad (sa) realmente dijo esto?’. La persona respondió afirmativamente. Hazrat Abu Bakr (ra) luego proclamó: ‘Él no miente y todo lo que diga debe ser verdad. Como nunca ha dicho una mentira sobre nadie, nunca podría mentir sobre Dios. Si nunca descarrió a la gente en el pasado, es imposible que los traicione ahora hasta el punto de arruinar sus almas’. ‘Esta fue la única prueba que hizo que Hazrat Abu Bakr (ra) aceptara al Santo Profeta (sa) y es exactamente lo que Dios Altísimo también ha declarado como prueba de su veracidad. Como tal, Al’lah le ordenó al Santo Profeta (sa) que le dijera a la gente:

 ‘He vivido entre vosotros durante algún tiempo y observad que durante ese periodo no os he traicionado de ninguna manera. Entonces, ¿cómo podría llegar a engañaros con respecto a Dios Altísimo?’.

Esta fue la evidencia aceptada por Hazrat Abu Bakr (ra), quien dijo: ‘Si él dice ser el Mensajero de Dios, entonces es veraz y yo creo en él’. Tras esto, ninguna duda jamás entró en su corazón, ni su confianza jamás bajó. Se enfrentó a muchas grandes pruebas y se vio obligado a dejar su riqueza y su patria e incluso a luchar contra sus seres queridos, pero nunca dudó de la veracidad del Santo Profeta (sa)”.

Hazrat Musleh Maud (ra) mencionó este incidente de la aceptación del Santo Profeta (sa) por parte de Hazrat Abu Bakr (ra) mientras guiaba a quienes habían hecho la promesa de lealtad de Baiat (juramento de iniciación).

Por su parte, el Mesías Prometido (as) declara:

“Solo Dios conoce verdaderamente el alcance de las brillantes cualidades de Hazrat Abu Bakr (ra), por lo que el Santo Profeta (sa) le dio el título de Siddiq. Además, el Profeta (sa) ha declarado que las excelentes cualidades de Hazrat Abu Bakr (ra) se debían al estado interior de su corazón. Así pues, si uno reflexiona cuidadosamente, en verdad, es difícil encontrar un ejemplo de alguien que haya mostrado tanta sinceridad como Hazrat Abu Bakr (ra). La verdad es que, en cualquier época, quien desee alcanzar las excelentes cualidades de Siddiq debe esforzarse al máximo para desarrollar el carácter y la naturaleza de Abu Bakr (ra) dentro de sí mismo, y luego orar tanto como sea posible, porque a menos y hasta que uno sea capaz de adoptar la naturaleza de Abu Bakr (ra) y encarnar su carácter nunca podrá alcanzar la excelencia de Siddiq”.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“¿Qué implica la naturaleza de Abu Bakr? Pues bien, este no es el momento para profundizar en este asunto, ya que requiere una gran cantidad de tiempo, pero mencionaré brevemente un incidente: en el momento en que el Mensajero de Al’lah (sa) afirmó ser Profeta, Hazrat Abu Bakr (ra) estaba yendo a Siria por negocios. Durante el viaje de regreso, se encontró con una persona y le preguntó acerca de La Meca, pidiéndole que le dijera las últimas noticias. Es normal que cuando alguien regresa de un viaje y se encuentra con un compatriota en el camino, le pregunte por lo que está pasando en su país; y esa persona respondió diciendo: ‘La última noticia es que tu amigo Muhammad (sa) ha reclamado ser Profeta’. Al escuchar esto, Hazrat Abu Bakr (ra) exclamó: ‘Si esa es su afirmación, entonces no hay duda de que es veraz’.

Solo este incidente demuestra la forma tan positiva en la que pensaba sobre el Santo Profeta (sa). No necesitaba ver ningún milagro; de hecho, un milagro solo lo requiere quien no conozca bien al proclamador, cuando alguien no esté familiarizado y se requiera mayor seguridad. Sin embargo, quien conoce completamente al proclamador no necesita ningún milagro. Por consiguiente, durante su viaje, Hazrat Abu Bakr (ra) se enteró de la afirmación de Muhammad (sa) y lo aceptó. Más tarde, cuando regresó a La Meca, fue ante el Mensajero de Dios (sa) y le preguntó: ‘¿Has proclamado ser Profeta?’. Muhammad (sa) respondió: ‘Sí, eso es correcto’. Al escuchar esto, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ‘Que seas testigo del hecho de que soy el primero en dar fe de tu veracidad’. Esto en sí no fue una mera afirmación, sino que Hazrat Abu Bakr (ra) lo demostró a través de sus acciones y se mantuvo fiel a su declaración hasta su último aliento, e incluso después de su muerte, permaneció al lado del Santo Profeta (sa)”.

En el comentario del versículo de Sura Ar-Rahman (55:47),

“Mas para quien se sobrecoja ante la elevada Majestad de su Señor, hay dos jardines”,

el Mesías Prometido (as) presentó el ejemplo de Hazrat Abu Bakr (ra) y dijo:

“Tomad a Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) como ejemplo: se encontró con una persona al regresar de Siria y le pidió que le dijera las últimas noticias. La persona respondió: ‘No hay más nuevas que el hecho de que tu amigo ha proclamado ser Profeta’. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: ‘Si ha afirmado ser Profeta, entonces es veraz. Él nunca podría ser un mentiroso’. Luego, Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra) fue directamente a la casa de Muhammad (sa) y le aseguró: ‘Que seas testigo de que he sido el primero en creer en ti’.

Reflexionad sobre el hecho de que no exigió un milagro del Mensajero de Al’lah (sa). Su creencia inmediata en el Profeta (sa) fue únicamente sobre la base de lo que sabía de él desde antaño y ello hizo que lo aceptara. Recordad: los milagros los piden aquellos que no están familiarizados con el que hace una proclama, aunque para un viejo amigo los eventos de la vida de una persona son suficientes como milagro. A partir de entonces, Hazrat Abu Bakr (ra) tuvo que enfrentarse a grandes dificultades, soportó muchísimas durezas y un dolor extremo. A pesar de soportar la mayor parte del dolor y el sufrimiento, también fue el primero en convertirse en Sucesor del Profeta (sa). Dios Altísimo lo recompensó en este mundo y se le aseguró el Paraíso en el Más Allá. Aquel que en un momento tuvo que trabajar todo el día en su negocio, finalmente fue designado como el primer Sucesor del Santo Profeta (sa)”.

Luego, en otro lugar, el Mesías Prometido (as) declara:

“Hay dos tipos de personas: hay quienes son de naturaleza pura y son los primeros en creer; estas personas son sabias y sagaces, al igual que Hazrat Abu Bakr Siddiq (ra). Por otro lado, están los necios, que solo actúan cuando algo les sucede”.

En otras palabras, solo piensan en aceptar la verdad cuando se enfrentan a una dificultad o aflicción”.

Por otro lado, existe un debate sobre quién fue el primero en aceptar al Santo Profeta (sa) y hay una diferencia de opinión entre los historiadores con respecto al primer varón en aceptar al Profeta (sa); es decir, si fue Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Ali (ra) o Hazrat Zaid bin Hariza (ra). Algunos presentan el veredicto de que Hazrat Ali (ra) fue el primer niño, Hazrat Abu Bakr (ra) el primer adulto y Hazrat Zaid (ra) el primer esclavo.

Alama Ahmad bin Abdul’lah apoya esta opinión y escribe:

“La primera persona que aceptó el Islam fue Hazrat Jadiya bin Juwailid (ra). El primero en aceptar el Islam de entre los hombres fue Hazrat Ali (ra), que era solo un niño (como se mencionó anteriormente, solo tenía diez años) y había mantenido oculta su creencia en el Islam. El primer adulto de entre los árabes que aceptó el Islam y expresó sus creencias fue Hazrat Abu Bakr bin Abi Quhafa (ra). El primero de los esclavos en aceptar el Islam fue Zaid bin Hariza (ra). Todos estamos de acuerdo en esto por unanimidad y no hay duda al respecto”.

Lo siguiente es lo que ha dicho Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) con respecto a este debate:

“Cuando el Santo Profeta (sa) inició la propagación de su misión, la primera persona en creer fue Hazrat Jadiya (ra), quien no dudó ni por un momento. Pero existe cierto desacuerdo entre los historiadores en cuanto a quién fue el primer converso entre los hombres después de Hazrat Jadiya (ra). Algunos nombran a Hazrat Abu Bakr Abdul’lah bin Abi Quhafah (ra), mientras que otros dicen que fue Hazrat Ali (ra) o Hazrat Zaid bin Hariza (ra). Sin embargo, para nosotros este argumento es vano. Hazrat Ali (ra) y Zaid bin Harizah (ra) eran parte de las personas que compartían la casa del Santo Profeta (sa), vivían con él como si fueran sus propios hijos y debían seguir todo lo que él dijera, [o sea, como eran niños, todo lo que decía el Profeta (sa) lo aceptaban y es muy posible que también aceptaran esto de la misma manera]. Por tanto, no es necesario incluir sus nombres. Entre el resto, Hazrat Abu Bakr (ra) es aceptado unánimemente como el primero y más importante en su aceptación del Islam. En este sentido, con respecto a Hazrat Abu Bakr (ra), Hassan bin Zabit Ansari (ra), el poeta de la corte del Santo Profeta (sa), proclamó:

 ‘Siempre que surja en vuestro corazón

un recuerdo compasivo de alguno de vuestros nobles hermanos,

recordad también a vuestro hermano Abu Bakr (ra)

debido a sus virtudes, que son dignas de recordar’.

 Después del Mensajero de Dios (sa), él fue el más virtuoso y justo de todos los hombres y el más grande de los que cumplieron con sus responsabilidades. De hecho, Abu Bakr (ra) fue la segunda persona que permaneció en la Cueva de Zaur con el Santo Profeta (sa) y quien se había entregado en cuerpo y alma en su obediencia al Profeta (sa). Cualquiera que fuese la tarea emprendida por él, la hacía hermosa y fue el primero de todas las personas en creer en el Mensajero de Al’lah (sa).

 Debido a su nobleza y habilidades, Hazrat Abu Bakr (ra) fue muy honrado y respetado por los qureish, y en el Islam alcanzó un estatus que ningún otro Compañero ha alcanzado. Hazrat Abu Bakr (ra) no dudó ni por un momento de la afirmación del Santo Profeta (sa), sino que lo aceptó instantáneamente. A continuación dedicó todos sus esfuerzos y toda su vida y riqueza al servicio de la religión traída por el Profeta (sa). Entre sus Compañeros, Muhammad (sa) consideraba a Abu Bakr (ra) como su más querido y después del fallecimiento del Mensajero de Al’lah (sa) se convirtió en su primer Jalifa. Durante el tiempo de su Jalifato, mostró una clara evidencia de sus incomparables habilidades.

Con respecto a Hazrat Abu Bakr (ra), un renombrado orientalista europeo llamado Aloys Sprenger  escribe: “La fe de Abu Bakr es, en mi opinión, la mayor garantía de la sinceridad de Muhammad al comienzo de su ministerio. Aunque el propio Muhammad fuera engañado, él no engañaría a nadie. De hecho, él mismo creyó ser el profeta de Dios con plena sinceridad de corazón”.

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe además que Sir William Muir también estaba de acuerdo con la opinión sostenida por Sprenger.

Con respecto a las pruebas y dificultades que Hazrat Abu Bakr (ra) tuvo que soportar para propagar el mensaje del Islam, está escrito en “Usdul Ghaba” que tras el advenimiento del Islam, Hazrat Abu Bakr (ra) fue el primero en aceptar el mensaje del Islam y todo un grupo de personas aceptó el Islam a través de él debido al amor y la afinidad que tenían con él. Tanto es así que cinco de los “Ashra Mubashra” (los Diez Compañeros que recibieron las buenas nuevas del Paraíso estando en vida) abrazaron el Islam a través suyo. Aquellos que entraron en el redil del Islam debido a los esfuerzos de predicación de Hazrat Abu Bakr (ra) fueron Hazrat Uzman bin Affan (ra), Hazrat Zubair bin Al-Awwam (ra), Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra), Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) y Hazrat Talha bin Ubaidul’lah (ra).

En relación con esto, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe en su libro “Sirat Jatam-ul-Nabiyin”:

“Tras Hazrat Jadiya (ra), Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Ali (ra) y Zaid bin Hariza (ra), cinco personas más aceptaron el Islam mediante la predicación de Hazrat Abu Bakr (ra). Todos estos individuos adquirieron tal eminencia y dignidad, que son considerados los mejores Compañeros (ra). Estos son sus nombres: primero fue Hazrat Uzman bin Affan (ra), que pertenecía a la dinastía de los Banu Umaiyah. Cuando aceptó el Islam, su edad era de aproximadamente 30 años y tras Hazrat Umar (ra) se convirtió en el tercer Jalifa del Santo Profeta (sa). Hazrat Uzman (ra) era notablemente modesto, leal, cariñoso, bondadoso y adinerado. Sirvió al Islam económicamente en muchas ocasiones. El amor del Santo Profeta (sa) por Hazrat Uzman (ra) se puede medir por el hecho de que le dio dos de sus hijas en matrimonio, una tras otra, por lo que se le conoce como ‘Dhu Al-Nurain’.

En segundo lugar estaba Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra), que pertenecía a la dinastía de los Banu Zuhrah, la misma a la que pertenecía la madre del Profeta (sa). Era un hombre de extraordinaria comprensión y experiencia. Fue él quien resolvió la cuestión del Jalifato de Hazrat Uzman (ra). Cuando aceptó el Islam tenía aproximadamente 30 años. Murió durante el mandato de Hazrat Uzman (ra).

 El tercero fue Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra), que en ese momento estaba en su plena juventud, es decir, tenía 19 años. También procedía de los Banu Zuhrah y era increíblemente valiente y decidido; y  en el mandato de Hazrat Umar (ra), Irak fue conquistado a través de él. Murió en la época del Amir Muawia (ra).

 El cuarto fue Hazrat Zubair bin Al-Awwam (ra), que era primo del Santo Profeta (sa) e hijo de Safiyah bint Abdul Muttalib, que más tarde se convirtió en yerno de Hazrat Abu Bakr (ra). Pertenecía a los Banu Asad y cuando aceptó el Islam solo tenía 15 años. Con motivo de la Batalla de la Fosa, el Mensajero de Al’lah (sa) le otorgó el título de “Hawari” (discípulo), debido al servicio excepcional realizado por él. Fue martirizado en la época de Hazrat Ali (ra) después de la Batalla del Camello.

 El quinto era Hazrat Talha bin Abdul’lah (ra), que pertenecía a la tribu de Hazrat Abu Bakr (ra), los Banu Taim. Durante ese tiempo se encontraba en la plenitud de su juventud. Además, Hazrat Talha (ra) se encuentra entre los devotos más distintivos del Islam y fue martirizado en el reinado de Hazrat Ali (ra), durante la Batalla del Camello.

Todos estos Cinco Compañeros (ra) se encuentran entre los ‘Asharah Mubasharah’, o sea, están incluidos entre aquellos Diez Compañeros (ra) a los que se les dio especialmente la buena noticia de la entrada al Paraíso a través de la bendita boca del propio Santo Profeta (sa), y que fueron considerados como sus más íntimos Compañeros (ra) y consejeros”.

Los incrédulos de La Meca perpetraron todo tipo de crueldades e injusticias contra los que aceptaron el Islam.

No solo los musulmanes débiles y esclavizados eran el objetivo de su opresión, sino que incluso el propio Santo Profeta (sa) y Hazrat Abu Bakr (ra) tampoco estaban a salvo de ellos. La historia da testimonio de que ambos también fueron objeto de todo tipo de injusticias y crueldades.

Hay un incidente mencionado en “Sirat Al-Halabiyah” que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Talha (ra) expresaron abiertamente su aceptación del Islam, Naufal bin Adawiyah cogió a los dos. A esta persona se la llamaba “el león de los qureish” y ató a ambos con una cuerda. Ni siquiera la gente de su propia tribu, los Banu Taim, vino a ayudarlos. Por eso, tanto Hazrat Abu Bakr (ra) como Hazrat Talha (ra) son conocidos como “Qarinain”, es decir, dos amigos puestos juntos.

Debido a la fuerza y crueldad de Naufal bin Adawiyah, el Santo Profeta (sa) declaró:

”¡Oh Al’lah!  Sé suficiente para nosotros contra la malicia de Ibn Adawiyah”.

 Urwah bin Zubair (ra) narra que una vez le pidió a Hazrat Abdul’lah bin Amar bin Aas (ra) que le dijera qué acto fue el más atroz cometido por los idólatras contra el Santo Profeta (sa). Este respondió que una vez el Mensajero de Dios (sa) estaba ofreciendo su oración en el “Hatim” (muro) de la “Masyid Al-Haram” (la Mezquita donde está prohibido luchar), cuando Uqbah bin Abi Muid vino y puso una tela alrededor del cuello del Profeta (sa) y luego comenzó a estrangularlo. En ese momento, Hazrat Abu Bakr (ra) se acercó y agarró el hombro de Uqbah y lo apartó de Muhammad y dijo: “¿Quieres matar a una persona porque dice que Al’lah es su Señor?”.

En otra narración se dice que los idólatras preguntaron una vez al Santo Profeta (sa) si había dicho tal o cual cosa sobre sus ídolos. El Mensajero de Al’lah (sa) respondió afirmativamente y a continuación los idólatras le rodearon. Mientras tanto, alguien alertó a Hazrat Abu Bakr (ra) que fuera a ver a su Compañero (sa), por lo que salió inmediatamente y se dirigió a la “Masyid Al-Haram” (la Sagrada Mezquita, la Kaaba). Allí vio al Santo Profeta (sa) en un estado en el que la gente lo había rodeado. Hazrat Abu Bakr (ra) declaró entonces: “¿Queréis matar a una persona porque dice que Al’lah es su Señor aunque haya traído signos manifiestos de su Señor?”.

 Tras esto, dejaron marchar al Santo Profeta (sa) y en su lugar se abalanzaron sobre Hazrat Abu Bakr (ra) y comenzaron a atacarle. En este sentido, la hija de Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Asma (ra) afirma que su padre volvió en tal estado que, cuando se tocaba el pelo, los cabellos caían en sus manos y seguía repitiendo: “¡Oh Poseedor de la Majestad y el Honor! Santo eres Tú”.

En otro relato más se menciona que estas personas agarraron la cabeza y la barbilla del Santo Profeta (sa) con tanta fuerza, que la mayor parte de su bendito cabello acabó arrancado. Entretanto, Hazrat Abu Bakr (ra) corrió para socorrerlo y decía: “¿Queréis matar a una persona porque dice que Al’lah es su Señor? ¿Queréis matar a una persona porque dice que Al’lah es su Señor?”; y Hazrat Abu Bakr (ra) lloraba mientras decía esto. Ante esto, el Santo Profeta (sa) exclamó: “¡Oh Abu Bakr, déjalos! Juro por Aquel en cuyas manos está mi vida, que he sido enviado a ellos para que sea sacrificado de esta manera”. Tras esto, los incrédulos dejaron marchar al Santo Profeta (sa).

En una ocasión, Hazrat Ali (ra) preguntó al pueblo:

“¡Oh pueblo mío! ‘¿Quién es el más valiente de todos?’. Las personas respondieron: ‘¡Oh Líder de los Fieles! Tú eres el más valiente’. Hazrat Ali (ra) contestó: ‘En cuanto a mí, a quien se enfrentó conmigo en combate, le hice plena justicia’, (en otras palabras, los mataba). No obstante, el más valiente fue Hazrat Abu Bakr (ra), porque cuando levantamos una tienda de campaña para el Santo Profeta (sa), en el día de la Batalla de Badar, preguntamos que quién se quedaría con el Profeta (sa) para que nadie de entre los idólatras pudiera llegar a él’; juro por Dios que nadie se acercó al Mensajero de Al’lah (sa) excepto Hazrat Abu Bakr (ra), que fue y se puso al lado del Profeta (sa) con su espada desenvainada; o sea, ninguno de los idólatras habría podido llegar hasta el Santo Profeta (sa) si no se hubiera enfrentado primero a Hazrat Abu Bakr (ra). Así, él fue el más valiente de todos”.

Hazrat Ali (ra) también afirma:

“En una ocasión vi que los qureish habían atrapado al Santo Profeta (sa) y una persona estaba descargando toda su ira sobre él, mientras que otra persona lo estaba molestando; y proclamaban: ‘Dices que solo hay un Dios y abandonas a todos los demás’. Por Al’lah, Hazrat Abu Bakr (ra) golpeaba a quienquiera que se acercaba al Santo Profeta (sa) y huían, o les reprochaba y los alejaba. Y exclamaba: ‘¡Que te arruines! ¿Mataréis a este hombre solo porque dice mi Señor es Al’lah?’.

Hazrat Ali (ra) se quitó entonces su capa y lloró tan profusamente que su barba se empapó de lágrimas y exclamó entonces:

“Os pregunto en el nombre de Dios, ¿era mejor el hombre creyente de entre el pueblo del Faraón o Hazrat Abu Bakr?”. Tal vez Hazrat Ali (ra) se refirió al hombre creyente de entre el pueblo del Faraón porque ese versículo del Sagrado Corán se refiere a una persona del pueblo del Faraón que había ocultado su fe en la corte del Faraón. Ante esto, todos guardaron silencio y Hazrat Ali (ra) afirmó a continuación: “¡Por Dios! Incluso una hora de Hazrat Abu Bakr (ra) fue mejor que las acciones virtuosas del creyente de entre el pueblo del Faraón, aunque sus obras hubieran llenado toda la tierra; y esto es porque ese individuo ocultó su fe, pero él [es decir, Hazrat Abu Bakr (ra)] anunció abiertamente su fe”.

Hazrat Musleh Maud (ra) escribe sobre este tema:

“Cuando reflexionamos sobre los incidentes de la vida del Santo Profeta (sa), la afirmación de que el Profeta (sa) tenía un nivel extraordinario de amor y simpatía por la humanidad se convierte en una realidad manifiesta, y a cada paso podemos ver pruebas de ello. El Profeta (sa) soportó durante años una persecución tan horrible, por la causa del Dios Único, que es difícil de describir. Un día, mientras el Mensajero de Dios (sa) estaba en la Kaaba, los incrédulos ataron un cinturón alrededor de su cuello y lo sujetaron con tanta fuerza que sus ojos se pusieron rojos y comenzaron a salir de sus órbitas. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) se enteró de esto, vino corriendo y al ver el trato dado al Santo Profeta (sa), las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y apartando a los incrédulos como pudo dijo: ‘¡Temed a Dios! ¿Perseguiréis a alguien solo porque dice que Al’lah es su señor?’.”

El Mesías Prometido (as) también relata este incidente:

“Una vez, los enemigos encontraron solo a Muhammad (sa), le ataron un cinturón al cuello y comenzaron a apretarlo. Estaba al borde de la muerte cuando casualmente Hazrat Abu Bakr (ra) llegó allí y con gran dificultad logró liberarlo. Ante esto, Hazrat Abu Bakr (ra) fue golpeado tan severamente que cayó al suelo y perdió el conocimiento”.

Por otra parte, hay varias narraciones sobre cómo Hazrat Abu Bakr (ra) liberó esclavos.

Se menciona en una tradición que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) aceptó el Islam tenía 40.000 dirhams, que gastó en el camino de Al’lah y además liberó a siete personas que eran perseguidas debido a su creencia en Dios y el Islam. Los esclavos liberados fueron: Hazrat Bilal, Aamir bin Fuhairah, Zunairah, Mahdiyah y su hija, también una esclava llamada Bani Momal y Umme Uwais.

En ese tiempo, Hazrat Bilal (ra) era el esclavo de la tribu Banu Yumah y Umayah bin Jalaf lo perseguía severamente. Según una narración, cuando Hazrat Bilal (ra) aceptó el Islam, sus dueños lo pusieron en el suelo y le colocaron piedras y una piel de cuero encima; y le decían: “Tu señor es Lat y Uzza”; no obstante, Hazrat Bilal (ra) solo decía: “Ahad, Ahad” (Dios es Único, Dios es Único). Entonces, Hazrat Abu Bakr (ra) se acercó a ellos y les preguntó: “¿Por cuánto tiempo seguiréis persiguiéndolo?”. El narrador afirma que Hazrat Abu Bakr (ra) compró a Hazrat Bilal (ra) por siete “auqiah” y lo liberó. Una “auqiah” son 40 dirhams, por lo que fue comprado por 280 dirhams. Hazrat Abu Bakr (ra) informó entonces al Santo Profeta (sa) de este incidente, a lo que este dijo: “¡Oh Abu Bakr! Inclúyeme también a mí como parte de ello”. Hazrat Abu Bakr (ra) respondió: “¡Oh Mensajero de Dios (sa)! Ya lo he liberado”.

Hazrat Aamir bin Fuhairah (ra) era un esclavo de ascendencia africana y de Tufail bin Abdul’lah bin Sajbarah, que era el hermanastro de Hazrat Aisha (ra) por parte de su madre.  Hazrat Aamir (ra) se cuenta entre los primeros musulmanes. Fue perseguido en el camino de Dios, pero Hazrat Abu Bakr (ra) lo compró y lo liberó.

Hazrat Zunairah Al-Rumiyah (ra) fue una de las primeras mujeres musulmanas y aceptó el Islam al principio. Los idólatras no paraban de infligirle crueldades. Era la esclava de los Banu Majzum y Abu Yahal la perseguía. Consta además que era la esclava de Banu Abd Al-Dar. Cuando aceptó el Islam, perdió la vista. Ante esto, los idólatras dijeron que Lat y Uzza (ídolos) hicieron perder la vista a Zunairah (ra) porque los había rechazado. Ante esto Zunairah (ra) afirmó: “Lat y Uzza ni siquiera saben quienes los adoran, ¿cómo podrían quitarme la vista cuando ellos mismos no pueden ver nada? Esto viene de los Cielos y fue el decreto de Dios el que me hizo perder la vista; pero mi Señor tiene el poder de permitirme ver de nuevo”. Esta fue su respuesta a los incrédulos. A la mañana siguiente, cuando se despertó, Dios Altísimo le devolvió la visión y pudo volver a ver. Aunque al contemplar esto los qureish dijeron: “Esto se debe a la hechicería de Muhammad”. Entretanto, cuando Hazrat Abu Bakr (ra) vio el dolor y el sufrimiento que le infligían, la compró y la liberó.

Los relatos continuarán en el futuro si Dios quiere y hay algunas otras narraciones con respecto a la liberación de los esclavos.

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) continuó relatando incidentes de la vida de Hazrat Abu Bakr (ra).

La aceptación del Islam por parte de Hazrat Abu Bakr (ra)

Su Santidad (aba) dijo que antes mencionó los incidentes que rodearon la aceptación del Islam por parte de Hazrat Abu Bakr (ra). Está registrado que una vez, antes del advenimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr (ra) viajó a Yemen, donde conoció a un anciano erudito. Éste fue capaz de determinar con precisión los antecedentes y la historia familiar de Hazrat Abu Bakr (ra). Además, le informó luego que un profeta se manifestaría, y que sería asistido por una persona joven y otra mayor. Uno de los signos de la persona mayor que ayudaría a ese profeta era que tendría una marca en el estómago, y cuando Hazrat Abu Bakr (ra) se levantó la ropa, el anciano erudito vio una marca negra en su estómago. Dijo que seguramente era la persona mayor que asistiría al profeta venidero. Entonces le aconsejó que nunca abandonara la verdad. Fue después de esto que Hazrat Abu Bakr (ra) se enteró de la afirmación del Santo Profeta (sa), y la gente vino a él buscando su opinión. Hazrat Abu Bakr (ra) fue a visitar al Santo Profeta (sa) y le preguntó sobre su afirmación y qué pruebas tenía. El Santo Profeta (sa) le informó que conocía al anciano que había conocido en Yemen. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) le preguntó cómo lo sabía, el Santo Profeta (sa) le dijo que le había informado el mismo ángel que descendió sobre los profetas.

Su Santidad (aba) dijo que en otra narración, se registra que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) fue a ver al Santo Profeta (sa) y escuchó su proclamación, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que nunca había visto al Santo Profeta (sa) decir una mentira, él honraba las confianzas y era amable con su familia. A continuación, pidió al Santo Profeta (sa) que extendiera su mano para poder jurarle lealtad.

Su Santidad (aba) dijo que en otra narración consta que Hazrat Abu Bakr (ra) preguntó al Santo Profeta (sa) si afirmaba que los ángeles descendían sobre él. En respuesta, el Santo Profeta (sa) comenzó a presentar explicaciones para describir lo que había experimentado, con el fin de eliminar cualquier duda. Hazrat Abu Bakr (ra) pidió que no le diera explicaciones, sino que quería una respuesta sencilla sobre si el Santo Profeta (sa) afirmaba que los ángeles descendían sobre él. El Santo Profeta (sa) respondió afirmativamente, a lo que Hazrat Abu Bakr (ra) lo aceptó. Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que no quería una explicación, ya que deseaba aceptarle basándose en lo que había visto, no en ninguna evidencia.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmud Ahmad (ra), quien escribe que Hazrat Abu Bakr (ra) aceptó al Santo Profeta (sa) basándose en una sola idea: el hecho de que había conocido al Santo Profeta (sa) desde su infancia, y que él nunca mintió, nunca fue travieso, ni nunca dijo nada malo. Por lo tanto, Hazrat Abu Bakr (ra) sabía que nunca mentiría. Hazrat Abu Bakr (ra) dijo que si el Santo Profeta (sa) nunca había mentido sobre la gente, entonces ¿por qué iba a mentir sobre Dios? Esto, de hecho, es una prueba de la veracidad del Santo Profeta (sa) dada por Dios, Quien instruyó al Santo Profeta (sa) a decir:

“En verdad, he vivido entre vosotros una vida antes de esto. ¿No queréis comprender?”. ” (10:17)

Adoptando las Cualidades de Siddiq

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que el Santo Profeta (sa) llamó a Hazrat Abu Bakr (ra) Siddiq por lo que poseía en su corazón. Por lo tanto, si alguien, en cualquier época, desea convertirse en Siddiq, debe adoptar las cualidades de Hazrat Abu Bakr (ra). Un ejemplo de estas cualidades es que al escuchar la afirmación del Santo Profeta (sa) sobre la profecía, dijo que si esta es su afirmación, entonces debe ser verdadera. No era necesario que sucediera ningún tipo de milagro, ya que conocía las cualidades del Santo Profeta (sa), y simplemente basándose en esto sabía que cualquier cosa que dijera debía ser cierta. Entonces, al encontrarse con el Santo Profeta (sa) y preguntarle sobre su afirmación, dijo que era el primero en atestiguarlo.

El primer varón que aceptó al Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) dijo que hay diferentes opiniones entre los historiadores sobre quién fue el primer hombre en aceptar al Santo Profeta (sa); Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Ali (ra), o Hazrat Zaid bin Harithah (ra). Se dice que el primer hombre adulto en aceptar al Santo Profeta (sa) fue Hazrat Abu Bakr (ra), el primer niño fue Hazrat Ali (ra), y el primer esclavo liberado en aceptar fue Hazrat Zaid bin Haritha (ra). Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra), quien dijo que la solución simple a esta discusión es el hecho de que tanto Hazrat Ali (ra) como Hazrat Zaid bin Harithah (ra) eran miembros de la casa del Santo Profeta (sa) y vivían con él como sus propios hijos, y como tales habrían aceptado automáticamente cualquier cosa que el Santo Profeta (sa) dijera. Por lo tanto, Hazrat Abu Bakr (ra) fue el primero en aceptar al Santo Profeta (sa) por sí mismo.

Propagación de Hazrat Abu Bakr (ra)

Su Santidad (aba) dijo que hubo muchos que aceptaron el Islam a través de la propagación de Hazrat Abu Bakr (ra), como Hazrat Uthman (ra), Hazrat Zubair bin al-Awwam (ra), Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra), Hazrat Sa’d bin Abi Waqas y Hazrat Talha bin Ubaidul’lah (ra). Estos fueron compañeros que, además, estuvieron entre los diez compañeros a los que se les dio la buena noticia del Paraíso.

Defendiendo al Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) dijo que junto con el Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr (ra) también tuvo que enfrentarse a grandes dificultades a causa de su aceptación del Islam. Está registrado que una vez, mientras el Santo Profeta (sa) estaba rezando junto a la Santa Ka’bah, un incrédulo vino y comenzó a ahogarlo. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) vio esto, se apresuró y empujó al incrédulo lejos del Santo Profeta (sa). Hazrat Abu Bakr (ra) le preguntó si mataría a alguien simplemente por decir que su Señor es Al’lah. En otra ocasión, cuando los incrédulos habían rodeado al Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr (ra) les hizo la misma pregunta: ¿Matarían a alguien simplemente por decir que su Señor es Al’lah? Ante esto, los incrédulos volvieron su atención hacia Hazrat Abu Bakr (ra) y lo atacaron.

Su Santidad (aba) dijo que una vez, Hazrat Ali (ra) preguntó a la gente quién era la persona más valiente. La gente respondió que era Hazrat Ali (ra). Hazrat Ali (ra) dijo que, de hecho, la persona más valiente era Hazrat Abu Bakr (ra), porque se quedó con el Santo Profeta (sa) en el día de la Batalla de Badr, y ningún incrédulo se atrevió a acercarse al Santo Profeta (sa), porque habrían tenido que pasar primero por Hazrat Abu Bakr (ra).

Liberación de esclavos

Su Santidad (aba) dijo que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) aceptó el Islam, tenía 40,000 dirhams, que utilizó para liberar a siete esclavos. Esto incluía a Hazrat Bilal (ra), que estaba siendo torturado después de haber aceptado el Islam. Al ver esto, Hazrat Abu Bakr (ra) compró la libertad de Hazrat Bilal (ra).

Su Santidad (aba) dijo que seguiría relatando incidentes de la vida de Hazrat Abu Bakr (ra) en futuros sermones.

Resumen preparado por The Review of Religions

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