Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Recientemente he estado describiendo a algunos de los Compañeros del Santo Profeta (sa) que participaron en la Batalla de Badr. Algunos de ellos han sido bien descritos en la historia y en las narraciones, mientras que a muchos otros solamente se les menciona brevemente. Sin embargo, se confirman la categoría y el lugar que ocupan en la historia dado que participaron en la Batalla de Badr. Por tanto, deben ser mencionados, aunque sea en unas pocas líneas. Muchos de los compañeros que voy a mencionar hoy solo serán descritos brevemente.

El primero de ellos es Hazrat Subaib bin Qais bin Easha. El nombre de su abuelo ha sido escrito como Abasa o Easha. Era de los Ansar (habitantes de Medina) y pertenecía a la tribu de Jazrall. Participó en las batallas de Badr y Uhud. El nombre de su madre era Jadiya bint Umar bin Zaid. Tuvo un hijo llamado Abdul’lah, que murió en su temprana infancia, y cuya madre pertenecía a la tribu de Banu Yazara. No tuvo más hijos. Hazrat Ibada bin Qais era su hermano. Tuvo otro hermano llamado Zaid bin Qais.

El segundo nombre es el de Hazrat Unais bin Qitada, quien murió durante la Batalla de Uhud.  Algunos historiadores escriben su nombre como Anas. Sin embargo, el nombre correcto es Unais. Tanto Muhammad bin Ishaq como Muhammad bin Umar lo escribieron como Unais. Él estuvo con el Santo Profeta (sa) durante la Batalla de Badr y fue martirizado durante la Batalla de Uhud. No tuvo descendencia. Según la tradición, Jansa binte Jidaam estuvo en la ceremonia del compromiso de matrimonio de Hazrat Unais bin Qitada el día en el que fue martirizado.

A continuación, está el compañero con el nombre de Hazrat Malail bin Wabra. Se han registrado diferentes versiones de su nombre, pero tanto Ibn Ishaq como Abu Naim, han escrito su nombre como Malail bin Wabra bin Abdul Karim bin Jalid bin Ayla. Por otro lado, Umar y Kalbi lo han escrito como Malail bin Wabra bin Jalid bin Ayila, omitiendo Abdul Karim. También perteneció a la tribu de Jazrall, siendo su rama Banu Ayilan. Tomó parte en las Batallas de Badr y Uhud.  Tuvo dos hijos, Zaid y Habiba, cuya madre era Umm Zaid bint Nazla bin Malik. Su progenie no fue más allá de sus hijos. Fue conocido como Jalid bin Ayilan. Según la tradición, acompañó al Santo Profeta (sa) en la batalla de Badr y todas las demás batallas.

Otro compañero fue Hazrat Naufil bin Abdul’lah bin Nazla. Fue martirizado durante la Batalla de Uhud. Algunos han escrito su nombre como Naufil bin Salba bin Abdul’lah bin Nazla bin Malik bin Ayilan. Participó en las batallas de Badr y Uhud. Fue martirizado en la batalla de Uhud. Su linaje tampoco duró.

Otro compañero fue Hazrat Wadia bin Amar. Ibn Kalbi ha escrito su nombre como Wadia bin Amar bin Yasaar bin Auf, mientras que Abu Ma’shar le llama Rafa bin Amar bin Yaraad. Perteneció a la tribu de Bani Yuhaina, la cual estaba alineada con Banu Nallaar. Tomó parte en las batallas de Badr y Uhud. Su hermano fue Hazrat Rabi’a bin Amar.

Luego, está el compañero con el nombre de Hazrat Yazid bin Munzir bin Sarh bin Junas. Perteneció a la tribu de Banu Jazrall y participó en el Bai’at (pacto de iniciación) realizado en ‘Uqba. El Santo Profeta (sa) formó un vínculo de hermandad entre Hazrat Yazid bin Munzir y ‘Amir bin Rabi’ah. Participó en las batallas de Badr y Uhud. No tenía hijos en el momento de su muerte. Su hermano, Maqir bin Munzir, también participó en el Bai’at realizado en ‘Uqba así como en las batallas de Badr y Uhud.

A continuación, está el compañero con el nombre de Hazrat Jawarlla bin Humayyar Ashya’i. En la historia se pueden encontrar muchas opiniones diferentes en relación a su nombre. Ibn Ishaq ha mencionado su nombre como Jawarlla bin Humayyar, Musa bin ‘Uqba lo ha mencionado como Hariza bin Humayyar, Waqidi ha mencionado su nombre como Hamza bin Humayyar. También hay diferentes opiniones en relación al nombre de su padre. Algunos han afirmado que su nombre es Humayyar, mientras que otros lo han escrito como Yumaira y otros como Yumair. Sin embargo, todo el mundo coincide en el hecho de que perteneció a la tribu de Ashya, la cual era aliada de la tribu de Banu Jazrall. El nombre de su hermano era Abdul’lah bin Humayyar, quien participó junto con él en la batalla de Badr.

A continuación, encontramos una mención de Hazrat Suraqa bin ‘Amr. Era un Ansari (habitante de Medina). Su nombre era Suraqa bin ‘Amr bin ‘Atiya bin Hansaa Ansari. Falleció en Yamadi-ul-Awwal (quinto mes del calendario lunar) en el octavo año de la Hegira (migración a la Medina) durante la batalla de Mu’tah. Su nombre completo era Suraqa bin ‘Amr bin ‘Atiya bin Hansaa Ansari. El nombre de su madre era ‘Utaila bint Qais. Hazrat Suraqa perteneció a la famosa tribu de los Ansar, Banu Nayaar. Hay diferentes opiniones en relación a su aceptación del islam. Según algunos, aceptó el islam poco antes de la migración del Santo Profeta (sa) a Medina. Mientras que, en opinión de otros, aceptó el islam poco después de que el Santo Profeta (sa) hubiera migrado. El Santo Profeta (sa) formó un vínculo entre Nahya Maula ‘Amr y Suraqa bin ‘Amar. También participó en las batallas de Badr, Uhud, Jandaq y Jaybar. Además, fue bendecido con la compañía del Santo Profeta (sa) con motivo del tratado de Hudaibiyah, así como ‘Umrat-ul-Qadha (la primera peregrinación a la Meca). Hazrat Suraqa bin ‘Amr estaba entre aquellos afortunados compañeros que fueron bendecidos con la oportunidad de tomar parte en Bai’at-e-Ridhwan. No tuvo descendencia, y como mencioné anteriormente, fue martirizado en el octavo año de la Hegira durante la batalla de Mu’tah.

Luego, está el compañero Hazrat ‘Abbad bin Qais. Él también falleció en el octavo año de la Hegira (migración a Medina) durante la batalla de Mu’tah. Hay también opiniones diferentes en relación a su nombre. Su nombre puede ser encontrado como ‘Ubbada bin Qais bin ‘Eisha. De manera similar, el nombre de su abuelo también se menciona como ‘Abasa. Hazrat ‘Abbad era el tío paterno de Hazrat Abu Dardaa. Hazrat ‘Abbad luchó junto con el Santo Profeta (sa) durante las batallas de Badr, Uhud, Jandaq and Jaybar. También participó en el tratado de Hudaibiyah y fue martirizado durante la batalla de Mu’tah.

Seguidamente, está Hazrat Ab-uz-Zayyah bin Zabit bin Nu’man. Falleció en el séptimo año de la Hegira. En un testimonio su nombre es mencionado como ‘Umair bin Zabit bin Nu’man bin Umayyah bin Imra-ul-Qais. Según otro relato, es Nu’man bin Zabit bin Imra-ul-Qais. Era conocido por el título de Ab-uz-Zayyah. Participó en las batallas de Badr, Uhud and Jandaq así como en el tratado de Hudaibiyah. Fue martirizado en el séptimo año de la Hégira durante la batalla de Jaybar. Se narra que un judío le golpeó, le cortó la cabeza y como resultado de ello fue martirizado.

A continuación, está Hazrat Ansa. Falleció durante la batalla de Badr. Sin embargo, hay diferentes opiniones en relación a esto puesto que algunos dicen que permaneció vivo hasta el Jalifato de Hazrat Abu Bakr. Sin embargo, fue un esclavo abisinio liberado del Santo Profeta (sa). Su nombre era Ansa pero también se le puede encontrar como Abu Ansa. De forma similar, y según algunos, su nombre era Abu Masruh. Hazrat Ansa aceptó el islam en los comienzos y migró a Medina durante la época de la migración. Se convirtió en un invitado de Hazrat Sa’d bin Jaizma. Durante el tiempo que vivió, su actividad favorita era servir al Santo Profeta (sa). También era tan obediente que se narra, en relación a él, que cuando solía tomar asiento, lo hacía buscando el permiso del Santo Profeta (sa). Luchó junto con el Santo Profeta (sa) durante la batalla de Badr.

Posteriormente, está Hazrat Abu Kabsha Sulaim. Su título es el de Abu Kabsha. Falleció durante el Jalifato de Hazrat Umar. Según algunos, su nombre era Salama. Era un esclavo persa liberado del Santo Profeta (sa). Es un compañero que participó en la batalla de Badr. Nació en el área de Aus. Hay varias narraciones con respecto a su lugar de nacimiento y linaje. Algunos le consideran persa, otros le consideran Dausi y otros le consideran de la Meca. Aceptó el islam en las primeras etapas y emigró a Medina después de recibir permiso para hacerlo. Luchó junto al Santo Profeta (sa) durante cada batalla, incluida la batalla de Badr. Cuando Hazrat Abu Kabsha emigró a Medina, se quedó con Hazrat Kulzum bin Al-Hadaam. Según otra narración, se quedó con Hazrat Sa’d bin Jaizma. Hazrat Abu Kabsha falleció la primera noche después de que Hazrat Umar fuera elegido como Jalifa. Esto fue en el vigésimo segundo Yamadi-uz-Zani [sexto mes del calendario lunar] en el decimotercer año de la Hégira.

Luego, está Hazrat Marsad bin Abi Marsad. Falleció durante el mes de Safar [segundo mes del calendario lunar] en el tercer año de La Hégira. Fue un compañero que participó en la batalla de Badr. Era un aliado de Hazrat Hamza bin Abd-il-Muttalib. Participó en la batalla de Uhud junto con su padre. Aceptó el islam en sus etapas iniciales y emigró a Medina antes de la batalla de Badr. El Santo Profeta (sa) formó un vínculo de hermandad entre él y Hazrat Aus bin Samit. El día de la batalla de Badr, se acercó a un caballo, cuyo nombre era Sabal. Ibn Ishaq ha escrito que Hazrat Marsad, que Al-lah esté complacido con él, era el líder de un grupo de soldados, que el Santo Profeta (sa) envió a Rayí. Este incidente tuvo lugar durante el mes de Safar en el tercer año de La Hégira. Según algunas personas, Hazrat ‘Asim bin Zabit era el líder de ese grupo.

El incidente de su martirio es el siguiente. Banu ‘Azl y Qarah fingieron haber aceptado el islam y le pidieron al Santo Profeta (sa) que les enviara algunos maestros para proporcionarles educación religiosa. Ante esto, el Santo Profeta (sa) les envió un grupo de personas. Hay una diferencia de opinión encontrada sobre este asunto en las narraciones sobre si fue enviado bajo el liderazgo de Hazrat Marsad, que Al-lah esté complacido con él, o Hazrat Asim, que Al-lah esté complacido con él. Esta gente apenas había llegado al lugar de Rayí, cuando Banu Huzail se les acercó con espadas desenvainadas y les dijo que no querían matarlos. Más bien, deseaban recibir un rescate de la gente de la Meca y prometieron proteger sus vidas. Ante esto, Hazrat Marsad, Jalid y Asim, que Al-lah esté complacido con ellos, dijeron que no confiaban en su promesa. Por lo tanto, los tres dieron su vida luchando contra ellos.

Luego, hay un compañero llamado Hazrat Abu Marsad bin Qannas bin Al-Hussain Ghanwi. Falleció en el duodécimo año de la Hégira [migración a Medina]. Según algunas personas, su título era Abu Hisn. Era un residente de Siria. Aceptó el islam en sus primeras etapas y emigró a Medina después de pedir permiso para hacerlo. El Santo Profeta (sa) formó un vínculo de hermandad entre él y Hazrat Ibada bin Samit. Cuando Abu Marsad, que Al-lah esté complacido con él, y su hijo, Marsad emigró a Medina, ambos se quedaron con Hazrat Kulzum bin Al-Hadam. Según algunas personas, ambos se quedaron con Hazrat Sa’d bin Haizam.

Hazrat Abu Marsad participó en todas las batallas con el Santo Profeta (sa). Tiene un elevado rango en la historia por el siguiente incidente: Hazrat Hatib bin Abi Baltah envió una carta a la gente de La Meca para informarles secretamente [del plan del Santo Profeta (sa)] con la idea de proteger a sus hijos allí. Al-lah el Todopoderoso informó al Santo Profeta (sa) acerca de esto, así que envió a tres jinetes detrás de la mujer que tenía esta carta y se la quitaron. Hazrat Abu Marsad fue uno de los tres jinetes. Hazrat Ali relata:

“El Santo Profeta (sa) nos envió a Abu Marsad Ghanwi, Zubair y a mí, porque podíamos montar a caballo y el Santo Profeta (sa) dijo: ‘Id hasta que lleguéis a un lugar llamado Roza-e -Jaaj, allí encontraréis a una mujer de entre los adoradores de ídolos que tiene la carta de Hatib bin Abi Baltah para los adoradores de ídolos.'”

Esto se menciona en Bujari.

Hazrat Abu Marsad relata un hadiz [tradición] del Santo Profeta (sa) que se recoge en Muslim y Baghwi. Declara:

“Escuché al Santo Profeta (sa) decir: ‘No os sentéis en las tumbas y no recéis mirando hacia ellas.’”

Falleció durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra) en el 12° Hillri a la edad de sesenta y seis años.

Hay un compañero llamado Hazrat Sulit bin Qais bin Amar. Falleció en el año 14 de Hillri. Su nombre completo era Hazrat Sulit bin Qais bin Amar bin Ubaid bin Malik. Después de aceptar el islam, tanto Hazrat Sulait bin Qais como Hazrat Abu Salma destruyeron los ídolos de la familia de Banu Adi bin Nayyar. Con motivo de la migración del Santo Profeta (sa) a Medina, cuando él entró en la ciudad en su camella, todas las tribus deseaban que se quedara en su casa. Cuando la camella del Santo Profeta (sa) llegó a la casa de Banu Adi, que eran sus tíos maternos porque Salma bint Amr, madre de Abdul Mutalib, era de esta tribu, en ese momento Hazrat Sulit bin Qais y Asarah bin Abu Juwarjah trataron de detener al Santo Profeta (sa), pero afirmó:

“Deja a mi camella, ya que se mueve bajo la guía divina.” Es decir, se detendrá donde Dios lo desee.

Hazrat Sulit participó en las batallas de Badr, Uhud, Jandaq y en todas las batallas con el Santo Profeta (sa). Falleció en el año 14 de Hillri durante el Jalifato de Hazrat Umar en la batalla de Yisr en Abi Ubaid.

Hazrat Mullazar bin Ziyaad fue martirizado durante la batalla de Uhud. Mullazar era su título que significa “una persona que posee un cuerpo pesado”. El Santo Profeta (sa) estableció la hermandad entre Hazrat Mullazar y Aaqil bin Buqair. Se menciona en otro lugar que el Santo Profeta (sa) estableció la hermandad entre Hazrat Mullazar y Hazrat Ukasha bin Mehsin. Hazrat Mullazar participó en la batalla de Badr y la batalla de Uhud. Ibn-e-Ishaaq narra:

“El Santo Profeta (sa) había prohibido el asesinato de Abu Bajtari porque impidió que la gente de Meca atormentara al Santo Profeta (sa). A cambio, el Profeta había declarado, ‘No lo matéis’. Abu Bajtari no causó ningún sufrimiento al Santo Profeta (sa) y estuvo entre los que protestaron contra el pacto de los Quraish contra los Banu Hashim y los Bani Mutalib.

Hazrat Mullazar se encontró una vez con Abu Bajtari y dijo:

“El Santo Profeta (sa) ha impedido que te matemos”.

El amigo de Abu Bajtari, que había salido de la Meca con él, estaba con él en ese momento. Su nombre era Yanaza bin Mulayha y era de la tribu Banu Lais. El nombre de Abu Bajtari era Aas. Él preguntó:

“¿Qué instrucciones tienes para mi amigo?”

Hazrat Mullazar respondió:

“Juro por Dios que no perdonaremos a tu amigo. El Profeta (sa) nos ha dado instrucciones solo acerca de ti”.

Él respondió:

“Si vamos a morir, entonces moriremos juntos. No puedo soportar la idea de que las mujeres de la Meca hablen de esto y digan que abandoné a mi compañero para salvar mi propia vida.”

Ambos se prepararon para una pelea con Hazrat Mullazar y él mató a Abu Bajtari. Hazrat Mullazar fue al Santo Profeta (sa) y dijo:

“Juro por Aquel que te ordenó con la Verdad, hice todo lo posible para tomarlo como prisionero y traértelo, pero él no estaba dispuesto. Al final, luchó contra mí y le quité la vida.”

Los hijos de Hazrat Mullazar estaban en Medina y también en Bagdad.

Abi Wallziah relata:

“Los tres hombres, entre los Mártires de Uhud, que fueron sepultados en una sola tumba fueron Mullazar bin Ziyaad, Nu’man bin Malik y Abdah bin Hassas.”

Sin embargo, otra narración también afirma:

“Hazrat Anisah bint Adi vino al Santo Profeta (sa) y declaró:

“¡Oh Mensajero de Al-lah (sa)! Mi hijo Abdul’lah, que luchó en la batalla de Badr, fue martirizado en la batalla de Uhud. Es mi deseo que entierre a mi hijo cerca de nuestro hogar para que permanezca cerca de él”.

El Santo Profeta (sa) permitió que lo hiciera y también se decidió que junto con Hazrat Abdul’lah, su amigo Hazrat Mullazar también fuera enterrado en la misma tumba. Por lo tanto, ambos amigos fueron envueltos juntos en una única sábana y llevados a Medina en un camello. Abdul’lah era más corpulento y tenía mejor condición física que Mullazar, que era delgado y estilizado.”

Se menciona que:

“La gente se sorprendió al notar que ambos pesaban lo mismo cuando se les bajaron del camello. El Profeta (sa) afirmó: ‘Sus obras les han hecho iguales el uno al otro.'”

Hazrat Hubbab bin Munzar Bin Yumuh era un compañero que falleció durante el Jalifato de Hazrat Umar (ra). Estuvo con el Santo Profeta (sa) durante Badr, Uhud, Jandaq y todas las otras batallas. Permaneció firme junto al Santo Profeta (sa) durante la batalla de Uhud y tomó el Juramento de Lealtad en su fallecimiento. Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib escribe sobre él en Sirat Jatam Al-Nabiyyin:

“El lugar donde se alojaba el ejército musulmán no era bueno, por lo que Hazrat Hubbab bin Munzar le preguntó al Santo Profeta (sa): ‘¿Has elegido este lugar debido a una guía divina o se ha elegido simplemente en base a tácticas militares?’ El Santo Profeta (sa) respondió: ‘No ha habido ninguna guía divina respecto a este asunto por lo que puede compartir su sugerencia libremente, si así lo desea.’ Hazrat Hubbab bin Munzar afirmó: ‘En ese caso, esta no es una buena ubicación en mi opinión. Sería mejor avanzar y ocupar el manantial más cercano al ejército de los Quraish. Soy consciente de que este manantial genera agua de buena calidad y, por lo general, en cantidad suficiente.’”

El Santo Profeta (sa) apreció esta sugerencia. Como los Quraish estaban al otro lado de la colina y este manantial estaba desocupado, el ejército musulmán avanzó y la ocupó. Sin embargo, como ha sido registrado en el Sagrado Corán, este manantial no produjo mucha agua y los musulmanes experimentaron escasez. También sucedió que la ubicación en el valle donde los musulmanes estaban situados no era buena porque había demasiada arena y no permitía que los pies se fijaran correctamente. Después, por la Gracia de Dios, llovió un poco y esto les dio a los musulmanes la oportunidad de crear un embalse para retener agua, la arena se hizo más firme y sus pies ya no se hundían en ella. Por otro lado, el suelo del enemigo se volvió fangoso y el agua se volvió algo sucia e impura.

Hazrat ibn Abbas (ra) afirma:

“Hazrat Gabriel descendió sobre el Santo Profeta (sa) y dijo: ‘La sugerencia de Hazrat Hubbab bin Munzar es correcta.’”

El Profeta (sa) afirmó: “¡Oh Hubab tu consejo es sabio!” En el momento de la Batalla de Badr, Hazrat Hubbab bin Munzar llevaba la bandera de la tribu Jazrall. Tenía treinta y tres años en ese momento cuando participó en la batalla de Badr. Hazrat Mirza Bashir Ahmad sahib (ra) escribe sobre él en Sirat Jatam Al-Nabiyyin:

“Cuando los reporteros notificaron al Santo Profeta (sa) que el ejército de los Quraish se estaba acercando, envió a uno de sus compañeros, llamado Hazrat Hubbab bin Munzar, y le ordenó que estimara el número y la fuerza del enemigo. También le aconsejó: ‘Si averiguas que la fuerza y el número del enemigo es mayor y que la situación es peligrosa para los musulmanes, entonces no lo menciones abiertamente, solo menciónalo en privado para que no les afecte a la moral.’ Hubbab fue allí en secreto, regresó poco después e informó al Santo Profeta (sa) acerca de todo.”

Yahyah bin Sa’ad narra:

“En el día de Quraizah y en el día de Al-Nazir, cuando el Santo Profeta (sa) pidió consejo a la gente, Hazrat Hubbab bin Munzar se puso de pie y dijo: ‘Soy de los que opina que debemos establecernos en medio de los campamentos del ejército, es decir, ir al sitio más cercano al ejército para obtener información y llevar a cabo una mejor vigilancia.’ El Santo Profeta (sa) aceptó su sugerencia.”

Falleció durante el Jalifato de Hazrat Umar (ra).

Cuando el Santo Profeta (sa) falleció, se menciona, en relación a cómo Hazrat Abu Bakr (ra) controló toda la situación y la condición de los Compañeros (ra):

“Después de alabar al Señor, Hazrat Abu Bakr (ra) afirmó: ‘¡Mirad! Quién adore a Muhammad (sa) debería saber que Muhammad (sa) ciertamente ha fallecido y quienquiera que adore a Al-lah debería tener en cuenta que Al-lah está vivo y nunca fallece.’ Y Hazrat Abu Bakr (ra) recitó el siguiente verso:

[árabe]

‘Ciertamente morirás, y ciertamente ellos morirán también.’ (39:31)

Después el recitó el siguiente verso del Sagrado Corán:

[árabe]

‘Y Mohammad no es más que un Mensajero y antes que él han pasado todos los mensajeros. Pero si muere o es asesinado, ¿volveríais sobre vuestros pasos? Quien vuelve sobre sus pasos no perjudicará en absoluto a Al-lah. Y Al-lah recompensa ciertamente a los agradecidos.’” (3: 145)

Sulaiman menciona que, al escuchar esto, la gente se lamentó tanto que empezaron a llorar convulsivamente.  Sulaiman relata asimismo que otros compañeros de Ansar se reunieron alrededor Hazrat Sa’ad Bin Ubaidah en la casa de Bani Sa’adah y le dijeron: “Habrá un líder entre nosotros, y un líder entre ustedes.”

Hazrat Abu Bakr, Hazrat Umar Bin Jattab y Hazrat Abu Ubaida bin Alyarah se acercaron a ellos. Hazrat Umar estaba a punto de hablar cuando Hazrat Abu Bakr le ordenó que se detuviera. Hazrat Umar dijo:

“Juro por Dios que he preparado un discurso para lo que pretendía decir y estaba satisfecho por ello, pero temía que Hazrat Abu Bakr no fuese capaz de pronunciar un discurso similar. Después de eso Hazrat Abu Bakr pronunció un discurso mucho más elocuente que cualquier otro discurso.”

Durante su discurso también afirmó:

“Somos los líderes mientras que vosotros sois los ministros”.

Al escuchar esto, Hubbab Bin Munzar dijo:

“Nunca podrá ser así, por Dios que nunca podrá ser así.”

Lo menciono porque el nombre de Hubbab Bin Munzar ha sido mencionado aquí. Al escuchar esto, Hubbab Bin Munzar dijo:

“Nunca podría ser así, por Dios que nunca podría ser así. Por Dios, nunca lo haremos. Habrá un líder de entre nosotros y un líder de entre ustedes.”

Es decir, un líder entre los Quraish y un líder entre los Ansar.

Hazrat Abu Bakar respondió:

“No, somos los líderes y vosotros sois los ministros porque los Quraish tienen prioridad sobre todas las castas de Arabia, y en el linaje somos árabes antiguos. Por lo tanto, tomad iniciación de la mano de Umar o Abu Ubaidah.” 

Hazrat Umar dijo:

“No, más bien tomaremos iniciación de tu mano porque tú eres nuestro jefe, el mejor entre nosotros y eras más querido por el Santo Profeta (la paz sea con él) que ninguno de nosotros.”

Después de decir esto, tomó la mano de Hazrat Abu Bakr y llevó a cabo la iniciación de su mano, otros siguieron y, por lo tanto, en ese momento todos los demás también tomaron la iniciación de su mano.

Hazrat Hubbab bin Munzir narra: “Hazrat Gabriel (as) vino al Santo Profeta (sa) y dijo:

‘¿Qué es lo más preferible para ti: permanecer en este mundo con tus compañeros, o regresar con tu Señor donde se te otorgarán disposiciones eternas en el paraíso que te han sido concedidas? Además, todo lo que desees y todo lo que sea un medio para proveerte satisfacción también se te ha prometido.’ El Santo Profeta (sa) se volvió hacia sus compañeros y les preguntó: ‘¿Cuál es vuestra opinión?’ Los Compañeros dijeron:

‘Oh Mensajero de Al-lah, preferimos que te quedes con nosotros para que puedas informarnos de las debilidades de nuestros enemigos; luego reza a Al-lah el Todopoderoso para que nos conceda Su socorro para vencerlos; del mismo modo, puedes concedernos la revelación divina.’ El Santo Profeta (sa) luego se dirigió a Hubbab bin Munzir y preguntó: ‘¿Cuál es tu opinión? Estás muy callado.’ Hubbab bin Munzir respondió: ‘¡Oh, Mensajero de Al-lah! Debes elegir el camino que Al-lah el Todopoderoso ha preferido para ti.’ Hazrat Hubbab dice que el Santo Profeta (sa) aceptó esta declaración que hice.”

Después había un compañero, Hazrat Rifaa bin Raafi bin Malik bin All’lan, que era de entre los Ansar. Falleció durante la primera etapa del gobierno del Amir Muawiyyah. A Hazrat Raafi bin Malik bin All’lan se le conocía como Abu Muaz, y su madre era Malik bint Ubay Salul, la hermana de Abdul’lah bin Ubay bin Salul, jefe de los hipócritas. Estuvo presente durante el Bai´at Uqbah, así como en la Batalla de Badr, la Batalla de Uhud, la Batalla del Foso, Bait e Rizwan y durante todas las batallas en las que participó el Santo Profeta (sa). Tenía dos hermanos, Ja’laad bin Raafi y Malik bin Raafi que participaron también en la Batalla de Badr. Hazrat Muaz narra que su padre Hazrat Rifaa bin Raafi, quien participó en la Batalla de Badr, relata que Hazrat Gabriel (as) vino y le preguntó al Santo Profeta (sa) sobre los compañeros que participaron en la Batalla de Badr. El Santo Profeta (sa) respondió: “los mejores musulmanes” o palabras similares. Hazrat Gabriel (as) respondió: “del mismo modo, los ángeles que participaron en la Batalla de Badr también fueron superiores en rango”. Este hadiz se encuentra en Bujari.

Hazrat Zainul Abidin Waliu’lah Shah Sahib explica en su comentario de Bujari cómo los ángeles participaron en la Batalla de Badr: “Al-lah el Todopoderoso declara en el Sagrado Corán:

[árabe]

‘Y recuerda cuando tu Señor reveló a los ángeles, diciendo, “estoy contigo; así que da entereza a los creyentes. Infundiré terror en los corazones de los incrédulos. Golpead la parte superior de sus cuellos y aplastad las yemas de sus dedos.’ Zarbul A´naaq, Zarbur Riqaab y Zarb Kulla Banaan significa golpear con toda la fuerza y mantener en mente el objetivo”.

Hay dos o tres narraciones similares. En relación a ello, Shah Sahib escribe:

“Este capítulo trata de la presencia de los ángeles (en la Batalla de Badr) y de su visibilidad. La realidad es que fue en forma de visión divina, y su combate en la batalla es también de la misma naturaleza”.

En otras palabras, había una batalla paralela para los ángeles, sin que utilizaran flechas ni mosquetes. Los ángeles no utilizaron flechas ni espadas y solo eran visibles a través del ojo espiritual y no con el ojo físico. El Santo Profeta (sa) fue testigo de esto al igual que los compañeros y otros santos.

Mientras se detalla cómo los ángeles participan en la batalla, Shah Sahib escribe:

“La tribu de los Quraish se enfureció después del incidente en Najlah, y eso se convirtió en causa de más batallas, en las que los incrédulos perecerían, de acuerdo con la profecía divina. La naturaleza de los ángeles es diferente a la nuestra y su forma de batalla es única. Que durante la Batalla de Badr, el enemigo acampara en un alto montículo pedregoso, y el Santo Profeta (sa) lo hiciera al pie de esa colina, que el escaso número de musulmanes permaneciera oculto para el enemigo, que debido a los vientos, lloviera fuertemente, que cada flecha que los compañeros disparaban alcanzara su objetivo con éxito, que el enemigo se quedara perplejo al ver a los compañeros luchar con tanta determinación y resolución, …, todo esto se debió a la influencia divina de los ángeles y fue otorgada al Santo Profeta (sa) en las siguientes palabras:

[árabe]

“Y recuerda el momento cuando imploraste la ayuda de tu Señor, y Él te respondió diciendo: ‘Te ayudaré con mil ángeles, uno tras otro.'”

Más adelante escribe:

“La aceptación de la oración del Santo Profeta (sa) supuso que circunstancias especiales acontecieran en el lugar y en el momento adecuado. Si uno medita sobre estos hechos, uno puede ser testigo del poder y la influencia de los ángeles”.

Después escribe:

“¿Quién fue el que permitió al Santo Profeta (sa) abandonar la Meca bajo unas circunstancias peligrosas, manteniendo a los de la Meca ajenos a estos hechos? Después de haber perseguido al Santo Profeta (sa) hasta la Cueva Zaur, ¿quién era el que les hizo volver con las manos vacías? ¿Quién ayudó al Santo Profeta (sa) a llegar a salvo a Medina, que se convertiría en un centro importante para el progreso del islam?”.

También escribe:

“Después de la emigración a Medina, Hazrat Abbas permaneció en la Meca en su estado de idolatría, pero como sentía a la vez simpatía con el Santo Profeta (sa), le informó de las estratagemas de la gente de la Meca. En otras palabras, los ángeles ejercieron su influencia a través de Hazrat Abbas (así es como trabajan los ángeles). Detrás de estos incidentes está el trabajo de los ángeles. La victoria y el éxito de las batallas en las que luchó el Santo Profeta (sa) es una exégesis del versículo inspirador:

[árabe]

 [Te ayudaré con mil ángeles, uno tras otro]

Shah Sahib escribe, además:

“Hazrat Jalifatul Masih I, Hazrat Maulana Nuruddin Sahib (ra) me enseñó cada capítulo de Sahih Bujari. Escuché igualmente discursos sobre el Santo Corán, que también estudié. Con respecto a los ángeles, Hazrat Jalifatul Masih I dijo: ‘Nuruddin también ha experimentado la comunión con los ángeles. Todo el sistema de los ángeles es muy extenso. Existe un ángel para cada capacidad y facultad del ser humano, como la vista, el oído, el tacto, el temperamento, el conocimiento, la sabiduría y todas las capacidades mentales. Sin la ayuda de los ángeles estas facultades son superfluas y más bien perjudiciales. Todas las capacidades y facultades del hombre funcionan únicamente con la ayuda de los ángeles.”

Además, escribe:

“Una flecha, bala o cualquier objetivo, solo pueden alcanzar el blanco exacto cuando la mente y el intelecto de la persona determina la distancia en que se encuentra algo. Además, la persona debe controlar sus sentidos y emociones, pues de lo contrario erraremos el blanco.”

Escribe que Hazrat Jalifatul Masih I solía decir:

“Se han asignado ángeles para cada facultad física y mental. Estos tienen relación con cada persona, bien sea creyente o incrédula, y hasta cierto punto, con cada facultad. El Santo Corán menciona que había tres mil en el momento de la Batalla de Badr y cinco mil en la Batalla de Uhud. La diferencia en el número radica en la importancia de la situación. Durante la Batalla de Badr, los enemigos eran pocos en número en comparación con los de la Batalla de Uhud, existiendo más riesgo, por lo que era mayor el número de ángeles que se prometió enviar para protección. Al-lah el Todopoderoso dice:

[árabe]

‘La promesa de ayuda divina de los atributos Todopoderoso y Sabio de Al-lah el Todopoderoso requieren una planificación perfecta y una fuerza y poder completos en los que todos los medios de concesión de ayuda estén vinculados estrechamente entre sí. Existe un aspecto de continuidad y mandamiento divino si se ve reforzado con una poderosa planificación divina.’”

Este es, pues, el profundo significado de la declaración divina de enviar a ángeles para luchar. Sin embargo, esto no significa que los ángeles luchaban físicamente. Según algunas personas, hay narraciones que afirman que las heridas infligidas por los ángeles (al enemigo) eran en apariencia totalmente distintas a las infligidas por los compañeros. Esto es totalmente erróneo. Lo cierto es que dirigen las facultades humanas y se aseguran que se utilizan del mejor modo. Cuando todo tiene lugar debido a la influencia de los ángeles, podemos decir que es como si ellos estuvieran realmente combatiendo.

Hazrat Yahya relata de Muaz bin Rifaa bin Rafi que Hazrat Rifaa estaba entre aquellos que participaron en la Batalla de Badr, y su padre, Hazrat Rafi, estaba entre aquellos que hicieron el Bai´at en Uqbah. Hazrat Rafi le solía decir a su hijo, Hazrat Rifaa, que para él el tomar parte de la Batalla de Badr fue un acto más honorífico y de mayor significado que hacer el Bai´at en Uqbah. Formar parte de la Batalla de Badr fue un gran honor. Hazrat Rifaa bin Rafi también participó en la Batalla de Yaml y Sifin junto a Hazrat Ali. Según una narración, cuando Hazrat Talha y Hazrat Zaubair salieron para Basra junto al ejército, la esposa de Hazrat Abbas bin Abdul Muttalib, Umme Al-Fazl bint Haris informó a Hazrat Ali de su salida. Ante esto, Hazrat Ali dijo:

“Estoy asombrado del hecho de que hayan atacado y asesinado a Hazrat Usman y, aun así, sin obligación alguna, aceptaron mi Bai´at. Yo nos los obligué a aceptar mi Bai´at. La gente aceptó el Bai´at, al igual que Talha y Zubair, que han salido hacia Iraq con un ejército”.

Hazrat Rifaa bin Rafi comentó con respecto a esto:

“Cuando el Santo Profeta (sa) falleció, asumimos que nosotros, los Ansar, teníamos más derecho de tener el Jalifato, puesto que ayudamos al Santo Profeta (sa) y tenemos un alto nivel de fe. Sin embargo, vosotros dijisteis que ‘nosotros, los Muhayirín [aquellos que emigraron de Meca], somos de entre los primeros [en aceptar el islam] y somos amigos y cercanos al Santo Profeta (sa) y, por tanto, por Dios, que no seáis un impedimento en que seamos los sucesores del Santo Profeta (sa).

Por tanto, sabéis que en ese momento os dejamos el Jalifato. Nunca discutimos con vosotros con respecto a esto y tomamos el Bai´at del Jalifa mostrando total obediencia. La razón de esto es porque fuimos testigos de que se está practicando la verdad, se está siguiendo el Libro de Dios y se está estableciendo el Sunnah [la práctica] del Santo Profeta (sa); y por tanto no tenemos razón por la que no debamos alegrarnos de esto. ¿Qué más podríamos desear? Tomamos vuestro Bai´at y nunca volvimos a mirar atrás. Sois mucho mejores que aquellos que se os oponen ahora, por tanto, dadnos vuestras instrucciones”.

Justo cuando dijo esto, Hayall bin Wazia Ansari vino y dijo:

“¡Oh Líder de los fieles! Debemos tomar medidas ante esto antes de que sea demasiado tarde. Mi alma no estará tranquila si el miedo a la muerte me supera. Oh gente de Ansar, ayudad al Líder de los fieles una vez más, de igual manera que lo hicisteis para el Santo Profeta (sa). Juro por Dios que esta ayuda será igual que la ayuda que ofrecimos la primera vez, pero aquella ayuda era superior, por supuesto”.

De todas formas, falleció durante el principio del liderazgo de Hazrat Amir Muawiyah.

Esta era la descripción de los Compañeros.

Me gustaría decir algo con respecto al sermón del viernes de la semana pasada, y elaborar sobre un incidente en particular. Se mencionó sobre Hazrat Ammaar, que Hazrat Amar bin Aas expresó gran pena y preocupación por su fallecimiento, puesto que había escuchado al Santo Profeta (sa) decir que Ammaar sería asesinado por un grupo rebelde. Hazrat Amar bin Aas mostró gran preocupación porque en aquel tiempo estaba de parte Amir Muawiyah y fue el ejército de Hazrat Amir Muawiyah el que asesinó a Hazrat Ammaar. Sin embargo, la gente se pregunta que, si estaba entre aquellos que se rebelaron, por qué se le da tanto respeto entonces. También, Hazrat Amir Muawiyah tiene un rango muy importante en la literatura de la Yama´at.

En primer lugar, en referencia al rango de los Compañeros (ra), no está en nuestras manos el determinar el destino de los Compañeros. Debido a ciertos malentendidos y los errores que llevaron a estos malentendidos, este asunto debería dejarse únicamente en manos de Al-lah el Todopoderoso, y los musulmanes de hecho, también han hecho frente a estas consecuencias. Estas dudas también surgieron en las mentes de aquellos de esa época y, de hecho, también rezaron para aliviar estas preocupaciones, puesto que había Compañeros en ambos bandos luchando entre sí.

Sin duda que también debieron haber orado para que Al-lah les guiara, y Al-lah el Todopoderoso ciertamente les habría guiado. Así, según un relato, Abu Zoha relata que Amar bin Shirajil Abu Maisra, que era uno de los mejores estudiantes de Hazrat Abdul’lah bin Masud, vio en un sueño que había un hermoso jardín lleno de vegetación, en el que había algunas tiendas de campaña. Una pertenecía a Hazrat Ammaar bin Yasir y había otras tiendas en las que Dhul Qilaa también estaba presente. Abu Maisra preguntó cómo era posible que hubieran luchado entre sí. Luego oyó una voz que decía:

“Encontraron que el Señor es muy Indulgente y, por lo tanto, ahora están de nuevo juntos”.

En consecuencia, estos asuntos están ahora en manos de Al-lah el Todopoderoso. No nos corresponde a nosotros considerar estos temas. Debido a estas guerras y al hecho de que los musulmanes continuaron discutiendo sobre estos asuntos existe hoy una gran división entre ellos, y estamos viendo su impacto incluso hoy en día.

Estos incidentes deberían constituir una lección para nosotros, y en lugar de insistir en ellos, deberíamos buscar formas de establecer la unidad.

En una ocasión mencioné un relato referido por Hazrat Musleh Maud (ra) en relación con Amir Muawaiyah. Alguien originario de un país árabe me escribió y me dijo que, tratándose del líder de un grupo de asesinos y rebeldes, ¿por qué mencionaba su nombre con tanto respeto? Esta narración, por tanto, en la que se menciona dicho sueño, constituye una respuesta suficiente de que Al-lah el Todopoderoso es el más Indulgente y el más Misericordioso. Debemos centrarnos en reformar nuestra condición y nuestros asuntos en lugar de hacer comentarios. También el Mesías Prometido (as) en ciertos lugares ha elogiado a Hazrat Amir Muawiyah. Por lo tanto, en lugar de hablar de los errores de estos hombres nobles, también nosotros debemos aprender la lección.

Con respecto a Hazrat Amir Muawiyah, también se menciona que en una ocasión en la que se libraba una batalla entre Hazrat Ali y él, y en que la discordia iba en aumento, un rey cristiano intentó lanzar un ataque contra los musulmanes pensando que su condición era débil. Cuando Hazrat Amir Muawiyah se enteró de la noticia, dijo:

“Si esto es lo que piensas, ten presente que, si lanzas un ataque, seré el primer general que luche bajo la bandera de Hazrat Ali. Lucharé a su lado contra ti. Por lo tanto, entra en cordura y actúa en consecuencia”.

Éste era el rango de estas personas.

¡Que Dios el Todopoderoso nos permita permanecer unidos y sobresalir en las buenas obras!

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