El ayuno
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

El ayuno es otra forma de adoración que se encuentra en todas las religiones del mundo. Aunque existen grandes diferencias respecto al modo de ayunar y sus condiciones, el concepto básico del ayuno está presente en todas partes. Allí donde no se menciona claramente, es probable que haya sido interrumpido o bien haya terminado debido a una decadencia gradual de la práctica. El caso de Buda es un ejemplo interesante. Comenzó la búsqueda de la verdad a través de una forma de ayuno riguroso, pero se dice que después abandonó esta práctica por afectarle adversamente a su salud. Esto explica la razón de su interrupción, pero no significa en absoluto que hubiera dejado de creer en el ayuno. Tal vez por ello algunos budistas, en distintos lugares, todavía observan cierto tipo de ayuno.

El ayuno en el Islam es una institución ejemplar y debe ser estudiado en profundidad. Existen dos tipos de mandamientos respecto al ayuno. Uno se refiere al ayuno obligatorio y el otro, al opcional. El ayuno obligatorio se divide a su vez en dos categorías:

  1. Hay un mes completo cada año en el que se prescribe el ayuno a los musulmanes de todo el mu Como tal mes es un mes lunar, cambia a lo largo del año en relación con los meses solares. Esto crea un equilibrio universal en los fieles. En ocasiones, el ayuno durante los meses de invierno resulta fácil durante el día, en comparación con las largas noches del invierno, mientras que durante los meses de verano los días se hacen largos y rigurosos. Como los meses lunares rotan a lo largo del año, los musulmanes de todas partes del mundo tienen algunos periodos de ayuno fácil y otros de ayuno riguroso.

El ayuno en el Islam comienza en todas partes a la primera aparición de la aurora y termina con la puesta del sol. Durante este período hay que abstenerse por completo de todo tipo de alimento y bebida. No es solamente el hambre y la sed física lo que constituye el ayuno musulmán, sino también las noches anteriores al comienzo del ayuno, que adquieren un carácter mucho más importante y juegan un papel clave en la institución del ayuno. Los musulmanes se despiertan muchas horas antes del amanecer para la oración individual y el recuerdo de Dios. Asimismo, en todos los hogares musulmanes se recita el Sagrado Corán en mayor medida que en los días ordinarios. Gran parte de la noche se dedica, por tanto, a los ejercicios espirituales, los cuales constituyen la esencia del ayuno.

Durante el día, aparte de la restricción de alimentos y de agua, se exhorta especialmente a todos los musulmanes a evitar las charlas vanas, riñas o cualquier otra acción que atente a la dignidad de un verdadero creyente. No se permite indulgencia en los placeres carnales, e incluso marido y mujer llevan durante el día vidas separadas, a excepción de la relación humana formal, común a todas las personas.

En el Islam se hace tanto hincapié en la limosna y el cuidado de los indigentes, que se ha convertido en parte de la vida cotidiana de un musulmán. Sin embargo, en Ramadán, el mes del ayuno, los musulmanes están obligados a redoblar sus esfuerzos en este campo. El Santo Profetasa dijo que el gasto en la causa de los pobres era su práctica rutinaria diaria, comparable a una brisa que nunca cesaba de llevar consuelo y alivio a los necesitados. Sin embargo, durante el Ramadán, los cronistas de los hadices (relatos del Santo Profetasa) nos recuerdan que la brisa parecía aumentar su velocidad y comenzaba a soplar como los vientos fuertes. Es tal el hincapié que se hace en la limosna y el cuidado de los indigentes que en ningún otro periodo del año los musulmanes se dedican a tales fines filantrópicos como lo hacen en Ramadán.

  1. Los demás ayunos obligatorios están relacionados principalmente con la condonación de los pecados por Esto también incluye la violación de los ayunos obligatorios.

El ayuno opcional se fomenta hasta tal punto, que se convierte en parte de la vida de un musulmán. Aunque la mayoría de los musulmanes no van más allá del mes de ayuno obligatorio, algunas personas guardan ayunos ocasionalmente, especialmente en momentos de dificultad. Como se espera que las oraciones ofrecidas durante el ayuno sean más productivas, algunas personas observan ayunos adicionales para poder resolver sus problemas y otras lo hacen solamente para obtener los favores especiales de Al-lah. No hay un límite establecido, salvo que el fundador del Islam lo desaconsejó a quienes habían prometido ayunar de forma continuada durante toda su vida. Cuando el Santo Profetasa fue informado de un caso parecido, desaprobó tal práctica y reprobó a la persona en cuestión por intentar lograr la liberación forzando, por decir así, su voluntad. Dijo a tal persona: ” No sólo no conseguirás agradar a Dios sometiéndote a dificultades o incomodidades, sino que incluso puedes merecer Su desagrado.” Indicó que el énfasis excesivo en la austeridad puede inducir a la negligencia hacia la propia esposa e hijos, parientes y amigos, conocidos, etc.

El Santo Profetasa le recordó especialmente sus responsabilidades en el área de las relaciones humanas. “Cumple equitativamente con tu deber hacia Dios y hacia la creación de Dios” fue el consejo. A algunos, después de una insistencia petulante, les permitió ayunos opcionales sólo al estilo de David, la paz sea con él. El Santo Fundador del Islam dijo que la práctica de David era ayunar un día y abstenerse de hacerlo al día siguiente. Después de haber realizado este voto, el fiel observó el ayuno en días alternos durante el resto de su vida. Así pues, el Santo Profetasa, le dijo: “Sólo puedo permitirlo hasta ese extremo y nada más.”

La institución del ayuno es muy importante, pues eleva al creyente en casi todas las esferas de su vida espiritual. A través de la experiencia personal aprende, entre otras cosas, el significado del hambre, la pobreza, la soledad y el malestar de los sectores menos favorecidos de la sociedad. La abstención de tales prácticas durante el mes de Ramadán, que son permisibles en la vida cotidiana, juega un papel constructivo en el perfeccionamiento del carácter humano.

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