18 consejos esenciales para mejorar tus relaciones interpersonales
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Introducción

Estos consejos sencillos te permitirán ser una fuerza positiva en tu entorno, y crear relaciones interpersonales constructivas y duraderas con todos los grupos de personas con los que te rodeas en tu día a día: tus padres, tus hijos, tus hermanos, incluso tus vecinos, los desfavorecidos y hasta con aquellos que te perjudican.

Estas son las claves que practicó Muhammad (sa), el fundador el islam, cuya validez ha quedado demostrada debido a su relevancia a lo largo de la historia.

Muestra gratitud hacia los demás

En tus interacciones con la gente en tu trabajo, en tus estudios, y en el resto de tus actividades diarias, muestra gratitud con los demás, por pequeño que haya sido el gesto.

Con esto contribuyes a promover la armonía en tu entorno, y contrarrestas rasgos menos deseables como el orgullo y la arrogancia.

Piensa bien de los demás

No desconfíes de la gente, no te sientas superior ni seas cruel con nadie; esto elevará tu personalidad.

Pensar mal de los demás, incluso aunque no lo expresemos abiertamente es una tendencia común, especialmente sobre las personas con las que nos relacionamos regularmente. Este hábito puede parecer inofensivo, pero en realidad, es un obstáculo que impide promover el afecto en la sociedad.

Esto nos ha llevado a que, actualmente, muchos pensamos únicamente en nosotros mismos. No sentimos preocupación al ver a alguien hambriento, ni gastamos de nuestro bolsillo al ver a un necesitado.

Cambia esos sentimientos negativos por un deseo sincero de expectativas positivas; esto crea un vínculo mutuo que te protegerá de otras debilidades mayores como los celos, el egoísmo y la avaricia.

Cuida de tus padres

Es esencial que muestres respeto, obediencia, y no seas negligente en el cuidado de tus padres. La persona que tiene el mayor derecho en este caso es tu madre. Incluso cuando sean mayores, debes respetarles y atenderles, con el mismo cariño con el que ellos cuidaron de ti cuando eras pequeño.

No te olvides de que “el paraíso yace bajo los pies de las madres” como decía el profeta del islam (sa)

El mejor regalo para tus hijos

Nadie discute la importancia de cuidar de la salud y de la educación de nuestros hijos. Pero junto con esto, también debes garantizar que reciben una correcta formación moral, y prestar atención a desarrollo personal.

Para ello, es fundamental que tú mismo seas un ejemplo a seguir y trates con respeto a tus hijos, ya que los niños son unos grandes imitadores, y aprenderán de lo que vean en sus padres.

A su vez, cuando tus hijos comiencen a adoptar malos hábitos es importante corregirles. Si ignoras esto, cada día se volverán más atrevidos.

Como decía el fundador del islam (sa): “El mejor regalo que un padre puede dar a su hijo es una buena educación.”

Tus hijas son una bendición para ti

Trata con especial bondad, amor y delicadeza a tus hijas, y podrás presenciar la gran cantidad de amor y afecto que sienten por ti.

Al igual que en el caso de las madres, el profeta del islam (sa) solía explicar a sus Compañeros que si eres bondadoso con tus hijas se abrirán para ti las puertas del paraíso.

Controla tu enfado con los niños

No te enfurezcas cuando tu hijo cometa un error; es mejor que no pierdas las riendas. Se paciente, y tranquilo, y muestra dignidad; es mejor que te acerques a tu hijo en otro momento y le expliques con calma el asunto, y decidas el castigo apropiado con la sangre fría.

También recuerda que a veces es necesario advertirles si se involucran en hábitos destructivos o perjudiciales. Si le adviertes durante la infancia, lo recordarán más adelante ya que su capacidad de memorización es más aguda. Si lo dejas pasar, acabarán inculcando estos hábitos no deseables de forma permanente.

Trabaja en tu relación de pareja

La armonía dentro del hogar es fundamental para que el matrimonio sea beneficioso. En caso contrario, se convertirá en una fuente de sufrimiento para los padres y los hijos.

Es por ello fundamental que el marido y la mujer tengan una relación ejemplar para que los hijos puedan aprender de ello. Al fin y al cabo, si no eres capaz de ser tu mejor versión con tu pareja, difícilmente podrás serlo con los demás.

Se amable con tu pareja en todo momento, y no actúes de forma precipitada si percibes algo malo en ella porque es posible que lo que aparece como algo negativo pueda ser una bendición oculta y, si reaccionas de forma inadecuada, quedarás privado de ello.

No te sientas superior a tu hermano

Este punto es aplicable a los hermanos de sangre, hermanos de fe o cualquier otro tipo de relación cercana entre personas no definida de otra manera.

Estimula los pensamientos positivos hacia tus hermanos; evita burlarte de ellos y ridiculizarles, porque esto provoca desacuerdos y corroe la relación.

Tampoco te sientas superior a tu hermano. Si evitas el orgullo y el sentido de superioridad permitirás que florezca la simpatía mutua.

Evita guardar rencor y no seas celoso; para ello no permitas que pasen más de tres días sin hablar con tu hermano.

No rompas relaciones con tus parientes

Adicionalmente a todo lo anterior, también es importante lo siguiente:

No rompas tu relación con tus parientes, y preocúpate activamente por su bienestar; se amable con ellos incluso cuando rompen sus relaciones contigo.

No te aproveches de tus clientes ni proveedores

Es muy común que las empresas se intenten aprovechar y sacar el máximo beneficio de sus clientes; esto genera desconfianza y crea relaciones ficticias.

Se justo con ellos; no les engañes ni intentes aprovecharte económicamente de ellos.

No hagas un acuerdo con alguien cuando otra persona ya ha cerrado un acuerdo contigo.

El fundador del islam (sa) prohibía a los vendedores engañar a la gente subiendo los precios de sus artículos.

Se generoso con tus vecinos

Ayuda y apoya a tus vecinos cuando veas que lo necesita e intenta no causarle incomodidad.

Realiza pequeños gestos con ellos para romper el hielo y mantener viva la relación. El fundador del islam solía decir: “cuando prepares un caldo, añade más agua y compártelo con tus vecinos.” Puedes ofrecerles algún dulce o compartir con ellos algún postre que hayas cocinado en casa.

Poco a poco ves ampliando tu círculo de vecinos. Considera como tus vecinos a todas aquellas personas con las que viajas, tus compañeros de trabajo, y toda la gente de tu barrio.

No hagas daño a tu expareja

En caso de un divorcio, evita que el niño se convierta en una excusa para hacer daño a tu expareja. Esto puede afectar adversamente al desarrollo del menor.

Trata a los huérfanos como a tus hermanos

Si conoces a algún huérfano, trátale como tu hermano y protégele; y si lo necesita, ayúdale a integrarse en la sociedad. Invítale a comer contigo de vez en cuando.

Si eres pariente de un huérfano, no abuses de su herencia y entrégale lo que le pertenece cuando alcance la edad de madurez.

Se considerado con los viudos

Ayuda a los viudos y a las viudas con cualquier pequeño trabajo que necesiten y muestra consideración hacia ellos.

Si necesitan tiempo para tomar decisiones se paciente con ellos.

Respeta a tus ancianos

Pensar que los ancianos son una carga social es un sentimiento erróneo generado por la sociedad individualista en la que vivimos.

Asume la responsabilidad de cuidar de tus padres. Así evitarás el bache generacional entre padres e hijos.

Trata a los ancianos con respeto y valórales. Si son familiares, no les abandones; cuida de ellos y hazles compañía.

En caso de que te digan algo que te disguste, se paciente y no les digas nada ofensivo ni te enfades; respétales y trátales con dignidad. Recuerda cómo cuidaron de ti cuando eras pequeño e indefenso.

Tu Señor ha ordenado: “No adoréis a nadie sino a Él, y mostrad bondad a vuestros padres. Si uno o los dos alcanzan la ancianidad contigo, no les digas nunca ninguna palabra que exprese disgusto ni les reproches, más bien dirígete a ellos respetuosamente. Y haz descender sobre ellos el ala de la humildad y de la ternura. Di: “Señor mío, ten misericordia de ellos al igual que ellos me criaron en mi niñez”. (Corán 17:24-25)

Se justo con aquellos que te perjudican

Debes ser justo siempre, incluso con aquellas personas que te perjudican. Esto es porque la justicia es un requisito fundamental para mantener la paz. Si no le damos la prioridad que se merece, nuestras relaciones y la sociedad en general deteriorará.

Muestra tu valor y dignidad siendo justo e imparcial incluso con aquellas personas que te perjudican, incluso si ello conlleva una pérdida para ti.

Muestra tu nivel de compasión perdonando a aquellas personas que te han hecho daño. Así es como lograrás que los demás cambien también.

Trata a tus subordinados como a ti mismo

Trata a tus empleados y subordinados con respeto.

Dales los mismos beneficios que tú mismo disfrutas.

No les des trabajos abusivos y colabora con ellos si necesitan ayuda.

Muestra amor a todo el mundo

No discrimines a nadie por sus creencias, ni trates de imponer tus propias creencias sobre los demás.

Muestra respeto y compasión y toma decisiones justas con respecto a ellos.

Muestra amor y bondad a toda la humanidad, no restrinjas estos sentimientos a un grupo limitado.

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