La vida del Santo Profeta (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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La vida del Santo Profeta (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que hay un incidente de la Batalla de Uhud en el que el Santo Profeta (sa) rezó para que las oraciones de Hazrat Sa’d (ra) fueran aceptadas.

Oraciones en Batalla por Hazrat Sa’d (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Sa’d (ra) había jurado que o eliminaba al enemigo o sería martirizado en la batalla. En el transcurso de la batalla, vio que alguien estaba a punto de ser vencido por el enemigo, pero entonces tomó algunas piedras en su mano y las arrojó en dirección al enemigo. Cuando Hazrat Sa’d (ra) preguntó quién era, le dijeron que era el Santo Profeta (sa) y que le estaba llamando. Hazrat Sa’d (ra) se dirigió entonces al Santo Profeta (sa), quien lo colocó frente a él y Hazrat Sa’d (ra) disparaba flechas mientras rezaba. ‘Oh Al’lah, esta es Tu flecha, que golpees al enemigo con ella’. El Santo Profeta (sa) rezaba: ‘Oh Al’lah, acepta la oración de Sa’d. Oh Al’lah, haz que la puntería de Sa’d sea precisa. Cuando Hazrat Sa’d (ra) se quedó sin flechas, el Santo Profeta (sa) le dio las suyas. Entre ellas había una flecha que no tenía punta en la parte delantera, sin embargo, resultó ser la flecha más rápida de todas. Se dice que ese día Hazrat Sa’d (ra) disparó mil flechas.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) quien escribe,

El Santo Profeta (sa) entregaba flechas a Sa’d (ra) y Sa’d (ra) continuaba lanzando al enemigo flecha tras flecha. En una ocasión, el Santo Profeta (sa) se dirigió a Sa’d (ra) diciéndole: “Que mi madre y mi padre sean sacrificados sobre ti, ¡sigue disparando flechas!”. Incluso hasta el final de su vida, Sa’d (ra) recordaba estas palabras del Santo Profeta (sa) con gran orgullo”.

(La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol. 2, p. 338)

‘No os desaniméis ni os aflijáis’

Su Santidad (aba) dijo que cuando Khalid bin Walid condujo un grupo de Quraish a la colina en la que estaba el Santo Profeta (sa), el Santo Profeta (sa) rezó, y entonces Hazrat Umar (ra) también llevó un grupo para rechazarlos. Fue después de esto que Dios Todopoderoso reveló el versículo del Corán:

No os desaniméis ni os aflijáis; y tendréis ciertamente la posibilidad más ventajosa, si es que sois creyentes. (El Sagrado Corán, 3:140)

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (aba) quien escribe:

‘Cuando el Santo Profeta (sa) llegó al paso de la montaña, un contingente de los Quraish encabezado por Khalid bin Walid intentó subir a la montaña y atacar, pero por orden del Santo Profeta (sa), Ḥazrat ‘Umar (ra) luchó contra ellos junto con unos pocos Muhayirin y los expulsó”.

(La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol. 2, p. 340)

Su Santidad (aba) dijo que a pesar de estar él mismo herido, el Santo Profeta (sa) se preocupaba por sus compañeros. Está registrado que Hazrat Talhah (ra) fue visto protegiendo al Santo Profeta (sa) durante el transcurso de la batalla. Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) llegó al Santo Profeta (sa) lo encontró herido, sin embargo, el Santo Profeta (sa) le dijo que atendiera a Hazrat Talhah (ra) en su lugar, ya que estaba sangrando profusamente.

Su Santidad (aba) dijo que después de enterrar a los mártires, el Santo Profeta (sa) regresó de Uhud a Medina. Está documentado que el Santo Profeta (sa) llegó a Medina a tiempo para el Maghrib (oración que se ofrece justo después de la puesta del sol). Cuando el Santo Profeta (sa) salió de su casa para la oración del Maghrib, necesitó ayuda para llegar a la mezquita debido a sus heridas y fatiga. Sin embargo, más tarde, cuando llegó la hora de Isha (oración de la noche), el Santo Profeta (sa) había descansado y se encontraba en mejores condiciones, por lo que no necesitó ayuda y pudo caminar por sus propios medios.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) quien escribe:

‘Después de haber cumplido con todos los compromisos pertinentes, el Santo Profeta (sa) regresó a Medina, cuando se acercaba el atardecer’.

(La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol 2, p. 348)

Su Santidad (aba) dijo que, en otras palabras, el Santo Profeta (sa) no partió hacia Medina de inmediato por haber sido herido, sino que se aseguró de que todas las tareas necesarias fueran atendidas en Uhud antes de emprender el camino de regreso a Medina.

Noble ejemplo de las mujeres musulmanas

Su Santidad (aba) dijo que las mujeres de Medina también mostraban gran paciencia y satisfacción. Al regresar a Medina, el Santo Profeta (sa) se encontró con Hazrat Hamnah (ra), esposa de Hazrat Mus’ab bin Umair (ra). Ella fue informada del martirio de su hermano Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), y luego fue informada del martirio de su tío. Ella fue muy paciente y rezó, ‘Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él regresaremos’ al oír estas noticias. Entonces le informaron de que su marido también había sido martirizado, por lo que no pudo contener las lágrimas. Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo que la relación entre un esposo y una esposa no se parece a ninguna otra relación.

Su Santidad (aba) que cuando el hermano, el hijo y el marido de Hazrat Hind (ra) fueron martirizados en la Batalla de Uhud. Hazrat Aishah (ra) había salido a buscar noticias sobre la Batalla de Uhud. Se encontró con Hazrat Hind (ra) que regresaba de Uhud. Al pedirle noticias, a pesar de que tres miembros de su propia familia habían sido martirizados, le dijo que el Santo Profeta (sa) estaba bien, y que si él estaba bien, todo lo demás estaba bien. Entonces recitó el siguiente versículo del Corán:

Al‑lah rechazó en su cólera a los incrédulos: no consiguieron bien alguno. Pues Al‑lah bastó para los creyentes en su batalla. Porque Al‑lah es Potente, Poderoso. (Sagrado Corán 33:26)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Hind (ra) había estado llevando los cuerpos fallecidos de su familia en su camello hacia Medina. Sin embargo, el camello no se movía cuando miraba hacia Medina, pero se movía rápidamente cuando miraba hacia Uhud. Regresó a Uhud, se encontró con el Santo Profeta (sa) y le relató el incidente. El Santo Profeta (sa) le preguntó si su marido había hecho alguna promesa antes de la batalla, y ella respondió diciendo que se había comprometido a no volver a su pueblo deshonrado y rezó para ser martirizado en la batalla. El Profeta (sa) dijo que esa era la razón por la que el camello no se movía hacia Medina. El Santo Profeta (sa) dijo que algunas personas que, si dicen algo mientras juran por Dios, entonces Dios ciertamente lo cumple, y Amr bin Yamuh (ra) estaba entre esas personas. Los mártires de Uhud fueron enterrados en Uhud.

Su Santidad (aba) dijo que continuaría narrando estos incidentes en el futuro.

Llamamiento a la oración por los palestinos, la desgarradora situación del mundo y los ahmadíes en Yemen

Su Santidad (aba) instó a rezar por los palestinos. Que Al’lah el Todopoderoso les facilite las cosas. Como resultado de su mentalidad y acciones depravadas, el enemigo está empeñado en destruirlos. En lugar de intentar detener la guerra, las grandes potencias tratan de avivar sus llamas. El presidente estadounidense pidió un alto el fuego la semana pasada, y ahora se dice que se producirá un alto el fuego antes del Ramadán, pero sólo de forma temporal durante seis semanas. Todo lo que esto hará es dar tiempo a Israel para recuperarse y luego comenzar sus crueldades de nuevo. Sólo Al’lah el Todopoderoso puede ponerles fin. Por lo tanto, debemos rezar. A través de obras de caridad, los ahmadíes deben tratar de proporcionarles alimentos, medicinas o cualquier tipo de ayuda. En sus propias zonas, también deben alzar la voz para poner fin a estas injusticias. Deben seguir escribiendo cartas a los políticos y no cansarse de hacerlo. Que Al’lah el Todopoderoso permita que los palestinos también aumenten sus oraciones y mejoren su estado espiritual. Hay noticias de que Europa y EE.UU. se involucrarán directamente en la guerra entre Rusia y Ucrania y esto también aumenta la amenaza de una guerra mundial. Por lo tanto, debemos rezar también a este respecto; que Al’lah el Todopoderoso proteja al mundo de la destrucción. El Cuarto Califa (rh) había prescrito una medicina homeopática para ayudar a protegerse contra los efectos atómicos y todos deberían completar un tratamiento de esta medicina. Los ahmadíes también deben almacenar raciones para al menos dos o tres meses en sus casas. Aunque no haya guerra, almacenar raciones puede resultar beneficioso.

Su Santidad (aba) también instó a rezar por los ahmadíes de Yemen; que Al’lah el Todopoderoso procure rápidamente los medios para su liberación. Hay un grupo yemení que dice que los ahmadíes están conspirando contra el gobierno; que Al’lah el Todopoderoso aleje de ellos estos pensamientos y que consiga los medios para que los ahmadíes sean liberados.

Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah el Todopoderoso conceda sabiduría al mundo, para que en lugar de caer en los males del mundo bajo la apariencia de avance, reconozcan a Al’lah el Todopoderoso. Que Al’lah el Todopoderoso permita a los países musulmanes establecer la justicia y unirse. Que Al’lah el Todopoderoso nos permita transmitir Su mensaje a todas las personas del mundo.

Oración fúnebre de un mártir en Pakistán

Su Santidad (aba) dijo que también hay noticias desafortunadas. El respetado Tariq Cheema, hijo de Khizr Hayat Cheema de Pakistán, fue martirizado recientemente. Dos desconocidos abrieron fuego contra él, provocando su martirio. Tenía 60 años en el momento de su martirio. Había salido a dar su paseo matutino cuando fue martirizado. No tenía enemigos ni rencillas personales con nadie. Era el presidente local de la comunidad. No puede haber otra razón que sus creencias religiosas para su martirio.

Era habitual a la hora de ofrecer contribuciones financieras, y era habitual a la hora de ofrecer oraciones con gran esmero. Sentía un gran amor por el Jilafat. Era muy digno de confianza, hasta el punto de que incluso los no áhmadíes le dejaban sus objetos de valor para que los custodiara. Su esposa dio fe de que la trataba con amabilidad y siempre como a una amiga. Fue amable con sus hijos y se ocupó de su educación de manera excelente. Era querido por todos y tenía una pasión especial por servir a la humanidad. Le sobreviven su esposa, dos hijos y una hija. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah eleve su posición, le conceda el perdón y la misericordia, otorgue paciencia a la familia y les permita continuar con el legado de sus virtudes.

Resumen preparado por The Review of Religions

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