La vida del Santo Profeta (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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La vida del Santo Profeta (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

¡En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo!

Otros relatos sobre la “Batalla de Uhud”

 

 

SERMÓN DEL VIERNES, 16 de FEBRERO de 2024.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), dijo estas palabras:

La vida y el carácter del Santo Profeta Muhammad (sa), así como el amor y la devoción que los Compañeros [ra] tenían hacia él, se han venido mencionando teniendo en consideración [varios] incidentes ocurridos durante la “Batalla de Uhud”.

En relación a esto, se hace alusión al martirio de Hazrat Jariyah bin Zaid (ra):

Él alcanzó el estatus de mártir después de luchar con gran valentía y coraje durante dicho enfrentamiento. [En concreto], fue rodeado de lanzas y sufrió más de trece heridas. [Al final, ocurrió que] estaba tendido [en el suelo] y debilitado por esas lesiones, cuando Safwan bin Umayyah pasó junto a él. [Entonces], lo reconoció, lo atacó y lo martirizó. Después de eso, también mutiló su cadáver y clamó: “Él estaba entre los individuos que mataron a Abu Ali en la ‘Batalla de Badr’, (es decir, a su padre, Umayyah bin Jalaf). Ahora se me ha dado la oportunidad de acabar con el mejor de los Compañeros de Muhammad (sa) y así tranquilizar mi corazón”. [Además], martirizó a Hazrat Ibn Qauqal (ra), Hazrat Jariyah bin Zaid (ra) y Aus bin Arqam (ra). [Posteriormente], Hazrat Jariyah (ra) y Hazrat Sad bin Rabi (ra), los primos paternos del Santo Profeta (sa), fueron enterrados en la misma tumba.

[Luego], en una narración, se afirma que el día de [la “Batalla de] Uhud”, Hazrat Abbas bin Ubadah (ra) estaba proclamando en voz alta [lo siguiente]:

“¡Oh grupo de musulmanes, manteneos cerca de Al’lah y de Su Mensajero (sa)! Cualquier aflicción que os haya acaecido se debe a que habéis desobedecido a vuestro Profeta (sa). Él os prometió apoyo, pero os mostrasteis impacientes”.

Tras esto, Hazrat Abbas bin Ubadah (ra) se quitó el casco y la armadura y le preguntó a Hazrat Jariyah bin Zaid (ra):

“¿Necesitas esto?”; y Hazrat Jarijah (ra) respondió: “No, deseo lo mismo que tú (o sea, el martirio)”. A continuación, lucharon contra el enemigo. [Pero en ese momento], Hazrat Abbas bin Ubadah (ra) afirmó: “Si al Santo Profeta (sa) le causan algún daño estando bajo nuestra vigilancia, ¿qué excusa le daremos a nuestro Señor?”; y Hazrat Jarijah (ra) contestó: “No tendremos ningún pretexto ante nuestro Señor ni  argumento alguno”. [Finalmente], Hazrat Abbas bin Ubadah (ra) fue martirizado por Sufian bin Abd Shams Sulami y Hazrat Jarijah bin Zaid (ra) lo fue al [ser alcanzado por] flechas, recibiendo más de diez heridas en el cuerpo.

[Respecto a esto], en una narración se menciona que el día de la “Batalla de Uhud”, Hazrat Malik bin Dujshum (ra) pasó junto a Hazrat Jarijah bin Zaid (ra), quien estaba cubierto de lesiones y había recibido aproximadamente trece heridas mortales. [Pues bien, en ese instante], Hazrat Malik bin Dujshum (ra) le dijo: “¿No sabes que el Santo Profeta Muhammad (sa) ha sido martirizado?”, (esto ocurrió tras el segundo ataque de los incrédulos). [Presto], Hazrat Jarijah (ra) contestó: “Si el Santo Profeta (sa) ha sido martirizado, entonces Dios está vivo y no morirá”. Este era el nivel de su fe; [y añadió]: “El Profeta (sa) nos ha transmitido el mensaje, [así que] deberías luchar por la causa de tu religión, [ya que] el enemigo está combatiendo contra ti ahora mismo, por lo que tú deberías luchar contra él. Asimismo, es nuestra responsabilidad sacrificar nuestras vidas por la causa de Dios Altísimo”.

 

Por otro lado, encontramos la cita del martirio de Hazrat Shammas bin Uzman (ra):

Participó en las “Batallas de Badr y Uhud”, [y especialmente] luchó con gran valentía en esta última.

[Respecto a este Compañero (ra)], el Mensajero de Al’lah (sa) comentó: “Descubrí que Shammas bin Uzman es un escudo”. [Lo cierto es que expresó esto porque] en cualquier dirección que mirara el Santo Profeta Muhammad (sa), ya fuese hacia la derecha o hacia la izquierda, encontraba a Hazrat Shammas (ra) allí, defendiéndolo con su espada durante la “Batalla de Uhud”, hasta que el Santo Profeta (sa) cayó inconsciente tras ser atacado y [más tarde] golpeado por un roca. [En otras palabras], Hazrat Shammas (ra) permaneció como escudo frente a él hasta que fue gravemente herido y, precisamente en ese estado, fue llevado a Medina (o sea, Hazrat Shammas -ra- fue trasladado de regreso a Medina) y todavía había signos de vida en él cuando fue traído ante Hazrat Aisha (ra).

[Al ver esto], Hazrat Umme Salamah (ra) [también esposa del Mensajero (sa)] preguntó: “¿Llevarán a mi primo paterno a algún lugar aparte de mi casa?”; y al oír eso, el Profeta (sa) respondió: “Llevadlo ante Hazrat Umme Salamah (ra)”. Por lo tanto, lo trasladaron allí y ahí mismo falleció, ya que había sufrido [muchas] lesiones en la “Batalla de Uhud”. Posteriormente, siguiendo las instrucciones del Santo Profeta Muhammad (sa), Hazrat Shammas (ra) fue llevado a Uhud y enterrado con la misma ropa [que vestía al caer mártir; es decir], aunque falleció dos días después de llegar a Medina, fue transportado a Uhud para ser enterrado [allí. En todo caso], cuando lo trasladaron a Medina tras haber sido herido, permaneció con vida durante un día y una noche, y se dice que no comió ni bebió nada durante ese tiempo. [Aparte], estaba extremadamente frágil y, de hecho, yacía inconsciente. [Al final], Hazrat Shammas (ra) murió a la edad de 34 años, siendo un hombre joven.

[Por otro lado] se conserva en la historia un incidente sobre Hazrat Shammas bin Uzman (ra) que demuestra su ejemplo de amor hacia el Santo Profeta (sa) y los más altos niveles de sacrificio por la causa del Islam, y en el que [también] encontramos mención del relato del amor y la devoción de Hazrat Talhah (ra) hacia el Profeta (sa) cuando su mano fue golpeada por una flecha mientras la colocaba ante su rostro bendito. [Pues bien], Hazrat Shammas (ra) asimismo jugó un papel vital en ese sentido, [porque] se paró ante el Mensajero de Dios (sa) y recibió todos los golpes en su cuerpo. [Por eso], el Santo Profeta Muhammad (sa) habló [esto] con respecto a Hazrat Shammas (ra): “Si pudiera comparar a Hazrat Shammas (ra) con cualquier cosa, sería un escudo, [porque] mientras luchaba, y hasta el final, se convirtió en una protección para mí hasta en el campo de batalla de Uhud y me protegió por delante, por detrás, a derecha y a izquierda”.

[Aparte], el Santo Profeta (sa) añadió:

“En cualquier dirección que mirara, veía a Shammas luchando de manera extremadamente heroica”.

[Con posterioridad], cuando los enemigos tuvieron éxito en sus intentos de atacar al Profeta (sa), dejándolo inconsciente mientras caía [al suelo], fue entonces cuando Shammas se mantuvo como escudo frente a él hasta que él mismo resultó gravemente herido y fue devuelto a Medina en ese estado; [y al llegar allí], Hazrat Umm-e-Salamah (ra) dijo: “Él es el hijo de mi tío y yo soy su pariente cercano. Por esta razón debe ser tratado y atendido en mi casa”. Sin embargo, falleció tras uno o dos días debido a la gravedad de sus lesiones y [ante esto], el Mensajero de Al’lah (sa) señaló: “Shammas debe ser enterrado con su ropa al igual que los demás mártires”.

Luego, también se registra el martirio de Hazrat Numan bin Malik (ra):

Él participó tanto en la “Batalla de Badr” como en [la de] “Uhud” y fue martirizado durante esta última por Safwan bin Umayyah. Según una narración diferente, Hazrat Numan bin Malik (ra) habría sido martirizado por Aban Said. [Finalmente], después de la “Batalla de Uhud”, Hazrat Numan bin Malik (ra) fue enterrado junto a Hazrat Muyazar bin Ziyad (ra) y Hazrat Ubadah bin Hassas (ra) en una [sola] sepultura.

[Por otra parte], mientras el Santo Profeta Muhammad (sa) se dirigía a la “Batalla de Uhud” y Abdul’lah bin Ubayy bin Sulul estaba planteando sus sugerencias, Hazrat Numan bin Malik (ra) exclamó: “¡Oh Mensajero de Dios [sa]! ¡Por Al’lah, seguramente entraré en el Paraíso!”; [o sea], con mucho ahínco le dijo al Santo Profeta (sa) que seguramente entraría en el Paraíso. En respuesta, el Profeta (sa) preguntó cómo [eso era posible], a lo que Hazrat Numan (ra) contestó: “Es porque doy testimonio de que no hay nadie digno de adoración excepto Al’lah y que tú eres Su Mensajero. Además, nunca huiré de la batalla”. El Santo Profeta Muhammad (sa) respondió [entonces]: “¡Has dicho la verdad!”; y ciertamente Hazrat Numan (ra) fue martirizado ese mismo día.

[Ahora hablaré de] Jalid bin Abi Malik Yahdi (ra), [quien] informa que encontró la siguiente narración en un libro de su padre:

“Hazrat Numan bin Qauqal Ansari (ra) oró: ‘¡Oh mi Señor! Por Tu Nombre, aún no se habrá puesto el sol cuando, a pesar de estar cojo, estaré caminando por los jardines de Tu Paraíso”. Por tanto, fue martirizado ese mismo día y el Santo Profeta (sa) afirmó: “Dios Altísimo aceptó su oración, porque lo vi (en una visión y Al’lah le informó [de ello también]), e iba caminando por el Paraíso mientras no estaba cojo ni cojeaba [en absoluto]”.

 

Luego, se menciona a Hazrat Zabit bin Dahdah (ra):

Él jugó un papel vital durante la “Batalla de Uhud”, [ya que] después de que se extendiera el [falso] rumor del martirio del Profeta (sa), algunos de entre los musulmanes dijeron: “Ahora que el Mensajero de Dios (sa) ha sido martirizado, debemos regresar con nuestra gente pues nos concederá protección”. Ante esto, otros dijeron: “Si el Santo Profeta Muhammad (sa) ha sido realmente martirizado, ¿no lucharéis por la fe y el mensaje que trajo hasta que vosotros mismos seáis martirizados y llevados ante Al’lah?”.

[Entretanto], Hazrat Zabit bin Dahdah (ra) se dirigió a los “Ansar” y expresó [lo siguiente]:

“¡Oh gente de los ‘Ansar’! Aunque el Santo Profeta (sa) haya sido martirizado, Dios Altísimo está vivo y es inmune a la muerte. Luchad por vuestra fe y Dios os concederá la victoria y el éxito”. Al oír esto, un grupo de musulmanes “Ansar” se unió a Hazrat Zabit (ra) para llevar a cabo un asalto contra un grupo de politeístas que incluía a Jalid bin Walid, Ikrimah bin Abi Yahl, Amr bin Aas y Dirar bin Jattab. [Entonces], mientras sufría esta embestida de un pequeño grupo de musulmanes, Jalid bin Walid contraatacó ferozmente y martirizó a Zabit bin Dahdah (ra) y a sus compañeros “Ansar”.

[En conexión con esto], Abdul’lah bin Umar Jatmi dice en un relato que:

“El día de la ‘Batalla de Uhud’, Zabit bin Dahdah [ra] llegó al frente mientras los musulmanes se habían dispersado consternados, y proclamó en voz alta: ‘¡Oh pueblo de los Ansar! Venid hacia mí, [soy] Zabit bin Dadah (ra). [¡Escuchad!] Aunque el Profeta (sa) haya sido verdaderamente martirizado, Al’lah está Vivo y nunca morirá. Luchad en nombre de vuestra fe y Dios Altísimo os hará triunfar y os ayudará’.

Entonces, un grupo de entre los ‘Ansar’ se reunió a su alrededor (estando él también entre ellos), reagruparon a los musulmanes y lanzaron un ataque contra los incrédulos. Como contrapartida, estos enviaron un feroz batallón liderado por Jalid bin Walid, Amr bin Aas, Ikrimah bin Abi Yahl y Dirar bin Jattab; [es decir], se reunieron y lanzaron un asalto colectivo. [Como consecuencia de ello], Jalid bin Walid atravesó a Hazrat Zabit (ra) con una lanza, por lo que fue martirizado, cayendo al suelo junto con sus otros compañeros ‘Ansar’. Por esta razón, se dice que ellos fueron los últimos musulmanes martirizados ese día”.

En otra narración, consta que Jalid salió y golpeó a Zabit (ra) con una lanza, hiriéndole y haciéndole caer al suelo, [tras lo cual] lo levantaron y empezaron a curarle la herida. No obstante, tras la “Batalla de Hudaibiyah” sus heridas volvieron a abrirse y murió.

Incluso hay otra narración [en la que] Hazrat Yabir bin Sumurah (ra) cuenta:

“El Mensajero de Al´lah (sa) caminó junto al cortejo fúnebre de Hazrat Zabit bin Dahdah (ra) y regresó a caballo”.

[Así], teniendo en consideración este relato, parece que la narración anterior sobre la reapertura de sus heridas en la “Batalla de Hudaibiyah” no es fiable y que [realmente] falleció con ocasión [de la “Batalla de Uhud”].

También, hay relatos de cuatro mártires pertenecientes a la misma familia.

Zabit bin Wajsh y Rifaah bin Wajsh, ambos hermanos, fueron martirizados durante la “Batalla de Uhud”; y junto a ellos, los dos hijos de Zabit bin Wajsh, Salamah bin Zabit y Amr bin Zabit, asimismo fueron martirizados. Al mismo tiempo, se ha informado de que Amr bin Zabit se llamaba Usairim. Todos ellos pertenecían a la tribu “Ansar” de Banu Abd al-Ashal. Él y su hermano Zabit lucharon codo con codo durante Uhud, y Rifaah [ra] fue martirizado por Jalid bin Walid.

Pues bien, el martirio de Zabit bin Wajsh [ra] se ha narrado así, [según] escribe Ibn Ishaq:

“Cuando el Santo Profeta Muhammad (sa) partió hacia la ‘Batalla de Uhud’, dos ancianos, Zabit bin Wajsh y Husail bin Yabir -conocido además como Yaman y padre de Huzaifah bin Yaman- salieron del fuerte donde se habían refugiado las mujeres y los niños musulmanes. [Entonces], uno de ellos preguntó al otro: ‘¿A qué esperas? En verdad que no viviremos mucho más. Si no morimos hoy, seguramente moriremos mañana. ¿No deberíamos tomar nuestras espadas y unirnos al Santo Profeta (sa)? Quizá Dios nos conceda el honor del martirio’; y a continuación ambos tomaron sus espadas, atacaron a los incrédulos y se unieron a la batalla”.

Hazrat Amr bin Zabit [ra] también era conocido con el nombre de Usairim.

Como ya he mencionado, Amr bin Zabit bin Wajsh Ansari [ra] era [además] conocido con el nombre de Usairim y su madre era la hermana de Hazrat Huzaifah bin Yaman (ra). Aceptó el Islam tras la oración de “fayr” en la mañana de la “Batalla de Uhud”; [o sea], lo aceptó transcurrida la oración de “fayr”, [en el sentido de que] no ofreció la oración en sí, sino que abrazó el Islam una vez terminada la misma. Luego montó en su caballo y fue al encuentro del Profeta (sa), se unió a los musulmanes y participó en la “yihad” [que en este caso significa “lucha en defensa propia”] hasta que fue martirizado.

[En este sentido], Hazrat Abu Hureira (ra) narra que el Mensajero (sa) pidió a los Compañeros [ra] que le hablaran de una persona que no ofreció ninguna oración y aun así estaba en el Paraíso. La gente no lo conocía, por lo que preguntaron al Santo Profeta Muhammad (sa) quién era y este les informó que se trataba de Usairim bin Usairim, es decir, Hazrat Amr bin Zabit [ra].

En otro relato se dice que Usairim, [antes de su conversión], solía hablar mal del Islam delante de su gente:

En el momento de la “Batalla de Uhud”, cuando el Santo Profeta (sa) ya había partido, la verdad del Islam llegó a Usairim y la aceptó; por lo que cogió su espada y se dirigió a su pueblo, entró en las filas [de los combatientes] y empezó a luchar. [Más tarde], las heridas que sufrió le dejaron incapacitado.

[Pues bien], durante esos momentos, cuando la gente de Banu Abd al-Ashal buscaba los cuerpos de sus mártires, de repente se encontraron con él y [sintiéndose] asombrados dijeron: “Este es Usairim, pero ¿quién lo ha traído aquí? Le habíamos dejado atrás porque rechazaba el Islam”. Entonces le preguntaron: ¡Oh Usairim! ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Fue por el honor que sentías por tu pueblo o porque te inclinaste hacia el Islam?”; y respondió: “Fue porque me incliné hacia el Islam (o sea, aceptó que el Islam era verdadero y que esa era la razón por la que estaba allí). Creo en Dios y en Su Mensajero (sa) y por eso me he hecho musulmán; y con mi espada he luchado junto al Profeta (sa) hasta llegar al estado actual en que me veis”. A continuación falleció en los brazos [de una de esas personas] y esto fue transmitido al Mensajero (sa), a lo que dijo: “Va al Cielo”.

[Ahora Hazur (atba] comenta]:

Me detuve antes porque las palabras de saludo de “que Dios esté complacido con él” se escribieron donde se menciona que expresó que “iba al Cielo”, mientras que debería haber sido “la paz y las bendiciones de Dios sean con él”. El motivo de la confusión es que tal vez fuera un Compañero [ra] quien manifestó esto, pero en cualquier caso, esto aclara que [fue ciertamente] el Mensajero de Al’lah (sa) [quien] dijo que “estaba en el Cielo”. [Aparte], el relato anterior parece ser correcto, desde el punto de vista que fue una persona que subió al Cielo sin haber ofrecido una sola oración, [pues] en definitiva llegó y alcanzó el rango de mártir.

El cuarto mártir de esta familia fue Hazrat Salamah bin Zabit (ra):

Su nombre completo era Salamah bin Zabit bin Wajsh [ra] y también participó en la “Batalla de Badr”. [Al final], Abu Sufian lo martirizó durante la “Batalla de Uhud”. [Es más], el padre de Hazrat Salamah (ra), Hazrat Zabit bin Wajsh (ra), su tío paterno, Hazrat Rifaah bin Wajsh (ra), y su hermano, Hazrat Amr bin Zabit (ra), fueron asimismo martirizados en la “Batalla de Uhud”, [ya que] muchos miembros de esta familia tomaron parte en la “Batalla de Uhud”.

[Ahora hablaré de] Mujairiq, [que] era un judío de la tribu Banu Nazir:

Muhammad bin Umar Aslami dice que aceptó el Islam y otros que era de la tribu Banu Qainuqah; e [incluso] algunos afirman que era de la tribu Banu Zalabah bin Fidiun. [De todas formas], fue un gran erudito judío que reconoció al Santo Profeta Muhammad (sa) a través de sus signos y basándose en su propio conocimiento; aunque a pesar de ello [en él] prevaleció el amor que sentía por su propia fe y por eso no aceptó el Islam.

[De todas formas], un sábado dijo:

“¡Oh pueblo judío! ¡Por Dios! ¿Os dais cuenta de que es obligatorio para vosotros ayudar a Muhammad (sa)?”. [Entretanto], el ejército [musulmán] había partido un viernes y él dijo esto [al día siguiente, es decir], el sábado. [Aunque] la gente le respondió: “¡Hoy es ‘sábado’ y no podemos luchar!”; y contestó: “¡No hay sábado para vosotros!”.

Luego le comunicó a la gente de su pueblo: “Si me matan hoy, entonces mi riqueza será entregada al Mensajero (sa) y él podrá gastarla como quiera”. Presto tomó sus armas y avanzó, y cuando tuvo lugar el enfrentamiento fue martirizado mientras luchaba, [a lo que] el Santo Profeta (sa) proclamó: “¡Mujairiq era el mejor entre los judíos!”.

Según otra narración, el Profeta (sa) afirmó:

“¡Mujairiq es el mejor de los judíos, Salman es el mejor de los persas y Bilal es el mejor de los abisinios!”.

[Por otra parte], un historiador escribe sobre Mujairiq:

“Una opinión es que luchó contra los incrédulos en nombre del Islam y sacrificó su vida, y la lengua bendita del Mensajero de Al’lah (sa) pronunció palabras de elogio para él. Con base en esto, muchos historiadores han considerado a Mujairiq como musulmán, incluidos Ibn Hisham, Suhaili, Ibn Hayr, Ibn Kazir, Balazuri, Qazi Ayyaz, Imam Nabawi y otros”.

La siguiente mención es la de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh [ra]:

La historia registra que su amor por Dios y Su Mensajero (sa) lo había dejado sin [sentir] necesidad [por las cosas] de este mundo; y si tenía algún deseo, era el de dar de alguna manera su vida en el camino de Dios Altísimo, [por lo que] dicho anhelo se cumplió y se hizo famoso con el nombre de “Muyadda fi Al’lah”, que significa “alguien mutilado en el camino de Al’lah”.

Además, hay una narración de cómo fue aceptada la oración de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) antes de su martirio:

Es bien conocido el incidente de la aceptación de su plegaria antes de ser martirizado. [Respecto a esto], Ishaq, el hijo de Sad bin Abi Waqqas, (ra), narra bajo la autoridad de su padre que: “En el día de Uhud, Abdul’lah bin Yahsh le pidió a mi padre, Sad: ‘Únete a mí y oremos a Dios’.” Entonces ambos se hicieron a un lado para suplicar. Primero, Hazrat Sad [ra] oró diciendo: “¡Oh Al’lah! Cuando mañana me enfrente al enemigo, que mi adversario sea alguien poseedor de gran coraje y habilidad y esté entre aquellos a quienes la gente teme! ¡Que pueda luchar contra esa persona, derrotarlo en batalla por Tu causa y tomar sus armas!”. Al escuchar esto, Abdul’lah bin Yahsh pronunció [la palabra]: “¡Amén!”, [‘que así sea’].

(La oración anterior la hizo el primero de los dos) y después de eso, Abdul’lah bin Yahsh (ra) suplicó lo siguiente:

“¡Oh Al’lah, que pueda enfrentarme mañana a un oponente verdaderamente hábil en la batalla y que posea una presencia imponente, que luchemos el uno contra el otro y que él me venza en el combate, me mate y me corte la nariz y las orejas! [Más tarde], cuando esté ante Ti, oh Al’lah, me preguntarás por qué motivo me cortaron la nariz y las dos orejas, para que pueda responder diciendo: ‘¡Oh Al’lah, fue en Tu camino y en el de Tu Mensajero (sa)’; y en respuesta dirás: ‘¡Oh Abdul’lah, ciertamente has dicho la verdad’.” ([O sea], Abdul’lah deseaba que Dios dijera esas palabras).

[En conclusión], Hazrat Sad [ra] explica:

“La oración de Abdul’lah fue mejor que la mía, porque en el último día de la ‘Batalla de Uhud’ vi que su nariz y ambas orejas habían sido colgadas de un hilo (lo que significa que efectivamente habían sido cortadas) y atadas juntas”.

 

La forma en que los Compañeros [ra] expresaron su amor por Al’lah fue realmente extraña y magnífica, [y en este sentido] Hazrat Muttalib bin Abdil’lah bin Hantab (ra) ha contado que:

“El día que el Santo Profeta Muhammad (sa) se embarcó en la expedición de Uhud, se detuvo para pasar la noche en un lugar cerca de Medina conocido como Sheijain, donde Hazrat Umme Salamah (ra) trajo al Santo Profeta (sa) carne de paletilla asada, que tomó junto con un poco de ‘nabiz’ como bebida, (este es un tipo de alimento básico que es como una especie de bebida diluida). [Luego], una persona tomó el recipiente que contenía el ‘nabiz’ y bebió de él. Entonces Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) cogió dicho recipiente y terminó la bebida restante. [Además], un hombre pidió un poco de bebida a Abdul’lah bin Yahsh (ra) y ese hombre le dijo:¿Sabes lo que te ocurrirá mañana por la mañana?’; (es decir, vas a la guerra; ¿quién sabe quién vivirá y quién será martirizado?). [A lo que] Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) respondió:Sí, sé a dónde voy, porque tengo la firme convicción de que me convertiré en mártir, [ya que] estar ante mi Creador saciado y lleno (es decir, habiendo comido y bebido bien) me es más querido que presentarme ante Él sediento. Mañana me reuniré con mi Creador de todos modos, así que mi deseo es encontrarme con Él en un estado de saciedad y es por eso que estoy bebiendo de esta manera. [En verdad] mañana me reuniré con mi Creador’.”

Esta es la extraña y maravillosa forma en que los Compañeros [ra] demostraron su amor por Dios Altísimo y los curiosos preparativos que hicieron para encontrarse con Él.

Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) y Hazrat Hamza (ra), hijo de Abdul Muttalib [ra], fueron enterrados en la misma tumba. Hazrat Hamza (ra) era tío materno de Abdul’lah bin Yahsh (ra) y, en el momento de su martirio, tenía poco más de 40 años. El Profeta (sa) supervisó personalmente su testamento y compró bienes a su hijo [situados] en Jaibar.

Asimismo se menciona el martirio de Hazrat Abu Sad Jaizamah bin Abi Jaizamah [ra] y la petición al Mensajero de Al’lah (sa) de que rogara por él:

[O sea], pidió oraciones al Santo Profeta (sa) y Muhammad bin Umar [ra] relata esta petición de plegarias:

“Jaizamah pidió [lo siguiente] al Profeta (sa) el día de la ‘Batalla de Uhud’: ¡Oh Mensajero de Dios, no pude participar en la ‘Batalla de Badr’; aunque, por Al’lah, tenía tantas ganas de unirme a ese combate, hasta el punto de que cuando estábamos echando suertes para ver quién podía ir, en principio salió el nombre de mi hijo Sad y [más tarde] fue bendecido con el estatus de martirio en ‘Badr’. [Pues bien], la otra noche se me apareció en un sueño muy guapo y estaba caminando por los jardines y arroyos del Paraíso, invitándome a unirme a él; y me informó que él y yo estaríamos juntos en el Paraíso.

¡Siempre he encontrado que las promesas de mi Señor son verdaderas y, por Dios, deseo profundamente ser el compañero de mi hijo en el Paraíso!, (es decir, deseo ir a encontrarme con él allí)’. Por eso le pidió:¡Oh Mensajero de Al’lah, por favor, ore por mí para que se me conceda el martirio y la compañía con él en el Paraíso!’. [Entonces], el Santo Profeta Muhammad (sa) rezó por él y [como consecuencia de ello] fue martirizado en la “Batalla de Uhud”.

Ahora mencionaremos el martirio de Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra):

Está registrado en una narración que, cuando Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra) tenía la intención de partir hacia la “Batalla de Uhud”, llamó a su hijo Hazrat Yabir (ra) y le dijo: “¡Oh hijo mío, ahora veo que estaré entre los primeros en ser martirizados, y juro por Dios que no dejaré atrás a nadie que sea querido para mí excepto al Santo Profeta Muhammad [sa] y luego tú!”, (‘lo que significa que estas son las dos personas que amo en este mundo: primero y principalmente el Santo Profeta -sa- y después mi hijo’).

[Y añadió]: “Tengo una deuda. Paga esa deuda en mi nombre y te ordeno que trates bien a tus hermanas”, (o sea, trátalas bien y no les niegues sus derechos).

[Al final], Hazrat Yabir (ra) narra:

“A la mañana siguiente mi padre fue la primera persona en ser martirizada y los enemigos le cortaron la nariz y las orejas”.

Hazrat Yabir bin Abdil’lah (ra) aclara que cuando el Profeta (sa) vino a enterrar los mártires de la “Batalla de Uhud” ordenó [lo siguiente]:

“Envolvedlos tal y como están con las heridas que han sufrido, porque soy testigo para ellos y no hay musulmán que sea herido en el camino de Al’lah excepto que esté presente en el Día del Juicio, [en el que] su sangre fluirá y su color será de azafrán, y su olor será de almizcle; (es decir, estos son los amados [de Dios] que serán presentados ante Al’lah). No hay necesidad de realizar el “ghusl” [baño] ni envolverlos con paños blancos, porque sus ropas son sus lienzos funerarios“.

Hazrat Yabir (ra) relata además:

“Mi padre fue enterrado con un paño blanco y [también] el Mensajero de Dios (sa) preguntaba: ‘¿Quién de ellos ha memorizado más del Sagrado Corán?’. Cuando los mártires estaban siendo enterrados, entonces el Santo Profeta Muhammad (sa) inquirió: ‘¿Quién sabe más del Santo Corán?’; y al indicársele que cierto mártir conocía más del Corán, el Santo Profeta (sa) pedía: ‘Bajadlo a la tumba primero, antes que a sus compañeros’; o sea, ya que conocía [más] del Sagrado Corán, [por lo que] el Profeta (sa) lo enterraba primero”.

[Como se ha dicho con anterioridad], Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra) fue la primera persona martirizada el día de la “Batalla de Uhud” y durante su entierro el Mensajero (sa) instruyó:

“Enterrad a Abdul’lah bin Amr (ra) y a Amr bin Yamuh (ra) en la misma sepultura porque había sinceridad y amor entre ellos”. Asimismo, el Santo Profeta Muhammad (sa) declaró: “Enterrad en una sola fosa a estos dos, ya que se querían el uno al otro en este mundo”.

[El narrador] continúa:

“Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra) era de tez rojiza y no tenía pelo en la parte frontal de su cabeza, y tampoco era muy alto; mientras que Hazrat Amr bin Yamuh (ra) era de bastante altura”.

En otras palabras, [Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra)] no era muy alto, aunque Hazrat Amr bin Yamuh (ra) sí que lo era.

[Incluso] Hazrat Yabir bin Abdil’lah (ra) cuenta que:

“El día de la ‘Batalla de Uhud’, mi padre fue llevado ante el Santo Profeta (sa) con su cuerpo mutilado”; es decir, le habían cortado partes del cuerpo, la nariz y las orejas; y su cadáver fue colocado ante el Profeta (sa).

Y continúa diciendo:

“Cuando iba a quitarle el trozo de tela de la cara, la gente me rogó que no lo hiciera. Posteriormente, esas personas escucharon el grito de una mujer, tras lo cual alguien recalcó que era la hija de Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra), [en concreto] Hazrat Fátima bint Amr (ra)”.

También se dice [en otros relatos] que era la hermana de Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra). Ante esto, el Profeta (sa) dijo: “No llores, ya que los ángeles la están cubriendo constantemente bajo sus alas”; o sea, que tenía la suerte de haber entrado en el Paraíso y que, por consiguiente, no deberían llorar.

En otra narración, Hazrat Yabir bin Abdul’lah (ra) explica:

“Cuando trajeron a mi padre el día de [la ‘Batalla de] Uhud’, mi tía paterna comenzó a llorar. Como resultado de esto, yo también comencé a sollozar. La gente me pidió que no lo hiciera, pero el Mensajero de Dios (sa) no lo hizo. Ante esto, el Santo Profeta Muhammad (sa) le expuso a la gente: ‘Tanto si lloráis por él como si no, [juro] por Al’lah que los ángeles le estaban dando sombra con sus alas hasta que lo enterrasteis’.”

En el comentario de un versículo del “Surah al-Baqarah”, Hazrat Jalifatul Masih II (ra) ha explicado:

“Dios Altísimo ha dicho que no se debe considerar que los musulmanes que han sido martirizados que están muertos. Son los soldados vivos de Dios y Él seguramente se vengará”.

Hazrat Musleh Maud (ra) afirma además:

“Si reflexionamos sobre esto, vemos que cada vez que un Compañero [ra] era martirizado, en comparación, cinco idólatras eran asesinados; y, en cada batalla, muchos más idólatras eran aniquilados en relación a los musulmanes, excepto en la ‘Batalla de Uhud’, en la que murieron muchos musulmanes. Sin embargo, Al’lah se vengó en otras batallas”.

[Por otro lado], tras la “Batalla de Uhud”, dada a su debilidad, el Santo Profeta (sa) ofreció sus oraciones mientras estaba sentado:

[Es decir], por su debilitamiento, se sentó a rezar); y la oración que ofreció fue la de “dohr”. A continuación, los Compañeros [ra] también oraron sentados. [En otras palabras], dado que el Profeta (sa), [en ese preciso momento], dirigió las oraciones mientras estaba sentado, los Compañeros [ra] se sentaron para ofrecerlas y nadie se levantó.

Al comentar sobre esto, un autor escribe:

“Quizá esta oración se ofreció después de que el enemigo se había ido. [De todas maneras], en cuanto a los Compañeros [ra] que se sentaron para ofrecer sus oraciones, lo hicieron para asegurar la unidad entre la forma [de realizar] las oraciones [por parte] del Imam y la congregación. Más tarde, este mandato fue abrogado; (o sea, [en tal evento] la congregación puede ponerse de pie para ofrecer oraciones). Asimismo se ha registrado (y es opinión del autor) que tal vez las personas que ofrecían oraciones sentadas habían resultado heridas y, como la mayoría de los Compañeros [ra] acabaron lesionados, se sentaron para las oraciones; y por esta razón se redactó así: ‘Los musulmanes se sentaron y ofrecieron las oraciones’; es decir, hubo algunas personas que ofrecieron oraciones estando de pie, aunque estos eran los que habían resultado ilesos. [En realidad] fueron pocos, porque la mayoría de la gente resultó herida. [Entonces], teniendo en cuenta la mayoría, [pudo] haberse escrito que toda la congregación se sentó a [la hora de] ofrecer las oraciones”.

Esta es una narración de “Sirat al-Halabiyyah”.

En cuanto al número de musulmanes que fueron martirizados durante la “Batalla de Uhud”, la mayoría de los eruditos asegura que el total fue setenta:

Entre ellos, cuatro eran de los “Muhayirin” (emigrantes): Hazrat Hamza (ra), Hazrat Musab (ra), Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) y Hazrat Shammas bin Uzman (ra).

Según otro relato, el número total de mártires durante la “Batalla de Uhud” fue de ochenta: 74 de ellos eran de los “Ansar” y seis de los “Muhayirin”.

[Por su parte], Alamah Ibn Hayr al-Asqalani afirma que si seis “Muhayirin” fueron martirizados, por lo que quizá el quinto fuese Hazrat Saad (ra), quien era el sirviente de Hatib bin Ali Baltaah (ra), y la sexta persona Zaqib bin Amr, quien era aliado de los Banu Abd Shams.

Según el libro “Uyun al-Asr”, el número total de mártires fue 96 y 23 fueron asesinados de entre los idólatras; y de acuerdo con otra narración, fueron aniquilados [solo] 22 idólatras.

Otra historia más dice que durante la lucha, Hazrat Hamza (ra) mató a un total de 31 idólatras. No obstante, esta narración no parece ser correcta, porque el número total de idólatras asesinados fue [unos] 23.

Un historiador ha escrito que existen opiniones diversas sobre el número de Compañeros [ra] que fueron martirizados por los incrédulos durante la “Batalla de Uhud”. [De todos modos], el número de mártires citado por los diversos historiadores y biógrafos oscila entre 49 y 108, aunque la mayoría ha afirmado que el número de Compañeros [ra] que fueron martirizados el día de Uhud fue [en realidad] 70.

[Luego], hay diferentes opiniones en relación con la oración funeraria que se ofreció y el entierro de los mártires de la “Batalla de Uhud”, y los puntos de vista varían significativamente.

En una narración de “Sahih al-Bujari”, Hazrat Yabir bin Abdil’lah (ra) relata que el Mensajero de Al’lah (sa) envolvía a dos mártires de la “Batalla de Uhud” en una sola tela y a continuación preguntaba quién de los dos sabía una mayor porción del Santo Corán. [Así pues], tras señalar a uno de ellos [siguiendo ese criterio], el Santo Profeta Muhammad (sa) lo bajaba primero a la tumba; y si estaban [envueltos] en una sola tela, entonces quizá los movían hacia un lado, [por lo que, al final] el que [acababa] siendo bajado [primero] era el que sabía más del Corán; y tras él el otro Compañero [ra]. A continuación, el Santo Profeta (sa) decía: “Seré su testigo en el Día del Juicio”. También ordenó que fueran enterrados en el mismo estado [en que habían quedado] con sus heridas y, [por lo tanto], no eran lavados ni se ofrecía su oración funeraria.

En otro relato de “Sahih al-Bujari”, Hazrat Uqbah bin Amir (ra) cuenta que un día el Profeta (sa) vino y ofreció la oración funeraria por los mártires de la “Batalla de Uhud”.

En otra narración más de [“Sahih] al-Bujari” se menciona que el Mensajero (sa) ofreció la oración funeraria por los mártires de la “Batalla de Uhud” ocho años después de que tuvo lugar el combate.

[En fin], son diversas las narraciones que han sido presentadas al respecto por diferentes narradores, [por lo que] de esto se desprende que la oración funeraria no se ofreció en aquel entonces, sino que se realizó algún tiempo después.

En “Sunan Ibn Maya”, Hazrat Ibn Abbas (ra) recoge que los mártires de la “Batalla de Uhud” eran llevados ante el Santo Profeta Muhammad (sa) y él dirigía la oración funeraria de diez mártires a la vez. [Al mismo tiempo], el cuerpo de Hazrat Hamza (ra) permanecía junto al Santo Profeta (sa), mientras que los demás mártires eran llevados [a su último lugar de reposo]. ([Aquí] es posible que también se haya equivocado).

En “Sunan Abu Daud”, Hazrat Anas bin Malik (ra) narra:

“Los mártires de Uhud no fueron lavados antes del entierro y los enterraban con sus heridas, y tampoco se ofrecieron sus oraciones funerarias”.

Hay otro relato de “Sunan Abu Daud” en el que Hazrat Anas (ra) cita que el Profeta (sa) no realizó la oración funeraria de ningún mártir [de Uhud] excepto la de Hazrat Hamza (ra).

[Aparte], en una narración de “Sunan al-Tirmizi”, Hazrat Anas bin Malik (ra) nos dice que el Mensajero de Dios (sa) no ofreció la oración funeraria de ningún mártir de la “Batalla de Uhud”.

[Por tanto], la mayoría informa que no se ofrecieron las oraciones funerarias.

[Por otro lado], está registrado en “Sirat Ibn Hisham” y “Sirah al-Halabiyyah” que el método con el que el Santo Profeta Muhammad (sa) realizó la oración funeraria de los mártires de la “Batalla de Uhud” fue que ofreció primero la oración funeraria de Hazrat Hamza (ra), recitando el‍ “‍takbirat”‍ ‍[proclamación de la grandeza de Al’lah] siete veces. [Sin embargo], según la “Sirat al-Halabiyyah”, recitaba cuatro “‍takbirat”‍. [Sea como fuere], a partir de entonces, cada mártir era llevado uno por uno y colocado junto al cuerpo de Hazrat Hamza (ra); y luego el Santo Profeta (sa) realizaba la oración funeraria de ambos. De esta manera se realizó la oración funeraria de cada mártir y la de Hazrat Hamza (ra) [en particular] se ofreció 72 veces, aunque según otros fue 92 veces.

En cualquier caso, se han recogido todas estas narraciones, pero algunas parecen ser poco fiables.

[Por otro parte], está escrito en “Dalail al-Nubuwwah”, un libro de la vida [del Mensajero (sa)], que nueve mártires fueron traídos y colocados junto al cuerpo de Hazrat Hamza (ra) y se ofreció su oración funeraria. Luego se llevaban a esos nueve y traían a los siguientes nueve mártires. De esta manera se ofrecieron las oraciones funerarias de todos los mártires; y en cada oración funeraria el Profeta (sa) recitaba siete “takbirat”, [“Al’laho Akbar”, “Al’lah es el Más Grande”].

[En todo caso], ha habido mucho debate sobre los hadices mencionados en “Sirat al-Halabiyyah” y “Dalail an-Nubuwah” con respecto a las oraciones funerarias de los mártires de la “Batalla de Uhud”. En ambos libros, la narración de Hazrat Yabir bin Abdil’lah (ra) –en la que el Santo Profeta Muhammad (sa) instruyó que los mártires de la “Batalla de Uhud” debían ser enterrados con las heridas [que tenían] y no bañados para su funeral- ha sido declarada la más fiable.

Por consiguiente, la conclusión que se saca de esto es que no se ofrecieron las oraciones funerarias.

 

[En todo caso, cabe citar que] Hazrat Imam Shafi (rh) escribe:

“Se puede determinar claramente a partir de las sucesivas narraciones que el Santo Profeta (sa) no dirigió la oración funeraria de los mártires [que cayeron] durante la ‘Batalla de Uhud’ y las narraciones que mencionan que el Profeta (sa) dirigió las oración funerarias y recitó 70 ‘takbirat’ en la oración funeraria de Hazrat Hamza (ra) son incorrectas. Incluso en el relato de Hazrat Uqbah bin Amir (ra) se afirma que el Mensajero de Dios (sa) realizó la oración funeraria de estos mártires ocho años después”.

[En otras palabras], se menciona en este relato que esto ocurrió tras ocho años y no en ese [preciso] momento.

[Entretanto], el Imam Bujari (rh) ha llamado un capítulo en su libro [de hadices] con el nombre de “Bab al-Salah ala al-Shahid”, o sea, el ‘apartado sobre la oración funeraria de un mártir’, y ha mencionado solo dos relatos en dicho capítulo:

El primero es de Hazrat Yabir bin Abdil’lah (ra) en el que se expone claramente que los mártires de la “Batalla de Uhud” no fueron bañados ni se ofrecieron sus oraciones funerarias.

El segundo es de Hazrat Uqbah bin Amir (ra), en el que asegura que: “Un día, el Mensajero de Al’lah (sa) salió y dirigió las oraciones funerarias de los mártires de la ‘Batalla de Uhud’.”

Esta [última] narración se encuentra en otra parte de “Sahih al-Bujari”, concretamente en el capítulo sobre la “Batalla de Uhud”.

[Ahora bien], el mismo Compañero [ra] continúa diciendo:

“El Santo Profeta Muhammad (sa) ofreció las oraciones funerarias de los mártires de la ‘Batalla de Uhud’ ocho años después, de la misma manera que los vivos o los muertos presagian un adiós”.

De forma similar, Alama Ibn Hayr al-Asqalani afirma que lo que el Imam Shafi (rh) quiere decir con eso [refiriéndose a su punto de vista ya citado] es que una vez haya transcurrido un periodo prolongado desde la muerte de una persona, no se puede ofrecer la oración funeraria en la sepultura de ese difunto.

[Es más], según el Imam Shafi (rh):

“Cuando el Santo Profeta (sa) supo que su fallecimiento estaba cerca, fue a sus tumbas y oró por ellos, y [también] pidió perdón para ellos mientras les decía adiós”.

El punto de vista de la Comunidad sobre esto coincide con el que escribió Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra), [en el sentido de] que:

“De los diversos relatos se desprende claramente que la oración funeraria no se ofreció en ese momento”.

Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) ha explicado además:

“Aunque no se ofreció la oración funeraria en ese momento, con posterioridad, cerca de la época de su fallecimiento, el Mensajero (sa) ofreció especialmente una oración funeraria por los mártires de Uhud y oró fervientemente por ellos”.

[En todo caso], hay más detalles sobre esto que se narrarán en el futuro, si Dios quiere.

Ahora quisiera decir algo sobre las circunstancias actuales del mundo.

Las llamas de la guerra siguen propagándose y se requieren muchas plegarias para salvar a la humanidad de la destrucción. Si los áhmadis realmente oran, entonces podrán desempeñar su papel [enormemente positivo] en este aspecto.

[Por otra parte], el gobierno israelí se muestra inflexible y [siempre] encuentra alguna excusa que presentar en cada instancia, y no está dispuesto a aceptar ningún sentido común o racionalidad. [Es más], los otros gobiernos poderosos del mundo –ya sea por voluntad propia o por miedo a Israel– están de acuerdo con todo lo que diga el Primer Ministro de Israel o su gobierno. En un principio, dicen que debería haber un alto el fuego y se debería poner fin a las injusticias; pero tan pronto como ellos [el gobierno israelí] dicen algo, están de acuerdo.

¡Que Dios Altísimo tenga misericordia también de los musulmanes y los vuelva hacia Él, [porque] solo así estas personas podrán refugiarse y proteger sus vidas en este mundo y en el próximo!

¡Que Al’lah tenga misericordia de ellos, nos permita orar y tenga asimismo misericordia de todos nosotros!

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría mencionando la vida del Santo Profeta (sa) y el amor y devoción de los compañeros por el Santo Profeta (sa) con referencia a la Batalla de Uhud.

Martirio de Hazrat Khariyah bin Zaid (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Khariyah bin Zaid (ra) también fue martirizado durante la Batalla de Uhud. Luchó muy valientemente antes de soportar más de 13 heridas de lanza y luego Sufyan bin Umayyah asestó el golpe decisivo. Su cuerpo fue mutilado. Hazrat Khariyah (ra) y Hazrat Sa’d bin Rabi’ (ra), su primo, fueron enterrados en la misma tumba. Se dice que cuando Hazrat Khariyah (ra) había caído a causa de sus heridas, le dijeron que el Santo Profeta (sa) había sido martirizado. Hazrat Kharijah (ra) dijo que aunque esto fuera cierto, Dios seguía vivo y los musulmanes debían seguir luchando. Este era el nivel de fe de los compañeros.

Martirio de Hazrat Shammas bin Uthman (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Shammas bin Uthman (ra) también fue martirizado durante la Batalla de Uhud. Luchó valientemente en la Batalla de Uhud. El Santo Profeta (sa) dijo que Shammas era como un escudo y que luchaba a la derecha y a la izquierda del Santo Profeta (sa). Cuando el Santo Profeta (sa) estaba siendo apedreado, él se puso delante del Santo Profeta (sa) como un escudo. Sufrió graves heridas y en ese estado fue llevado a Medina. Primero fue llevado a Hazrat A’ishah (ra) y luego a Hazrat Umm Salamah (ra), en cuya casa falleció. El Santo Profeta (sa) ordenó que su cuerpo fuera llevado de vuelta y enterrado en las llanuras de Uhud. Al igual que Hazrat Talhah (ra) había extendido su mano para proteger al Santo Profeta (sa) de las flechas que le disparaban, Hazrat Shammas (ra) también se puso delante del Santo Profeta (sa) para protegerle de cualquier ataque. Fue así como el Santo Profeta (sa) lo describió como un escudo y dijo que en cualquier dirección que mirara, vería a Hazrat Shammas (ra) luchando.

Martirio de Hazrat Nu’man bin Malik (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Nu’man bin Malik (ra) también fue martirizado en la Batalla de Uhud. Cuando el Santo Profeta (sa) estaba consultando acerca de ir a Uhud para la batalla, Hazrat Nu’man (ra) dijo con confianza al Santo Profeta (sa) que sin duda entraría en el paraíso. El Santo Profeta (sa) le preguntó cómo podía estar tan seguro. Respondió que era porque era testigo de que no hay nadie digno de adoración excepto Al’lah, que el Santo Profeta (sa) era el Mensajero de Al’lah, y porque nunca huiría de la batalla. Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo que tenía razón, y más tarde fue martirizado ese mismo día.

Martirio de Hazrat Thabit bin Dahdahah (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Thabit bin Dahdahah (ra) también desempeñó un papel importante durante la Batalla de Uhud. Después de escuchar la noticia del martirio del Santo Profeta (sa), hubo algunos musulmanes que sugirieron regresar a sus respectivas naciones para protegerse, mientras que otros se preguntaban que aunque el Santo Profeta (sa) hubiera sido martirizado, ¿aún así no lucharían por su fe? Hazrat Thabit (ra) dijo a los Ansar que Dios seguía vivo y les animó a luchar, por lo que un grupo de los Ansar atacó al ejército de La Meca. El ejército incrédulo contraatacó ferozmente, lo que resultó en el martirio de Hazrat Thabit (ra). Está documentado que el Santo Profeta (sa) caminó junto al cortejo fúnebre de Hazrat Thabit (ra).

Martirio de Compañeros de la Familia Wakhsh

Su Santidad (aba) dijo que se menciona que cuatro personas de una misma familia fueron martirizadas durante la Batalla de Uhud. Thabit bin Wakhsh (ra) y Rifa’ah bin Wakhsh eran hermanos, y ambos fueron martirizados durante la Batalla de Uhud. Del mismo modo, los dos hijos de Thabit (ra), Salamah bin Thabit (ra) y Amr bin Thabit (ra), también fueron martirizados. Rifa’ah era un anciano y fue martirizado por Khalid bin Walid. Thabit bin Wakhsh (ra), que también era de edad avanzada, atacó al ejército incrédulo y finalmente fue martirizado. En cuanto a Amr bin Thabit, consta que había aceptado el Islam la misma mañana de su martirio en la Batalla de Uhud. Aceptó el Islam después del Fayr (oración ofrecida justo antes del amanecer). En otras palabras, no había ofrecido ninguna oración como musulmán, sin embargo, al enterarse de su martirio, el Santo Profeta (sa) dijo que estaba en el cielo. Hazrat Salamah (ra) también fue martirizada en la Batalla de Uhud por Abu Sufyan.

Martirio de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) también fue martirizado en la Batalla de Uhud. Está registrado que su amor por Dios y Su Mensajero (sa) le dejó sin ningún deseo mundano, y sólo deseaba ser sacrificado en el camino de Al’lah y Su Mensajero (sa). Llegó a la madurez con ocasión de la Batalla de Uhud. Hay un incidente en el que su oración fue aceptada antes de su martirio. Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) le dijo a Hazrat Sa’d (ra) el día de Uhud que debían rezar. Ambos fueron a un lado y rezaron; Hazrat Sa’d (ra) para enfrentarse a alguien feroz en la batalla y matarlo por la causa de Dios y tomar sus armas. Ante esto, Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) dijo Ameen. Entonces Abdul’lah bin Yahsh (ra) rezó para enfrentar a alguien feroz en la batalla con quien lucharía, pero luego sería vencido y martirizado y luego mutilado. Entonces, cuando Dios le preguntara por causa de quién habían sido cortadas sus orejas, nariz y boca, él podría decir que fueron cortadas por causa de Dios y Su Mensajero (sa). De esta manera, su oración fue respondida.

El Amor a Dios Todopoderoso Expresado por los Compañeros

Su Santidad (aba) dijo que los compañeros tenían una forma asombrosa de expresar su amor por Dios. Hazrat Muttalib bin Abdulah bin Hantab (ra) narró que cuando el Santo Profeta (sa) partió hacia Uhud, se detuvo en un lugar para pasar la noche donde Hazrat Umm Salamah (ra) trajo algo de comer. Después el Santo Profeta (sa) tomó el mismo tazón del cual el Santo Profeta (sa) había bebido Nabidh y bebió de él como nosotros. Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) también bebió del tazón y terminó el Nabidh. Dijo que deseaba encontrarse con Al’lah en un estado de saciedad y no de sed. Estas eran las formas únicas en que los compañeros amaban a Dios e incluso se preparaban para encontrarse con Él.

Martirio de Hazrat Abu Sa’d Khaithamah bin Abi Khaithamah (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abu Sa’d Khaithamah bin Abi Khaithamah (ra) también fue martirizado durante la Batalla de Uhud. Le dijo al Santo Profeta (sa) que él no había podido participar en la Batalla de Badr pero su hijo sí y fue martirizado. Vio a su hijo en un sueño en un estado excelente, y le invitaba a unirse a él. Así que pidió al Santo Profeta (sa) que rezara por su martirio para que pudiera unirse a su hijo. El Santo Profeta (sa) rezó y Hazrat Abu Sa’d Khaithamah (ra) pasó a ser martirizado en la Batalla de Uhud.

Martirio de Abdul’lah bin Amr (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Abdul’lah bin Amr (ra) también fue martirizado en la Batalla de Uhud. Le había dicho a su hijo que sabía que estaría entre los mártires más destacados de la batalla. Le dijo a su hijo que no había nadie más querido para él que el Santo Profeta (sa). Le dijo que debía pagar sus deudas y cuidar de sus hermanas. Su hijo cuenta que su padre fue el primer mártir del día de Uhud. Fue enterrado en la misma tumba que Hazrat Abdul’lah bin Yamuh (ra). Su cuerpo fue colocado ante el Santo Profeta (sa) en un estado en el que su nariz y orejas habían sido mutiladas. Su hijo estaba a punto de retirar la sábana de la cara de su padre cuando la gente se lo impidió. La hija de Abdul’lah bin Amr (ra) gritó, pero el Santo Profeta (sa) le dijo que no llorara, pues su padre estaba constantemente bajo la sombra de las alas de los ángeles.

Narraciones sobre los funerales de los mártires de Uhud

Su Santidad (aba) dijo que debido a la debilidad después de la Batalla de Uhud, el Santo Profeta (sa) ofreció las oraciones sentado. Mientras dirigía las oraciones sentado, los Compañeros también ofrecieron las oraciones sentados, bien porque ellos también estaban heridos o porque deseaban que hubiera unidad entre ellos y el que dirigía la oración. Sin embargo, más tarde se aclararía que en tal caso no era necesario que los que ofrecían la oración también estuvieran sentados.

Su Santidad (aba) dijo que la mayoría de los eruditos están de acuerdo en que 70 musulmanes fueron martirizados durante la Batalla de Uhud, incluyendo cuatro Muhayirin. Algunos dicen que el número de mártires fue de 80, de los cuales seis eran de los Muhayirin. Existen otras opiniones sobre el número de mártires.

Su Santidad (aba) dijo que también hay varias opiniones sobre las oraciones fúnebres de los que fueron martirizados durante la Batalla de Uhud. El Santo Profeta (sa) enterraba a dos personas en la misma tumba y bajaba primero a la tumba al que sabía más Corán de los dos. No se les bañaba ni se les ofrecía la oración fúnebre. Hay algunas narraciones que dicen que el Santo Profeta (sa) ofreció las oraciones fúnebres por los mártires de la Batalla de Uhud en un momento posterior.

Su Santidad (aba) dijo que la postura de la Comunidad Musulmana Ahmadía sobre este asunto es la misma, tal y como la describe Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) quien escribe:

‘Aunque no se ofreció una oración fúnebre en ese momento, después, cerca de la época de su fallecimiento, el Santo Profeta (sa) ofreció especialmente una oración fúnebre por los mártires de Uhud, y rezó por ellos con gran angustia.’

(La Vida y el Carácter del Sello de los Profetas (sa), Vol. 2, p. 347)

Su Santidad (aba) dijo que seguiría narrando estos incidentes en el futuro.

Llamamiento a la oración mientras el mundo sigue avanzando hacia la destrucción

Su Santidad (aba) dijo que deseaba decir algo sobre las condiciones actuales del mundo. La llama de la guerra sigue extendiéndose. Se necesitan muchas oraciones para salvar a la humanidad de la destrucción. Si los ahmadíes rezan de verdad, podrán desempeñar su papel en este sentido. El gobierno israelí es obstinado y encuentra una excusa u otra para presentar en cada ocasión y no está dispuesto a aceptar ninguna razón o racionalidad. Los demás gobiernos poderosos del mundo empiezan diciendo que debe haber un alto el fuego, pero luego, ya sea por voluntad propia o por miedo a Israel, responden a cualquier cosa que diga el gobierno israelí o su líder dándoles la razón. Que Al’lah tenga piedad de ellos y los vuelva hacia Dios Todopoderoso. Esta es la única manera de que estas personas puedan refugiarse y proteger sus vidas en este mundo y en el otro. Que Al’lah el Todopoderoso se apiade de ellos, nos permita rezar y se apiade también de nosotros.

Resumen preparado por The Review of Religions

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